jueves, 27 de agosto de 2015

Omraam Mikhaël Aïvanhov II parte


“Vivir conscientemente” 

“Esforzaos por vivir conscientemente. Para ello debéis habituaros a echar a menudo un vistazo dentro de vosotros mismos para constatar en qué estado os encontráis. Esta práctica os dará, poco a poco, la posibilidad de gobernar todas vuestras células y un día sentiréis que controláis verdaderamente vuestro mundo psíquico.

Cuando se produce un accidente, podemos ver cómo los bomberos, los militares o la policía, llegan sin tardar para apagar los incendios, reparar los puentes, despejar las carreteras, etc.

En el plano físico, los hombres encuentran natural y hasta necesario intervenir inmediatamente. Pero en el plano interior no saben cómo actuar, son negligentes y no sólo dejan que se produzcan toda clase de daños, sino que tampoco hacen nada para repararlos.

Pues bien, cada día, tres, diez, veinte veces al día, debemos mirar dentro de nosotros mismos para ver qué es lo que hay que reparar y hacerlo sin dilación.

El que no hace nada pensando que las cosas se arreglarán solas, tendrá que esperar mucho tiempo… Incluso puede ser que no se arreglen nunca.”



“La mujer, educadora del hombre” 

“La mujer tiene la vocación de ser la educadora del hombre. Con sus pensamientos, sus sentimientos, su actitud, puede incitarle a hacer actos de valor, de generosidad y aunque no siempre parezca evidente, el hombre no pide otra cosa que ser inspirado por ella.

Por eso, cuando las mujeres sólo piensan en la satisfacción de sus deseos, de sus placeres, dejan de lado su verdadera vocación. Diréis:


 «¡Pero la mujer es mucho más débil que el hombre! ¿Cómo va a poder imponerse a él para educarle?»

No es necesario que se imponga. Hay actitudes, miradas, expresiones que son más eficaces que todas las palabras.

Y la mujer tiene todavía otro medio de educar al hombre: educando a sus hijos; y estos hijos toda su vida respetarán a las mujeres debido a su madre.

Gracias a la influencia cotidiana que pueden tener sobre sus hijos, las madres son capaces de formar unos caracteres rectos, nobles y generosos.”

2 comentarios:

  1. lo primero no me resulta fácil; sobre todo acompasarlo con el adecuado ritmo del tiempo.
    Lo segundo siempre lo he pensado: o mas bien siempre lo he sentido.

    Un saludo Ismael.

    ResponderEliminar
  2. Hola Iñaki, en verdad creo que debemos mirar aunque sea un instante hacia dentro de nosotros y observar nuestras reacciones con los demás, por ejemplo cuando conducimos o en discusiones, si nos observamos no habrá peligro de llegar a un incendio y reparaciones posteriores. y respecto a la segunda me pasa igual que a ti siempre he sentido que así es. Un abrazo muy grande Iñaki

    ResponderEliminar

Muchas gracias por tu comentario.