sábado, 16 de enero de 2016

La envidia ¿como evitar sentirla?


La envidia es un angustioso sentimiento de tristeza, rabia y frustración por el deseo de algo que no se posee pero que otro tiene.

La envidia generalmente se enfoca hacia personas de nuestro entorno cercano como familiares, vecinos o compañeros de trabajo. Y es que realmente es más fácil envidiar a un vecino que a un escritor famoso.

Se puede envidiar algo material como una casa o un coche… o algo intangible como el carácter de otra persona, su puesto de trabajo, el poder que ella tiene o su estatus social.
La envidia es un sentimiento desconcertante ya que mezcla emociones contradictorias: por un lado, se admira lo que la otra persona ha conseguido y, por otro, se siente pesar, enfado y frustración por no tener ese bien ajeno que consideramos indispensable para ser feliz. “Donde reina la envidia no puede vivir la virtud” Miguel de Cervantes.
La persona envidiosa es insaciable y nunca estará satisfecha, ya que no disfruta o aprecia lo que ella misma posee, sino que dedica todo su energía en el deseo de posesión de lo que los otros tienen en lugar de dedicarse a cumplir sus propios objetivos.
La envidia es un fenómeno psicológico que se produce de forma muy común y que hace sufrir tanto al envidioso como a sus propias víctimas, produciendo al afectado sentimientos de fracaso, melancolía y rencor que pueden hasta afectar la salud física, mental y emocional: insomnio, trastornos de apetito, ansiedad y depresión. “La envidia es el único vicio que no produce ningún placer a nadie”.

Claves para evitar sentir envidia o enfocarla de una manera sana:

1.- Reconoce que tienes envidia 
“Grande es aquel que para brillar no necesita apagar la luz de los demás”.
La envidia brota de forma espontánea y natural. No trates de reprimir o negar este sentimiento. Acéptalo y trabaja para transformarlo en algo positivo. La envidia es un sentimiento que cuesta reconocérnoslo a nosotros mismos: pocas cosas nos hieren tanto como que nos digan “tú lo que tienes es envidia”. A menudo y sin darnos cuenta, la envidia que sentimos se expresa indirectamente a través de críticas constantes hacia las personas que poseen algo que ambicionamos o deseando que estas personas fracasen.
Dice un proverbio japonés que cuando todos estaban elogiando la cola del pavo real, el resto de pájaros exclamaron “pero miren sus patas”. El envidioso arruina el placer ajeno y siempre pone un “pero” ante los halagos ajenos.

2.- Analiza el origen de tu sentimiento 
“¿Por qué siento codicia por lo que posee otra persona? ¿Qué es lo me crea una ambición tan desmedida?”.
A menudo haber crecido en un ambiente en el que se inculca la competitividad o se exige un alto rendimiento personal genera más probabilidades de desarrollar una personalidad envidiosa.
Piensa que el origen de la envidia está dentro de ti mismo, no culpes a los demás de los sentimientos que tú tienes. Ten presente que eres tú quien creas tus propias emociones.

3.- Madura tu personalidad
 
“La envidia es una declaración de inferioridad”, Napoleón Bonaparte
Una persona segura de sí misma, que ha madurado, no siente envidia. Las personas con baja autoestima o inseguras siempre están comparándose con los demás. Creen que no reúnen las suficientes cualidades y se sienten inferiores. Las personas con problemas de autoestima suelen mirar hacia fuera y no hacia dentro.
Asimismo, las personalidades narcisistas o egocéntricas, con ansias por destacar o ser el centro de atención se sienten amenazadas por los éxitos y la felicidad de los demás.Sumidas en la envidia, viven en continua competencia contra todo el mundo que tienen a su alrededor.
De manera similar, las personalidades muy perfeccionistas son también muy proclives a desarrollar sentimientos de envidia. Los perfeccionistas sienten que no están a la altura de sus propias expectativas o que no cumplen aquellos cánones impuestos por la sociedad. Así pues, ante esto ,les invade una terrible sensación de fracaso que les genera una tremenda ansiedad y les lleva a envidiar a los demás.

4.- No te compares con nadie
 
“La envidia es la gran adversaria de los afortunados”, Jorge Luis Borges.
Recuerda que siempre habrá gente que tenga más cosas que tú, pero también menos. Unas personas destacarán por una cualidades y otras llamarán la atención por otras virtudes. El envidioso es un insatisfecho que secretamente siente mucho rencor contra las personas que tienen algo que él desea, pero que cree que no puede, o a veces ni siquiera intenta, alcanzar.
Un grado de ambición siempre es aconsejable para superarse a uno mismo en la vida, pero nunca debe fundamentarse en la comparación con los demás. La otra persona no es forzosamente más lista o mejor profesional, sino que simplemente ha aprovechado mejor sus oportunidades. Usa tu envidia de manera positiva como fuente de motivación para lograr tus objetivos. Es mejor admirar que envidiar.

5.- Valora lo que tienes
 
“Después de escalar una montaña muy alta, descubrimos que hay otras muchas montañas por escalar”.
Piensa lo que tú tienes y recuerda que siempre habrá cosas que te falten. Mira a tu alrededor y dentro de ti. Recuerda a las personas que te quieren, fíjate en el paisaje que te rodea o en tu salud… da gracias por lo que tienes de bueno en tu vida.
Quien sufre de envidia siempre está insatisfecho consigo mismo y con lo que tiene.La persona envidiosa no disfruta de sus propios logros porque está demasiado ocupada codiciando lo siguiente que desea alcanzar.

6.- Ponte en el lugar del otro
 
“Cuando alguien juzgue tu camino, préstale tus zapatos”.
Piensa que no tienes pleno conocimiento de la vida de la persona a la que envidias. A lo mejor tu jefe tiene un excelente puesto de trabajo, pero puede que se sienta muy solo en su vida personal. Puede ser que tu amiga esté dotada de una gran belleza pero a lo mejor carece de tu inteligencia.

7.- Confía en ti mismo sin subestimarte ni sobrevalorarte
 
“La confianza en uno mismo es el primer secreto del éxito”.
Tú no tienes que competir con nadie ni demostrarle nada a nadie, sino que debes tratar de conseguir la mejor versión de ti mismo.

8.- Establece tus propias metas en función de tus posibilidades
 
“La envidia es el homenaje que la mediocridad le rinde al talento”, Jackson Brown.
Las referencias para guiar las metas que una personas desea alcanzar deben ser siempre las propias posibilidades personales y nunca lo que otros hayan conseguido. El afán de superación puede servir para dirigir a la persona a lograr sus sueños, pero primero uno debe conocerse bien a sí mismo para distinguir cuáles son sus verdaderos deseos. Ten en cuenta que aunque veas muy feliz a tu hermano en una casa en el campo llena de niños y sientas envidia, puede que eso no sea lo que a ti te conviene o en el fondo desees.

9.- No te victimices
 
“Si actúas como una víctima, es probable que seas tratado como tal”, Paulo Coelho
Ten en cuenta que la envidia genera victimismo. En vez de responsabilizarnos de lo que tenemos en nuestra vida, nos quejamos de lo que tienen los demás y tendemos a culparles por los males que padecemos.
Esta tendencia además tiende a deformar la realidad viendo todo lo que nos rodea exageradamente negativo, así creemos la botella está “medio vacía” en lugar de “medio llena”.
Por eso, debes establecer tus propios objetivos y metas enfocando en ellos tu energía evitando caer en la espiral de rencor. Acepta tu vida tal como es, puedes cambiar en ella lo que no te guste, pero sin compararte a través de la envidia. Además piensa que tú no pierdes nada porque al otro le vayan magníficamente las cosas.

10.- Busca el lado positivo de las cosas 
 
“La persona más feliz no es la que más tiene, sino aquella que aprovecha mejor lo que tiene”.
Procura mirar la vida con optimismo. Estos significa “ver lo bueno antes que lo malo”. En vez de tener pensamientos tales como “mi vida es un desastre, nada me sale bien”, es muy útil decirse a uno mismo frases motivadores tales como “todo va a salir bien, debo esforzarme y tener confianza” o buscar el lado positivo ante los fracasos: “la próxima vez lo haré mejor, voy a salir adelante”.
Por eso, vive el presente de la mejor manera posible tratando de no angustiarte u obsesionarte con el futuro. Es importante ser responsable o previsor, pero también lo es disfrutar de los pequeños logros, de lo que ya conseguiste y de las personas que te quieren.

11.- Evita criticar a los demás

“Lo que criticas en otros, está en ti. Lo que no está en ti, no lo ves”, Alejandro Jodorowski.
El alimento de la envidia es la crítica. Los comentarios destructivos generan infelicidad en nuestro interior alimentando la ira y el rencor hacia el prójimo. De hecho, la mayoría de las críticas no son constructivas. Para disolver el sentimiento de envidia, deberíamos reconocer los méritos logrados por los demás y sus virtudes. Por ejemplo, no pensar “saca las mejores notas de la clase porque es un asqueroso empollón”, sino “saca las mejores calificaciones porque es una persona muy trabajadora” y un paso más allá sería poder animarnos a nosotros mismos: “Yo también puedo mejorar mis notas si trabajo más”.

12.- Aléjate de personas envidiosas

“El que habla de los defectos de los demás, con los demás habla de los tuyos”, Denis Diderot
Si a tu alrededor hay personas que sólo presumen de sus logros para hacerte sentir mal o que continuamente critican y desprestigian a los demás, aléjate de ellos porque no te aportarán una relación de amistad sana. Mañana puedes ser tú su objeto de envidia, imagina lo que dirán de ti a los demás o lo que harán para desprestigiarte.

14.- Busca ayuda profesional si el sentimiento de envidia te supera
 
“El silencio del envidioso está lleno de ruidos”, Khalil Gibran
Haber sentido envidia en algún momento es normal (“tú tienes eso y yo también quisiera tenerlo”), pero una obsesión hacia algo o alguien puede convertirse en un grave problema (“tú tienes eso, te detesto por ello y quiero que dejes de tenerlo para que sea mío”). Tal y como se puede observar, la segunda frase genera un sentimiento de envidia bastante más insano que la primera.

De hecho, bastantes depresiones, infelicidades o ansiedades tienen origen en sentimientos de envidia.

Además la envidia influye en gran medida en las relaciones interpersonales tanto familiares como profesionales impidiendo que éstas se desarrollen con normalidad.
Por tanto, si una persona se ve arrebatada por la envidia y siente que es incapaz de manejarla, lo mejor es pedir ayuda profesional a un psicólogo o a un terapeuta para encauzar de manera adecuada este sentimiento que tanto desgaste emocional nos puede causar.


(Fuente: Dolores Velazquez)
http://entrenandoapapas.blogspot.com.es/2016/01/la-envidia-como-evitar-sentirla.html

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