jueves, 7 de enero de 2016

La vida sólo tiene lugar en el presente


Un diálogo con Sergi Torres

En una ocasión afirmaste que no hemos nacido para cambiar el mundo ¿Para qué hemos venido?

La gran mayoría creemos que estamos aquí para mejorar el mundo o cambiarlo. Sin embargo descubrí que yo no había nacido para cambiar nada sino para aprender a amarlo todo. Me di cuenta de que a lo largo de la historia de la humanidad muchos habían venido a cambiar lo que había ocurrido o lo que estaba ocurriendo en lugar de darle la bienvenida a todo lo que ocurre en este instante por el simple hecho de que ya está ocurriendo. Es mucho más simple para mí la vida desde esta perspectiva.

Muchos piensan que eso es hastío, indiferencia o desinterés, pero es justo al revés; es la actitud activa de estar presente y al servicio de lo que uno debe hacer para aprender a amar lo que ocurre en este mundo.

¿Cuál es el camino para llegar a lo simple?

¡No hay camino! Por eso es un gran reto. El camino para llegar a nuestro instante presente es el mismo instante presente. Nosotros podemos fabricar un camino pero este camino terminará mostrándonos que siempre estamos en el presente. Por lo tanto llegar al presente no implica camino. Sí que puede haber una transformación personal pero ese aprendizaje constante no implica un futuro sino un presente; es decir que estamos siempre transformándonos en nuestro presente y eso es una continua oportunidad de descubrir lo simple, porque siempre estamos en el presente.

En los últimos tiempos han aparecido muchas corrientes, lo que llamamos “nueva era”, “nueva conciencia”, “cambio de paradigma”… Desde tu perspectiva: ¿adónde crees que nos dirigimos con todo este gran cambio que estamos viviendo?

Corremos el riesgo de pensar que estamos yendo hacia algún lado distinto a este, de creernos que estamos evolucionando o avanzando cuando en realidad no se puede avanzar hacia ningún lado. Éste es uno de los retos que tiene la humanidad en estos momentos: darse cuenta de que uno no puede mejorar pero sí puede despertar.



Cuando estás durmiendo en la cama, tienes una pesadilla y te despiertas. No has mejorado el sueño con ello; simplemente te has despertado. Lo que vemos que está ocurriendo es que la mente humana está despertando pero muchas personas duermen o alimentan su dormir con esa sensación de “estar evolucionando”.

Bajo mi punto de vista, lo único a conquistar es esa parte inconsciente que está dormida porque en esa parte inconsciente ya está contenido todo.

Si usamos nuestro tiempo para convertirnos en personas mas espirituales, más maduras, o para llegar a gestionar mejor nuestras emociones, no estaremos más que cambiando de color la misma pared de siempre. Cuando hay todo un terreno por descubrir en mi mismo no pierdo el tiempo en mejorarme, no pretendo ser buena persona; sólo quiero saber quién soy.

¿Cuál es la función del ego? ¿Crees que es una herramienta más en nuestro camino interior?

Para mí es una herramienta; lo que ocurre es que la usamos para aislarnos y protegernos, para escondernos detrás de él, para que él sea quien piensa y percibe en lugar de hacerlo nosotros de forma responsable. En realidad la única gran enseñanza que nos aporta el ego es que él no es necesario ni útil. Para conocer esto tenemos que tener ego y abrirnos a vivir, a aceptar y a amar al ego para descubrir que no es necesario. Hay una cruzada espiritual en contra del ego, muchas personas nos quejamos del ego sin darnos cuenta de que el ego es quien genera la queja. Es una forma de darse importancia personal y captar la atención de la conciencia a través de esos pensamientos. Dicho de otra forma: rechazamos a nuestro ego a través de nuestro ego para así centrar nuestra atención en él y poder alimentarlo. Aquí podemos ver por qué son necesarias la honestidad y la aceptación. Cuando aceptamos al ego no lo hacemos desde nuestro ego porque éste carece de la capacidad de aceptación; sólo rechaza. Es por ello que se rechaza a si mismo.

¿Qué es la abundancia?

La abundancia es nuestra capacidad de reconocernos plenos, de saber que no necesitamos absolutamente nada más que lo que tenemos en este momento. Cuando nos damos cuenta de que somos conscientes de nosotros mismos, entonces sabemos que lo máximo que podemos albergar es nuestra propia conciencia. Lo que ocurre es que como no valoramos esto, ponemos el valor en otras cosas. Abundancia para nosotros es tener mucho de aquello que creemos que necesitamos pero en realidad es justo al revés: al estar plenos en nuestra propia experiencia nos sabemos abundantes; lo que significa también saber usar de forma consciente aquello que tenemos. Vivir esta abundancia espiritual no requiere ir desnudo por la calle ni huir del dinero.

Veo que vivo dentro de una espiral en la que no paro de atraer situaciones dramáticas ¿Cómo salir del drama de mi vida? ¿Cómo salir de esa espiral de negatividad?

Tenemos la tendencia a creer que estamos atrayendo sucesos negativos y eso genera mucha culpa. En realidad no estamos atrayendo nada. Vivimos dentro de un diseño en el que estamos destinados a ser felices.


Esas situaciones que creemos negativas suceden para que podamos descubrir la felicidad interna que existe en ellas. Un drama no es una putada de la vida sino un gesto amoroso que se ofrece para mostrarnos que lo que habíamos creído que era la felicidad, en realidad no lo era. Las situaciones de conflicto nos conducen hacia algo mucho más profundo: el origen de la felicidad.

Entonces, ¿esa espiral termina alguna vez?

Se termina pero esta pregunta no tiene sentido. El sentido es andar, da igual cuánto tiempo va a durar esto. Llega un momento en el que nuestra voluntad de llegar es lo suficientemente consciente y poderosa como para que el único deseo sea andar. Nos da igual cuánto falta ya que nos ponemos a disfrutar del viaje.

Cada conflicto esconde una belleza increíble: la de descubrir que ese conflicto no tenía el poder de hacernos sufrir. Este descubrimiento no tiene precio. No lo vemos así porque evitamos los conflictos, por eso luego regresan otros para que lo podamos aprender; y si los esquivamos, vienen otros. Nuestra vida nos ofrece conflicto tras conflicto para que podamos aprender que el conflicto no es conflictivo sino que es un mecanismo de enseñanza para descubrir esa paz interna.

Ayer estaba dando una charla a un grupo de personas y les preguntaba cómo vivirían su vida si supieran que al final de la vida hay paz y felicidad, cuál sería su disposición al vivir la vida y sus conflictos sabiendo su final feliz. Todo el mundo respondió que vivirían en paz. Cuando descubrimos que el sentido de la vida es aprender a ser felices, entonces nos relajamos y empezamos a vivir con confianza, paz y felicidad, incluso durante los conflictos.

¿Cómo ve Sergi la vida?

Un día, paseando por el bosque, me apeteció sentarme debajo de un árbol. De repente sentí la paz que provenía de su conexión con la vida. Su existencia era agradecimiento pleno hacia la vida. En contraste vi que yo no sentía eso por mi vida porque pensaba que ella no me amaba, que me había estado poniendo situaciones que no quería, que me había estado castigando; y también descubrí que nada de eso era verdad. Todo lo que pensaba era sólo producto de cómo yo había vivido esas situaciones pasadas y de cómo las había interpretado.

Me di cuenta de que yo no había vivido mi vida sino que había estado viviendo mis pensamientos acerca de lo que creía que era la vida. Vi que eso era el origen de mi sufrimiento. Al soltar mis interpretaciones pude sentir cuánto me amaba la vida, descubrí que su respeto hacia mi era tanto que incluso me había permitido rechazarla y culparla a ella de cómo yo me sentía.

La vida me mostró que la visión que ella tiene de si misma es pura felicidad, pura perfección. Ahí decidí rendir mi perspectiva acerca de la vida y unirme a su visión: un festejo inconmensurable de agradecimiento a este instante presente, ya que es sólo en este instante que la vida tiene lugar.

Cuando me levanto por la mañana, lo primero que pienso es en algo futuro. Por ejemplo: “¿qué voy a desayunar?”. ¿Cómo se hace para estar siempre en el presente sin morirnos de hambre o de inactividad?

Sabemos que el Sol no gira alrededor de nuestro planeta; sin embargo seguimos viendo cómo sale por el este y se pone por el oeste. Esta percepción no nos afecta porque no nos la creemos. Lo mismo ocurre con el tiempo: el movimiento lineal del tiempo desde el pasado hacia el presente y el futuro no existe; sin embargo seguimos percibiéndolo. La diferencia con respecto al ejemplo del Sol es que ―en este segundo caso― sí nos creemos nuestra percepción del movimiento lineal del tiempo; pero que nuestra percepción del tiempo sea falsa no significa que tengamos que evitar el pasado o el futuro, sino que estos ya no son causa de preocupación ni de sufrimiento.

Tenemos la idea de que el presente es el espacio temporal entre el pasado y el futuro, pero no es así: el presente es el espacio donde el tiempo no existe.

Como yo sé que el Sol no da vueltas alrededor de la Tierra no me dejo engañar por mi percepción. Como sé que el tiempo no existe no me dejo engañar tampoco por esta percepción. No me preocupa si mi cerebro piensa que va a comerse unas tostadas dentro de un par de horas porque sé que no existe el tiempo lineal.

Lo que tratamos de hacer con estas preguntas es ordenar nuestra mente atemporal desde nuestra perspectiva temporal de la vida y eso nos lleva a concluir que es malo planificar desayunar unas tostadas porque entonces no estaremos viviendo en el presente; pero las tostadas no tienen ese poder de sacarnos del presente, al menos no las que yo compro en el supermercado de abajo de mi casa.

No existe nada en este mundo que pueda sacarnos del presente. Tratemos de encontrar un solo instante en el que no estemos en el presente. Puede que no seamos conscientes del presente pero eso estará ocurriendo también en el presente.

Hemos comprendido intelectualmente que sólo existe el presente pero no lo experimentamos. Al no hacerlo no lo comprendemos y entonces tratamos de evitar el futuro y de rechazar el pasado para poder estar en el presente. Esto no es ser atemporal; es ser esclavo del futuro y del pasado pues parecen ser los culpables de que no estemos en el presente. El presente no tiene ningún problema con el pasado ni con el futuro porque sabe que no existen.

Disfrutemos de nuestro pensamiento “voy a hacerme una tostada” porque está teniendo lugar sólo en el presente igual que el momento en el que nos la estamos comiendo; por lo tanto el tiempo no nos afectó, no nos afecta ni nos afectará. Solamente si nosotros lo permitimos podría afectarnos la creencia de que planificar comernos una tostada para desayunar puede sacarnos del presente; pero observemos que lo que nos afecta es aquello que nosotros decidimos creernos y no, en cambio, pensar en la tostada.

Yo ya sé que soy unidad, pero ¿cómo vivir en la unidad cuando veo dualidad?, ¿cómo vivir en un mundo que veo dual?

La unidad lo es todo, y por lo tanto también es la dualidad. Cuando rechazamos la dualidad para encontrar la unidad en realidad tratamos de alejarnos de la unidad. Sólo alguien que tiene miedo de la unidad se pregunta estas cosas imposibles de ser respondidas para no obtener nunca una respuesta satisfactoria y poder seguir buscando y buscando la unidad. Hacer esto es una paradoja porque nosotros, que buscamos la unidad desde nuestra visión dual, ya somos la unidad. Entonces conócete a ti mismo.

fuente:http://www.advaitainfo.com/dialogos/vida-es-presente.html

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