lunes, 28 de marzo de 2016

Ver a todos como Maestros


Uno de los riesgos más frecuentes cuando transitamos un camino espiritual, es creer que “yo se más”, o que los demás están “dormidos”, y yo, que estoy “despierto”, tengo que enseñarles algo.

Nunca sabemos realmente cómo es el mundo interno de cada persona, y en esta realidad tan diversa cada ser tiene su sabiduría, experiencia y herramientas que lo ayudan en su vida cotidiana a su manera.

Cuando compartimos momentos con otros, sobre todo con gente que aparentemente no está en temas de espiritualidad,  – y digo aparentemente porque considero que en realidad todos lo están, cada uno a su modo –  en lugar de intentar enseñar espiritualidad y “bajar línea”, podemos practicar la escucha atenta, vaciarnos de toda idea, y estar abiertos y permeables a, de verdad, aprender algo de esa persona o de esa interacción. 

De la mano de esto, podemos disponernos a estar asistidos por la conexión interna con nuestro Ser, con nuestra dimensión espiritual. Desde allí, es posible que, llegado un momento, nos surja alguna claridad para compartir.

Paradójicamente, al estar en este estado de receptividad, de verdad abierto a aprender del otro, es cuando más puedo enseñar, ya que aprendiendo es como más se enseña, y enseñando es como más se aprende.

Y nos podemos preguntar, “pero, esa persona que me molesta, que no me gusta cómo actúa, ¿también es mi maestro?”
Si, también. 

Así sea por el absurdo, o por el contraste que me muestra, siempre podremos aprender algo si estamos dispuestos a ello. Y como ya sabemos, cuando algo nos molesta o nos moviliza, también es una invitación a mirar hacia adentro, a perdonar, a intentar ver más allá de eso que me genera rechazo.

También nos podríamos preguntar, “pero entonces, ¿da lo mismo conocer, o no, sobre cuestiones espirituales? ¿da lo mismo transitar, o no, mi camino espiritual?”


Por supuesto que no da lo mismo. Todos, como seres humanos, tenemos nuestros desafíos. 

El hecho de saber que tenemos disponible la conexión con nuestro mundo interno, con nuestro Ser,  y el hecho de contar con ciertos conocimientos y herramientas, nos puede ayudar enormemente a transitar estos desafíos cotidianos que pueden surgir tanto en nuestro entorno como dentro nuestro.

Sabemos que, cuando ponemos todo esto en práctica, podemos acceder a un estado de mayor paz interior y menor sufrimiento más allá de las circunstancias aparentes.

Mientras menos pretendamos enseñar y más intentemos aprender y poner en práctica, más crecerá esta paz dentro nuestro, y más se dará que otras personas sentirán que pueden aprender algo junto a nosotros.

Sebastián Alberoni


fuente:www.caminosalser.com/sebastian-alberoni/

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