domingo, 22 de enero de 2017

TU YO SAGRADO capitulo 1


El reto más grande de su vida
TOMAR LA DECISIÓN DE SER LIBRE

La búsqueda más noble es saber qué debe hacer uno
Para convertirse en ser humanó
Immanuel Kant

Sé que en cada momento soy libre para decidir
Ha estado mirando en la dirección equivocada. La penetración psicológica
más importante que puede tener es darse cuenta de que ha estado mirando en
la dirección errónea durante la mayor parte de su vida.

Tómese un momento, ahora mismo, para comprender lo que quiero decir.
Imagínese en cualquier postura que le apetezca. De pie, sentado, echado, la
que le resulte más fácil de imaginar. Ahora observe la representación mental
de usted mismo. Lo que ve es alguien está siempre mirando hacia otra parte,
no hacia sí mismo. Siempre mirando fuera de usted. ¡Está mirando en la
dirección equivocada!

Ahora imagínese que es capaz de darse la vuelta y mirar en la dirección
opuesta. Si de alguna forma pudiese hacer eso, estaría mirando hacia su
interior.

Esto no es una forma de gimnasia mental en la que meramente uno se imagina
volviéndose y mirando hacia su interior. Estoy sugiriéndole una manera de
conocer su identidad espiritual. Estoy sugiriéndole que acepte el reto y tome el
sendero de su búsqueda trascendental.

A todos nos han enseñado a mirar al exterior en busca de sustento: mirar más
allá de nosotros mismos en busca de fuerza, amor, prosperidad, salud,
felicidad y satisfacción espiritual. Se nos ha condicionado para creer que
recibimos la gracia de la vida de algún punto externo a nosotros. Pero es
posible invertir la dirección de nuestros ojos de fuera hacia dentro. Y cuando
lo hacemos, encontramos una energía que habíamos percibido pero no
identificado.


ENERGÍA DIVINA

En los seres humanos palpita una energía divina. El poder de esta energía
impregna todo nuestro ser y nos permite realizar todas las funciones del vasto
repertorio de los pensamientos y conductas humanas. En esta energía divina
existen dos aspectos.

El aspecto externo hace que el corazón lata, los pulmones se hinchen y los
sentidos funcionen: en esencia, mantiene vivos nuestros cuerpos. El aspecto
interno de esa energía está dormido, pero podemos despertarlo.

Este universo interno es más vasto que el externo. El júbilo interior hace que
todo el júbilo que se experimenta en el mundo de los sentidos parezca carente
de significado. Cuando se exprimenta esa luz interna, añade a la vida una
brillantez que no se parece a nada que puedan describir las palabras.
Cuando uno descubre su yo más sublime, experimenta esa energía interior y
permite que guíe su vida. El adjetivo más corriente para describir esta fuerza
interna es “espiritual”.

Cuando hablo de espiritualidad y de ser espiritual, describo una actitud hacia
Dios, un viaje interior de iluminación. Hablo de desarrollar las cualidades
divinas de amor, perdón, bondad y éxtasis que tenemos dentro. Según mi
interpretación, la espiritualidad no es cuestión de dogmas ni de reglas. Es luz,
júbilo y concentración en la experiencia del amor y el éxtasis internos, y
transmitir esas cualidades al exterior. Al viaje destinado a descubrir su yo más
sublime lo llamo “búsqueda sagrada!


DEFINICIÓN DE SU BÚSQUEDA SAGRADA


La energía esencial que le ha alimentado durante toda su vida es la energía
exterior. Ésta energía exterior mantiene la vida, pero no proporciona la
sensación de éxtasis y plenitud que anhelamos.


En su libro Mistery of the Mind (El misterio de la mente), Swami Muktananda
describe la experiencia de la energía divina:

Un día, esa luz explotará y lo verá todo. Verá que el universo entero existe
dentro de ella. La luz divina de la Conciencia comenzará a inundarle los ojos y
entonces la verá dondequiera que mire. Verá su luminosidad en la gente, en
los árboles, las rocas y los edificios. Verá la misma Conciencia alzándose en
cada pensamiento y sentirá que pasa por su mente; adondequiera que vaya su
mente, encontrará su propia Conciencia interior, el creador del mundo.
Verá que la totalidad del universo está contenida en usted mismo. Sabrá que
todo –todas las infinitas formas del mundo- no son más que emanaciones de
su existencia. Se dará cuenta de que es usted quien se refleja en todas partes,
y que es su propio reflejo el que pasa ante sus ojos.

Usted tiene dentro de sí este poder de trascendencia sobre la vida dominadas
por el ego. Puede darse la vuelta y mirar hacia el interior, descubrir su
naturaleza espiritual. Entonces podrá vivir cada uno de sus días, con
independencia de lo que pueda estar haciendo, con la sensación de éxtasis que
se deriva de hallarse en el sendero de la búsqueda sagrada. Hacer explotar esa
luz implica entender quién es uno y qué está haciendo aquí, en esta cosa
llamada cuerpo, en este lugar llamado mundo, en este momento de su via.


UNA MIRADA ÚNICA A SU VIDA 

El punto de partida de su búsqueda es entender que el universo y nuestra
participación en él no son fortuitos.
La inteligencia fluye a través de todo el universo, y ha tenido muchos nombres.
Hace que los planetas giren en sus órbitas, que las galaxias permanezcan en
su sitio, que las semillas broten, las flores se abran y que usted, sí, usted,
respire, camine y piense.

Esta inteligencia invisible está en todas las cosas, en todas partes. No puede
cogerla ni verla ni olerla. Pero usted sabe que está ahí.

La energía exterior, que controla la materia y el mundo físico, es finita. Esto
significa que hay unas cantidades limitadas de oxígeno, hidrógeno y carbono.
No hay ningún otro lugar al que ir en busca de más cuando se nos acaben.
Todos los elementos físicos, identificados por los científicos y estudiados por
los colegiales de todo el planeta, son finitos.

Todas las cosas de nuestro mundo visible están hechas de estos elementos
que existen en cantidades finitas. Me gusta pensar en lo material como en algo
que se renueva permanentemente. Puesto que tenemos sólo una cantidad
limitada de este “material”, tiene que ser constantemente transformado.
El hierro que tiene hoy en la sangre, forma parte de toda la reserva de hierro.
Es evidente que estaba en otra parte antes de que usted fuese concebido.
Hace quince millones de años podría haber sido parte de un depósito de mena
de hierro de Afganistán. Hoy forma parte de la energía no interna que le anima
a usted.

Y así ocurre con todas las partículas físicas del universo. Es una reserva finita
que se recicla sin parar. Partículas materiales que tienen una forma, regresan a
la Tierra y se trasforman. Como una partícula de magnesio de una espada que
aparece más tarde en el fémur de una pantera.

Emily Dickinson escribió un libro de poemas, El lebrel solitario, en el que
describe este fenómeno. Es mucho más atractivo que cualquier prosa que
pueda usar para ilustrar dicho tema.

Este polvo callado fue caballeros y damas,
Y muchachos y muchachas;
Fue risas, habilidades y canciones,
Y vestidos y rizos.
Este lugar pasivo una elegante mansión veraniega,
Donde flores y abejas
Cumplieron con su circuito oriental.
Luego cesaron, como éstas.

El yo físico que podemos ver y tocar está hecho del mismo material del que
está hecho todo lo demás. Sin embargo, usted es diferente de las cosas
externas a usted mismo. Para comprender esto, considere las cuatro
categorías que describen el mundo: mineral, vegetal, animal y humana. Si
tomáramos una muestra de cada una de estas categorías, las pulverizáramos y
colocáramos el polvo en cuatro recipientes separados para analizarlas, el
informe no presentaría ninguna diferencia discernible. Las muestras mineral,
vegetal, animal y humana comprenderían todas las mismas materias primas. Y
sin embargo, todas estas muestras difieren entre sí de un modo invisiel, que
está más allá de lo material.

Las diferencias, no obstante, no se encuentran en la conformación física de las
cosas. Se hallan en lo que llamaremos conciencia. Cada categoría tiene un
nivel distinto de conciencia.

Mineral

El mundo mineral incluye mucho de lo que ve a su alrededor. Para el ojo que
no está alerta son sólo cosas que se encuentran por ahí y no hacen nada.
Puede mirar una roca y ella no hará nada aunque la contemple eternamente.
Así pues, decimos que los minerales, aunque hechos de la misma materia que
nosotros, tienen muy poca conciencia.
(Digo “muy poca” porque para un científico cuántico, que estudia las cosas en
el nivel subatómico y piensa en términos de billones de años luz, los minerales
resultan fascinantes. Cuando se los examina a niveles subatómicos están
vivos, cambiando de modo interminable.)

Vegetal

El reino vegetal está conformado por los mismos elementos físicos que el
mundo mineral, pero tiene un nivel de conciencia muy diferente. La energía
vegetal produce, da fruto, crece haia la luz del sol y se protege de los
invasores. De alguna forma, la inteligencia organizadora ha tomado los
mismos elementos y los ha reunido para crear un producto que tiene más
conciencia que los minerales.

Animal

Una vez más, los animales están hechos de los mismos elementos que los
minerales y los vegetales, pero su nivel de conciencia es mayor. En ellos
vemos apareamiento, planificación de futuro, enseñanza de los jóvenes,
emigración y una amplia variedad de otros ejemplos de conciencia superior.
La inteligencia organizadora ha tomado los mismos elementos y ha hecho
criaturas con niveles de conciencia más altos.

Humano

También nosotros estamos conformados por los mismos elementos que las
otras categorías, pero tenemos niveles de conciencia todavía más elevados.
Podemos hacer muchas de las cosas que hacen las otras categorías, y
podemos hacer más.

Tenemos poder para comunicarnos con la inteligencia organizadora y para
crear una vida placentera. Podemos conocer la inteligencia organizadora
divina que forma parte de nosotros, aunque haya estado durmiendo desde que
tenemos memoria.

Sabe usted muy bien que existen diferencias importantes entre estas
categorías, y que estas diferencias no tienen nada que ver con el mundo físico.
En efecto, éste es un sistema inteligente en el que usted está integrado y eso
significa que su vida en este planeta es parte de dicha inteligencia.

Si el sistema es inteligente y esa inteligencia es invisible, y nuestra presencia
aquí es una parte de esa inteligencia, nunca podremos discernir absolutamente
nada al respecto mediante la utilización de instrumentos que sólo existan en el
mundo físico. Necesitaremos comunicarnos con esa parte que yo llamo
conciencia.

Usted necesita comenzar a mirar hacia su interior para ver quién es y por qué
está aquí.


USTED ESTÁ AQUÍ POR UNA RAZÓN

Existió un instante del tiempo en el cual usted estuvo en “ninguna parte”. En el
momento anterior a la concepción estaba “ahí”. Luego, en un instante
glorioso, pasó del ninguna parte al aquí y ahora.
Habrá otro instante glorioso en el que pasará del aquí y ahora al ninguna parte.
A ese momento lo llamamos muerte. Pero usted –ese usted inspirado,
inmutable, eterno, indivisible –continuará viviendo.

Si es verdad que formamos parte de un sistema inteligente, podemos suponer
que ese paso desde ninguna parte al aquí y ahora tiene un propósito. Al darse
cuenta de esto puede dejar de plantearse si es una creación divina con un
propósito, y sencillamente aceptar que lo es. Forma parte de este sistema
inteligente, y está aquí por alguna razón divina.
Esa razón tiene que ver con la energía espiritual sobre la que estoy
escribiendo. El conocer su yo espiritual constituye su búsqueda sagrada y el
reto de su vida.

Muchísimos de nosotros hemos crecido en la creencia de que somos el cuerpo
que los alberga, el trabajo que realizamos y la religión que practicamos.
Nuestras vidas participan de las realidades exteriores al mismo tiempo que
vemos que siempre cambian. Sin embargo, en alguna parte de nuestro interior,
nos sentimos iguales.

Puede que nunca le haya dedicado mucho tiempo a ese aspecto del yo, pero si
lo hace descubrirá un yo interno que nunca cambia sino que se encuentra
inmerso en un mundo cambiante.

Es probable que algún día su yo físico descanse bajo una lápida que dé cuenta
de la fecha de su nacimiento y de la de su muerte.
Pero su alma interior sabe que usted es eterno. En esa faceta de su yo carece
de forma, no tiene límites. Sin límites no hay nacimiento ni muerte. Lo que ha
nacido morirá, lo que nunca ha nacido nunca puede morir.

¡Su yo espiritual nunca nació! ¡Su yo espiritual nunca morirá!

El saber esto de una forma que no deje lugar para la duda le capacitará en gran
manera para su búsqueda sagrada. Cuando llegue a ese estado, sabiendo que
quien es usted es el yo inmutable, tendrá un propósito en su vida.
Sogyal rinpoche, en The Tibetan Bool of Living and Dying (El libro tibetano del
vivir y del morir) dice esto con unas palabras que merecen ser enmarcadas:
En el mundo moderno, hay pocos ejemplos de seres humanos que encarnen
las cualidades que derivan de la comprensión de la naturaleza de la mente. Así
que nos resulta difícil imaginar una iluminación o la percepción de un ser
iluminado, y más difícil todavía comenzar a pensar en que nosotros mismos
podemos convertirnos en iluminados.

...Aun en el caso de que pudiéramos pensar en la posibilidad de una
iluminación, una sola mirada a lo que compone nuestra mente –enojo, codicia,
celos, desprecio, crueldad, lujuria, miedo, ansiedad y agitación- minaría para
siempre la esperanza de conseguirla.

...La iluminación... es real; y cada uno de nosotros puede, quienquiera que
seamos, en las circunstancias correctas y con la preparación apropiada,
comprender la naturaleza de la mente y conocer por tanto lo que es inmortal y
eternamente puro en nosotros. Ésta es la promesa de todas las tradiciones
místicas del mundo, y ha sido cumplida y está siendo cumplida en incontables
millares de vidas humanas.

Usted puede ser uno de esos millares de seres humanos iluminados. Esto
sucederá cuando descubra la naturaleza de su verdadero yo, y relegue a un
segundo plano, donde le corresponde, la parte de usted que está centrada en lo
físico. Desde allí podrá animarse a continuar y mantener su yo elevado, en
lugar de actuar de forma que minen su esencia espiritual.

Todo este asunto de la búsqueda sagrada es real, y puede conocerlo, amarlo y
atesorarlo. Una vez que lo haga, ya no querrá volver a vivir de ninguna manera
que sea inconsecuente con su yo divino e invisible.
Usted no es ese nombre, ni esa ocupación, ni ese número de la seguridad
social, ni ese cuerpo.

Con independencia de su familia, o de la etiqueta que le hayan colgado. En la
inteligencia de Dios usted es sagrado, y tiene un propósito para estar aquí.
Ese propósito no lo encontrará en el mundo físico. Cuando deje de buscar la
satisfacción en el mundo externo, la totalidad de su ser, icluido su mundo
material, reflejará su divinidad.

La verdadera definición de la propia conciencia es el descubrimiento del yo
superior y la jubilosa vida. Es la conciencia de su energía interior y lo más
elevado de usted mismo. Es una conexión con lo divino y todo lo inmutable.
La propia conciencia está en la génesis de su yo.


LA EXPERIENCIA DE LA PROPIA CONCIENCIA

¿Qué experimentará cuando haya respondido al reto de mirar hacia el interior y
vivir según las directrices de su yo espiritual? Continuará “cortando leña y
acarreando agua”, como nos dice un antiguo proverbio zen. No desarrollará de
modo repentino nuevos talentos e intereses.
No obstante, tendrá un nivel de conciencia que le permitirá ver cosas que han
estado ocultas. Esta comprensión le proporcionará una sensación de paz y
satisfacción interior.

La experiencia de la propia conciencia no es algo que se pueda obtener del
mundo físico. Pero sus interacciones con el mundo físico se verán alteradas
de forma espectacular cuando la adquiera. Será capaz de manifestar con
precisión qué necesita del mundo físico. Participará en la creación de lo que
su yo inerno sabe que es necesario para la búsqueda sagrada.

Esta comunicación con su yo interno le llevará a nuevos grados de conciencia
superior. Vivirá los siguientes cambios derivados de la conciencia superior, y
se convertirán en parte de su vida diaria:

1.- Experimentará e intensificará el significado de la conciencia. Se dará cuenta
de que en este sistema inteligente no existen los accidentes. Comprenderá que
todo lo presente en su vida tiene algo nuevo que enseñarle. Apreciará a todas
las personas y todas las cosas de su vida.

Al saber que no existen las coincidencias, comenzará a confiar en esa
sensación de que los acontecimientos en apariencia desconectados tienden un
significado. Incluso empezará a crear esas situaciones cuando las necesite.
Se sentirá ante el destino como un igual, en lugar de una víctima del mismo.

2.- Descubrirá la existencia de una fuente universal de energía. Usted tendrá fe
en esa fuente universal de energía. Comenzará a ejercitar su capacidad de
establecer contacto con esta fuente y a convertirla en parte de su vida
cotidiana. Desarrollará un profundo conocimiento sobre la energía divina y su
capacidad para acceder a esa energía.

Será incapaz de abrigar ninguna duda acerca de la fuente universal de energía.
Comprenderá que todos los seres son parte de ella y que ésta es lo que les
anima. No tendrá duda de que todas las debilidades y falsedades se derivan de
la negativa a reconocer estos hechos.

3.- Se sentirá amado. Pedirá y aceptará la guía de Dios. Esta vitual nutrición
espiritual la percibirá tanto en sus experiencias internas como externas. El
miedo inmovilizador disminuye al sentir la presencia de la energía divina. Todo
parece ser como debe ser, a pesar de que puede que no lo entienda. Se sentirá
en paz respecto de lo que ve y lo que siente.

Sus deseos de enmendar y reparar los errores de su vida también forman parte
de este plan divino. Buscará satisfacer sus deseos para servir a Dios y a la
humanidad con lucidez y ánimo de paz.

4.- Desarrollará sus sentimientos de respeto y estima. Comenzará a ver la
belleza, y a sentirse que le embarga un sentimiento de respeto ante la
magnificencia del universo. Estimar la belleza es en realidad la sensación de
amor que se experimenta cuando se está conectado con lo divino. Ese amor le
llenará con una nueva sensación de fortaleza.

Al centrar su energía interna en la belleza que le rodea, recibirá esa energía.
Con la práctica, este tipo de receptividad se transformará en una fuente de
sustento en su vida diaria.

– Se sentirá conectado con todos. Al transformarse su yo superior en la fuerza
dominante de su vida, se volverá cada vez más consciente de su vinculación
con los demás.

Al igual que usted puede observar millares de flores con diferentes tonalidades
originadas por el mismo haz de luz, podrá observar también muchos matices y
formas distintas en personas, con lenguas, costumbres e ideas políticas, todas
originadas en una sola esencia. Una luz, muchos colores. Una esencia,
muchas manifestaciones físicas. Esto no será una mera percepción filosófica.
Será una forma de vida.

Sentirá que cualquier cosa que sea destructiva para un ser humano es
destructiva para todos. Sabrá que la esencia o fuerza vital que fluye a través
de usted, fluye a través de todo. Esta conciencia superior le llevará a la
conclusión a la que llegó el Mahatma Gandhi: “Dios no tiene religión”. Esa
conciencia le proporcionará la energía del amor, la cual nos ayudará a unirnos
a todos.

6.- Establecerá una nueva relación con la realidad. Cuando su alma se
convierta en la fuerza que guíe su vida, romperá la relación habitual con la
realidad. Los límites de su percepción se ampliarán para incluir otro mundo
que coexiste con el nuestro. Sabrá que los límites existen en la medida en que
el orden social define nuestras vidas. Trascenderá el orden social y romperá
esa caduca relación una vez que haya transformado su realidad personal.
Cuando descubra que es ilimitado, diferentes opciones comenzarán a nacer,
hijas del conocimiento ilimitado que reside en su interior. Ya no creerá ni
siquiera en las suposiciones de más sólida apariencia sobre sí mismo y lo que
le rodea. Sabrá que todos los “poderes” que se les reconocen a los maestros
espirituales están dentro de usted.

Sus niveles de conciencia cambiarán de un modo tan espectacular que ya no
se sentirá limitado por la realidad de la mayoría.

7.- Experimentará la entrega y la aceptación. Finalmente dejará de luchar y se
limitará a dejarse ir, a pesar de que no consiga entender por qué acontecen
tantas cosas que no están de acuerdo con la forma en que usted orquestaría el
universo. Aceptará que Dios sabe lo que está haciendo. Este proceso le
transformará, será más eficaz en su búsqueda.

Ya no juzgará a Dios. Por el contrario, sabrá que éste es un sistema inteligente.
Los huracanes, los tornados, las muertes accidentales, el delito y la pobreza
serán vistos como partes de este plan divino de la misma forma que lo son los
días nublados, los mares en calma, la compasión, la prosperidad y la plácida
muerte. Su deseo por mejorar las condiciones también participa de ese plan.
Trabajará en ello, en lugar de centrarse en por qué son “erróneas” esas
condiciones.

8.- Se convertirá en un soñador despierto. Su mayor conciencia se lo
permitirá. Todo lo que sea capaz de conseguir cuando sueña será posible
cuando esté despierto. El poder de su mente para dar forma a lo que antes
sólo podía ocurrir en sueños, comenzará a constituir su realidad en estado de
vigilia.

En sueños, cuando quiere examinar en detalle un objeto no tiene que acercarse
a él: atrae el objeto hacia usted con el poder de su energía interior. Con la
misma energía, comenzará a dar forma a objetos o realidades en su estado de
conciencia de vigilia.

Comenzará a poder desplazarse por el tiempo, crear los personajes que
necesita la obra de su vida, a comunicarse con los difuntos, a estar en más de
un sitio a la vez, a hacerse invisible, a conseguir parecer más viejo o más
joven, y todos los otros “trucos” de los que disfruta en sus sueños.
Algunas personas necesitan toda una vida para aprender a convertirse en un
soñador despierto. Con su conciencia superior y la guía de su yo más noble,
se convertirá en uno de esos soñadores despiertos.

9.- Conocerá el poder y el éxtasis del silencio. Descubrirá que cuando “guarda
silencio” entra en uno de los lugares más sagrados que puedan existir.
Un momento de silencio es el más alto honor que podemos hacerle a alguien.
Descubrirá que también es el más alto honor que puede hacerse a sí mismo.
Como escribió Herman Melville: “El silencio es la única voz de nuestro Dios... A
todas las cosas y emociones profundas las precede y acompaña el silencio...”
Se apartará de la vida “ruidosa” y buscará el silencio. La oración y la
meditación serán parte integral de su vida. Las respuestas que busca, la guía
que necesita, la ayuda que requiere, aparecerán mientras practique el silencio
como un modo de honrar su verdadero yo. Será capaz de vivir esos
momentos preciosos a voluntad.

El ruido y la agitación serán incapaces de penetrar en su silencio. Entre el
tráfico, en medio de tensas reuniones, durante ejercicios de competición, en
casa, con sus hijos jugando y haciendo escándalo... será capaz de acceder a su
propio silencio y saber qué quería decir Melville cuando escribió: “El silencio
es la consagración general del universo. El silencio es la invisible imposición
de las manos del divino pontífice sobre el mundo” Ésta será su realidad una
vez lograda una mayor conciencia en su vida.

10.- Sabrá que hay una solución espiritual para cada problema. En el reino del
espíritu encontrará las respuestas para las dificultades. Su yo superior tiene la
solución, con independencia de lo insoluble que pueda parecer el problema.
Los problemas como la adicción a las drogas, la comida y el alcohol tienen
soluciones en su yo superior. Al entrar en su interior verá su excesivo deseo
de algo externo como un mal refugio ante el dolor. Cuando comience a
disfrutar del placer y alborozo por dirigir la mirada hacia su interior, el deseo y
la necesidad de lo externo desaparecerá.

Cuando empiece a conseguir un equilibrio perfecto al estar en paz, al escuchar
su cuerpo, la pulsión de comer en exceso o ser indolente ya no gobernará su
vida.

Cada problema –ya sea en una relación amorosa, económica o se refiera a la
salud o la imagen personal- tiene una solución en su yo superior. Cuando esté
en paz, goce del silencio, medite y escucha, escuche a Dios; se apartará de lo
mundano y se encaminará hacia lo divino de su interior. Sabrá lo que necesita
hacer.

11.- Pasará de adquirir a compartir. En este superior estado de conciencia
pasará de los deseos personales a preguntarse: “¿Cómo puedo ser de
ayuda?”. En lugar de centrarse en lo que puede obtener, le guiará el deseo de
ayudar a satisfacer las necesidades de otros. Lo paradójico de esto es que
entonces comenzará a ver que la abundancia afluye a su propia vida.

Deseará menos y sin embargo se sentirá más satisfecho Apartará la atención
de sí mismo y obtendrá placer al ayudar a los otros. Necesitará menos, querrá
menos y se sentirá menos atraído por la adquisición y la posesión. Sabrá lo
que quiso decir Albert Shwwitzer cuando escribió estas palabras: “Cada
hombre tiene que buscar por sus propios medios que su propio yo sea más
noble, y para darse cuenta de cuál es su verdadero y propio valor. Tiene que
dedicarle un poco de tiempo a sus semejantes. Aunque sea poca cosa,
présteles ayuda, h aga algo por ellos, algo por lo que no recibirá más que el
privilegio de hacerlo. Porque recuerde, usted no vive sólo en el mundo.
También están aquí sus hermanos”.

12.- Vivirá de manera auténtica. Ya no tendrá ninguna dificultad para ser usted
mismo. Sabrá que una existencia vivida de modo auténtico conduce a al
verdad universal y a una superior conciencia.

Se aceptará al saber que cualesquiera que sean sus ctos en el pasado, incluso
los que puedan haber sido destructivos e inmorales, fueron una parte de quien
era en esa época y contenían grandes lecciones. Será capaz de decir con
convicción: “Soy lo que soy”. Mientras que a algunas de las personas que
están cerca de usted esto podría resultarles difícil de aceptar, ya no será capaz
de actuar en contra de sus ideas.

Cada vez le resultará más fácil escuchar sin estar a la defensiva, porque su
conocimiento interior será grande y satisfactorio. Vivirá su existencia de forma
auténtica: cumplirá el objetivo que tenía para estar aquí, sabiendo que “la vida
pone exámenes” y aprendiendo de aquellos que suspendió. Su autenticidad se
basará en el descubrimiento de que no puede emular a otras personas, y a
pesar de eso ser sincero consigo mismo y con Dios.

13.- La alegría será su estado natural. Accederá a un conocimiento interno
plácido, como un tibio fluido que corre por dentro de usted. Descubrirá que la
alegría es un estado natural y que puede alcanzarse sin recurrir a sustancias.
La alegría es un estado de gracia, y un estado de autosuficiencia. Es una
conexión con Dios, una conexión con la verdad universal. La alegría, el
contento, le proporciona la sensación de tener un propósito.

14.- Enjuiciará menos y será más magnánimo. La conciencia superior anulará
sus tendencias enjuiciadoras. Comenzará a ver que juzgar a los demás no los
define a ellos, sino que le define a usted. En consecuencia, se sentirá menos
inclinado a juzgar a las personas o las cosas.

Aceptará que los otros recorren su propio sendero. Aquello de ellos que antes
le irritaba, se convertirá en el reflejo de una parte de usted mismo. Como lo
expresó Carl Jung: “Todo lo que nos irrita de los demás puede conducirnos a
un entendimiento de nosotros mismos”.

Será capaz de verlo todo de esta forma no enjuiciadora. Aprenderá lecciones
por las que se sentirá agradecido. Por eso, le resultará bastante fácil
reconciliarse con el perdón.
Sabrá que aquello percibido como “erróneo” eran divinamente correcto. La
ausencia de crítica y la capacidad para perdonar aportarán una nueva
serenidad a su vida.

También comenzará a perdonarse a sí mismo. Verá los errores como
lecciones. Esto le liberará hacerse reproches a sí mismo. Ha tomado la
decisión de ser libre.


TOMAR LA DECISIÓN DE SER LIBRE

Los elementos de la conciencia superior descritos en los catorce ejemplos que
acaba de leer son aspectos de la libertad personal. Y le corresponde a usted
escogerlos.

La dificultad reside en que la conciencia humana es como una casa enorme
con muchas habitaciones. Cuando nacemos, es como si llegáramos a una de
las habitaciones de la conciencia y viviéramos allí hasta que morimos. A veces
intentamos acceder al resto de la casa empujando la puerta sin éxito.
Para abrir con éxito la puerta que conduce a la conciencia superior debemos
abrirla hacia dentro. Cuando uno se da cuenta de que no tiene por qué estar
encerrado en una habitación de la conciencia, se enfrenta a la decisión de
tomar una dirección diferente. Y es en ese momento cuando toma la decisión
de ser libre.

La libertad es la capacidad para abandonar la única habitación de la conciencia
en la que uno nació. En esa habitación se aprende cuáles son los límites de la
vida. Fuera de esa habitación se aprende que la vida cuenta con posibilidades
ilimitadas. Usted no tiene por qué ser una de las personas que Arthur
Schopenhauer describió en la siguiente frase: “Todos tomamos los límites de
nuestra visión como los límites del mundo”.


UNA DEFINICIÓN RADICAL DE LA LIBERTAD

Mi proyecto de escribir sobre la libertad recibió un firme impulso cuando mi
familia y yo vivimos una “aventura a lomos de un caballo” hace unos años, en
Maui, una isla del archipiélago de Hawai. Para mí, la experiencia fue una
coincidencia significativa. He aprendido a reconocer y honrar dichas
experiencias. Me ayudan enormemente a tener un propósito en la vida.
“Aventura a lomos de un caballo” es el nombre que Frank Levinson, con su
amiga Amber, le ha dado a la odisea espiritual que dirigen en una región
apartada de Maui. MI familia y yo tuvimos la oportunidad de pasar un día “a
lomos de un caballo” en la hermosa casita que Frank tiene allí.

Les dije a Amber y Frank que planeaba escribir un libro sobre cómo ponerse en
contacto con la parte espiritual de nosotros mismos, y permitir que quien
gobernara fuese el lado humanitario. Amber dijo:

En ese caso, escribirás sobre la libertad. Lee el libro de Florinda Donner.
Entró en el dormitorio y volvió a salir con un ejemplar de Being-in reaming
(Vivir en sueños), e insistió en que me lo llevara y me quedara con él.
Yo ya lo he terminado –dijo ella-, y he estado esperando a que llegara la
persona indicada para leerlo. Quiero que te lo quedes como regalo.
Mientras íbamos en coche hacia el otro extremo de la isla, le dije a mi esposa,
Marcelene:

Tengo la impresión de que leer este libro será un acontecimiento que cambiará
mi vida. –Y, desde luego, me puso justo ene l sendero que estaba buscando.
He aquí la definición de libertad de Florinda Donner:

¿Cuánto cuesta la libertad?

La libertad te costará la máscara que llevas puesta –dijo ella-, la máscara que te
hace sentir tan cómodo y tanto cuesta desechar, no porque se te adapte muy
bien sino porque la has llevado durante mucho tiempo. –Ella dejó de pasearse
y se detuvo ante la mesa de cartas.

“¿Sabes qué es la libertad? –preguntó retóricamente-. La libertad es la total
ausencia de preocupación por ti mismo –continuó al tiempo que se sentaba
junto a mí, sobre la cama-. Y la mejor manera de dejar de preocuparte por ti
mismo es preocuparte por otros.

¿Puede imaginarse vivir todo un día sin pensar en usted mismo? ¿Sin que
nada le ofenda, sin que nada le trastorne, sin que nada le enoje? ¿Es posible
ver el mundo como es? ¿Es posible despreocuparse de sí mismo en esa
situación?

¿Sería entonces capaz de tender la mano para ayudar a otros, de vivir, trabajar
y proveer, sin preocupase de lo que recibirá a cambio? Sólo trate de
imaginarse que no piensa en usted mismo ni una sola vez en todo el día, sin
preguntarse ni una sola vez por qué no le aprecian lo bastante, por qué no es lo
bastante rico, por qué no le tratan con la suficiente justicia.
Sólo advierta que los otros hacen lo que hacen, sin compararse con ellos.
Entregue algo de sí mismo y no pida ni espere nada a cambio. Simplemente
viva. ¡Es libre!.

He aquí los párrafos finales del maravilloso libro de Donner:
Florinda me había dicho que la libertad es una absoluta ausencia de
preocupación por uno mismo, una falta de preocupación que se logra cuando
la mayor parte de la energía apresada dentro de nosotros es puesta en libertad.
Había dicho que esta energía sólo se libera cuando ponemos límites al elevado
concepto que tenemos de nosotros mismos, de nuestra importancia, una
importancia que sentimos que no debe ser violada ni objeto de burlas... El
precio de la libertad es muy alto. La libertad solo puede alcanzarse cuando se
sueña sin esperanza, cuando está dispuesto a perderlo todo, incluso los
sueños.

Para algunos de nosotros, el soñar sin esperanza, el luchar sin ninguna meta
en mente, es la única manera de mantenernos a la altura de la libertad.
La libertad, si se la define como ausencia de cadenas, existe para muchos.
Pero si libertad significa librarse de aquello que nos constriñe la conciencia
diaria, si la libertad significa tener visiones ilimitadas, si la libertad significa
crear milagros y vivir en una dimensión espiritual radicalmente nueva,
entonces la libertad existe para muy pocos.

Si puede olvidarse de la idea de su propia importancia sin derribar su propia
estima, está escogiendo el tipo de libertad que Florinda donner me ayudó a ver.
También sabrá lo que quería decir Janis Joplin cuando cantaba: “Libertad no
es más que otra palabra para decir que no hay nada que perder”.
Cuando no se tiene nada que perder, se es libre por completo, y cuando no
preocupa la propia importancia, se tiene libertad. Se tiene un propósito, se vive
en júbilo, y uno espera que el mundo sea un lugar divino donde amar a los
otros. En realidad está creando de nuevo su mundo con su recién hallada
libertad. Y a uno ya no le obsesiona obtener el crédito de nadie.


SU PAPEL EN EL PROCESO DE CREACIÓN

En los últimos años se han escrito centenares de libros sobre la mecánica de la
creación. Mi favorito es Wuantum Consciousness (conciencia cuántica), de
Stephen Wolinsky. Este libro ofrece un punto de vista comprensible sobre
cómo se crea el universo. Le insto a leer el libro del doctor Wolinsky, y poner
una particular atención en el ejercicio que recomienda para entender la
mecánica de la creación.

Lo siguiente es una descripción elemental de cómo se crea todo lo presente en
el universo, lo cual le ayudará en su búsqueda sagrada.
La totalidad del universo está hecho de energía, cuya mejor descripción de esta
energía es aquella que la representa como una onda.
A las partículas más diminutas que conocemos las llamamos partículas
subatómicas. Sin embargo, no están hechas de materia; son energía.
Estas partículas son tan diminutas que el único medio por el que sabemos de
su existencia es por el rastro que dejan en los aceleradores de partícula.
Las partículas parecen existir sólo cuando las observamos. Sólo cuando se
toma la decisión de ver una partícula, la onda de energía se convierte en una
entidad concreta.

La atención dirigida hacia esa energía reconocible como una onda es lo que
crea la realidad que llamamos partícula o sólido, o mundo físico.
Wolinsky escribe: “El observador es el creador de la partícula / masa del
universo... Esto significa que la manera en que experimentamos
subjetivamente los acontecimientos, interacciones, y nuestro yo interno viene
creada por el observador... por nosotros”.
Piense en esto mientras considera su búsqueda. Aquello sobre lo que su
atención se centre, aquello será lo que creará. Yo no puedo entender cómo
dichas partículas invisibles funcionan en el plano cuántico, pero reo que estas
pruebas científicas nos ofrecen formidables pistas sobre los efectos y poder de
nuestra atención conscientemente dirigida.
Abrazar de manera consciente la plenitud de dios en todo lo que uno ve y
hace, y centrar la atención en lo que se quiere conseguir, es el secreto del
mecanismo de la creación.

Cuando uno opera desde su yo superior, está al mando. Se convierte en un
co-creador con Dios de todas las realidades de su vida.
En The Tao of Physics (El Tao de la física), Fritjof Capra escribe: “si los útiles
de la medición se modifican, las propiedades de la partícula cambiarán”. Esto
significa que cuando uno centra su atención en algo y se convierte en el
observador, el acto de observar afecta a la creación. Pero si modifica su
modelo de observar y/ aparta la atención, también la creación se verá afectada.
La creación de cualquier cosa en el universo físico está determinada por el tipo
de atención que uno le dedica. Aparte al observador (la atención( y alterará la
creación. La forma en que una onda se hace sólida e independiente es
mediante la atención consciente del observador.
Éste es el valor de aprender a mirar hacia el propio interior y centrar la atención
en lo que uno quiere crear. Las partículas subatómicas existen o desaparecen
dependiendo del observador.

La experiencia interna de mantener su yo superior centrado en el objeto de su
deseo constituye el proceso de creación de su vida. O como lo describe Gary
Zukav en The Dancing Wu Li Masters (Los maestros danzantes Wu Li): “Lo que
hay ahí fuera al parecer depende, en un riguroso sentido matemático así como
filosófico, de lo que nosotros decidimos aquí dentro. La física moderna nos
dice que un observador no puede observar sin alterar lo que ve”.
Usted puede decidir lo que hay aquí dentro por el sistema de volver la vista en
una dirección nueva. Ha de saber que lo que está observando y a lo que está
dedicando su atención en el interior, afectará a lo que suceda en el exterior.
Creará un mundo de alborozo y conciencia espiritual si es allí donde decide
concentrar su atención.

Todo esto tiene por significado poner en su conocimiento que la mecánica del
universo y de su búsqueda son un mismo proceso.
Hasta ahora he descrito la búsqueda sagrada y lo que sentirá cuando le haya
dado la vuelta a su vida. El apartado siguiente ofrece sugerencias para la
práctica diaria. Estos ejercicios le ayudarán en el proceso de cambiar su
mirada.


SUGERENCIAS PARA ACEPTAR EL RETO DE LIBERTAD.

Cada día haga un intento de ayudar a otras personas de alguna forma y no se
lo diga a nadie. Con lentitud, las preguntas sobre su propio valor y por qué
está aquí se evaporarán. Tan sólo una pequeña ayuda o amor entregado a otra
persona, sin pensar que le deben algo, le pondrá en el sendero de la conciencia
superior.

Copie esta verdad antigua y reléala a diario: “Cuando busques felicidad para ti
mismo, siempre te eludirá. Cuando busques felicidad para los demás, la
entrarás para ti mismo”

Practique la consecución de coincidencias significativas: fórmese en la mente
una clara imagen de algo que le gustaría que ocurriera en su vida.
Una oportunidad laboral, conocer a su pareja perfecta, abandonar un
comportamiento adictivo. Manténgase centrado en esta imagen y dé amor con
toda la frecuencia que le sea posible, teniendo esta imagen en mente.
A medida que perfeccione la manera de mantener la energía interna sobre lo
que le gustaría lograr, y continúe dando amor, atraerá las coincidencias que se
adapten perfectamente a su deseo. Esto se lama dirección de las
coincidencias, y es algo que yo practico a diario. Funciona.

Valore de modo constante el mundo interior. Comience a reparar en sus
pensamientos y recuerde que el sencillo acto de pensar es una prueba de que
hay una energía invisible que fluye a través de usted todo el tiempo.
Perciba a su pensador: es decir, el yo invisible que está detrás de sus
pensamientos. Busque conocer al que sabe, la inteligencia invisible que reside
detrás de lo que llamamos conocimiento. Lo conocido está siempre en
movimiento; cambia y no tiene ningún lugar de asiento. Es el que sabe, el
inmutable y eterno.

Con esta conciencia comenzará a conocer su divinidad. Fuera de esta
conciencia será capaz de dar forma al mundo que desea.
Mantenga conversaciones con Dios. En lugar de pedirle favores, afirme su
voluntad de utilizar toda su fuerza interior para crear soluciones. Pida la fuerza
y esté dispuesto a realizar lo que sea necesario.
Saber que se es capaz de acceder a la guía divina requiere algo más que una
práctica semanal. Dichas experiencias de saber provienen del interior y nunca
puede dudarse de ellas. Hacerlo trastoca la existencia.

Tómese tiempo para apreciar la belleza. Cuando contemple un pájaro, una flor,
una puesta de sol, una madre que amamanta a su hijo, un anciano o un
autobús escolar, ábrales el corazón. Permita que el amor circule desde usted
hasta ellos y sienta cómo le es devuelto. Cuanto más practique el recibir amor
del entorno, mas energía tendrá.
Hay energía en todas las cosas y seres. La forma en que recibe esta energía
invisible es mediante la apreciación de la belleza y la maravilla de nuestro
universo.

Con la práctica, será capaz de enviar al exterior el amor que recibe mediante el
sencillo acto de apreciar la belleza. ¡Inténtelo!

Intente apartar a todos los enemigos de sus pensamientos. La misma
inteligencia que fluye a través de usted fluye a través de todos los seres
humanos. Olvídese de las cosas que los intereses creados quieren que crea.
Todos somos uno; cada uno, una célula de ese cuerpo llamado humanidad.
Cuando se tiene esta mentalidad universal, la persona se ve libre del odio que
divide a la humanidad, y es incapaz de participar en la violencia. El acto de
herir a otro, con palabras o armas, es un acto de separación.
Cuando uno sabe que está conectado con todo, no puede ni imaginar que
golpea a otros, mucho menos sentir odio por pretendidos enemigos. La
respuesta a nuestro problemas de violencia se halla en el reino espiritual.
Piense en usted mismo como alguien sin limitaciones y establezca una nueva
relación con la realidad. Imagínese capaz de conseguir cualquier cosa que su
mente pueda representarse.

Sueñe que vuela, que cambia de forma, que desaparece y reaparece, y
cualquier cosa que le resulte atractiva. Establezca una nueva relación con la
realidad que sólo dependa de lo que usted quiera ser.
Despójese de todo lo que le han dicho que es imposible o irreal, y establezca
con Dios lo que es posible para usted. Examine todas las dudas que tiene
sobre los milagros y quienes los obran, y reemplace esas dudas por una
postura abierta.

Su meta es tener una relación muy personal con la realidad.
¡Abandónese! Esto implica un acto del corazón. El acto de entrega tiene lugar
en un momento, Deje atrás sus conflictos con lo que es y lo que puede ser, y
abandónese. Deje de preguntarse: “¿Por qué yo?”.
Acepte el hecho de que su cuerpo morirá y que usted es eterno. Fúndase con
este concepto cuando alguien muera, y deje de decirse que su muerte no
debería haber sucedido de la forma en que sucedió. Puede abandonarse y
aceptar, y también puede llorar.

Repare en cualquier diálogo interno repetitivo sobre los horrores y tragedias
del mundo. Abandónese y despójese de él. Esto no significa que vaya a
regocijarse con el sufrimiento de los demás. Significa que no centrará su
energía interna en el sufrimiento. Lo cual le hará sentirse más dispuesto a
eliminar el sufrimiento de los demás.
Cada día mueren millones de personas, y millones más aparecen en este
planeta. Es una obra de constantes entradas y mutis. Todas sus opiniones
sobre cómo debería suceder no son más que nociones que uno tiene de cómo
Dios debería dirigir esta obra.

Pero todo es perfecto; incluso la parte que le desagrada o juzga negativa.
Abandónese y tenga presente que también usted es uno de esos personajes
que han hecho su entrad ay acabarán haciendo un mutis. Pero tanga también
presente que es eterno, y que ésta es su más cierta realidad.
¡Abandónese! Solo requiere un instante.
¡Sueñe despierto! Eso es. Recuerde que no tiene por qué irse a dormir para
poder soñar. Concédase momentos para soñar sin dormir.
Permita que su mente cree todo lo que puede crear cuando sueña dormido.
Mediante la práctica de este ejercicio llegará un día en que no será capaz de
distinguir entre sus sueños de vigilia y sus sueños nocturnos. Éste es un lugar
maravilloso, porque le proporciona la oportunidad de crear mentalmente el
marco de su experiencia vital.

Soñar despierto puede hacerse sentir ilimitado. Lo hacía de niño y le
etiquetaban de soñador. Pero aquellos fueron momentos maravillosos.
Cuando se libera de los límites autoimpuestos que experimenta en la
conciencia de vigilia, entra en el mundo del espíritu. Es ahí donde llega a
conocer su yo superior, a experimenta a Dios. Es ahí donde puede mantener
conversaciones con esas personas, importantes en su vida, que ya han
fallecido. Es ahí donde puede recibir guía y la confirmación de su esencia
inmortal.

Tómese cada día un tiempo para el silencio. Podría ser una forma de
meditación, pero si prefiere no hacerlo, simplemente permítase algunos
momentos de silencio. Viva su silencio durante al menos treinta minutos
diarios.

Cuando estamos enamorados, solemos decir que nos faltan las palabras.
Usted está buscando ese amor divino interior como parte de su búsqueda
sagrada, así como concédase tiempo para guardar silencio.
Cuando sentimos asombro ante algo decimos: “Me faltan las palabras”. Esto
es un indicio de valor de silencio. Encontrará a Dios cuando permita que la
parte espiritual de su conciencia domine su vida. Abandone el ruido, las
precipitaciones y el bullicio de su vida durante sólo treinta minutos al día, y se
convertirá en un momento que apreciará como un tesoro.
Imagine una solución espiritual para su problema. Piense en el problema más
grave con que se enfrenta hoy. Escríbalo. Ahora repase todos sus pasados
intentos de solventar esta dificultad. Verá que la práctica total de los esfuerzos
que ha realizado para corregir ese problema estaban centrados en el mundo
exterior.

Ahora intente un enfoque por completo distinto:
Primero repare en la parte emocional del problema que le inquieta: la tristeza, el
enojo, el dolor, el miedo. Luego tome la decisión de que esta emoción es
negativa e indeseable para su vida. Ahora repare en la sensación que le
produce esta experiencia interna.

Está fijando su conciencia interna en lo negativo de la emoción que despierta el
problema. Sólo dese cuenta de ello. Ahora, quítele la etiqueta de negativa a la
emoción y limítese a aceptarla como lo que es ni mala ni buena, sólo una
emoción. En lugar de etiquetarla, mírela como energía, obsérvela como tal.
Ésta es una forma espiritual de abordar la solución de su problema. Se ha
convertido en observador. Está considerando la emoción relativa a su
problema como simple energía. Antes de que pase mucho tiempo, verá
desaparecer las emociones. Sus sensaciones de tristeza, ansiedad y miedo se
disiparán, mediante el solo acto de observar.

A medida que se siente cada vez menos ligado emocionalmente, el problema
desaparecerá de modo paulatino. Una solución espiritual es aquella en la que
se desliga emocionalmente del resultado y ve la energía como algo que fluye a
través de usted. Mediante la observación de esa energía, se aleja del dolor. El
acto de observación comprensiva disipa el problema.
Aligere la carga a partir de hoy. Haga un repaso de todas las pertenencias que
ya no usa y compártalas con otros. Puede hacerlo con todo lo que posee.
Cuantas menos sean las cosas a las que se aferre, mas libre será. El acto de
compartir sus pertenencias es un acto de conciencia superior. A la postre,
será capaz de entregar las cosas que todavía usa, y luego será también capaz
de dar su dinero. Sabrá que todo lo que dé le será devuelto con creces.
Recuerde la máxima: “Muchísimas personas desprecian el dinero, pero pocas
saben darlo”.

Al aligerar su carga material, gastará menos energía en atesorar, asegurar,
preocuparse y demás. Cuando menos apego se sienta a sus pertenencias, más
capaz será de compartirlas de forma incondicional con otros, y más plácida
será su vida.

Esfuércese en estar satisfechos de sí mismo en vez de forzarse a complacer a
otros fingiendo. Diga para sí: “Yo soy lo que soy y eso está bien siempre y
cuando no le haga daño a otras personas”.
Esta afirmación evita que tenga que cambiar su yo auténtico por uno falso.
Usted es una criatura divina, eterna e inmutable. El resto no es más que la
representación que lleva a cabo el cuerpo.
Séale fiel a su yo invisible. Hágalo en silencio y sin alharacas, pero hágalo. Su
comportamiento, más que sus palabras, le enseñará a la gente que no está
dispuesto a ser algo que no es. NO hay necesidad de hacer aspavientos. Un
encogimiento de hombros, o un apartarse de las situaciones comprometidas, o
una declaración firme, suelen bastar.
Tenga claro sus tendencias internas y no será agresivo cuando su inclinación
sea estar sereno, ni atlético cuando sabe que no es lo suyo, ni homosexual
cuando su guía interior le dice lo contrario.
Esto significa estad dispuesto a confiar en su yo interno y atenerse a esa guía
interna ante las presiones de los demás.
Dirija su atención hacia lo que le complace. Por ejemplo, si tiende a imaginar
desastres, cambie esta costumbre por la contraria. Recuerde que aquello en lo
que piensa acaba tomando forma. Ahora, después de haberse representado
mentalmente la tragedia, vuelva a representarla con un final feliz. Es
importante que haga esto cada vez que se sorprenda deslizándose hacia
catástrofes imaginarias, porque si no lo hace provocará los resultados que
teme.

Usted tiene el poder de hacer que su mundo interior trabaje en su beneficio o
perjuicio. Úselo para crear las satisfactorias imágenes que quiere que ocurran
en su mundo material, y llegará un momento en que esa satisfacción interna
abrirá el camino que recorrerá.
Puede llevar una vida apacible y placentera. La elección está en sus manos.
No juzgue. Si ve a alguien que es muy diferente de usted en apariencia física,
edad o posición económica, utilice su mente para transmitirle amor y no
censuras, Si de modo instantáneo, por la fuerza de la costumbre, hace un
juicio, reconozca que acaba de hacerlo, y luego transmítale a la persona su
amor incondicional durante un segundo.
Esto le hará perder el hábito de enjuiciar y hará que adquiera el de usar la
mente para transmitir el tipo de amor que recargará de energía su vida.
Éstas son algunas sugerencias con las que puede trabajar cada día al iniciar su
búsqueda del yo trascendental.
Usted tiene las capacidades para responder a este reto, pero antes de estar en
verdad preparado, necesita examinar mucos hábitos que ha adquirido a lo
largo de la vida, en la que su ego y el mundo material han sido quienes han
dirigido su existencia.


WAINE W. DYER

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