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jueves, 31 de agosto de 2017

La mejor cura para el cuerpo, es saber curar el alma


Muchas veces nos vemos afligidos de salud, nuestro cuerpo, compañero e instrumento de lucha en la vida, nos comienza a mostrar síntomas de que no se encuentra bien, de que requiere algún tipo de atención, por ello, ante las manifestaciones del cuerpo, menester es saber escuchar, pues si bien, algo puede estar fallando o verse afectado, algunas veces no encontramos la cura tan fácilmente.


Me llamas tu vida, llámame tu alma;
porque el alma es inmortal, y la vida es un día. 
Paul Charles Bourget


Así que toca revisar la mente, los pensamientos, las angustias y las decisiones que tomamos en la vida, conviene ver el alma, buscar dentro de nosotros, aquello que nos está generando una alerta a través de nuestra salud. El alma alberga todo, cada pensamiento, sentimiento y percepción de la vida, queda grabado en ella cada acción, cuál cera, donde todo lo que nos llega anida su recuerdo vivamente en el alma.

Además de ello, están los instintos, que se albergan en nuestra alma, que se activan ante los sucesos que nos tocan en la vida o que bien van manifestándose de distintas maneras y finalmente, están aquellas cargas que sumamos a nuestro equipaje en el viaje de la vida, con o sin intención, en la vida cada persona que se presenta deja una enseñanza y no parte de nuestra vida hasta que la hemos aprendido, pues en este transcurso las emociones se van haciendo sentimiento, en tanto son positivas, excelente, pero es prácticamente inevitable, no tomar también, emociones y sentimientos tóxicos y por ende negativos, que más que sumar, restan a nuestra persona, y la salud es un reflejo de ello.



¿De qué le sirve al hombre ganar el mundo si pierde su alma? Blaise Pascal


Existen enfermedades de las cuales no nos podemos librar de manera tan simple, aunque recurrimos a muchos remedios y alternativas, no se marchan, el mal persiste, entonces nos preguntamos ¿Qué pasa con nuestro cuerpo? cuando en realidad se trata del alma y lo que no logramos sanar en ella.

Es necesario que aprendamos a conocernos, sin temor y sin prejuicios, revisar cada pensamiento de nuestra mente y sentir como se manifiesta, que oculta nuestra alma, a donde nos lleva el recorrido de aquello que nos estamos permitiendo vivir.

Entre ser feliz y tener razón, elijo ser feliz


La vida se basa en las elecciones en hacemos, en los caminos que tomamos y en la forma en la cual decidimos vivir. Siempre estamos eligiendo y tomando decisiones, desde las más sencillas hasta las más complejas, tenemos la facultad y la potestad de elegir, por lo que no debemos tomarnos tan a la ligera lo que hacemos, pensamos y decimos hoy, pues será lo que cultivemos para recoger mañana. ¿Has pensado en lo que vas a recoger tu?…


Todos tenemos un poder especial: la facultad de elegir. 
Og Mandino


Al momento de elegir en nuestra vida, en circunstancias importantes y significativas, siempre se eleva la razón, parece ser está la condición más lógica y coherente de la acción humana, sin embargo, no siempre las decisiones más razonables nos hacen feliz.

Entonces, entramos en el conflicto de qué es realmente lo que deberíamos hacer, lo que deberíamos elegir. Yo elegí ser feliz por sobre la razón, sin herir, sin lastimar a nadie, pero siempre enalteciendo el cuidado que debo tener conmigo mismo, resguardando mi paz y desechando todo aquello que contamina mi vida. Elijo empezar de nuevo una y otra vez de ser necesario, levantarme tantas veces como caídas tenga, esquivar y enfrentar todo aquello que me encuentre en mi camino, y más allá de todo elijo ser feliz.



No tenía miedo a las dificultades: lo que la asustaba era la obligación de tener que escoger un camino. Escoger un camino significaba abandonar otros. Paulo Coelho


No importa que no siempre las cosas salgan como esperamos, tienes la capacidad de dejar entrar y de dejar salir de tu vida todo aquello que no necesitas o que te genera angustia, ansiedad, temores y dudas. La razón revela nuestro nivel de coherencia y nuestra felicidad manifiesta la mejor condición del ser humano.

Elige tu felicidad y aparta aquello que te lástima, actúa siempre con bondad y humildad, no juzgues jamás, tener razón no es imponer, algunas veces es preferible mantener la ignorancia para preservar la tranquilidad interior.



Cuando debemos hacer una elección y no la hacemos, esto ya es una elección. William James

miércoles, 30 de agosto de 2017

Y aprendí a vivir cuando entendí que la magia está en los detalles


La vida es un regalo tan hermoso, pero que podemos desperdiciar con tan facilidad, que asusta.  El estar hoy y no poder disfrutarlo porque nuestra mente raras veces hace cosas diferentes a escaparse a otro sitio o a otro tiempo, nos roba las experiencias, nos quita la posibilidad de saborear el momento, de sentir, de estar realmente.

La magia de la vida está en la forma en que la vemos, en esa manera particular de darnos cuenta de lo afortunados que somos, del milagro que somos, de todas las bendiciones que nos rodean y que nos forman. Nosotros de por sí somos un sistema perfecto, digno de admirar, por el cual debemos agradecer, mucho más allá de si estamos gorditos, si somos bajos o altos, si somos de un color u otro… Lo importante es la funcionalidad y lo esencial lo que llevamos dentro, lo que podemos dar y lo que somos capaces de recibir.


Muchos pasan la vida esperando los grandes acontecimientos, espera a ser mayores, esperan graduarse, esperan casarse, esperan tener hijos, esperan jubilarse, esperan, esperan y esperan… hasta que lo único que queda es esperar la muerte…

Así se pasan la vida a la expectativa de un acontecimiento futuro, en donde por algún motivo tienen esperanzas de cambio, porque aparte de todo, por lo general se sienten inconformes con lo que viven y lo más triste es que cuando llega eso que han esperado y no resulta como creían no les sirve de motivación para cambiar la manera de vivir las cosas, sino que el único cambio que generan en sus vidas es esperar un acontecimiento diferente.


La felicidad no se puede postergar, debemos aprender a ser felices sin importar las circunstancias, en el camino y cuando llegamos a la meta, cuando las cosas van como queremos y cuando no. Ser felices cuando todo está bien es mucho más sencillo, pero de decirlo, porque a nivel mental siempre encontramos la manera de limitar ese todo, de hallar problemas y puntos negros, encontramos la manera de sabotearnos y alejar la felicidad “sencilla”.

Cuando en las malas podemos ser felices, ahí sí es que hemos aprendido a apreciar la vida, eso significa que no importa lo que ocurra, entendemos que la felicidad está dentro de nosotros mismos, que solo depende de nosotros, de nada, ni de nadie. De esta forma entendemos que aun en los malos momentos hay cosas buenas que rescatar, pequeños milagros que agradecer, gestos que nos sacan sonrisas, abrazos que nos calientan el alma, presencias que nos dan soporte…

Quédate con esa paz que da el haber hecho lo correcto, aunque no te lo agradezcan


Muchas veces luego de haber hecho cualquier cosa que consideramos correcta, podemos caer en la tentación de arrepentirnos por la reacción o posición que otras personas adopten en relación a ello.

Debemos rescatar que cuando nosotros tomamos la decisión de actuar de una determinada manera, esto habla especialmente de nosotros y de las personas que de alguna manera han tenido influencia en nuestras vidas, pero no debemos llevar a cabo buenas acciones bajo la expectativa de que despertaremos en los demás agradecimiento, consideración, admiración o cualquier otra cosa, inclusive dependencia. El estar esperando una reacción de reconocimiento resta un tato de valor a nuestras buenas acciones.



Debemos actuar por convicción, porque sabemos que es lo correcto, debemos participar para bien en la vida de los demás porque somos capaces y queremos, porque nos sentimos cómodos aportando a la vida de alguien algo que resulte en un beneficio para su vida.

Aunque no hagamos las cosas pensando en una recompensa, el universo siempre se encarga de mantener nuestras vidas en equilibrio y nos aporta cosas muy similares a lo que nosotros damos, sin distinguir la fuente, lo cual quiere decir que el hecho de que yo entregue algo particular a alguien, no significa que ese alguien nos lo retribuirá. Así que por donde se vea, resultará enriquecedor hacer el bien, sin mirar mucho a quien, porque el universo sí lleva nuestro balance.



Hacer las cosas en armonía con nuestra consciencia, nos genera una paz y un bienestar que se convierten en estímulo, para cualquier otra oportunidad en donde tengamos la posibilidad de hacer las cosas bien, de aportar, de facilitar, de sumar a un escenario específico o la vida de alguien más.

Evidentemente el agradecimiento es fundamental en la vida del ser humano, de hecho la mejor manera de pedirle al universo es justamente agradeciendo, pero esto no debe convertirse en algo a revisar, ni evaluar en los demás, sino en nosotros mismos. Debemos ocuparnos de agradecer todo lo bueno que nos ocurre, las experiencias que nos hicieron más sabios o más fuertes, las personas que tenemos alrededor, los milagros grandes o pequeños que siempre nos rodean… Pero no preocuparnos o juzgar a quienes no tienen el hábito, aun cuando se trate de agradecer nuestras acciones.

martes, 29 de agosto de 2017

20 frases budistas para vencer el miedo


Tanto mujeres como hombres experimentan cierta presión social en un momento determinado de sus vidas. Al convertirse en adultos, las únicas palabras que escuchan de quienes los rodean son “¿Para cuándo el/la novio/a?” , “¿Para cuándo la boda?”, “¿Para cuándo los hijos?”, pero, ¿si estos no son nuestros planes a futuro? Las generaciones se han transformado con los años, así como las prioridades, las metas y el estilo de vida; sin embargo, “el qué dirán” aún prevalece.


Lo importante de la vida es prestar atención a aquello que nos saca una lágrima de felicidad y dejar de vivir los sueños de los demás. El éxito se construye desde cero, y si tus metas son por completo distintas a lo que quiere el resto, no significa que debas cambiar de dirección, sino que has elegido tu camino. No permitas que la frustración invada tu vida por no poder complacer a todos, la vida no se trata de eso, sino de viajar, trabajar en lo que te gusta, ganar dinero, conocer personas y culturas nuevas, tener tiempo para ti, aprender un idioma, disfrutar de la rutina… en fin, una vida independiente.

El tiempo y la edad son términos relativos; todo se acomoda según nuestras condiciones y nuestra historia. Cada persona es un universo distinto, por lo tanto, los eventos que experimentará no serán iguales.

Es por ello que la filosofía budista nos enseña lecciones valiosas, que nos ayudan a encontrar la felicidad de una manera más espiritual, y a través del entendimiento de las causas por las que sufrimos.

1. “Así como una serpiente muda su piel, debemos mudarnos de nuestro pasado una y otra vez”.

2. “Ustedes son la comunidad ahora. Sed una lámpara para vosotros. Sé tu refugio. No busques otra cosa. Todas las cosas deben pasar. Esfuérzate diligentemente. No te rindas”.

3. “Si quieres conocer el pasado, entonces mira tu presente que es el resultado. Si quieres conocer tu futuro mira tu presente que es la causa”.

4. “Tu peor enemigo no te puede dañar tanto como tus pensamientos. Ni tu padre, ni tu madre, ni tu amigo más querido, te pueden ayudar tanto como tu mente disciplinada”.

5. “Nunca veo lo que ha sido hecho; sólo veo lo que sigue sin hacerse”.

6. “El único fracaso real en la vida es no ser fiel a lo que uno sabe”.

7. “El dolor es inevitable pero el sufrimiento es opcional”.

8. “Sólo hay dos errores que uno puede cometer a través del camino a la verdad; no avanzar todo el camino y no empezarlo”.

9. “La paz viene de dentro. No la busques fuera”.

10. “Nadie nos salva excepto nosotros. Nadie puede y nadie debería. Nosotros debemos andar el camino”.

11. “Si tiene solución, ¿por qué lloras? Si no tiene solución, ¿por qué lloras?”

LA MATERIA Y EL TIEMPO-ESPACIO SON MERAS ILUSIONES GENERADAS POR LA CONCIENCIA, EXPLICA CIENTÍFICO


EL PROFESOR DE CIENCIAS COGNITIVAS DONALD HOFFMAN EXPLICA POR QUÉ ES ALTAMENTE PROBABLE QUE LA MATERIA Y EL TIEMPO-ESPACIO SEAN SÓLO ILUSIONES FUNCIONALES PRODUCIDAS POR LA CONCIENCIA, JUSTAMENTE COMO LOS ICONOS QUE NOS AYUDAN A NAVEGAR UN PROGRAMA DE COMPUTADORA

Donald Hoffman, profesor de ciencias cognitivas de la Universidad de California en Irvine y doctor en informática y psicología por el MIT, es uno de los científicos que más han estudiado el problema mente-cuerpo o la razón por la cual la ciencia no tiene una teoría satisfactoria para explicar la conciencia. Hoffman sugiere que esto se debe a que la conciencia es fundamental, no así la materia y el tiempo-espacio (y la ciencia busca explicar la conciencia desde una perspectiva física reduccionista, lo cual la coloca en un callejón sin salida).

Hoffman sostiene que el tiempo-espacio, los campos y la materia misma son apenas manifestaciones secundarias que se producen como contenidos dependientes de la conciencia, de la misma manera que los iconos e interfaces de una computadora nos permiten interactuar con los programas pero realmente no tienen una existencia intrínseca ni reflejan una realidad subyacente. Lo que es notable de Hoffman es que tiene una hipótesis sumamente sugerente basada en la noción evolutiva de que una especie no evoluciona para percibir la realidad sino para sobrevivir y, por lo tanto, es lógico pensar que el mundo material que percibimos no es el mundo real, sino solamente un modelo funcional que genera la conciencia.

A continuación traducimos la intervención de Hoffman en la revista Edge, la cual reúne a las mejores mentes de la ciencia para responder a preguntas que considera esenciales para la discusión contemporánea:

La conciencia y sus contenidos son todo lo que existe. El espacio-tiempo, la materia y sus campos nunca han sido ciudadanos fundamentales del universo sino que han sido, desde el principio, entre los contenidos más humildes de la conciencia, dependientes de ella para su propio comienzo.

El mundo de nuestra experiencia diaria --el mundo de las mesas, sillas, estrellas y personas, con sus formas auxiliares, olores, sensaciones y sonidos-- es una interfaz, específica a la especie, de un reino mucho más complejo, cuya característica esencial es consciente. Es improbable que los contenidos de nuestra interfaz en alguna forma semejen ese reino. De hecho, la utilidad de una interfaz requiere, en general, que no lo hagan. Ya que el sentido de una interfaz, como la interfaz Windows en una computadora, es una simplificación y facilidad de uso. Hacemos clic en iconos, ya que esto es más rápido y menos propenso al error que editar megabytes de software o alternar voltajes en circuitos. Las presiones evolutivas dictan que nuestra interfaz específica a la especie, este mundo de nuestra experiencia diaria, debe de ser una radical simplificación, seleccionada no por su representación exhaustiva de la realidad sino por su mutable pragmatismo de supervivencia.

Si esto es correcto, y la conciencia es fundamental, entonces no nos debería sorprender que, pese a siglos del esfuerzo de las mentes más brillantes, no tenemos una teoría física de la conciencia, ninguna teoría que explique cómo la materia no-mental o campos o energías son o pueden causar la experiencia consciente. Existen, evidentemente, muchas propuestas sobre dónde encontrar dicha teoría --tal vez en la información, en la complejidad, en la neurobiología, en el darwinismo neural, en mecanismos discriminativos, en efectos cuánticos o en organización funcional. Pero ninguna propuesta se aproxima remotamente a los estándares de una teoría científica: precisión cuantitativa y predicción novedosa. Si la materia es uno de los productos más humildes de la conciencia, entonces debemos de esperar que la conciencia no pueda ser derivada teoréticamente de la materia. El problema cuerpo-mente será a la ontología física [o fisicalista] lo que la radiación de cuerpos negros fue a la mecánica clásica: primero una provocación para su defensa heroica, luego el origen de su sustitución final.

lunes, 28 de agosto de 2017

8 LEYES UNIVERSALES QUE QUITARÁN EL MAL KARMA DE TU VIDA



LA LEY UNIVERSAL DE LA ARMONÍA

En primer lugar, debes saber que esta ley derroca incluso la ley fundamental del Karma, porque la armonía es el potencial supremo del equilibrio. Y sí, el propósito principal de Karma es alcanzar la armonía.

Cómo esto trabaja – si usted lanza una roca en un estanque usted perturba la armonía del estanque. Sí, tú eres la causa, el efecto es el chapoteo y las ondulaciones que repican y retroceden hasta que la armonía se restaura. De manera similar, sus acciones desarmoniosas se liberan en el Universo y vuelven sobre ustedes, vida tras vida, hasta que finalmente se restablezca su propia armonía.



LA LEY DE LA LA TIERRA

Usted y usted solo deciden lo que más necesitan aprender y en sus estancias terrenales, y para cada experiencia de vida buscan otras almas, a menudo con historias compartidas, y siempre con conáguraciones kármicas que corresponden a sus necesidades. Y, cada vez que actúas con intención, creas Karma. Las acciones son consideradas como pensamientos, emociones, palabras y hechos, y el motivo, el deseo y la intención detrás de cada uno. Los actos desarmoniosos deben ser equilibrados en el futuro en esta vida o en una vida futura, para tener crecimiento del Alma.

LA LEY UNIVERSAL DE LA SABIDURÍA

Sí, la sabiduría borra el Karma. Por lo tanto, si usted tiene la sabiduría para aprender sus lecciones a través del amor y la sabiduría, puede mitigar su sufrimiento. Y, por desgracia, parece que aprendemos el más rápido a través del dolor (experimentando directamente las consecuencias de nuestras acciones).

Usted puede tomar esto como un ejemplo -usted toma con avidez de los demás, y en lugar de aprender a través de la sabiduría y el amor que esto está mal, usted tiene que experimentar de los demás que avariciosamente tomar de usted, ya sea en esta vida o en una vida futura.

LA LEY UNIVERSAL DE LA GRACIA

Sí, también debes saber que el Karma puede ser experimentado a la letra de la ley o en la misericordia y la gracia. En otras palabras, si usted da amor, misericordia y gracia a los demás, recibirá lo mismo a cambio.

LA LEY UNIVERSAL DE LA EVOLUCIÓN DEL ALMA

La meta de la evolución del Alma – todo el mundo en este planeta comparte este objetivo, si se dan cuenta o no. Y recuerde, hemos reencarnado porque deseamos evolucionar espiritualmente. Al elevarnos por encima de todas nuestras emociones basadas en el miedo y al hacerlo aprendiendo a expresar el amor incondicional, elevamos nuestra velocidad vibratoria y nos acercamos a un estado de armonía.

Incluso cuando parece que no estamos evolucionando estamos en realidad haciendo progresos. Aprendemos a través del dolor de nuestros actos desarmoniosos, que pueden ser vistos como nuestros errores o fracasos.



LA LEY UNIVERSAL DEL LIBRE ALBEDRÍO NOTA:

Esta ley opera de tres maneras.

Todos sabemos que muchos de los eventos más importantes en su vida son predestinados por la astrología.
Pero, lo más importante para que usted se dé cuenta es que siempre tiene libre albedrío para cambiar el impacto del evento, o para trascenderlo por completo. Esto será el resultado de cómo vives tu vida hasta la situación que has destinado a experimentar.
Si da gracia y misericordia a los demás, sea positivo, amoroso, compasivo y demuestre por su acción que ha aprendido lecciones pasadas, ¡puede minimizar las experiencias desarmoniosas! Cuando usted se convierte en Maestro de la conciencia de la vida y desarrolla el desapego consciente, será mucho menos afectado por eventos mundanos que en el pasado. Un Maestro de la Vida goza de toda la calidez y alegría que la vida tiene para ofrecer, pero se desprende de la negatividad al permitirle a través de él sin afectarlo. Y por último, pero no menos importante – siempre tienes libre albedrío en cómo responder a cualquier situación. Si usted responde con emociones positivas, compasión e integridad, probablemente ha aprendido sus lecciones kármicas y no tendrá que experimentar una situación similar en el futuro.

LA LEY DE UNO

Hay almas que no se sueltan… ni con las vueltas que da la vida


Resulta una buena explicación para nexos que lo superan todo, aplicar teorías que tienen que ver con cosas más allá de las tangibles, que las evidentes o demostrables. Muchas veces sabemos que existe una conexión especial con otra persona desde el simple momento en el cual la vemos, es una energía que nos recorre y prácticamente nos recuerda que esa persona es parte de alguna manera de nosotros.

No sabemos cómo, pero no es necesario hablar para escucharse, no es necesario estar para sentirse, sencillamente a través del espacio, del tiempo, hay una energía presente conectándonos a ese ser que pareciese pertenecernos y no de ahora, sino de siempre, con la extensión más prolongada posible del tiempo.



Se dice que los acuerdos de almas se efectúan antes de las encarnaciones con el fin de colaborar en conjunto con el desarrollo de las otras almas. Tendremos cosas que sanar, que aprender, que dar y que recibir en  cada nuevo ciclo. Con esas almas estamos unidos a través de un pacto y no importa mucho el rol que juguemos en esta oportunidad, las reconocemos, los sentimos e inclusive podemos presentir su llegada a nuestras vidas.

Sabemos que de alguna manera no importa que nos separemos, que nos dejemos de ver, que hagamos vidas muy diferentes, porque ese nexo está allí, no se rompe, no se quiebra, son los nexos generados por la energía del amor en su forma más pura, tanto que muchas veces no podremos explicar lo que sentimos y para otros resultará inclusive absurdo.



Los acuerdos que establecemos con nuestras almas, no tienen caducidad, lo que debemos sanar lo haremos, lo que debemos aprender lo haremos, aunque nos tome más de un ciclo hacerlo. Las almas gemelas también encajan en estos acuerdos, con mayor sensibilidad ante su presencia, con la seguridad de que antes de amarla, ya la hemos amado.

Un alma gemela no necesariamente es una pareja, puede ser cualquier vínculo, una relación padre o madre – hijo, una relación de amistad, pero siempre resulta en una persona significativa en nuestras vidas.

sábado, 26 de agosto de 2017

Yo Soy, el Yo Soy (CAMBIOS FUTUROS)


ULTIMO VÍDEO QUE HEMOS CREADO, ESPERO QUE OS GUSTE Y OS AYUDE.


CAMBIOS FUTUROS.

Los cambios mencionados anteriormente se darán dentro de los próximos diez años. Hasta ahora se han requerido largos períodos para la construcción de la nueva actividad. 
Esta vez, en pocos años se logrará lo que hasta ahora había requerido siglos de trabajo —ya que la perfección mecánica, para aquellos que todavía la requieren, no se perderá como antes. 



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viernes, 25 de agosto de 2017

Adiós a los malos hábitos mentales


Vivimos constantemente preocupados de lo que sucederá, siempre enfocados en nuestros patrones de aprendizajes anteriores para poder manifestarnos en nuestra vida presente, influenciando nuestras propias percepciones.

El tema aquí es: ¿Cómo puedo actuar en el mundo sin que se impongan en mí esos patrones de conducta y pensamientos del pasado, provenientes desde nuestra más remota infancia?


Es simple, hacer consciente esta situación es el primer paso para la “desprogramación” de pensamiento repetitivo y represivo que traemos en los hombros desde hace años. No olvidemos que tenemos la capacidad de crear nuestra propia realidad y esta no tiene porque ser la de mi padre, madre, hermanos, abuelos, antepasados, etc. Cada uno posee en el mundo su propia responsabilidad de crear y co crear su destino, su felicidad o su camino.

Reprogramar la mente tiene que ver con el desafío de entender que nuestros padres nos intentaron enseñar de acuerdo con como ellos veían, sentían y experimentaban la vida de acuerdo con su propia experiencia, de acuerdo con sus propias frustraciones, deseos, limitaciones, anhelos, etc.

Ahora nos toca a nosotros, a cada uno de nosotros hacernos responsables de nuestros actos, conductas, pensamientos y que cada una de estas tendrá a su vez una gran influencia en nuestro propio destino.

Deja atrás tus limitaciones, tus inseguridades, tus miedos, estos son solo espejos, barreras que crea tu mente y solo tu mente. Los hábitos solo desaparecen cuando son suplantados por otros nuevos, que se repiten costantemente hasta que se pueden reañizar sin consumir gran parte de nuestras fuerzas o de nuestra atención.

Repaso al proceso de desprogramación y eliminando la rutina de reticencia a aceptar cosas nuevas


El trabajo de desprogramación que estamos intentando explicar desde hace algunos artículos es mucho más simple de lo que estamos entendiendo que es. Vamos a partir de cero, para desarrollar porque funciona, cómo funciona y la falta de necesidad de ejecutar ningún tipo de ritual personal o lo que sea para ello.


Conectando con nuestro Yo Superior

Volvemos a la casilla de inicio. Todos nosotros somos seres multidimensionales, no somos nuestro cuerpo, ni nuestra personalidad. Nos identificamos con esta última, y cuando hablamos de otras partes de nosotros mismos las ponemos en tercera persona, y está bien que así sea, es una forma de entendernos, pero es solo terminología.

Imaginaros una goma elástica, la estiramos todo lo que podemos, enganchamos la parte inferior al suelo, y mantenemos la parte superior una distancia por encima de este. ¿Hay diferencia entre las partes de la goma elástica porque un trozo esté tocando el suelo físico y otro trozo se encuentre en suspensión en el aire? No la hay, así que, muy a groso modo, cuando trabajamos con nosotros mismos, estamos trabajando con esa parte de la goma elástica, la estructura multidimensional que nos forma, para que, la parte en suspensión, la parte “alta”, ayude a la parte “baja”.

Analogía aparte, esto quiere decir que cuando decimos “pedir al ser o al Yo Superior que desprograme algo“, solo hay que hacer eso, pedirlo. No hay que hacer una meditación, no hay que poner velas, no hay que poner música y vestirse con colores de ningún tipo. Es una única petición consciente, focalizada, concentrada, desde la personalidad (la parte baja de la goma elástica), hacia el ser, Yo Superior, la parte ”divina” y elevada de nosotros mismos (la parte alta de la misma goma). No hay un segundo de nuestras vidas y existencias donde nuestro ser no esté atento a lo que nuestra personalidad hace, vive, experimenta o solicita, pero hay unas reglas del juego evolutivo, que indican que no se puede violar el libre albedrío, ni siquiera entre partes de uno mismo. Esto significa que si no se solicita conscientemente a nuestro ser que nos ayude con algo, no se produce esa ayuda, al menos no directamente. En este caso, puesto que nuestra personalidad ha obtenido el conocimiento de lo que puede solicitar, por medio de los artículos anteriores, y que es aquello que nuestro ser desea y está listo para desprogramar en nosotros sin peligro, solo con la petición de hacerlo, ya se ejecuta esa desprogramación.

Espero que con esto se comprenda cómo funciona el proceso para futuros artículos, y todos podáis trabajar con ello.


Eliminando los bloqueos a aceptar nuevas cosas

Entonces, dicho esto, vamos a seguir con la desprogramación de cosas que están presentes en todos nosotros, y que a todos nos viene bien eliminar. Solo publicamos aquello que es más común para todos los seres humanos, pues las programaciones individuales y personalizadas que cada uno haya recibido por medio de sus vivencias, experiencias y demás se han de averiguar, trabajar y eliminar individualmente.

La siguiente rutina o programa que nos va a ayudar de nuevo a soltar algo de carga de nuestra psique es la rutina que vamos a llamar de “reticencia a dejar entrar nuevas ideas que choquen con lo establecido y programado en nosotros.” ¿Qué quiere decir esto? Quiere decir que todos tenemos un paradigma base con una programación más o menos estándar y una serie de creencias imbuidas solo por el hecho de tomar cuerpo físico en cada encarnación, ya que, al nacer, y al conectarnos al inconsciente colectivo, se descargan automáticamente todas esas programaciones y arquetipos que nos han de colorear, según la zona del mundo donde vivimos, cómo vemos la vida y cómo decodificamos la realidad común, para luego reforzar su estado con la proyección de nuestra realidad individual en base a esa programación.


Una rutina repartida en varias esferas

Así, hay instalados en diferentes esferas mentales, principalmente la inconsciente, la subconsciente y la consciente, los tres niveles de la psique que rigen la creación de la realidad de forma más directa en el plano físico, varios programas que, unidos, forman una sola “rutina” (conjunto de instrucciones) y que, por mucho que le digamos a Fulanito que la hierba es verde, si Fulanito tiene este programa activo, y le han programado que la hierba es rosa con topos azules, no aceptará nunca aquello que le llegue y contradiga su programación.

Entonces, la rutina de “reticencia a aceptar ideas o conceptos nuevos” está protegida de nuevo por cuatro programas de protección de arquetipos, así que primero, hemos de hacer la petición consciente a nuestro Yo Superior de que elimine estos cuatro programas de protección, no es necesario saber que son ni donde están, porque estás dando indicaciones precisas al indicar que son los que protegen la rutina anterior.

Una vez estáis seguros de que ya no están, con cualquier herramienta o medio que tengáis (sugería por ejemplo que pidáis una sincronicidad en vuestra realidad para aquellos que no tengáis otras herramientas de comprobación a mano), entonces solicitamos que se elimine la rutina que genera resistencias a aceptar información nueva.


Información protegida, no datos inservibles

Ojo, con información nueva, aquí no me estoy refiriendo a que entre información sobre el número de habitantes que hay en la ciudad tal, que puede ser información nueva y no conocida para vosotros, pero no es lo que se filtra con esta rutina, pues, de nuevo, estamos hablando de información sobre el sistema de control, información sobre el funcionamiento de la realidad, información sobre quiénes somos y cómo estamos hechos, etc.

Este tipo de información es la que esta rutina filtra y borra, dirige a lugares de la mente donde se almacena temporalmente, y si no ha “calado” y se ha integrado en nosotros, la borra como si fueran archivos basura, así que, aunque nos hayan contado la verdad más verdad sobre nuestra existencia en la Tierra como seres humanos, en muchos casos habrá durado en la psique lo que dura el tiempo que pasamos a leer otra cosa, y luego desaparece y se borra por procesos automáticos de limpieza una vez, la mente consciente, se ha olvidado de ella.

De esta manera, solo se fomenta el conocimiento de muchos datos que solo sirven de forma temporal (aprender las capitales de todos los países de memoria, por ejemplo), mientras que se bloquea que se conozca lo que realmente es importante para facilitarnos la desconexión del sistema de control en el planeta.


jueves, 24 de agosto de 2017

Desprogramando el miedo a los demás


La desprogramación de partes de nuestra psique es solo uno de los múltiples pasos que son necesarios para recuperar todo nuestro potencial, nuestro poder, nuestra libertad, y nuestras capacidades y habilidades latentes. Ya hemos visto dos rutinas que forman parte de aquello que hemos de quitar, y, aquellos que lo hayáis hecho, aunque no lo notéis, habéis dado un pequeño paso para reducir la influencia que tiene el sistema bajo el que vivimos sobre nosotros.

Vamos pues con otra más, vamos a ir descubriendo cómo desprogramar aquello que no se desea que sea desprogramado, y vamos a ir equilibrando el juego, liberándonos un poquito, en cada paso, de aquello que ya no es necesario que llevemos a cuestas.


Evitando que nos entendamos

Si el miedo al cambio y la rutina de supervivencia se instalaron para evitar que las primeras “unidades” de seres humanos, lhumanus, como eran llamados, pudieran salirse de las tareas impuestas, y de aquello para lo que eran requeridos, en otra parte de la psique se instauró otra rutina para que esos lhumanus tuvieran reticencias a entenderse entre ellos, cooperar más de lo necesario y unirse más de lo permitido.

Esto facilitaba, y ha facilitado a lo largo de la historia, que no hubiera grandes revueltas (a no ser que fueran provocadas a propósito), que no se pudieran ejecutar rebeliones masivas, y que siempre existiera la posibilidad de que, activando los programas adecuados en la mente de las personas, igual que sucede ahora, se las pueda poner a unas en contra de otras. Esta rutina o programa que vamos a llamar de “miedo a los demás”, es, de nuevo, inconsciente, y por lo tanto, actúa por debajo del radar de la mente racional, en forma de comportamientos que no controlamos y que se activan por estímulos subliminales, tanto visuales, como auditivos, como energéticos, de forma que, si era necesario, porque se veía por ejemplo que muchos lhumanus estaban cooperando o yendo más allá de lo permitido en sus “reivindicaciones” sociales de entonces, se les podía activar el “miedo a los demás”, y entonces cualquier cosa les hacía ponerse a unos en contra de otros, exactamente igual que hacen ahora, y como siempre se ha hecho.


Programas complementarios

Este “miedo a los demás”, tiene otras dos rutinas asociadas, la primera, engloba el miedo a la escasez y a perder lo que uno tiene, que así te aseguras que se active el miedo al otro si percibes que eso puede suceder, y, por otro lado, está conectado con la rutina del miedo a no sobrevivir, que habíamos explicado en un artículo anterior. Así, cuando tenías enfrente alguien no conocido, alguien que potencialmente era un peligro, un competidor o alguien que pudiera representar una amenaza, el miedo a los demás, junto con el miedo a perder lo que posees, más la rutina de supervivencia, activaban todos los mecanismos de separación, alejamiento, defensa, etc., contra esa persona o ese grupo.

Desprogramando el miedo al cambio


Como ya habéis visto por los anteriores artículos, las rutinas de la mente del ser humano están estructuradas y programadas a muchos niveles, a muchas capas, y con muchas protecciones. Estas protecciones, que no son más que otros programas que cubren el acceso a patrones de comportamiento, creencias limitadoras y sistemas de programación mental, están diseñadas para que no podamos acceder, al  menos no sin ayuda de nuestro Yo Superior, o de alguna otra técnica potente de desprogramación mental, a áreas consideradas “peligrosas” por el sistema de control, es decir, que si las tocamos y las eliminamos, nos liberamos un poquito más del poder que este tiene sobre nosotros.

Ya hemos visto esa mini rutina de supervivencia, que así la llamamos en el último post, que nos impide que podamos ejecutar cambios en nosotros mismos con relativa facilidad, y hay muchas otras que están funcionando simultáneamente con el mismo objetivo o parecidos. Hoy vamos a tratar de desmontar otra de ellas, procurando que, poco a poco, el software que gestiona nuestra mente y nuestra personalidad, abra puertas de entrada para que la conexión de nuestro ser sea más efectiva y más fácil de cara a la comunicación con nuestro yo observador, y que, a partir de aquí, y cumpliendo las reglas y directrices del libre albedrío, todo aquello que nuestro yo observador note en nosotros, pueda ser redirigido a nuestro ser, y este, entonces, a partir del trabajo con peticiones conscientes, pueda ir eliminándolo, como hemos hecho en los ejemplos de los artículos anteriores.


Miedo al cambio en la forma en la que vemos la realidad

Bien, ¿y que rutina (conjunto de instrucciones) vamos a intentar desprogramar un poco hoy? La rutina del miedo al cambio, pues si la rutina de “supervivencia” intenta que no cambie nada, la rutina y programa que lo protege es el software de “miedo al cambio”, para que, superpuesta a esta, no se ejecute ninguna desprogramación no autorizada en nosotros. Puesto que el miedo al cambio no es consciente, no basta con decirnos a nosotros mismos que no tenemos miedo a cambiar, que puede ser verdad, pero no estamos hablando de cambiar el color del pelo, o cambiar la forma en la que vestimos, sino estamos hablando de cambiar nuestro sistema de creencias y los andamios que sostienen nuestra visión de la realidad, que es algo mucho más profundo.

Esta rutina “informática” de miedo al cambio está insertada en la esfera mental inconsciente, así que trabaja sobre todo con el paradigma instalado en nosotros conteniendo las estructuras globales de la realidad consensuada. Recordad que tenemos varios niveles de programación insertados que nos permiten a todos vivir en un macro escenario común, de lo contrario, sería imposible que nuestras realidades personales pudieran interactuar, y ese componente que sienta las estructuras principales es el llamado paradigma mental, imbuido y programado en el inconsciente. Esto nos da la base para la estructura general de la realidad, y luego, los detalles de la misma, están programados en el subconsciente, donde ya cada uno puede colorear la vida y su proyección holocuántica según sus propios filtros y creencias, pero sobre un sustrato común para todos.

El miedo al cambio se imbuyó sobre la rutina de supervivencia ya que esta es crucial para el programa ego, tan crucial es, que por eso se puso en la zona que le corresponde al cerebro instintivo, el cerebro reptílico o complejo R, que es el que está más protegido de los componentes cerebrales que poseemos. Además, el miedo al cambio se nutre del miedo general que poseemos en el cuerpo emocional, de forma que cualquier tipo de miedo que tengamos a cuestas, autogenerado, o proyectado externamente sobre nosotros, sirve como combustible para mantener este trozo de programación intacto y funcionando constantemente.


Eliminando los guardaespaldas

Para eliminar el miedo al cambio, también hemos de eliminar dos programas que lo protegen, pero estos son muy sencillos, son simples programas de protección de arquetipos, siendo el “cambio” un arquetipo como energía y como concepto, de forma que, primero, hemos de solicitar a nuestro ser, a nuestro YS, que elimine los dos programas de protección en la esfera mental inconsciente que bloquean el acceso a la rutina de miedo al cambio.

miércoles, 23 de agosto de 2017

EL PROPÓSITO DE LA VIDA NO ES SER "ALGUIEN", ES SER NADIE


¿PARA QUE QUIERES SER ALGUIEN SI PUEDES SER NADIE? ¿QUIERES TODO? ENTONCES HAZTE NADA Y DISFRUTA LO QUE QUEDA. EL GOZO DE LA VACUIDAD RADIANTE

Todos queremos ser famosos, pero en el momento en el que queremos ser algo ya no somos libres.

(Krishnamurti)

El orgullo que uno tiene por las cosas buenas que hace es el verdadero archienemigo del aspirante. Este orgullo es el enemigo que obstruye el camino a la Verdad Última. [...] El aspirante debe de entender que la razón por la cual alberga orgullo por los objetos es porque cree que los objetos son reales. Si uno entiende que los objetos son sólo apariencias temporales, y se convence de que los objetos no pueden proveer realmente una felicidad verdadera entonces la realidad aparente de los objetos automáticamente se desvanece.

(Sadguru Siddharameshwar)

Somos algo y no somos todo; aquel poco que poseemos de ser nos impide el conocimiento de los primeros principios que nacen de la nada; y el poco ser que tenemos nos esconde la vista del infinito.

(Pascal)


El Ser resplandece en la Nada.

(Jorge Eduardo Rivera, glosando a Martin Heidegger)




Al encontrarse con lo infinito,

el individuo con gusto desaparece,

entonces toda pena se disuelve,

en vez de deseos fervientes y salvaje apetito,

en vez de cansadas peticiones

y estrictas obligaciones 

-renunciar a uno mismo es dicha.

(Goethe, "Ein un Alles")



Tengo la certidumbre de que mi mente es Buda. No hay nada que ganar o lograr.

Milarepa







El mundo en el que vivimos nos impulsa a ser "alguien", a lograr el éxito, la admiración, a ser reconocidos como alguien de importancia, a que nuestro nombre sea recordado. Ser reconocido como alguien que se destaca por sobre los demás, para muchas personas es la más profunda motivación existencial.

Esta necesidad de ser reconocidos, de consolidar nuestra identidad a través de la percepción de los demás que, como un espejo, nos regresan nuestra imagen y confirman y dan lustre a nuestra existencia (haciéndonos saber que somos "alguien"), aunque es alimentada y conservada por la presión social tiene un origen aún más profundo. La misma manera en la que percibimos la afianza. El hecho de que una persona se perciba como un sujeto en el centro de mundo de objetos refuerza la mentalidad de que somos el centro del universo, y que lo importante es conquistar ese mundo de objetos (y objetivos), a través del cual obtenemos nuestra sensación de ser.

Nos alimentamos de los objetos y la admiración de las personas que así confirman y robustecen nuestra identidad, nuestro deseo de ser especiales, de despuntar conspicuamente, para no ser nadie, para no perdernos en el vacío. Empezamos a disfrutar las cosas sólo a través de la mirada del otro que aprueba nuestra existencia. Alimentándonos de esta admiración, de este éxito que creemos nos merecemos, cultivamos orgullo por lo que somos, por todo lo que hemos logrado, y esto es el principal obstáculo para alcanzar el entendimiento de la realidad, incluso cuando el orgullo viene por los actos virtuosos que hacemos, como explica Siddharameshwar (maestro de Nisargadatta Maharaj) en el epígrafe de este texto. Y es que el orgullo por lo bueno es lo que más refuerza nuestra sensación de ser un "alguien" que sobresale de los demás.

Pero aunque esta es nuestra realidad relativa (construida y sustentada consensualmente), que somos el centro de un universo de objetos que giran alrededor de nuestra percepción, en los cuales nos vemos, a través de los cuales construimos nuestra identidad y de cuya manera de responder a nuestros deseos depende nuestra felicidad, este estado, esta realidad relativa es esencialmente insatisfactoria. Y es que, por más que logremos apuntalarnos por sobre el universo de objetos y consolidemos nuestra identidad de manera exitosa (en la cima de ese universo de objetos y otredades), todo lo que podamos conseguir de esta manera está siempre al borde de desaparecer e inevitablemente desaparecerá. En otras palabras, por más admiración y posesiones que consigamos para darle seguridad a nuestra identidad, la realidad es que esta identidad que depende del reconocimiento de los demás está siempre en un estado de extrema fragilidad.

En cualquier momento podremos dejar de ser el mejor en algo, o ya no ser más que otro, o dejar de tener algo que nadie tiene y perder cualquier tipo de etiqueta o persona que da realidad a esa identidad y, lo que es más, en cualquier momento dejaremos de ser "alguien", puesto que inevitablemente moriremos. Y si acaso existe una vida después de la muerte, las religiones que se han dedicado a pensar en esto coinciden en que no nos llevaremos lo que hemos apilado sino solamente, acaso, lo que hemos dado desinteresadamente. El orden del mundo material se invierte en el mundo espiritual; la dialéctica celestial del amo y el esclavo: el verdadero privilegio yace en servir y la verdadera fortuna yace en no tener nada (para, así, tener el corazón ligero a la hora de la balanza, que en Egipto se pesaba contra la pluma de Maat). San Juan de la Cruz escribió: "En el ocaso de nuestra vida seremos juzgados en el amor". Sin que haya un juicio o un juez, uno intuye que el amor es ya el proceso determinante de nuestra existencia, y el amor pide que nos demos, incluso que nos vaciemos. Esto mismo lo expresa de manera insuperable la mística del siglo XIII Hadewijch de Amberes:

Antes yo era rica, pero todo se pierde en el amor.

Nada de mí misma queda, todo se pierde en el amor.

El amor me ha subyugado y esto no es para mí una sorpresa,

puesto que él es fuerte y yo soy débil,

me deshace y me libera de mí misma...

*     *     *

El vacío nos produce pánico, horror vacui. Blaise Pascal escribió sobre el terror que le produce al hombre la inmensidad: "Me veo abismado en la infinita inmensidad de los espacios que ignoro y que me ignoran. [...] El silencio eterno de los espacios infinitos me aterra". Pero a quien le aterra lo infinito es solamente a quien se identifica con lo finito, y a quien le genera temor el vacío es solamente a quien se cree sólido. El mismo Pascal explica que si somos algo o alguien no podemos ser todo y, sin embargo, siempre nuestra existencia como "alguien" está marcada por nuestra sed de totalidad -de lo cual se deriva la insatisfacción consustancial (que llevó al Buda a decir que el mundo es sufrimiento (dukha)). La causa del sufrimiento en su origen más profundo es justamente esta separación entre el sujeto y los objetos, este vano esfuerzo de erigirse sobre un mundo impermanente.

7 IDEAS ERRÓNEAS QUE TIENES Y QUE NO TE PERMITEN ALCANZAR LA PAZ INTERIOR


ALGUNAS DE TUS CREENCIAS PODRÍAN ESTAR OBSTACULIZANDO LA POSIBILIDAD DE VIVIR PLENAMENTE; DETÉCTALAS Y TRANSFÓRMALAS

La forma en que entendemos el mundo, en la que nos percibimos y en la que definimos los criterios para tomar las desiciones que darán forma a nuestra vida, es un aspecto fundamental para determinar nuestra existencia individual. Por eso vale la pena, de vez en cuando, revisar nuestras concepciones y cuestionar las creencias o ideas que más peso tienen a la hora de determinar nuestra postura ante la vida. 

De hecho, ¿sabías que algunas de estas creencias podrían estar literalmente obstaculizando la posibilidad de que vivas de forma plena y en paz?

A continuación te compartimos siete ideas, reunidas por Brian Zeng para Tiny Buddha, tan erróneas como comunes, que realmente podrían estar evitando que alcances ese estado idóneo para cualquier ser humano: la paz interior. 



1. El dinero te hará feliz

Este mantra capitalista, promovido o insinuado fervientemente por el mercado, es un obstáculo muy común para alcanzar la plenitud. 



2. No debes equivocarte

Los errores son un aspecto fundamental de la vida y de la posibilidad de vivir en paz –tras aceptarlos y aprender de ellos.



3. Luchar contra tus emociones negativas

Todos tenemos emociones negativas y la clave no es luchar contra ellas sino contemplarlas, entenderlas y luego transformarlas.



4. Llegar primero o ser el mejor

Dos "valores" nefastos que se nos han inculcado, y que nada tienen que ver con la evolución personal. 



5. Sujetarte al pasado para planear tu futuro

viernes, 11 de agosto de 2017

Yo Soy, el Yo Soy (CONCIENCIA DE FELICIDAD)


ULTIMO VÍDEO QUE HEMOS CREADO, ESPERO QUE OS GUSTE Y OS AYUDE.

La felicidad es la gran recompensa que todo individuo está buscando. Algunos orientales dicen que el arrobamiento es el estado último. Es sólo otra manera de expresar Felicidad, pero no le resulta tan potente a la mente occidental. 
Para los occidentales, la Felicidad es Dios en Acción. ESTAR CONSCIENTE DE QUE SE BUSCA LA FELICIDAD ES ESTAR CONSCIENTE DE QUE SE BUSCA, A DIOS.



SI QUIERES SUSCRIBIRTE, PINCHA EL SIGUIENTE ENLACE:
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Nos vamos 2 semanas de vacaciones


Nos vamos de vacaciones pero seguimos compartiendo. 
Como ya sabéis estaremos en México, mas exactamente en Ciudad de México,
así compartiremos con los que puedan acercarse a Mandala Academy  esos dos días 18 y 19 de Agosto.

Si podéis estar esos días nos veremos, si no es así que disfrutéis si tenéis unos días, 
y si tampoco tenéis vacaciones, seguir trabajando en conciencia, viviendo desde la Divina Presencia Interior.

Nos encontraremos al regreso.

Gracias  INFINITAS mis AMADOS

jueves, 10 de agosto de 2017

Reconocer nuestros errores nos brinda la oportunidad de aprender de ellos


Dijo Confucio que “cometer un error y no corregirlo es otro error”. Siguiendo este razonamiento, ¿es cierto que dejamos de aprender de nuestros errores al negarlos? Es decir, ¿negar un error es el primer obstáculo para reparar las consecuencias de un error que hayamos cometido?

Al fin y al cabo, cuando decimos la célebre frase “yo no he sido”, la cual entraña en muchos casos una negación evidente de nuestra posible responsabilidad, ¿no estamos intentando en el fondo justificar un error? Y el hecho de justificarlo, ¿no es una forma de no reconocer algo mal hecho? Así que, al fin y al cabo, ¿no estaríamos ante una negación?


“Me gustan mis errores, no quiero renunciar a la libertad deliciosa de equivocarme”
-Charles Chaplin-


¿Qué sucede al negar un error?

Es decir, al no entonar “el mea culpa” ante nuestros errores, muchas veces lo que intentamos es poner distancia entre lo que ha ocurrido y sus consecuencias. Sin embargo, no es menos cierto que esta misma distancia dificulta la posibilidad de aprender de lo que ha ocurrido. Aleja así la posibilidad de revisar el proceso e identificar los fallos.



Por otra parte, esta distancia también puede producir que en un primer momento suspiremos de alivio. Un alivio que se trasformará en ansiedad en el caso de que tengamos que volver a afrontar el mismo reto, cuando nos tiremos de los pelos por no haber puesto los medios suficientes para subsanar nuestras carencias.

Por ejemplo, si el departamento de la empresa en el que trabajamos se tiene que comunicar con un país de otro idioma y nosotros como máximos responsables no asumimos que debería haber alguien (o nosotros mismos) que estuviera en disposición de hacer tal comunicación, difícilmente lo asumiremos como nuestra responsabilidad, difícilmente se hará la comunicación en esa ocasión y difícilmente se hará en las siguientes ocasiones.


Además de imposibilitarnos para el futuro, renunciar a la tarea de explorar nuestros fallos, por no reconocerlos, es una actitud que supone un obstáculo para el autoconocimiento. Al renunciar a este proceso, también renunciamos a aceptar la responsabilidad de los aciertos que también se han dado, ignorando así nuestras capacidades más destacadas y evitando que las potenciemos.


Formas en que la negación provoca no aprender de nuestros errores

Llegados a este punto, merece la pena recordar un estudio llevado en equipo entre investigadores de la Universidad de California y Nueva York. En el mismo, se desveló que el hecho de no asumir nuestros propios errores se relaciona con nuestra personalidad, y hace disminuir nuestro potencial de crecimientos.

Para llegar a estas conclusiones, analizaron miles de perfiles. En ellos, trataban de identificar los tipos de personalidad dominantes según las reacciones que adoptaban ante los errores.

Definitivamente, el estudio arrojó curiosos resultados. Dentro de los mismos, se estimaba que el 70% de la población podía ser perfectamente catalogada dentro de tres grandes grupos según sus reacciones al error:

La culpa es de otra persona

Una frase tan recurrida en niños, el clásico “yo no he sido”, sigue siendo muy usada por un gran número de adultos. Es decir, al cometer el error, deciden obviar su responsabilidad y la atribuyen a una segunda persona.



O sea, que, al culpar a otros de sus propios errores, en cierto modo los están negando. De esta forma, al no tener la madurez necesaria para reconocerlos, tampoco la tienen para mejorar en su propio conocimiento interior cualitativo. Suelen optar por actitudes victimistas, incapaces de asumir culpas, y sin un criterio constructivo sobre el hecho en sí.

Aquí no ha pasado nada

Espera hasta que tu alma te alcance


Tenemos prisa, demasiadas prisas. Hacemos equilibrios sobre las melodías que tocan el estrés y la ansiedad, que a su vez se alimentan de la gran cantidad de responsabilidades y presiones que cargan su peso sobre nuestros hombros. Así, eso que nos agobia, el paso del tiempo, sucede sin que nos demos cuenta. Todo esto, provoca que nos desconectemos de nuestro “yo”, de nuestra alma. Una desconexión que repercute negativamente en nosotros mismos.

No nos damos cuenta de que vivimos con el piloto automático ya que de alguna manera se ha convertido en nuestro estado por defecto. En muchas ocasiones actuamos por inercia, sin pensarlo demasiado y sin disfrutar de la propia actividad. Así, llegamos a la conclusión de que a los días les faltan horas, a las horas minutos… y al alma tiempo.


Nos impulsamos con gran fuerza y brío hacia delante, dejando atrás nuestra consciencia. No tememos perdernos, abandonar nuestra esencia: es más importante llegar antes que hacerlo de una determinada manera. Vivimos en un constante piloto automático que evita que nos centremos en lo que es importante: nosotros mismos.


No corras, permite que tu alma te alcance

Si os parece, antes de continuar, viajemos hasta África y conozcamos una historia.

“Hace mucho, muchísimo tiempo, un expedicionario se aventuró en los territorios más inhóspitos de África. Solo le acompañaban sus porteadores. Todos llevaban un machete para abrirse paso entre la espera vegetación. Tenía un único objetivo en mente: avanzar rápidamente a cualquier precio.

Si se encontraban con un río, lo cruzaban en el menor tiempo posible. Si se interponía una colina, apretaban el paso para no perder ni un minuto. Sin embargo, de repente los porteadores se detuvieron en seco.

El expedicionario se sorprendió, puedo que solo llevaban unas cuantas horas en marcha. Así que les preguntó:

– ¿Por qué os habéis parado? ¿Estáis ya cansados? Apenas llevamos unas horas de camino.


Uno de los porteadores lo miró y le respondió:

– No señor, no estamos cansados. Pero hemos avanzado demasiado rápido y, por eso, hemos dejado nuestra alma atrás. Ahora tenemos que esperar a que nos alcance de nuevo”.

Si avanzas demasiado rápido, dejarás tu alma atrás.
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Este es un hermoso relato africano que refleja el peligro de quedarnos atrás cuando queremos avanzar demasiado rápido o cuando este se convierte en el principal objetivo, sino en el único. Fijar nuestra a atención en la meta puede que acorte el tiempo de trayecto. Sin embargo, ese tiempo descartado para nuestros sentidos, será la moneda con la que paguemos el precio por llegar antes.

En ocasiones, las prisas también son una excusa para ignorar el dolor que nace de nuestras heridas. Pasamos de ellas, no les hacemos caso, pero ellas no dejan de estar presentes y de limitarnos. Creemos que ignorarlas hará que desaparezcan. En muchos casos quizás, pero en otros las heridas necesitarán otro tipo de cuidados, como la desinfección o algún punto. Distinguir unas de otras no deja de ser una expresión de inteligencia emocional.

Tus heridas necesitan tiempo para sanar

Por mucho que ignoremos nuestras heridas emocionales, esta actitud no impide que dejen su impronta en nuestro cerebro. De hecho, sabemos que todo trauma vivido o aquello que nos ha causado un impacto emocional importante en nuestra infancia lo arrastramos hasta la edad adulta. Si no lo vemos, si no nos paramos a reflexionar sobre lo que nos ocurre para así poder solucionarlo, las heridas no cicatrizarán, seguirán abiertas.

Todas las experiencias negativas que vivimos dejan una huella profunda a nivel neurológico y seguirán sangrando por mucho que nos esforcemos en ignorarlas. Las fortaleza en muchos casos no tiene nada que ver con apretar los puños y seguir adelante, sino con estudiar el precipicio y encontrar la manera de construir un puente que nos permita salvarlo.

Hablamos de mirar a los ojos a la tristeza para saber qué nos quiere decir, de encontrar una forma de gastar la energía que emana de las emociones negativas sin dañar a nadie o de darle un momento de respiro a la ansiedad para que recupere su latir normal: esa frecuencia en la que nos ayuda y nos da aliento, en vez de consumirlo.

miércoles, 9 de agosto de 2017

17 Sabios pensamientos del Maestro Krishnamurti para inspirar tu vida


Jiddu Krishnamurti (1895- 1986) fue un filósofo, orador y escritor que revolucionó a través de su enfoque, cada apreciación de los diferentes aspectos de la naturaleza humana. 

Inspiró a la humanidad en temas relacionados al rol de la mente en nuestras vidas, las relaciones interpersonales, la sociedad, la influencia externa, la meditación y la importancia del auto-entendimiento.

Sus análisis se caracterizan por ser bastante profundos, algunos, para muchos in-entendibles, sin hablar de la práctica. Sin embargo, ofrecen una orientación que encierra vasta sabiduría. Aquí les mostramos algunos de sus pensamientos:

1 - La medida de la salud no es estar adaptado a una sociedad profundamente enferma.

2 - El mundo no es algo separado de ti y de mí; el mundo, la sociedad, es la relación que establecemos o buscamos establecer entre nosotros. Así que tú y yo somos el problema, y no el mundo, porque el mundo es la proyección de nosotros mismos, y para entender el mundo debemos entendernos a nosotros mismos. Ese mundo no está separado de nosotros; nosotros somos el mundo y nuestros problemas son los problemas del mundo.

3 - No hay final a la educación. No es que lees un libro, pasas un examen y terminas la educación. La vida entera, desde el momento en que naces hasta el momento en que mueres es un proceso de aprendizaje.hombre-ante-la-puerta-de-un-libro-gigante

4 - Si comienzas a entender lo que eres sin intentar cambiarlo, lo que eres se someterá a una transformación.

5 - El miedo es una energía destructiva en el hombre. Marchita la mente, distorsiona el pensamiento, guía a todo tipo de teorías extraordinariamente inteligentes y sutiles, supersticiones absurdas, dogmas y creencias.

6 - El momento en que tengas en tu corazón esa cosa extraordinaria llamada amor y sientas la profundidad, la alegría y el éxtasis que proviene de él, descubrirás que para ti el mundo se ha transformado.

7 - El autoconocimiento es el comienzo de la inteligencia, la cuál es el final del miedo.

8 - El seguimiento de la autoridad es la negación de la inteligencia. Podría ayudarnos temporalmente para encubrir nuestras dificultades y problemas; pero evitar un problema es solo intensificarlo, y en el proceso, el autoconocimiento y la libertad son abandonados.

9 - La habilidad de observar sin evaluar es la forma más alta de inteligencia.

10 - La causa primaria del desorden en nosotros mismos es la búsqueda de la realidad prometida por otros.

3 enseñanzas Zen sobre el miedo que no tienen precio


Si el ego tuviera un motor, su combustible sería el miedo. El miedo puede hacernos temblar, hacernos sentir inútiles, o motivarnos hacia el cambio. En el estudio del Zen, aprendemos no sólo a superar nuestros temores, sino a ser valientes. Esto se conoce como el rugido del león de Zazen.

El león es la encarnación viviente del poder propio. Este animal tiene dominio sobre todo lo que ve, así como el coraje, la velocidad y el poder para alcanzar todo lo que desea. Su conducta es real y tranquila. La metáfora del león se utiliza para describir cómo se supera el miedo en la Majjhima Nikaya, una colección de discursos sobre las enseñanzas de Buda (link a los Sutras del León Zazen). Describen los temores que la mayoría de nosotros enfrentamos.

Miedo a la pérdida de la vida

El Maestro Zen, D.T. Suzuki dice que el miedo a la pérdida del cuerpo es lo que debemos superar primero. Al tratar de superar este miedo, nuestro ser interno toma conciencia de que estamos amenazando la bien aceptada noción de que somos simplemente seres corpóreos, y ese “pensamiento” nos asusta.

Necesitamos observar las sensaciones corporales que surgen cuando simplemente reflexionamos sobre el temor. Se produce una sensación de vacío en el bajo vientre, hay una inmovilidad en la base de la lengua, y nuestra respiración se restringe. Si tratamos de eliminar estas sensaciones corporales, sin embargo, el miedo se convierte en una cosa sin sentido. Es a través del cuerpo, que podemos hacer desaparecer el miedo de la mente.

Sukuki atestigua que, de acuerdo con el Zazen, nuestro objetivo es mantener el abdomen bajo lleno de energía, la respiración siempre uniforme, el latido del corazón tranquilo y los músculos de todo el cuerpo resilientes para que si las emociones como el miedo surgen, puedan ser fácilmente encontradas y despedidas.

Miedo a la pérdida del “yo”

Aunque podamos anhelar niveles de conciencia más ricos, no siempre estamos tan dispuestos a dejar ir los hábitos y las muletas que han sostenido nuestro actual nivel de conciencia. Como el poeta sufí Rumi dijo una vez, “Nadie encontrará su camino a la Corte de la Magnificencia hasta que sea aniquilado”.

El miedo nos hace equivocarnos, o nos vuelve dóciles; subyugados a la inmovilidad del mundo, por miedo al cambio. Nuestra conciencia fluctúa fácilmente, y nos cuesta alcanzar un estado de Zen, y con mayor dificultad en nuestras actividades diarias. Es sólo cultivando los 4 estados mentales Zen que podemos “llenar nuestros abdómenes” de poder y rugir como un león con valentía.


Miedo al sufrimiento

El Buddha enseñó que el apego y la ignorancia son la raíz de todos los temores restantes. Dejando a un lado los temores saludables, nuestra tendencia a tratar de evitar el sufrimiento, el miedo al fracaso, la angustia, el apego, la pérdida, etc., son causados ​​por una sola raíz y surgen de la mente. En la Guía de Shantideva sobre el Camino de Vida del Bodhisattva, se dice que él articuló:

“La fuente de todo nuestro temor proviene de nuestras propias mentes descontroladas o delirios .” -. Budda

lunes, 7 de agosto de 2017

Alejandro Jodorowsky, un SER iluminado


Cuando le pregunté a mi Maestro Zen Ejo Takata, cómo era un ser iluminado, me contestó:

“Un ser iluminado, es decir libre, no tiene nombre, no tiene edad, no tiene nacionalidad ni raza, no tiene definición sexual, no tiene religión ni partido político, no tiene un oficio que lo defina, en fin, no tiene etiquetas. Tiene ideas pero no es sus ideas, tiene sentimientos pero no es sus sentimientos, tiene deseos pero no es sus deseos. No tiene dueños ni jefes ni prejuicios ni dogmas. Considera que su cuerpo tan solo le es prestado. Considera que su “yo” es tan solo una pequeña parte de “nosotros”. Considera que su alma, como todas las almas, son tan solo la energía vital del universo.”

Alejandro Jodorowsky.



Conferencia inédita y sin cortes del magnífico Alejandro Jodorowsky, en la segunda edición del Congreso Mente Superconsciente, celebrado en Puebla, México, el pasado 29 y 30 de Abril de 2017.

Cómo ejecutar cambios en la rutina egóica de “supervivencia”


A partir de que uno se va formando mentalmente una imagen global de la situación en la que nos encontramos, se hace cada vez más fácil encajar muchas piezas del rompecabezas que, en otros niveles de nuestra percepción, sabemos que no tenían lógica. Suceden muchas cosas en el mundo que no se entienden si no se añade un componente multidimensional a la realidad, y suceden muchas cosas que no hay forma de explicarse si no se añade una intervención exoplanetaria sobre el planeta. Lo interesante del tema, es ver la cantidad de informaciones que el sistema de control de daños, de los poderes que rigen los medios, y en general nuestra sociedad, tienen que inventarse y sacar constantemente a la luz para proporcionar explicaciones que cuadren con lo establecido hasta ahora como la “verdad oficial”.

¿Porqué no usamos sus mismas armas?

Hace unos días alguien preguntaba: “¿porqué entonces no se intenta que los medios de comunicación,  o al menos algunos, sean usados para emitir la verdad de la situación? ¿no podría forzarse la toma de control de todas las herramientas de desinformación que existen para darles la vuelta y usarlas como medio de despertar a las personas? “

La respuesta que viene es, si, tecnológicamente si, se podría “pinchar” una señal de satélite, o todas, y empezar a emitir la verdad “real” de las cosas, pero, ¿que bien haría eso en las personas cuando las personas no quieren, una gran parte, conocer la verdad?

¿Porqué alguien no quiere conocer la verdad, o al menos una versión menos manipulada y más acorde a los acontecimientos que se están dando? Porque tememos que esto rompa nuestros esquemas, y nos desmonte todo lo que creemos que es correcto. Esto ya lo hemos hablado anteriormente, una gran parte de la población, desea, literalmente, desea, que las cosas sigan como están porque, dentro de lo malo, no estamos tan mal, y, contra ese deseo, no se puede forzar nada, ya que eso significaría violar el libre albedrío y tantas otras leyes y directivas. Pero todo requiere un balance, así que, en algún momento, a esa parte de la población humana que no desea que las cosas cambien (y todos podemos estar incluidos, en mayor o menor medida en esta descripción, porque nos viene bien jugar al juego de querer cambiar pero sin tener que mover ninguna ficha ni arriesgarnos por ello), tendremos que tomar la decisión de aceptar de una vez que hay cosas que ya no se pueden obviar, porque no tienen sentido en este show, y uno ya no podrá esconderse ante los cambios que se produzcan en la realidad consensuada, y que obliguen a admitir el escenario en el que nos movemos.


Más margen

En todo caso, seguimos teniendo un poco más de margen antes de que eso suceda, como os decía en el anterior artículo, siempre tenemos un poco más de margen, así que siempre hay un poco más de tiempo para que los humanos hagamos el trabajo individual que nos toca hacer con pequeños empujones solo cuando nos quedemos retrasados más allá de un límite aceptable para todos los involucrados, principalmente el planeta en el que viajamos y sus ritmos y ciclos evolutivos. Es como cuando queremos que nuestro niño pequeño aprenda a subir las escaleras por si solo, y le dejamos, con paciencia infinita, que suba como pueda escalón tras escalón, pero, si en un escalón se atasca demasiado, le damos un pequeño empujoncito suave para que pase ese punto en el que está atascado, y volvemos a dejar que siga solo en el siguiente escalón para que vaya subiendo por sus propios medios. El tiempo que tenemos para subir cada escalón es el tiempo que marca el ciclo y la octava planetaria en su propio crecimiento, ya que los primeros escalones van desapareciendo con el tiempo, así que, si tu escalón está a punto de desaparecer, no hay más remedio que ayudarte a subir al siguiente, y ahí se nos vuelve a dejar para que sigamos a nuestro ritmo haciendo los deberes que nos toca hacer.


Una rutina de supervivencia

Con esto en mente, volvamos de nuevo a examinar las razones por las que no queremos, en general, que se nos desmonte la visión de la realidad que tenemos.

Todo tiene una base mental, no hay ningún componente del sistema de creencias y de creación de la realidad holocuántica de cada uno que no esté imbuido en nuestra esfera de consciencia, en nuestras esferas mentales y en nuestro cuerpo mental. En este caso, el componente principal que impide que queramos, nosotros mismos, desmontarnos, es nuestro programa ego, que tiene, en su interior, una rutina codificada de “supervivencia a toda costa” y de control de todos los procesos de gestión de la realidad externa y material.

Si no tuviéramos esta rutina de “supervivencia” y de aferrarnos a lo establecido, seríamos más maleables y aceptaríamos mucho mejor cualquier cambio que se nos presentara, porque no estaríamos agarrados a un clavo ardiendo, que es la estructura actual de sumisión a otras razas, y podríamos navegar más fluidamente por las modificaciones constantes que se producen, tanto en nuestro propio sistema energético, como en el entramado de la realidad que proyectamos y compartimos.

Esta rutina de supervivencia, por llamarla de alguna forma, fue uno de los primeros componentes insertados en el cerebro reptílico, uno de los tres componentes del llamado cerebro triuno, y, para desmontarla un poco, podemos de nuevo apelar a la consciencia de nuestro ser, Yo superior, o partes más elevadas de nosotros para que la reconfiguren y disminuyan en potencia.

No vamos a poder eliminarla por completo, así como no se puede eliminar el programa ego que es el software de gestión de toda nuestra personalidad y sin el cual estaríamos perdidos, pero si que se puede tunear en ciertos aspectos, para reducir su poder y control, ya que, en general, aun está, la mayoría de la población, lejos de conseguir que su ser tome el control de su ego, y, mientras esto no ocurra, lo que podemos intentar es ir reduciendo su poder recodificando pequeñas rutinas y subprogramas del mismo.


Recodificando y reduciendo el poder de la rutina de supervivencia