domingo, 6 de marzo de 2016

VIAJE A OTRAS REALIDADES: DE CHAMANES Y CUENTOS FANTÁSTICOS


La del doble es una creencia recurrente a lo largo de la historia de la humanidad. Es la parte de nosotros que está en contacto con lo oculto, la que se manifiesta en forma de criaturas sobrenaturales y animales extraños, la que es capaz de volar o, por el contrario, aparecerse en territorios lejanos sin haber dado un solo paso. Nahuales, animales de poder, demonios, ángeles, hadas… Hoy en día, los asociamos con ritos ingenuos, primitivos y/o lejanos, no sólo en el tiempo, sino en el espacio. Pertenecientes a culturas ajenas a nuestras tradiciones modernas.

Y, sin embargo, nada más lejos de la realidad…

El libro “Hadas, brujas y hombres lobo de la Edad Media”, del antropólogo Claude Lecouteux, es una de esas joyas de las que, a pesar de sus años, uno permanece ignorante hasta que se le presentan “por casualidad”, para convertirse por fin en un nuevo eslabón capaz de integrar en la cadena muchos aspectos aparentemente incoherentes, permitiéndonos avanzar un poco más en esta búsqueda del origen del fin de la cordura humana.

Como aventureros en busca de la fuente de la vida, por si acaso aún hubiera tiempo para salvar algunos muebles…


El antropólogo
Claude Lecouteux

Siguiendo a Lecouteux, aquellos que examinan los textos de la antigüedad descubren mil y un hechos curiosos que, erróneamente, clasificamos como fabulosos y maravillosos, pues nuestra visión está enormemente deformada por nuestra cultura judeocristiana, primero, y el pensamiento cartesiano y materialista que de ella deriva, después.

De manera menos evidente que en otros continentes, en Europa el concepto de una existencia transpersonal como mediadora entre nuestro yo y otras realidades ha sobrevivido en aquellas culturas a las que el cristianismo no pudo extirpar su relación original con el más allá, como el folclore escandinavo y germánico.


Es en sus cuentos y leyendas donde nos encontramos con ese otro yo que se libera del cuerpo cuando éste está entorpecido por el sueño, paralizado por el trance o petrificado por la enfermedad o el coma.
Rara es la persona saludable a quien le es dada una visión. La enfermedad suele ser la que abra las puertas al otro lado.
Pero también hay una manera voluntaria que trata de lograr que el cuerpo oponga la mínima resistencia posible al alma y así facilitar la experiencia trascendente.

Se trata de diferentes prácticas cuyo objetivo es la supresión de los lazos entre el alma y el cuerpo, reduciendo las funciones vitales de éste. Hay individuos que pueden lograrlo de forma natural, son los chamanes o visionarios, aunque todas las culturas tienen su particular planta de poder para facilitar la “conexión”.
Básicamente, encontramos el mismo patrón de experiencia irreal en todos los rincones del planeta.

Las plantas de poder suelen ser muy ricas en DMT:

La N-dimetiltriptamina (DMT) es el alucinógeno más potente que existe, se encuentra de forma normal en la naturaleza, pertenece farmacológicamente a la familia de la triptamina.

Portada del libro
"Hadas, brujas y hombres lobo en la Edad Media"
de Calude Lecouteux
Muchas culturas, indígenas y modernas, ingierenDMT como psicodélico, en extractos o en forma sintetizada.

El cuerpo humano segrega DMT de forma natural.

El profesor Rick Strassman, de la Universidad de Nuevo México, considera que, en una dosis suficientemente alta, ésta sustancia actúa como un sintonizador de frecuencias diferentes a las que percibimos en nuestro ordinario estado de conciencia.

Strassman advierte de que el DMT facilita la experiencia, pero no es el causante de la misma, pues ésta es ajena a nosotros. El cerebro es un receptor, los alucinógenos afinan esa recepción y limpian el ruido de fondo. Y la conversión de esas otras realidades a nuestro plano se produce a través de símbolos universales, filtrados mediante los convencionalismos sociales y culturales que cada individuo hereda de su medio.

Sea como sea, de forma natural, a través de sueños o mediante sustancias, el motivo común es que el cuerpo ha de estar en un estado crítico para que el alma recobre cierta libertad. O, lo que es lo mismo y más familiar a nuestros días, que el ego se desvanezca.


El profesor Rick Strassman
 de la Universidad de Nuevo México
En las experiencias con esa otra realidad, hay una distinción entre visión y sueño. La primera supone un desdoblamiento y el viaje fuera del cuerpo.

El sueño, en cambio, es la recepción de imágenes significativas. Serían dos aspectos diferentes del mismo fenómeno de contacto con otra realidad más sutil, algo que se escapa a las doctrinas de nuestra civilización.

Según leemos al comienzo de ‘El yoga de los sueños’, de Tenzin Wangyal Rinpochet:

Muchos occidentales que se acercan a las enseñanzas lo hacen con ideas sobre los sueños basadas en teorías psicológicas y, por tanto, cuando se interesan en usar los sueños en su vida espiritual, se enfocan por lo regular en el contenido y el significado de los sueños.

Muy pocas veces se investiga la naturaleza misma del soñar. Cuando realizamos esta investigación, nos conduce al proceso misterioso en el que se basa la totalidad de nuestra existencia, no sólo la vida onírica.

El primer paso en la práctica del soñar es muy simple: uno debe reconocer el gran potencial que contienen los sueños para el viaje espiritual.

Normalmente, el sueño es considerado como algo “irreal” en comparación con el contexto de la vida “real” de la vigilia; pero no hay nada más real que el sueño. Esto sólo tiene sentido cuando se entiende que la vida normal de vigilia es tan irreal como el sueño, exactamente de la misma manera.

Entonces puede comprenderse que el yoga del soñar se aplica a toda la experiencia: tanto a los sueños del día como a los sueños de la noche.

En cuanto a los viajes y la bilocación, Mircea Eliade encontró características que describen regiones cósmicas visitadas en los viajes del éxtasis:

Los viajes de los chamanes conducen a uno de los tres destinos:

– un mundo inferior
– un mundo medio
– un mundo superior,

…todos conectados por un eje central.

Sentirse en el hogar en la Tierra


Me llena de alegría estar con ustedes en esta clara mañana. Somos viejos amigos. Nuestros caminos se han cruzado muchas veces antes en el tiempo y en el espacio. Sientan nuestra vieja amistad; somos parte de la misma familia. Aprecien por un momento este sentimiento de familiaridad, de llegar al Hogar. Simplemente relájense y liberen toda la tensión dentro de ustedes. Visualicen cómo la tensión fluye dentro de la Tierra y es neutralizada. Sientan cómo vuestro cuerpo se relaja y se vuelve más pesado. Reciban la energía sanadora regresando desde la Madre Tierra y dejen que rodee vuestros pies y vuestras piernas y que fluya dentro de vuestra cintura y abdomen. Siéntanse sostenidos por la Tierra; están a salvo.

Sientan el ritmo de la Tierra; es lento y estable. Éste es el ritmo que ustedes buscan. Vuestra alma viene de un reino diferente; y cuando desciende tiene que ajustarse al ritmo de la Tierra. Vuestra alma tiene que habitar en un cuerpo y tiene que aprender a usar una mente, y puede llegar a confundirse debido a esto. El alma está en un camino de aprendizaje. No es solamente ustedes como un ser humano quien está aprendiendo, vuestra alma también está aprendiendo y creciendo.

En vuestra alma ustedes llevan recuerdos dolorosos de estar en la Tierra, y por lo tanto no es evidente para ustedes el hecho de que puedan confiar en la Tierra y rendirse a eso. Puede haber un bloqueo en vuestro cuerpo que les impide relajarse y sentirse seguros aquí. Este bloqueo es una energía, no es algo sólo físico. En realidad, este bloqueo no fue causado por la Tierra, sino por lo que les sucedió a ustedes en el mundo humano: la negatividad que experimentaron aquí, el dolor del rechazo y de no encajar. Esto ha hecho que sea difícil para ustedes sentirse en el hogar aquí.

Quiero hacerles recordar la verdadera naturaleza de la Madre Tierra. Ella misma es un ángel. Piensen en la belleza de los bosques, de los océanos, de las flores. Ésa es la verdadera naturaleza del Ser en la Tierra, y ustedes son parte de esta majestuosa realidad. Ustedes mismos son como una flor, pero una flor no puede abrirse a menos que esté firmemente enraizada. Ustedes tienen que sentirse en el hogar en la Tierra para ser capaces de expresarse, de expresar vuestra luz.Así que ahora los invito a conectarse con la Tierra, el ángel que ella es. Sientan su energía profundamente dentro de vuestro cuerpo; ustedes son su niño y pueden relajarse.

Imaginen que ahora están caminando en un lugar hermoso en la naturaleza. Puede ser un bosque, o cerca del océano, o en el desierto, y hagan que esta visión sea muy real y viva para ustedes. Sientan los elementos de la naturaleza, el viento, el sol, el aire. Sientan la tierra debajo de vuestros pies. Luego siéntense y pongan sus manos en el suelo. Dejen que la Tierra los afecte, que los sane, y que les recuerde vuestro parentesco con ella. Vuestra alma quiere estar aquí, aunque vuestra alma ha sido lastimada en la Tierra, especialmente por el miedo y la lucha que está presente en la sociedad humana. Pero como un ser humano, ustedes también están conectados a la naturaleza y a la armonía y el ritmo que hay ahí. Y si ustedes abrazan a la naturaleza, tanto por fuera como por dentro, claramente pueden escuchar el mensaje de vuestra alma.

Así que aún están sentados en la Tierra. Sientan cómo viene desde abajo una energía hacia ustedes. Ustedes son muy capaces de recibirla, porque ahora están conectados a la Tierra y a su energía. Estas dos energías están destinadas a estar juntas. Dejen que esta energía de vuestra alma brille ahora en ustedes como un sol. Sólo disfrútenlo por un momento.

Las cinco heridas que impiden ser uno mismo


Nuestra alma elige los padres y las circunstancias de nacimiento por razones muy precisas. Venimos a experimentar una serie de vivencias para sanar una serie de heridas, y así integrar la personalidad con el alma. Venimos a aprender a aceptar y amar incondicionalmente partes de nosotros que hasta ahora han vivido ignoradas y con miedo. Somos atraídos hacia padres con heridas como las nuestras para recordarnos qué hemos venido a amar.

Aprender a aceptar nuestras heridas es aprender a ser responsables y a amarnos incondicionalmente, y esa es la llave para la transformación y la sanación del alma.

¿Te has dado cuenta que cuando acusas a alguien de algo, esa persona te acusa a ti de lo mismo?. Verifícalo con la otra persona, y aparte de sorprenderte, verás cómo te liberas de juicios.

No aceptar nuestra herida, sentirnos culpables, con vergüenza o juzgarnos, es atraer circunstancias y personas que nos harán sentir esa herida no aceptada. Aceptar la herida no significa que sea nuestra preferencia tenerla; significa que, como seres espirituales que elegimos vivir la experiencia humana para espiritualizar la materia, nos permitimos experimentar esa herida sin juzgarnos y aprender de la experiencia. Mientras haya miedo, hay herida y hay un juicio o creencia que bloquea su sanación. Cuando aprendemos a aceptar nuestras heridas estamos desarrollando el amor y estamos espiritualizando la materia.

La sanación se produce totalmente cuando nos aceptamos a nosotros. El perdón hacia uno mismo es lo que finalmente nos sana, y para eso hay que aceptar que uno mismo es responsable de todo lo que le ocurre, y aceptar que ha acusado a otros de hacer lo que uno mismo hace a los demás. En el fondo, todos somos humanos, y aceptar nuestras limitaciones es lo que nos hace humildes y nos permite descubrir nuestra herencia divina.

Las cinco heridas del alma más comunes son:

sábado, 5 de marzo de 2016

Wu Wei: Aprender a fluir con la vida


Pasamos gran parte de la vida preocupados por cosas que nunca sucederán, culpándonos por situaciones que no podemos cambiar o desesperándonos por hechos que no llegan. De esta forma malgastamos una gran cantidad de energía mental y creamos estados emocionales negativos que, a la larga, nos alejan de nuestras metas y nos hacen sentir mal.

Sin embargo, existe otra manera de vivir, un estilo de vida mucho más sosegado que nos permite alcanzar nuestros objetivos con menos esfuerzo, manteniendo nuestro equilibrio emocional. La clave proviene de la filosofía taoísta, específicamente del concepto de Wu Wei.

La acción de la no acción

Uno de los conceptos más poderosos del taoísmo es el “wu-wei”, que significa, literalmente, inacción o no acción. Sin embargo, también se trata de uno de los conceptos más mal interpretados en Occidente ya que nuestra cultura prioriza la acción sobre todas las cosas.
Para comprender su esencia debemos profundizar en el sánscrito, en el que existen dos palabras bien diferenciadas para expresar dos ideas que a menudo intercambiamos:
akarma = inaccion
akarmakR^it.h = sin hacer nada

Son dos conceptos diferentes, la inaccion es algo natural que no demanda esfuerzo. Al contrario, si pretendemos estar sin hacer nada tenemos que esforzarnos porque no es algo natural. Si nos imponemos la inmovilidad, si nos obligamos a estar sin hacer nada, no podremos relajarnos.
Por ejemplo, cuando algunas personas se sientan a meditar intentan no hacer nada y se esfuerzan por dejar la mente en blanco. Por eso les resulta tan difícil y abandonan esta práctica. Sin embargo, si dejaran a su mente fluir libremente, si tan solo permanecieran inactivas, se darían cuenta de que pueden lograr ese estado de relajación y tranquilidad que buscan rápidamente.

El Wu Wei propone precisamente aprender a fluir a través de la inacción. No se trata de permanecer inactivos, si necesitamos realizar algo, lo hacemos, pero en esa acción seguimos fluyendo. Se trata de un estado mental que nos permite saber cuándo debemos esforzarnos y cuándo es una pérdida de tiempo y energía.

La flor crece sin esfuerzo, de forma natural

Las flores crecen sin esfuerzo, de manera natural. Sin embargo, imaginemos por un momento que una flor desarrolla una conciencia similar a la nuestra. Es probable que comience a preocuparse por el proceso de floración que debe enfrentar. Quizá se preguntará de qué color serán sus hojas, si podría acelerar el proceso usando fertilizante, cuánto cuesta y si puede permitírselo o incluso se preguntará si será más bella y más grande que la flor que crece a su lado. Así, lo que es un proceso natural, podría convertirse en un auténtico trauma.

Obviamente, nosotros tenemos muchísimas más preocupaciones, y tomamos decisiones en base a los estados mentales que estas generan, en vez de centrarnos únicamente en los hechos. Esas preocupaciones, ideas preconcebidas y prejuicios son exactamente lo contrario de fluir. Cada vez que intentamos vislumbrar el futuro y nos preocupamos por lo que puede suceder, estamos yendo en contra del Wu Wei, lo cual significa que estamos gastando energía y que nos esforzamos por gusto.
No hacer nada, pero no dejar nada por hacer

El Wu Wei no promueve la inactividad sino hacer las cosas de forma espontánea y natural, sin agobiarnos con preocupaciones que nos conduzcan por caminos forzados. Este concepto no implica pereza, pasividad o dejar de hacer las cosas. De hecho, uno de sus principios más importantes afirma que “no hay que dejar nada por hacer” porque la idea es conquistar el mundo con menos esfuerzo.

Este concepto implica dos cambios de mentalidad esenciales:

Regresen al Amor Por Wayne W. Dyer


El amor empieza conmigo. Si ustedes no se aman a sí mismos, nadie más lo hará. No sólo eso, no serán buenos amando a nadie más. El amor comienza con el yo.

Perciban cada día si están eligiendo vivir en miedo o en amor. El miedo puede mantenerlos desconectados de la presencia amorosa en el interior de ustedes. Provocar miedo es una táctica del ego, sea el propio ego de ustedes o el ego del mundo. El ego del mundo es un reflejo del poder del ego individual y de la cantidad de miedo que está activa.

El miedo está presente cuando olvidamos que somos una parte del diseño divino de Dios. Aprender a experimentar amor auténtico significa abandonar la insistencia del ego de que ustedes tienen mucho que temer y que están en un mundo hostil. Pueden tomar la decisión de librarse del miedo y de la duda y regresar a la luz brillante del amor que siempre está con ustedes. Quienes ustedes son es ese amor despejado.

Aquí tienen algunas ideas para atraer el amor a sus vidas en lugar del miedo.

*    Acuérdense que Dios los creó en perfecto amor que es eterno e inmutable. Su cuerpo está cambiando, al igual que su mente, así que ustedes no son ese cuerpo ni esa mente. Ustedes fueron creados como un espíritu que es puro amor. Es ahí donde quieren mantener enfocada su atención.

*    Perdónense y den la bienvenida al amor de regreso a su vida. Cuando pueden hacer esto, ocurre algo así como equilibrio. En lugar de aplacar las faltas con la culpa, ustedes están más comprometidos a promover la alegría y el servicio. Comenzarán a hacer lo que originalmente vinieron a hacer aquí.

*    Observen los actos de bondad que tienen los demás en lugar de sus defectos. Es así como la presencia amorosa los ve a ustedes. Todos nosotros somos almas buenas, decentes, amorosas que ocasionalmente nos perdemos. Cuando ustedes puedan enfocarse en lo bueno del otro y mantener eso en su mente, están actuando desde su yo superior. Esto puede contribuir a disipar el miedo y la ira.

ACTIVA LA PROSPERIDAD EN TU PRESENTE


Recuerda, tu responsabilidad es tal, que no la puedes pasar a ningún otro, no la puedes arrojar sobre ningún otro. Tu responsabilidad es absolutamente tuya. La prosperidad en tu vida depende exclusivamente de ti. Tú tendrás que pensar, tú tendrás que sentir, tú tendrás que meditar, tú tendrás que corregir tus equivocaciones. Y déjame que te recuerde de nuevo: quizás te encuentres en situaciones en las que antes nunca te encontraste y te preguntas ¿por qué debes pasar por ellas?

Te recomiendo que mantengas activa tu atención consciente para sobrepasar esa determinada situación aprendiendo la enseñanza que Dios te quería dar. Porque si al contrario transitas por ella sin aprender el significado en cualquier otro momento futuro volverá a ti de una forma diferente para que aprendas la enseñanza.

La mente ejerce mayor influencia entre nosotros, por eso vale la pena tratar de alcanzar la paz mental y la salud global (cuerpo- mente – espíritu- emoción). El progreso material es importante pero debemos equilibrarlo con nuestra paz interior y al alcanzarla seremos capaces de enfrentar situaciones con calma y madurez.

El dar y el recibir tienen la misma importancia. El recibir es una manifestación de que también sabemos dar. Si queremos recibir, necesitamos estar abiertos a ello, debemos aceptarlo libremente sin limitar el flujo de energía. Es también aceptarnos y tener conciencia de que merecemos recibir.

Cuando en nuestra vida recibimos y aceptamos libremente con humildad muestras de afecto, cumplidos, respeto, admiración, etc., estamos aceptando que merecemos todo lo bueno que la vida nos ofrece fácilmente. Y aunque estas características no pertenecen al dinero o al mundo material en sí, es un acto de la conciencia del merecer y aceptar. En cambio si el recibir un elogio es motivo de pena, y si alguien nos dice “gracias” contestamos con un “no fue nada”, le estamos restando valor a nuestras capacidades. Estaremos rechazando el flujo del recibir.

Si damos estas mismas muestras de respeto, admiración y cortesía a nuestros semejantes, no debemos dudar en que se nos serán devueltas, multiplicadas, pero hay que estar abiertos a recibirlo, hay que aceptarlo, si no lo hacemos, es posible que no venga, hasta que estemos preparados para ello.

Cuando nosotros no sabemos dar amor, respeto o no valoramos las acciones de los demás, estamos cerrando nuestra conciencia de dar. El dar sin esperar nada a cambio nos brinda la oportunidad de sentirnos útiles, el dar también nos provee de satisfacciones.

viernes, 4 de marzo de 2016

Años de educación y aún no sabemos amarnos a nosotros mismos


Suspenso. No apto. Hiperactivo. Baja motivación. Desafiante. Son muchas, muchísimas las etiquetas que reciben los niños a lo largo de su educación escolar y muy pocas las miradas que se detienen a comprender qué emoción se esconde detrás de cada alumno difícil.

Resulta curioso cómo desde desde escenarios como la empresa o la política se valora ya a la Inteligencia Emocional como algo imprescindible y vertebrador para todo profesional, mientras que las Instituciones Educativas, cojas en este aspecto, no contemplan la Inteligencia Emocional como una competencia a potenciar.

La educación debe darnos competencias para ser capaces de valernos por nosotros mismos, y de nada nos vale formar niños aptos en ciencias o literatura si primero, no les enseñamos qué es la autoestima, el respeto o la empatía.

El peso de las competencias cognitivas siguen siendo algo esencial para el sistema académico. Las emociones, por su parte, se ven como ese aspecto “tabú” que es mejor restringir al ámbito privado, a la soledad de cada niño en su delicado intento por conocerse a sí mismo en un mundo cada vez más complejo.



Una educación que forma mentes pero no personas

Los niños y adolescentes de ahora son hábiles estrategas en las nuevas tecnologías. Los emoticonos en sus mensajes de texto son muchas veces su único acercamiento al mundo de las emociones. Pero, cuando se alejan de los dispositivos móviles, son incapaces de gestionar o prevenir situaciones como por ejemplo, el bullying.

Begoña Ibarrola, psicóloga e investigadora, nos indica que en aquellos centros que han integrado la Inteligencia Emocional en las aulas y en el currículum escolar, las conductas de acoso han desaparecido y el rendimiento académico ha mejorado de forma notable. Resulta esperanzador, no hay duda.



La educación tiene como propósito formar personas que cambiarán el mundo el día de mañana: instruyamos entonces personas felices, aptas en alegría, diestras en el respeto y brillantes en esperanza.
 hoja fragmentada representando el valor de la educación

Si nos preguntamos ahora la razón por la cual no se da el paso a esta transformación tan necesaria en nuestra educación, hemos de detenernos en estos aspectos para reflexionar unos minutos:

El diseño curricular está determinado en muchos casos por una tendencia política que pauta el tipo de plan de estudio que considera más adecuado.

El peso de lo cognitivo sigue muy arraigado en nuestro sistema escolar a pesar de que teorías como “las inteligencias múltiples de Gardner”, nos hablan de la clara necesidad de trabajar la Inteligencia Emocional en los niños de forma temprana.

Hemos de tener en cuenta, además, que todo cambio a nivel institucional requiere tiempo. Se necesita de una clara concienciación social, porque invertir en emociones es invertir en convivencia, es aprender a ser más aptos en relaciones humanas, en respeto y en ese cambio de enfoque donde se deje a un lado la necesidad de educar niños perfectos para formar personas felices.




Eduquemos niños únicos, no alumnos iguales

“El Principio de NO Intervención”


La mayoría de los casos de confusión y desinformación, se sustentan básicamente en el desconocimiento de este principio, el cual es vital para entender dentro de este sistema dual, quien tiene una intención positiva y quien la tiene una negativa. No nos podemos fiar (y menos a estas alturas) de las apariencias, de los códigos que nos aporte el individuo, quien sea su fuente, lo amoroso de su mensaje o lo concienciado que parezca, menos aún de lo que resuene o no finalmente este aporte. Son tantas las formas de llevarse a alguien al huerto, que lo raro sería encontrar una intención pura tras un informador, un contactado o un trabajador de la Luz.

La mayoría de las personas tienen buena intención y creen que todos juegan con las mismas reglas y esto no es así. El pueblo, cada uno de nosotros, los que engrasamos la máquina del sistema, somos básicamente seres de gran corazón y buen proceder, caemos en los prejuicios y las falsas apariencias, arrastrados por una educación incorrecta, pero en el fondo ayudamos cuando tenemos oportunidad, somos básicamente amorosos y compasivos, pero el sistema nos está recordando constantemente que el amor es otra cosa y que la empatía es inútil, que el egoísmo es lo normal y que la sensibilidad es debilidad.

Como somos almas, espíritus de luz y amor, somos la expresión real de la energía con la que se crean los ladrillos que sostiene todo lo creado, nos auto engañamos fruto quizá, de vivir insertados en una mentira, como decía, nos engañamos pensando que todos son iguales a nosotros, que todos guardan dentro de sí esa luz y que todos tienen los mismos códigos morales impresos en su ser, pero es evidente que no, esto es un juego de apariencias, unos van disfrazados de ciudadano modelo, otros de respetable vecino y otros de amantísimo amigo, pero sólo es lo que parece, la realidad por lo general es otra y llegar al fondo de la intención real que alberga cada uno, es algo que difícilmente llegaremos a ver a la luz del día.


La mayoría de la gente vive en una constante dependencia de otros, para avanzar en sus propios procesos..



Desde aquí, se entiende por qué caemos una y otra vez en la misma trampa, fiarnos de los códigos de conducta que ellos nos programaron, nos impide ver la real versión de esa persona que tenemos enfrente. Tras el primer contacto nos creamos un juicio de esa persona por simple apariencia, tras el primer dialogo, tiramos de memoria, buscado patrones en los que encajar a ese ser, dentro de los módulos que el sistema rige para las conductas, normal, singular, extravagante, raro, friki, loco… Una vez lo hayamos encajado todo, abrimos o cerramos nuestra capacidad de entablar relación y cuán profunda puede ser ésta. Aquí es donde tendríamos que empezar a poner en práctica el principio de no intervención, ya que por lo general, nos esforzamos por modular al otro para que todo su Ser encaje en el patrón que diseñaste para él, sin que quede arista alguna que distorsione tu ideal.

Modificar su pensamiento, sus costumbres, modos y cultura, para que finalmente sólo quede un mero replicante de lo que tú estimas adecuado para ti y asi, sea lo deseado finalmente en alguien que se digne conservar tu compañía. Sus creencias se deben ajustar milimetricamente a las tuyas, su ideario político, social y moral, deben encajar de igual modo. Es prácticamente inevitable que tratemos de cambiar la opinión del otro, la lucha por la razón es la batalla inútil con la que diariamente hacemos chocar nuestra cornamenta, en una perpetua época de celo que nos empuja a ser el jefe de la manada a toda costa, lo único que nos separa de un animal es que no marcamos con orina nuestro territorio, pero en algunos casos hasta lo dudo.

El principio de no intervención dicta que el respeto al otro prima sobre cualquier otra razón o principio, el respeto a sus decisiones, a sus errores, a sus creencias, a su capacidad y a su intención. Si cualquier ser interfiere sobre otro modificando alguna de sus estructuras, se estará impidiendo que la expresión de sí mismo se manifieste, que su libre albedrío se ejerza y que su capacidad natural aflore y se desarrolle.

La mejor forma de aprender es mediante la duda, la búsqueda, la investigación y la práctica, lo que al final se imprime tras este proceso, es una forma natural de evolución y crecimiento, en la que el individuo descubre y se descubre, mediante la interacción con su entorno. Intervenir o influenciar en el proceso de cada uno es un error irreparable, ya que ese ser será desviado de su camino y transitara caminos que no fueron creados por él ni para él.

Quizá en nuestro fervor por ayudar, queramos despertar al prójimo a toda costa, pero la mayoría de las veces tras esa intención de ayudar, existe el egoísmo, quizá por no pasar a solas este complicado transito lleno de mentiras o porque creemos que así los salvamos de algo, es evidente que esto no funciona, ya que muchos que despertaron de forma forzada, engrosaron las filas de aquellos que les quisieron vender cualquier panacea, con lo que la sensación de estafa al final será aún mayor.

No intervenir no significar pasar del otro u obviar su estado, sino respetar sus decisiones por encima de tus modelos (dogmas) morales. El bien o el mal, lo correcto o lo incorrecto no sirven para medir las intenciones de otros, para con nosotros o con su entorno. Si alguien, sea quien sea, te dice que tal o cual cosa es como él dice, estará interviniendo y moderando tu capacidad de aprender por ti mismo a construir una imagen pura de ti, te estará quitando la oportunidad de pulirte y crecer por ti mismo. Si esto lo extrapolamos a cualquier ente o ser que proceda de otro estado distinto al nuestro, densidad, dimensión, plano o planeta, deberá aplicar el principio de no intervención sí o sí, porque si no tenemos esto en cuenta, por ambas partes, cualquier gesto o palabra, es una clara intervención en la libertad del otro.