lunes, 3 de octubre de 2016

10 pautas para eliminar nuestra basura emocional


A continuación te dejamos 10 técnicas escritas por la psicóloga Ciara Molina.

1. Pensamientos positivos o negativos, tú eliges. Según Molina, «los pensamientos negativos generan una enorme cantidad de malestar, y su manifestación común es la ansiedad». Los positivos, en cambio, provocan todo lo contrario a nivel emocional. Así, con afirmaciones positivas, lograremos modificar el pensamiento a través del uso del lenguaje. Se trata, prosigue esta experta, «de que te creas lo que te dices, no solo que te quedes con las palabras: “me quiero”, “me valoro”, “soy capaz”… Hay que animarse a potenciar aquello que quieres atraer y tu pensamiento abrirá el camino emocional que te ayudará a alcanzarlo», asegura.

2. Creando expectativas, acumulando frustraciones. Tendemos a fijarnos demasiado en lo que consideramos que nos hace falta, y esto nos dificulta poner atención en lo que somos, sentimos y pensamos en nuestro día a día. No podemos saber lo que v a pasar de aquí a cinco años, pero sí podemos gestionar adónde queremos llegar dando pequeños pasos desde el hoy. «La mejor manera de no excedernos en nuestras expectativas será establecer pocas y a corto plazo, al hacerlas alcanzables ganaremos confianza», asegura Molina.

3. La actitud determina el estado de ánimo. ¿Alguna vez has tenido la sensación de vivir un día pésimo desde que te levantas hasta que te acuestas? o, por el contrario, ¿no te ha pasado que de repente sientes que te comes el mundo y que todo lo que acontece a tu alrededor parece estar en sincronía contigo? «Lo que determina uno u otro es la actitud con la que nos enfrentamos a él», afirma esta psicóloga. «El mundo según lo vemos no es más que un reflejo de nuestro estado interior: cuanto más optimistas seamos a la hora de interpretar lo que nos pasa, mejor valoración haremos de nosotros mismos (autoestima) y mejor adaptación al medio tendremos. Por tanto, toda actitud positiva comienza por tener una autoestima saludable».

4. Voluntad sin acción es papel mojado. Cuando nos sentimos decaídos, lo primero que perdemos es la voluntad. «Sabiendo que la voluntad es nuestra capacidad para decidir si realizar un determinado acto o no, ¿por qué escoger quedarse en la oscuridad pudiendo ver la luz?», se pregunta Molina. Para tener una buen a predisposición a la acción voluntaria ella aconseja ser receptivo, priorizar los pasos, visualizar positivamente aquello que queremos que suceda…

5. Salir de la zona de confort, definiendo zona de confort como todo aquello que nos rodea y con lo que nos sentimos cómodos. ¿Cómo salir de la zona de confort? Molina aconseja al respecto explorar nuevos horizontes y dejar que la vida nos sorprenda. «Perder el miedo a avanzar, a descubrir nuevos mundos y buscar oportunidades que nos aporten nueva sabiduría. Cuando decidimos explorar más allá de los límites que nos autoimpusimos empezamos a entrar en lo que se conoce como la “zona de aprendizaje”».

6. Quiero, puedo, me lo merezco.

domingo, 2 de octubre de 2016

“Voz del cielo”


“Hay personas que creen que Dios o espíritus celestiales les hablan y se apresuran a comunicárselo a todo el mundo. 

Evidentemente, siempre pueden contar lo que quieran, pero hay criterios irrefutables para reconocer si la voz que dicen haber oído venía verdaderamente del Cielo o si se trata solamente de elucubraciones. He ahí cuáles son estos criterios.

En primer lugar, llegar a distinguir claramente el camino a seguir y avanzar firmemente por este camino.

Después, volverse cada vez más abiertos a los demás para comprenderlos, amarlos, ayudarlos y sentirse en cada instante llenos de gratitud hacia el Señor.

Y finalmente, tener una voluntad libre para llevar a cabo sin obstáculos todo lo que es justo, bueno y bello.

Aquel que cumpla estas tres condiciones puede estar seguro de que, en efecto, la voz que ha oído (digamos así las cosas) venía del Cielo.

7 Pasos para Dominar el Ego


He aquí 7 Pasos para Dominar el Ego en forma de recomendaciones para ayudarte a trascender esas arraigadas ideas de la vanidad. Todas ellas están destinadas a evitar que te identifiques en una clave falsa con el ego y la vanidad.

1. No te sientas ofendido.

La conducta de los demás no es razón para quedarte inmovilizado. Lo que te ofende solo contribuye a debilitarte. Si buscas ocasiones para sentirte ofendido, las encontraras cada dos por tres. Es tu ego en plena acción, convenciéndote de que el mundo no debería ser como es. Pero puedes convertirte en degustador de la vida y corresponderte con el Espíritu universal de la Creación. No puedes alcanzar la fuerza de la intención sintiéndote ofendido. Por supuesto, actúa para erradicar los horrores del mundo, que emanan de la identificación masiva con el ego, pero vive en paz.

Como nos recuerda A Course in Miracles [Curso de milagros]: La paz es de Dios; quienes formáis parte de Dios no estáis a gusto salvo en su paz». Sentirse ofendido crea la misma energía destructiva que te ofendió y que lleva al ataque, al contraataque y a la guerra.

2. Libérate de la necesidad de ganar.

Al ego le encanta dividirnos entre ganadores y perdedores. Empeñarte en ganar es un método infalible para evitar el contacto consciente con la intención. Por que? Porque, en ultima instancia, es imposible ganar todo el tiempo. Siempre habrá alguien mas rápido, mas joven, mas fuerte, mas listo y con mas suerte que tu, y siempre volverás a sentirte insignificante y despreciable.Tu no eres tus victorias. Puede que te guste la competición y que te diviertas en un mundo en el que ganar lo es todo, pero no tienes por que estar allí con tus pensamientos.

No existen perdedores en un mundo en el que todos compartimos la misma fuente de energía. Lo mas que puedes decir es que en determinado día rendiste a cierto nivel en comparación con el nivel de otras personas ese mismo día. Pero hoy es otro día, y hay que tener en cuenta otros competidores y otras circunstancias. Tu sigues siendo la presencia infinita en un cuerpo que es un día una década mayor. Olvídate de la necesidad de ganar no aceptando que lo opuesto de ganar es perder.
Ese es el miedo del ego. Si tu cuerpo no rinde para ganar ese día, sencillamente no importa, si no te identificas exclusivamente con tu ego.Adopta el papel de observador, mira y disfrútalo todo sin necesitar ganar un trofeo. Vive en paz, corresponderte con la energía de la intención e, irónicamente, aunque apenas lo notes, en tu vida surgirán mas victorias a medida que dejes de ir tras ellas.

3. Libérate de la necesidad de tener razón.

El ego es fuente de conflictos y disensiones porque te empuja a hacer que los demás se equivoquen. Cuando eres hostil, te has desconectado de la fuerza de la intención. El Espíritu creativo es bondadoso, cariñoso y receptivo, y esta libre de ira, resentimiento y amargura. Olvidarse de la necesidad de tener siempre razón en las discusiones y las relaciones es como decirle al ego: No soy tu esclavo.

Quiero abrazar la bondad y rechazo tu necesidad de tener razón. Aun mas; voy a ofrecerle a esta persona la posibilidad de que se sienta mejor diciéndole que tiene razón y darle las gracias por haberme encaminado hacia la verdad. Cuando te olvidas de la necesidad de tener razón puedes fortalecer la conexión con la fuerza de la intención, pero ten en cuenta que el ego es un combatiente muy resuelto. He visto personas dispuestas a morir antes que dejar de tener razón. He visto como acababan relaciones maravillosas por la necesidad de ciertas personas de llevar siempre la razón. Te propongo que te olvides de esta necesidad impulsada por el ego parándote en medio de una discusión para preguntarte: Que quiero? Ser feliz o tener razón?.

Cuando eliges el modo feliz, cariñoso y espiritual, se fortalece tu conexión con la intención. En ultima instancia, estos momentos expanden tu nueva conexión con la fuerza de la intención. La Fuente universal empezara a colaborar contigo en la creación de la vida que la intención quiere que lleves.

4. Libérate de la necesidad de ser superior.

La verdadera nobleza no tiene nada que ver con ser mejor que los demás. Se trata de ser mejor de lo que eras antes. Céntrate en tu crecimiento, con constante conciencia de que no hay nadie mejor que nadie en este planeta. Todos emanamos de la misma fuerza vital. Todos tenemos la misión de cumplir la esencia para la que estamos destinados, y tenemos cuanto necesitamos para cumplir ese destino. Nada de esto es posible cuando te consideras superior a los demás. No por viejo es menos cierto este dicho: Todos somos iguales ante los ojos de Dios.

Olvídate de la necesidad de sentirte superior al ver a Dios revelándose en todos. No valores a los demás basándote en su aspecto, sus logros, posesiones y otros baremos impuestos por el ego. Cuando proyectas sentimientos de superioridad, eso es lo que te devuelven, y te lleva al resentimiento y en ultima instancia a sentimientos de hostilidad. Estos sentimientos se convierten en el vehículo que te aleja de la intención. A Course in Miracles habla de esa necesidad de ser especial y superior: El sentirse especial siempre establece comparaciones. Se produce por una carencia que se ve en el otro y que se mantiene buscando y no perdiendo de vista las carencias que puede percibir.

5. Libérate de la necesidad de tener mas.

La Misteriosa Máquina que va a Cambiar el Mundo


Publicado el 4 sept. 2016

Recientemente, se ha presentado la computadora más poderosa del planeta, D-WAVE, es cientos de millones de veces más poderosa que cualquier cosa conocida hasta la fecha, el primer computador cuántico, sus creadores dicen que cuando te acercas a ella es como s te acercases a un altar donde habita un extraño dios.

Esta máquina cambiará nuestra forma de entender el mundo, en su presentación los creadores de la misma, llegaron a hacer tres profecías de las que hablamos también en el siguiente vídeo.
Esperamos que os guste.

La presentación en inglés de esta máquina:
https://www.youtube.com/watch?v=PqN_2jDVbOU



sábado, 1 de octubre de 2016

No te pases la vida esperando que llegue tu momento, ya vives en él


Probablemente ésta sea una idea muy trillada, pero te has detenido realmente a observar en pleno el momento en el que te encuentras? eres realmente capaz de observar lo que ocurre en tu interior? te percatas de lo que está sucediendo a tu alrededor?…

Vivir atrapados en el pasado y ansiosos del futuro se puede hacer costumbre, de hecho es la manera más común de vivir, aprendemos del pasado y pasamos el resto de la vida esperando que el futuro sea mejor, siempre planificando un viaje, las próximas vacaciones, mi futuro hijo, la pareja que llegará, ese empleo que algún día concretaré, la casa que podré comprar y una serie de cosas que se traducen en esperanzas, ilusiones futuras que alimentan nuestro deseo de vivir el presente, siempre en pro de lograr algo.

Así se nos pasa la vida, ignorando que el momento más importante de tu vida es el minuto que está transcurriendo justo ahora, ni más ni menos.


No dejes que el minuto se te escape



Vivir en esa burbuja del tiempo, que nos lleva del pasado hacia el futuro una y otra vez, nos aísla del presente, del momento que nos encontramos viviendo, preferimos alimentar la ilusión que asumir la realidad y no nos damos cuenta que este, este minuto, este momento, ahora es nuestra vida, no mañana, no ayer… ahora.

Presta atención a lo que estás haciendo, incluso leyendo este artículo puedes no estar plenamente alerta, los pensamientos van y vienen de tu mente, las preocupaciones, las comparaciones y la premura de lo que debes ir a hacer luego de revisar esta página, no te permites realmente disfrutar el momento en toda su plenitud, cuando en realidad el minuto presente es el único que cuenta, porque de él depende el futuro inexistente, procura aprovechar al máximo el momento que estás viviendo, sacando toda la utilidad que puedas para aprender cada día más.

El mañana todavía no llegó

La vida no es como la pintan, es como tú la coloreas


La vida no es como otros la pintan, es como tú la coloreas. Porque será siempre nuestra actitud la que actúe como el mejor pincel, ese capaz de ofrecernos tonalidades de luz cuando más lo necesitamos. Mientras que nuestra voluntad, será quien elija pintar los días con sonrisas antes de que nos destiña la amargura…
Algo que tenemos claro es que en ocasiones, es la propia vida quien gusta traernos días grises. Momentos de oscuridad absoluta. Son instantes en que a pesar de creer tenerlo todo controlado y de autopercibirnos casi como fabulosos estrategas de la adversidad,siempre ocurre algo que nos recuerda lo vulnerables que podemos llegar a ser.
No quiero besos en blanco y negro, quiero una vida de colores. Ya me cansé de las tonalidades grises, de personas de corazones de tormenta: ahora, solo ansío ser como esa mariposa capaz de renacer con vivos colores de fiesta.
El  neurólogo, psiquiatra y etólogo francés Boris Cyrulnik, nos ofrece a través de sus libros y entrevistas un concepto realmente útil e interesante sobre la vulnerabilidad personal y la felicidad. Hablamos ante todo de ese bienestar que uno/a alcanza después de haber conocido cada gama de los claroscuros en nuestras paletas existenciales.
Nadie está preparado/a para el sufrimiento. Una infancia feliz no garantizará que el día de mañana seamos inmunes al dolor emocional. Asimismo, una niñez traumática tampoco debe determinar nuestra madurez y nuestro futuro, tal y como el propio Cyrulnik nos explicó en su libro “Los patitos feos y la resiliencia”.
La vida puede ser muy oscura en cualquier momento, lo sabemos. Lo hemos vivido. Sin embargo, lejos de someternos a esos hechos, a esos traumas, hemos de dejar de servíctimas de nuestras circunstancias y trabajar día a día en estas realidades personales. Porque todos somos dignos de ser amados, de ser felices. Todos debemos elegir los mejores colores con los que pintar nuestro horizonte.
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Los claroscuros de la vida y cómo los afrontamos

No nos damos cuenta, sin embargo, todos tenemos un modo muy particular de “pintar” nuestra cotidianidad. Hablamos cómo no, de nuestra actitud y de esos recursos psicológicos tan particulares con los encaramos la adversidad, interpretamos la realidad y a la vez, la creamos.
No obstante, es aquí donde aparece el dilema de siempre. A menudo suele decirse aquello de que es el componente genético quien nos confiere esas raíces que nos empujan con más o menos frecuencia hacia el abatimiento. Hacia la depresión o hacia esa visión sesgada, el la que solo se ven días grises cuando lo que brilla es un sol sincero, inmenso y reluciente.
Hemos de tenerlo claro: la genética predispone pero no determina. Lo que vale es la voluntad y nuestra actitud. Tanto es así, que la doctora Rafaela Santos, autora de “Levántate y Anda”, nos indica que la resiliencia es una combinación de factores genéticos, sociales y psicológicos. Sin embargo, no hay nada más poderoso que ese entrenamiento consciente y constante donde poder enfrentarnos de forma positiva a las situaciones adversas.
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Todo ello nos anima sin duda a reflexionar sobre alguna que otra realidad personal. Se sabe, por ejemplo, que los hijos pueden heredar la predisposición a la ansiedad y la depresión de sus padres. Lo hacen compartiendo una característica fisiológica: un circuito cerebral sobreactivado.
Lo que nos determina no es una estructura en sí, sino unas funciones metabólicas que pueden modificarse. Con una actitud adecuada, estrategias psicológicas y ese entrenamiento consciente antes citado, pintaremos la vida a nuestra manera.
Cómo afecta la depresión a la relación madre-hijo

Es tiempo de resiliencia, es tiempo de superación

LA SABIDURÍA DE LA RENDICIÓN


Es la calidad de tu conciencia en este momento lo que más determina el futuro que experimentarás.
Así que rendirte es lo mejor que puedes hacer para traer cambios positivos. Cualquier acción es secundaria.

Ninguna acción verdaderamente positiva puede surgir del estado de conciencia de no-rendición.
Para algunas personas, “rendirse” puede tener connotaciones negativas: derrota, abandono, fracaso ante los retos de la vida, volverse letárgico, etc. Sin embargo, la verdadera rendición no tiene nada que ver con eso. No significa que tolerar pasivamente cualquier situación en la que estés y no hacer nada al respecto. Ni tampoco significa dejar de planificar cosas o de realizar acciones positivas.
Rendirse es la simple pero profunda sabiduría de ceder, en lugar de oponerse al flujo de la vida.
El único lugar en el que puedes experimentar el flujo de la vida es el Ahora.

Así que rendirse es aceptar el momento presente de manera incondicional y sin reservas.
Es decir, renunciar a lo que interiormente se resiste a lo que es.

La resistencia interior es decir “no” a lo que es, a través de juicios mentales y negatividad emocional. Se nota más cuando las cosas “van mal”, lo que significa que hay una brecha entre lo que la mente pretende y lo que es. Esta brecha es el dolor.

Si has vivido lo suficiente, verás que las cosas “van mal” bastante seguido. Precisamente es ahí cuando se debe practicar la rendición, si es que quieres librarte del dolor y la tristeza.
La aceptación de lo que es inmediatamente te libera de la identificación con la mente y te reconecta con el Ser.
La resistencia es la mente.

La rendición es un fenómeno puramente interior. Esto no significa que no puedas intervenir en lo exterior o cambiar la situación. De hecho, no es la situación en general lo que debes aceptar cuando te rindes, sino el pequeño segmento llamado “el ahora”.

Por ejemplo, si te encontraras atascado en el barro, no vas a decir: “Bueno, me resigno a estar atascado en el barro”. La resignación no es lo mismo que la rendición.

No necesitas aceptar una situación indeseable o desagradable, ni tampoco mentirte a ti mismo y decir que todo está bien. No. Reconoces totalmente que quieres salir de esta situación y limitas tu atención al momento presente, sin etiquetarlo mentalmente.

Esto significa que no hay juicios mentales sobre el Ahora, y por consiguiente, no hay resistencia ni negatividad emocional. Aceptas que este momento ya es como es. Luego actúas y haces todo lo que esté a tu alcance para salir de la situación.

A estas acciones las llamo “acciones positivas”. Y son mucho más efectivas que las negativas, las cuales surgen a partir de la bronca, la desesperación o la frustración.

Hasta obtener el resultado deseado, sigues practicando la rendición absteniéndote de etiquetar el Ahora.

Déjame darte una analogía visual para que se entienda.
Vas caminando de noche por la senda, rodeado por espesa niebla, pero tienes una linterna muy potente que la atraviesa y crea un espacio estrecho y claro frente a ti.
La niebla en este caso es la situación en la que te encuentres, que incluye pasado y futuro. La linterna es tu presencia consciente. El espacio claro es el Ahora.

La no-rendición endurece a tu forma psicológica, el caparazón del ego, creando un fuerte sentido de separación.
El mundo que te rodea y en particular la gente, se perciben como una amenaza.
Surge la compulsión inconsciente de destruir a los demás juzgándolos. Como así también surge la necesidad de competir y dominar.
Incluso la naturaleza se vuelve un enemigo, y tus percepciones e interpretaciones son gobernadas por el miedo.

La enfermedad mental que llamamos “paranoia” es apenas una versión un poco más aguda de este estado normal pero disfuncional de conciencia.
No solo tu forma psicológica, sino también tu forma física (tu cuerpo) se torna rígida con la resistencia. Surge la tensión en distintas partes del cuerpo. Y el cuerpo, como un todo, se contrae.
El libre flujo de energía por el cuerpo, el cual es esencial para un funcionamiento saludable, queda restringido en gran medida.

El ejercicio y ciertas terapias físicas pueden ayudar a recuperar este flujo. Pero a menos que practiques la rendición en tu vida diaria, solo será una ayuda temporal, dado que la causa, es decir, el patrón de resistencia no se ha disuelto.

Hay algo dentro de ti que permanece intacto a las situaciones pasajeras que conforman tu vida diaria. Y es solo a través de la rendición que puedes acceder a esto.
Se trata de tu vida, tu propio Ser, que existe eternamente en el presente sin tiempo.
Si encuentras tu situación insatisfactoria o intolerable, es solo rindiéndote primero que puedes romper el patrón inconsciente que se resiste y prolonga esa situación.

La rendición es perfectamente compatible con realizar acciones, iniciar cambios o lograr objetivos. Pero en el estado de rendición, una energía totalmente distinta, una calidad distinta, fluye en tu hacer.
La rendición te reconecta con la fuente de energía del Ser. Y si tu hacer está impregnado de Ser, se convierte en una alegre celebración de energía de vida que te lleva más profundamente hacia el ahora.
A través de la no-resistencia, la calidad de tu conciencia y, por consiguiente, la calidad de lo que sea que hagas o estés creando, mejora de manera inconmensurable.

Los resultados entonces, vendrán solos y reflejarán esa calidad.

A esto lo podemos llamar “acción proveniente de la rendición”.

En el estado de rendición, ves claramente lo que hay que hacer. Y actúas haciendo una cosa a la vez y enfocándote en una sola cosa a la vez.

Aprende de la naturaleza, mira como todo se desarrolla y como el milagro de la vida se despliega sin insatisfacción.

Por eso Jesús dijo: “Mira las azucenas, como crecen… no se esfuerzan ni dan vueltas”.