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domingo, 25 de mayo de 2014

¿Cómo detectar personas tóxicas en tu vida?

La palabra holismo viene del griego holos que significa totalidad, es una palabra que se ha modernizado y se usa mucho como adjetivo de diferentes disciplinas, pero finalmente quiere decir que todo, es decir TODO, ya sean ideas, personas o elementos materiales forman parte de un mismo todo, un ejemplo es la medicina holística que fue acuñada por Engel, quien trata de encontrar un equilibrio entre la biociencia y el humanismo.


El ser humano enfermo es, indivisiblemente, un ser integro, no parcelable y no solo es un ente individual, si no que pertenece a una trama que es la sociedad donde vive y se realiza; pareja, familia, grupo social, así cuándo la enfermedad afecta a cada persona, no le afecta solo a él, si no a todo el tejido social en el que se desarrolla su existencia.
Esa misma idea es la que se desprende del conocimiento astrológico desde hace varios milenios, nunca se llamó a la Astrología, Astrología Holística, por que sería una obviedad y una redundancia innecesaria. Las palabras raras no hacen más que alejar a buscador de la senda del conocimiento.
Todo lo que les ocurre a las demás personas de nuestro entorno nos influye directamente,basta imaginar como se siente un padre o una madre ante la muerte de su hijo, por ejemplo, dime tu si se nota o no. De igual manera el triunfo o el éxito de tus seres queridos y cercanos te hacen sentirte feliz, sin que a ti te ocurra nada. Realmente nosotros nos sentimos bien o mal a causa de los demás, no creo que sea necesario explicar mucho el asunto.
Cuando vuelves a casa te encuentras con un ambiente psicosocial, que te contagia inmediatamente.
 
Un ejemplo claro es el una persona, que se fue a pasar un fin de semana con un extraordinario gurú de meditación espiritual.
Durante su estancia en el lugar apartado y tranquilo se contagió de la espiritualidad de su maestro, incluso el domingo por la tarde, durante una meditación inducida por el gurú, levitó un poco.
Al terminar el encuentro del fin de semana regresó a su casa donde vivía con su pareja y una hija pequeña a la que se le había caído un vaso leche caliente en el brazo y estaba la nena llorando desconsoladamente y además estaba la suegra en casa.
Al entrar en casa, con cara de felicidad y espiritualidad notable, con una sola mirada de la suegra cambió el estado alfa adquirido en el fin de semana, por el estado normal de cualquier hijo de vecino.
Así son las cosas.

¿Qué quiere decir esto?
Que las personas de nuestro entorno afectan directamente a nuestra estado de ánimo, a nuestro humor y por supuesto a nuestra salud, tanto más cuando se trate de personas que consideramos: “mi”; mi hijo, mi madre, mi pareja, mi amigo, mi cliente, mi compañero de trabajo, etc., etc., incluso cosas que no son personas que también influyen de un modo importantísimo, como por ejemplo, para un hincha de fútbol, su equipo.
 
Tanto es así que se cuentan por docenas las personas que fallecen al año de infarto durante un partido de fútbol en el que pierde su equipo favorito.

¿Los disgustos matan?
¿Los disgustos matan?
¿Los disgustos matan?
Si, definitivamente si y además enferman, que es lo peor, y no nos damos cuenta hasta que estamos enfermos.
Mi hijo, mi madre, mi pareja, mi jefe, mi compañero, mi cliente, mi amigo, mi suegra, mi cuñado, todos son fuente de vida o de muerte, unos nos levantan el ánimo y otros nos hunden en la miseria emocional, unos nos aportan salud y otros son directamente tóxicos, esa es la clave de este asunto.

Por eso si analizamos nuestra vida bajo la óptica astrológica podremos descubrir fácilmente la relación que existe entre nuestro estado de ánimo, y nuestra salud en relación con las personas con las que estamos obligadamente en contacto.


Lo más evidente de este tipo de influencia astrológica ejercida a través de otras personas que afectan de modo directo a nuestra salud física y mental, es en primer lugar nuestra propia madre, la que nos ofrece el primer alimento, y quién nos dejará una profunda huella en la alimentación y en la emociones que podrá ser saludable o tóxica, dependiendo de la posición de la Luna en el momento del nacimiento.
La Luna y la madre forman una unidad indisoluble, según tengamos a la Luna en nuestro nacimiento en un lugar u otro, con una configuración, u otra, así tendremos una tendencia saludable o no a la hora de elegir alimentos, o adoptaremos una alimentación de quién nos cocine o nos guise la comida a los largo de nuestra vida, la personas que nos cocinan y nos alimentan están bajo la influencia astrológica de nuestra Luna al nacer, incluyendo al cocinero del bar de la esquina donde vas a veces a comer.
La Luna, la madre, las emociones, los alimentos, el estómago, juegan, en el partido de la vida, en el mismo equipo, todo se mezcla, un disgusto con un dolor de estómago, por eso conviene saber que la influencia astrológica puede actuar a través de otras personas que pueden ser al principio la madre y después cualquier otra persona, como puede ser una buena amiga, en el caso de las mujeres, o la propia pareja si eres hombre, y que puede ser el origen de una enfermedad.
El trato obligado con los demás nos aporta felicidad y también desdichas y amarguras que son fuente de muchas enfermedades.
Depende de cómo te trates con la Luna, es decir, con tu madre, con tu mujer, o con tu tía o tu mejor amiga a la que quieres tanto, así te sentirás emocionalmente y así tenderá tu estado de salud.
A través de todas y cada una de las técnicas astrológicas se puede ir analizando la influencia de la Luna a través de las personas con las que estamos obligadamente en contacto y allí donde encontremos planetas o puntos que formen malos aspectos con la Luna podremos ir encontrado a las personas tóxicas.
¿Y para qué sirve conocer a las personas tóxicas de la Luna?
 
Pues para lo mismo que sirve reconocer al tejo.
El tejo es un árbol silvestre de hoja perenne fina que hace uno frutos de color rojo muy atrayentes que dan ganas de probarlos.
La palabra tejo viene de toxo y de ahí tóxico.
Si no sabes que el tejo es tóxico, pasas por su lado agarras un fruto, te lo comes y te intoxicas.
¿Sirve para algo reconocer el tejo?

Diez rasgos de una persona tóxica: ¿Cómo reconocerla?


Los rasgos que definitivamente permiten detectar a una persona tóxica:
Rodearte de personas agradables te ayuda a sentirte bien contigo mismo. Existen personas tóxicas cuyos rasgos principales son:
1) En primer lugar, las personas tóxicas hablan en exceso de sí mismas y se olvidan del otro.
2) Tienden a quejarse con mucha frecuencia. Su discurso es pesimista y negativo. Las personas tóxicas siempre ven el vaso medio vacío y hacen un drama de situaciones cotidianas.
3) Asumen el rol de víctima con mucha facilidad. Es una forma de creerse el centro del mundo y de llamar la atención de los demás.
4) Creen que el mundo está en su contra, pero no analizan qué es lo que pueden estar haciendo mal en su comportamiento.
5) Las personas tóxicas son como vampiros emocionales que roban la energía de los demás.
6) Una persona tóxica no es feliz porque su modo de pensar le impide vivir en calma y en armonía con el entorno.
7) Una persona tóxica envidia todo lo bueno que ve en los demás. No se alegra con las alegrías del amigo porque, a nivel interno, vive pendiente de su propia carencia.
8) Una persona tóxica también es aquella que ejerce el rol de autoridad constante, te corrige incluso cuando no tiene que hacerlo y se comporta como si estuviera en posesión de la verdad.
9) La persona tóxica genera una ola de energía negativa a su alrededor.
10) Las personas tóxicas sufren mucho con su modo de ser aunque a nivel externo no lo demuestren.
Con información de Tito Maciá y guioteca.com

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