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lunes, 2 de marzo de 2015

“Soy la Vida”

Eckart Tolle
El ego nace a causa de una ruptura en la psique humana. La mente divide la identidad en dos partes que podríamos llamar “yo” y “mí” o “yo” y “yo mismo”.

Por consiguiente, todo ego es esquizofrénico, para usar la palabra en su acepción popular de la doble personalidad. Vivimos con una imagen mental de nosotros mismos, un ser conceptual con el cual tenemos una relación. 

La vida misma termina siendo un concepto separado de nuestra esencia en el instante mismo en que hablamos de ella como “mi vida”. Tan pronto como decimos o pensamos en términos de “mi vida” y creemos en lo que decimos (en lugar de ver la expresión como una convención lingüística), habremos entrado en el ámbito de lo ilusorio.

 De existir “mi vida”, inmediatamente se desprende que Yo y mi vida somos dos cosas distintas, de tal manera que también puedo perder mi vida, mi tesoro imaginario más preciado. La muerte se convierte en una realidad aparente y en una amenaza. 

Las palabras y los conceptos dividen la vida en segmentos separados carentes de realidad en sí mismos. Podríamos incluso decir que la noción de “mi vida” es el delirio original de la separación, la fuente del ego. 

Si yo y la vida somos dos, si estoy separado de la vida, entonces estoy separado de todas las cosas, de todos los seres, de todas las personas.

¿Pero cómo podría estar separado de la vida? ¿Cuál “Yo” podría existir separado de la vida, separado del Ser? Es completamente imposible.

 Por consiguiente, “mi vida” no puede existir y no tengo una vida. Soy la vida. Yo y la vida somos uno.

 No puede ser de otra manera. ¿Entonces cómo podría perder mi vida? ¿Cómo podría perder algo que no poseo? ¿Cómo podría perder algo que Yo Soy? Es imposible.

Eckhart Tolle.

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