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jueves, 21 de mayo de 2015

Ser más allá de una identidad personal



Descubrir tu libertad innata es el mejor regalo que puedes dar a cualquiera, incluido tú mismo. Descubriendo plenamente tu condición natural de conciencia/amor te convertirás en un recipiente para el amor incondicional y la sabiduría y beneficiar a todo aquel que entra en “tu” experiencia.

Hoy puedes empezar leyendo este artículo de instrucción básica. Te daré una buena idea o sentido general de lo que será nuestra intención para las próximas 2 semanas.

¿Qué es una identidad personal?

Una identidad personal, para mí, es en realidad un verdadero reto el describirla, ya que descubro que es inexistente cuando trato de buscarla. Una identidad personal real, como algo que existe en sí y por sí misma, como algo que tiene un corazón o alma propia, no se encuentra en ninguna parte… Sólo existe el ver y el ser de lo que yo describo como: conciencia libre.

Entonces, ¿qué es una identidad personal?

Una identidad personal sólo es un pensamiento. Es sólo una idea acerca de ti mismo. Si vas en busca de la propia identidad real, la persona real o corazón de la identidad, verás que nunca la podrás encontrar.

Seguramente puedes encontrar pensamientos y emociones que surgen continuamente, pero estos son sólo formas de pensamiento arbitrarias que giran en torno a una especie de misteriosa identidad llamada “yo”.

Estos son los referenciales, los pensamientos que apuntan hacia una identidad. Pero ¿dónde está la cosa misma a la que estos pensamientos apuntan? ¿Puede la propia identidad encontrarse? Verdaderamente todo lo que hacemos es hablar de nuestra identidad personal como si estuviera ahí, pero todavía nadie ha visto nunca una identidad personal.

En pocas palabras: Esta es la mayor broma de la especie humana. El 99% de nuestras vidas gira en torno a algo que nadie ha encontrado que exista en realidad. ¡Ja! ¡Vaya juego! Es mejor reconocer esto y reír compasivamente, que disfrutar de este juego de mera fantasía y sufrimiento.

A menudo creemos ser algo…

Convencionalmente comenzamos creyendo que somos nuestros pensamientos y emociones. Que como algunos de nosotros nos volvemos más educados espiritualmente, tendemos a creer en un alma de algún tipo, o creemos en un cuerpo de energía sutil con el que algún día dejaremos el cuerpo físico.

Así que creemos que eso es lo que somos. Pero, ¿lo somos realmente? ¿Qué es lo que ha cambiado de creer que somos nuestros pensamientos y emociones, a creer ahora que somos un alma? ¿Dónde está el alma? ¿Puede un alma encontrarse de repente? Incluso cuando pensamos que experimentamos nuestra alma, digamos que en una meditación, ¿no es esto sólo otro, aunque sutil, sentido de uno mismo? ¿Sólo una sensación más sofisticada que surge dentro del espacio auto-consciente?

¿Qué ha cambiado realmente excepto tu creencia acerca de quién eres? Todo esto es sólo un montón de ideas apuntando y haciendo alusión a una realidad que no existe realmente aparte de estos referenciales…

Por lo tanto, yo diría que la identidad personal realmente es pura ficción. Si miras con claridad, sin creer en ninguna de tus ideas, verás que no hay una identidad existente en y por sí misma en ningún lugar. No hay ningún “yo” que tenga su propia naturaleza o fuente autónoma. Sólo hay puro ver/ser… Sólo la presencia pacífica de lo que está mirando: la Conciencia.

Estos pensamientos acerca de algo que se llama “yo”, creo que estarás de acuerdo conmigo, son totalmente poco fiables a la hora de querer realmente conocernos a nosotros mismos. Ya que un día estos pensamientos que creemos nos dicen que somos esto y lo otro, luego al día siguiente cambian a una supuesta creencia más refinada de lo que somos. Pero las creencias no te harán libre. Las ideas sobre las que basamos nuestras acciones y pensamientos no nos harán ver de primera mano la verdadera naturaleza de nuestro ser.

La sensación de “Yo soy” o el sentido de “ser alguien” es también una apariencia/expresión dentro de la conciencia.

Podríamos decir que más allá de nuestros pensamientos e ideas, se encuentra una sensación más sutil, una sensación más primaria. La del “Yo soy”. Todos podemos conocer esta sensación… es la simple sensación básica de estar aquí en este momento…

Si sólo te recuerdas a ti mismo el hecho de que estás aquí en este momento, y “sientes” tu cuerpo y presencia, y simplemente reconoces el hecho de que estás aquí, verás que hay unasensación de ser (un individuo). Pero incluso esa sensación será trascendida cuando relajamos nuestra atención/enfoque y la dejamos reposar en su naturaleza abierta natural.

A menudo es esta sensación de ser “un alguien” la que se adhiere a las ideas y sentimientos que surgen. Es este sentido de individualismo en el que creemos. Es la creencia de que somos este individuo con el que hemos llegado a identificarnos, la que encuentra una conexión con los pensamientos, emociones e ideas sobre sí mismo para elaborar y refinar aún más su existencia.

Cada vez que surgen formas en la consciencia, adherimos esta sensación ficticia de ser alguien a estas descripciones y sentimientos acerca de nosotros mismos.


Personalizamos cualquier impresión en la que estamos interesados. Por lo general, dejamos de lado esas impresiones que no nos interesan. En cierto modo se podría decir que nuestro descubrimiento de ser quienes realmente somos, da lugar a que nos demos cuenta de que incluso la idea de “yo” no es más que una forma de pensamiento que surge y se disuelve dentro de nuestra percepción.

Y cuando nos damos cuenta de que no hay un “yo” real, entonces gradualmente (o de repente) ¡perdemos interés en todas las formas de pensamiento como un medio para vivir!

Porque vemos que no tienen nada que decirnos acerca de lo que somos o lo que es el mundo… Por supuesto todavía podemos pensar, e incluso pueden surgir muchos pensamientos de muchas cosas, pero nuestro interés en creer en sus sugerentes ideas e historias, simplemente se desvanecen a medida que comenzamos a disfrutar relajándonos en nuestra pacífica, clara, sabia, amorosa y naturalmente receptiva (¡no reactiva!) esencia.

Ahora podemos llegar a nuestras conclusiones íntimas y más directas sin el uso del pensamiento. Los pensamientos sólo pueden describir mucho y nada de lo que es verdaderamente fresco, verdaderamente vivo, verdaderamente directo, verdaderamente profundo.

Los pensamientos y las ideas son realmente conceptos planos que van y vienen. No necesitamos controlarlos ni interferir con ellos de ninguna manera. Podemos dejarlos a un lado por completo. Podemos simplemente ser, sin ser arrastrados por cualquier pensamiento a creer en él.

A partir de aquí, descubrimos una presencia abierta, genuina, estable, en la que todo lo que conocemos se ve cómo surge, perdura y se disuelve sin ninguna ayuda o esfuerzo de nuestra parte. Los pensamientos, ideas y emociones, simplemente se resuelven por sí mismos si los dejamos ir y venir sin tener interés en lo que tienen que decir. Ellos son su propia perdición.

Podemos entender muchas cosas desde esta libertad inmediatamente, sin necesidad de conceptos con el fin de comprender. Todo lo que vemos será visto en la luz de la verdadera comprensión.

Entonces, cuando surge un pensamiento que dice: “Yo no soy lo suficientemente bueno para esto, no lo merezco”. No nos movemos de ninguna manera, porque sabemos que no hay un “yo” que sea digno o indigno, simplemente somos esta amplia conciencia abierta y amor sin límites, en el que surge un pensamiento que hace referencia a un yo que nunca existió como algo separado de ese pensamiento referencial.

Todas las formas son simplemente expresiones de, y dentro de la conciencia. Nosotros, como conciencia, somos completos, sin ser afectados ni alterados por cualquier forma o acontecimiento. Todo lo que aparece es la conciencia pura. Incluso la idea o pensamiento o sentido del “yo”. Eso también es una sensación, una percepción conocida por lo que ya somos, sin esfuerzo.

¿Quiénes somos más allá de nuestras ideas y sensaciones de ser una identidad individual o personal?Esa será nuestra pregunta del millón de dólares en este ATP…

Algunas instrucciones básicas rápidas: ¿Qué hacer?

Las palabras “qué hacer”, son en realidad muy inapropiadas, pero es la única manera de empezar. Lo que estamos a punto de descubrir, no es algo que creamos o hagamos. No es resultado de nuestros pensamientos o acciones guiadas. En cambio, es eso que siempre está aquí, incluso cuando no lo reconoces en toda tu vida. Nuestra naturaleza es siempre Eso.

Siempre ha sido Eso y nunca no es Eso. Nunca has dejado de ser Eso, ¡porque tú y Eso son lo mismo!

He aquí algunas sugerencias para experimentar directamente la confirmación de que tú no eres tus ideas acerca de ti mismo o incluso tu sentido de ser (alguien o alguna presencia):

1) ¡Relájate! ― Lo más importante es que simplemente relajes tu enfoque en la apertura natural de atención pacífica.

No podemos entender esto a través de continuar siguiendo nuestros pensamientos a cualquier lugar al que proyectan sus descripciones. Es sólo cuando relajamos completamente nuestro enfoque en cualquier objeto, forma o definición particular, que de inmediato descubrimos una presencia que está naturalmente aquí, como la apertura en sí. Si simplemente relajas tu atención y tu necesidad de buscar y definir, la presencia que se mostrará a sí misma, está ahí.

2) Recuerda siempre que te acuerdes ― Siempre que te acuerdes de esta práctica/artículo, o tu compromiso con la conciencia, observa que en un momento dado, puede haber un sentido de ti mismo, o una idea acerca de quién eres. Si simplemente permites al pensamiento ir y venir, si permites que sea, que ocurra, verás desde una apertura pacífica de atención, que todo surge en un conocimiento natural.

Así que desde esta percepción relajada y abierta, sin necesidad de definir, dividir, clasificar, describir, comprender, explicar o buscar nada, simplemente sé esa apertura relajada que eres, y todos los pensamientos o ideas acerca de un “tú” y todos los pensamientos y emociones que podrían adherirse a esa idea de “tú” en un momento dado, se verá que son simplemente otra manifestación dentro de tu conciencia.

No es lo que eres, porque tú eres eso que es abierta e inafectadamente consciente de ellos. Son simplemente apariencias de y dentro de tu apertura, pero sus descripciones no tienen nada que explicarte acerca de quién eres.

3) Al final de cada día escribe una pequeña actualización sobre tus experiencias ― ¿Cómo te fue, qué te ha confundido, qué has descubierto? etc. No dudes en preguntar. La comunidad, incluido yo mismo, estamos aquí para apoyarte en esto. Verás que escribir tus experiencias y observaciones te ayudará a ver con mayor claridad.

* Awareness Training Program
http://www.advaitainfo.com/articulos/conciencia-libre-06.html

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