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lunes, 22 de agosto de 2016

Lo que te molesta de otros seres, es lo que debes resolver en ti


Todo lo que te molesta de otros seres, es solo una proyección de lo que no has resuelto de ti mismo. Buda

Cuando Buda expresa esta afirmación está afirmación quiere hacer un llamado de atención a cada uno de nosotros en cuanto a la aceptación, el rechazo, la resistencia y la resolución.

Todos tenemos una cantidad considerable de asuntos internos que resolver, cada uno de nosotros debe utilizar como recurso la observación propia ante los diferentes estímulos a los que estamos expuesto. Debemos llegar a nuestro ser.

Para ello debemos prestar especial atención a aquello que nos hace reaccionar, que nos mueve emocionalmente, considerando que hay algo en nosotros que estamos proyectando en nuestro exterior y se manifiesta justamente para hacernos ver, bien sea aspectos nuestros que debemos mejorar o sencillamente aceptar.


Cuando es positivo lo que nos llama la atención, estamos potenciando nuestros aspectos de luz a través de la proyección de nuestro interior en nuestro mundo.

No se quiere decir que cuando por ejemplo nos incomoda un acto criminal, es porque nuestro lado oscuro tenga que ver con ese tipo de procederes, significa que no llegamos a aceptarlo, que lo rechazamos, que lo negamos y eso responde justamente a una falta de comprensión y amor incondicional.

Para llegar a aceptar se debe ser muy compasivo, se debe entender las causas, las raíces, los orígenes de toda situación que ha llegado a desembocar en un determinado acto. Sin juzgar, solo mirando compasivamente a otra alma encarnada procurando su desarrollo, sometida a situaciones asociadas a su proceso evolutivo.

Solo cuando nos alejamos de la mente, de lo correcto y lo incorrecto, de los juicios, las críticas y solo vemos con los ojos del corazón, se hace posible aceptar. Solo cuando nos desligamos de patrones preestablecidos y el “deber ser” es cuando podemos ver las cosas tal y como son, sin que eso genere en nosotros tormento, rechazo o sufrimiento.



Cada uno de nosotros es responsable de poder conectarse con su Ser, para hacer la ruta espiritual un camino más amable, donde sinceramente se logre aceptar al otro tal como es, sin utilizar ningún tipo de juicio. Cuando la mente se interpone el camino es imposible de recorrer, por lo que debemos estar atentos para manejarla y no para que ella nos maneje a nosotros.

Cuando aceptamos, las cosas dejan de afectarnos, de dolernos, e inclusive dejan de manifestarse ante nuestros ojos, porque ya internamente hemos hecho un trabajo sobre esa proyección interna. Cuando lo que nos mueve es nuestro Ser, actuamos desde la compasión, desde el amor y el perdón nace justamente desde el corazón.

fuente:http://paradigmaterrestre.co

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