“Como la mayoría de la gente, tenéis tendencia a considerar que los demás no están suficientemente atentos con vosotros.
Pero vosotros mismos, ¿acaso no sois negligentes?
¿Acaso prestáis atención a cada ser, a cada cosa?
Incluso con una flor, cuando tenéis que plantarla o regarla, prestadle atención.
Pensáis que, tanto si estáis atentos como si no, nada cambia para ella.
Pues, justamente, os equivocáis…
Y además, no es tanto por ella que debéis actuar así, sino por vosotros, porque sois vosotros los que ganáis algo:
hacéis un gesto de atención, de respeto, de amor, y ese gesto se refleja benéficamente en vosotros.
No vayáis a buscar a otra parte y lejos lo que está muy cerca.
La existencia cotidiana está llena de posibilidades, de encuentros, de contactos con los humanos, con los animales, con las plantas, con las piedras y también con los objetos.
No seáis descuidados con ellos, prestadles atención.
Diréis:
«¿Prestar atención a los objetos?»
Sí, aprended a manejarlos conscientemente y con dulzura.
De esta manera armonizaréis las corrientes en vosotros y a vuestro alrededor.
Si no sabéis cómo actuar con objetos inocentes, ¿qué haréis con los humanos cuando vengan a importunaros o que os hayan hecho daño?”
Omraam Mikhaël Aïvanhov
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