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miércoles, 25 de octubre de 2017

La proyección negativa. Cómo desconectar la mente para acceder a la conciencia.


Osho nos narra esta técnica de visualización para lograr atravesar la mente hasta la consciencia, en ausencia de pensamiento.


La mente es el mecanismo proyector. Si tienes experiencias de visiones luminosas, de dicha, incluso de lo Divino, todo eso son proyecciones. A menos que alcances una suspensión total de la mente, no estarás más allá de las proyecciones; estarás proyectando. Cuando la mente se detiene, solamente entonces has superado el peligro. Cuando no hay experiencias, ni visiones, ni nada objetivo, con la consciencia permaneciendo como un puro espejo sin nada que se refleje en ella, solamente entonces has superado el peligro de las proyecciones.

“Mente significa, en sí misma, proyección, de modo que, a menos que trasciendas la mente, todo aquello que experimentes es una proyección”.  – Osho.

Estar en la mente es proyectar, y hagas lo que hagas con la mente será una proyección. No puedes hacer nada con la mente. La única cosa es encontrar cómo negar la mente, cómo abandonarla por completo, cómo ser consciente sin mente. Eso es meditación. Solamente entonces llegas a saber, puedes llegar a saber, eso que no es una proyección.

La famosa máxima de Descartes, “Cogito, ergo sum”—pienso, luego existo—se convierte en meditación en “Sum ergo sum”, “Yo soy, luego soy”. Esta condición de “Yo soy”, precede todo pensamiento; tú eres antes que tu pensamiento. El pensamiento aparece luego; tu ser le precede, de forma que el pensamiento no puede interferir en el ser. Puedes permanecer sin pensar, pero el pensar no puede existir sin ti, por lo tanto no puede convertirse en la base sobre la que demostrar tu existencia.

Las experiencias, las visiones, cualquier cosa que se perciba objetivamente, forma parte del pensamiento. La meditación significa la total extinción de la mente, del pensar, pero no de la consciencia. Si la consciencia también desaparece, no estás en meditación sino en el sueño profundo. En el sueño profundo también cesa la proyección. No habrá pensar, pero al mismo tiempo, la consciencia también estará ausente. Esa es la diferencia entre sueño y meditación.

En meditación el proyectar desaparece, el pensar desaparece, los pensamientos dejan de existir, igual que ocurre con el sueño profundo, pero la consciencia está allí. Tú eres consciente de este fenómeno: de un vacío total a tu alrededor, de la ausencia de objetos a tu alrededor. Y cuando no hay objetos para ser conocidos, sentidos y experimentados, por primera vez empiezas a sentirte a ti mismo. Esto es una experiencia no objetiva. No es algo que tú experimentes; es algo que tú eres.

Si al meditar, tú sientes que encuentras gozo, todavía estás en la mente, porque la dualidad está presente, la dualidad de lo Divino y lo no-Divino, la dualidad de la dicha y la no-dicha. Cuando alcanzas realmente lo Supremo, no puedes sentir dicha, porque la no-dicha es imposible; no puedes percibir lo Divino como divino porque lo no-Divino ya no existe.

Las proyecciones son de dos tipos. Una clase de proyección te conducirá a más proyecciones. Es una proyección positiva; nunca podrás trascenderla. La otra clase de proyección es negativa. Es una proyección, pero te ayuda a trascender las proyecciones.

En la proyección positiva, el objeto y el sentimiento que le sigue tienen importancia, mientras que en la proyección negativa el sentimiento es importante y el objeto es sencillamente olvidado como si te estuviera haciendo desaparecer el suelo bajo tus pies.

En la proyección positiva, tu te paseas por tu mente: imaginas un árbol, un bosque, un lago, un arroyo.. envías o recibes energía, calor o luz… en fin, visualizas una situación. Es una gran práctica para relajarte, desconectar y aprender a disfrutar de la propia compañía, disfrutar de estar con uno mismo. Pero si tu objetivo es trascender la mente, mejor cambia de camino.

La proyección negativa significa caminar directamente hacia afuera de la mente. Pero primero, has de dar algunos pasos dentro de la mente.


Cualquier método de meditación empieza con el proyectar, con la proyección negativa, y finaliza con la no-proyección. Esa es la naturaleza de todas las técnicas de meditación, porque has de empezar con la mente. Incluso aunque estés yendo hacia un estado de no-mente, tendrás que empezar con la mente.

En esta técnica, en la proyección negativa, al visualizar lo hacemos diferente, buscamos visualizar algo que no es posible. Por ejemplo, cuando digo “luz”, tú nunca has visto realmente la luz. Solamente has visto objetos iluminados. ¿Has visto nunca la luz misma? Nadie la ha visto; nadie puede verla. Ves una casa iluminada, una silla iluminada, una persona iluminada, pero no ves la luz misma. Incluso cuando ves el sol, no ves la luz. Ves la luz que es reflejada.

No puedes ver la luz pura, de modo que en la meditación se emplea como un primer paso, como una proyección negativa. Te digo que empieces a percibir la luz sin objetos. Descarta los objetos; allí simplemente hay luz. Empieza a percibir la luz sin objetos… Has de dejar a un lado una cosa: los objetos; y sin el objeto no puedes estar mucho tiempo viendo la luz. Antes o después, la luz desaparecerá porque has de estar enfocado sobre algún objeto.

Entonces te digo que sientas la dicha. Nunca antes has sentido dicha sin un objeto. Todo eso que conoces como felicidad, como dicha, se relaciona con algo. Nunca has conocido un instante de dicha sin que esté relacionada con algo. Puede que ames a alguien y entonces te sientas dichoso, pero ese alguien es el objeto. Te sientes feliz cuando escuchas una determinada música, pero entonces esa música es el objeto. ¿Te has sentido nunca dichoso sin objeto alguno? ¡Nunca! Por eso cuando te digo que seas dichoso sin objeto alguno, parece imposible. Si tratas de sentirte dichoso sin objeto alguno, antes o después la dicha se detendrá, porque no puede existir por sí misma.

Esto es a lo que se refiere Osho con la proyección negativa. Existen diferentes proyecciones que pueden ayudarte a trascender la mente. Estas son sólo algunos ejemplos. Las proyecciones positivas, lo que se conoce como visualizaciones (ver el mar.. las olas.. sentir el aire.. verte paseando por un bosque..) pueden ser relajantes, y ayudan en el día a día a eliminar el estrés y a vivir en armonía con tu ser. Pero si lo que pretendes es trascender la mente, las proyecciones positivas solo te frenarán.


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