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jueves, 7 de junio de 2018

Las almas y la reencarnación


Las almas van renaciendo con diferentes ropajes, una y otra vez, inclusive puede producirse este fenómeno miles de veces, a lo largo de los siglos y los milenios.

 El alma memoriza las experiencias que ha vivido durante sus diferentes reencarnaciones.

 Por tanto, existe una tarea, una misión, un destino para cada alma que subyace dormido en cada Ser encarnado y que despierta en algún momento de su vida, a veces hasta súbitamente, de un momento para otro, algo que detona la urgencia de cumplir con una determinada “misión” o un impulso repentino de hacer tal o cual cosa, de tomar tal o cual camino, de seguir tal o cual carrera, mudarse a otro lugar, realizar tal viaje a ese lugar especial que sentimos tanto interés desde siempre y sin saber bien el motivo, por conocer.


  Hay un claro propósito en las reencarnaciones sucesivas de una misma alma en diferentes cuerpos dado que esto sucede para la elevación espiritual.

Sin embargo, aún con todas estas aclaraciones sobre la mesa, quedan otras cuestiones esenciales que nos plantean otras dudas como por ejemplo:


¿De dónde viene el alma?
¿Es eterna? Y en caso de una respuesta afirmativa: por qué y cómo lo es?
¿Según qué criterios deja de reencarnarse?
Cuándo ya no necesita reencarnarse en un cuerpo físico: ¿qué hace, y a dónde va?



Veremos cómo a través de las diferentes religiones y creencias, se explican estos interrogantes.

 Durante siglos, los preceptos espirituales han hablado del alma como la fuente de la sabiduría, la verdad, la paz y la vida eterna.

Muchas veces también se refieren al corazón cuando se quieren referir al alma, porque estas realidades más profundas se hacen sentir con mayor fuerza en la región del corazón físico.

 Sin embargo, el alma no se limita solo a un lugar en tu cuerpo, como el corazón, que sí tiene un órgano físico y se encuentra localizable dentro de tu cuerpo físico. El alma, es algo que no se puede ver, no se puede sentir físicamente, como en el caso del corazón, cuyos latidos sí sentimos y podemos comprobar.


Pero el alma, si puede “sentirse” de otra manera, y esto sí tiene que ver con el tema de este libro… las vidas pasadas..


El alma se relaciona con las cualidades esenciales de un Ser Humano, (personalmente pienso que también otros Seres tienen alma, como los animales,  pero no es éste el libro para hablar sobre ello) con su verdadera naturaleza dentro de una existencia ilimitada.




 El alma, es efectivamente, aquella parte de ti que ha existido siempre y que siempre existirá.

Es el alma quien al realizarse dentro de su verdadera naturaleza, en plenitud total, puede descansar acerca de preocupaciones mundanas y dedicarse a vivir según su verdadera esencia.

 Tu alma se nutrirá de lo eterno y no de lo temporal, de lo material, de ahí la necesidad de reducir el apego a todas las cosas temporales, cuando comenzamos a adentrarnos en un camino de evolución espiritual consciente.

 La capacidad de percibir la verdad es algo innato a todo ser humano, y reside justamente allí, en nuestra alma, que es exactamente nuestro Ser Interno.

 Todos tenemos alma, por eso nos llamamos humanos, y es una realidad que si sabemos escuchar a nuestra alma, ésta puede guiarnos hacia la verdad.

Esta capacidad de percibir la verdad es algo que todos tienen, pero pocos, realmente pocos, saben o mejor dicho, se permiten, escuchar.

 Todo lo que te pone en contacto con la realidad de tu alma, abre la conexión con lo espiritual. (la oración, la meditación, la contemplación de la naturaleza en un sentido profundo y reflexivo)

 Una vez que te permites buscar  más y más las verdades, dentro tuyo, se produce  una sensación de apertura, de ablandamiento, de facilidad, de ampliación, de realización, y de satisfacción



Esto puede sentirse claramente en un lugar físico si se quiere, en el centro del pecho, que es donde yo situaría como lugar físico, al alma, pues allí, cuando estamos en estado de meditación profunda, o durante una sesión de reiki, se puede sentir esa amplitud, ese calor que no es físico, sino que nos muestra claramente la existencia del alma,  esa atracción por el alma gemela cuando la conocemos, o la reencontramos, y que se siente como algo físico pero que a la vez no lo es, pero que puede percibirse a un nivel corporal, sin ser una sensación de índole sexual.

Así que esta apertura, este ablandamiento del corazón, por decirlo de algún modo, y la amplitud que esto genera, puede suceder en cualquier lugar pero generalmente se localiza allí, en el centro del pecho.

Una vez que llegas a percibir esta sensación, esta existencia física del alma, tu ser se abre, se colma, se completa, cede ante otra realidad. Es realmente una “expansión de conciencia” y el comienzo de una entrada al contacto con otras dimensiones.

El sentido de tu mundo deja de ser tan limitado, y expandes tu realidad, definitivamente. Los límites se aflojan, se desvanecen, y caen.

Como efecto secundario de este contacto con tu alma,  tu cerebro se encontrará mucho más tranquilo y relajado, y podrás comprobarlo a medida que pasen los días. Aun reconociendo algo muy  simple y cotidiano como el preguntar por algo que has perdido y encontrarlo de inmediato, esto te dará la pauta de la conexión con tu alma si te encuentras en un estado de relajación y meditación profunda, y pides una guía, una orientación, allí estará tu alma guiándote, aún en el caso material de encontrar algo que habías perdido y que no recordabas donde estaba.

Esto demuestra que, al poder ver la realidad desde otro lugar, desde el alma en verdad, todo cambia y se vuelve mucho más relajado y tranquilo, tu cerebro, que finalmente sigue siendo un órgano físico, se relaja y acepta la guía de tu alma, que en definitiva proporcionó la intuición para encontrar algo de tu vida cotidiana, gracias al estado de relajación proporcionado por la meditación y el contacto con tu alma.

El alma no es física, no es el corazón, no es el cerebro. Ni siquiera podríamos hablar de conciencia, aunque sería lo más aproximado, pero en particular, veo a este último término más asociado a lo cerebral, por lo tanto sigue siendo físico y pertenece al mundo material.

El alma es más que eso, es lo que nos precede y lo que nos trasciende, el alma es la parte de Dios que llevamos con nosotros, la que nos hace existir realmente, el soplo de vida pues sin alma no habría vida.

Y relacionándola exclusivamente con el tema de este libro, el alma, es la que se traslada de una vida a la otra, es en definitiva, el alma la que reencarna.



Del libro: “Vidas Pasadas Tiempo Presente”
https://hermandadblanca.org/las-almas-la-reencarnacion/

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