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martes, 17 de noviembre de 2015

“Recordando Lo Que Es” Emilio Carrillo


No discutas con lo que es.

Viviendo en un sí consciente y constante a la vida, abandona toda oposición contra el aquí-ahora y la forma y los contenidos –hechos, personas, situaciones, circunstancias…- con los que la vida se manifiesta y se hace presente de instante en instante. Esto no es algo teórico, sino radicalmente práctico. En tu cotidianeidad, deja de etiquetar, clasificar, encasillar, circunscribir y reducir a conceptos y esquemas mentales todo lo que te rodea y a ti mismo. Igualmente, cesa de poner nombre a todo, de colocar palabras encima de los objetos y la gente, y permite que lo real emerja por encima del lenguaje: del árbol, ve mucho más que el “árbol”; de la mesa, mucho más que la “mesa”; de esa persona, mucho más que esa “persona”; de la montaña, mucho más que la “montaña”; de tu hijo, mucho más que tu “hijo”;… Y, por fin, termina con esa obsesión, que te impide gozar la vida, de interpretar y enjuiciar cada cosa, cada persona que encuentras, cada acontecimiento, cada acción propia o ajena, cada emoción, sentimiento o pensamiento… Observa, obsérvate y libérate y ríete a carcajadas de tantos lastres mentales con los que has venido cargando hasta ahora. Se trata, en definitiva, de que no discutas con lo que es.


 ¿Tan difícil te parece?

Pues es lo que hacen de manera natural y espontánea la tierra y el agua, el Sol y la lluvia, la Luna y las estrellas, las piedras y las nubes, las plantas y los animales, la Naturaleza, el Cosmos y la Creación entera. ¿O es que acaso te has desnaturalizado y transformado en un robot bajo la abducción de la mente?; ¿no será que, en lugar de vivir, pasas tus días actuando automática y mecánicamente como respuesta a las indicaciones y mandatos de los programas informáticos –es decir, los sistemas de creencias- que han introducido en tu cabeza desde que viniste a este mundo? En serio, ¿es así, desnaturalizado y convertido en un autómata mental, como vas a dejar pasar la vida?

 Percibe aquello que realmente eres y existe, vive y es fuera del tiempo y el espacio.

Percibe lo que eres (Conductor) más allá del yo físico, mental y emocional (coche) en el que has encarnado. El sistema operativo del coche es la mente. Percibe lo que eres más allá de la mente. El sistema operativo del Conductor es consciencia. Percibe en ti esa consciencia, lo que nunca está inconsciente y siempre se mantiene despierto y alerta… Te levantas por la mañana y, a partir de ahí, todo va mutando de momento en momento: lugares, personas, situaciones, conversaciones, circunstancias… Finalmente, por la noche, vuelves a la cama para dormir. Por el día piensas y por la noche sueñas: todo continúa y se sucede como un flujo impulsado, canalizado y plasmado desde tu yo físico, mental y emocional. Pues bien, en ese flujo marcado por el tiempo y el espacio, detecta aquello que realmente eres tú y existe, vive y es fuera del tiempo y el espacio.

¿Cómo?


 Es sencillo. En el devenir constante de la vida cotidiana, localiza lo que observa y atestigua cuanto acontece y, más allá de la mente, jamás juzga, ni opina, ni interpreta; lo que permanece inmutable más allá del tiempo y nunca varía, aunque pasen los días, aunque transcurran los años; lo que no necesita usar el lenguaje porque su verbo es el silencio; lo que es quietud, a la par que origen y fuente de todo movimiento auténtico; lo que no tiene causa, frente a todo lo demás que sí la tiene. 

¿Lo percibes? Algunos lo llaman metafóricamente “el tercer ojo”… Si lo percibes estarás trayendo al aquí-ahora la consciencia, la dimensión subyacente de lo que eres y es, y experimentarás el subido sentir de tu divinal esencia. En el día a día, mantente en esta percepción, en esta toma de consciencia. Y llega un momento en el que, de repente, eres solamente el testigo de la vida… ¡y la vida se unifica contigo!. Ya no hay separación, ninguna barrera que te desuna de lo real. Eres la vida misma en su totalidad e integridad. Y lo que llamabas yo, se habrá diluido para siempre en la infinitud de tu divinidad, al igual que una ola se disuelve en la inmensidad océano.


Emilio Carrillo
Sin mente, sin lenguaje, sin tiempo http://www.sinmente.com/
EL CIELO EN LA TIERRA

1 comentario:

Muchas gracias por tu comentario.