Reconocer
las limitaciones de su pasado.
Hacemos todo lo posible por desmentir el hecho,
pero continúa siendo un hecho; el hombre es tan divino
como la naturaleza, tan infinito como el vacío.
Aldous Huxley
Por mucho que proteste, soy responsable
de todo lo que sucede en mi vida.
En los años siguientes a su llegada desde la nada al aquí y ahora, le enseñaron
muchas creencias sobre lo que era capaz de hacer y lo que le resultaba
imposible realizar. También aprendió de los demás sus creencias respecto de
la religión, educación, amor y quiénes eran sus enemigos. La influencia de
esas personas que le cuidaron en los primeros tiempos conformaron su
elección de amigos y maestros. La persona que es en la actualidad es sobre
todo resultado de sus interacciones con los adultos del entorno en que creció.
La prueba científica presentada en el primer capítulo, referente a cómo la
partícula se ve modificada por la energía del observador, es también aplicable
en este caso. Usted se configuró a partir de la energía de sus primeros
menores. La partícula que se convirtió en usted se formó a partir de la
interacción cuántica de los observadores de su crecimiento. Es esta energía,
su pasado, la que debe explorar mientras se prepara para llevar a término su
búsqueda sagrada.
No estoy sugiriendo que mire su pasado para hacer críticas. De hecho, le insto
a no recordarlo como bueno o malo. Simplemente sucedió.
Tenga presente lo que ha leído en el primer capítulo y el tema en el que hice
hincapié a lo largo de Tus zonas mágicas(*). Esta realidad global que
compartimos es un sistema dotado de inteligencia y un universo divino. Todo
lo que ocurre es parte del desarrollo de esa inteligencia. Una parte de ese
desarrollo es ahora su deseo de una conciencia superior.
(*) Publicado por Grijalbo. (N. De la T.)
Así pues, ha llegado el momento de deshacerse de las creencias que le han
servido bien pero que ahora le impiden avanzar. El proceso de despojarse de
esas creencias es fácil de entender si puede representarse la vida como
exámenes que debe pasar.
Del mismo modo en que se nos exige que superemos exámenes durante
nuestra experiencia escolar, se nos pide que pasemos exámenes en la escuela
de la vida. Si los aprobamos, avanzamos hasta el nivel siguiente, y luego nos
examinamos de ese nuevo nivel durante nuestra estancia en el aquí y ahora. Si
no los aprobamos, repetimos curso y continuamos en ese nivel hasta haber
aprendido la lección.
Muchos años, incluso toda una vida, pueden consumirse repitiendo una sola
lección con el fin de aprobar el examen espiritual. Podríamos encontrarnos
repitiendo los mismos comportamientos de modo agotador y deprimente, una y
otra vez, sin aprender la lección que la vida trata de enseñarnos.
Podría encontrarse yendo de una mala relación a otra, incluso buscando a la
misma persona cada vez aunque con un cuerpo diferente. Una y otra vez
podría encontrarse que está siendo dominado, no apreciado, o tratado con
indiferencia por una pareja desconsiderada. Tal vez continúa en una
ocupación repitiendo las pautas de comportamiento de experiencias laborales
que antes fueron insatisfactorias. Podría contraer continuamente el mismo tipo
de gérmenes y repetir pautas de enfermedades.
Las personas que emprenden con éxito el sendero espiritual viven existencias
que aman y se sienten productivas porque se dan cuenta de que las pautas de
vida están tratando de decirles algo. Comprenden que esas situaciones son
las pruebas, los exámenes, de la vida.
Las mismas reacciones –las respuestas que han dado antes- no obtendrán
resultados diferentes. Al reaccionar de modo distinto, lo que han hecho es
decidirse a superar las pruebas, los exámenes. Para avanzar hasta el siguiente
nivel de esta carrera de la vida, tiene que superar las pruebas que surgen por el
camino.
AVANZAR HASTA EL NIVEL SIGUIENTE