domingo, 26 de abril de 2015

Hallan debajo del superovolcán de Yellowstone una 'burbuja' gigante de magma


Descubren un segundo depósito de magma, en forma de burbuja gigante, bajo el superovolcán del Parque Nacional de Yellowstone en EE.UU. Según los científicos, la cantidad de masa ígnea que contiene sería suficiente para llenar el Gran Cañón más de 11 veces.

Un grupo de científicos de la Universidad de Utah ha descubierto en la corteza inferior del superovolcán de Yellowstone una nueva cámara de magma gigante que alimenta al volcán. Según informa 'Science', esta se encuentra a un profundidad de entre 20 y 50 kilómetros y tiene un volumen total de 46.000 kilómetros cúbicos. Ello sería suficiente para llenar el Gran Cañón más de 11 veces o la mayor parte del mar Caspio.

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Hasta realizar el hallazgo a los científicos les preocupaba cifrar el elevado volumen de dióxido de carbono generado junto al supervolcán: unas 45 toneladas diarias. El antiguo depósito de magma descubierto en 2013 tenía un volumen mucho más modesto: alrededor de 10.000 kilómetros cúbicos, insuficiente para producir tales emisiones.


Los científicos estadounidenses han creado un modelo tridimensional del volcán (en la imagen en color marrón). La cámara descubierta recientemente, indicada en amarillo, yace justo debajo de su 'hermano menor' (en rojo), que, a su vez, se encuentra directamente debajo de la superficie del Parque Nacional de Yellowstone.

fuente:http://actualidad.rt.com/ciencias/172949-hallar-superovolcan-yellowstone-deposito-magma

"En la Tierra está sucediendo algo colosal"


Últimamente se registran en diferentes partes del mundo varios cataclismos ambientales. El más reciente ocurrió en Nepal y la India, donde un devastador sismo se cobró la vida de centenares de personas. Según Dominique Bourg, experto en la protección del clima, la gente, al cambiar el medio ambiente cambia la vida de toda la humanidad.
"En la Tierra está sicuediendo algo colossal"REUTERS/Carlos Gutierrez
Durante una conferencia que brindó Dominique Bourg, filósofo francés, profesor de la Universidad de Lausana y experto en protección del clima, habló sobre el antropoceno, un nuevo periodo geológico también conocido como 'la edad del hombre', que se caracteriza por un aumento del dióxido de carbono. En ese sentido, recordó que el antropoceno continúa y que "cada década estamos viendo algo nuevo".
El más devastador terremoto en Nepal en los últimos 80 años twitter.com/salokya
El más devastador terremoto en Nepal en los últimos 80 años 
Si a lo largo de millones de años no hubo muchos cambios y de repente hay un cambio brusco, eso significa que en la Tierra está sucediendo algo colosal
En comparación con el momento de inicio de la llamada revolución industrial, ahora el contenido de dióxido de carbono en la atmósfera ha aumentado en un 40%. Así, "si volvemos decenas de millones de años atrás, veremos que durante ese período no se produjeron cambios de mucha importancia, así como desde la década de 1830 hasta la actualidad. Está claro que si a lo largo de millones de años no hubo muchos cambios, y de repente hay un cambio brusco, eso significa que en la Tierra está sucediendo algo colosal", afirmó.      

sábado, 25 de abril de 2015

¿QUÉ ES LA CONSCIENCIA? Alejandro Jodorowsky


¿Qué diferencia hay entre conciencia y consciencia?
A veces son términos intercambiables, pero no siempre. Con el sentido general de ‘percepción o conocimiento’, se usan ambas formas.
Conciencia: Conocimiento de lo que nos rodea, en base a los órganos de los sentidos. En sentido moral, como ‘capacidad de distinguir entre el bien y el mal’ (el Pepito Grillo de Pinocho), sólo se usa la forma conciencia. También tener mala conciencia, remorderle a alguien la conciencia, no tener conciencia
Consciencia: Conocimiento de sí mismo. La consciencia define al ser. Se es consciente de sí mismo y de lo que nos rodea en base a lo que uno Es. Otra definición es la que asocia la consciencia a un estado de unión con la vida universal. Es una expansión continua, igual que el universo.
¿Se puede ser consciente, sin conciencia?
Parece que si apagamos la conciencia, no estamos en el aquí y en el ahora, difícilmente llegaremos a elevar la consciencia. El lo que nos da a entender el cuento del maestro zen que recibía muchas visitas de personas en busca de consejos:
Un día recibió a un joven que se tomaba muy en serio su camino espiritual. Se sentía preparado para convertirse en la mano derecha de cualquier gran maestro.
Ese día había llovido cuando el joven llegó a la casa del maestro. El joven se quitó los zapatos y dejó el paraguas antes de entrar en la habitación. Se inclinó ante el maestro y le dijo que le gustaría convertirse en su discípulo.
El maestro sonrió, pero no dijo ni una palabra.
El joven, un poco incomodado por el silencio, le dijo que había estudiado mucho. Que pensaba que estaba llamado a convertirse en uno de los “iluminados”
El maestro le preguntó: ¿sabes a qué lado de la puerta has dejado el paraguas y a qué lado de la puerta has dejado los zapatos?
N-n-no, tartamudeó el joven, desconcertado. ¿Por qué?
El maestro le respondió de forma muy calmada: “Porqué lo que tu buscas es la consciencia” ¿Y cómo puedes estar consciente si ni siquiera sabes dónde has dejado los zapatos y el paraguas?
¿Cuál es la diferencia entre una persona que no es consciente y otra que sí lo es?
Si no soy consciente considero que mis límites son fronteras inexpugnables, acumulo límites… En cambio, un ser consciente conoce sus límites y sin embargo aspira a la totalidad, quiere ir más allá de los mismos.
¿La psicogenealogía puede ser una herramienta útil para ganar consciencia?
En palabras de Marianne Costa: “cuando construimos nuestro árbol genealógico estamos realizando una toma de consciencia”. Ahora bien, Una toma de conciencia que no es seguida de un acto resulta completamente estéril. Un acto vale más que mil palabras.
¿Desde el momento de nuestro nacimiento tratamos de expandir continuamente nuestro nivel de consciencia?
El ser humano va transitando desde los niveles más bajos: consciencia animal, hasta tratar de alcanzar los estratos más altos, la consciencia cósmica y la divina:
– Consciencia animal: caracterizado por los problemas de territorio
– Infantil: la infancia persistente, donde se pide sin cesar sin dar…
– Romántico: cuando la pareja es considerada como la panacea universal
– Adulto: el adulto es el sujeto que invierte. Ahora bien, puede ser un adulto explotador, cuyo afán sea poseer y explotar, o un adulto generoso, que por el contrario no se queda nada para él, sino que se lo da a los demás. El adulto generoso también sabe recibir y aprende lo que es el servicio.
– Cósmico: en este nivel ya se ha descubierto que todo está unido. El secreto de la conciencia es la “re-unión: volver a unir lo que estaba separado.
– Divino: nivel de conciencia unida al nombre inefable que está dentro de cada uno.
Parece muy atrevido hablar de consciencia divina
Alejandro Jodorowsky: “Tenemos que dejar de pensar que Dios nos va a arreglar las cosas, y decir que si Dios construyó mal este universo, aquí estamos nosotros para rehacerlo. Si hay un Dios, estamos para ayudarlo. Así nos apoderamos del mundo y de nosotros mismos, haremos lo que queramos con plena consciencia y con plena responsabilidad. En este nivel de consciencia divina se encuentra el arte verdadero”
¿Se puede definir la enfermedad como un producto del estancamiento de la consciencia?

Consciencia y espiritualidad


El espectro de la conciencia: Un modelo que incluye la espiritualidad

Hasta la aparición de su primera obra (El Espectro de la Conciencia) no existía un modelo psicológico que, no solo se apoyara en los conocimientos aportados por la comunidad científica occidental, así como, en los obtenidos a partir de las grandes tradiciones espirituales, sino que, además, encarara de una forma convincente y prometedora las difíciles contradicciones que parecían surgir en el intento.

La espiritualidad, aunque no es una disciplina exclusivamente oriental, ha sido siempre el motivo central de los estudios orientales acerca de la conciencia, constituyendo también su propia fuente inspiradora. De hecho, Ken Wilber, en este libro, usa como referente básico de la espiritualidad los enfoques orientales del estudio de la conciencia, pero sin limitarse, por ello, únicamente a los mismos. Sin embargo, salvo muchas e importantes excepciones, el consenso general de la comunidad científica occidental ha calificado a la mente oriental, y al misticismo en general y sus manifestaciones – de regresiva, primitiva, o en el mejor de los casos, débil. Según psicoanalistas como Franz Alexander:

Similitudes entre las regresiones esquizofrénicas y la práctica del Yoga y el Zen, indican la tendencia general de las culturas orientales a retraerse hacia el interior de uno mismo, ante una realidad social y física abrumadoramente difícil.

La dificultad se agrava todavía más cuando, a su vez, el filósofo oriental acusa al materialismo científico occidental de ser la forma más basta de ilusión, ignorancia y carencia espiritual, llegando incluso a ridiculizar el intento de establecer un ego sano por parte de la psicología occidental, teniendo en cuenta que cualquier forma de ego es causa de sufrimiento desde el punto de vista oriental. Pero como señala Wilber:

Aunque desde su nivel de conciencia tengan razón, incluso desde el punto de vista hindú, la vida es un ciclo de involución y evolución del yo absoluto, y se reconoce que, la mayoría de nosotros viviremos como un jivatman, o ego aislado (aunque ilusorio), enfrentado a un universo desconocido. Es precisamente en dichos casos en los que las psicoterapias occidentales pueden ofrecer una liberación por lo menos parcial del sufrimiento que supone el hecho de vivir como jivatman y no hay razón para no utilizarlas en dichos casos.

Posteriormente, agrega que:

La inmensa mayoría de la gente, especialmente en la sociedad occidental, no está preparada, dispuesta o capacitada para seguir una experiencia mística, ni es conveniente empujarla a dicha aventura.

La Tesis que Wilber expone en su primer trabajo consiste en considerar a la conciencia, en un sentido estrictamente metafórico, como un espectro formado por distintos niveles, al igual que la radiación electromagnética constituye una gama de ondas de distinta longitud, frecuencia y energía, tal como puede comprobarse, por ejemplo, al observar el arco iris. Así, en el caso de que distintos abordajes de la conciencia utilicen diferentes hipótesis de trabajo, instrumentos, y medios, es muy probable que acaben conectando con distintos niveles del espectro, como ocurriría, sí diversos investigadores de la radiación usaran distintos técnicas experimentales en sus estudios respectivos, llegando a resultados diferentes. Actualmente, esto último no representaría ningún problema para los científicos, ya que serían conscientes de estar tratando con el mismo fenómeno físico, pero desde ángulos diferentes.
Concretamente, en lo que concierne a la espiritualidad, este modelo permite aprovechar su profundo valor psicológico en armonía con los conocimientos aportados por los enfoques considerados como ortodoxos.

De forma genérica, Ken Wilber concluye que, si bien los enfoques orientales intentan trascender el sueño del yo, los occidentales tratan de repararlo para evitar que el sueño se convierta en una pesadilla. Añade que, éstos últimos pueden ser utilizados como preparación preliminar y ayuda complementaria, ya que todo método encaminado a producir relajación y reducción de tensión favorece la experiencia mística, citando ejemplos como el de Suzuki en el San Francisco Zen Center, donde se patrocinaban seminarios de conciencia sensorial.

El conocimiento espiritual

En principio, parece natural advertir que en todo proceso de conocimiento es imprescindible la presencia de un sujeto conocedor frente a un objeto que represente lo conocido. Esto, a su vez, implica que el sujeto permanece ajeno a lo conocido, ya que, en tanto que observador, no puede formar parte de lo que va a ser observado. Además, en el caso de que quisiéramos conocer al observador, no habría más remedio que convertirlo, dentro de lo posible, en un objeto de conocimiento, para lo cual, se requiere, entre otras cosas, un segundo sujeto capaz de poder observarlo. (Para ver como sucede esto último, ir a la parte dedicada a la forma del desarrollo de la sección de psicología).

Por lo que se ve, estamos atrapados en un círculo vicioso sin solución, ya que, esencialmente, nos encontramos otra vez en la misma situación y ante el mismo problema; a saber, un nuevo observador separado de aquello que observa. Esto, es lo que se conoce como el dualismo sujeto-objeto, o en términos más técnicos, el dualismo epistemológico, del que básicamente se desprenden el resto de dualismos, algunos de los cuales, son analizados por Wilber en el capítulo titulado Dos modos de saber, en donde dice:

No obstante, es curioso que este tipo de conocimiento dualista según el cual el universo se divide en sujeto y objeto (así como verdad y mentira, bueno y malo, etcétera) constituya la base fundamental de la filosofía, la teología y la ciencia en occidente.

Sin embargo, Ken Wilber, también nos recuerda que ha existido un consenso filosófico de alcance universal denominado Filosofía Perenne afirmando que es posible experimentar una forma de conocimiento que está libre de dualismos, un modo de saber no dual, el cual constituye el auténtico conocimiento espiritual.

El ejercicio capital del Testigo 

viernes, 24 de abril de 2015

Los Chakras Humanos


Existen en el cuerpo humano siete vórtices energéticos por los que la energía del Universo entra en nuestro cuerpo y nuestro espíritu, esos puntos tienen una vital importancia en nuestra salud tanto psíquica como física y cuando uno de ellos tiene problemas, la enfermedad acude a nuestra morada corpórea o espiritual.

En el siguiente vídeo, hablamos sobre estos mágicos puntos que para el que consigue dominarlos y mantener en sintonía con los vientos universales energéticos, obtiene un importante control sobre su vida.

Libérate y Deshazte de Todo el Lastre que Impide tu Crecimiento


[…] Al humano se le ha separado, etiquetado y clasificado como un animal de granja, se le ha acotado en un entorno (frontera), y se le ha soltado para que produzca en un sistema que está construido para penalizar a aquel que piensa por si mismo y que ve la competencia como un reto al que no aspira en modo alguno. […]
A menudo nos acostumbramos a vivir sin asumir ningún riesgo, nos construimos una burbuja y nos esforzamos porque esta nunca explote. Vivimos acomodados en las programaciones que nos instalaron de pequeños y nos cuesta asumir la responsabilidad de desprendernos de ellas. Las asumimos, las reconocemos, sabemos que están ahí y cuanto nos limitan, pero tememos arrancarlas totalmente de nuestras vidas, por temor a lo desconocido, el miedo irracional al no tener nada al que asirnos, cuando las zancadillas que nos de la vida nos hagan caer. Vivir con la necesidad permanente de esas muletas ideológicas es una forma más de esclavitud, no nos podemos definir como seres humanos libres y responsables, si no nos desprendemos de todo aquello que nos dijeron que era cierto y que nosotros en nuestro camino hemos averiguado que no.

Debemos aprender a vivir sin creer, sin dar algo por sentado, sin inseguridad y sin miedo. Debemos asumir que para ser seres conscientes y responsables tenemos que formarnos también mentalmente, crearnos un carácter y una personalidad propia, olvidarnos de los modelos del pasado y atrevernos a crear el nuestro, perder el temor al error, perder el pudor y la vergüenza, mostrarnos tal cual somos y no arrepentirnos jamás de nuestras decisiones, solo así, empezaras a forjar una personalidad con una identidad y unas ideas propias basadas en su experiencia y sin copias de modelos caducos e inexactos. 

Dejar de asumir como propias, ideas, conductas y conceptos ajenos, limpiar nuestra mente y empezar a construir nuestra propia estructura, desescombrar lo viejo e inútil y construir lo nuevo y propio.


No podemos pretender ser seres despiertos y concienciados, y seguir con creencias e ideales que está demostrado que no sirvieron. No basta con afirmar nuestra condición, debemos practicarla también y ser consecuentes

Al humano se le ha separado, etiquetado y clasificado como un animal de granja, se le ha acotado en un entorno (frontera) y se le ha soltado para que produzca en un sistema que está construido para penalizar a aquel que piensa por si mismo y que ve la competencia como un reto al que no aspira en modo alguno. 

Si de verdad no nos consideramos animales debemos dejar de pensar como tales, debemos tirar esos pilares que nos sujetan a una realidad que no nos identifica y no nos sostiene, que el apoyo y el suelo firme que creemos pisar no es mas que una ilusión, que esas muletas que nos ayudan a levantarnos en realidad son anclas que nos mantienen amarrados y sujetos a una estructura que nos encapsula y nos limita.

La verdadera celda está en nuestra mente y debemos ir quitando uno a uno esos barrotes que nos impiden salir y ser libres, esos barrotes que son los que crees que forman parte de ti, tu identidad, tu cultura, tu fe, tu ideología, tu clase, tu raza, son los que debes ir tirando abajo. Para poder avanzar, no necesitas agarrarte a nada porque desde ese instante nada te hará caer, caminarás con paso firme y seguro por la vida, sin pensar en qué piensen el resto, su opinión o su crítica, ya no te afectan porque eres libre y la libertad, te aporta esa seguridad, la ausencia de temor al rechazo y al abandono, te forjará una personalidad férrea. 

Perderás el miedo a ser señalado, verás cualquier intento de sabotear tu libertad como un acto infantil e inútil, una rabieta de aquel que se sabe preso pero no es lo suficientemente valiente para desprenderse de toda esas cadenas que lo amarran e impiden su libertad de pensamiento y obra, sin condicionamientos, ni remordimientos inútiles.


Toca trabajar, y perder la idea de clase, ese concepto que te dice que eres mas que otro, solo por tu condición económica o sanguínea, una trampa para que no veas al prójimo como lo que es, un igual.

 La sangre o la materia que poseas no te da categoría, mas bien te resta. Desprenderte de este concepto pasa por palpar otras realidades distintas a la que vives, restar valor a la materia y darle valor a los sentimientos. Las personas son algo más que esas cosas que consiguen acumular, son más que esos trapos que tapan sus vergüenzas, son más que esos patrones que lo clasifican, en definitiva, son más que las circunstancias que arrastran.

Sobre la corteza terrestre solo existe una raza, la humana. El racismo es otro programa que nos instalan para evitar que descubramos nuestra verdadera identidad. Nos inculcan que el tono de piel es lo que nos hace diferentes y no nos fijamos en que la diferencia realmente no existe. Nadie nace siendo racista, ningún niño que no haya sido previamente adoctrinado lo es, solo conocemos una raza y es la humana, lo único que nos diferencia es la ignorancia y eso ha llegado el momento de erradicarlo.

 La ignorancia es un agujero negro que devora nuestra inteligencia y nuestra capacidad de discernir correctamente, la ignorancia es un vacío que solo se llena con experiencia y conocimiento, solo debes perderle el respeto a saber más y todo concepto racista se desmonta por si solo.


Tu ideología por regla generales heredada de tus progenitores, salvo breves periodos de rebeldía adolescente, finalmente terminamos acogiendo la opción más cómoda que es aquella que de pequeños nos inculcaron, ser de izquierdas o de derechas, no es más que un componente diferenciador que no necesitas. Esas ideologías se diseñaron para crear enfrentamiento, detrás de una ideología no existe el debate civilizado de ideas, si no el combate de las mismas.

¡Viva la Re-Evolución!


Estamos en un pequeño himpas transitorio en el que el Ser humano tiene una oportunidad histórica sin precedentes. Sé que hay mucha literatura sobre nuestro próximo paso evolutivo y que la incredulidad se acentúa según pasa el tiempo y los acontecimientos esperados no acontecen. Quizás ese sea el problema, una actitud pasiva, en el que esperar supone que otro haga tu trabajo, ya sea el universo que traiga olas cósmicas, abra portales o se aproxime al sol galáctico, o simplemente esperas que alguien saque el conejo de la chistera y nos de una técnica milagrosa para abrir los chakras, despertar la Kundalini o proyectarnos astralmente. No soy amigo de los milagros, ni de las prisas, nadie te va a dar nada, porque todo es trabajo personal, si esperas que una federación galáctica te saque las castañas del fuego estas aviado amigo.
La revolución pasa por la evolución personal, un paso silencioso y progresivo en el que nuestros programas mentales, nuestra educación, nuestras emociones encastradas, nuestras creencias y nuestra historia, son expurgadas una a una, en un proceso lento y doloroso a veces, en el que nos costara reconocer nuestros errores y nos costara deshacernos del legado y la tradición que heredamos de nuestras familias. Tendremos que ser nosotros los que empecemos a derribar todo eso y nadie puede arrimar el hombro, porque es algo tan íntimo y aferrado a nosotros, que solo nosotros podemos cortar de raíz con eso que nos conecta al sistema, que nos mantiene enchufados a la matriz que nos controla, tendremos que cortar ese cordón umbilical que nos unía a ella para siempre.
Al margen, de que se den unos eventos que propicien que ese proceso sea menos traumático, al margen de que el universo realmente nos de un empujoncito, al final todos y cada uno de nosotros tendrá que apechugar y sacarse aquello que lo mantiene conectado e impide su libertad. Nuestra evolución natural fue cortada y manipulada, los eventos que le siguieron a este hecho están llenos de historias confusas, dioses, mitos y leyendas..
Toda la historia humana ancestral es una alegoría llena de símbolos difíciles de desentrañar, un laberinto lleno de interpretaciones que provoca que vayamos de la confusión a la desorientación, alimentando en nosotros el escepticismo y la desconfianza. Nos educaron para creer y nos cuesta afrontar el ejercicio crítico que aporta el conocimiento. Nos dejamos llevar por resonancias, que no aportan certeza, sino que lo que resuena en nosotros, son los fragmentos dispersos de memoria que son tocados brevemente por ciertas partes de la información, pero esta al ser exógena, jamás llega a ligar con la esencia que vive aletargada en nosotros, tan personal e individual, que nada de lo que resuene tendrá el tono exacto de nuestra afinación.
La información llega cuando estamos preparados para recibirla, pero solo resuena aquellos fragmentos que tu inconsciente reconoce como auténticos, pero nuestra mente toma el total como verdad y ahí es cuando caemos en el error. Todo texto para que sea creíble tiene que tener un porcentaje de verdad, por mínimo que sea, para que tu memoria dormida vibre en consonancia con lo que recibe, esta vibración nos da la sensación de estar ante una porción de conocimiento veraz, pero en verdad puede existir un alto porcentaje de falsedad y no ser descubierta.
Esta técnica la uso la religión, la filosofía y posteriormente la nueva era y toda esa progenie de canalizadores y gurús. Da igual que sean cristianos, luciferinos, budistas, hiperboreos… todos te van a dar fragmentos de verdad, simples migajas, trozos insignificantes, para lograr tu control y evitar el libre pensamiento y el acto de libre elección. Dándote fragmentos de verdad camuflaban los códigos de control mental que ya llevas impresos en tu psique a consecuencia de la alta exposición a la que diariamente te sometes a través de las tecnología de frecuencias que llenan nuestros hogares y nuestros bolsillos.