jueves, 29 de junio de 2017

La mejor filosofía que se puede tener en la vida es el amor…


La eterna búsqueda del ser humano, nos lleva a recorrer caminos inciertos, creencias, doctrinas, filosofías, búsquedas espirituales que de alguna manera nos permitan reencontrar nuestra verdadera esencia, muchas vertientes existen hoy día que pueden ser capaces de satisfacer, medianamente o de manera íntegra, lo que requerimos en un momento determinado.

El amor es: el dolor de vivir lejos del ser amado. 
Anónimo


Podemos tomar muchos caminos, estudiar muchas verdades, en realidad nunca sabremos a ciencia cierta que depara ese grandioso universo para nosotros, universo además que no puede ser negado por creencia alguna, esa majestuosidad de aquello que no percibimos pero que presentimos, ese deseo latente de descubrir…


Únicamente una palabra llena todos los espacios, de todas las maneras y en todos los caminos, esa palabra, ese sentir y esa emoción es el amor. Desde cualquier punto que decidamos llegar a nuestro ser, el amor termina siendo siempre el principio y el fin único, el camino, la manera, el instrumento y la meta, el amor lo llena todo, lo ensancha, lo traspasa y lo purifica y no existe además momento y rincón alguno que el amor no llene en alguna circunstancia, por más que se huya y se reniegue, que te escondas y pretendas protegerte, el amor siempre llega a ti y es que no puede ser de otra manera cuando nace de ti mismo.

Amar no es solamente querer, es sobre todo comprender. Françoise Sagan


El amor es ley universal, innata, parte y esencia de cada uno de nosotros, es mandato, es obligación para el ser humano experimentar el ser amado y amar a otros, aprender a través del amor y hacerlo extensivo a los demás y ensanchar nuestra alma con cada nuevo amor que sumamos a nuestra vida.

Podemos pasar por muchas enseñanzas, podemos pasar la vida en una búsqueda eterna de lo que verdaderamente somos y deseamos, de nuestra propia luz y de nuestra conexión con ese espacio místico que forma parte de nuestra vida y que nos lleva de alguna manera a presentir el amor y a necesitarlo.

No importa cual sea tu creencia, tu estudios de vida, tu filosofía de vida, el amor es parte esencial de cada momento de tu vida, en todos sus grados, en todos los espacios, desde el odio que representa el nivel mas bajo del amor, hasta los sentimientos más trascendentales y comprometedores que tenemos hacia los demás.

Cuando logramos asimilar que somos indivisibles de este maravilloso sentimiento, de esta vibración universal, cada experiencia en nuestra vida será importante, cada visión de las cosas nos permitirá librarnos de prejuicios y ver las cosas desde su realidad, no desde lo que nuestros pensamientos alimentan, el amor nos hace libres, nos hace grandes, cura heridas y cultiva maravillosos momentos.

“Dale un momento a tu alma para que te alcance”, un hermoso relato africano


A veces un relato nos llega mucho más al alma de lo que podrían llegar otro tipo de reflexiones. Esta vez traemos un antiguo relato africano que habla acerca de esa forma de vivir en la que las acciones van por un lado y el corazón por otro, debido a que no hay un tiempo para el encuentro. Dice así.

Se cuenta que un hombre se aventuró a internarse en territorios inhóspitos de África. Solo lo acompañaban sus porteadores. Todos ellos llevaban un machete en la mano y se abrían paso por entre la vegetación espesa. Su objetivo era avanzar a cualquier precio.


“Una de las grandes desventajas de la prisa es que lleva demasiado tiempo”.

-Gilbert Keith Chesterton-

Si aparecía un río, lo cruzaban en el menor tiempo posible. Si había una colina, apuraban el paso para no perder ni un minuto. Sin embargo, de repente los porteadores se detuvieron. El expedicionario se sorprendió. Llevaban tan solo unas cuantas horas de marcha. Así que les preguntó: “¿Por qué habéis parado? ¿Acaso ya estáis cansados con apenas unas horas de camino?”


Entonces uno de los porteadores lo miró y le dijo: “No señor, no estamos cansados. Simplemente hemos avanzado muy de prisa y por eso hemos dejado nuestra alma atrás. Ahora tenemos que esperarla hasta que nos alcance de nuevo”.

Un relato que te llama a conectarte contigo mismo

Todos nos hemos sentido alguna vez desconectados de nosotros mismos. Como si el que se levantara de la cama, el que fuera a trabajar, el que hablara, no fuera uno, sino algún extraño. Es una sensación que frecuentemente aparece cuando nos hemos sumergido en una rutina exigente y no encontramos la forma de salir de ella.



De lo que se trata es de volver a encontrar de nuevo nuestro centro. Como lo señala el relato, de dejar que vuelva “nuestra alma” a su lugar. A veces es suficiente con hacer una reflexión concienzuda de la situación, pero otras veces necesitamos algo más que eso.

Si no contamos con la sensación de conexión y de un control relativo sobre nuestra vida, fácilmente aparece la desmotivación. Esta puede transformarse en tristeza, o en ansiedad. En ese punto, todo comienza a complicarse. Hay un sencillo método para salir de esos estados y solo te toma unos cuantos minutos al día. Enseguida te contamos de qué se trata.

Siéntate un momento al lado del camino

Así como hacen los porteadores del relato africano, si te sientes desconectado de tu centro, lo indicado es hacer una pausa. Lo más probable es que hayas recorrido el camino con excesiva premura. Eso te ha impedido ver el paisaje y, sobre todo, conectar tu alma con el sendero.

Lo recomendable es buscar un momento tranquilo, mejor en las últimas horas del día. Es tu momento de intimidad contigo mismo y lo vales. Relájate y pregúntate simplemente: ¿Cómo ha sido el día de hoy? Después solo tienes que repasar los hechos que viviste durante la jornada.



No pienses solamente en las acciones que realizaste, sino en los pensamientos y sentimientos que llegaron a tu mente. ¿Qué fue lo primero que se te vino a la cabeza cuando despertaste? ¿Cómo te sentiste a lo largo del día frente a otros, a las situaciones y a ti mismo? Dedícale al menos unos cinco minutos a este repaso mental sobre tu día.

Decanta la reflexión y deja que tu alma vuelva

miércoles, 28 de junio de 2017

Aprende a decretar lo que quieres en tu vida


El poder de la palabra, la manera más efectiva de comunicarnos, de manifestar lo que deseamos y queremos que el otro sepa, es la manera de dar forma a nuestros pensamientos.

Las palabras nunca alcanzan cuando lo que hay que decir desborda el alma. Julio Cortázar


Las palabras contienen la fuerza más poderosa que posee la humanidad. Podemos elegir utilizar su fuerza constructivamente con palabras de aliento, o destructivamente utilizando palabras negativas.


Nos educaron que lo negativo era para este momento mientras que lo positivo era para el futuro; olvidándonos que el único tiempo real es este instante; por lo tanto, debemos aprender a decretar en el aquí y en el ahora.

Con la palabra podemos hacer que otros tomen decisiones, cambiar su actitud e incluso hacerles creer algo imposible, tanto bueno como negativo, lo peor es que el principal daño es a nosotros mismos, no nos damos cuenta de la capacidad que tiene un simple gesto, de transformar una vida.


Como flores hermosas, con color, pero sin aroma, son las dulces palabras para el que no obra de acuerdo con ellas. Buda


El pensamiento va apoyado por la palabra y así como hemos sido programados a pensar mal, hemos aprendido a hablar peor, se nos olvida el poder de la palabra y la usamos sin ninguna conciencia, sin importar lo profundo que pueda llegar a alguien más, olvidamos que todo  retorna, que las palabras se conectan en el universo entero al igual que el pensamiento, con todas aquellas que vibran en la misma frecuencia.

Las 4 cualidades del amor de las enseñanzas de Buddha


Como occidentales, a menudo no contamos con la sabiduría ofrecida por las culturas orientales, sólo porque hemos sido programados para dudar de sutiles matices en la relación humana, y de la compleja y a la vez sencilla sabiduría que nos infunden.

Como señala Menday Wang en la cultura oriental versus occidental, la gente oriental vive en el tiempo, lo que significa que siguen el orden natural del tiempo para hacer las cosas paso a paso, sin querer apartarse de un programa establecido, mientras que los occidentales viven en el espacio; siguiendo sus sueños para hacer lo que desean, pero a veces faltan algunos de los pasos importantes a lo largo del camino que ayudan a definir nuestro viaje como seres humanos viviendo una experiencia terrenal.

Uno de los “pasos” más importantes a lo largo del camino es el amor, pero para experimentarlo, debemos “soñarlo” y aquí es donde Oriente se encuentra con Occidente.



El Zen señala el camino



El zen enseña, o más bien señala el camino, como diría D. T. Suzuki, para que podamos aprender a amar mejor. En las enseñanzas budistas clásicas – informadas en gran medida por el sentimiento de Oriente, aprendemos la bondad amorosa, la compasión, la alegría apreciativa y una forma particular de ecuanimidad – todas las formas de amor. En Occidente, aprendemos por casualidad. Conocemos a alguien, anhelamos, buscamos y caemos, y esperamos. Después, a través de experimentar un corazón magullado y un ego herido, buscamos otras maneras de amar a otro más profundamente.

No sabemos cómo amar correctamente. Este es el sentimiento expresado por uno de los maestros budistas zen contemporáneos más citados, Thich Nhat Hanh. El maestro Zen afirma que “Amar sin saber amar es herir a la persona que amamos”.


¿Qué quiere decir Thich Nhat Hanh con esto?




Esencialmente, si falta el amor de una de las cuatro cualidades discutidas en el budismo (así como muchas otras enseñanzas antiguas) entonces difícilmente será amor. Es algo que llamamos amor, pero es más que probable que sea una proyección de nuestras necesidades egoicas.

“Las enseñanzas sobre el amor dado por el Buda son claras, científicas y aplicables … El amor, la compasión, la alegría y la ecuanimidad son la naturaleza misma de una persona iluminada. Son los cuatro aspectos del amor verdadero dentro de nosotros mismos y dentro de todos y de todo. “
~Thich Nhat Hanh


El zen ofrece algunos puntos muy sobresalientes una vez que buscamos amar mejor que antes, si llegamos a ese deseo de un conjunto de normas sociales o occidentales. Estas son las cuatro cualidades:

1. Maitri – Amabilidad afectuosa –

Maitri se deriva del sánscrito, que significa amigo. En primer lugar, debemos ser amigos de todos aquellos a los que queremos amar. Considera tus relaciones románticas: si simplemente deseas a otro, con la necesidad de conquistarlo, no estás siendo su amigo. Este primer precepto también nos anima a mirar nuestra relación con nosotros mismos. ¿Somos “amistosos” con nosotros mismos? Si no, ¿cómo podemos ser amigos de otro si estamos en guerra por dentro?

El enemigo detrás de todos los problemas que enfrentas no suele estar fuera, sino que mora dentro de tu mente presente. Sin tu conocimiento consciente, las características psicológicas construidas a lo largo del tiempo y la experiencia, inhiben tu ser interior, y hacen elecciones por ti. Si aprendes a descubrir ese arquitecto silencioso interior de tu vida, puedes exponer y despedir a estos personajes comprometidos y revelar la verdad acerca de quién eres en realidad.

2. Karuna – Compasión –

La compasión se define como una simpatía activa o la voluntad de compartir las cargas de los demás. En la lengua Pali, la palabra es panna. Significa ‘penetración’, ‘discernimiento’ o ‘conciencia’. Verdaderamente, si no hemos alcanzado cierto nivel de visión o conciencia, todavía vemos las heridas de otro como separadas de las nuestras, y no tenemos deseo de soportar la carga de otro.

martes, 27 de junio de 2017

De los dioses que se aferran al inconsciente colectivo


Dejamos de lado de momento todo el proceso que hemos estado explicando de cómo potenciar la conexión con nuestro ser, Yo Superior, etc., esperando que, poco a poco, aquellas personas que lo vayan trabajando sean capaces de establecer, aunque sea de forma esporádica, la suficiente conexión directa y consciente para ir viendo cómo esa parte más elevada de todos y cada uno de nosotros puede guiarnos y hacernos caminar por los senderos que cada uno debe recorrer de la forma más adecuada y alineada con la hoja de ruta que tengamos.

Puesto que lo anterior es un proceso que depende del trabajo interior, y conociendo lo que debe suceder, ya no tiene sentido estar repitiéndolo una y otra vez, pues aunque los procesos y rutinas de la psique, y el programa ego van a tratar de que todo lo anterior no se lleve a cabo, el simple hecho de que todo lo que se ha explicado ya esté imbuido en alguna parte de nosotros bastará para que, desde dentro, puedan irse dando los pequeños cambios que llevarán a conseguir ese enlace mente consciente-ser y se detonen más fácilmente, por ser comprendidos a nivel consciente, las experiencias y vivencias necesarias para completar lo que cada uno tenga que completar.


Que sucede en el inconsciente colectivo

Nuestro siguiente objetivo es explicar porqué debemos hacer estos cambios mencionados y porqué nos centramos en ellos, ya que están relacionados con los movimientos que han de darse en el inconsciente colectivo del que ya hemos hablado muchas veces. A este respecto, os decía en el anterior artículo:

el inconsciente colectivo se nutre de las proyecciones de todos nosotros, y de ahí nace la realidad consensuada en la que vivimos, teniendo en cuenta que, además, contiene las formas mentales provenientes de las manipulaciones que insertan aquellos en el poder, para que pensemos en ciertas direcciones o tengamos ciertas ideas sobre ciertos temas.

La razón principal por la que no tenemos aun el potencial de librarnos de las grandes razas que gestionan el sistema de vida en nuestro planeta es que tienen un agarre brutal y profundo sobre este inconsciente colectivo. Debido a que hay muchas personas, sabiéndolo y sin saberlo, que están conectando, llamando, vibrando, o pidiendo ayuda a diferentes formas, energías, egregores, “dioses”, etc., creadas por estas razas, estamos sosteniendo, sin ser conscientes de ello, el permiso que les hemos dado, desde la antigüedad, para que puedan mantenerse en control.

Básicamente, cualquiera de estos Dracos, mantids, Anunnakis y demás dicen algo así como “no podéis echarnos porque hay muchas personas que siguen clamando nuestra ayuda”, mientras que en el otro bando dicen “si, pero esas personas no saben que están clamando la ayuda de aquellos que les someten y manipulan, y que están siguiendo engañadas para que os permitan estar aquí”.

Básicamente, ya os podéis imaginar que las peticiones de ayuda o de conexión que se les hacen están imbuidas en la mayoría de religiones, sistemas de creencias, plegarias y ritos del planeta, donde, al solicitar asistencia de un Yahvé y sus derivados, de un dios tal, o de un dios pascual, no hacemos más que pedir que sigan conectados y presentes en nuestro sistema de creencias aquellos que en su día se hicieron pasar por esos dioses arquetípicos, lo cual les proporciona ese agarre que os comentaba directamente a la parte central del inconsciente colectivo, desde donde se gestionan los arquetipos más importantes que el ser humano usa para la proyección de la realidad consensuada y general.


Una limpieza a cuenta gotas

La auto-indagación: ¿Quién soy yo?



"¿Cuál es el sentido de la existencia? ¿Qué es la vida? ¿Quién soy yo? ¿Cuál es mi verdadera naturaleza? Tarde o temprano cualquier persona inquisitiva hace estas preguntas."

La auto-indagación ¿quién soy yo?
Podemos responder a la más esencial de todas las preguntas, es decir, "¿quién soy yo?" o, más apropiadamente, "¿qué soy yo?", "¿cuál es mi verdadera naturaleza?", "¿por qué nací?", "¿por qué debo morir?", "¿cuál es mi relación con mis semejantes?" Ser humano significa hacerse estas preguntas, y ser verdaderamente humano, significa que se ha de encontrar una respuesta. Hasta que estas preguntas no afloren en nuestra conciencia, podremos sólo adornar nuestra vida con toda clase de actividades ―compromisos mundanos―, pero éstas no nos darán la oportunidad de reflexionar sobre nosotros mismos. Pero, más tarde o más temprano, surgen estas preguntas y entonces ya no hay escapatoria. Éstas arden dentro de nosotros y las respuestas intelectuales no nos dejan en paz. Leemos libros que tratan sobre la condición humana, sobre el significado de la vida y obtenemos pomposas frases, elaboradas metáforas, pero no responden a la pregunta. Sólo la experiencia esencial del propio despertar satisface la pregunta esencial. La experiencia personal es el testimonio final a la Verdad.

Philip Kapleau, Despertar al Zen (Editorial Pax México, 2006)
Debemos hacernos sin descanso la pregunta "¿quién soy yo?". Dirigiendo el pensamiento, no hacia los objetos, sino hacia su fuente, finalmente descubrimos el elemento fundamental del Ser. El hombre posee en el fondo de sí mismo lo esencial de toda sabiduría. Lo sepa o no, pero la verdad está en él mismo y en ninguna otra parte.

Jean Klein, Sea usted lo que Es (Ediciones Vía Directa, 2008)
Creo que en la vida de todo ser humano aparece un momento en que surge la pregunta "¿qué es la vida?". Cuando uno realmente se da cuenta de esto ve que está constantemente en el proceso de llegar a ser, nunca en el ahora. Está constantemente en el pasado-futuro, pasado-futuro. Preparando el futuro con el pasado. Al tomar nota de esto, uno se ve impelido a preguntar: "¿Quién soy yo? ¿Qué es la vida?" Mientras el estudiante no llegue a este punto no es un estudiante.

En el momento en que el estudiante hace la pregunta y no tiene ninguna referencia al pasado, él se encuentra espontáneamente en un estado de no-saber. En este no-saber él está en una nueva dimensión. Ni siquiera es una nueva dimensión porque en ésta, no hay ninguna dirección. Uno debe vivir con la pregunta. Por vivir con la pregunta quiero decir no buscar una conclusión, una respuesta, ya que el vivir con la pregunta es en sí la respuesta. Pero buscamos constantemente una respuesta.

Jean Klein, Living Truth (Third Millennium Publications, 1995)
Nadie puede decirte quién eres. Sería sólo otro concepto, así que eso no te cambiará. Quién tú eres no necesita creencias. De hecho, toda creencia es un obstáculo. Ni siquiera necesita que te des cuenta, puesto que ya eres quien eres. Pero, si no te das cuenta, quien tú eres no brillará en este mundo. Permanecerá en lo no manifestado, que es, por supuesto, donde más a gusto estás. Entonces eres como una persona aparentemente pobre que no sabe que tiene una cuenta bancaria con 100 millones de euros, y así su riqueza se queda como un potencial no manifestado.

Eckhart Tolle, Un nuevo mundo, ahora (Grijalbo, 2006)
Es una forma de madurez en la vida que lleva a uno a hacerse ciertas preguntas. De todas esas preguntas se llega a la pregunta original fundamental: ¿Quién soy yo? Esta pregunta, ¿Quién soy yo?, sólo viene cuando se ha indagado en todas las direcciones posibles. Sólo cuando se ha explorado todas las direcciones se llega a la fase madura de preguntar ¿quién soy yo? En esta pregunta, ¿quién soy yo ?, una mente madura dice: "No lo sé". Es sólo en este "no lo sé" que hay algo cognoscible, perceptible. Porque el "no lo sé", no es un estado en blanco, el verdadero "no lo sé" se refiere a sí mismo y ahí la pregunta es la respuesta. Es una percepción instantánea de nosotros mismos. Es nuestra intemporalidad. Cuando hemos explorado todas las direcciones, hay una renuncia natural. Y entonces lo que renuncias ―lo que renuncia― tiene un nuevo significado.

Jean Klein, Living Truth (Third Millennium Publications, 1995)
En su vida un hombre puede hacerse muchas preguntas pero todas giran en torno a una pregunta: "¿Quién soy yo" Todas las preguntas se derivan de ésta. Así que la respuesta a "¿Quién soy yo?" es la respuesta a todas las preguntas, la respuesta definitiva.

Jean Klein, Yo Soy (Third Millennium Publications, 1989)
¿Qué es este "yo"? ¿De dónde viene este "yo"? Cuando mueres, ¿a dónde va? Estas son las preguntas más importantes que siempre puedes hacerte. Si realizas este "yo" alcanzas todo. Eso se debe a que este "yo" es parte de la sustancia universal. Tu sustancia, la sustancia de este escritorio, la sustancia de este palo, del sol, de la luna, de las estrellas ― la sustancia de todo es la misma sustancia. Así que si quieres comprender tu verdadera naturaleza, primero tienes que alcanzar tu sustancia original. Esto significa alcanzar la sustancia universal y la sustancia de todo. Todo en este mundo ―el sol, la luna, las estrellas, las montañas, ríos y árboles― todo está en constante movimiento. Pero hay una cosa que nunca se mueve. Nunca va o viene. Nunca ha nacido y nunca muere. ¿Qué es esta cosa que no se mueve? ¿Puedes decírmelo? Si la encuentras, encontrarás tu verdadero ser y alcanzarás la sustancia universal. Pero el entendimiento no puede ayudarte a encontrar ese punto. Incluso cien doctorados no te enseñarán tu verdadera naturaleza.

Seung Sahn, The Compass of Zen (Shambhala, 1997)

El método de la auto-indagación
"La pregunta '¿Quién soy yo?' No viene de la mente. Preguntar '¿Quién soy yo?' se acompaña de una tremenda energía; usted está ardiendo."

La auto-indagación es el único medio infalible, el único directo, para realizar lo incondicionado, el Ser absoluto que eres en realidad. El intento de destruir el ego o la mente a través de las prácticas espirituales que no sean la auto-indagación es como el ladrón que se hace policía para atrapar al ladrón que es él mismo. Sólo la auto-indagación puede revelar la verdad de que ni el ego ni la mente existen realmente y hace posible que uno realice al Ser puro, indiferenciado del Sí mismo o Absoluto. Después de haber realizado el Sí mismo, nada queda por conocer, porque es perfecta Dicha, es el Todo.

Arthur Osborne, Ramana Maharshi and the Path of Self-Knowledge, (Century, 1987)
P: ¿Qué es la práctica?

R: Una búsqueda constante del "Sí mismo" que es la fuente del ego. Encuentre "¿Quién soy yo?" El puro "Sí mismo" es la realidad, la Existencia-Consciencia-Felicidad Absoluta. Cuando se olvida Eso, aparecen todas las miserias; y cuando se aprehende Eso, las miserias no afectan a la persona.

Ramana Maharshi, Conversaciones con Sri Ramana Maharshi, Tomo I (Sanz y Torres, 2006)
P: ¿Cómo realizar el Sí mismo?
R: ¿El Sí mismo de quién? Encuéntrelo.

P: ¿Quién soy yo?
R: Encuéntrelo usted mismo.

P: Yo no sé.
R: Piense. ¿Quién es el que dice "yo no sé"? ¿Qué es lo que no se conoce en esa afirmación? ¿Quién es el "yo"?

P: Alguien en mí.
R: ¿Quién es ese alguien? ¿En quién?

lunes, 26 de junio de 2017

DEJA DE PENSAR


Los años pasan volando. Tu vida pasa volando. Antes de que te des cuenta estarás fuera de tu cuerpo y ¿dónde estarás?
Si sabes quién eres, no estarás en ninguna parte. Si piensas que sabes quién eres, estarás en alguna parte.

A dónde vamos depende de nuestros pensamientos.
La mente es la misma, incluso después de la así llamada muerte. Tus pensamientos determinan adónde vas.

Por ejemplo: Si crees en el cielo y el infierno. Si crees en el infierno más que en el cielo, te encontrarás después de salir de tu cuerpo en una situación infernal. Pero tú has creado esa situación. Nadie te envía allí. No hay nadie que te envíe a ningún lugar. Tú creas el lugar al que vas por lo que sabes.
Si crees que mereces ir al cielo te encontrarás en un lugar celestial. Pero eso es sólo por un corto tiempo. Entonces la ley del karma se hace cargo y te lleva donde se supone que debes estar. Puedes encarnar en este planeta de nuevo. O puedes ir a un planeta diferente.

Por lo tanto, la persona sabia, no quiere ir a ninguna parte.
La persona sabia nunca muere. Porque nunca ha nacido.
No hay ningún lugar adónde ir y no hay nada que hacer. Simplemente te fundes en la consciencia. Te conviertes en consciencia. Te conviertes en omnipresencia y siempre eres feliz.
No hay nacimiento y no hay muerte. No hay un ir y venir. No hay absolutamente nada. Pero la nada a la que me refiero se llama consciencia-dicha. La nada a la que me refiero es, tú no pierdes tu individualidad, tu individualidad se expande y te vuelves omnipresente.

Puede que hagas la pregunta, "¿Cómo puede la individualidad de cada uno expandirse de la misma manera? ¿Entonces habrá miles de millones de individualidades?"
No, sólo hay una individualidad y ésta es el Ser (Sí mismo). Y ésta eres tú. Tú eres la Realidad Última. Pero ahora mismo con tu mente finita es difícil que lo comprendas. Es por eso que tienes que entender que tú no eres tu cuerpo-mente fenoménico. En cuanto te deshaces del concepto de cuerpo-mente eres libre.

Siempre y cuando creas que eres la consciencia del cuerpo-mente, estás bajo las leyes del karma. Y todo lo que le hagas a otra persona, vendrá de regreso a ti. Tendrás que pagar por todo. Todo lo que hagas a otra persona siempre vuelve.
La única libertad que tienes es comprender que tú no eres el cuerpo y guardar silencio o no reaccionar ante cualquier condición.

La mente nunca se detiene, siempre va de acá para allá. La mente no sabe la diferencia entre el cuerpo actuando o el cuerpo no actuando. La mente se mueve por los mismos pensamientos que tienes. Es sólo cuando los pensamientos paran, cuando cesan, que la mente deja de moverse. Y cuando la mente deja de moverse, todo el karma cesa.

Y cuando no hay karma, ya no tiene ningún poder sobre ti. No estás bajo ninguna ley. Así que no hay nada que puedas hacer y eres libre. Ya no hay nacimiento ni muerte para ti. Ya no hay ningún ir y venir. Tus acciones se convierten en acciones sin valor, ya que la acción sólo es vista por la persona inconsciente. En realidad, la persona consciente, despierta, no realiza ninguna acción.

Si quieres encontrar la libertad y la liberación en esta vida, tienes que ralentizar tu mente y parar tus pensamientos. Son tus pensamientos los que te mantienen en la esclavitud. La única cosa en que tus pensamientos piensan, es en el pasado y en el futuro. Pero de alguna manera tienes que llegar a estar centrado en el momento y llegar a ser totalmente espontáneo.

Sé que parece una especie de locura cuando se piensa en ello, porque te dices a ti mismo: "Bueno, ¿no tengo que planificar mi futuro? ¿No tengo que aprender las lecciones de mi pasado? ¿No tengo que trabajar hacia mi meta, lograr algo en este mundo?"
Todas estas son tendencias humanas. Suena muy lógico cuando se piensa en ello. Pero date cuenta de lo que he dicho, "¡Cuando se piensa en ello!".

Ahora, ¿qué crees que pasaría si no tuvieras pensamientos?

SOBRA INFORMACIÓN FALTA CONOCIMIENTO AUTENTICO


NADIE TIENE LA ÚLTIMA PALABRA EN MEDIO DE LAS COMPLICADAS CRISIS PLANETARIAS EN LAS QUE ESTAMOS ENVUELTOS EN ESTOS TIEMPOS DE GRANDES CAMBIOS Y DE PRUEBAS PARA NUESTRA EVOLUCIÓN CORRECTA.

Tiempos en los que abundan seminarios, talleres y cursos que nos iluminan en apretados fines de semana, que despiertan nuestra conciencia y nuestros chacras entre cuatro paredes, con unos ligeros toques, que nos catapultan a avanzados estados con dos traguitos de caras pócimas.
Tiempos sin embargo donde escasean los seminarios que contribuyen a ubicarnos en el instante grande en que nos encontramos, que nos ayudan a situarnos ante nuestros propios y verdaderos desafíos personales y colectivos, que nos acercan a la sabiduría eterna, inmanente, aquella única capaz de arrojar luz sobre nuestras vidas y sus retos evolutivos, sobre nuestro difícil, pero apasionante presente.

Donde también escasean los seminarios que nos acercan a las imprescindibles Leyes superiores, Leyes sagradas que nos permiten caminar en consonancia con la Creación, en armonía y solidaridad con cuanto nos rodea, las Leyes Universales que nos dan autonomía de vuelo y de criterio y el conocimiento necesario para orientarnos en los confusos días que vivimos. Lo fácil es iluminarnos encima de un tatami, tras un ejercicio mágico con el gurú de turno, tras un forzar de pulmones, tras una ingesta milagrosa.



Mucho más complicado es asumir aquí y ahora plenamente nuestras responsabilidades, más trabajoso es intentar abrazar la vida, su sentido, su origen, su futuro y nuestro compromiso en medio de ella. Más desafiante es sumirnos por entero en la corriente del Plan de amor, del Propósito superior, vincularnos a Quienes lo custodian, más importante es prepararnos sincera y esforzadamente POR AQUELLO PARA LO QUE VOLVEMOS UNA Y OTRA VEZ A LA TIERRA: EL SERVICIO A LOS DEMÁS.

La mirada que arrojemos sobre la realidad será preciso se ajuste a la ley de la Vida, a las Leyes inmutables e incontestables que funcionan aquí y en todo el Universo. Hay otras leyes de alto rango que tenemos dificultad para entender como la ley de la evolución. Pareciera que sólo nosotros, los benditos militantes de las honrosas filas de la “nueva era” somos susceptibles de evolucionar.

SIN EMBARGO, LA LEY SUPERIOR DE LA EVOLUCIÓN NOS DICE QUE ABSOLUTAMENTE TODO EVOLUCIONA HACIA ARQUETIPOS SUPERIORES DE ORDEN, DE ARMONÍA, DE BELLEZA, TODO CRECE EN LOS REINOS MINERAL, VEGETAL Y ANIMAL, POR SUPUESTO TANTO EN LA FACETA HUMANA COMO ESPIRITUAL.


viernes, 23 de junio de 2017

La reflexión es el ojo del alma…


Puede resultar bastante agotador, ir llenando nuestro espacio de vida, con innumerables creencias, filosofías, doctrinas, enseñanzas, sabias o no, capaces de satisfacer el entendimiento de cada persona en determinados momentos de su vida.

Ocurre que todo lo que se va despertando en nuestro interior, proviene de muchas maneras de nuestra propia esencia, de allí la sabiduría en reflexionar todo lo que llega a nuestras manos, incluyendo la fuente de la cual proviene, no se trata de vivir lleno de prejuicios, más bien se trata de deslastrarnos de ellos y poder ver las cosas desde una óptica del no pensamiento, de la limpieza de la mente de la coherencia, pero especialmente del sentimiento que arroja en nosotros.


La peor experiencia es la mejor maestra. Kovo


La reflexión nos conecta con el alma, con lo que albergamos en ella, pero lo importante no es identificarse con lo que va apareciendo o surgiendo durante la reflexión, sino de observar y mantenernos alerta ante los sentimientos y las sensaciones que se despiertan con cada pensamiento reflexionado, sin ningún juicio, sin complicaciones, sin dejarnos llevar por lo que nuestra mente le va incorporando.

Cuando reflexionamos, nos entregamos a observar lo que llega a nuestra mente, lo que se genera en secuencia y lo que aparece de manera dispersa, pues todo tiene una conexión con el alma, con nuestras vivencias y experiencias y con lo que se ha quedado grabado en nuestra alma en relación a eso.

Un hombre que no piensa por si mismo, no piensa en absoluto. Oscar Wilde


Entre aparentar y ser, decide siempre SER


Aunque pueda sonar extraño, ilógico y hasta medio absurdo, la realidad es que pasamos gran parte de nuestra vida, luchando por mantener aquello que deseamos parecer, lo que queremos reflejar, que los demás vean de nosotros, y si bien esto no significa que no seamos aquello que parecemos, si invertimos toneladas de tiempo y energía, cultivando lo que deseamos que los demás vean de nosotros, perderemos el enfoque en lo que verdaderamente somos.

Pocos ven lo que somos, pero todos ven lo que aparentamos. Nicolás Maquiavelo


Desempeñamos muchos roles en la vida, más o menos responsabilidades, cosas que nos gustan y otras que nos disgustan, pero nos toca, se presentan y debemos asumirlas, sin embargo, así como solemos escaparnos y evadir algunos roles, existen otros que nos atrapan y deseamos mantenerlos en el tiempo, aún y cuando ya no nos corresponde asumirlos.



Lo mismo puede ocurrir con roles que nunca nos ha tocado asumir, simplemente nos atraen por alguna razón o quizás porque no exista nada más alejado de lo que realmente somos, entonces comenzamos a parecer, dejamos de ser para mantener una determinada apariencia.

Confiad en los que se esfuerzan por ser amados; dudad de los que sólo procuran parecer amables. Giacomo Leopardi

Algunas veces, esto es algo que hacemos de manera inconsciente, como por ejemplo las madres ante los hijos, aunque el dolor haga mella procuran mantener la entereza para no traspolar la angustia a sus hijos, de manera que hay apariencias válidas, incluso justificables, pero aquellas que nos alejan de nuestra esencia terminan por menoscabar nuestra vida.

No se puede vivir la vida pareciendo, es realmente agotador abandonar nuestra propia idea de lo que nos hace feliz por hacer ver a los demás lo que desean ver, porque está situación nos llena de angustia, de cansancio, de mentiras y lo más triste es que nos aleja de quiénes somos realmente, no podemos vivir en paz en esa situación.

jueves, 22 de junio de 2017

SI ERES UN VERDADERO "SANADOR" DEBES SABER ESTO


Los mejores sanadores son discretos en su trabajo. 

Ellos sellaron el ego y dejan al corazón fluir en sereno amor. 

El tacto de sus manos es cálido y generoso. 

Tienen manos de Luz! En la parte superior de su cabeza se derrama la Sabiduría Celestial...Y al mismo tiempo, la vitalidad de la tierra besa sus pies. 

Mientras tanto, los pétalos de loto de sus corazones se abren.

Y se convierten en templos vivos de la Luz sanadora! 

Son tranquilos y conscientes de su tarea. 

Saben que es la luz del amor la que sana, no ellos. 

Están naturalmente satisfechos, los seres divinos velan por ellos. 

Son la paz perenne! 

No tienen posturas arrogantes, son simples y alegres. 

Son muy agradecidos al Gran Espíritu, al Gran Sanador. 

Transitan la existencia sin juzgar a nadie. 

Ellos son la serena luz! Son sanadores, de los demás y de ellos mismos.

Transitan su camino sin deshonrar la ruta de los demás. 

No hacen daño a nadie, porque son felices.

Sus actos son lúcidos! 

Oh, estos curadores, hermosos y tranquilos, navegan en la luz! 

Son estrellas encarnadas, actuando en nombre del Altísimo. 

A menudo, en silencio, ellos abrazan a la humanidad!

No esperan nada, sólo abrazan el alma del mundo. 

Sí, no esperan nada, sólo agradecen al gran Sanador. 

Ellos saben que hay un momento correcto para todo. 

Por lo tanto, ellos trabajan en el momento justo de su corazón saben que cada momento es tiempo para aprender. 

Ellos se manifiestan en todas partes, y columnas de luz iluminan sus senderos. 

A menudo, sienten el dolor del mundo, en sí mismos. 

En esos momentos, se reúnen en oración y aprovechan las elevadas fuerzas. 

Y aletean sus manos llenas de luz, bajo el comando del corazón. 

No hay orgullo en ellos, solo satisfacción callada.

No hay lucha o competencia en su camino, sólo cura. 

Hay personas que nos adelantan el camino y hay quienes definitivamente nos retrasan


Todas las personas tienen cualidades especiales, algunas alimentan el alma, nos dan luz y alegría y ante todo representan el progreso en nuestra vida, y sin duda, hay otras que nos ocasionan retrasos, nos generan conflictos constantemente y llegan a representar una carga para nuestro avance en la vida.

Puede que una actitud positiva no resuelva todos tus problemas, pero molestará a suficientes personas para que el esfuerzo merezca la pena. Herm Albright


Aunque suene despectivo y hasta un poco cruel, no deja de ser una realidad, muchas veces nos rodeamos de personas que viven en un estado de negatividad permanente, que les resulta sumamente difícil ser optimistas, tener actitudes positivas, para quienes todo es un conflicto y una desventaja, sin contar que naturalmente convierten todo lo bueno que les ocurre en una tragedia.


Indudablemente, este tipo de personas también generan una influencia en nuestra vida, todo funciona magnéticamente, todo fluye o no, todo tiene una conexión, lo ideal es que sea con esa energía positiva que nos impulsa y no con esos grilletes que nos traban.

Las actitudes son contagiosas. ¿Merece la pena contagiarse de la tuya? Dennis y Wendy Mannering


¿Qué podemos hacer ante ésta realidad? En principio aprender a identificar a estas personas, aunque nos parezca difícil, es más simple de lo que pensamos, basta con estar atentos a las emociones que nos producen cuando estamos con ellas, conversamos con ellas o simplemente alguien la menciona.



Luego debemos revisar esa emoción, si observamos lo que nos ocurre, podremos saber si es necesario evaluar el efecto, si no es una predisposición o más bien algún reflejo interno que nos genera malestar, para ello debemos ser lo más objetivos posible, pues aceptar que estamos colocando fuera algo que está dentro, no es tarea sencilla.

El gran descubrimiento de mi generación es que un ser humano puede alterar su vida al alterar sus actitudes. William James

miércoles, 21 de junio de 2017

Esa persona que te hace sonreír, merece un lugar especial en tu vida


Así como existen muchas personas en el mundo, que arrancan nuestras lágrimas y nos atormentan, también existen aquellos seres especiales que casi de manera inmediata nos hacen reír, tienen ese don maravilloso de hacernos felices, no importan las circunstancias, como nos encontremos o a que nos estemos enfrentando.

La vida es como un espejo, tenemos mejores resultados cuando sonreímos. Anónimo


La atracción, suele expresarse de muchas maneras, nos podemos sentir atraídos por muchas personas, no me refiero expresamente a un sentido sexual, hay quienes afinan en disfrutar juntos de una lectura, personas con quiénes nos encanta divertirnos, ver un película o tener largas conversaciones y si se conjuga todo esto en una sola, mucho mejor.


Entre las múltiples experiencias que tenemos en la vida, tener el regalo de reír, es una de las virtudes más generosas del ser humano, pues podemos olvidar casi cualquier pena, sino todas, aunque sea transitoriamente, con tan solo sonreír unos instantes, con dejarnos conducir por la felicidad, porque logren alejarnos de instantes tristes y nos recuerden lo hermoso que es sonreír, entonces ese instante, por mínimo que sea, habrá valido la pena.

Después de cada tormenta sonríe el sol; para cada problema hay una solución y el deber irrenunciable del alma es estar de buen ánimo. William R. Alger


Investigaciones científicas han demostrado que reír y sonreír proporcionan una serie de beneficios para la salud. Más aún, pueden tener un efecto positivo en todas las áreas de nuestra vida. Cuando reímos y sonreímos, se producen una serie de cambios fisiológicos en el cuerpo, usualmente, sin que estemos consciente de que esto ocurra.

Las personas que nos hacen reír nos hacen felices, no tanto porque nos hacen pasar un buen rato, sino porque en el fondo, cuando nos reímos, aunque las cosas estén muy negras, todo se relativiza un poco y eso nos fortalece anímica y físicamente.


Sonreír es definitivamente una de los mejores y más bellos remedios. Si tienes un buen sentido de humor y un buen enfoque hacia la vida, eso es hermoso. Rashida Jones


Podemos entonces sentirnos atraídos por esas personas con quiénes nos sentimos bien, no importan las razones, nos hacen reír y esto transforma nuestro momento, se convierten en seres especiales con quiénes deseamos pasar largos ratos o simplemente cada vez que pensamos en ellas, se nos cruza una sonrisa.

Estas son las 20 cosas que debes alejar de tu vida si pretendes ser feliz


Muchas son las cosas que nos suman en la vida, pero también existen cosas que adoptamos que no nos hacen bien, de algunas inclusive hacemos hábitos y otras nos visitan de manera puntual. Independientemente de la frecuencia y de la intensidad, hoy te recomendamos alejar de ti estas cosas que no permitirán alcanzar tu felicidad:

Los malos pensamientos. Tus pensamientos crean tu vida, dedícate a cultivar los que te favorezcan.
La necesidad de controlarlo todo. No todo está bajo tu control, no te frustres, acepta y deja fluir la experiencia.

Las personas que permanentemente te hagan sentir mal. Está bien que eventualmente una persona nos apague la sonrisa, pero si el común resulta ser ese resultado, no tenemos mucho que esperar, ni buscar de esa interacción.

Lugares, cosas, personas y creencias que te impiden ser tú mismo. Nada como poder ser tú mismo, si te sientes limitado, juzgado, deshazte de todo aquello que ponga barreras para llegar a ti mismo.

La necesidad de tener razón. Muchas veces es preferible tener paz y no tener la razón, nunca hay una sola forma de hacer las cosas y es falta de humildad pretender que nuestras maneras son las mejores.

La necesidad de encontrar tu otra mitad. Estamos completísimos, no nos hace falta la mitad de nada, así que si quieres a alguien en tu vida que no sea para llenar espacios, sino para amar y ser amado.

El querer ser mejor que los demás. SI te vas a comparar con alguien, que ese alguien seas tú mismo, rétate si quieres cada día y haz de ti tu mejor versión.

La arrogancia. Nadie es más o menos que nadie, solo tenemos diferentes maneras de ver la vida y actuar a través de ella, aprende de todos y si en tus manos está enseña algo.

La mezquindad. La vida es muy corta para guardarnos cosas, para ser escasos, para no dar lo que tenemos, para no compartir… La vida se vive mejor desde la generosidad y mientras más damos, más recibimos.

La necesidad de aprobación de los demás. Siempre, hagas una cosa u otra, habrá quien te critique, entonces decanta de una vez por hacer exclusivamente lo que te haga feliz, la opinión de los demás, por importantes que sean en nuestras vidas, no debe tener más peso que la nuestra.

Las críticas y los juicios hacia otros. Respeta la vida y los procesos de los demás, aprende a ver para entender, sé empático y en lugar de criticar, si te vas a meter en la vida de alguien, que sea para realmente aportar.

Las quejas constantes. Si te enfocas siempre en lo negativo, no importa las maravillas que tengas en frente, no serás capaz de apreciarlas. Deja de quejarte y toma acción, cambia lo que no te guste y acepta lo que no puedas cambiar.

martes, 20 de junio de 2017

El estrés, la ansiedad y la depresión se manifiestan cuando vivimos para complacer a los demás


Definitivamente tenemos muchas maneras de vivir la vida, una de ellas es entendiendo que tenemos una gran responsabilidad con nosotros mismos en lo que respecta a escribir la historia de nuestras vidas, siendo nosotros los protagonistas, considerando nuestros sueños, considerando que debemos cuidarnos, considerando que las personas que pertenezcan a nuestro núcleo, deben cada una tener el lugar que les corresponda, sin otorgarles en ningún momento control sobre nuestras decisiones, nuestras acciones o nuestra vida en general.

Vivir para complacer a otros puede llegar a ser el camino más frustrante que decidamos transitar, significa dejar nuestras ilusiones de lado y adoptar unas que no nos pertenecen. Si bien es cierto que podemos sentir mucha satisfacción cuando las personas importantes para nosotros se sienten orgullosas de nosotros, también es cierto que cuando generamos ese efecto tratando de adaptarnos a unos parámetros que no concuerdan con lo que queremos, tarde o temprano esa satisfacción se convertirá en frustración.


Todos merecen cariño y respeto por lo que son, sin tener que aparentar nada o encajar en un patrón determinado, no hay una única manera de hacer las cosas, y es muy arrogante pensar que dentro de un universo de posibilidades, la nuestra es la mejor manera. Todos estamos en un camino de evolución y cada uno necesita vivir sus propias experiencias para aprender y crecer, si vivimos esas experiencias tomando como referencia lo que a los demás les gustaría con respecto a nosotros, nos perderemos de lecciones valiosas a lo largo de nuestro camino.

Nuestras emociones están ligadas a nuestros pensamientos, y ambas cosas son los que terminan desencadenando un estado de estrés, ansiedad o depresión. Cuando no nos sentimos satisfechos con lo que hacemos, porque en definitiva es lo que otro desea, cuando nos presionamos demasiado tratando de encajar, cuando nos importa más qué pueda pensar la gente, en lugar a cómo nos sentimos realmente, generamos en nuestra mente una cantidad de pensamientos que se harán predominantes.

Al tener una tendencia negativa en nuestros pensamientos, nuestro cuerpo reaccionará con las emociones asociadas, y de esta manera nuestro cuerpo nos alertará de que hay algo que no estamos haciendo de la mejor manera o que estamos albergando y alimentando en nuestra mente contenido que nos hace daño.

Si estás esperando un mensaje que no llega, eso también es un mensaje


Se nos hace mucho más sencillo procesar información que recibimos de manera explícita, a tener que interpretar esos mensajes que se leen entre líneas, que se derivan de acciones o se relacionan a ausencias.

Muchas veces no queremos ver lo que en realidad ocurre y nos ponemos de barrera el hecho de no haber escuchado ciertas palabras, de no haber leído un mensaje determinado y terminamos restándonos la posibilidad de dar significado a aquello que ya sabemos, pero que nos cuesta aceptar, aquello que se nos ha dicho a través de eso contrario a lo que esperamos, a esas palabras que no escucharemos, ni leeremos, a esa presencia que jamás será tal.


No siempre obtendremos de los demás lo que queremos, pero siempre vamos a recibir una lección, siempre vamos a ganar una experiencia, así que si nos entristece la ausencia de alguien y no cabe por algún motivo que nosotros generemos un acercamiento, o al menos no como nos gustaría, aprendamos a aceptar y a rescatar de lo que no nos gusta, lo mejor.

La vida actúa de manera curiosa y muchas veces no logramos percibir que el no estar cerca de quienes nos gustaría, resulta en una verdadera ganancia, algunas veces se trata encontraremos el beneficio reflejado en uno o varios de estos resultados:


Nos enfocamos en cosas mucho más provechosas para nosotros.
Aprendemos a valorar la presencia de quienes queremos.
Con el tiempo nos preparamos para estar juntos de una manera más armónica, sana o conveniente.
Nos ahorramos tiempo de recorrer un camino que no nos llevará al lugar donde queremos estar.
Maduramos y aprendemos a darnos el lugar que nos corresponde.
Aceptamos que las cosas no siempre resultan como las esperamos.
Y de alguna forma, quizás no de forma inmediata, terminamos agradeciendo a la vida por lo que fue y por lo que dejó de ser en nuestras vidas.

lunes, 19 de junio de 2017

Agobios en el camino e instrucciones para el inconsciente


Es posible que, en algún momento, sintamos que no estamos haciendo bastante para poder alcanzar todos los objetivos de crecimiento personal que parece que tenemos que conseguir si queremos dar grandes saltos y pasos hacia adelante en nuestra vida. Hemos leído tantas cosas sobre tantos posibles beneficios, potenciales y recompensas de lo que tenemos por delante cuando consigamos llegar a otros niveles de la realidad, a esa “matrix 15,6Hz”, que ahora mismo creamos más formas energéticas de agobio por el “no puedo hacerlo”, “no llego a todo”, que formas positivas de “tranquilo, estoy en el camino, y todo llegará en su debido momento”.

No hay nada que reprocharnos en este aspecto, el inconsciente colectivo se nutre de las proyecciones de todos nosotros, y de ahí nace la realidad consensuada en la que vivimos, teniendo en cuenta que, además, contiene las formas mentales provenientes de las manipulaciones que nos insertan aquellos en el poder, para que pensemos en ciertas direcciones o tengamos ciertas ideas sobre ciertos temas. Puesto que, de momento, no tenemos más remedio que seguir conectados a este inconsciente colectivo, hasta que no lo limpiemos entre todos con nuestras propias proyecciones a partir de la autoconsciencia y de la responsabilidad por lo que emitimos, los egregores de este “agobio colectivo” que flota sobre nosotros presionan con fuerza a nuestro inconsciente, terminando, en algunos casos, de desconectarnos por completo de los esfuerzos por ir recuperando nuestro poder, potencial y libertad, y terminando por generar, muchas veces, sin que uno mismo se de cuenta, sensaciones de pesadez y apatía sobre las acciones que cada uno debe tomar para seguir con sus octavas y procesos en curso.

Y es que cuando algo que, a priori, está orientado a un crecimiento con un sustrato de alegría y bienestar se convierte en una carga con sustrato de agobio, hay que frenar y reorientar las cosas. Todos queremos vivir mejor, estar mejor, sentirnos mejor, aprender, crecer, disfrutar de la vida y aprender con ella. Si esto se convierte en un lastre, porque uno está saturado de técnicas, recetas, informaciones y contradicciones de todo tipo sobre como estar mejor, como vivir mejor, y cómo evolucionar, la psique se colapsa, al menos en ciertos aspectos, y el proceso alquímico interior se ralentiza, pues las energías que lo nutren a veces son fuerzas contrapuestas.
Dicho esto, la idea es simplemente “no agobiarse”, todos llegamos a donde tenemos que llegar en el momento en el que nos toca llegar, y los conceptos de tiempo, para los procesos que rigen esos pasos hacia la transformación de cada uno, no son determinantes para nada. Hasta los procesos macro-evolutivos a nivel del planeta, que están siendo monitorizados, apoyados y ayudados por razas, grupos y fuerzas exo-planetarias para que no frenemos nuestro avance como especie, se rigen y se ajustan a los pasos que nosotros, como humanos, desde dentro, vamos dando para conseguir los cambios que necesitamos.


Repasando la creación del yo observador

Cambiamos de tercio para seguir explicando cosas sobre el funcionamiento de la psique, que nos ayude a comprendernos mejor en todos los aspectos. Ya hemos explicado como se crea el “yo observador”, esa sub-faceta de nuestra personalidad que hace de puente entre la mente consciente y el ser o Yo Superior. No es que ningún otro “yo” no pueda hacerlo, todos los sub-caracteres que tenemos tienen esa posibilidad, pero no les toca, o mejor dicho, no tienen la constitución energética para ello. Si pones en control de tu personalidad a tu “yo analítico”, a tu “yo celoso”, a tu “yo valiente” o a tu “yo triste”, esos rasgos de tu personalidad aflorarán y tendrán el control del conjunto de lo que muestras al mundo, pero serán dependientes de las emociones y formas mentales a las que están asociados, por lo que no estarán, por constitución, “hechos” para hacer de interlocutores con nuestro ser o Yo Superior con la misma facilidad que un “yo” que ha sido creado, por nuestra voluntad de auto-observarnos y mirar hacia dentro, con las características de comunicar diferentes partes de nosotros mismos.


Un logro enorme

Supongamos entonces que el “yo observador” ya está en construcción, ya existe, y poco a poco somos capaces de darle el control de nuestra personalidad, todo el tiempo, lo cual equivale a que todo el tiempo somos lo suficiente conscientes de lo que sentimos, pensamos, y se mueve en nuestro interior. Esto ya es un paso enorme, y si no fuéramos más allá de este logro habríamos conseguido lo que una gran parte de la humanidad no conseguirá jamás, salir del control de los automatismos que nos rigen y ser conscientes de los mismos. Pero no es suficiente si uno toma en cuenta el contexto en el que nos movemos ahora mismo, que no es otro que el de un cambio de realidad para la masa de la humanidad, ya que lo que valía como meta evolutiva hace cinco siglos, ahora no es sino un pequeño escalón de los muchos que hay por delante.


Controlar la consciencia en su totalidad

Consideración y desconsideración


Todos los aspectos que hemos trabajado en las últimas semanas en estos artículos sobre conceptos duales, posiblemente tienen en común el hecho de que son cualidades que, por un lado, todos consideramos en general deseables, y por otro, todos las reconocemos y las destacamos cuando no están presentes o cuando vemos a alguien que no las manifiesta. Así por ejemplo el amor, la laboriosidad, la sinceridad o la atención, de las que ya hemos hablado, pasan algo más desapercibidas que el miedo, la desidia, el engaño o la distracción.

Es simplemente cuestión de darnos cuenta que ambas polaridades forman parte de la maquinaria humana, a nivel mental principalmente, y que, en general, tengamos claro cual de las dos facetas es la que queremos manifestar para todos en la sociedad de esa “nueva Tierra”, como nos ha dado por llamar a un futuro nivel evolutivo que esperamos algún día ver manifestado en nuestra realidad.

Los dos paramentos de hoy no son diferentes en ese aspecto, la consideración hacia los demás, y la desconsideración hacia ellos. La empatía y la apertura de miras, el querer comprender y el ponerte en la piel del otro, o el querer cerrar los ojos ante ellos y rechazarlos, ya que es más fácil, o suele serlo, debido a mecanismos automáticos de protección imbuidos en la psique, rehusar y confrontar que escuchar y aceptar. Y todo, efectivamente, una vez más, por los múltiples miedos subyacentes que poseemos y que se manifiestan en las relaciones humanas.


Un espacio para el entendimiento

¿Qué es la consideración? Es tener y tomar en cuenta a los demás, lo que dicen, lo que piensan, lo que hacen. Aunque no lo compartamos o no nos veamos reflejados en ellos, les comprendemos o tratamos de hacerlo. Este comportamiento provoca y genera un espacio energético para el entendimiento, cosa harto difícil en muchos lugares, situaciones y entre muchas personas ahora mismo en una gran parte de las realidades de nuestro planeta. ¿Os imagináis que toda la población fuera considerada con todo el resto? Utopía quizás, pero realidad sin la cual no se puede alcanzar ningún futuro nivel evolutivo basado en otras reglas de convivencia y respeto común.

La consideración de una persona hacia otra suele ser un atributo de aquel que comprende varias máximas de la realidad en la que vive, y, por lo tanto, las aplica en su trato con sus semejantes, y que vienen a ser algo así como que nadie tiene en este plano la verdad absoluta, que cada uno vive en su propio universo y nivel de realidad según sus creencias, patrones y programas almacenados en su psique, y que, para cada uno de nosotros, existe una verdad tan real como la verdad de la persona de al lado, pero que no la percibe de la misma manera.

Teniendo en cuenta esto, ¿para que vas a discutirle a alguien algo en lo que cree firmemente solo porque no cuadra con lo que crees tu? Siempre suele ser más efectivo escucharse mutuamente y tomar en cuenta, considerar, todas las verdades individuales de todas las realidades existentes en el planeta, pues el mundo que vemos es la suma de las realidades donde considerándolas todas como válidas por parte de su proyector responsable (la persona que la crea), podemos llegar a entender a otra parte de la Creación haciendo su trabajo de crear en su trozo de universo la experiencia que necesita para que la Fuente se expanda y se comprenda a si misma un poco más.


Las fuerzas del choque entre realidades

sábado, 17 de junio de 2017

Yo Soy, el Yo Soy (CREACIÓN PROPIA)


ULTIMO VÍDEO QUE HEMOS CREADO, ESPERO QUE OS GUSTE Y OS AYUDE.

CREACIÓN PROPIA.
Me parece que sería conveniente tener un entendimiento más claro de la actividad del libre albedrío Como regla general, los hijos escogen a sus padres, esto es, aquéllos a través de quienes nacerán a la vida terrenal. 

Aquellos que vienen a realizar un trabajo especial, a veces son asistidos por los Grandes Seres a la hora de hacer su selección. Si a alguien hubiera que culpar por las condiciones, sería al propio individuo. 

NINGÚN HIJO PUEDE CULPAR A SU PADRE POR NADA. NINGÚN INDIVIDUO PUEDE CULPAR A NADIE SALVO A SÍ MISMO POR LO QUE PAREZCA SER UNA CARENCIA EN ESTA CUESTIÓN.




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viernes, 16 de junio de 2017

La soltería se disfruta, una relación se respeta


Ciertamente la soltería es para disfrutarla, al igual que las relaciones de pareja. Sin embargo, cuando decidimos entablar una relación de pareja, debemos estar claros de los compromisos que estamos asumiendo.

Hay quienes no saben disfrutar de su soltería y lo ven como un estado destinado a buscar una pareja, como si de una penitencia se tratase, quieren estar en compañía, pero cuando se vinculan con alguien, pretenden seguir haciendo lo mismo que cuando estaban fuera de una relación.




Cada fase y estado de la vida nos brinda experiencias maravillosas, la soltería nos permite conocernos a nosotros mismos, nos permite realmente aprender a amarnos y en paralelo nos prepara para una relación a la cual podremos entrar con muchísimas más herramientas, con límites establecidos y con la claridad de las cosas que permitiremos entrar a nuestras vidas.

A su vez, la soltería nos da la libertad de tantear terrenos, de conocer personas, de compartir y experimentar cosas nuevas, no le debemos explicaciones a nadie, nuestros proyectos no incluyen a alguien más, podemos ir con compañías esporádicas, sin lastimar o engañar a alguien más, pero sí respetándonos a nosotros mismos, haciendo cosas que estén dentro de nuestros parámetros de merecimiento y respetando nuestra dignidad.




Una relación por muy libre que sea, lleva consigo el asumir que estaremos transitando nuestros caminos con alguien más, lo cual quizás pueda retrasarnos, pero sin duda será una experiencia divertida, a su vez, representa fidelidad, respeto, siembra, cuidado y atención.

Muchas personas, por lo general aquellas que están demasiado acostumbrados a la soltería se mantienen en una especie de limbo, donde no quieren estar solas, pero no saben cómo cuidar una relación, lo que termina convirtiendo sus relaciones en tóxicas, y acaban lastimando a quienes se vinculan con ellos.

Estamos en un punto donde necesitamos menos Whatsapp y más abrazos


Ciertamente la tecnología, las redes sociales, la mensajería instantánea se han vuelto un excelente recurso para mantenernos conectados con el mundo, especialmente con nuestros afectos, aquellos que no tenemos la disponibilidad de tener cerca cuando expresamente los necesitamos, sin embargo, esto no debe en ningún caso aislarnos en un mundo cibernético y hacernos olvidar las cosas y detalles importantes que nos alimentan el alma.

Las visitas inesperadas, los abrazos, las miradas expresivas… la presencia deben ser las cosas que sigan manteniendo valor, no debemos conformarnos con emoticones y etiquetas en fotos como mecanismos de contacto y cercanía. Las redes sociales están tomando tal auge que así como nos acercan a quienes tenemos lejos, inclusive a persona que jamás hemos visto, más allá de unas fotos, también nos alejan de las personas que están a nuestro lado.


Cada vez es más común ver personas en sitios públicos que no se comunican, que ni se Mirna a los ojos, los cuales están concentrados en una pantalla de un móvil. Debemos retomar la costumbre de dar afecto de manera presencial, de prestar atención a quien nos habla, sin hacer pausas para revisar el celular.

Resulta necesario vivir cada momento y disfrutarlo realmente, más allá de estar pendiente de capturar una foto de algo que probablemente ni exista, solo para compartirlo con personas que no necesariamente se interesan por nuestras vidas. Debemos aprender a amarnos y aceptarnos más allá de un número de likes, no debemos vivir buscando la aprobación de los demás para sentirnos bien con nosotros mismos y menos queriendo transmitir algo que muchas veces ni siquiera somos.



La tecnología y todo lo que trae de la mano resulta muy beneficioso, cuando sabemos acotarlo, limitarlo y darle cabida en nuestras vidas hasta cierto punto, sin que se convierta en el centro de nuestra atención.

jueves, 15 de junio de 2017

Crea una vida que se sienta bien por dentro, no que se vea bien por fuera


Cada uno de nosotros va creando su vida paso a paso, va escribiendo un libro que se entrega con solo páginas blancas, en ellas vamos plasmando cada una de nuestras experiencias, no podemos hacer un borrador, lo que vamos colocando queda de manera indeleblemente grabado.

Así cuando vemos hacia atrás, podremos ver nuestra vida con la fidelidad que nuestra mente nos permita, con todo con lo que la hemos cargado, con nuestras experiencias maravillosas, con nuestros logros y fracasos, con nuestros aciertos y desaciertos…


Muchas veces querremos volver a una página a revivir un momento o enmendar un error, pero ya lo sabemos… sencillamente no podemos, pero aun así invertimos energías en querer mirar atrás con la intención de imaginarnos qué hubiese pasado si… Y el peor qué hubiese pasado con el que nos podemos tropezar, corresponde a: qué hubiese pasado si hubiese creado una vida que se sintiera bien por dentro, en lugar de que se viese bien por fuera…

Mientras tengamos vida podemos decidir cómo queremos vivir lo que nos quede de ella, sin importar las condiciones, la edad, la forma y especialmente sin importar cómo lo hemos venido haciendo hasta este momento.

Lo más importante de esta experiencia es sentir que nos pertenece, que es nuestra, que vamos tras nuestros sueños, que nos queremos y aceptamos como somos, que nos importa más lo que sentimos que lo que aparentamos.


Estamos en un momento en el cual la tecnología hace de las suyas y de manera más marcada la vida de los demás se vuelve una referencia, se vuelve un patrón de comparación y muchas veces dejamos de preocuparnos por lo somos realmente, por lo queremos y comenzamos a nos ocupamos en la imagen que queremos proyectar, que no siempre coincide con lo que realmente somos.

Pasos para aprender cómo controlar los sueños


Seguramente habréis escuchado en alguna ocasión que existe la posibilidad de controlar los sueños, y aunque es posible que alguna vez hayamos intentado hacerlo, lo más probable es que no lo hayamos conseguido. Lo cierto es que se puede llegar a conseguir, y aunque no todo el mundo tiene la capacidad, os vamos a explicar cómo controlar los sueños y de esta forma ayudaros a poder gestionarlos y disfrutar de una experiencia asombrosa y diferente que nunca antes habíais imaginado.



¿Se pueden controlar los sueños?

Esta ha sido una duda que ha intrigado a la humanidad durante mucho tiempo, y es que es cierto que hay personas que comentan que han conseguido dominarlos, pero lo cierto es que, por mucho que lo intentamos, en realidad no sabemos cómo hacerlo, y eso hace que al no poder comprobarlo directamente pensemos que esas personas no están siendo totalmente sinceras.

No ya sólo que no sean sinceras, sino que quizás piensan que lo están consiguiendo cuando en realidad tan solo es una ilusión y parte de un sueño, pero la realidad llega mucho más allá, y está demostrado que sí es cierto que se pueden controlar los sueños, y el cómo hacerlo dependerá de la persona y de su capacidad para poder entrar en un estado de conciencia durante el sueño.

Aprende cómo controlar los sueños siguiendo estos pasos

Como decíamos al principio del artículo, no todo el mundo tiene la capacidad de controlar sus propios sueños, pero incluso las personas que pueden hacerlo, si no llevan a cabo una serie de pasos como los que vamos a indicar a continuación, tampoco lo conseguirían, por lo que no os resistáis y probad estos consejos que os vamos a indicar a continuación, ya que sólo así conseguiréis saber si realmente el control de los sueños es una habilidad que tenéis o dejáis de tener.

Crea un registro con todos tus sueños

En más de una ocasión habréis estado soñando y, de repente, por cualquier razón os dais cuenta de que es un sueño, pero justo en ese instante, cuando empezáis a ser conscientes de que en realidad estáis soñando, os despertáis y ya no podéis hacer nada por volver de nuevo a soñar con el mismo sueño pero esta vez manteniendo la consciencia.

En ese instante volvemos a dormirnos pensando que podremos recordar lo que hemos soñado cuando nos despertemos del todo y empecemos el nuevo día, pero cuando llega la hora nos damos cuenta de que tenemos el sueño en la punta de la lengua pero no conseguimos acordarnos exactamente de lo que ocurría en él.

Por eso nuestra recomendación es que tengáis siempre a mano al lado de la cama un trozo de papel y un bolígrafo, de manera que, cada vez que experimentéis su sueño de este tipo, en el momento en que despertéis apuntéis los detalles necesarios que os permitan recordarlo. Cuando veamos las anotaciones por la mañana, lo que deberemos hacer es especificar mejor el sueño y de esta forma conseguiremos recordarlo y empezar a retenerlo en nuestra mente.

Si os da mucha pereza poneros a escribir estos detalles cuando estéis durmiendo, también existe la posibilidad de poner una grabadora y así no tendremos que preocuparnos de ponernos a escribir, evitando perder por completo las ganas de dormir.

Aprende a distinguir entre sueño y realidad

miércoles, 14 de junio de 2017

Muchas veces perdiendo todo, hallamos lo que buscamos


A lo largo de la vida nos vamos cargando de cosas, tanto materiales como emocionales y hasta espirituales, pasamos por todo, creemos y dejamos de creer en indudablemente, sustentamos nuestra vida en una estructura material que nos permita mantener cierta seguridad y una aparente satisfacción.

Los hombres olvidan más fácilmente la muerte de su padre que la pérdida de su patrimonio. 
Nicolás Maquiavelo



Ocurre entonces que el día menos pensado, enfrentamos calamidades que en el peor de los casos nos dejan sin nada, nos despojan de todo aquello que pensamos es nuestra vida, nuestra estructura se resquebraja, pensamos que nos están desprendiendo de todo aquello que nos pertenece y que tanto nos ha costado…¿qué nos ha costado? ¿Acumular?..

Nos llenamos de aquello que suponemos nos hace felices, nos llena de satisfacción y nos recuerda diariamente que tenemos una buena vida, que somos más o menos exitosos, que somos felices la mayoría de las veces.



Torpe pérdida es la que por negligencia se hace. 
Séneca


Hasta que aparece ese vacío nuevamente que nos recuerda que algo nos falta, más cosas quizás, más viajes, más amor o un nuevo carro, constantemente necesitamos renovar nuestros motivos para seguir adelante con una nueva energía.

Cuando perdemos todo, cuando lo material nos abandona o sufrimos tal decepción que sentimos que todo se viene abajo, pensamos entonces que ya nada vale la pena, que todo está perdido y no nos damos cuenta de cuán importante es verse libre de todas las ataduras superficiales, podemos estar al inicio del encuentro con eso que hemos buscado toda la vida.

Si enciendes una luz para alguien, también iluminará tu camino


He vivido sin sentir desde hace tanto la pérdida que ya no duele; y rutas y reflejos del mundo me dejarán flotando en libertad.
Robert Lowell


¿Por qué?

La Verdadera Naturaleza de la Experiencia


Nuestra Naturaleza Esencial de Ser, Conocer y Felicidad

Empecemos por nosotros mismos. ¿Qué podemos decir a ciencia cierta acerca del "yo", nuestro sí mismo, el sujeto, el que conoce la experiencia? La primera cosa es que yo estoy obviamente presente ― yo soy. Si yo no estuviera presente no sería consciente de estas palabras. Y el segundo hecho evidente por sí mismo acerca de nuestro yo es que yo soy consciente o conozco. Si esto no fuera así yo no sería consciente de los pensamientos, sensaciones o percepciones.

En otras palabras, yo soy y el "yo" que yo soy, es consciente de que yo soy. Este conocimiento de nuestro propio ser ―su conocimiento de sí mismo― es el hecho más familiar, íntimo y evidente de la experiencia y es compartido por todos.

A veces nos referimos a este "yo" presente y consciente como "Conciencia" (Awareness), que significa la "presencia de eso que es consciente". Es una palabra en la que las dos cualidades fundamentales de nuestro yo ―ser y conocer― son reconocidas como una.

¿Qué más podemos saber con certeza de la experiencia de nuestro yo? "Yo" soy consciente de los pensamientos, sensaciones y percepciones, pero no estoy hecho de pensamiento, sensación o percepción. "Yo" estoy hecho de puro ser y conocer.

Como tal "yo" puede ser comparado con un espacio vacío y abierto al que o en el que aparecen los objetos de la mente, el cuerpo y el mundo (pensamientos, sensaciones y percepciones). Y así como el espacio vacío, en términos relativos, no puede resistirse o ser agitado por la apariencia o actividad de cualquier objeto en su interior, de la misma manera el espacio abierto y vacío de Conciencia no puede resistirse o ser perturbado por ninguna apariencia de la mente, el cuerpo o el mundo, con independencia de su cualidad o condición particular. Esta ausencia inherente de resistencia es la experiencia de la felicidad; esta imperturbabilidad es paz. Esta felicidad y paz no dependen del estado de la mente, del cuerpo o del mundo y están presentes en y como la naturaleza esencial de la Conciencia en todas las condiciones y en todas las circunstancias.

Así, la felicidad y la paz, así como ser y conocer, son esenciales para nuestra verdadera naturaleza.


El Nacimiento y la Muerte del Yo Separado

Con este aparente velo del yo verdadero y único de la Conciencia, un ser separado, limitado, parece venir a la existencia, al igual que un paisaje real parece existir cuando se pasa por alto la pantalla.

Y con el aparente velo de nuestra verdadera naturaleza, la paz y la felicidad que son la condición natural de toda experiencia también parecen ser velados. Es por esta razón que siempre hay un dolor profundo en el corazón del yo separado ― el dolor de la existencia separada. La mayoría de las personas pasan sus vidas tratando de aliviar o calmar el dolor de esta separación a través de sustancias, objetos, actividades y relaciones.

En pocas palabras, el yo separado imaginario está siempre buscando la paz, la felicidad y el amor en un objeto exterior, el otro o el mundo. Sin embargo, el yo separado no puede encontrar la paz, la felicidad y el amor, ya que su existencia aparente es el velo de eso. Al mismo tiempo, la paz, la felicidad y el amor es todo lo que el yo separado busca.

El anhelo del yo separado es como una polilla que busca una llama. La llama es todo lo que desea la polilla y la única cosa que no pueden tener. En cuanto la polilla toca la llama muere. Esa es la manera en que la polilla experimenta la llama ― muriendo en ella. Y esa es la manera en que el yo separado experimenta la paz, la felicidad y el amor ― disolviéndose o muriendo.

Todos los yoes separados buscan sólo el final de la búsqueda, todos los yoes separados anhelan sólo poner fin al anhelo; todos los yoes separados desean sólo disolverse o morir. Esa muerte ―la muerte del yo separado― es la experiencia de la paz, la felicidad y el amor, la develación de nuestra naturaleza esencial, su "recordamiento" de sí misma.

Sin embargo, como hemos visto, el yo separado es sólo un yo real desde su propio punto de vista ilusorio. ¿Cómo puede para empezar una ilusión morir si no es real? ¡No puede! Sólo puede ser vista para ser completamente inexistente.

Si el yo separado fuera real, sería imposible deshacerse de él porque lo que es real no puede desaparecer. Y, afortunadamente, lo que es irreal, como un yo separado, un objeto, otro o el mundo, realmente nunca vienen a la existencia.

Por lo tanto, ninguna actividad o cese de actividad de la mente puede dar lugar a esta comprensión. Todo lo que se requiere es tener el coraje, la honestidad y el amor para mirar, para ver con claridad, y vivir las implicaciones de lo que descubramos.

El verdadero y único yo de la Conciencia no tiene ningún conocimiento de ningún límite o destino en sí mismo. Sabe que es infinito y eterno. Son sólo los pensamientos y sentimientos los que dicen lo contrario. Una exploración profunda de estos pensamientos y sentimientos revelará que no reflejan la verdadera naturaleza de nuestra experiencia.

Cuando nuestro yo se libera de las creencias y sentimientos de carencia y limitación con los que ha sido aparentemente velado, se revela como el yo verdadero y único de la Conciencia omnipresente e ilimitada.

Vamos a explorar el otro lado de la presunción fundamental de nuestra cultura ― el objeto, el otro o el mundo que existe ahí fuera independientemente.

Nuestro único conocimiento experiencial del mundo es la percepción ― visiones, sonidos, sabores, texturas y olores. De hecho, nadie ha encontrado nunca un objeto o un mundo que exista independientemente; todo lo que encontramos son percepciones. No podemos, por tanto, ni siquiera decir que tenemos percepciones del mundo, porque ese mundo nunca ha sido encontrado. Sólo podemos decir con seguridad que conocemos las percepciones. Y las percepciones no son conocidas independientemente de la Conciencia.

Este es el sorprendente pero simple hecho de la experiencia con el que nuestra cultura aún no se ha enfrentado: la materia, la materia inerte muerta de la cual se supone que está hecho el universo independientemente existente, nunca ha sido encontrada. La materia es un concepto, un concepto valioso que es útil como modelo de trabajo en algunas situaciones, pero no obstante un concepto. Nunca se ha encontrado. Ni nunca podrá encontrarse porque todo lo que se encuentra nunca es, por definición, conocido independientemente de la Conciencia.

De hecho, incluso el modelo de pensamientos, sensaciones y percepciones que aparecen en la Conciencia no resisten el escrutinio de la experiencia. Es una fase intermedia que disuelve la creencia en la realidad independiente de la materia y la mente y establece la presencia y la primacía de la Conciencia. Pero una vez que esto ha sido establecido, no filosóficamente, sino en nuestra experiencia real, este modelo también tiene que ser abandonado en favor de uno que refleje con mayor precisión la realidad de la experiencia.

Todo lo que conocemos de un pensamiento es la experiencia de pensar, todo lo que conocemos de una sensación es la experiencia de percibir, todo lo que conocemos de la visión es la experiencia de ver, todo lo que conocemos de un sonido es la experiencia de oír, etc.

Y todo lo que se conoce de pensar, sentir, ver, oír, tocar, gustar y oler es el conocimiento de ellos. ¿Y qué es lo que conoce este conocimiento? Sólo algo que tiene en sí la capacidad de conocer podría conocer algo. Así que es el conocer lo que conoce el conocimiento.

Todo lo que ha sido conocido es puro conocer, conocer y ser en sí. Y ese conocer es tú mismo (tu yo). Todo lo que se conoce es la Conciencia conociéndose a sí misma, el yo conociendo al yo.

Sólo hay tu yo ― no un yo que pertenece a algún objeto o persona, porque no existen objetos o personas como tales a los que podría pertenecer. Este conocimiento pertenece a él solo. Es en sí mismo y se conoce a sí mismo solo. No hay otras personas u objetos ahí, no hay un yo interior o un mundo exterior.

¿Y cuál es el nombre que comúnmente le damos a esta ausencia de otredad, distancia, separación y objetualidad? Es belleza o amor.