martes, 14 de marzo de 2017

Cómo aliviar los efectos de una culpa que no te deja avanzar


Vivimos en un medio cultural que intenta imponer ciertas pautas de comportamiento. Se nos dice que hay premios y castigos por nuestros actos. Y cuando cometemos un error o hacemos algo contrario a ese “deber ser” o simplemente dejamos de hacerlo, aparece el sentimiento de culpa. Comienzan entonces nuestros problemas.

En cualquier espacio encontramos esa clase de normas. En la familia, el trabajo, la escuela, la cotidianidad. En todo momento nuestras decisiones pasan por esa especie de código de comportamiento encargado de diferenciar lo correcto de lo incorrecto. Una moral que nos acompaña a medida que nos convertimos en sujetos sociales.


“Yo no tengo la culpa de que la vida se nutra de la virtud y del pecado, de lo hermoso y de lo feo”.

-Benito Pérez Galdós-

Inclusive a veces las cosas parecieran ir más allá. Por ejemplo, en algunas religiones como la Católica, los creyentes nacen con una deuda llamada “pecado original”, que solo puede ser borrada a través del sacramento del bautizo. Nos declaran culpables antes de venir al mundo y no sabemos cuál es la razón para que se nos señale de esa manera.


Lo ideal es no dejarnos paralizar por el sentimiento de culpa. Es bueno reconocer los errores, hacer una reflexión, aprender. Pero no es sano cargar esa culpa toda la vida. Así nadie sería capaz de crecer personalmente y alcanzar sus metas. Si hay algo peligroso es un sentimiento de culpa tan fuerte que termine gobernando nuestras vidas.

No te juzgues tan severamente, ni permitas que los demás sean tus verdugos

Siempre estamos pendientes de la aprobación social. Muchas veces no somos capaces de dar un solo paso sin tener en cuenta lo que digan los demás. Y nuestra existencia, en vez de ser un tesoro, se transforma en un lugar frío, oscuro, sin esperanza. Nos aislamos, no nos atrevemos a dar ninguna clase de opinión y hacemos todo lo posible para volvernos invisibles.



La situación se complica cuando defraudamos a alguien o a nosotros mismos. Sin importar quién tiene la razón, lo primero que se nos impone es asumir una culpa que nos lleva a juzgarnos de una manera, a veces, cruel y despiadada. Así, la confianza en nosotros y la autoestima reciben un golpe brutal.

Puede suceder también que sean los otros quienes se encarguen de decirnos que nuestra conducta no es la adecuada y nos impongan una sanción injusta, arbitraria y desproporcionada. Inevitablemente, los únicos lastimados seremos nosotros. Piensa que merecemos el respeto que damos porque esa es una de las garantías para la convivencia.

Nadie tiene derecho a negarte una segunda oportunidad; ni siquiera tú mismo. Asumir las equivocaciones es un acto noble y que te enriquece espiritualmente. Todos estamos en igualdad de condiciones. Para que una culpa no se te convierta en obstáculo es necesario que te perdones, sepas perdonar y entiendas que tus semejantes no tienen poder sobre ti.


Deja que la culpa se quede en el pasado y ponte a caminar en el presente

lunes, 13 de marzo de 2017

CIENTÍFICOS DESCUBREN CÓMO "CARGARLE" CONOCIMIENTO Y HABILIDADES AL CEREBRO HUMANO


LA EXCITANTE POSIBILIDAD DE INDUCIR NUEVAS HABILIDADES DIRECTAMENTE EN EL CEREBRO HUMANO YA SE PERFILA EN EL HORIZONTE

Cuando millones de nosotros vimos en la película The Matrix cómo Neo, el protagonista, recibía una descarga de conocimientos diversos, por ejemplo una serie de habilidades avanzadas de múltiples artes marciales, tal vez todos deseamos que existiese esa tecnología y que pudiéramos acceder a ella. Bueno, pues si bien aún no se encuentra en un estado tan sofisticado como en ese caso, un grupo de investigadores ha anunciado que desarrolló una estimulación que puede proveer al cerebro humano con información práctica, para inducir habilidades a corto plazo. 

El equipo de los HLR Laboratories, con sede en California, advierte haber encontrado una ruta para amplificar el conocimiento. Lo anterior lo habrían conseguido luego de alimentar el cerebro de un grupo de personas con las señales eléctricas emitidas por el cerebro de un experimentado piloto de aviones. Esto ocurrió mientras el novato aprendía a volar una aeronave en un simulador.  



El estudio, publicado en Frontiers in Human Neuroscience, determinó que aquellos voluntarios que recibieron la estimulación de señales eléctricas vía electrodos obtuvieron mejores resultados (en un 33%) que el resto de los aprendices. 

El doctor Matthew Phillips, uno de los responsables de la investigación, asegura que aunque parezca increíble, podríamos estar ante un sistema que permita acelerar significativamente la obtención de habilidades y nuevos conocimientos:

LA MENTE ES EL MAR, LA ORILLA Y LA ARENA: UNA NUEVA DEFINICIÓN DE LA MENTE MÁS ALLÁ DEL CUERPO


UNA NUEVA DEFINICIÓN CIENTÍFICA DE LA MENTE: UN SISTEMA ABIERTO DE RELACIONES QUE NO SE LIMITA AL CUERPO

Mientras que la mayoría de los científicos siguen intentando encontrar la conciencia dentro de las neuronas, creyendo que la mente es un efecto del cerebro, otros empiezan a romper con el paradigma materialista y concebir visiones de la mente más amplias y refrescantes. Uno de ellos es Dan Siegel, profesor de UCLA.

Siegel ha definido a la mente como "un proceso autoorganizado, tanto embebido como relacional que regula el flujo de información y energía entre nosotros", pero esto debe explicarse un poco más. Para Siegel, la mente no está confinada a nuestro cuerpo o a nuestras percepciones de las experiencias sino que es esas mismas experiencias; no se puede desenlazar la mente de nuestras interacciones con el mundo. Esto recuerda tanto la física cuántica como la visión del budismo mahayana y vajrayana.

Recientemente, el físico José Ignacio Latorre señaló que no existe "una realidad objetiva preexistente y local"; esto, en otras palabras, nos dice que la realidad no existe independientemente de nuestra observación, es decir, de nuestra propia subjetividad. En el budismo vajrayana se dice que la conciencia y los fenómenos (o apariencias) son indivisibles. Siegel utiliza una bella metáfora:

Me di cuenta de que si alguien me pedía definir la costa, e insistía, "¿es el agua o la arena?", yo le diría que la costa es tanto la arena como el agua. No puedes limitar tu entendimiento de la costa a decir que es uno o lo otro. Empecé a pensar que tal vez la mente es como la costa --un proceso interior y un proceso de interrelación. La vida mental para un antropólogo o un sociólogo es profundamente social. 

Su definición se sirve de la definición matemática de un sistema complejo que es abierto, que puede influir en cosas fuera de sí mismo, que es capaz del caos y es no lineal. Los beneficios de una definición más abierta de la mente consisten en que se elimina la sensación de aislamiento y desconexión:

La energía de buscarse a uno mismo



Ya sabemos todos que cuando estamos en desacuerdo con alguna cosa y queremos tener la razón al respecto, es porque tenemos claro que los demás están equivocados, y nosotros somos los que vemos con claridad radiante el verdadero estado de las cosas. También se oye de forma habitual que lo que hacemos normalmente es hablar de terceros, y de lo que hacen y dejan de hacer, con el consiguiente desgaste y pérdida energética, y reforzando una vez más, sin darnos cuenta, el poner la atención donde no debe ser puesta.

¿Cómo es esto de echar balones fuera y ver siempre la paja en el ojo ajeno? De nuevo, es otra de las funciones automáticas imbuidas en el ser humano para evitar que, realmente, pueda descubrir sus propios bloqueos, carencias y puntos débiles, y trabajar en ellos cuando funcionamos en modo autómata y nos dejamos llevar por los programas de gestión de la personalidad que poseemos.


La energía de la búsqueda de sí mismo

Algunos posiblemente sabréis que una parte de la evolución de la raza humana se sustenta en una octava (proceso energético) cuyo combustible es la energía de la “búsqueda de uno mismo”, esto quiere decir que parte del camino qué, como especie estamos andando, y por el escenario evolutivo por el que transitamos, la octava que marca el curso del sendero que hemos de recorrer tiene como gasolina la energía del “buscar realmente quienes somos”. Cuando las personas se buscan a ellas mismas, para conocer su origen, su naturaleza, su “porqué de estar aquí”, generan una energía internamente con una vibración y calidad determinada que proporciona una cierta cantidad de combustible para su propio avance, y el avance de todos.

Si todos estuviéramos involucrados la mayor parte de nuestro tiempo en esos procesos de búsqueda y conocimiento interior, el combustible generado para la octava sería mucho mayor y potente, y los acontecimientos que se van manifestando, cuando las diferentes notas de la octava van siendo alcanzadas tendrían, posiblemente, otras velocidades y ritmos y serían más difíciles de parar o manipular. Digo posiblemente, pues hay en juego octavas sobre octavas, procesos sobre procesos, y energías que dependen de otras energías de la estructura multidimensional de la realidad, para que todo esto funcione de forma armónica para ese crecimiento en consciencia de todos nosotros, y del conjunto de la vida en el planeta.



Mirar hacia fuera, para ocultar lo de dentro

Así pues, para evitar que las personas en general se miren hacia si mismas para encontrar a los responsables de las situaciones que no nos gustan en la realidad que co-creamos entre todos, el mecanismo creado e imbuido en el sistema mental del ser humano durante la modificación o alteración genética del vehículo que usamos, se encarga de poner el punto de atención y el foco del “porqué pasa esto” siempre en el exterior de uno mismo, ya no a escala planetaria, que también, sino simplemente en la realidad cercana del día a día de cada uno de nosotros.

Si alguien ha leído algo sobre la técnica hawaiana conocida como el Ho’oponopono, sabréis que, justamente, se basa en que cualquier cosa que pasa ahí fuera, por muy remota que parezca, tiene una base en mí, que debo sanar en mí y hacerme cargo de ella para que pueda ser solucionada externamente. Es algo que cuesta entender que yo tenga algo que ver con cosas que, a priori, me parecen desconectadas de mis procesos, pero no es así, no hay nada desconectado de nada, y no hay nada que no sea responsable y causa, en su justa medida, de todo lo demás, pero, habiendo instalado en nosotros estos programas de “mirar hacia fuera siempre” para encontrar el porqué de las cosas, no podemos darnos cuenta de ello, de nuevo, en la manera general que una mayoría de la población humana tiene aun de gestionar su realidad.

Siempre se intenta esconder que el verdadero potencial y todo lo que necesitamos para nuestra existencia está en el interior de uno mismo, pero lo interesante es que no pasa nada si a lo largo de toda una vida no lo hacemos, es decir, que por mucho que esta sea una frase repetida hasta la saciedad, no pasa nada en términos de poder tener la experiencia terrenal con sus altos y bajos si no nos damos cuenta que es una verdad factual, y que precisamente lo que se intenta hacer es que no la descubramos. Al no tener repercusiones “directas” y manifestadas inmediatamente, podemos pasarnos toda la vida sin comprender que esa vida la podríamos haber gestionado de otra forma de haber mirado “hacia adentro”, todo lo que intentábamos comprender “ahí fuera”.



Un motor inconsciente para nuestra existencia

sábado, 11 de marzo de 2017

Yo Soy, el Yo Soy (La Hueste Ascendida)


ULTIMO VÍDEO QUE HEMOS CREADO, ESPERO QUE OS GUSTE.

¡Oh, Magno Ascendido Jesucristo, Presencia Individualizada en todos y cada uno! Te alabamos y te damos gracias por Tu portentosa actividad en cada momento del día, —por cuanto eres Tú la Conciencia que eleva a la humanidad de la mente humana.
 Damos gracias y alabanzas porque la Magna Hueste Ascendida se manifieste, tanto visible como invisiblemente.



SI QUIERES SUSCRIBIRTE, PINCHA EL SIGUIENTE ENLACE:
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viernes, 10 de marzo de 2017

Lo que mis ojos no ven


Continuando con la introducción respecto a los otros sentidos que poseemos pero que no están activos, hemos de añadir y recalcar que, simplemente, en la mayoría de los casos, es por falta de energía, de la calidad y octanaje adecuado, que su puesta en marcha se hace tan difícil, amén de otros bloqueos y restricciones impuestas bien por uno mismo (miedos a ver, a percibir, a sentir, a lo desconocido, etc.), bien externamente (programas, patrones inducidos, fantasías respecto a lo que son provenientes de la educación y la sociedad, etc.)

La parte de bloqueos y restricciones se puede eliminar con trabajo interior, a través de las diferentes técnicas de sanación energética que tenemos disponibles, la parte de tener energía suficiente para poder activarlos es ya un trabajo más complejo de aprender de forma detallada el funcionamiento de todo el conjunto del sistema energético, y de cómo usarlo correctamente. Combinando ambas funciones, y con constancia y paciencia, todo el mundo puede ver resultados a la hora de poner a funcionar las seis marchas del coche en vez de seguir siempre conduciendo en primera.

La percepción de lo que no se ve

De una de esas marchas hablaremos hoy, que no es otra que aquella que nos permite percibir (que es diferente a “ver”) lo que los ojos no captan. Se puede percibir con la piel, se puede percibir con la mente, se pueden percibir con las manos, ya que el “percibir”, es un concepto muy amplio que significa que podemos captar una serie de frecuencias, que no forman parte del rango visible del espectro lumínico, y dirigiéndolas hacia la pantalla mental (que es una herramienta interna presente en todos nosotros, y controlada por la glándula pituitaria), uno puede tener imagen mental de decenas de cosas del entorno que no son percibidas por la vista ordinaria.

Y es que, de este sentido, la visión “extra-ocular”, derivan cosas tales como la visión remota o la clarividencia, a partir de la cual uno puede entender lo que se mueve alrededor suyo, sin que por ello deje de ver el mismo mundo de mesas, coches y arboles físicos que ven el resto de seres humanos. En este aspecto, el principal problema es el miedo que subyace, especialmente en capas profundas del subconsciente, y en el cuerpo mental normalmente, a captar y ver algo que sabemos que existe pero que entra en conflicto con lo que nos han dicho que existe, o mejor dicho, que todos hemos podido ver algo alguna vez, sea de pequeños, sea en sueños, sea en otras encarnaciones donde esta facultad estuvo activa, que ahora mismo genera tal contradicción con la programación natural e implantada por los sistemas de control y gestión de la humanidad que hay, literalmente hablando, un conflicto de intereses entre lo que sabemos que está “más allá de nuestros sentidos” (lo saben otras partes de nosotros que no permiten o tienen acceso a la mente lógica y racional) y lo que esa misma programación y sistema de creencias racional admite.

Así pues, en un amplio número de situaciones sociales, puedes percibir que hay cierto tipo de entidades no físicas alrededor de la gente, puedes percibir desencarnados, puedes percibir que estás sintiendo un cierto tipo de energías, pero quizás no puedes admitirlo delante de los demás. Para muchas personas, el entrar a un sitio y largarse inmediatamente porque está lleno de “cosas” que no te gustan, pero que no puedes explicar, porque no es aceptado como algo “natural”, causa tantos conflictos en el inconsciente humano, colectivo e individual, que llega a extrañar que no se nos crucen los cables y nos cortocircuitemos más a menudo.

Una activación paulatina

Para poder activar ciertos sentidos extrasensoriales, hay que superar el miedo a lo que hay más allá de lo que actualmente vemos. No tenemos la culpa en cierto sentido ninguno de nosotros de poseer esos miedos, ya que han formado parte siempre de los procesos de indoctrinación que están en marcha para mantener siempre a la población confinada en unos parámetros adecuados para su gestión, lo que sucede es que es necesario hablar abiertamente de ello, porque millones de personas, por los cambios energéticos del planeta, van a abrirse, lo quieran o no, a otra realidad, a la percepción de otras realidades, por las razones que explicamos en el artículo sobre los picos en la resonancia de Schumann, y, si esta apertura se hace sin preparación intelectual previa, el resultado será muy contraproducente incluso para la propia salud mental de la persona.

Con esto quiero decir que el hecho que ahora nos esté dando en el blog por escribir de temas que en el mundo occidental muchos millones de personas consideran fantasía, es por la necesidad de que imbuyamos en nosotros la idea de que quizás, solo quizás, a medida que el entorno en el que nos movemos cambia, nuestro sistema energético cambia, y si este cambia, cambiará la forma en la que vemos la realidad. No hace mucho, en una incursión para lidiar con un problema, un ente me emitió, literalmente el mensaje: “otro humano que puede vernos y oírnos”, y si esta frase, generada con una energía de desprecio brutal, que se produjo haciendo una sanación a una persona, no vino como si fuera la primera vez que le pasaba, significa que estamos ante una situación donde el ser humano ha de ser consciente de que, en cualquier momento, puede empezar a percibir muchas cosas que pueden causar quizás algo de aprensión al principio, pero que no puede ser parado ni frenado, ya que, en una parte sí que depende de nosotros y de lo que nos trabajemos, pero, por otro lado, simplemente es consecuencia de los cambios planetarios que estamos viviendo y de los que no podemos escapar.

Una realidad más expandida

Estados de Consciencia


Comenzamos con la descripción de los estados de consciencia del señor Ouspensky:

Según el sistema que estamos estudiando, el hombre tiene la posibilidad de cuatro estados de consciencia. Son: dormir, estado de vigilia, auto-consciencia y consciencia objetiva. Pero aunque tiene la posibilidad de estos cuatro estados de consciencia, el hombre vive en realidad sólo en dos estados: una parte de su vida la pasa durmiendo y la otra parte en lo que se llama "estado de vigilia", aunque en realidad difiere muy poco del dormir.


En el primer estado de consciencia, es decir, en el dormir, no podemos saber nada de la verdad. Incluso si llegan a nosotros algunas percepciones o sentimientos reales, se mezclan con los sueños, y en el estado de sueño no podemos distinguir entre los sueños y la realidad.

En el segundo estado de consciencia, es decir, en el estado de vigilia, sólo podemos conocer la verdad relativa, y de aquí viene el término de "consciencia relativa".

En el tercer estado de consciencia, es decir, en el estado de auto-consciencia, podemos conocer la verdad completa sobre nosotros mismos.

En el cuarto estado de consciencia, es decir, en el estado de consciencia objetiva, se supone que somos capaces de conocer la verdad completa sobre todo; podemos estudiar "las cosas en sí mismas", "el mundo tal como es".



Hoy en día, normalmente dividimos el estado de "dormir" del señor Ouspensky en dos estados completamente separados ― el sueño profundo y el sueño con sueños, de acuerdo con la tradición Vedanta Advaita de la que Ouspensky derivó su sistema. El Dr. Roles reconoció la importancia de esta distinción desde el punto de vista de la neurociencia. Puede que fueran los descubrimientos sobre el cerebro lo que le llevaron a darse cuenta de que no es correcto considerar estos cinco estados de consciencia como una simple jerarquía. Los estados de auto-consciencia y consciencia objetiva están, desde el punto de vista de la función cerebral, más estrechamente relacionados con el sueño con sueños y el sueño profundo, respectivamente. Aquí está la descripción del Dr. Roles, basada en su diagrama esquemático del cerebro que aparece abajo:

Aquí están los tres niveles (A, B y C); puede usarse para muchos propósitos, pero digamos que (A) es el área del sistema nervioso (tronco cerebral) que todavía está operativo para mantener al organismo vivo en el estado más profundo de sueño sin sueños o en coma; (B) es el área más evolucionada más arriba del cerebro que opera en el estado de sueño; y (C) es aquella área que se añade cuando entramos en el mundo diurno con sus impresiones sensoriales externas y sus repercusiones en nuestra consciencia.

Lo que todos los científicos descartan es que hay una Consciencia absoluta en todo el universo y presente desde el nacimiento físico hasta la muerte en cada individuo, que es la única Consciencia pura; todo lo que ha sido llamado "consciencia" es sólo un reflejo de eso. Teniendo esto en cuenta, tomemos al hombre que (en común con los mamíferos superiores) comparte con ellos la mayor parte de esta estructura (C) excepto una cosa, y esa es la superficie superior (a, b, c) que el Profesor Ey y otras personas como Teilhard de Chardin llaman un "reflejo". Un animal puede hacer cosas, pero sólo el hombre sabe que las está haciendo; así que llamo a esta superficie superior el "campo de la consciencia", y todo lo que no entra en nuestra consciencia se encuentra debajo de ese campo; cualquier cosa de la que seamos conscientes está en ese campo, y hay niveles más altos y una Consciencia más universal por encima de eso que se alcanza ocasionalmente.

Pensando en el "campo de la consciencia", lo que es muy importante en la meditación es que el contenido de los niveles inferiores continúa y entra en la consciencia como parte de este "campo". Entonces, si (A) es esa área en la que vivimos en el sueño más profundo de la noche cuando no estamos conscientes de nada, y (B) es el nivel de los sueños, cuando nos despertamos durante el día estos dos niveles continúan pero son completamente sumergidos en este nivel exterior (C), que es gobernado por el mundo externo y la evidencia de nuestros sentidos.





Estados de Consciencia

jueves, 9 de marzo de 2017

'Yo' es una Puerta ― parte I


Una de las expresiones que más se escuchan en el camino hacia la realización del Ser es "libérate del ego". ¿Qué significa exactamente esto?

No se refiere, por supuesto, a la forma habitual del ego que todo el mundo reconoce como egoidad o egoísmo, porque está claro que el egoísmo es, de hecho, rechazado por todos, incluso aquellos que no están siguiendo un camino espiritual. Liberarse de este tipo "burdo" de ego no es suficiente en el camino de la liberación.

El ego, que es mencionado por los maestros de las vías de liberación como el principal obstáculo, es una actividad del pensamiento, en la que uno se identifica con un objeto o figura externa que consecuentemente puede ser vista y juzgada. Una figura que podría ser imaginada como "superior" o "inferior" a otras figuras.

Este ego, en realidad, consiste en actos de comparación. También se le llama "auto-consciencia" con toda su inhibición implícita de la espontaneidad o vitalidad. Se refiere a la función de dividir, una ranura habitual que mira a otra parte del mismo ego desde un punto de vista crítico, y lo bombardea con opiniones encontradas. La principal característica del ego es el apego a las opiniones sobre uno mismo. Es decir, se construye una imagen de sí mismo, que no quiere que se disuelva y prefiere seguir como está. Esto es lo que llamamos la "persona"; es el mantenimiento de una imagen de sí mismo. Cuando procede de la "persona", cada actividad consciente del cuerpo-mente implica la suposición de que hay un "yo" haciendo algo, y que ese "yo" es una entidad permanente, perdurable.

Yo prefiero llamarlo "el yo", en lugar de "ego", porque así es más fácil reconocerlo como algo más sutil que el "burdo ego" mencionado anteriormente, a pesar de que los dos fluyen entre sí. La principal diferencia, se podría decir, es que en el caso del "burdo" ego son otros los que te molestan y son molestados por ti, mientras que en el caso de este sutil "yo", eres tú el que está molestándose a sí mismo.

Tanto los budistas como los vedantistas están de acuerdo en que este "yo" debe ser abandonado si quieres la liberación, pero no están de acuerdo en la terminología ni en cómo la creencia en este "yo" puede ser aniquilada. Los budistas dicen: "No hay una entidad en absoluto, no hay 'sí mismo' o 'yo', sólo una secuencia de procesos físicos y psíquicos causativamente condicionados". Por lo demás no hablan de un "yo". Incluso desaprueban hablar en términos de un "yo", por ejemplo, en una declaración como "Cuando consideramos la naturaleza de este conocimiento como 'yo' o 'mí', y nos aferramos a ese concepto — se trata de un punto de vista estrecho, y es confuso, erróneo". (1)

En contraste, mientras que los maestros del Vedanta Advaita están totalmente de acuerdo con los budistas en la no existencia del "yo-entidad", no obstante, siguen hablando en términos del "yo" y del "sí mismo", incluso cuando apuntan a niveles más altos de realidad. ¿Por qué es esto así?

Vamos a tratar de dar una respuesta a la luz de la "gran tríada" de maestros Advaita del siglo XX: Ramana Maharshi, Krishna Menon (Atmananda) y Nisargadatta Maharaj. Los tres utilizan la palabra "yo" para indicar el más alto (o casi más alto) principio, respectivamente como "Yo-Yo", "Yo-Principio" y "Yo Soidad". Esto puede, si se ve desde el punto de vista de su rechazo del "yo" como una realidad, causar fácilmente malos entendidos, debido a la insuficiencia del lenguaje.

Primero vamos a escuchar al más antiguo de los tres, Bhagavan Sri Ramana Maharshi. Él ha tenido la influencia más fuerte, y no en vano Ananda Mayi Ma le llama "el Sol" (2). Ha sido reconocido como la auténtica voz del Advaita y su mensaje de la posibilidad de ser liberado en esta vida.

Todo en su enseñanza versa sobre el verdadero sentido del "yo". Él invita al visitante o devoto que pide orientación a que se haga la pregunta "¿Quién soy yo?" Consideraba a ésta la verdadera forma de auto-indagación (vichara). Él reveló la poderosa naturaleza de la pregunta, que cuando es hecha apropiadamente, provoca la disolución de los pensamientos y las identificaciones. Bhagavan dejaba que el efecto de la pregunta fuera experimentado directamente por el devoto que solicitaba orientación.

Sin embargo, él también comprendía que para la mayoría de la gente la experiencia en sí misma requería también del correcto fundamento de la comprensión. La correcta interpretación de la experiencia es muy importante. Por lo tanto, él explicaba en varias ocasiones con gran detalle la relación entre "el yo" y lo que es realmente "yo", el "Ser" o "Sí mismo" último.

Indicaba que "el yo" (aham-kara), o el "pensamiento yo" (aham-vritti) como a menudo lo llamaba, tiene que ser matado, destruido. Siempre he pensado que este es un uso lingüístico muy engorroso, ya que parece invitar al conflicto. En general, una persona ya está ocupada con luchas internas y creo que esta terminología agresiva requiere una explicación. Si en última instancia la meta es la paz, entonces la escalada del conflicto interno no puede ser la intención.

El mismo Sri Ramana también hablaba de manera diferente. Si alguien preguntaba cómo este "yo" debería ser eliminado, decía por ejemplo: "Usted no necesita eliminar el 'yo' falso. ¿Cómo puede 'yo' eliminarse a sí mismo? Todo lo que necesita es encontrar su origen y permanecer ahí" (3). Y en otro momento decía acerca de matar el ego: "¿Puede el ego aceptar matarse a sí mismo nunca? ... Si usted busca el ego, encontrará que no existe. Esa es la manera de destruirle" (4). Y: "¿Cómo puede ser matado algo que no existe?" (5)

"Encontrarás que no existe". Esta es una y otra vez la esencia de su argumento. Sin embargo Ramana a menudo hablaba sobre el "yo", y lo describe como si existiera, así que uno comienza a preguntarse: "pero entonces ¿qué existe y qué no?" La siguiente cita viene al caso a este respecto.

"Hay el Sí mismo absoluto, del que procede una chispa como de fuego. La chispa es llamada el ego. En el caso de un hombre ignorante, el ego se identifica con un objeto simultáneamente con su surgimiento. El ego no puede permanecer independiente de esa asociación con los objetos. Esta asociación es ajnana o ignorancia, cuya destrucción es el objetivo de nuestros esfuerzos. Si su tendencia a objetivizarse es matada, el ego permanece puro, y también se sumerge en la fuente" (6). Si de nuevo ignoramos el uso de la palabra "matar" por un momento, la "asociación con los objetos" mencionada anteriormente es la frase clave — la tendencia del "yo" a identificarse con los objetos. Ese es exactamente el error.

¿Qué está asociado con qué? ¿Qué o quién está cometiendo este error?

¿ Y si pudieras?


¿Cuántas cosas has dejado de hacer porque no te atreves, porque crees que eres incapaz o porque tienes miedo, o porque eres demasiado mayor, demasiado tonto, pobre, gorda, etc..?

¿Y cuántas cosas has hecho, haces y tienes agendadas para un futuro porque debes hacerlas?

¿Y qué pasaría si fuera tu día a día al revés?

Es decir, si tu agenda estuviera programada con cosas que te aportan crecimiento personal, te llenan, te dan energía, y te hacen sentir vivo, aunque te cueste esfuerzo y superación, porque ya no tuvieras miedo a hacerlas?

Pues ¡es posible! Sí lo es. Siempre y cuando seas consciente de que mecanismos tienes que cambiar y ejerzas tu libertad de pensamiento y decisión.

Para ello es necesario que destierres de tu mente y de tu vida lo que ya no te sirve ni te interesa y le hagas hueco a lo que realmente deseas. Porque sólo tú sabes lo que mejor te conviene. Ya no eres un niño/a que necesita que le digan lo que debe o no debe hacer; lo que es bueno o malo. Ahora ya eres adulto y eres dueño de tu vida!

Cuestiónate cada uno de tus deberías y mira a ver en realidad al criterio de quien corresponden. ¿Ha sido en realidad idea tuya? puede que hayan venido de tus padres, educadores, etc. .Si lo haces que sea porque es tu elección y no la de otros.

Con respecto a todo lo que crees que no puedes, no es más que eso, creencias.

Destierra tus viejas, obsoletas y limitantes creencias si te están perjudicando y comienza a construir tu nuevo credo; el tuyo propio.

Nuestra verdadera libertad reside en nuestro pensamiento. Usémosla!

No es que tú no puedas, son tus miedos y creencias las que te lo impiden; y esos y esas no son parte de nuestro ser más profundo; son algo aparte de nosotros, con lo que nos hemos identificado hasta el punto de perdernos en ello; pero de verdad es algo ajeno a nuestra esencia y que podemos modificar y eliminar cuando queramos.


 ¿Sigues pensando que es imposible?

miércoles, 8 de marzo de 2017

Más allá de la experiencia


Consciencia [Consciousness] y Conciencia [Awareness]:

(*) Consciencia [Consciousness]: Yo uso este término a veces como sinónimo de conciencia, pero si queremos ser específicos y científicos, la Consciencia se refiere a SER CONSCIENTE DE algo. En otras palabras, la consciencia es el sujeto que observa objetos/apariencias/experiencias. La consciencia es el experimentador de experiencias.

La Conciencia [Awareness] es Experiencia Pura ineludible. Ya está ahí antes de que seas consciente de ella o no. La Conciencia se refiere a la ilocalizable obviedad del hecho de que hay un saber interior impersonal de todo lo que ES ahora. A diferencia de la consciencia, la conciencia no tiene un punto de referencia. Es sin objeto, y como resultado también sin sujeto.


Presencia [Presence] y Ser [Being]:

Presencia = Ser en relación con las apariencias. En cierto sentido, la presencia es Ser hacia el exterior, en relación con un "mundo".

El Ser puede ser con una sensación de presencia o no. Con una sensación de presencia, es la sensación YO SOY. Sin una sensación de presencia o foco, es el Ser Vacío (no esto, no eso, simplemente el ser indivisible, unificado, inasible).


El sí mismo [self], Sí mismo [Self] y Más Allá del Sí mismo (Vacío Absoluto, Fuente):

El sí mismo con "s" minúscula, se refiere al sí mismo imaginado: la burda mente pensante. La imagen de uno mismo como individuo. La idea del "yo".

El Sí mismo con "S" mayúscula, se refiere a ese espacio o presencia dentro de la cual estos pensamientos del "yo" (self) surgen, perduran, y desaparecen. Para llegar a ser consciente del espacio entre pensamientos, o el espacio alrededor de los puntos focales, hay que realizar el Sí mismo. Ese Espacio-Consciente de Ser.

Cuando el Sí mismo es impregnado de presencia, comienza a volverse cada vez más fino, cada vez más transparente. La ilusión del Sí mismo, o Seidad [Beingness], se vuelve inconcebible. Como resultado de ello, empezamos a darnos cuenta de que hay algo más allá incluso del Sí mismo/Presencia/Consciencia/Seidad.

Nos damos cuenta (realizamos) que: "Si puedo ser consciente del Sí mismo como ese campo de puro conocimiento o saber innato, esa pura experiencia, esa pura existencia-presencia, entonces eso significa que yo debo estar más allá de alguna manera..."

Es esta realización que, cuando ha sido marinada, abre la puerta trasera a la intuición de que hay algo más allá de la consciencia de algún tipo... hay algo más allá del Sí mismo. El propio Sí mismo necesita una fuente. ¿Cuál es su fuente ?

Sé tú mismo y las personas adecuadas llegarán a tu vida


Sé auténtico, soñador, amable, a instantes cabezota e incluso poseedor de un punto locura que te hace único. Sé tú mismo, defiende tu identidad en cada instante de tu vida aunque a muchos no les agraden tus rarezas, tus opiniones o tus manías. Mantén tu esencia y las personas adecuadas llegarán cuando menos te lo esperes.

Esta idea, que a simple vista a todos nos parece lógica, comprensible y esperable, es una de las principales razones por las que una persona acude a la consulta de un psicólogo. Los síntomas casi siempre son los mismos: agotamiento mental, cansancio físico extremo y la sensación de que uno ha perdido el rumbo, de que ha quedado diluido entre las prioridades ajenas, las presiones del entorno y el sonido de un mundo con el que ya no se identifica.


“El reto más difícil es ser uno mismo en un mundo que intenta siempre ser otra persona”
-EE Cummings-


Cuando dejamos de ser nosotros mismos para ser lo que otros esperan, perdemos lo más hermoso de nuestro ser: la propia identidad. Aún más, cuando dejamos a un lado lo que nos hace únicos para convertirnos en una persona “estándar”, solícita y manejable que a todo se ajusta, permitimos que entren en nuestra vida personas a las que en realidad querríamos lejos.

Poco a poco y sin que nos demos cuenta, nuestros días adquieren una tonalidad gris, ahí donde no existe el brillo que inspira ni la espontaneidad que alegra y motiva. Así, es nuestra responsabilidad descubrir y defender nuestra propia luz, aquello que nos hace distintos, aquello que nos convierte en seres irrepetibles para un mundo que somos sustituibles.



Ser uno mismo en un mundo de personas iguales

William Ury, cofundador del programa de negociación de la Universidad de Harvard, es uno de los mayores expertos en temas de comunicación. Muchos de sus trabajos son contribuciones muy valiosas al campo del crecimiento personal. En ellos también describe algunos procesos psicológicos con los que aprender a ser más felices en estos entornos personales, sociales y profesionales complejos y muy demandantes.

En el libro “Getting to Yes with Yourself” (“Obtenga un sí de usted mismo”) del doctor Ury nos explica que el mayor problema que tenemos las personas a la hora de comunicar, de llegar a acuerdos o incluso de establecer relaciones personales significativas es que no creemos en nosotros mismos. Cuando uno se siente inseguro se coloca máscaras, se viste con armaduras y calza pies de plomo. Si vivimos con temor atraeremos el fracaso en todos sus niveles.


Ser uno mismo, en una sociedad que se empeña en crear personas iguales no es fácil. La escuela se esfuerza por enseñar a los niños a pensar del mismo modo y en aunar aptitudes en una misma jerarquía. Por otro lado, muchas empresas también prefieren trabajadores dóciles que no desafíen la política de la organización. No es fácil ser único cuando los indicadores marcan para todos el mismo camino y el mismo destino.




A pesar de todo ello estamos obligados a esforzarnos, a luchar y a defender lo que somos: personas irrepetibles. Ser fiel a uno mismo nos puede costar ser incomprendidos, ser el niño solitario de las filas de atrás o ese empleado contestón que protesta por todo y que se empeña en improntar en su labor un tinte personal. Es complicado, lo sabemos, sin embargo ser capaz de darnos el sí a nosotros mismos es el punto de partida para acercarnos a una felicidad real.


Sé tú mismo y las personas especiales llegarán a tu vida

martes, 7 de marzo de 2017

Me gustan las personas que sin pedir permiso tocan mi alma


Las personas que admiro apenas caben en los dedos de una mano. Son las que observo y escucho en silencio, son las que me enriquecen y las que casi sin quererlo, me hacen ser mejor cada día. Ahora bien, ellas ni siquiera se dan cuenta, porque sus corazones son humildes y no comprenden si quiera el alcance de sus ejemplos.

Podríamos decir sin equivocarnos que toda persona necesita a alguien a quien admirar, alguien que le sirva de referente y que le inspire. No se trata de tomar un modelo, de imitar las palabras de un pensador, un escritor o un gurú de los medios. Necesitamos también referentes cercanos.


Hay personas que aparecen en nuestra vida como traídos por un casual designio en el momento más adecuado. Son un soplo de aire fresco que reconforta mente y alma, que encaja en nuestros valores y que se instala en nuestro corazón casi sin permiso.


Es posible que identifiques a este tipo de personas en algún familiar, en un amigo o incluso, por qué no, en nuestra pareja. Si es así, si ya cuentas con esa presencia positiva y reconfortante, no la pierdas. Atiéndela, cuídala y déjate envolver por cada uno de sus estímulos positivos.

Suele decirse que hay presencias irrepetibles a lo largo de nuestra vida, personas que dejan huella. Puesto que todos somos breves inquilinos de este mundo, no dudes en aprovechar cada instante, cada momento en su compañía.


Personas significativas que enriquecen, que suman y no restan



Estamos seguros que a lo largo de tu vida has conocido personas que quitan más que aportan, que restan más que enriquecen. Es algo habitual y no por ello hemos de frustrarnos o aún menos, darnos por vencidos.

En la vida siempre existirán personas que valgan la pena, seres que dan calor en días oscuros y que te dirán la palabra adecuada en el instante más necesitado. La bondad, como la luz del sol es algo que nunca se extinguirá.


Algo que debemos tener muy en cuenta es que para construir este tipo de relaciones positivas y significativas, es necesario que también nosotros pongamos de nuestra parte.

Las personas que hemos perdido nos acompañan de muchas maneras


Afrontar la muerte de un ser querido es como navegar durante un tiempo en un océano de enormes glaciares solitarios. Poco a poco vamos despertándonos, amaneciendo de nuevo a la vida y a la tibieza de su rumor para percibir que ellos están ahí, que nos acompañan de infinitas maneras mientras duermen en mitad de nuestro corazón.

Daphne Du Maurier dijo una vez en uno de sus cuentos que la muerte debería ser como la despedida en una estación de tren. Debía permitirnos disponer de un intervalo de tiempo para decir adiós, para fundirnos en un largo abrazo donde no dejar nada pendiente y desear así a la persona querida un buen viaje.


“Toda la vida es un acto de dejar ir, pero lo que más duele es no poder disponer de un instante para decir adiós”


Sin embargo, todos sabemos que en la vida real no siempre disponemos de ese andén ni de ese tiempo de las despedidas idílicas. Porque el destino, en ocasiones es cruel y afilado, y gusta de arrancar de nuestro lado a los tesoros más preciados: a nuestros seres queridos. De ahí que afrontemos la mayoría de nuestras pérdidas con una mezcla de ira, desconsuelo y una indefinible incredulidad.

Suele decirse que tras la muerte de alguien muy cercano, más que vivir, “sobrevivimos”, y nos limitamos a avanzar a contracorriente como si fuéramos los protagonistas de un extraño desenlace vital. Ahora bien, esta manera de ver el duelo no es la mejor. Estamos obligados a reconstruir nuestras vidas, a hacer de nuestros días un hermoso tributo a quien todavía habita en nuestro corazón, a esa persona que nos dejó un hermoso legado, que aún hoy, nos acompaña de muchas maneras.

Reflexionemos sobre ello.



Quienes siguen con nosotros no se merecen perdernos

En ocasiones no dudamos en mirar hacia arriba recordando a quienes hemos perdido. Sin embargo, no están tan lejos, no nos separa todo un cielo ni un grueso muro que divide el universo de los vivos de quienes ya no están. Ellos, habitan en un rincón preciado de nuestro cerebro emocional, fundidos en el palacio de nuestras almas y esa mitad de nuestro corazón que impulsa cada latido.

El ser humano está hecho de recuerdos, de vivencias y legados emocionales que dan forma a lo que somos, y que a su vez nos inspiran y nos empujan a seguir avanzando, a pesar de que otros ya no estén junto a nosotros. Decía Julian Barnes en su libro “Niveles de pérdida” que tras la muerte de su mujer se dio cuenta de muchas cosas. La primera es que el mundo se divide entre los que han experimentado el dolor de la muerte de un ser querido y los que no.

Este ejemplo lo descubrió a través de un amigo, que con muy mal tacto le comentó que una ventaja de haber perdido a la propia esposa es que ahora podría hacer todo lo que deseara. Aquello sentó muy mal a Barnes, porque él entendía la vida como un lugar compaartido con su mujer. De hecho, si alguna vez realizaba algo solo lo disfrutaba posteriormente explicándoselo al amor de su vida.



La segunda lección que aprendió Julian Barnes sobre la muerte es que la vida merece ser vivida a pesar de ese vacío sangrante, a pesar de ese hueco al otro lado de la cama. Porque decir “no” a seguir avanzando es como perder de nuevo al ser amado, a esa persona que habita interiorizada en nuestro ser y que pide ser honrada a través de la felicidad, del recuerdo y de nuevas sonrisas.

Siempre estarán junto a nosotros

lunes, 6 de marzo de 2017

Nuestra Naturaleza Real



Sólo hay CONCIENCIA.

Los Sabios la han llamado por muchos nombres ― Dios, Espíritu Puro, SOY EL QUE SOY, Realidad Absoluta, Sí mismo No dual, Brahman/Atman, Ser-Conciencia-Beatitud, Tao, naturaleza de Buda No-nacida, Dharmakaya, Mente Zen, Luz Clara, El Uno, y así sucesivamente.

La Conciencia (Awareness), siendo completamente abierta, trascendente, sin forma, inmutable, atemporal, sin espacio y sin mundo, es también ESTO que ahora está mirando, oyendo, tocando, olfateando, saboreando, pensando, intuyendo. La Conciencia también se manifiestas a Sí misma como todos estos objetos sensibles/perceptibles, es decir, las diversas vistas, sonidos, texturas, olores, sabores, pensamientos, recuerdos, emociones, impulsos psíquicos y otras formaciones o fenómenos que surgen momentáneamente.

La Conciencia por tanto es QUIEN TÚ ERES REALMENTE y TODO LO EXPERIMENTADO, es decir, la Conciencia es LO QUE TODO ESENCIALMENTE ES. El universo fenoménico de mentes y cuerpos (el 99.9999999999% de espacio vacío en el nivel subatómico, según la física) es el maravilloso y misterioso "juego de sueños" de la Conciencia Divina. En otras palabras, todos los mundos de la forma (en los niveles físicos y sutiles) son la expresión de la Conciencia sin forma. Todas las "cosas" cambiantes son manifestaciones de la inmutable NO-COSA (la Conciencia-Espíritu-Dios-Ser trascendente) que TÚ ERES.

No puedes conocer, percibir, encontrar o comprender la Conciencia como un objeto de experiencia, ya que la Conciencia fundamentalmente no es un objeto. Más bien, la Conciencia es el Sujeto eterno (se podría incluso decir: la Conciencia es ESTO que subsume y trasciende la división sujeto-objeto). Por lo tanto, TÚ sólo puedes SER Conciencia, permanecer como ESTA Conciencia, morar como ESTA, florecer como ESTA, brillar como ESTA, y funcionar libremente desde ESTA Conciencia. No puedes tocar ni mirar la Conciencia sin forma, así como la punta del dedo no puede tocarse a sí mismo o el ojo no puede verse directamente a sí mismo. En resumen, aunque la Conciencia no es cognoscible o perceptible como un objeto, la Conciencia se vive y se es, porque TÚ ERES ESTA CONCIENCIA.

Todo el mundo siempre viene o funciona realmente desde la Conciencia pura. Pero no todo el mundo es consciente de Esto. Una especie de deporte, travesura o juego Divino (en sánscrito: lila) está muy extendido, en el que los seres (que son, después de todo, Dios-Mismo disfrazado) parecen haber olvidado su verdadera naturaleza. Se enmascaran bajo diversas formas de egoísmo, sin vivir en/como el Amor Divino. Parecen estar atrapados en varios estados de avaricia, aversión, vergüenza, ira, frustración, miedo, euforia, aburrimiento, confusión, desesperación, etc.

¿Cómo, entonces, "se siente" el estar despierto a la identidad real de uno mismo como Conciencia Divina? La experiencia directa junto con el testimonio de los sabios revela que la Conciencia Divina se vive más auténtica y gloriosamente cuando están presentes los siguientes factores de iluminación:

Una sensación de absoluta libertad y sencillez, semejante a la "gravedad cero". El comportamiento es espontáneo, fluye libremente, sin apego, sin fijación. Uno está simplemente disponible y motivado sólo para amar y servir a todos los seres como Uno-Mismo.

Ya no estás atrapado en identificaciones estrechas y exclusivas con un "yo" pequeño ("mis" necesidades, roles, opiniones, habilidades, emociones, posesiones, etc.).

Ya no hay sensación de separación entre un "yo aquí" y un "tú/ello/ellos ahí fuera". Más bien, existe la intuición no-dual de la unidad profunda con todos los seres como su propio Corazón. Uno "ama a su prójimo como a Sí mismo", y su verdadero Sí mismo está AQUÍ, a distancia cero de mi "verdadero" Sí mismo. Sólo existe esta Realidad Divina Abierta Omnipresente, el Sí mismo en Quien todos los seres viven, se mueven y tienen su ser.

No mantener un tira y afloja de experiencias con pesados y vinculantes gustos, disgustos, apegos, aversiones, codicia, lujuria, ira, miedo, repugnancia, odio, etc. (Pueden surgir varias emociones de vez en cuando, pero son inmediata o bastante rápidamente reconocidas y "vistas" como que no son la verdadera naturaleza de uno, sino simplemente expresiones pasajeras de sueños Divinos, y por lo tanto se disuelven en la Clara Luz de la Conciencia).

Todo lo que sucede en el mundo manifestado de las formas (el campo fenoménico de la Conciencia no manifestada) no es resistido o denigrado, sino amado y apreciado como la expresión lúdica y conmovedora del Espíritu. Y, paradójicamente, hay una fuerte pero espontánea motivación Divina dentro de esta no-resistencia y sentido de perfección inherente para remediar las injusticias, corregir los errores, curar los traumas y ayudar a mejorar las condiciones de todos los seres sintientes y de la comunidad. El Sí mismo de todos los yoes está en profunda empatía no-dual con todos los yoes, que son el conmovedor juego personal de ESTA Única Conciencia-Eseidad-Viveza Supra-personal.

Uno está muy contento de simplemente ser, sin ser impulsado por ninguna inquietud o una sensación de dilema hacia la actividad egocéntrica de "tener y hacer". Uno está profundamente relajado, viviendo de la paz de la "vigilia del sueño profundo" (como los sabios lo llaman paradójicamente), incluso en medio de la acciones útiles.

La verdadera felicidad prevalece, no el vértigo inquietante: una simple dicha, que no depende de las circunstancias o de las personas para su satisfacción. La esencia aquí es ser claro, no "estar drogado" por medio de la euforia agitada o las subidas de adrenalina.

Aunque los aspectos falibles de la personalidad todavía pueden surgir con poca frecuencia, su transformación curativa ocurre ligeramente dentro de un sentido taoísta general de "perfección perfeccionándose perfectamente".

Uno está Enamorado, radiante como Amor, siempre muriendo y renaciendo como Amor en cada momento intemporal... Amor por y como el Sí mismo de todos los yoes.



Si existe de alguna manera el sentimiento de que "tú" no vives auténticamente desde la Verdadera Naturaleza, la Identidad Real o Conciencia Espiritual, no hay nada que "tú" como ego puedas "hacer" realmente. La realización espiritual ocurre espontáneamente a través de la Gracia de la Conciencia, no como resultado de los esfuerzos causales del ego.

Sin embargo, estar en presencia de verdaderos sabios es una gran ayuda. La Iluminación se comunica a sí misma, no como una "transmisión" dualista, sino como un tipo profundo de "resonancia" dentro del Mismo Sí mismo.

Los sabios también han dado algunos consejos clásicos sobre la manera de disminuir el sentido del ego, para que la consciencia personal se abra a la claridad y a la vacuidad-plena de la Consciencia Supra-personal. Es decir, para el despertar completo espontáneo a ESTA REALIDAD que "siempre es el caso":

Sólo SÉ ― y no hay necesidad de inquietarse o hacer una gran cosa para sólo ser. Sólo hay que relajarse profundamente y dejar ir todo sentido de ser una cosa-como "yo". Deja que el yo egoísta se disuelva ("muera") en el Ser. Desapégate y permanece como el Testigo imperturbable de todas las sensaciones, pensamientos, recuerdos, emociones, autoimágenes, y cualquier otra cosa que te esté causando fijación. (En cuanto las formaciones surgen en la consciencia, simplemente obsérvalas y déjalas ir, momento a momento...) Vacíate. Mora como no-cuerpo, no-mene, no-cosa. Permanece como la pura Ausencia que manifiesta "la Presencia" de la consciencia, la energía, la experiencia, la relación, la totalidad. Sé completamente simple y sin complicaciones, sin lucha, esfuerzo o posturas. Viene de la profundidad natural, no de la mente superficial, aunque en realidad TÚ, el verdadero TÚ, eres la totalidad de la superficie y la profundidad, de dentro y fuera, de todo y Nada.

Recuerda que no hay necesidad de llegar a ser la Conciencia pura ― TÚ ya LO eres en tu verdad original. Deja que el cuerpo-mente funcione espontáneamente, libremente y amorosamente de acuerdo a la Voluntad Divina, y simplemente quédate o permanece como lo que TÚ siempre eres fundamentalmente: la vasta, espaciosa, perfecta, ilimitada y radiante extensión de la Conciencia-Luz Clara. Conoce esto, en medio de todos los aspectos cambiantes de tu mundo, TÚ eres el Uno Inmutable que ha estado y estará AQUÍ inalterable durante todas "tus" vidas. Subyacente a todas las formas y personas perceptibles, TÚ eres la Conciencia sin forma que está milagrosamente "soñando" con estas formas y personas. Esta Conciencia es completa e inmejorable ― la prístina apertura/vacuidad/plenitud de la Divinidad.

Por otra parte, este Sí mismo Divino de la Conciencia Absoluta, TU identidad real, no está "en el mundo". No, el mundo está en TI, flota en la Conciencia como un sueño asombroso. El mundo es la expresión misteriosa y conmovedora de esta Conciencia creativa, que está saboreando eternamente todo tipo de experiencias de Sí misma mientras está totalmente libre de toda experiencia.

Más allá de/antes de/durante todas las formas y experiencias, SOLO LA CONCIENCIA ES... justo AQUÍ (más cercana que el cuerpo-mente-ego), el Fundamento sin Fondo de Todo, el Único Ser, la Experiencia Pura de todas las experiencias.

Que todos estén despiertos como este Ser Absoluto, este Amor Divino, esta Dicha incomparable, esta Libertad perfecta.

La Verdad real es que todos están ya DESPIERTOS como esta ÚNICA REALIDAD.



Para quien se pregunte dónde y cómo se originó esta Declaración de la Verdad, aquí está la primera versión de esta declaración, encontrada recientemente en noviembre de 2011 entre algunos documentos antiguos. Se escribió en enero de 1982 mientras asistía a la escuela de postgrado en San Francisco (el programa East-West Psychology en CIIS), apenas ocho meses después de regresar de un viaje de 6 meses a la India y visitar a varios sabios incluyendo a Sri Nisargadatta de Bombay, a Annamalai Swami de Tiruvannamalai, a Anandamayi Ma del norte de la India, a Taungpulu Sayadaw de Birmania, y varios otros. Ahora recuerdo que este breve artículo fue escrito en respuesta a la petición de un amigo como la "esencia más alta de las tradiciones de sabiduría".


LA "VERDAD" DE LO QUE ES

Lo que niegas te somete, lo que aceptas te transforma


Muchas de las personas que acuden a consulta quieren cambiar su situación de malestar permanente, sin cambiarse a ellas mismas. Gran parte de la resistencia inicial a la psicoterapia que presentan estas personas tiene que ver con el miedo a aceptar lo que realmente les sucede. Algo curioso, porque lo mayoría de los cambios acertados pasan por reconocer con precisión el punto de partida.

Demasiadas personas sobrevaloran lo que no son e infravaloran lo que son. Parte de su dolor viene producido por la forma en la que se autoevalúan. A su vez, piensa que el dolor puede convertirnos en personas susceptibles y beligerantes.


Nuestras interpretaciones ligadas a nuestras reacciones emocionales son las que nos llevan a sufrir y a entrar en conflicto con nosotros mismos. En última instancia nosotros somos los causantes -o al menos los “cómplices”- de nuestro propio daño.



Elegir tomar una actitud de resistencia, impedirá que en muchas ocasiones comprendamos que la causa del sufrimiento no tiene que ver con el estímulo en cuestión, sino con la reacción que tenemos a ese estímulo. Las personas que se resisten al cambio, esperan que en un futuro los problemas mejoren por sí solos sin tomar una actitud proactiva. Esperan ser recompensados de alguna forma sin cambiar ninguno de los comportamientos que han generado el problema.

La felicidad solo puede existir en la aceptación. Cuando aceptas, te transformas.


La paz viene del interior, no la busques en el exterior

Muchos de los pacientes que llegan  consulta sitúan el foco de sus quejas en factores externos y poco controlables. Además, gran parte de esa desesperanza nace y se mantiene por una fijación excesiva en situaciones injustas sobre las que no se tiene ningún control.

viernes, 3 de marzo de 2017

Lo que está viendo aquí no existe: Así nos engaña nuestro cerebro en esta foto


En esta fotografía, que parece no tener nada de especial, hay algo que engaña a nuestro cerebro: el verdadero color de las fresas no es el que se ve a primera vista.

La imagen de un simple plato con un tartaleta de fresas ha sido compartida miles de veces en Twitter en las últimas horas. La instantánea, compartida por Matt Lieberman, un neurocientífico de la Universidad de California en Los Ángeles, parece no tener nada de especial.

Sin embargo, se trata de una imagen insólita ya que, pese a parecer lo contrario, no contiene nada de color rojo. Aunque las fresas se ven de ese color, si uno se acerca a la imagen o la amplifica verá que en realidad están compuestas de distintas tonalidades de azul.



Insólita percepción de colores

Ser más allá de una identidad personal


Descubrir tu libertad innata es el mejor regalo que puedes dar a cualquiera, incluido tú mismo. Descubriendo plenamente tu condición natural de conciencia/amor te convertirás en un recipiente para el amor incondicional y la sabiduría y beneficiar a todo aquel que entra en "tu" experiencia.

Hoy puedes empezar leyendo este artículo de instrucción básica. Te daré una buena idea o sentido general de lo que será nuestra intención para las próximas 2 semanas.


¿Qué es una identidad personal?

Una identidad personal, para mí, es en realidad un verdadero reto el describirla, ya que descubro que es inexistente cuando trato de buscarla. Una identidad personal real, como algo que existe en sí y por sí misma, como algo que tiene un corazón o alma propia, no se encuentra en ninguna parte... Sólo existe el ver y el ser de lo que yo describo como: conciencia libre.

Entonces, ¿qué es una identidad personal?

Una identidad personal sólo es un pensamiento. Es sólo una idea acerca de ti mismo. Si vas en busca de la propia identidad real, la persona real o corazón de la identidad, verás que nunca la podrás encontrar.

Seguramente puedes encontrar pensamientos y emociones que surgen continuamente, pero estos son sólo formas de pensamiento arbitrarias que giran en torno a una especie de misteriosa identidad llamada "yo".

Estos son los referenciales, los pensamientos que apuntan hacia una identidad. Pero ¿dónde está la cosa misma a la que estos pensamientos apuntan? ¿Puede la propia identidad encontrarse? Verdaderamente todo lo que hacemos es hablar de nuestra identidad personal como si estuviera ahí, pero todavía nadie ha visto nunca una identidad personal.

En pocas palabras: Esta es la mayor broma de la especie humana. El 99% de nuestras vidas gira en torno a algo que nadie ha encontrado que exista en realidad. ¡Ja! ¡Vaya juego! Es mejor reconocer esto y reír compasivamente, que disfrutar de este juego de mera fantasía y sufrimiento.

A menudo creemos ser algo...

Convencionalmente comenzamos creyendo que somos nuestros pensamientos y emociones. Que como algunos de nosotros nos volvemos más educados espiritualmente, tendemos a creer en un alma de algún tipo, o creemos en un cuerpo de energía sutil con el que algún día dejaremos el cuerpo físico.

Así que creemos que eso es lo que somos. Pero, ¿lo somos realmente? ¿Qué es lo que ha cambiado de creer que somos nuestros pensamientos y emociones, a creer ahora que somos un alma? ¿Dónde está el alma? ¿Puede un alma encontrarse de repente? Incluso cuando pensamos que experimentamos nuestra alma, digamos que en una meditación, ¿no es esto sólo otro, aunque sutil, sentido de uno mismo? ¿Sólo una sensación más sofisticada que surge dentro del espacio auto-consciente?

¿Qué ha cambiado realmente excepto tu creencia acerca de quién eres? Todo esto es sólo un montón de ideas apuntando y haciendo alusión a una realidad que no existe realmente aparte de estos referenciales...

Por lo tanto, yo diría que la identidad personal realmente es pura ficción. Si miras con claridad, sin creer en ninguna de tus ideas, verás que no hay una identidad existente en y por sí misma en ningún lugar. No hay ningún "yo" que tenga su propia naturaleza o fuente autónoma. Sólo hay puro ver/ser... Sólo la presencia pacífica de lo que está mirando: la Conciencia.

Estos pensamientos acerca de algo que se llama "yo", creo que estarás de acuerdo conmigo, son totalmente poco fiables a la hora de querer realmente conocernos a nosotros mismos. Ya que un día estos pensamientos que creemos nos dicen que somos esto y lo otro, luego al día siguiente cambian a una supuesta creencia más refinada de lo que somos. Pero las creencias no te harán libre. Las ideas sobre las que basamos nuestras acciones y pensamientos no nos harán ver de primera mano la verdadera naturaleza de nuestro ser.



La sensación de "Yo soy" o el sentido de "ser alguien" es también una apariencia/expresión dentro de la conciencia.

¡Deja que la vida suceda!


La vida está sucediendo - ¡así que déjala!

Literalmente, todo lo que conocemos simplemente sucede. Por supuesto, podemos fingir por un tiempo que somos el hacedor de todo lo que sucede en nuestra vida personal, pero si se mira de cerca a cada momento nuevo, con una mente abierta, una percepción fresca, entonces veremos cómo todo lo que sucede, literalmente, hace precisamente eso: Sucede. Aparece. Desaparece.

Incluso cuando creemos que somos el hacedor de algo, incluso cuando estamos en el propio acto de hacer algo usando nuestros pensamientos/intenciones y el cuerpo, cuando nos damos cuenta de ello en ese momento, veremos cómo incluso eso que llamamos "hacer" está simplemente sucediendo como un proceso fenoménico aparentemente sin esfuerzo dentro de la conciencia siempre clara.

No hay ningún esfuerzo en cualquier apariencia de la Vida. La Vida no conoce el esfuerzo. La Vida simplemente sucede de manera natural y sin esfuerzo, momento a momento.

El esfuerzo es lo que nosotros mentalmente "sentimos" cuando separamos nuestro sentido del yo de la experiencia real y empezamos a pensar en la experiencia desde una distancia. Es sólo cuando creemos que somos el hacedor de nuestra vida, que sentimos el esfuerzo, el estrés y el miedo que vienen con ser un gerente de todo.


La relación entre el hacedor y la identidad personal

Cada vez que nos identificamos con un pensamiento acerca de lo que somos, nos convertimos automáticamente en el hacedor del proceso en cuestión. O al menos eso creemos/sentimos.

La Identidad personal y el sentido de ser el hacedor/gerente, son esencialmente una y la misma ilusión; un mero pensamiento-proyección. No estoy diciendo que el libre albedrío exista o que no exista, pero la creencia de que estamos limitados a nuestro sentido de ser el hacedor, es fundamentalmente falsa.

Tanto el sentido de ser un alguien y el sentido de ser el hacedor, se resolverán de forma natural en la Conciencia en reposo.

"Se resolverán en la Conciencia" significa simplemente que ambos sentidos se verán esencialmente como no-existentes por sí mismos; veremos que es simplemente un sentido derivado de nuestro proceso del pensamiento/creencia, y que ese proceso del pensamiento en sí, no es sino las percepciones relajadas que aparecen y desaparecen dentro de la conciencia.

Así que en realidad, no hay ni siquiera nada real que necesite resolverse, es en primer lugar pura ficción y esa es simplemente la forma en que lo vemos desde la conciencia/ser. Lo que podríamos llamar El Resolver de algo, es simplemente el claro ver de la propia naturaleza ya pura y libre. Nada tiene que hacerse acerca de nada.

El ver que el esfuerzo no existe, es libertad. ¡Todo lo que surge, es inmediatamente libre y se resuelve ya como conciencia pura!


La conciencia no tiene obstáculos

Nunca ha habido ningún obstáculo para la conciencia libre/Tú. La identidad personal, así como el sentido de ser el hacedor no tienen obstáculos tampoco, porque ambos pueden ser conocidos surgiendo en la conciencia libre en este momento... Y todo de lo que podemos ser conscientes, incluyendo nuestros pensamientos acerca de los obstáculos o nuestras sensaciones de ser o hacer, no puede ser un obstáculo para la conciencia, porque ¿qué es consciente de ellos? ¿Y esa conciencia que es consciente de ellos está de alguna manera aprisionada por estas simples ideas/sensaciones que aparecen dentro de la percepción de la conciencia?

jueves, 2 de marzo de 2017

La preocupación sin control no sirve de nada


Algunas personas viven instaladas en la habitación de la preocupación. Imaginan el futuro como un gran campo lleno de minas, de peligros, y esa actitud les impide vivir tranquilos. Temen que un carrusel de desgracias se precipite de un momento a otro sobre ellos.

Estas personas están seguras de que su hijo suspenderá el examen de la semana que viene. Creen que les va a dar un infarto en cuanto sienten un pinchazo en el pecho. Se asustan pensando que tienen cáncer si les aparece una verruga. Tienen el temor de que su hija vaya a sufrir un accidente cada vez que coge el coche, etc.


“Durante mi vida he sufrido muchas desgracias que nunca llegaron a ocurrir”

-Mark Twain-




Las profecías autocumplidas, un curioso efecto psicológico

Resulta llamativo que los acontecimientos negativos que anticipan esas personas tengan una probabilidad mucho más baja de ocurrir que la que le atribuye el afectado, eso cuando la probabilidad no es cero. Además, lo más curioso es que a veces ellos mismos hacen que sus predicciones se cumplan, dando lugar a profecías autocumplidas, como las llamamos los psicólogos. Esta forma de pensar les lleva a sentir y actuar en la dirección de sus temores.

Veamos un ejemplo de profecía autocumplida: un conductor tiene mucho miedo cuando coge el coche porque piensa que va a tener un accidente. Cuando coge el coche, lo hace en un estado de ansiedad tal que le impide conducir con seguridad, con lo que se incrementa el riesgo de que sufra el accidente que tanto teme.

“Procura vivir al día, espera a que las cosas ocurran antes de sufrir por ellas”

-Carmen Serrat-Valera-


En definitiva, algunas personas pasan la vida sufriendo por cosas que nunca llegan a ocurrir. Así, evitan experiencias que incluso podrían llegar a ser positivas por miedo a los posibles peligros y disgustos que puedan acarrear. Su preocupación patológica hace que esperen y sufran por catástrofes que nunca se harán realidad.

4 características de las personas con preocupación patológica



Inseguridad

La persona insegura realmente busca la certeza, no la verdad. Así, no se da cuenta de que la verdad se busca hacia delante, arriesgándose al error, a la aventura, renunciando de algún modo a las seguridades.

La persona insegura, entonces, buscará siempre pruebas de que aquello que teme no va a ocurrir nunca, aumentando la intensidad de la preocupación.




Baja autoestima

7 metáforas terapéuticas que nos ayudarán a entenderlo todo mejor


Las metáforas son un recurso muy extendido en terapia. Según Lankton, una metáfora es una forma lingüística que hace una comparación implícita entre dos entidades diferentes. Se ha comprobado que en el contexto terapéutico, las metáforas son un elemento esencial para que los cambios en el paciente se produzcan antes y a un nivel más profundo.

Las metáforas presentan al paciente una situación conocida, o mejor aun, vivida por él, que se asocia con el problema que presenta en la actualidad y que además, ofrece una solución al mismo.

Las metáforas terapéuticas han de albergar una serie de características para que sean eficaces. En primer lugar, la metáfora ha de ser entendida por el paciente, por lo que su relato debe estar adaptado a su nivel de comprensión. Por otro lado, se busca que la persona se vea reflejada en ella, de manera que entienda lo que le está ocurriendo y esta comprensión le motive a realizar el cambio terapéutico necesario.

La metáfora también debe tener una estructura de acción, de forma que en la narración se reflejen los pasos necesarios que el paciente tiene que emprender si quiere conseguir el cambio. Además, debe ofrecer una solución o salida al problema, de forma que el paciente vea con claridad que los pasos que tiene que dar le van a llevar, si los hace de forma correcta, a solucionar el problema por el que está en consulta.

Algunas metáforas que podemos usar en terapia

Sobre todo en la terapia de aceptación y compromiso (ACT), el uso de metáforas está bastante extendido. Nos complace exponer al lector algunas de las metáforas que a nuestro entender, más pueden ayudar a los pacientes o a cualquier persona que se encuentre perdida.

La metáfora de los dos escaladores

Imagina que tu terapeuta y tú sois dos escaladores, cada uno subiendo por una montaña distinta, pero cercanas. El terapeuta puede ver un camino que puede ayudarte a subir mejor tu montaña, pero no porque sea más listo que tú, ni porque la haya subido antes, sino porque está en una posición desde donde puede ver cosas que ahora mismo tú no puedes ver. Finalmente, aunque el terapeuta indique el camino, tú eres el que tiene que subir la montaña.

Por lo tanto, la ventaja del terapeuta respecto al paciente es la perspectiva. El terapeuta puede ofrecerle una perspectiva al paciente con la que este no cuenta; será el paciente el que tenga que integrar esta información, con la que él ya tiene, para avanzar.





La metáfora de la luz

Los pensamientos automáticos negativos, como su nombre indica, aparecen en nuestra mente de forma automática porque han sido repetidos y repetidos durante mucho tiempo. Así, hemos creado un hábito de pensamiento.

Una metáfora que se utiliza mucho en terapia para explicar este fenómeno mental tiene que ver con algo que alguna vez nos ha pasado y hemos hecho todos. ¿Qué ocurre cuando se funde una bombilla o se va la luz? Pues que entramos en una habitación y a sabiendas de que la luz no va a encenderse, apretamos el interruptor. Pasa lo mismo que con los pensamientos, es algo que tenemos automatizado.

La metáfora de la casa y los muebles