En la actualidad, el concepto de inteligencia espiritual es muy importante en el campo de la educación holista, es la inteligencia superior de los seres humanos. Es un concepto ordenador en la pedagogía del amor universal, es la facultad con que enfrentamos exitosamente los problemas de significado y sentido de nuestra vida.
El Dr. Ramón Gallegos nos enseña que la Inteligencia espiritual es la capacidad de ser feliz, de estar en armonía con la totalidad generando sentido para vivir. Existen tres grandes momentos en su desarrollo: El primero es el de la visión uniforme de la inteligencia que surge al principio del S-XX e inicia su decadencia en los ochentas; el segundo es el de la teoría de las inteligencias múltiples que se generaliza en los últimos 20 años del siglo pasado; el tercer momento es el de la inteligencia espiritual que se está desarrollando en este siglo XXI.
La inteligencia espiritual es la capacidad de vivir para servir, de actuar éticamente en toda situación, compasivamente, con buena voluntad, honestos, responsables, generosos.
La mayor promotora del nihilismo ha sido la postmodernidad al insistir en que toda realidad es relativa, una construcción social, puro lenguaje sin valor fundamental.
El nihilismo está en la base de las altas tasas de suicidios y enfermedades mentales ya que sin inteligencia espiritual nos enfermamos, nos volvemos neuróticos, violentos, cínicos ansiosos y nos degradamos moralmente.
El hedonismo y el nihilismo van juntos, han creado un mundo miserable, se han desarrollado por nuestra ignorancia sobre nuestra verdadera naturaleza. Deben trascenderse a través del desarrollo de la inteligencia espiritual.
Principios filosóficos perennes sobre los que trabaja y se basa la inteligencia espiritual según Ramón Gallegos:
Es mejor el amor que el odio. El amor es real y benéfico, es el vínculo sagrado que une a todos los seres, el amor vence al miedo. El odio es perjudicial.
Es mejor la verdad que la mentira. La verdad nos libera de la ignorancia, la mentira fortalece el ego y nos separa de los demás. La verdad vence a la falsedad.
Es mejor el bien que el mal. Es reconocer el valor de la bondad, con el mal sufrimos y nos degradamos. El bien vence al mal.
Es mejor el conocimiento que la ignorancia. Conocer quiénes somos es mejor que ignorarlo. La ignorancia es la base del sufrimiento y la ofuscación.
Es mejor el equilibrio que los extremos. Es reconocer el valor de la armonía, prudencia, sensatez y ecuanimidad. Los extremos son perturbadores y llevan a la desatención y a la tensión.
Es mejor dar que recibir. Dándonos a los demás podemos encontrarnos a nosotros mismos. Dar es una característica de nuestro Ser universal.
Es mejor la paz que la violencia. Es reconocer el orden interno que hace posible la paz interna y externa como equilibrio en la conciencia espiritual.
Es mejor la atención que la desatención La práctica de la atención nos permite conocer la realidad, la inteligencia espiritual está hecha de atención. La desatención, la inconsciencia, la pereza, son la raíz del conflicto y la ignorancia.
Es mejor la felicidad que el sufrimiento. Es reconocer el valor de la felicidad, que nuestra naturaleza es: conciencia-verdad-felicidad. El sufrimiento no forma parte de nuestra naturaleza esencial es un agregado, una superposición. La felicidad es nuestro estado natural.
Somos seres espirituales. Nuestra verdadera naturaleza es espiritual.
Estos principios sólo se captan con el ojo de la contemplación, que capta el nivel espiritual, es invisible para el ojo de la carne que sólo ve cosas, y para el de la razón que sólo ve ideas
Así, la inteligencia espiritual abre una nueva etapa en educación holista tratando de desarrollar todas las inteligencias en el contexto de inteligencia espiritual el cual ya está evolucionando todos los campos de la actividad humana.
La inteligencia espiritual para su desarrollo requiere de una práctica integral, la cual se basa en la práctica meditativa que lleva al desarrollo de habilidades interiores.
La inteligencia emocional, la intelectual y la espiritual vienen siendo respectivamente de nivel inferior, medio y superior. Aunque todos son complementarios contienen características diferentes y se orientan a fines diferentes y confirman la trilogía básica de la visión holista cuerpo-mente-espíritu. Que son los estadios evolutivos de la conciencia humana y se valen de los tres ojos del conocimiento: ojo de la carne que es prepersonal y nos permite lograr la supervivencia física; ojo de la mente que es personal y nos permite controlar técnicamente al mundo y el tercero del espíritu que es transpersonal y nos permite darle sentido a nuestra vida y lograr la felicidad; lo emocional es prelinguístico, lo intelectual es lingüístico y lo espiritual es translingüístico.
El Dr. Ramón Gallegos señala que hay cinco ámbitos de la experiencia humana en que se aplica la inteligencia espiritual: la educación, la política, el medio ambiente, los negocios y en nuestro viaje interior espiritual.
La inteligencia espiritual en la educación. En la actualidad requerimos un cambio de paradigma educativo que supere la educación mecanicista, cientificista y reduccionista que se viene practicando. Este cambio es la educación holista que se basa en una visión integral del cosmos que habitamos, busca el bienestar de todos. Es una pedagogía del amor universal, es multidimensional, multinivel y multicuadrante, el corazón de la educación holista es la espiritualidad, sin inteligencia espiritual nos volvemos nihilistas, hedonistas, nos enfermamos, la educación holista forma seres humanos compasivos que se interesan por el bienestar de todos.
El educador holista trata a sus alumnos como seres humanos en este proceso de despertar de la propia inteligencia espiritual, nutre lo mejor del estudiante, practica la no violencia
La inteligencia espiritual en la política. La política holista busca el máximo beneficio para el máximo número de gente, basándose siempre en la espiritualidad, en el diálogo, en la cooperación, en el reconocimiento y respeto a la diversidad, esta política es transpartidista por naturaleza, su esencia es el ganar-ganar. Es la base de un nuevo tipo de liderazgo kosmocéntrico que busque el desarrollo de todas las culturas basado en una conciencia global, incluyente, integral, que se interese en una sola humanidad.
La inteligencia espiritual en el medio ambiente. Es la única que tiene la capacidad de comprender contextos, totalidades y problemas ambientales integralmente. Considera que toda la naturaleza está viva e interrelacionada, que solo si nos conocemos a nosotros mismos podremos vivir en correcta relación con la naturaleza, que solo podemos respetarla si nos respetamos a nosotros mismos, que vivir espiritualmente en el planeta implica aprender a vivir juntos de manera responsable en el mismo hábitat, implica una revolución radical de la conciencia humana, a cuidar la vida en todas sus manifestaciones y a establecer un orden inteligente. El desarrollo sustentable se debe concebir como una disciplina espiritual con una comprensión holista de la totalidad.
La inteligencia espiritual en los negocios. El libre mercado, la propiedad privada, los derechos civiles y la democracia son buenos logros de la modernidad, pero se requiere una nueva visión de los negocios basada en la inteligencia espiritual que permita el surgimiento de una práctica empresarial exitosa, rentable y compasiva.
Debemos usar el dinero, no que el nos use, en las escuelas holistas debe incluirse la educación financiera a fin de tener una visión justa del valor del dinero y que se use en el desarrollo y mejoramiento de nuestras vidas, sin apego. El negocio desde el punto de vista de ser un acto de beneficio para sus actores puede ser un acto espiritual que dignifique y mejore el mundo de los negocios.
La inteligencia espiritual hace que los negocios estén inspirados, que nos permita trabajar con entusiasmo (palabra que viene de las raíces en y theos que significa dios), esto es estar llenos de dios, también le da un fundamento ético a los negocios para trabajar con dignidad, honestidad y responsabilidad, con una relación auténtica de las personas, nos capacita para hacer el trabajo con amor.
El modelo holista de cuerpo-mente-espíritu también puede aplicarse a la empresa, el cuerpo es su realidad material. La mente es la información técnica. El espíritu es el poder infinito de la organización. La inteligencia espiritual en los negocios convierte la práctica laboral en práctica espiritual, haciéndolos fuente de paz, concordia y felicidad.
La inteligencia espiritual es la voluntad de iluminación, es la luz que alumbra el sendero que debemos caminar para salir del sufrimiento y alcanzar la iluminación que es un estado de bienestar total, es conocer la verdad de nuestra naturaleza original que es: verdad-felicidad-conciencia. La voluntad puede ser débil o fuerte, pero la débil no llega lejos, la fuerte llegará al conocimiento y la sabiduría, al nivel en donde se viven en carne propia las enseñanzas espirituales, única manera de lograr una verdadera evolución de nuestra conciencia.
La espiritualidad es algo práctico, es discernimiento, es la experiencia interior directa e inmediata de nuestra verdadera identidad trascendental.
Ramón Gallegos señala que La inteligencia espiritual nos capacita para realizar el esfuerzo recto hacia el camino espiritual y que consiste en un triple entrenamiento al que debemos someternos: desarrollo moral, debemos ser seres éticos que vivan los valores universales perennes. El desarrollo de la atención. Practicar la atención plena y la meditación sobre los cuatro fundamentos de la atención con la finalidad de cultivar una mente iluminada. El desarrollo de la sabiduría. Debemos entender y reflexionar correctamente sobre las enseñanzas espirituales y los aprendizajes que vayamos teniendo en el camino.
La sabiduría se basa en el discernimiento y nos permite reconocer las cuatro nobles verdades. El ser humano es uno e infinito, es espíritu, es libre en su naturaleza esencial la cual es universal e ilimitada. La iluminación es nuestra verdadera naturaleza pero no nos percatamos de ello por un mal entendido de identificarnos con nuestra mente y cuerpo que forman el ego, este es pulverizado con la acción compasiva de servir, de trabajar por los demás. Somos el cuerpo y el aparato psíquico, es lo que siempre hemos sido, reconocerlo es la tarea de la inteligencia espiritual. La medicina para el sufrimiento esta en nuestro propio corazón
El autoconocimiento y el amor deben integrarse con la acción compasiva.
La inteligencia espiritual tiene tres dimensiones: El proceso de autoconocimiento, la vivencia ética espiritual y la sabiduría.
Quiero señalar, que todo este contenido se robustece con el conocimiento y práctica presencial que los integrantes de la comunidad holista adquirimos a través de los Satsang (reunión espiritual) que cada año se realizan coordinados por el Dr. Ramón Gallegos director de la Fundación Internacional para la Educación Holista, como es el caso del que se acaba de efectuar durante los días 9, 10 y 11 de julio de este 2010 en Chápala, Jal.
De lo anterior deseo resaltar el entusiasmo con que cada uno de los participantes se desarrolló compartiendo con todos nosotros sus vivencias y experiencias que sobre el campo de la educación holista experimentan en sus regiones de procedencia.
En esta parte, ratificamos nuestros conceptos y visión de este modelo educativo en el que se tiene como objetivo la integración del ser humano centrándose en la espiritualidad.
De esta manera de acuerdo con el Dr. Ramón Gallegos Nava recalcamos:
Que el espíritu es absoluto, más allá del dualismo, sin embargo, puede ser concebido, puede ser vivido y para ello se requiere:
conocer el ojo del entendimiento, entendido con el discernimiento.
Ir entendiendo como la felicidad es algo implícito a lo que somos.
No es algo que se haya generado por algo externo.
Es implícito a lo que realmente somos.
Desde el sentido espiritual no necesitamos nada para ser feliz.
Lo que realizamos, lo que estudiamos y el objetivo de todo lo que hacemos es la felicidad. La espiritualidad tiene una misión de buenas noticias: todo va a salir bien.
La felicidad no se puede encontrar a un nivel de cultura, se encuentra a un nivel de espíritu, esto se va entendiendo a través del discernimiento, tú puedes ser feliz pero no puedes escapar del sufrimiento. La felicidad y el ser son lo mismo.
Reafirmamos también que los indicadores de felicidad como los vivimos ante los demás, entre otros, son los siguientes:
1. Vivo en el ahora sin estar atormentándome con el pasado. Como la fuerza de acceso a la felicidad.
2. Renuncie al deseo de aprobación externa. Ver que tanto dependemos de los demás.
3. Pacificar las emociones. Cómo estamos trabajando la ecuanimidad.
4. No juzgar, no quejarse, es destructivo al espíritu.
5. Conocimiento. No se puede haber felicidad sin conocerse.
6. Gratitud. Cuánta gratitud tenemos.
7. Disfrute del trabajo. El factor principal es disfrutar lo que hacemos.
8. En paz con la familia. ¿qué tanto conflicto hay? ¿armonía? ¿en gratitud?
9. Conciencia del cuerpo, Ejercicio, cuido mi cuerpo.
10. Disfrutar la simplicidad de las cosas: mirar una flor, el cielo, un niño.
También señalamos que: