En la era de la globalización, desconectarte de la rutina y especialmente del trabajo nos parece una tarea imposible. Encontrar un equilibrio entre el tiempo que le dedicamos al trabajo y el tiempo libre del que disponemos podría parecernos irrelevante.
Irrelevante en el sentido de que no dedicamos demasiado tiempo a pensar de manera explícita en ello. Pero lo cierto es que no hacerlo puede llevar a una acumulación de estrés, que, a largo plazo, se traduce en ansiedad, con efectos preocupantes sobre nuestra salud.
Paradójicamente, cuando nos aferramos al trabajo, saboteamos nuestra vida por esa misma obsesión. Si la mente está cansada es menos efectiva y tiene un rendimiento menor. En ese punto, cuanto más trabajamos, menos resultados obtenemos. La frustración aumenta y las decisiones importantes se posponen o se vuelven menos asertivas.
Pero no solo es importante desconectarte del trabajo, sino también del bombardeo tecnológico que vives día a día. Hoy tenemos una percepción diferente de las relaciones sociales, que genera la necesidad artificial de permanecer siempre conectados. Esa necesidad de estar siempre disponibles despierta inseguridad en las personas, cuando se ven obligadas a separarse de sus aparatos. Por tanto, esta conducta puede terminar afectando a nuestro bienestar emocional.
Desconectarte de las nuevas tecnologías
Pocas personas son realmente conscientes de la importancia del tiempo libre. A menos que estemos especializados en el arte de la relajación, nuestro trabajo se desarrollará con más o menos niveles de tensión. Por eso es importante organizar mejor el tiempo de trabajo y destinar un espacio para el descanso. De lo contrario, el trabajo puede llegar a convertirse en una adicción y como toda adicción tendrá consecuencias negativas. Por eso es importante saber desconectarte.
Las nuevas tecnologías han agilizado y mejorado nuestra comunicación y el flujo de información, pero también han contribuido a deteriorar nuestra calidad de vida y nuestra salud. Esta es la conclusión que arrojan muchos estudios realizados en áreas como la medicina y la psicología.
Por supuesto que la comunicación instantánea constituye una enorme ventaja, pero también una esclavitud. Las nuevas tecnologías, y en particular las redes sociales virtuales, son absorbentes y dificultan la tarea de establecer límites entre lo personal y lo laboral.
Nuestra salud y el trabajo
Desde el punto de vista de nuestra salud, la sintomatología característica de una necesidad urgente de desconectarte incluye: fatiga crónica, falta de energía y agotamiento. Nuestra concentración disminuye y todo en conjunto se refleja en una deficiencia en las actividades que realizamos. La persona en esta condición tiende a somatizar su estado psicológico, en forma de enfermedades dermatológicas, enfermedades gastrointestinales o persistentes dolores de cabeza.
En este caso, la única fórmula eficaz para resolver tales problemas es el descanso. El tiempo libre es el escenario perfecto para desconectarte del trabajo y ocuparte en actividades que te relajen y que resulten estimulantes para tu cerebro. Para saber si es hora de desconectarte, debes comenzar por evaluar tus hábitos de sueño, es decir, sopesar si tienes la suficiente cantidad y calidad de horas para dormir.
Mejorando este aspecto, tu vida tomará otro rumbo y la recuperación se notará en poco tiempo. Tanto en lo orgánico como en lo psicológico, los beneficios son enormes, pues habrá menor acumulación de estrés y un alto al agotamiento que deteriora tu salud. En otro sentido, podrás restaurar tus energías y recursos, de modo que mejore tu rendimiento frente a las demandas laborales y sociales.
Es clave en nuestras vidas disponer de tiempo libre para dedicarlo al descanso, a la diversión y a realizar actividades que nos gusten. Alimentar solamente las tareas rutinarias va en detrimento de nuestra creatividad y nos predispone anímicamente de forma negativa frente a cualquier esfuerzo de más.
Tips para desconectarnos
Para desconectar puedes tener en cuenta que: