miércoles, 26 de octubre de 2016

¿Qué es el Advaita Vedanta?


Advaita es una palabra compuesta del sánscrito que significa “no dos”. Aunque puede referirse a cualquier cosa, es una palabra muy importante en la tradición espiritual Védica, porque indica un hecho importante acerca de la naturaleza de la consciencia, el Sí mismo. La parte de los Vedas que trata el tema de la iluminación se llama Vedanta. Vedanta sostiene que la realidad es advaita, “no dos”. Esto significa que la distinción sujeto-objeto, que es la característica más sobresaliente de lo que los individuos no iluminados consideran que es la realidad, no existe realmente, aunque lo parezca. Este es un hecho muy importante sobre la existencia, porque es la distinción entre sujeto y objeto lo que es responsable de gran parte del sufrimiento existencial que caracteriza a la vida humana. Es causante de todo tipo de trastornos emocionales, porque al aceptar la dualidad sujeto-objeto como un hecho coloca al individuo en conflicto con los objetos.

En la dualidad, el sujeto, la persona que he sido condicionado a creer que soy, se considera a sí mismo como limitado e incompleto. Debido a este hecho, él o ella siente que necesita objetos —una casa, un trabajo, una relación, hijos, etc— para eliminar la sensación de ‘incompletud’ asociada a su condición de sujeto. Él o ella deben desarrollar estrategias para obtener los objetos deseados y para evitar los objetos no deseados. La búsqueda y la evitación de objetos representa un considerable sufrimiento. Debido a que tanto el sujeto como los objetos están sujetos a cambios, en cuanto que están en el tiempo donde la dualidad existe, es difícil obtener y conservar los objetos deseados. El tiempo, la característica más sobresaliente de la dualidad, pone un énfasis considerable en el tema también. Sus deseos están cambiando constantemente. Cuando se consigue un objeto, se produce un cambio en el sujeto que provoca un cambio en su relación con el objeto. La fricción constante causada por la interacción entre el sujeto y los objetos inevitablemente conduce a la pérdida de energía y a la muerte.

El Vedanta sostiene que la dualidad no es más que una creencia producida por la ignorancia de la naturaleza de la realidad, no un hecho. De hecho, la realidad es no-dual. Esto significa que la distinción entre sujeto y objeto realmente no existe. El sujeto no es diferente de los objetos. Tanto el sujeto como los objetos son manifestaciones aparentes del sí mismo o consciencia no dual.


La iluminación es la liberación del sufrimiento que surge cuando la naturaleza no-dual del sí mismo es completamente percibida. Cuando ya no te percibes a ti mismo como separado del mundo de los objetos —sí, las personas también son objetos en la dualidad— el conflicto desaparece y el sujeto se libera del deseo de obtener y conservar objetos. El Vedanta es un modo de indagación comprobado a lo largo del tiempo sobre la naturaleza de la realidad que en última instancia resuelve la dualidad sujeto-objeto, revelando la naturaleza no-dual del Sí mismo.

James Swartz

No-dualidad es una descripción del ver que sólo hay Unidad, o más bien un intento de describir esto, ya que una descripción real es imposible.

La visión de la Unidad sólo puede ocurrir cuando el sentido de ser una persona, un individuo que vive una vida llena de opciones en un mundo separado, se desvanece. Cuando esto sucede, el “yo” se ve que está vacío, el individuo es visto como una emanación de la consciencia, y “usted” y “yo” se ven como la luz en la que todo surge.

La relación entre el individuo aparente y la Unidad, o el Ser, es la misma que la relación entre una ola y el océano. La ola es el océano “ondulando”, tú y yo somos la Unidad “personeando”.
Esto ha sido descrito en muchas tradiciones espirituales, desde el Advaita al Zen, sin embargo, no pertenece a ninguna.

La visión de la Unidad sucede o no sucede. Nada de lo que el falso “yo” puede hacer, ninguna práctica o lectura de textos espirituales, le permitirá ver que es falso. Yo no doy recomendaciones, pero si lo hiciera, ante el semblante de esta inmensa desesperanza, recomendaría relajarse. Esto es todo. Esto es la totalidad. Este es ya el paraíso prometido. Samsara y Nirvana son uno así que podemos relajarnos y disfrutar de ello.

Richard Sylvester

Este Advaita, del que hablo, no es en realidad una filosofía porque no se aferra a ningún principio. Es simplemente una recopilación de directrices y conceptos, y declara que ninguno de ellos es verdadero en un sentido absoluto. Se trata de indagar dentro de las limitaciones y los conceptos erróneos sobre cómo son las cosas. Por ello más que una verdad absoluta es un proceso. Sus enseñanzas contienen una serie de herramientas.

La herramienta primordial es que todo es Consciencia; todo es Uno. O, para ser más precisos, Advaita, si se traduce literalmente, significa “no dos”. Ésa es la directriz más esencial. No es una verdad. Y una directriz se debe utilizar como medio para averiguar qué es verdaderamente válido; para indagar dentro de uno mismo y descrubrir la propia naturaleza. Es un proceso que, cuando ocurre, se entiende como una parte natural del fluir de la vida.

Wayne Liquorman

Toda auténtica filosofía, si damos a la palabra el sentido etimológico que tiene, nace de una vivencia, porque amar la sabiduría no es una simple curiosidad intelectual, es una necesidad vivencial. Si el ser humano tiene la necesidad de buscar la verdad, si ama la sabiduría, es porque intuye que esa verdad puede ser operante en él, transformadora. Y esto tiene que ser cierto incluso en estos momentos en que la palabra filosofía evoca casi lo contrario: un saber alejado de la vida.

La metafísica advaita es una investigación operativa ahora, como lo fue en la época de Gaudapada, porque es inherente al ser humano el anhelo de encontrar el significado de la existencia. Y como la existencia es una realización de la conciencia, ya que todo lo que vivimos, lo vivimos en ella, adentrarse en la conciencia humana es el camino natural de quien busca la verdad desconocida o la realidad oculta tras las apariencias.

Consuelo Martín

martes, 25 de octubre de 2016

La Vida como una Celebración


“LA VIDA COMO UNA CELEBRACIÓN”

Por Jennifer Hoffman

Cuando nacemos en una nueva vida hay una parte de nosotros que está lista para nuevos retos, nuevas experiencias y agradecida por la oportunidad de intentar nuevamente, de dejar atrás las equivocaciones y crear una vida que resuene con amor incondicional y alegría. Ese es el propósito de cada vida, andar un viejo camino de una nueva forma. Pero hay otra parte de nosotros que es aprehensiva, que tiene miedo y está insegura, dudando de si seremos exitosos en todavía otro intento de cambiar energía, aceptar nuevos paradigmas y sanar nuestras viejas heridas. Y ese también es el propósito de cada vida, superar estos miedos, aceptar los retos y superarlos. La vida es una celebración, un viaje honorable y una oportunidad para que nosotros alegremente aceptemos nuestra humanidad como una forma de expresar nuestra espiritualidad.

Con cada reto de vida tenemos razones para celebrar nuestro viaje de vida. Podemos celebrar el aprendizaje, entendimiento y nuevas perspectivas que se convierten en nuestro nuevo paradigma energético. Podemos celebrar el hecho de que se nos ha dado una asombrosa oportunidad de volver a vivir una experiencia y elegir un camino diferente, de cambiar los aspectos de cada intercambio energético que tenemos con todos en nuestro grupo de alma y llevar el camino a un tipo diferente de interacción. Pero con frecuencia hacemos lo opuesto atorándonos en nuestros patrones emocionales  y olvidando nuestro objetivo máximo de superarlos.

La energía en la tierra es densa porque carga toda la energía emocional no resuelta que hemos dejado aquí por incontables vidas, desde negocios no terminados que dejamos detrás de nosotros cada vez que no podemos encontrar un cierre con nuestro karma y completar ciclos de sanación. Si miramos cada nueva vida como una oportunidad de resolver negocios no terminados podemos evitar lo que con frecuencia nos sucede cuando entramos a un ciclo kármico con alguien y nos detenemos en la lección, repitiéndola una y otra vez, sin entender por qué la situación o la otra persona no está cambiando.

Y entonces nos movemos a la siguiente relación o interacción, la cual es aún otra oportunidad para que cambiemos la energía, pero nos volvemos a atorar. En lugar de una celebración, nuestra vida se vuelve un reto, una triste historia que parece que no podemos resolver, sin importar cuán duro tratemos. Esto sucede porque detenemos el movimiento de energía, atorándonos en las emociones, antes de dar el siguiente paso hacia su resolución. Estamos atrapados en la ilusión del resultado, basados en el pasado, y olvidamos que esto es lo que hemos venido a cambiar.

El mundo es nuestra ilusión y todo en él corresponde a lo que percibimos como verdadero.

Bailando con el Universo, por Deepak Chopra


NUESTRO CUERPO, NUESTRA MENTE, NUESTRAS emociones, nuestra fisiología entera está cambiando a cada momento en función de la hora del día, de los ciclos de la luna, las estaciones e incluso las mareas. Nuestro cuerpo es parte del universo y, en última instancia, todo lo que sucede en el universo afecta a su fisiología. Los ritmos biológicos son una expresión de los ritmos de la Tierra en relación con todo el cosmos, y sólo cuatro de ellos (los ritmos diarios, mareales, mensuales y lunares) son la base de todos los demás ritmos de nuestro cuerpo.

La Tierra gira sobre su eje, por lo que experimentamos un ciclo de 24 horas de día y noche al que llamamos ritmo circadiano. Dicho ritmo se basa en el giro de la Tierra y, al formar parte de ella, también todo nuestro cuerpo gira siguiendo el ritmo de la Tierra. Cuando este ritmo biológico se ve interrumpido, por ejemplo, por algún viaje de larga distancia, sentimos jet-lag. También cuando nos quedamos trabajando toda una noche, aunque descansemos durante el día no nos sentimos del todo bien, ya que nuestros ritmos biológicos están desacompasados con los ritmos cósmicos.

Los datos científicos muestran que si sometemos a un animal a cierta dosis de radiación una vez al día, éste puede experimentar algún efecto beneficioso. Pero si le damos la misma dosis de radiación doce horas más tarde, el animal puede morir. ¿Por qué? Porque su fisiología ha cambiado por completo en ese periodo de doce horas. Incluso nuestra pequeña experiencia subjetiva nos dice que a ciertas horas del día tenemos hambre, mientras que a otras tenemos sueño. Sabemos que tendemos a sentirnos de una cierta manera a las cuatro de la tarde y de otra a las cuatro de la mañana.

Los ritmos de las mareas también afectan a nuestra fisiología. Estos ritmos son el resultado del efecto gravitatorio del sol, la luna y las estrellas de galaxias distantes sobre los océanos del planeta Tierra. En nuestro interior nosotros también tenemos un océano similar a los de nuestro planeta. Más del 60 por ciento de nuestro cuerpo es agua, y más del 60 por ciento de nuestro planeta es agua. Por lo tanto, experimentamos en nuestra propia fisiología las pleamares y las bajamares y los flujos y reflujos de las mareas. Cuando nos sentimos incómodos es porque nuestro cuerpo está fuera de sincronía con el cuerpo del universo. Pasar tiempo cerca del mar o en cualquier sitio natural puede ayudarnos a sincronizar nuestros ritmos con los de la naturaleza.

El ritmo lunar es un ciclo de veintiocho días que se produce como resultado del movimiento relativo de la Tierra, el sol y la luna. Dicho ritmo es evidente considerando el crecimiento y decrecimiento de la luna. Vemos la luna llena, media luna, dejamos de verla, y el ciclo vuelve a empezar otra vez. La fertilidad humana y la menstruación son buenos ejemplos de ritmos lunares, pero hay otros muchos ciclos de veintiocho días. Cuando trabajaba como medico en una sala de urgencias, era de esperar que atendiésemos a más pacientes con determinados tipos de problemas dependiendo de la hora del día y de los ciclos de la luna.

Debido al movimiento de la Tierra alrededor del sol, experimentamos los ritmos estacionales en forma de diferentes cambios bioquímicos en nuestro cuerpo y mente. Por eso somos más propensos a enamorarnos en primavera o a deprimirnos en invierno. Las personas que padecen un síndrome conocido como desorden afectivo estacional se deprimen en invierno pero mejoran al ser expuestos a la luz solar. Los cambios estacionales no sólo afectan a la bioquímica del cuerpo humano: afectan a la de los árboles, las flores, las mariposas, las bacterias y todo lo que está presente en la naturaleza.

La Tierra se inclina sobre su eje en primavera y brotan las flores, las marmotas salen de sus madrigueras, migran las aves, los peces regresan a sus territorios de desove y comienzan los rituales de cortejo. Las personas se sienten inclinadas a escribir poesía, los amantes cantan sus canciones y corazones jóvenes y viejos se enamoran. Los ritmos estacionales nos afectan biológica, mental y emocionalmente; todos ellos tienen que ver con la relación entre la Tierra y el sol.

Hay otros ritmos y ciclos que oscilan cada pocos segundos, como las ondas cerebrales y electrocardiográficas, mientras que otros como los ritmos ultradianos duran desde treinta minutos a veinticuatro horas. Hay ciclos dentro de otros ciclos, alcanzándose un elevado nivel de complejidad que en su conjunto funciona al unísono como una sinfonía.

Todos esos ritmos crean la sinfonía del universo; cuerpo y mente siempre están intentando sincronizar sus ritmos con los ritmos universales.

La NASA descubre una mano de Dios en el espacio profundo


Con la ayuda de telescopios y equipos espaciales, los científicos de la NASA han descubierto a 17.000 años luz de distancia de la Tierra una poderosa explosión de una estrella que formó una enorme nube parecida a una mano humana, informa el rotativo 'Express'.

Los científicos han apodado esta nube la "Mano de Dios". Han sugerido que tras la explosión las partículas de la estrella comenzaron a interactuar con el campo magnético, lo que creó rayos X en forma de una mano enorme.

Actualmente están investigando si la enorme mano se formó como resultado de la explosión de la estrella o es solo una ilusión óptica. 

Además, el equipo de NuStar [telescopio espectroscópico de gama nuclear, por sus siglas en inglés] espera que la mano de Dios ayude a proporcionar muchos más detalles sobre el fenómeno de los agujeros negros y la forma en que "crecen e interactúan con las galaxias".

https://actualidad.rt.com/actualidad/222007-nasa-descubrir-mano-dios-espacio-profundo

lunes, 24 de octubre de 2016

“Encuentros atentos”


“Como la mayoría de la gente, tenéis tendencia a considerar que los demás no están suficientemente atentos con vosotros. 

Pero vosotros mismos, ¿acaso no sois negligentes?

 ¿Acaso prestáis atención a cada ser, a cada cosa? 

Incluso con una flor, cuando tenéis que plantarla o regarla, prestadle atención. 

Pensáis que, tanto si estáis atentos como si no, nada cambia para ella.

Pues, justamente, os equivocáis… 

Y además, no es tanto por ella que debéis actuar así, sino por vosotros, porque sois vosotros los que ganáis algo: 

hacéis un gesto de atención, de respeto, de amor, y ese gesto se refleja benéficamente en vosotros.

No vayáis a buscar a otra parte y lejos lo que está muy cerca. 

La existencia cotidiana está llena de posibilidades, de encuentros, de contactos con los humanos, con los animales, con las plantas, con las piedras y también con los objetos. 

No seáis descuidados con ellos, prestadles atención. 

Diréis:
«¿Prestar atención a los objetos?» 

Hay una voz que habla sin palabras. Escucha

Ciertamente somos más allá de lo que podemos apreciar a través de nuestros sentidos, nuestro ser es tan profundo y complejo como lo es el universo entero. A decir verdad no estamos separados de esa fuente de infinita energía y debemos estar conscientes de que lo que realmente trasciende no tiene mucho que ver con lo que nos roba la atención día a día.
Todos tenemos un cuerpo, un nombre, un rol, un papel que interpretamos, un cerebro, una personalidad y aunque todo eso es nuestro, no es lo que nos define. Nuestra esencia va mucho más allá de todo lo que con los niveles estándares de consciencia podemos apreciar.
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Estamos acá en un proceso de aprendizaje, es una oportunidad dada para entender la esencia de la vida, para crecer y reconocernos. Sí, puede ser visto como un difícil juego con arduas misiones que quizás no lleguemos a entender. Pero si las apreciamos sin tratar de profundizar tanto como las experiencias que nos harán evolucionar y elevar nuestros
niveles de consciencia, logremos sacarle el mayor jugo.
Muchas veces nos encontrados viviendo como por inercia, tenemos rutinas agobiantes, nos llenamos de responsabilidades, nos cargamos de más y más actividades que no necesariamente nos conectan a nosotros mismos y sencillamente no vemos un rumbo determinado, solo nadamos sin saber por qué y para qué, siendo lo más lamentable que ni siquiera apreciamos el paisaje en nuestro recorrido.
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Cada vez que nos involucramos, que nos identificamos más con aquello que creemos nos define, callamos más la voz que nos hace constantemente un llamado de atención, que nos intenta guiar cada día y que en definitiva sabe qué es lo mejor para nosotros. Ese llamado, esa voz que solo se escucha metafóricamente desde nuestro corazón, es nuestro verdadero yo.

El despertar del Ser


Kundalini es el germen a desarrollar y fructificar para ir completando la evolución consciente. El kundalini yoga o yoga kundalini es sin duda uno de los más falseados o distorsionados. 
Esta importante rama del yoga entronca con los yogas tantrizados

Es el potencial espiritual, esa simiente de iluminación que si se atiende se irá desplegando de manera progresiva y permite a la persona humanizarse y ascender a planos más elevados de consciencia, despertando energías sutiles que están aletargadas pero que, activadas, reportan un tipo especial de conocimiento transformativo y van mutando la psique.

Así como prana es la energía vital, kundalini es la psíquica y espiritual. La primera es por su propia naturaleza dinámica y rige todos los procesos psicofísicos; la segunda es en principio estática, pero el practicante espiritual debe poner los métodos y condiciones oportunos para dinamizarla y que ella pueda ir activando planos de consciencia-energía (chakras) que otorguen un tipo más elevado y liberatorio de percepción, cognición e intuición.

El kundalini yoga o yoga kundalini es sin duda uno de los más falseados, distorsionados, malinterpretados o aviesamente deformados. Es una importante rama del yoga, que entronca con los yogas tantrizados, entre ellos el hatha yoga, el tantra yoga y otros, a los que he dedicado mi obra El yoga de la energía. Otros yogas, muy anteriores, libres de influencias tántricas han sido el radja yoga, el bhakti yoga, el karma yoga y el gnana yoga.

Ninguna escuela contemporánea puede desaprensivamente atribuirse ser la verdadera corriente del kundalini yoga, sino que más bien muchas que se dicen serlo están muy lejos de las enseñanzas de un kundalini yoga genuino y puro. Hasta donde sea posible, hay que subrayar que ésta es una forma de yoga muy esotérica y que muchas veces se sirve de “un lenguaje intencional” y a menudo tan simbólico que no es fácil dilucidar.

El kundalini yoga pone el énfasis en la sabia manipulación de las energías, pudiendo así el practicante no solo servirse de las más densas o toscas, sino también de las más finas o sutiles, que permiten obtener una manera de ver y percibir que puede disipar la ignorancia de la mente y desarrollar en el practicante una presencia de ser más allá de las actitudes egocéntricas.