Estás muy cansado, tus fuerzas tambalean, las dudas te acechan, al punto de descreer de tu misión. Se anuncia la llegada de un Nuevo Reino, tendrías que estar celebrando, pero en tu rostro hay más lágrimas que sonrisas. La pesadez se adueñó de tu cuerpo, la energía vital parece haberte abandonado, sigues dando pasos sólo por amor a la luz. Tu corazón no se entrega. Sé que estás necesitando una cuota extra de esperanza, por eso te escribo. Co-creamos este instante.
Nuestras Almas programaron, del otro lado de la línea del olvido, esta particular forma de volvernos a encontrar. Ninguno de los dos previó la importancia de este encuentro, nos reímos a carcajadas cuando, segundos antes de encarnar, nos pidieron que incluyéramos esta cita para infundirnos ánimo, no lo creímos necesario, consideramos que nuestros espíritus experimentarían la densidad de la materia, pero no olvidaríamos nuestra verdadera esencia. Al vernos tan confundidos, hoy un Ángel se apiadó y me recordó al oído sobre la posibilidad de este encuentro. No importa sino crees lo que te digo, sólo necesito que me escuches.