Por amor, sigamos alentando para que florezcan más y más corazones.
Tu tarea interna es vital. Anclado en tu corazón, amplificáis los campos de consciencia que oxigenan y dan vuelo al espíritu.
Eres guiado.
Eres amado. Sigamos.
Vamos por más. Aunque a simple vista no se advierta, a medida que la era de Acuario toca suelo, la Tierra recibe un mayor caudal de luz.
Su vibración de cambio nos incita a abrirnos para darle paso. Los cuerpos se sobrecargan de energía, muchos la liberan por medio de la agresión. Es necesario que ayudemos a tomar decisiones.
Cerrarse y resistir genera frustración y un profundo desconsuelo, lo cual se exterioriza en sufrimiento y caos. Cada golpe propinado es un abrazo truncado, cada insulto es una palabra amorosa sin expresar, cada muerte violenta es una celebración marchita.
Por eso ahora es tan importante que inspiremos -con suma pasión- a que más corazones definitivamente despierten, se abran a la luz y rompan sus viejas armaduras para poder sentir la corriente de amor que fluye en el río de la existencia.
Por poco que sea, todo suma y transforma. Es crucial vibrar bien alto porque la energía que llega no hace distinciones, potencia lo que hay. Sabiendo esto, tendrás un segundo adicional de calma para evitar reaccionar y sentir la manera de auxiliar al que sufre por vivir atrapado en la inconsciencia.
Recuerda que somos Uno y la división es una gran ilusión. Nuestras partes oscuras emprendieron el camino de la luz. Sanemos. Al auxiliar nos auxiliamos y el equilibrio al fin prevalece.
Este momento planetario será recordado como la gran integración. Muy pronto, en letras doradas, la historia contará que finalmente el hombre despertó a una vida llena de paz, amor y armonía, a partir de abrir y curar su bello corazón. Resta poco.
Estás en medio de la vorágine anclando frecuencias de luz para evidenciar caminos más humanos. No pares.
Continuemos sanando. Persistamos amando. Estamos unidos. Vamos por más.
Vamos por más Por
Julio Andrés Pagano