sábado, 21 de febrero de 2015

La Transparencia del Ser


17/2/15
El Ser no presenta forma ni color, es inmaterial, intemporal y multidimensional.

Estamos acostumbrados a relacionarnos con el mundo exterior, con lo material, con lo denso, y esta relación es la que nos dice quiénes somos. Nos identificamos con el cuerpo que nos permite vivir esta experiencia en la Tierra aquí y ahora. Pero sólo vamos dando vueltas sin sentido perdidos en un mundo ilusorio, adentrándonos en un laberinto que parece no tener fin.

Cuando creemos que todo es una locura, empezamos en realidad a conectar con nosotros mismos. Al fin aparece en nuestro camino una luz, una señal, una persona o un libro que nos hace mirar hacia dentro…Y esto nos lleva a conocernos, a ver nuestra belleza, a sentir la UNIDAD y el AMOR que todo lo conecta. Y seguimos lentamente avanzando… la vida exterior continúa con sus hazañas, alegrías y tristezas… y no olvidarnos por supuesto de nuestras propias resistencias.

Hasta que un día,… sucede. Simplemente sucede. Nos desidentificamos, bello momento en el que conectamos con esa energía cósmica, con el mismo campo unificado de Luz que emana de la Fuente, sin interferencias, sin ego, sin ser nada…y llegamos a la ESENCIA MISMA.

Podemos ver y sentir la transparencia del SER, puro estado energético en el que no existe el espacio, ni el tiempo, ni la separación ni nada… simplemente nos invade una sensación plena de PAZ y conexión con TODO.

En este momento siento que todo está en mí y nada está en mí. Bella sensación que impregna cada célula de mi cuerpo y me dice que no necesitamos nada del exterior. Sólo es una mera ilusión que otros programaron para desviarnos del camino interior.

Así que reconectemos con nuestro SER, y poco a poco, llegaremos a ver su transparencialibre de programaciones y falsas creencias, sin mente, sin ego, sin materia, hasta que al fin conectamos con la MISMA ESENCIA.

Autora: Inmaculada Perea Salguero
emiliocarrillobenito.blogspot.com

viernes, 20 de febrero de 2015

El mito de la caverna y la relación con los estados de conciencia


No creáis en nada simplemente porque os lo diga la tradición, ni siquiera aunque muchas generaciones de personas nacidas en muchos lugares hayan creído en ello durante muchos siglos. No creáis en nada por el simple hecho de que muchos lo crean o finjan que lo creen. No creáis en nada sólo porque así lo hayan creído los sabios en otras épocas. No creáis en lo que vuestra imaginación os propone cayendo en la trampa de pensar que Dios [¿los Dioses?] os inspira. No creáis en lo que dicen las sagradas escrituras sólo porque ellas lo digan. No creáis a los sacerdotes ni a ningún otro ser humano. Creed únicamente en lo que vosotros mismos habéis experimentado, verificado y aceptado después de someterlo al dictamen de la razón y a la voz de la conciencia.”

(Buda)

El mito de la caverna (República, VII)

I – Y a continuación -seguí-, compara con la siguiente escena el estado en que, con respecto a la educación o a la falta de ella, se halla nuestra naturaleza.

Imagina una especie de cavernosa vivienda subterránea provista de una larga entrada, abierta a la luz, que se extiende a lo ancho de toda la caverna, y unos hombres que están en ella desde niños, atados por las piernas y el cuello, de modo que tengan que estarse quietos y mirar únicamente hacia adelante, pues las ligaduras les impiden volver la cabeza; detrás de ellos, la luz de un fuego que arde algo lejos y en plano superior, y entre el fuego y los encadenados, un camino situado en alto, a lo largo del cual suponte que ha sido construido un tabiquillo parecido a las mamparas que se alzan entre los titiriteros y el público, por encima de las cuales exhiben aquellos sus maravillas.

- Ya lo veo-dijo.

- Pues bien, ve ahora, a lo largo de esa paredilla, unos hombres que transportan toda clase de objetos, cuya altura sobrepasa la de la pared, y estatuas de hombres o animales hechas de piedra y de madera y de toda clase de materias; entre estos portadores habrá, como es natural, unos que vayan hablando y otros que estén callados.

- ¡Qué extraña escena describes -dijo- y qué extraños prisioneros!

- Iguales que nosotros-dije-, porque en primer lugar, ¿crees que los que están así han visto otra cosa de sí mismos o de sus compañeros sino las sombras proyectadas por el fuego sobre la parte de la caverna que está frente a ellos?

- ¿Cómo–dijo-, si durante toda su vida han sido obligados a mantener inmóviles las cabezas?

- ¿Y de los objetos transportados? ¿No habrán visto lo mismo?

- ¿Qué otra cosa van a ver?

- Y si pudieran hablar los unos con los otros, ¿no piensas que creerían estar refiriéndose a aquellas sombras que veían pasar ante ellos?

- Forzosamente.

- ¿Y si la prisión tuviese un eco que viniera de la parte de enfrente? ¿Piensas que, cada vez que hablara alguno de los que pasaban, creerían ellos que lo que hablaba era otra cosa sino la sombra que veían pasar?

- No, ¡por Zeus!- dijo.

- Entonces no hay duda-dije yo-de que los tales no tendrán por real ninguna otra cosa más que las sombras de los objetos fabricados.

- Es enteramente forzoso-dijo.

- Examina, pues -dije-, qué pasaría si fueran liberados de sus cadenas y curados de su ignorancia, y si, conforme a naturaleza, les ocurriera lo siguiente. Cuando uno de ellos fuera desatado y obligado a levantarse súbitamente y a volver el cuello y a andar y a mirar a la luz, y cuando, al hacer todo esto, sintiera dolor y, por causa de las chiribitas, no fuera capaz de ver aquellos objetos cuyas sombras veía antes, ¿qué crees que contestaría si le dijera alguien que antes no veía más que sombras inanes y que es ahora cuando, hallándose más cerca de la realidad y vuelto de cara a objetos más reales, goza de una visión más verdadera, y si fuera mostrándole los objetos que pasan y obligándole a contestar a sus preguntas acerca de qué es cada uno de ellos? ¿No crees que estaría perplejo y que lo que antes había contemplado le parecería más verdadero que lo que entonces se le mostraba?

- Mucho más-dijo.

El Hábito del Sufrimiento


Día a día surgen en nuestra mente, pensamientos dañinos que engendran actitudes y reacciones que fomentan el sufrimiento.

Incorporamos el hábito de sufrir como una constante que termina por arraigarse a nuestra realidad, echando raíces en nuestro interior.

El sufrimiento se termina convirtiendo en una escuela, donde aprendemos la disciplina de sufrir y la incorporamos para luego aplicarla durante toda nuestra vida.


Nuestra mente aprende el hábito de sufrir y nos acostumbramos a transitar de manera constante, el camino marcado por el sufrimiento.
Aprendemos con facilidad y resignación, la modalidad del sufrimiento porque nos resulta la salida más simple a los procesos y desafíos planteados por la vida, comenzamos a autoengañarnos y victimizarnos, perdurando la existencia de esta agonizante realidad…
Así es como el sufrimiento opera internamente como un mecanismo de autocomplacencia y comienza a trabajar para la justificación de los caprichos, los dramas, las vanidades, los egos y cada una de las excusas banales que toman vida en nuestra mente para inducirnos con mayor intensidad a la tristeza y oscuridad que esta actitud nos genera…
El sufrimiento siembra y reproduce más sufrimiento, hasta nutrir por completo nuestra realidad con su esencia, tomando control sobre la realidad de cada individuo…
Relegamos la capacidad de guiar nuestra vida y dejamos que las experiencias y aprendizajes se sucedan sin tomar conciencia de la posibilidad de cambiar y transformarnos que cada proceso representa.
El sufrimiento es un estado al que arribamos por decisión propia, por la escasa voluntad de nuestra personalidad para obedecer a los designios del alma…
Vivimos en sufrimiento por el profundo miedo que experimenta el ego al sentirse ignorado frente a la luz y necesidad de transformación que expresa la voluntad del alma…
alma esperando

Elegimos vivir bajo la agonía constante del sufrimiento en lugar de tomar conciencia y vivir aprendiendo de los matices que brinda cada experiencia, nutriendo de sabiduría y enseñanzas nuestra alma, que yace pacientemente a la espera de su aceptación y reconocimiento.
¿Pero por qué elegimos sufrir?
¿Tendremos la capacidad para cambiar la realidad que nos rodea?
¿Tendremos el valor para transformarnos y construir una realidad diferente?
¿Somos capaces de hacernos verdaderamente cargo de nuestra vida y liberarnos de la autodestrucción hacia la cual nos arrastra el sufrimiento?
¿Somos capaces de abordar los procesos de la vida sin victimizarnos o responsabilizando a otros de la realidad que nosotros mismos construimos?

¿Por qué es Importante Comprender tu Lado Oscuro?


Si no reconocemos nuestra sombra y la abrazamos, la profundidad de nuestro crecimiento espiritual y personal es limitada.[…]
Cuando eras pequeño, ¿tenías miedo a la oscuridad? La mayoría de nosotros la temíamos.
Y dudo que alguna vez pensamos en cuestionar este miedo. Nos enseñaron casi naturalmente a tener miedo a la oscuridad, porque la oscuridad está llena de cosas desconocidas que nos podrían perjudicar.
Pero, ¿qué solía ocurrir cuando usted encendía la luz? Usted se dio cuenta que las cosas desconocidas no eran tan temibles. Y no eran tan desconocidas. Eran sólo parte del entorno.
Hemos aprendido a asociar la oscuridad con el miedo y lo desconocido, y aprendimos que es mejor no hablar con nuestros pensamientos y emociones oscuros.
Encender la luz sobre nuestra sombra emocional es mucho más difícil que accionar un interruptor de luz física. Así que lo evitamos. La superficialidad es más fácil. Pero esta oscuridad de nuestra alma tiene una vida propia que se nutre, ya sea si lo reconocemos o no.
Está ahí, y es poderosa.
Entendiendo la Oscuridad
Este miedo de nuestra complejidad emocional creció a medida que nosotros crecimos, y con el tiempo se convirtió en nuestra sombra.
Es una parte oculta en nosotros que influye en nuestras decisiones con más frecuencia de lo que somos conscientes.
En verdad, mucho esfuerzo se va en reprimir y ocultarla de nosotros mismos y de otros. Es nuestro lado oscuro. Las partes de las que nos avergonzamos y nos da miedo mostrar. Pero a través de la negación, no somos capaces de ver que en la oscuridad de las tinieblastambién yacían nuestros puntos fuertes. 
Por razones originadas en el pasado, hemos decidido negar y ocultar este lado oscuro sin explorarlo más. Y así, a cambio, nos mantiene alejados de expresarnos verdaderamente.
En muchos sentidos, ocultar nuestra sombra puede ser considerada la forma más alta de traición.
Al ocultar esta parte de nosotros, estamos diciendo que no merecemos mostrar nuestro ser completo, y con ello nos traicionarnos a nosotros mismos. A cambio, el secreto, la manipulación, y fingiendo tomar grandes partes de nuestras vidas por temor a ser ‘expuestos’ y rechazados por la parte de nosotros mismos que estamos escondiendo.
Como se ha mencionado,nuestra sombra puede manifestarse como debilidad o fortaleza. Tomar completa conciencia de nuestro ser nos permite una oportunidad para expresar la fuerza. Haciendo caso omiso de estas cualidades, sin embargo, siempre producirá un resultado perjudicial.
Cuanto más nos reprimimos estos rincones oscuros de nuestro ser, más enfrentamos desorden en nuestra personalidad. 
Esto puede manifestarse como,

jueves, 19 de febrero de 2015

No es verdad que siempre haya algo que va mal – Emilio Carrillo.


La mente y el ego, que es su creación, viven en constante oposición al aquí y ahora o, simplemente, lo niegan, se resisten a percibirlo como tal. Éste instante y cada instante, este preciso momento y cada momento concreto, lo han convertido en su enemigo. Rara vez hay un momento a gusto de la mente. Y cuando esto ocurre, el momento pasa rápidamente y se queda en el mismo estado que antes. Las quejas mentales son una manifestación de esta confrontación con el aquí y ahora. El ego está instalado en un estado permanente de queja mental. Nada le parece bastante. Halla defectos y motivos de protesta hasta en lo más placentero o deseado: llegaron, por ejemplo, tus ansiadas vacaciones y el viaje tan querido, pero tu mente siempre hallará algo que vaya mal, que no le guste; además, te pasarás las vacaciones pensando en cosas que dejaste al iniciarlas, o en lo que debes hacer a la vuelta, o en el siguiente viaje que te apetecería hacer… ¡Cualquier cosa menos vivir en el aquí y ahora, centrado en el momento que estás viviendo y gozándolo con plenitud!

Es así como se alimenta tu falso yo: posicionándose y reafirmándose contra lo que es, contra la vida. Impones juicios, criterios y opiniones que, curiosamente, no son tuyos –te darías perfecta cuenta si no estuvieras dormido, si fueras consciente–, sino que emanan del funcionamiento autónomo de la mente, de sus pensamientos-pestañeo; y, del mismo modo, reduces a las personas y cosas a un puñado de etiquetas y conceptos mentales, encarcelándote a ti mismo y a cuanto te rodea en una escabrosa y enmarañada red de pensamientos, en una prisión mental.

Es crucial que interiorices lo siguiente: para la mente –la tuya, la de cualquiera– siempre hay algo que va mal. No puede evitarlo: para ella todo está torcido. Y no porque realmente lo esté, sino porque es la manera de proceder y procesar de la mente cuando se le usa para vivir, ver y entender la vida. Igual que cuando introduces algo recto en un vaso de cristal con agua clara, como una paja de las que se usan para tomar zumos y refrescos: ¿cómo la verás una vez dentro del agua? Inevitablemente, torcida. Por supuesto que la paja no se ha doblado, se mantiene recta. Sin embargo, el efecto óptico hará que tus ojos la vean torcida. Si sacas la paja del vaso de agua, podrás comprobarlo. Pero en cuanto vuelvas a introducirla en él, de nuevo se producirá la ilusión óptica, la distorsión de la realidad, y la percibirás torcida. Pues bien, exactamente así funciona la mente cuando contempla la vida y su devenir, cuando las usas para vivir, ver y entender la vida: para la mente siempre hay algo que va mal, para ella todo está torcido.

Y en directa relación con lo anterior, la mente computa y valora todo como pugna de opuestos, jamás en clave de unidad. Todo lo percibe como un conflicto y permanece continuamente dividida, en la dualidad y la confrontación entre extremos. La propia naturaleza de la mente es así: sólo es capaz de ver a través del choque entre opuestos y el contraste. Por ejemplo, la mente sólo se percata de la salud a través de la enfermedad. Puede que estés sano, pero si utilizas la mente para ver y entender la vida, no te darás cuenta: no lo vivenciarás, no lo insertarás en tu cotidianeidad desde el gozo por esa salud y el disfrute de estar sano. Tu mente no computa la salud, no la valora… ¡salvo cuando caes enfermo! Entonces sí, en cuanto sufras una enfermedad, por leve que sea, la mente se acordará de la salud y desearás tenerla; hasta rezarás por ella a un dios inventado por esa misma mente. Pero nada, en cuanto vuelvas a sanar, olvidarás lo importante que es la salud y dejarás de valorarla en tu día a día.

Es por esto que la mente no “saca jugo” para tu evolución consciencial de las experiencias amorosas y armoniosas, porque no las computa. Tiene que aparecer la enfermedad, la desarmonía o el desamor para que sientas y percibas mentalmente la experiencia y, a partir de ahí, incida en tu proceso consciencial y valores la salud, la armonía, el amor… La canción El Elegido, del cantautor cubano Silvio Rodríguez, lo plasma muy certeramente cuando habla de un ser de otro mundo, que iba de planeta en planeta, y al bajar a la Tierra se percata inmediatamente de que aquí “lo tremendo se aprende enseguida y lo hermoso cuesta la vida”.

Es el ego la fuente de los pensamientos?


Mayo 2010 transmitido en Eckhart Tolle TV: El ego es identificarse con lo que pensamos, y estos pensamientos los adoptamos de lo que nos rodea, vemos la realidad a través de 'filtros' que hemos ido adoptando en la vida, para deshacernos del ego, hay que darse cuenta de que no somos todos esos pensamientos...sino la conciencia.


CONTACTADA CON REPTILIANOS: ALUCINANTE TESTIMONIO DE SOL AHIMSA


David Parcerisa entrevista a Sol Ahimsa, Terapeuta y Pedagoga que nos cuenta experiencias y encuentros con diversas razas alienígenas, metamórficas e interdimensionales, entre ellas reptilianos que le causaron graves perturbaciones en su vida, así como seres de aspecto insectoide. 

Posteriormente Sol Ahimsa ha canalizado mensajes de diversas entidades que le han conferido ciertos conocimientos prohibidos sobre la evolución humana y sus orígenes en manos de varias razas extraterrestres. 

Este es uno de los testimonios más impactantes que presentamos en este canal. Sin duda, experiencias alucinantes que nos pueden ayudar a enlazar muchos conceptos por los detalles tan bien expuestos de su protagonista.




fuente:http://www.davidparcerisa.org/index.php/post/contactada-con-reptilianos-alucinante-testimonio-de-sol-ahimsa

¿Es nuestra vida un espejo de nuestro interior oscuro?


¿Es nuestra vida un espejo de nuestro interior oscuro?, entrevista a Enric Corbera