sábado, 11 de abril de 2015

“No sufrir por la opiniones ajenas” Thich Nhat Hanh

Thich Nhat Hanh

La mayoría de las personas se guían por las presiones sociales: somos animales políticos y el colectivo resuena en nuestro interior. Esto es algo natural, siendo parte de una especie cableada para buscar la aprobación y la seguridad que brindan los signos de confort social: las sonrisas, los asentimientos, los gestos de simpatía. Sin embargo, esto a veces nos puede llevar a un infierno interno o a una parálisis enajenante en la que nuestros actos y pensamientos son determinados por nuestra preocupación por cómo serán recibidos por los demás.

En una conferencia con el monje budista vietnamita Thich Nhat Hanh, una niña se atrevió a preguntarle sobre la enorme influencia que los demás ejercen en nuestra vida psíquica. “Cuando alguien habla bien de mí me siento feliz, cuando alguien habla mal de mí me siento infeliz”. Esto es problemático porque nos deja como veletas de las opiniones externas y nos hace completamente dependientes de factores que no podemos controlar.

Thich Nhat Hanh, quien también es poeta, explica que para escapar de esta tiranía de los juicios ajenos, es importante explorar profundamente la propia conciencia y encontrar una epifanía (“insight”), esa médula de certidumbre (que tal vez alguien identificaría con el alma), y desde esa profundidad moverse.


 Ten fe en ti misma. Si vemos las cosas profundamente, las entenderemos… y [así] encuentras ese insight, lo que te da confianza en ti misma–encuentras la paz respirando y crees en ello… practicas respiración consciente y sabes, por tu propia experiencia, que eso te ayuda, así que las opiniones de las otras personas no te hacen abandonar esa creencia… te das cuenta también que la noción de la belleza difiere entre cada persona… son sólo nociones y opiniones, cada quien piensa distinto… pero sabes que eres una flor en el jardín de la humanidad, perteneces al reino de dios como cualquier cosa… eres la continuación de esta belleza y las opiniones de los demás no te afectan… Puedes así cultivar la semilla de la compasión en ti y saber que tienes un valor.

El monje vietnamita, le cuenta una historia sobre lo que le ocurrió en la guerra, cuando en su pueblo decidieron no tomar partido entre los bandos en conflicto:

Pensaban que éramos estúpidos porque no tomamos un partido, si tomas algún partido al menos te protegerá uno de ellos, pero si crees que tu camino es la compasión, sigues adelante… muchos pensaban que éramos comunistas, otros pensaron que éramos proamericanos, pero de todas maneras continuamos con nuestro camino, porque creímos en nuestros valores.. si continuas así serás como una montaña que no puede ser asaltada por las opiniones, así que buena suerte.

En otras palabras, Thich Nhat Hanh señala que la clave es creer en ti mismo y practicar la compasión, habiendo descubierto la belleza del mundo del que somos parte.


Entrevista a Emilio Carrillo en Radio: “La Voz del Viento”


Emilio Carrillo pasó por nuestra emisora para contarnos todo lo relativo a su nuevo libro, Sin mente, Sin lenguaje, Sin tiempo.

Un libro que te enseña a como vivir hoy en día sin esos tres componentes que nos alejan de nuestro ser más profundo y nos provoca tantas inquietudes que afortunadamente podemos lograr controlar con técnicas básicas.

Además en exclusiva hablamos con Emilio Carrillo en una entrevista exclusiva para los suscriptores de nuestra página web www.lavozdelviento.es pasen por la web y suscribiros nos ayudará a seguir siendo independientes.

Agradecer a Emilio Carrillo por su aportación y sobre todo amistad. Sin duda un maestro humilde, pero con una gran palabra. Desde aquí mi más profunda admiración.

SUSCRIPCIÓN Libro y Audios + 100 horas de material
http://www.lavozdelviento.es/suscripc... 

Sin mente, Sin lenguaje, Sin tiempo - presentación del libro

viernes, 10 de abril de 2015

La Felicidad es Cuestión de Elección


“La felicidad es una elección y no está condicionada a tu situación.” Pedro Sifontes

¿Has sentido como que la felicidad se escapa de tu vida?  ¿ Te parece que estuvieses navegando contra la corriente? ¿Crees que la felicidad se ha ido de tus manos?  Dejame decirte que la felicidad no va a llegar a tu vida por lo que te pase o acontezca en tu exterior, sino que viene por lo que pasa internamente, dentro de ti. Es cuestión de elección.

El rey Salomón escribió: “El que atiende a la palabra, prospera. ¡Dichoso el que confía en el Señor!” Proverbios 16:20b, (NVI)  En otra versión dice:  Felices los que confían en El Señor. Fíjese que no dice felices los que tienen todo o felices aquellos que le pasan las cosas buenas de la vida, dice que si tu confías en Dios serás feliz, entonces no hay razón alguna para preocuparse o afanarse. Es cuestión de elección.

Una de las películas que mas me ha gustado es “En Búsqueda de la Felicidad” protagonizada por Will Smith y su hijo, es un drama conmovedor, que puede ser un fiel reflejo de la vida de muchas personas que conviven entre sus sueños de grandeza y la dura realidad que se les muestra bien distinta a como la esperaron. Es una historia de la vida real, que puede ser tu caso hoy donde estas viendo que tu vida se desmorona y comienzas a preguntarte: ¿Por que me pasa esto a mí? ¿Qué hice para merecer esto? ¿Hay un mañana para mí? Solo te recuerdo las palabras del sabio: ¡Dichoso el que confía en el Señor!

Es tiempo de encontrarte contigo mismo y luchar por ese sueño,  por ese trabajo, por esa familia, por las cosas que te hacen feliz. Quisiera dejar dos preguntas:

¿Qué es lo que te hace feliz?

¿Cuáles son los sueños que vas a perseguir?\


Nunca dejes que nadie robe tus sueños, que nunca te digan lo que no puedes hacer, es tiempo de ir por los regalos que la vida te tiene. Muchos al hacer la lista ponen cosas tales como: Tener un auto nuevo, cambiar de casa, tener más dinero, hacer un viaje a Europa, a Sudáfrica, jubilarse joven e irse a una Isla del Caribe para estar debajo de una palmera en una hamaca disfrutando de una piña colada. ¿Para qué queremos esto?

Quizás también tenemos en nuestra lista cosas que queremos hacer como: Hacer ejercicios físicos y rebajar unos cuantos kilos o libras,  pasar más tiempo con la familia, mejorar el trabajo que tenemos. ¿Para qué queremos hacer eso?

LA PAZ INTERIOR


Uno de los objetivos más elevados en el viaje de la Página de la Vida es conseguir transmitir las herramientas para alcanzar la paz; la paz interior, “la paz que supera toda comprensión”.

Pero uno de nuestros primeros descubrimientos cuando emprendemos el camino de la superación es la guerra que mantenemos con nosotros mismos. Nos enfadamos por nuestros errores; estamos resentidos por nuestras debilidades; nos resistimos a hacer realidad nuestras aspiraciones más elevadas. Queremos progresar en todas las áreas de la vida, pero no nos gusta su precio.

La resolución de estos conflictos estriba en el discernimiento de “lo que es” y ello nos lleva ineludiblemente a la Paz Interior.

La Paz Interior. Vivir conociendo esta cualidad profunda, aunque sutil, es estar tan bien sintonizado con el poder espiritual de la compasión y del amor que seamos contados entre los más próximos a vivir la plenitud de sus posibilidades Divinas. Pero ¿qué es esta paz personal e interior? Y ¿cómo podemos encontrarla?

La paz personal es ese sentido interior, etéreo, de bienestar emocional y espiritual, esa tranquilidad profunda que nos llega cuando somos capaces de desconectarnos de los pensamientos inquietantes, inútiles o amenazantes, y alcanzar a comprender la realidad de “lo que es”.

La paz personal subjetiva, pero muy real, es el sentimiento bien fundado y de unión que tenemos cuando nos liberamos de las preocupaciones, el sufrimiento, el dolor, el estrés y el miedo y somos conscientes de las incontables maravillas que nos ofrece la vida.

La paz interior es el conocimiento de que todo está bien, la compresión de que el Ser Universal lo tiene todo bajo control, aun cuando nuestro mundo parezca a punto de explotar. Nos llega cuando nos apartamos mental, emocional y espiritualmente, y a veces físicamente, de los embrollos mundanos, de los conflictos o de nuestras responsabilidades mal comprendidas.

La paz interior se convierte en una realidad cuando trasladamos nuestro centro desde los problemas que no podemos resolver hasta una visión más elevada de compresión del porque. Trascendemos. En este traslado, dejamos caer la tristeza y las preocupaciones. La dicha que queda es la paz.

Si queremos recorrer con éxito el camino que nos lleva a la paz interior, tendremos que desmontar algunos de los obstáculos personales que nos atenazan; el miedo al futuro y las lamentaciones por el pasado no son más que los primarios. El viaje completo a la paz interior significa que también tenemos que superar los baches de la envidia, los desvíos de la impaciencia, las calles sin salida de la terquedad y los puentes helados de la rigidez. Pero debemos viajar. El viaje hacia la paz personal no se realiza en un coche aparcado.

¿El camino de la paz? Pasa por la meditación trascendental o la oración en meditación, que es una disciplina olvidada y mal comprendida. La meditación en oración es una manera excelente de desarrollar la conciencia aumentada en todas las áreas de la vida. Pero es fundamental para alcanzar la paz interior y para conservarla.

Cuando nos atrapan las preocupaciones, o las actitudes de ataque o defensa, estamos desertando, en la práctica, de nuestras posibilidades de alcanzar ese bienestar. La persona que está bien no está en casa. Por ejemplo, podemos estar conduciendo, rabiosos por el tráfico, y perdernos por completo la hermosa puesta de sol. En lugar de verla, nos centramos en escenas interiores de preocupación y de miedo.

EL DESPERTAR DE LA CONCIENCIA (LOS SÍNTOMAS)


Para todos aquellos que sienten cambios en su ALIMENTACIÓN, CARÁCTER, ACTITUDES, y no pueden DORMIR. Síntomas Energéticos: 


1) Encuentro con personas del mismo grupo de almas. 
Nos encontramos con una o varias personas con las cuales nos sentimos totalmente conectados o compenetrados. Sensación de corazón abierto, mucha emoción y deseos de fundirnos con el o los otros. Esto se puede dar en grupos grandes.

2) Encuentro con gemelos del mismo rayo. 
Nos encontramos con una persona de nuestra misma vibración, no se necesitan palabras para comunicarnos, establecemos una comunicación telepática, amorosa, sin compromiso, no nos importa su historia personal, hay una aceptación total, no establecemos agendas ni estrategias, fluimos en el momento. Cuando nos encontramos físicamente se genera una energía que los demás notan algo así como eléctrica.

3) Sueños muy placenteros. 
Nos despertamos con la sensación de haber estado en un lugar muy hermosos y con seres maravillosos, recordamos con mucho detalle el lugar, la naturaleza es exuberante y hermosa, hay luces de colores, cristales, dorados, platinos... algunas veces nos dan mensajes muy claros, otras simplemente sentimos la energía amorosa y gozosa. Nos despertamos felices, la sensación se prolonga por el día.

4) Visualización de energía. 
Vemos flotando a nuestro alrededor esferas de colores, ORBS o geometrías de luz, vemos los destellos de luz en el aura de otros. Otros ven el chacra del corazón con el mandala de triángulos tántrico iluminado en el pecho o el tercer ojo con su color índigo.

5) Sensación de sincronicidad. 
Todo fluye sincrónicamente, salimos a la calle, los semáforos todos en verde, siempre hay sitio para nuestro vehículo. Los relojes marcan 11.11, 2:22, 3:33, 4:44 hasta 5:55, las placas de los autos también con números maestros. Pensamos en que necesitamos solucionar algo, y se presenta sola la solución. Pensamos en alguien que queremos llamar o ver, y se nos aparece. Todo fluye en sincronía, somos como el agua.

6) Confianza en que todo está bien. 
Actitud de observación. Mirar la realidad externa y a pesar de lo que vemos, mantenemos la confianza internamente de que todo está bien, sentimiento de certeza absoluta.

7) Visualización y sensación de que todo se funde alrededor.
La realidad común comienza a vibrar y se hace transparente, todo parece vivo. Sensación muy fuerte de Unidad, no hay separación en estos estados de vibración, nuestro cuerpo vibra con todo. Éxtasis.

8) Amor incondicional por todo y todos, necesidad de dar gracias. 
Nuestro corazón está abierto y nos sentimos amorosos con todo. Las lágrimas se saltan por cualquier cosa y nos sentimos vulnerables pero tranquilos. Todo es divino, todo es sagrado.

9) Aromas de rosas y otras flores. 
La madre divina, los ángeles y muchos otros maestros sensibles, nos dan el regalo de la manifestación de su aroma, muchas veces cuando estamos en grupos de meditación o sanación. El bálsamo del aroma permite que nos centremos y relajemos. Nos rompe las estructuras racionales, el escepticismo y nos hace pensar en los milagros.

10) Experiencias extáticas espontáneas. 
En forma inesperada nuestro cuerpo físico nos regala una sensación de bienestar, nuestro kundalini se pasea por todo el cuerpo y nos produce mucho placer. Éxtasis individual. Aquí enumeraremos algunos síntomas físicos no tan agradables, estos suceden especialmente cuando no estamos en el centro y hemos perdido la confianza de que todo está bien, es parte del crecimiento de una a otra dimensión, es un pendular hasta que volvemos al centro:


jueves, 9 de abril de 2015

Relaciones adictivas & Relaciones iluminadas ~ Eckhart Tolle


Eckhart Tolle: Lo que convencionalmente llamamos “amor” es una estrategia del ego para evitar rendirse. Estás buscando a alguien para que te dé eso que sólo puede venirte en el estado de rendición. El ego utiliza a esa persona como un sustituto para no tener que rendirse. El idioma español es el más honesto a este respecto. Utiliza el mismo verbo ‘querer’, para decir “te amo” y “te quiero”. Para el ego, amar y querer (desear) son lo mismo, mientras que el amor verdadero no tiene ningún deseo, ningún deseo de poseer o que tu pareja cambie. El ego escoge a alguien y lo hace especial. Utiliza a esa persona para tapar el constante sentimiento subyacente de descontento, de “no suficiente”, de ira y odio, que están estrechamente relacionados entre sí. Estas son facetas de un sentimiento profundamente arraigado subyacente en los seres humanos, que es inseparable del estado egoico.

Cuando el ego escoge algo y dice “yo amo” esto o aquello, es un intento inconsciente de ocultar o eliminar los sentimientos profundos que siempre acompañan al ego: el descontento, la infelicidad, la sensación de insuficiencia que es tan familiar . Por un tiempo, la ilusión realmente funciona. Pero entonces, inevitablemente, en algún momento, la persona que has elegido, o has hecho especial a tus ojos, deja de funcionar como una tapadera para tu dolor, el odio, el descontento o la insatisfacción que tienen su origen en la sensación de insuficiencia y de sentirse incompleto. Entonces, surge la sensación que estaba oculta, y se proyecta sobre la persona que había sido elegida y hecha especial – quien pensabas que en última instancia iba a “salvarte”. De repente, el amor se convierte en odio. El ego no se da cuenta de que el odio es una proyección del dolor universal que sientes dentro. El ego cree que esta persona es la causa del dolor. No se da cuenta de que el dolor es el sentimiento universal de no estar conectado con el nivel más profundo de tu ser – no ser uno con uno mismo.

El objeto del amor es intercambiable, tan intercambiable como el objeto del deseo egoico. Algunas personas pasan por muchas relaciones. Se enamoran y desenamoran muchas veces. Aman a una persona por un tiempo hasta que ya no funciona, porque ninguna persona puede de forma permanente ocultar ese dolor.

Sólo la rendición puede darte lo que estabas buscando en el objeto de tu amor. El ego dice que la rendición no es necesaria porque amo a esta persona. Es un proceso inconsciente, por supuesto. En el momento en que aceptas completamente lo que es, algo dentro de ti emerge que había sido ocultado por el deseo del ego. Es una paz innata que mora en el interior, quietud, vitalidad. Es lo incondicionado, lo que eres en tu esencia. Es lo que habías estado buscando en el objeto de amor. Es tú mismo. Cuando esto sucede, un tipo completamente diferente de amor está presente, que no está sujeto al amor/odio. No elige a una cosa o una persona como algo especial. Es absurdo incluso usar la misma palabra para eso. Ahora bien, puede suceder que, incluso en una relación normal amor/odio, de vez en cuando, introduces el estado de rendición. Temporalmente, brevemente, sucede: experimentas un profundo amor universal y una plena aceptación que a veces puede brillar a través, incluso en una relación egoica. Sin embargo, si la rendición no continúa, se cubre de nuevo con los viejos patrones egoicos. Por lo tanto, no estoy diciendo que el verdadero amor profundo no se pueda presentar de vez en cuando, incluso en una relación normal de amor/odio. Pero es raro y por lo general de corta duración.

Siempre que aceptas lo que es, algo más profundo emerge en ese instante. Así, puedes quedar atrapado en el dilema más doloroso, externo o interno, en los sentimientos o situación más dolorosos, y en el momento en que aceptas lo que es, vas más allá de ellos, los trasciendes. Incluso si sientes odio, en el momento en que aceptas que esto es lo que sientes, lo trasciendes. Todavía puede estar ahí, pero de repente estás en un lugar más profundo donde nada de eso importa ya.

El universo fenoménico entero existe debido a la tensión entre los opuestos. Caliente y frío, crecimiento y decadencia, ganancia y pérdida, éxito y fracaso, las polaridades que forman parte de la existencia, y por supuesto parte de todas las relaciones.


La ley del desapego ¿Qué nos enseña el budismo?


Un turista americano fue a El Cairo, con el único objetivo de visitar a un famoso sabio. El turista se sorprendió al ver que el sabio vivía en un cuarto muy simple y lleno de libros. Las únicas piezas de mobiliario eran una cama, una mesa y un banco.

- ¿Dónde están sus muebles? – preguntó el turista.

Y el sabio también preguntó: – ¿Y dónde están los suyos?

- ¿Los míos? – se sorprendió el turista -¡Pero si yo estoy aquí solamente de paso!

- Yo también… – concluyó el sabio.

Esta fábula representa a la perfección uno de los pilares del budismo, filosofía de la cual ha bebido en los últimos tiempos la Psicología, el desapego, que se convierte en una de las principales vías para alcanzar la tranquilidad espiritual, el bienestar y la felicidad. No obstante, también es uno de los mandamientos más difíciles de seguir.

El apego es una expresión de inseguridad

La ley del desapego nos indica que debemos renunciar a nuestro apego a las cosas, lo cual no significa que renunciemos a nuestras metas, no renunciamos a la intención sino más bien al interés por el resultado. A primera vista, puede parecer una nimiedad o un cambio insustancial pero en realidad, se trata de una transformación colosal en nuestra forma de comprender el mundo y en nuestra manera de vivir.

De hecho, en el mismo momento en que renunciamos al interés por el resultado, nos desligamos del deseo, que a menudo confundimos con la necesidad y que nos conduce a perseguir metas que realmente no nos satisfacen. En ese momento, adoptamos una actitud más relajada y, a pesar de que puede parecer un contrasentido, nos resulta más fácil conseguir lo que deseamos. Esto se debe a que el desapego sienta sus bases en la confianza en nuestras potencialidades, mientras que el apego se basa en el miedo a la pérdida y la inseguridad.

Cuando nos sentimos inseguros, nos apegamos a las cosas o a las personas. Sin embargo, lo curioso es que mientras más desarrollamos ese apego, más se acrecienta nuestro miedo a la pérdida. Ese miedo no solo afecta nuestra estabilidad emocional, sino que también nos puede llevar a crear patrones de comportamiento disfuncionales.

Por ejemplo, podemos desarrollar un apego enfermizo a las cosas, como las personas que no pueden vivir sin su smartphone e incluso sufren alucinaciones auditivas provocadas por el hábito de estar siempre pendientes de la próxima llamada o mensaje. Y también podemos caer en patrones relacionales dañinos, que ahoguen a la persona que amamos y terminen dañando profundamente la relación.

Sin embargo, el desapego implica no depender de lo que tenemos o de esa persona con la cual hemos establecido vínculos afectivos. No significa no amar, sino ser autónomos, liberarnos del miedo a la pérdida para comenzar a disfrutar realmente de lo que tenemos o de la persona que amamos.
La incertidumbre como camino

El apego es el producto de una concencia de pobreza, que se focaliza en los símbolos. De hecho, para el budismo, la vivienda, la ropa, los coches y los objetos en sentido general, son símbolos transitorios, que vienen y van. Perseguir esos símbolos equivale a esforzarse por atesorar el mapa, pero no implica disfrutar del territorio. Por eso, terminamos sintiéndonos vacíos por dentro. En práctica, cambiamos nuestro “yo” por los símbolos de ese “yo”.

¿Por qué perseguimos esos símbolos? Básicamente, porque nos han hecho pensar que en las posesiones materiales radica la seguridad. Pensamos que al tener una casa y ganar mucho dinero, nos sentiremos seguros. De hecho, hay quienes piensan: “Me sentiré seguro cuando tenga X cantidad de dinero. Entonces seré libre económicamente y podré hacer lo que me gusta”. Sin embargo, lo curioso es que en muchos casos, mientras más dinero se posee, más inseguras se sienten las personas.
Esto se debe a que identificar la seguridad con las posesiones no es más que una señal de inseguridad y, obviamente, la tranquilidad que pueden brindar es efímera. Quienes buscan la seguridad, la persiguen durante toda su vida, sin llegar a encontrarla.

NUEVE SECRETOS PARA DESPERTAR EL ALMA


Todo el mundo sin excepción tiene un alma.

Esta esencia de luz es el común denominador que une la creación, el cosmos y la vida. Deberíamos darnos cuenta que en el fondo somos Luz en movimiento. Pero no somos conscientes de esa Luz, de nuestro origen y nos enredamos en los laberintos de la personalidad. La búsqueda espiritual es la búsqueda de nuestra conciencia, de nuestra divinidad interior.

Todo el mundo quiere ser feliz.

Si la felicidad nos la da un objeto o persona externa, nos volvemos dependientes, y la dependencia nos hace perder la libertad.

Necesitamos usar la inteligencia para ir para ir en búsqueda del espacio interior que genera nuestro estado de felicidad, la conexión con lo divino.

En algunos casos, la persona debe enfrentarse con todas las experiencias del pasado que han dejado cicatrices y huellas emocionales. La meditación, el trabajo interior es el antídoto que sana nuestros patrones negativos.

No hay recetas extraordinarias, sino caminos individuales, diferentes grados evolutivos de cada ser. Tenemos que tener en claro que lo que se busca ya lo poseemos, pero no nos damos cuenta que está allí.

No hay formulas exactas en esta búsqueda, cada camino es una aventura individual, pero tratemos de elaborar algunos puntos que pueden encaminarnos hacia el alma
Los nueve secretos develados:

1) Primer secreto, Respirar consciente: La respiración es un mecanismo muy particular, puede ser automático o consciente. Cuando es automático sobrevives, continuas viviendo sin darte cuenta. Cuando la respiración pasa a ser consciente, te das cuenta de que estás vivo, presente, consciente. La respiración siempre ocurre en el presente, no en el pasado o el futuro. Y en el presente eterno está nuestra divinidad interior. Respirar en forma consciente en todo momento para estar más alerta de nosotros mismos, más conectados.

2) Segundo secreto, Siente a tu corazón: El corazón humano es algo que despierta mucho mi atención. Siempre me pregunto ¿qué es lo que lo hace latir? Aparentemente no vemos nada que nos diga qué es. Este segundo paso consiste en colocar las manos en tu pecho, sentir los latidos, pero poco a poco ir más profundo para intentar percibir esa fuerza mágica que lo impulsa. En el corazón situamos nuestros anhelos y deseos.

Necesitamos preguntarnos honestamente ¿Es feliz mi corazón?, está viviendo la vida que quiere vivir?, siente entusiasmo o bajó los brazos? Y por último siente AMOR, está vivo más allá de los latidos, ama a alguien?

3) Tercer secreto, Ámate a ti Mismo: Mucha gente busca alguien que los ame, alguien que tape los agujeros, los vacíos. Hay que cambiar el enfoque, hay que buscar gente a quien amar. En estos tiempos que corren la mayoría de las personas se encuentran tan cerradas que ha veces es tan difícil entrar en su mundo igual que si una puerta estuviese cerrada. Primero tenemos que sentir amor hacia nosotros mismos, para luego poder compartirlo. Amar nuestro cuerpo, nuestros órganos, funciones vitales, amar nuestra vida., nuestro pasado, nuestro presente y futuro. Amarnos es aceptarnos, liberarnos de los miedos, iluminar el fuego del espíritu que arde cuando amas.
Amar es una invitación a conocerte, porque esta VIDA ES UNA ESCUELA donde venimos a aprender que la vida es sinónimo de AMOR y AMOR es sinónimo de energía y felicidad. Cuando te amas a ti mismo que te conduce a la felicidad, porque estás contigo mismo, en lo profundo.