Dentro de los círculos espirituales, el poder del pensamiento positivo parece indiscutible, casi sacrosanto, y hasta se nos dice que creamos nuestra propia realidad. Los autores que escriben sobre este tema nos prometen los resultados más milagrosos. Se nos dice que al pensar pensamientos correctos y al repetir afirmaciones lo suficiente podemos crear lo que queramos en nuestro futuro y hasta transformar eventos negativos y traumáticos de nuestro pasado a positivo. Haber des-creado el trauma significa que seguimos con nuestra vida como si el evento negativo no hubiese ocurrido.
No obstante, hay muchas personas que tratan de utilizar con empeño el pensamiento positivo como forma de crear una mejor vida para sí mismos pero que no experimentan mejora: no cura para las enfermedades, no riqueza ni el compañero de vida que tanto esperan. ¿Estarán haciendo algo mal estas personas? Y si los pensamientos positivos afectan nuestra realidad, ¿tendrían los negativos igual efecto? A veces tenemos pensamientos y preocupaciones temibles.
Piensen en la preocupación y ansiedad que muchos padres tienen por sus hijos. ¿Llegarán a casa con seguridad, se mantendrán alejados de la droga? A pesar de esos temores, todo sale usualmente bien. ¿Cuantas veces tenemos pensamientos de pánico respecto a un ligero malestar que tengamos, temiendo que algo ande mal con nuestra salud? Como regla, nuestros pensamientos negativos alimentados por el temor no se convierten en realidad – por suerte para nosotros!
Entonces, ¿tienen nuestros pensamientos influencia alguna en la realidad que nos rodea? ¿No somos los creadores de nuestra realidad? ¿No está preocupado el universo con nuestros pensamientos positivos y negativos y solamente sigue su camino de forma indiferente? No, no lo creo. Pero la relación entre nuestros pensamientos y nuestra realidad es mucho más sutil de lo que proponen muchas teorías respecto a la creación de nuestra realidad. Voy a argumentar que un entendimiento apropiado de esta relación debe reconocer el papel de nuestra alma en el proceso de creación, y de abordar la cuestión de cómo podemos apoyar el proceso de creación al conectarnos con nuestra alma.
Quién es el creador de nuestras vidas?
Para ganar en entendimiento en la relación entre el pensamiento y la realidad necesitamos primeramente entender qué es la creación. La creación es una fuerza que tiene su origen a nivel de la unidad total: el Todo – la Fuente primigenia – el misterio que llamamos Dios. De esa Fuente emerge no la creación, sino los creadores, seres de un orden muy elevado que pudiésemos llamar Arcángeles. Son seres cósmicos grandiosos, representado cada uno un aspecto de la Fuente original. Aunque un Arcángel es un ser vasto y magnífico, no lo es todo; no comprende toda la creación, ya que hay muchos Arcángeles. Por tanto, al igual que con los seres individuales, ellos perciben una diferencia entre el mundo interior (su forma de experimentar la vida) y el mundo exterior (el resto de la creación). Ese mundo interior es único, y por tanto con la creación de Arcángeles, viene a ser la individualidad. La experiencia de un mundo exterior infinito, opuesto a un mundo interior único que crea un sentido de individualidad.
La distinción entre realidad externa e interna también implica los conceptos de tiempo y espacio. Tan pronto como ustedes experimental algo como fuera de ustedes, significa que hay espaciofuera de ustedes. Y desde el punto de vista de seres fuera de ustedes, ustedes ocupan un lugar en el mismo espacio: ustedes comparten ese espacio, así que de esa forma, el espacio se convierte en objetivo. La misma noción de espacio implica que hay diferentes seres con su propia forma subjetiva de experimentar el mundo exterior. Si hubiese solamente unidad, solamente unicidad, la noción de espacio perdería su significado; no habría exterior ni interior.
Luego, una vez que tengan varios seres individuales dentro de un espacio compartido, habrá interacción y comunicación entre ellos. Esto introduce la noción detiempo. La comunicación afecta la realidad interior de los seres individuales; ellos cambian debido a ésta, y el cambio involucra la noción de tiempo. Por tanto, cuando tienen seres interactuantes, conscientes, también tiene tiempo –una sensación de tiempo compartido.
Con la creación de Arcángeles, la Fuente infinita creó individualidad, la distinción entre realidad interior y exterior, espacio, tiempo y la posibilidad de interacción y comunicación. Con este paso, se echaron las bases de la creación. Los Arcángeles a su vez crean muchos nuevos seres, nuevos creadores que portan parte de la esencia de los Arcángeles en sí mismos, pero quienes también añaden algo único propio – cada acto de creación involucra algo nuevo.
Y así sucesivamente. Los creadores recién nacidos también crearán nuevos creadores. Siempre hay nuevos niveles de creadores, que aportan nuevas dimensiones de tiempo y espacio. En uno de esos niveles surge el ser humano. Todo lo que creamos como seres humanos es finalmente parte del proceso mayor de la Fuente creando una amplia diversidad de creadores quienes eventualmente todos se originan del mismo sitio de Unicidad.
Una de las reglas básicas de este proceso es que, como un creador,ustedes pueden crear todo lo que quieran siempre y cuando esté en armonía con la fuente superior que los creó a ustedes. Para los Arcángeles, su Fuente superior es Dios, para nosotros, es nuestra alma. El alma es la creadora de nuestra personalidad humana, y nosotros como seres humanos reflejamos un aspecto de nuestra alma similar a cómo un Arcángel representa un aspecto de Dios.
Los dos factores más importantes que determinan nuestra realidad humana son:
1. Nuestra alma y sus intenciones para nosotros y
2. Nuestra voluntad o no voluntad de trabajar unidos en armonía con nuestra alma, la fuente que nos creó.