jueves, 18 de junio de 2015

CÓMO CONVIVIR BIEN CONTIGO MISMO


En mi opinión, y sobre todo quienes estamos en un Proceso de Desarrollo Personal, somos exigentes en demasía y hasta un poco intransigentes con nosotros mismos.

Nos exigimos una perfección que no tenemos, a la cual –de momento- no podemos hacer otra cosa más que aspirar a ella.

No hemos llegado a alcanzarla, y tal vez –y realmente esto no es motivo para desesperarse- no lleguemos nunca.

Todos tenemos un hándicap, inevitable, que si bien no es paralizante, sí es un obstáculo bastante dificultoso. Además, no nos podemos deshacer de él jamás y nos acompañará el resto de la vida…

Señores y Señoras… ¡Somos humanos!

Y esto, que no es un asunto que dependa de nosotros sino que es una condición de nacimiento, hará que a lo largo de la vida seamos severos con nosotros mismos -en demasiadas ocasiones-, seamos jueces implacables -y muy a menudo injustos-, y una insatisfacción nos acompañará hasta el día glorioso en que nos demos cuenta que es una ingrata compañera cuya compañía nos perjudica seriamente.

Esto sucederá a medida que vayamos aceptando con comprensiva resignación todas las cosas que nos suceden -y lo inevitable que son algunas de ellas-, que sepamos cómo en unas ocasiones tenemos que hacer y cómo en otras es mejor no hacer, que comprendamos sin dolor ni trauma que todo no va a salir siempre a nuestro gusto, que algunas experiencias dolientes son imprescindibles para nuestro Desarrollo Personal, que vayamos teniendo tolerancia a la frustración, que admitamos que en la vida no siempre se llega a entender todo lo que en ella nos pasa… en fin, que no hagamos de la vida una lucha constante pero tampoco una rendición continua.

Ir descubriendo es ir evolucionando, aunque –y esto es complicado de explicar así que hay que sentirlo sin definiciones- el Crecimiento es hacia adentro y hacia lo profundo.

No se tratará nunca de ser más, sino de ser menos.

Nunca grandilocuencia y pavoneo, sino simplificación.

La simpleza es lo más grande.

Ser simple ha de ser la máxima aspiración y lo más que se puede llegar a alcanzar.

Y mientras alcances ese estado…

¿Convives bien contigo mismo?

¿Te aceptas del todo?

¿Te perdonas fácilmente?

¿Admites tus limitaciones?

¿Te amas a pesar de todo?

O… por el contrario…

Comprender lo que somos y reflejarlo


No hay ninguna nueva filosofía, sistema, religión, grupo o libro que nos dé el conocimiento de nosotros mismos…por eso es una tarea que nos lleva siempre hacia adentro, hacia el conocimiento que tenemos en nuestro SER.

Es destructivo seguir la Verdad de otro u otros .Mientras no comprobemos algo experimentándolo, siempre navegaremos en un mar de dudas.

SOMOS EL MAESTRO Y EL DISCÍPULO, según el plano en el que nos ubiquemos.

Tenemos la necesaria tarea de dudar de cuanto nos llega de los otros, para encontrar las respuestas internamente. Lo que otros nos dicen es de segunda mano, aún así, si lo consideramos válido, de ayuda o importante para nuestro despertar, .llevémoslo ante nuestro Maestro, y escuchemos la voz de la propia conciencia despertándonos y dándonos los signos que necesitamos.

Ya no nos escondamos ante nuestras aparentes faltas, que solo son pasos necesarios.
Hay una Luz tan grande esperando que dejemos de escondernos y la asumamos.

Ir adentro, no es egoísta, sino sabio. Sin desconectarnos de la realidad de cada plano, sin dejar de considerarnos parte de todo y todos…dejemos ya la lucha.

Seguiremos luchando en tanto sigamos considerándonos separados.

No nos perdamos como parte, pero asumámonos en ese TODO que todo lo sabe

Cuando trascendemos nuestra individualidad, sin perderla…HAY UNA GRAN LUZ QUE NUNCA SE APAGA, DISPONIBLE.

Para empezar a conocernos,…observemos nuestras relaciones, pues en ellas se manifiesta mucha parte de lo que SOMOS. Es la forma más directa de escanear cómo nos estamos re-conociendo. Si nuestras relaciones son caóticas o conflictivas, hay partes desconocidas de nuestro propio Ser que no hemos puesto a la Luz…que no estamos teniendo en cuenta, observando, y se reflejan en nuestras relaciones, para que iniciemos con entusiasmo ese viaje de reconocimiento.

El conocimiento acumulado…es siempre pasado. AHORA…abrámonos a la comprensión, que no es una función intelectual, sino del corazón (intuitiva).
Comprender es más que conocer o saber. Es abarcar y darse cuenta.

Comprender es un proceso infinito, un proceso inacabable, que fluye a cada instante..y esa comprensión hace que podamos ir cambiando el AHORA y nuestras relaciones.
Por otra parte, comprender no involucra el pasado.
El verdadero aprender, se realiza en el HOY…
Para ello…el lema para todos es “VIVE CONTIGO MISMO” …librando la mente de opiniones,(nunca son certeras) de estructuras (se caen),…observándola…y también a nuestro corazón.
SINTÁMOSLO

Sin aprobar o desaprobar…solo movámonos al ritmo del flujo…sin juicio ni valores…sin condenas…sin justificaciones. Todo eso confunde…y sobre todo, confunde la idea que tenemos de nosotros mismos. DESECHÉMOSLA.

Perdimos la capacidad de vivir fuera de la mente…perdimos la sencillez de mirar la naturaleza sin medir, sin comparar, y hemos perdido la capacidad de observarnos sin distorsión, sin mentirnos,
POR TEMOR A NO ACEPTARNOS.

“Pasado” “Presente” “Futuro” ¿Será todo una ilusión…?


Hay algunas historias que merecen ser contadas y de ellas, podemos obtener información valiosa de cómo surgieron algunos nombres y qué hicieron algunos personajes, y, precisamente aquí que hablamos tanto de la Tierra, de Marte y de la Vida dentro y fuera del planeta, creo que está bien dejar el siguiente trabajo que resulta aleccionador y que, he podido entresacar de las ideas originales de John Gribbin en su magnifico libro: Así de Simple.
El otro nombre de la Tierra es…

  

 
No siempre sabemos ver… lo que el Tiempo es. Algunos quieren olvidar su pasado para comenzar a escrinbir su futuro, y, no son conscientes de que, el pasado siempre nos acompañará, nunca podremos olvidarlo, forma parte de nosotros, de nuestras vidas. Por otra parte,  estamos condenados a vivir en un perpetuo presente en el que elaboramos un futuro que nunca podremos conocer. Nuestro futuro no existe y en realidad, se trata del presente de otros.

Hablamos del pasado y del futuro estando en el presente pero, por lo general, el pasado lejano se nos muestra como si estuviera retratado por la cámara fotográfica que sostenía una mano temblorosa, todo aparece movido, confuso, sin claridad. Los espacios oscuros en los que nada podemos ver, tendemos a rellenarlos con conjeturas, hipótesis y teorías de lo que pudo ser, de lo que en realidad pasó. Otras veces, sin embargo, se alza ante nosotros inmenso, sostenido por un fuerte pedestal y nos habla de su magnificencia mientras nos muestra las hazañas del pasado y el transcurrir de la Naturaleza en aquel tiempo pretérito. También, en ocasiones ocurre que, lo que “vemos”, nos parece increíble.
Bueno, al menos del pasado podemos buscar vestigios, huellas y señales que nos hablen de lo que pasó. Otra cuestión muy distinta es eso que llamamos futuro y que está más allá del presente, es lo que aún no ha pasado, lo que no tiene historia, lo que tiene que llegar. Es en ese plano de lo que podrá ser, donde entra de lleno nuestra imaginación que, haciendo un ejercicio de inventiva, trata, con los datos del pasado y del presente, de construir una imagen de lo que podrá ser ese imaginado tiempo por venir que llamamos futuro.
              Pero hombre… ¡No te das cuenta de que eso, no puede ser!
Claro que, somos grandes animales con algo de racionalidad y, nuestra tendencia, es magnificar todo lo nuestro y, en la mayoría de los casos, nuestra perspectiva resulta ser errónea, ya que, el sentido que tenemos de la “realidad”, no siempre concuerda con la realidad de la Naturaleza que no hemos llegado a comprender. La mejor demostración de ello es que, ni sabemos explicar lo que el Tiempo es. ¡El Tiempo!, ahí están encerrados esos conceptos de pasado, presente y futuroque, en realidad, hemos inventado poder ubicar nuestro paso por este mundo.
Algunas veces me sorprendo a mí mismo pensando en esa abstracción que llamamos Tiempo, en su transcurrir, en lo que caro que nos resulta a todos poseerlo, toda vez que, mientras pasa, nosotros estamos consumiendo nuestra estancia aquí que está marcada por un “tiempo” limitado que debemos aprovechar para desarrollar lo que seremos.
Somos animales eminentemente sociales, tendemos a explicar nuestras ideas y tratamos de que, todo lo nuestro quede, de alguna manera, para la posteridad. Los hechos destacados quedaron grabados, primero en rústicos dibujos en las paredes de las cuevas, más tarde en las piedras y en los muros de las construcciones, en papiros y finalmente en los libros de historia y, más modernamente, en grabaciones filmadas en películas que nos permiten visualizar la historia.
Claro que, del futuro, como aún no ha llegado, sólo podemos imaginar. Tenemos los medios tecnológicos construir los futuros que podrían ser, y, representamos historias inventadas que nos llevan a ese futuro soñado. Unas veces será idílico y perfecto y otras, por el contrario, será un futuro en el que, la misma tecnología que hemos creado, se apodera del mundo y trata de destruirnos.

miércoles, 17 de junio de 2015

El verdadero perdón y la muerte de la ilusión


Estamos acostumbrados a ver la idea del perdón como “me hiciste algo malo, le confiero realidad a eso malo que me hiciste, pero hago cierto esfuerzo, y te perdono, incluso sintiéndome un poco superior a ti.” Hoy intentaremos ir más allá, y compartir una idea del perdón muy diferente.

El verdadero perdón es darme cuenta de que no hay ni buenos ni malos de la película, porque en realidad no hay película. Es darme cuenta y comprender que tanto la parte que hiere como la parte que se siente herida son ilusorias.

Es ver y comprender que si libero me libero.

Es comprender que si condeno, si mantengo a mi hermano prisionero de mi juicio y resentimiento, me estoy haciendo prisionero junto con él, y que la profunda paz y dicha solo son posibles si estoy libre.

Es comprender la gran liberación que significa no tener la necesidad de armar bandos o pertenecer a bandos, del tipo que estos sean. Es incluso, el don de ayudar a otros a ver la liberación que esto significa, desde actos y palabras sencilllas que van de la mano del sentido común, desde una mirada profunda que dice más que mil palabras. Transmitir y extender esto solo siéndolo.

Hay muchísimos testimonios de personas que han tenido experiencias cercanas a la muerte (se pueden ver algunos aquí). Son estas experiencias en las que la persona llega a estar clínicamente muerta por cierto período de tiempo, y luego vuelve a la vida.

Las experiencias de los que regresan suelen ser de una belleza más allá de toda descripción posible, intensos colores, viajando por el cosmos, a través de nebulosas … hasta salir del tiempo y espacio, hacia otras dimensiones.

Pero más allá de lo similar y variado de cada experiencia, hay algo en común a todas ellas: los que han experimentado esto invariablemente reportan que se encontraron en un estado en el que no existía ningún tipo de rencor, ningún tipo de angustia ni dolor, ningún tipo de resentimiento ni sensación de separación, solo una profunda e indescriptible Dicha, un profundo Amor, hacia todos y hacia todo, un estado de Unidad.

Eso es lo que somos en realidad, esa es la experiencia de nuestro verdadero y eterno Ser, cuando lo ilusorio que creemos ser deja de existir. ¿Por qué no vivirlo en vida en lugar de esperar a morirnos? ¿Por qué no morir en vida, para renacer y estar más vivos que nunca?

El verdadero perdón es un estado, es una frecuencia, en la que realizo esta verdad que soy, en donde puedo ver con claridad esto que tanto se dice, que todo esto es una ilusión. Se puede ver y sentir a través de ese velo, sentir más alla de este gran juego, y volver, a querer estar aquí con toda el alma y el cuerpo y la fuerza de vida, para ahora si, amar, sin barreras, y ya no un amor especial o selectivo, sino un amor que se expande, que todo abarca y derriba cualquier obstáculo.

 Ese amor que atraviesa la apariencia y reconoce la esencia de mi hermano sea quien este sea.
Es también aceptarme plenamente, aceptarnos como humanos, reconocer que no siempre podemos estar vibrando esto, y permitirnos las aparentes caídas, abrazándolas, sabiendo que siempre vamos a volver al único lugar posible, eso que somos.

Permanezcamos en este Santo Instante en donde convergen todas las dimensiones, donde lo que Realmente Somos y nuestra humanidad se funden en Uno.
Gracias, Gracias, Gracias

Autor: Sebastián Alberoni
Creador del Curso a Distancia: “Camino Espiritual Integrado”

“¿Quién soy yo?”


Lo primero, el comienzo (de la búsqueda interior), es siempre la pregunta “¿Quién soy yo?”; y hay que seguir preguntando. Cuando preguntas por primera vez “¿Quién soy yo?”, el muladar (el primer centro o chakra) responderá: “¡Eres el cuerpo!”… ¡Qué tontería!… No hay necesidad de preguntar, ya lo sabes.

Entonces el segundo centro (o chakra) dirá: “Eres sexualidad”. Luego el tercero dirá: “Eres un sueño de poder, un ego”; etcétera, etcétera.

Recuerda; tienes que parar cuando no llegue ninguna respuesta, no antes. Si llega alguna respuesta, “Eres esto, eres esto”… entonces, ten bien presente que algún ‘centro’ te está dando la respuesta. Cuando los seis centros (desde el centro básico hasta el entrecejo) han sido atravesados y anuladas todas sus respuestas… y sigues preguntando “¿Quién soy yo?” y ninguna respuesta llega de ningún sitio, es silencio total.

Tu pregunta resuena en ti: “¿Quién soy yo?”, y hay silencio, ninguna respuesta surge en ningún sitio, de ningún rincón. Estás absolutamente presente, absolutamente silencioso, y no hay ni siquiera una vibración. “¿Quién soy yo?”…, y solo silencio…; entonces sucede un milagro: ni siquiera puedes ya formular la pregunta. Las respuestas se han vuelto absurdas.

Primero desaparecen las respuestas, luego la pregunta desaparece también –porque sólo pueden vivir juntas; son como las dos caras de una moneda…; si una se ha ido, la otra desaparecerá también. Primero desaparece la respuesta, luego desaparece la pregunta.

Y con la desaparición de pregunta y respuesta, llegas a ‘darte cuenta’: esto es trascendental. ‘Sabes’, y sin embargo no puedes ‘decir’…; sabes, sin embargo no puedes articular palabra acerca de ello. Sabes desde tu ser quién eres, pero no puedes verbalizarlo. Es conocimiento de vida; no es escritura (no es una teoría), no es prestado, no es de otros… Ha brotado en ti…

Y con este brote, eres un Buda. Y entonces comienzas a reírte porque llegas a saber que has sido un Buda desde el mismo comienzo; sólo que nunca habías mirado tan profundo. Estabas dando vueltas y vueltas alrededor de tu ser, nunca habías entrado en tu casa.

Del libro “El Sutra del corazón”, comentado por Rajneesh (Osho)

http://la-clave-de-la-rosa.blogspot.com.es/search/label/Qui%C3%A9n%20soy%3F%20Qui%C3%A9n%20eres%3F

Todo es tu propio Ser


Una mujer interrumpió su peregrinaje por un tiempo para venir a conocer a Annamalai Swami y pedirle sus bendiciones y consejo.
Annamalai Swami: Vayas donde vayas, no te olvides de tu Ser. Si lo logras, no necesitas nada más.
Una vez, un estudiante vino a ver a Bhagavan (*) y le dijo que quería seguir estudiando, a lo que Bhagavan respondió: “Esos estudios te van bien. Sigue estudiando, pero, al mismo tiempo, estudia a la persona que está estudiando. Estúdiate a ti mismo”.
Uno de los antiguos siddhas [santos-poetas tamiles que vivieron hace unos mil años] compuso una canción:
“Anhelaba la verdad. Buscaba la verdad. La buscaba corriendo de un lado para otro. Desperdicié mi vida, mi tiempo y mi energía buscándola por todas partes. Ha sido tanto el tiempo que he desperdiciado en esta búsqueda que ya me he hecho mayor y estoy a punto de morir. Pero, por fin, he comprendido que la auténtica luz está dentro de mí.”
Vas de peregrinaje a distintos sitios pero lo que en realidad estás buscando es a ti misma. Eso es algo que no podrás encontrar buscando fuera de ti, porque tú misma eres lo que andas buscando. Tu auténtica naturaleza es paz, pero, al habérsete olvidado, has perdido la paz y ahora la andas buscando en el mundo externo, donde no se puede encontrar paz alguna.
Ésa es la enseñanza de Bhagaván, mi gurú, y ahora te la estoy transmitiendo a ti.
Debes comprender quién eres y lo que eres y, entonces, quedarte ahí, siendo eso. Si lo consigues, con esto te bastará. Ahora mismo, estás subyugada a la impresión de que eres tu cuerpo y tu mente; pero lo cierto es que eres el Ser. Deshazte de ese “yo” que te imaginas que eres y aférrate al verdadero “yo”, al Ser.
¿Qué esperas obtener de tu peregrinaje, yendo de aquí para allá en un periplo externo? Te estás aferrando a la idea de que eres tu cuerpo y tu mente y, como te lo has creído, ahora estás buscando un Dios externo al que adorar. Aunque esa adoración te puede ir bien, no te va a servir para ir más allá de la mente. Mientras estés aferrada a la idea de que eres una persona dentro de un cuerpo, cualquier cosa que veas será una manifestación de tu propia mente. La mente no se puede trascender adorando tus propias proyecciones externas. Todas estas apariciones externas que ves delante de ti son maia y no disponen de una realidad fundamental en la que existir. Para encontrar el Ser, para descubrir lo que es auténtico y real, tienes que buscar dentro de ti. Tienes que descubrir la fuente, el lugar de donde surgen todas esas proyecciones mentales.
Estás buscando la satisfacción en el mundo externo porque crees que son reales todos esos objetos que ves ante ti. Pues no lo son. La realidad es el sustrato en el que aparecen todos ellos. Eso es lo que tienes que buscar, y no andar buscando dioses externos en distintos lugares de peregrinaje.
Hay un elefante de madera. Si nos fijamos en la madera, no será más que eso, madera, pero si nos quedamos atrapados en su nombre y en su forma, sólo veremos a un elefante y nos olvidaremos de que su naturaleza subyacente es la madera.
Todo es tu propio Ser. Esta forma es distinta; aquella forma es distinta. Esto es más poderoso, aquello es peor. Todo esto son los juicios que haces al ver objetos diferenciados en lugar de tener la percepción auténtica en la que todo es una unidad sin diferenciaciones. Puede que existan distintas variedades de bombillas, pero la corriente eléctrica que las activa y que las mantiene encendidas es la misma en todas ellas. Tienes que aprender a fundirte con esa corriente dinamizante, con el Ser no manifiesto, en lugar de quedarte atrapada en todos los nombres y formas que brotan en él.
Éste es otro verso de uno de los siddhas:
“A causa de tu ego, te vas al bosque en busca de la luz espiritual. Buscas ese darshande luz en Badrinath y en otros centros de peregrinaje del Himalaya. Todo eso es el espejismo de la mente y depende de los estados de la mente y de su funcionamiento. Lo que estás buscando está dentro de ti.”
El undécimo verso del poema de Bhagavan llamado Ulladu Narpadu dice:

martes, 16 de junio de 2015

“El patrón conductual y el tablero rúnico de la mente” David Topí.


Hemos hecho alusión en varias ocasiones a las runas del patrón conductual, y pensaba que, en general, era algo conocido por haber varios artículos en la red que hablan de ello desde diferentes ángulos. Como, por las preguntas que recibo, veo que no es así, os hago un resumen de este artículo extraído del blog “Ciencia Cósmica” y de este otro de Detrás de lo Aparente, donde está bastante bien explicado combinando ambos. Como complemento, la antropóloga mexicana María del Rosario Mendoza hizo en 2005 una tesis doctoral sobre los esenios, quienes parece que tenían cierto conocimiento sobre la estructura de nuestras esferas mentales y donde trabajó y tocó un poco también este tema, que se puede descargar aquí.

Extraído de ambos artículos y de los documentos anteriores, ésta es la explicación resumida de cómo funciona el patrón conductual:

El funcionamiento automático del cuerpo orgánico

Los seres humanos tenemos un sistema automático de funcionamiento regido por el centro motor e instintivo, por el cual no hace falta que nosotros seamos conscientes para que su funcionamiento sea correcto. Estos sistemas automatizados se manejan por “patrones básicos” o programas preestablecidos que vienen cargados de fábrica en nuestro ADN. Nuestro sistema tiene funciones básicas que son autónomas a nuestra voluntad y que efectúan su trabajo sin nuestra intervención, como son las funciones metabólicas de nuestro cuerpo y de conducta de nuestra mente. Estas funciones están regidas por patrones metabólicos y conductuales específicos que trabajan con programas básicos, pero complejos.

El patrón conductual es una placa energética que está ubicada en la superficie de las esferas mentales, en la parte superior del cuerpo calloso y consiste en una laminilla de seroglobulina beta. Dicha laminilla se subdivide en ocho filas y ocho columnas, formando un total de 64 casillas que cumplen una labor específica y está formada por tres capas o niveles: el nivel externo o de registro, el nivel medio o de interpretación y el nivel inferior o de conexión.




¿Cuál es la función de este tablero rúnico insertado en nuestra mente? Estamos de acuerdo en que todo lo que acontece en nuestro medio ambiente nos afecta según como lo valoremos cada uno, ya que una situación que para una persona es completamente normal, para otra no lo es; para el nudista es normal estar desnudo en una playa, pero para una persona puritana, sería el colmo de la inmoralidad y ninguna entenderá a la otra, pues cada uno piensa tener la razón. El patrón conductual es la lente a través de la cual interpretamos las diferentes situaciones.

Grabando las runas

Del mundo que nos rodea recibimos toda clase de estímulos desde nuestro nacimiento, por medio de nuestros sentimientos y emociones; igualmente del medio ambiente, ya sea éste familiar, escolar, religioso o social. Estos estímulos se convierten en impulsos electrónicos que se graban en la laminilla de seroglobulina; donde quedan registradas todas nuestras impresiones y experiencias en el mundo material. Estas grabaciones se registran en forma de símbolos, que se denominan Runas. Encontramos allí las runas que corresponden al nivel del hombre “común”, cualquiera de nosotros, ocupando las 48 primeras casillas. De igual manera aparecen allí 16 casillas que corresponden a las runas del nivel llamado “SUPERHOMBRE”, un siguiente nivel evolutivo.

Entonces, de los tres niveles que tiene cada runa, el nivel externo es aquel que registra la información en bruto, las señales recibidas de los estímulos externos de los sentidos. El nivel medio o de interpretación es aquel que se ocupa de asociar y decodificar la información recibida por el primer nivel, y el nivel inferior o de conexión es el encargado de conectar los canales aferentes (anatomía biológica o energética que transmite un impulso desde una parte del organismo a otra del mismo organismo) o eferentes (anatomía biológica o energética que trasmite impulsos hacia afuera desde una parte del organismo a otras que se consideran periféricas con respecto de ella) con la memoria celular, registro hormonal, central de archivos volitivos (arquetipos que manejan la voluntad) y memorias védicas de la persona.

Cambios periódicos en las runas

La realidad es

Gilbert Schultz

Palabras son palabras

Ninguna palabra puede capturar el significado de la vida. Todas estas palabras son como cualesquiera otras, sólo palabras. Los libros sagrados y la literatura profana son lo mismo. Están hechos del mismo material: papel, tinta y palabras. No hay nada en ningún libro que pueda sostenerse por sí mismo. Las palabras se registran y evocan un significado, ¿pero de dónde? Tú suministras todo el significado. El destino de todos los libros impresos es quedar reducidos a polvo.

La consciencia no está sujeta a la mente. No hay ningún “llegar a ser consciente” real que tenga lugar en alguna parte. Todo aparece como un desplegarse sobre la consciencia. El despliegue es siempre cambiante, mientras que la consciencia permanece tal como es. Si alguna palabra resuena en ti, bien, si no, no te preocupes. Muévete hacia aquello que resuena. Es la resonancia lo que cuenta. Cualquier supuesto “llegar a ser” que esté apareciendo, pertenece al tiempo y la mente. La consciencia no está sujeta a la mente.

El tiempo es memoria y la mente es tiempo. Toda duda está limitada al tiempo. ¿Y quién es el que recuerda? ¿Quién es ése envuelto en recuerdos? ¡Los recuerdos son sólo olas transitorias de apariencia! Lo constante, es-idad, ES ― tú ERES realidad. ¿Por qué sacrificas tu absoluto silencio y la simplicidad del comprender por un puñado de creencias, palabras y conceptos?

Enfatizar la “iluminación” como algún logro especial es la información más inconducente de todas. Hipnotizada por esa promesa, la mente pasa por alto la perfecta y simple naturaleza de la vigilia ordinaria. Tú debes SER, y sólo puedes ser, siempre, esta presencia que tú eres. No hay ninguna necesidad de colocar una identidad (“yo”) sobre esta cognición desnuda.

Como “el gurú del gurú” de mi último maestro señala: “Tú eres el silencio y la quietud desde la cual surge el universo entero”. La manifestación es sólo la apariencia de “ninguna cosa”. El psicológicamente limitado “yo” no conoce esto, ni tampoco puede conocer realmente nada en absoluto, simplemente porque, en sí mismo, es una entidad supuesta (en la que se cree), hecha sólo de pensamientos, y los pensamientos no pueden conocer nada por sí mismos.

El pensamiento es aparentemente poderoso. Sin embargo, todo pensamiento no tiene más sustancia que la de una efímera mariposa en la imaginación. Nuestra verdadera naturaleza silenciosa absorbe cada sonido. No hay NINGUNA entidad aquí o allí que conozca nada, y no obstante, todo es conocido espontáneamente y sin esfuerzo, con anterioridad a la idea de “yo”.

Puede muy bien que caigas en la cuenta de que esta PRESENCIA desnuda ―esta simple presencia cotidiana, tal como es― es “lo que yo soy”. La presencia no cambia, aun cuando pueda existir la creencia de que está en constante flujo. Es la mente la que está vibrando en la miríada de “cosas”, no la presencia o consciencia.

Cuando la mente concreta su propia vacuidad, todas las preguntas y posibles respuestas desaparecen naturalmente por sí mismas, y se cae en la cuenta de que “lo que verdaderamente soy” está totalmente desnudo, sin ninguna carga. Es CONOCER, la actividad de conocer. No tiene ninguna forma.

La libertad no tiene obligación alguna, ni objetos, ni sujetos, ni ídolos ni imágenes. En el VER desnudo, la creencia es naturalmente reemplazada, sin incidentes, por este CONOCER inmediato, el cual, irónicamente al parecer, ha estado siempre presente, aunque aparentemente cubierto por creencias.

“CONOCER” ES. No hay nada que sacar de este libro. Puede que revele simplemente lo que ha sido siempre obvio, bien a la vista. Si coges un “regusto” de lo que se está señalando, no quedarás solo. Como a un sabueso tras las huellas de un zorro, el aroma te llevará adonde necesitas ir. El aroma es la resonancia en el ser ―el tañer de la campana― el conocer que hay algo innatamente conocido y verdadero, aun cuando la mente no pueda explicarlo.

Es en verdad muy, muy simple. Esta energía pura, que se manifiesta como esta apariencia fenoménica llamada “el mundo y yo”, parece seductora, y la mente tiene el hábito de enredarse con sus propias ocupaciones, pero los hábitos pueden romperse.

Observa a la mente y ve cómo opera. Calla y VE. CONOCER es cognición instantánea, inmediata. ¿Puedes realmente negar que está ocurriendo ahora mismo?

El niño alcanza la “madurez” cuando cae en la cuenta de que Santa Claus pudiera ser un personaje inventado, ¿verdad? Tal vez entonces el adulto alcance la “madurez” cuando haya la “realización” de que el “yo” es también un personaje inventado.

¡No hay NINGÚN individuo real en ninguna parte! Todos los pensamientos aparecen y desaparecen… no obstante, tú permaneces. Aun en el sueño profundo, si alguien llama a tu puerta lo bastante fuerte, o en un terremoto, vas a despertar y levantarte.

La consciencia ES.

Cuando “estás” en sueño profundo, no hay nada que conocer. Los sentidos, abatidos, han sido arrullados hasta la pasividad. En el sueño profundo, has retrocedido hasta tu verdadera naturaleza ― ¡la FUENTE única!

Por la mañana estás repuesto. ¿Necesitas acaso conectar las baterías antes de que la consciencia esté allí? ¡No! La consciencia está allí antes de que abras los ojos. ¡Nunca se fue! Es lo que tú ERES. Una vez despierto te pones en movimiento, y pronto te colocas una máscara y una identidad limitada, inconscientemente, y el drama de la vida se despliega una vez más.

Uno debe “entrar” en la propia nada conscientemente, para realizar la verdadera naturaleza de uno. Si estas palabras ayudan en algo, santo y bueno. Deja a los “otros” aferrarse a sus sagradas creencias de estar atrapados en el tiempo, atrapados en un sistema de creencias mecánico o habitual. Los pensamientos son materia muerta. El pasado, muerto y terminado. En este presente vivo “deja que los muertos entierren a los muertos” ―deja que el pasado se haga cargo del pasado― y sé esta inmediatez, que es eternamente ahora. Es tiempo de sacudir la jaula de las creencias erróneas. Sin una sacudida, las tristes historias del “yo” simplemente se perpetúan. Así que… ¡no más historias tristes sobre “mí”!

La realidad es