jueves, 20 de agosto de 2015

Extenso estudio muestra que la conciencia persiste más allá de la muerte clínica


El materialismo —la idea de que la conciencia es producida o equivale al cerebro— es una creencia que ya se ha probado falsa a través de la ciencia.

Neal Grossman, Historia y Filosofía

¿Es la conciencia un sistema inherente al cuerpo y al cerebro? Si no hay vida cerebral, ¿entonces se extingue la conciencia?

La respuesta es: NO; la conciencia perdura más allá del cuerpo y del cerebro.

Existe un estado de conciencia durante los cortos momentos entre la muerte clínica (detención de ritmo cardíaco y respiración) y la resucitación artificial. En otras palabras, la conciencia permanece incluso después de la muerte.

Estas conclusiones nacieron de un estudio llevado a cabo por el equipo del doctor Sam Parnia (Reino Unido), involucrando a más de 2 mil personas que sufrieron un paro cardíaco y respondieron exitosamente a la resucitación, en 15 diferentes hospitales del Reino Unido, Estados Unidos y Austria. Hasta ahora, este estudio es el más importante dentro del campo, debido a la rigurosidad de la metodología empleada y por el análisis de los datos puramente físicos.

“Este estudio merece reconocimiento por abrir puertas dentro de la investigación acerca de lo que sucede cuando morimos”, expresó el editor de la revista científica Resuscitation Journal.

En realidad, el estudio comenzó con la idea de entender por qué los sobrevivientes resucitados después de un paro cardíaco muestran déficits cognitivos y estrés postraumático, y esto con el fin de definir qué sucede biológicamente durante la resucitación cardiopulmonar (RCP).

Los pacientes fueron seguidos durante 4 años después de su accidente de paro cardíaco y fueron entrevistados acerca de su estado de conciencia antes y durante la resucitación, haciendo uso de tests específicos.

El estudio concluyó que 40% de las personas que sobreviven a un paro cardíaco están conscientes durante el corto tiempo entre el estado de muerte clínica y la resucitación, lo cual supone que la conciencia no se evapora durante la muerte clínica, dejando claro que “tampoco sabemos si se evapora después”, como explica el doctor Parnia.

La conciencia ha sido atribuida al órgano cerebral por la corriente dominante en el pensamiento moderno, por lo tanto pensaríamos que si el cerebro no funciona, entonces, no debe existir conciencia alguna. Inesperadamente el estudio afirma que, aunque el cerebro deja de tener actividad desde los 30 segundos posteriores a la falla cardíaca, el estado de conciencia perdura por más de 3 minutos. Por ende, la conciencia es independiente de la función cerebral.

 A continuación, los datos crudos del estudio:

Se estudiaron 2 mil 60 pacientes con paro cardíaco.

330 sobrevivieron.

De los 330 sobrevivientes, 140 aseguraron estar parcialmente conscientes en el momento mientras eran resucitados.

De estos 140, 39% describió estar consciente pero no tener ningún recuerdo específico.

Durante la muerte cerebral,  uno de cada cinco pacientes sintieron:

¿Podemos ver otros mundos estimulando la glándula pineal?


Hoy en ufópolis vamos a hablar de los misterios de una glándula impar, esférica, situada en el centro del cerebro, sobre el techo del tercer ventrículo cerebral que rompe la simetría corporal de organos pares. Un cuerpo único situado en la mitad del cerebro, esférico, de unos 10 mm de diámetro y 150 miligramos de peso situado justo en el eje de simetría del cerebro: la glándula pineal. Es también llamada epífisis, y se encarga de varias tareas como regular los ciclos de día y noche, además de secretar la melatonina, una sustancia relacionada con los ciclos de luz y el metabolismo humano.


Por sus características anatómicas llamó muy pronto la atención de los médicos. La primera descripción de la glándula pineal se atribuye a Herón de Alejandría, en el siglo III a.C., quien la vinculó a funciones valvulares reguladoras del “flujo del pensamiento” en el sistema ventricular. Galeno (s. II d.C.) describió su anatomía y la llamó konarium (cono de piña), denominación que ha perdurado hasta nuestros días junto con la de pineal, de pinea (piña en latín). Además, observó que la estructura pineal poseía un parecido estructural con las glándulas mayor que con el del sistema nervioso. El siguiente avance en el conocimiento de esta glándula tuvo lugar en el Renacimiento. De manera singular, Andrés Vesalio aportó una descripción anatómica precisa en su De Humani Corporis Fabrica (1543) y René Descartes la calificó en su obra póstuma De Homine (1633) de tercer ojo, no por su papel en el control de la regulación de los ciclos de admisión de luz del cuerpo, aún desconocidos, sino porque, según su concepción dualista. Para Descartes, aquella glándula constituía la sede del alma.

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¿Está el alma en la glándula pineal?

Descartes le asignó, además, una función fisiológica: incluida en el sistema nervioso, la glándula pineal se encargaba de la percepción del entorno, exponiendo que alma y cuerpo existían por separado y que su lugar de conexión se hallaba en este preciso punto del ser humano. Lo que atrajo a Descartes para señalar este lugar fue precisamente su posición en el eje de simetría de nuestro cerebro y su anatomía. Lo llamaba El Asiento del Alma. Con ese planteamiento se llega hasta el siglo XIX, cuando se abordó la investigación de la glándula pineal de los mamíferos desde distintos frentes: anatómico, histológico y embriológico y se mostró su semejanza con la epífisis de vertebrados inferiores. En 1905 Studnicka estableció que la pineal derivaba filogenéticamente de un órgano fotorreceptor con función desconocida, como en los reptiles…

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Glándula pineal a 180 aumentos

El siglo XX comenzó arrojando alguna luz sobre el papel fisiológico de la glándula pineal. Así,Heubner publicó el caso clínico de tres niñas que presentaban tumores pineales asociados a una pubertad precoz. Supuso que una hormona antigonadotrópica de origen pineal estaba implicada en el control del comienzo de la etapa pubera había una relación entre la glándula pineal y la reproducción. En 1943, Bargman sugirió que la función endocrina de la glándula estaba regulada por la luz a través del sistema nervioso central.
La era actual del conocimiento pineal se inicia en 1954 con la publicación de (The Pineal Gland), de Julian Kitai y Mark Altchule, que atribuían a la glándula tres propiedades:

10 TRUCOS PARA LIBERAR TU MENTE


ALEJANDRO JODOROWSKY 

10 TRUCOS PARA LIBERAR TU MENTE


miércoles, 19 de agosto de 2015

Las once formas de liberación

Douglas Harding

Cualquiera que sea nuestro entorno, todos nosotros hemos sido enceguecidos y encogidos por la sociedad en pequeñas cosas limitadas y perecederas llamadas seres humanos, separados, solitarios, llenos de miedo, encerrados en la prisión de nuestro condicionamiento.

Varias rutas de escape parecen mostrarse ante nosotros, tales como el trabajo duro, la televisión, las compras, el sexo, las drogas, la espiritualidad. Nosotros imaginamos que no hay ninguna liberación simple y directa de nuestra prisión, pero de hecho ella ofrece no menos de once puertas vastamente abiertas a la libertad. Como estamos a punto de ver.

Lo que yo necesito es liberación de la culpa y de todo tipo de egoísmo y delincuencia.

La meta y pasión dominante de mi vida adulta ha sido la unión consciente con su Fuente. ¡Sin embargo, parezco empeorar continuamente en lugar de mejorar! (Lo que está ocurriendo probablemente es que estoy deviniendo más consciente de los ingeniosos trucos del juego del ego para sobrevivir y florecer secretamente.) En cualquier caso, estoy cada vez más espantado ante la mezquindad de Harding. ¡Él se pondrá de alguna manera a salvo! Ninguna oferta de rescate ordinario funcionará.

Lo que yo tengo son once cabos salvavidas, once liberaciones distintas, cualquiera de las cuales sería suficiente para remolcarme a puerto seguro.

Tal es la benevolencia, la generosidad desbordante, el sentido del humor, la perfección, la aguda osadía de mi Fuente y Centro. Es imposible exagerar la fuerza combinada de las Once, cuando encuentro, para mi completo asombro, que ya:


1. Yo soy sin límites

Cuando apunto a Eso desde lo que estoy mirando, encuentro que es sin fin en todas direcciones —arriba y abajo, a derecha e izquierda, al frente y por detrás— con energía que no disminuye. Es tan asombroso, que puedo ser este gran estallido sin notarlo, por no decir nada de valorarlo.

Ser la Explosión superbenevolente y subnuclear que ella es siempre habría sido liberación suficiente y de sobra. Pero, por añadidura, hay diez más en la recámara, cada una esperando ansiosamente su turno para emerger.


2. Yo soy puro

Aunque tus pecados sean como escarlata, serán tan blancos como la nieve. Aunque sean rojos como carmesí, serán como la lana. Así canta el profeta Isaías en el Antiguo Testamento. El perdón de los pecados, es, por supuesto, uno de los principales temas del Nuevo Testamento. ¿De qué va todo esto?, podría decir usted.

En su libro, Intuitive Awareness, Ajahn Sumedho, que dirige Theravada Buddhism en Inglaterra, escribe: La consciencia es pura ya. Usted no tiene que purificarla, no tiene que hacer nada... Cuando nosotros comenzamos a darnos cuenta y a confiar y a apreciar plenamente esto, vemos que esto es real. No es teórico, abstracto o una idea —es realidad... Usted ha sido siempre puro—.

En cuanto a mí mismo, yo solo tengo que girar mi atención 180º, y ver Desde dónde estoy mirando, para ver que ello es absolutamente incontaminado e incontaminable.


3. Yo soy libre

Yo y mi ser, o “Yo, el ser”


En aquellas ocasiones en las que, la esencia, ser, o mónada, literalmente toma el control del cuerpo que le sirve como vehículo evolutivo, y se “asoma” al mundo físico, a través del Yo observador, si alguien te preguntara, ¿quien eres?, la respuesta es tan simple como difícil:  “yo soy yo”. Y tu sabes lo que significa, aunque quizás quien te lo pregunta no.

Si la mónada se encuentra “recogida” en su posición habitual, y es el Yo observador o cualquiera de los Yos gestionados por el programa ego quien dirige el cuerpo humano, entonces la esencia parece ser una “tercera persona”, y uno habla de ella como si hablara de algo que está “por ahí”, que aun sabiendo que es lo que realmente soy, no está asomada a través de la ventana de mi conciencia al plano material de esta realidad. Aquí es cuando decimos a los demás  “mi esencia dice…”, “siento a mi ser…”, “mi mónada está muy expandida….” Pero sigue siendo algo que la personalidad que habla, lo ve como en tercera persona.

La primera situación es la que jamás quiero perder cuando me sucede. Y cuando me sucede es como si fuera “nuevo” en este plano. Yo soy yo, y yo soy todo lo que hay y me siento conectado con ello. La primera vez recuerdo que incluso me sorprendió ver mis manos y decir, “esto son mis manos”, o ver el mundo con los ojos de la conciencia que pertenece a  otro nivel tan infinitamente diferente al de la personalidad artificial. Yo me reía de mi mismo, diciéndome, “¿dónde está el manual de instrucciones de esta realidad?”.

Pero, tarde o temprano, mi mónada se “retira”, y el Yo observador, el yo único o unificado, vuelve a sentir que “algo” que no era él mismo, se ha recogido. Lo sabe porque quedan las sensaciones en todos los niveles físicos y energéticos de lo que había salido a la superficie, así como la percepción registrada de aquello que la esencia ha “experimentado” estando al mando,  y que, ahora, desde su posición normal, vuelve a comunicarse con la mente como si de algo relativamente  “externo” se tratara.

Yo le pregunto a mi ser porque no se mantiene el 100% del tiempo “asomado” y en control, no me importa no ser “David”, si puedo ser “yo” y todo lo que se siente cuando eres el “tu” de verdad. Y me contesta que no es operativo que  “la esencia” en estos momentos esté para mi 24/7, pues el estado de “yo soy yo” es un estado de idiotez sublime y felicidad eterna (lo dice con humor y como guiñando un ojo), y depende de aquello que a nivel de alma y personalidad se quiera llevar a cabo, que eso sea un estado “operativo” y viable, o no. Me recuerda una anécdota de Eckhart Tolle, que cuenta que cuando su ser tomo control de su vehículo físico y se “quedó” ahí, se pasó 2 años en este estado “sublime” donde vivía en parques y divagando por la vida, porque simplemente, no sentía necesidad de hacer nada más que “estar” y “ser”.

Mi ser me pregunta si deseo eso. La primera respuesta es que si, lo deseo, no hay nada más bonito ni mejor que un ser humano creo pudiera desear, la segunda es que solo a medias. Conozco la sensación que describe Tolle, no por haberla vivido como él, sino por haberla vivido varias veces en el último año por momentos cortos, máximo unas horas seguidas en una de las ocasiones.

Afortunadamente, la mónada, una vez tiene abierto el canal de paso hacia la esfera de conciencia, realmente entra y sale de la misma cuando quiere. Anoche me desperté a las cinco de la mañana, pues mi hija lloraba en su cuna, y tras calmarla, volví a intentar dormir. Estando en duermevela volví a sentirme “yo”, “yo soy yo” me dije, y me puse a hacer algunas sanaciones, de esencia a esencia. “Hola hermano, hola hermana”, les decía a las mónadas de mis hijos mientras “yo era yo” y les iba haciendo cosas en su sistema energético.

Terminé la sanación y volví a sentirme “David”, pues mi ser se había retirado de nuevo. Es curioso todo lo que estoy aprendiendo, y como me siento durante las siguientes horas en las que “el remanente” energético de la presencia de mi ser inundando mi esfera de conciencia permanece “fresco”. Lo malo es que la personalidad que tengo lo echa de menos, y cuando “yo soy yo”, se que no necesito hablar de mi en tercera persona.

fuente:http://davidtopi.com/page/14/#.VdTQyfntlBc

Otro ejemplo de simbolismo aplicado al control de masas


El tema del último artículo publicado hace unos días sobre simbolismo arquetípico da mucho de si, y, aunque sea complejo, hay mucha información interesante al respecto, que quizás nos va a venir bien conocer, para que vayamos nivelando el tablero de juego del conocimiento en el que estamos participando. Vamos a poner algún otro ejemplo de este simbolismo, que vemos en nuestras vidas cotidianas, pero del que no llegamos a interpretar su significado de forma consciente, ni su influencia en nuestra psique.

El suelo cuadriculado

Un símbolo que está presente y es usado en muchos niveles del sistema bajo el que vivimos, como concepto arquetípico aplicado a nivel físico, para manifestar ciertas energías en  nuestro plano, y modificar nuestro comportamiento inconscientemente con ellas, es el típico mosaico cuadriculado en blanco y negro, como el de la imagen que veis aquí.


Este suelo cuadriculado, blanco y negro, existe en templos y construcciones de todo tipo ya desde la época del antiguo Egipto, y representa el principio de dualidad, el principio de los opuestos. En diferentes niveles de conocimiento esotérico, se le asigna diferentes interpretaciones, siendo esta la más básica, y la que se explica en la mayoría de libros sobre simbología que podemos encontrar publicados. Si echáis un vistazo por la web, veréis que muchos lugares lo tienen, en suelos, techos, paredes, etc., estando presente en edificios, templos, lugares de reunión, y por el estilo.

Muchos niveles de interpretación

Pero todo tiene muchos niveles de connotación arquetípica, tantos como sub-planos del plano mental apliquen a esa figura, pues, como sabéis, el plano que llamamos “mental”, es el plano no-físico de las ideas, la conciencia, los arquetipos y conceptos, desde la llamada región”concreta” (las primeras sub-divisiones del mismo), hasta la llamada región “abstracta” o causal (las últimas), algo que explicamos en detalle hace algún tiempo en esta otra conferencia. En cada uno de estos niveles frecuenciales, un mismo arquetipo toma diferentes funciones, de forma que la energía que codifica es distinta e influencia a niveles profundidades.

Un cuadrado, por ejemplo, imbuye un tipo de concepto diferente si pertenece a una región del plano mental que si pertenece a otra, y así queda registrado en diferentes niveles de nuestra psique, de forma que, para cada símbolo que podamos encontrar en el plano físico en el que nos encontramos, habrá tantas interpretaciones como niveles de representación tenga ese símbolo en los planos de los que codifica el arquetipo. Además todo símbolo puede ser usado de forma “positiva” o “negativa”, ya que representa solo conceptos. El que diferentes personas, culturas, religiones o instituciones hayan usado símbolos para manipular y controlar, como veremos luego, no significa que el símbolo no se pueda usar de forma contraria para lo opuesto. Espero hayáis comprendido el concepto, y el porqué, a una sola figura, se la puede explicar de tantas formas y asociar a tantas cosas.

La conciencia base y básica

domingo, 9 de agosto de 2015

!! Viva la vida !!



                    !! Viva la vida !!

Así es, vive la vida y adquiere tu responsabilidad. Vive desde tu corazón.

Os dejamos por los diez últimos días de vacaciones y nos tomamos de descanso.

Con este maravilloso vídeo 
os dejamos hasta la vuelta.

           Un abrazo. Ismael


TEMOR; EL RESPONSABLE DE LA ACUMULACIÓN DE CONOCIMIENTO.


Ustedes recordarán que hemos estado conversando acerca del temor. Ahora bien, ¿no es el temor el responsable de la acumulación de conocimiento?

Éste es un tema difícil, así que veamos si podemos examinarlo, considerémoslo muy cuidadosamente.

Los seres humanos acumulan el conocimiento y le rinden culto, no sólo el conocimiento científico sino también el así llamado conocimiento espiritual. Piensan que el conocimiento es de suma importancia en la vida, el conocimiento de lo que ha sucedido y de lo que va a suceder.

Todo este proceso de acumular información, de rendir culto al conocimiento, ¿no surge de un trasfondo de temor? Tememos que sin el conocimiento estaríamos perdidos, que no sabríamos cómo conducimos. Así, leyendo lo que los sabios han dicho, mediante las creencias y experiencias de otras personas y también mediante nuestras propias experiencias, paulatinamente construimos un trasfondo de conocimiento que se vuelve tradición; y buscamos refugio detrás de esta tradición.

Pensamos que este conocimiento o que esta tradición es esencial, y que sin eso estaríamos perdidos, no sabríamos qué hacer.

Ahora bien, cuando hablamos del conocimiento, ¿qué entendemos por esa palabra? ¿Qué es lo que “conocemos”? ¿Qué es lo que ustedes realmente conocen cuando llegan a considerar el conocimiento que han acumulado? En un cierto nivel, en la ciencia, en la ingeniería y demás, el conocimiento es importante, pero más allá de eso, ¿qué es lo que conocemos?

¿Han considerado alguna vez todo este proceso de acumular conocimientos? ¿Qué es lo que estudian, por qué dan exámenes? El conocimiento es necesario en un cierto nivel, ¿no es así? Sin un conocimiento de las matemáticas y de otras materias uno no podría ser ingeniero ni científico. La relación social está basada en tal conocimiento y sin él no podríamos ganamos la vida. Pero más allá de esta clase de conocimiento, ¿qué es lo que conocemos? Más allá de eso, ¿cuál es la naturaleza del conocimiento?

¿Qué queremos decir cuando afirmamos que el conocimiento es necesario para encontrar a Dios, o que el conocimiento es necesario para comprendemos a nosotros mismos, o que es indispensable para encontrar un camino a través de todas las agitaciones de la vida? En esos casos, entendemos el conocimiento como experiencia; ¿y qué es esta experiencia? ¿Qué es lo que conocemos mediante la experiencia? ¿Acaso este conocimiento no es utilizado por el ego, por el “yo” para fortalecerse a sí mismo?

Digamos, por ejemplo, que he logrado cierta posición social. Esta experiencia, con sus sentimientos de éxito, de prestigio, de poder, me da cierta sensación de seguridad, de bienestar. Así, el conocimiento de mí éxito, el conocimiento de que soy “alguien”, de que tengo una posición, poder, refuerza el “yo”, el ego, ¿no es así?

¿Han advertido lo inflados que están de conocimiento los pundits, y cómo el conocimiento da a los padres de ustedes, a sus maestros, la actitud de “yo he experimentado más que tú, yo sé y tú no sabes”? Así es como el conocimiento, que es meramente información, se convierte poco a poco en el sustento de la vanidad, en el alimento del ego, del .yo”. Porque el ego no puede existir sin ésta u otra clase de dependencia parasitaria.

El científico usa su conocimiento para nutrir su vanidad, para sentir que es alguien, tal como lo hace el pundit.

Los maestros, los padres, los gurúes, todos quieren ser “alguien” en este mundo, de modo que utilizan el conocimiento como un medio para ese fin, para satisfacer ese deseo. Pero cuando uno mira detrás de sus palabras, ¿qué es lo que ellos conocen en realidad?