jueves, 24 de septiembre de 2015

El amor: humano y divino


El mayor amor que puedes sentir se encuentra en la comunión con Dios que se experimenta en la meditación. El amor entre el alma y el Espíritu es el amor perfecto, el amor que estás buscando. Cuando meditas, el amor crece. Incontables vibraciones de gozo atraviesan tu corazón. […] Si meditas profundamente, recibirás un amor que es imposible describir con palabras; conocerás su amor divino y podrás dar ese amor puro a los demás.


Si pudieras experimentar siquiera una sola partícula del amor divino, tan inmenso sería tu gozo —tan avasallador— que no podrías contenerlo.


El mundo en general ha olvidado el verdadero significado de la palabra amor. El ser humano ha maltratado y crucificado tanto al amor, que muy poca gente sabe lo que realmente es. De la misma forma que el aceite está presente en cada parte de la aceituna, el amor impregna cada partícula de la creación. No obstante, definir el amor es muy difícil, por la misma razón que el sabor de una naranja no puede ser totalmente descrito con palabras. Si quieres conocer el sabor de una fruta, debes probarla; lo mismo sucede con el amor.


En el sentido universal, el amor es el divino poder de atracción, presente en la creación, que armoniza, vincula y une. […] Aquellos que viven en sintonía con la fuerza de atracción del amor logran la armonía con la naturaleza y con sus semejantes, y son atraídos hacia la bienaventurada reunión con Dios.


«Por lo general, el amor es egoísta y se halla oscuramente enraizado en los deseos y en las satisfacciones [decía Sri Yukteswar]. El amor divino es incondicional, sin límites, inmutable. La volubilidad del corazón humano desaparece para siempre ante el extasiante toque del amor puro».


Numerosos son los seres humanos que un día dicen a una persona «te amo» y al día siguiente la rechazan. Eso no es amor. Aquel cuyo corazón rebosa de amor divino es incapaz de herir a nadie intencionalmente. Cuando amas a Dios sin reservas, Él colma tu corazón con su amor incondicional por todos los seres. No es posible describir, en el lenguaje humano, semejante amor. […] El hombre común es incapaz de amar a los demás de ese modo.

Egoístamente centrado en la conciencia de «yo, mí y mío», no ha descubierto aún al Dios omnipresente que reside en él y en todos los demás seres. Para mí no existe diferencia entre una persona y otra; contemplo a todos como almas que son el reflejo del único Dios. Nadie me es extraño, porque sé que todos somos parte del Espíritu Único. Cuando logres experimentar el verdadero significado de la religión, que es conocer a Dios, comprobarás que Dios es tu Ser y que se halla igual e imparcialmente presente en todos los seres: entonces serás capaz de amar a todos como a tu propio Ser.


En la conciencia de quien está inmerso en el divino amor de Dios no hay engaño, ni prejuicios de casta o credo, ni limitaciones de ninguna clase. Cuando experimentes ese amor divino, verás que no hay diferencia esencial entre una flor y una bestia o entre un ser humano y otro: estarás en comunión con la naturaleza y amarás por igual a toda la humanidad.


Para alcanzar la realización divina, es necesario tener compasión por todos los seres, porque Dios mismo rebosa de esa cualidad. Quienes poseen un corazón sensible son capaces de ponerse en el lugar de otras personas, identificarse con su sufrimiento y tratar de aliviarlo.


Desarrollar el amor puro e incondicional entre esposo y esposa, entre padres e hijos, entre amigos, entre uno mismo y los demás, es la lección que hemos venido a aprender a la tierra.


Desear la perfección para el ser amado, y experimentar un sentimiento puro de gozo al pensar en esa alma, es amor divino; y ése es el amor que existe en la verdadera amistad.


El amor de Dios, el amor del Espíritu, es un amor embriagador. Una vez que lo hayas experimentado, te conducirá cada vez más profundamente a los dominios de lo eterno. Ese amor jamás será arrebatado de tu corazón, sino que arderá allí, y en ese fuego encontrarás el gran magnetismo del Espíritu que atrae a los demás hacia ti y atrae también cualquier cosa que verdaderamente necesites o desees.

En verdad puedo afirmar que todas mis preguntas han sido respondidas, no por el hombre, sino por Dios. Él es. Él es. Es su espíritu quien te habla a través de mí. Es de su amor del que yo hablo. ¡Oleada tras oleada de gozo estremecedor! Cual dulce céfiro, su amor envuelve el alma. Noche y día, semana tras semana, mes tras mes, año tras año, continúa creciendo y no sabes dónde está el fin. Y eso es lo que tú anhelas experimentar, lo que cada uno busca. Piensas que lo que deseas es el amor humano y la prosperidad, mas en el fondo de ambos se encuentra el Padre, que te está llamando. Si tomas conciencia de que Él es infinitamente superior a sus dones, con toda certeza le encontrarás.


Nuestros seres queridos prometen amarnos para siempre, pero cuando se sumergen en el Gran Sueño, dejando atrás todos los recuerdos terrenales, ¿qué valen sus promesas? ¿Quién, sin decírnoslo con palabras, nos ama eternamente? ¿Quién se acuerda de nosotros cuando todos los demás nos olvidan? ¿Quién permanecerá a nuestro lado cuando tengamos que dejar a los amigos de este mundo? ¡Sólo Dios!


El Señor, siempre calladamente, te susurra: […]

Los milagros y deseos suceden: sólo tienes que abrir el canal para recibirlos



¿No ves camino ni solución? Abre unos nuevos ojos

Así que necesitas un milagro. Pues es el momento de hacer que suceda. ¿A qué sino se habrá venido a este mundo? A descubrir que hay cosas fascinantes y grandiosas que ni te imaginas, y las cuales pueden ocurrir cuando menos te lo esperas. Has venido a entender este mundo material donde todos los días uno busca ser, tener, curarse, etc. Has venido a ver como activar un poder interior que tienes para crear y experimentar cosas extraordinarias y grandiosas, y que cuando la vida parece apretarse y ponerse limitada, es que hay algo en ti que te esta empujando a esperar y a entender este poder que hay en ti.

Los problemas, necesidades, carencias y limitaciones nos empujan hacia dentro a entender y desarrollar de una forma más profunda nuestro poder creativo.

Si observas, un gran número de personas en el planeta tierra están en la búsqueda de vivir algo nuevo y más grandioso a lo que han vivido: quizá una mejor fortuna, más dinero, suerte, un mejor trabajo o un mundo con más paz, confianza o quizá un cuerpo sano, fuerte, rejuvenecido y sin ninguna limitación.

Cuando hay momentos difíciles en la vida o una fuerte necesidad nos aborda, la expectativa de que sucedan cosas más grandiosas e ilimitadas en nuestra realidad aumenta. Algo nos moviliza por dentro a buscar. Cuando vemos que las cosas no se resuelven o parecen empeorar, hay quienes empiezan a desesperarse, enfadarse o angustiarse, mientras hay otros que buscan como hacer que lo que queremos, aunque suene imposible, suceda en forma de milagro.

Tu decides que hacer ante el “imposible”: si esperar lo peor y caer, o enfocarte en algo grandioso.

Un milagro es la resolución extraordinaria de un problema, carencia o limitación. Esperamos un milagro cuando queremos sanar algo que parece imposible. Esperamos que nos suceda un milagro cuando vemos que todo cae y parece no haber salida o solución, y parece que uno está en un cuarto oscuro sin salida.

¿Qué necesitas hacer en este momento?

Es aquí donde tienes que abrir el canal para que suceda lo grandioso. Y para que lo grandioso suceda en tu vida, necesitas aceptar y reconocer que eso existe en ti. Que hay algo extraordinario en ti. Si tienes dudas no importa: juega a creerlo, a que eres un niño y le haces una carta a alguna estrella y con ojos cerrados confías en que del cielo bajara lo que has pedido. NO razones si será o no será, si estas haciendo una bobería o si en verdad existe eso. Los niños no dudan. Por eso la sabiduría canta que “Solo los niños entran al reino de los cielos”, porque tienen ingenuidad.

¿Quieres un milagro?

Vuélvete un niño. Escribe una carta con lo que deseas como si fueras un pequeño y deja que el cielo te devuelva la respuesta. Escribe y hasta dibuja lo que quieres, ponlo debajo de una velita, o de una maceta con flores lindas, o debajo de una lamparita. No importa el lugar, pues lo grandioso esta en cada rincón. Luego, dejas ahí tu petición y confías.

Cuando haces esto con verdadera confianza, jamás dudas. Te pones a hacer tus cosas, vives feliz y en paz, porque sabes que todo se resolverá bajo tu mejor bien. Y cuando te acuerdas del problema, sabes que está en manos de una estrella, de dios, de algo grandioso. Y si el adulto te molesta con sus dudas e incredulidad, vuélvete de nuevo un niño, cierra tus ojos y juega a que recibes regalos de la vida cada día, y que todo lo que la vida te da siempre es lo que en realidad es mejor para ti.

¿Qué hacer mientras llega el milagro?

Estate atento a las cosas que suceden en tu vida. Si estas realmente confiado en que lo recibiras, puede que llegue algo nuevo a tu vida: un libro, un amigo, una oportunidad, una palabra, una invitación… Date la oportunidad de ir hacia ese rumbo, sobre todo si algo te hace “clic”. pues quiza por ese camino encontraras lo que estas buscando. No te cierres a las cosas que desconoces, si desconfias, prueba y experimenta nuevas formas de ver y entender o vivir, porque muchos de los milagros estan esperando por los caminos nuevos.

¿Si no llega el milagro?

miércoles, 23 de septiembre de 2015

¿Dónde y cuándo ver el único eclipse total de la mayor superluna de la década?


Este fin de semana tendrá lugar un evento astronómico que no se pueden perder: la mayor superluna del año se teñirá de rojo por el eclipse total. Es algo que sucede solo una vez cada casi 20 años. 

¿Dónde y cuándo se podrá ver?


En la noche del domingo 27 de septiembre al lunes 28 de en el cielo se podrá ver un singular fenómeno astronómico que sucede solo una vez en cada generación. Esa noche tendrá lugar un eclipse total de luna, que además dará lugar a la superluna más grande y más cercana a la Tierra del año, con un aspecto hasta un 14% mayor del habitual.

A diferencia del eclipse solar, la luna durante el eclipse seguirá reflejando un poco de luz, y obtendrá así un color rojizo, explica el portal EarthSky. El evento durará más de una hora. La duración del eclipse total será de 72 minutos. El eclipse parcial antes y después durará alrededor de una hora cada uno.

El fenómeno se podrá ver después de la puesta del sol en todo el territorio de América de Sur, en la parte oriental de México, incluida toda la península de Yucatán, y en la mitad de EE.UU. y Canadá. Así mismo se podrá observar en la madrugada del lunes desde las partes occidentales de África y Europa, incluida España.

En las demás partes del mundo el eclipse se podrá ver parcialmente o no se podrá ver por la luz del día. La próxima vez que se pueda contemplar un fenómeno similar será dentro de 18 años, de acuerdo a la revista 'Time'.

fuente:http://actualidad.rt.com/ciencias/186718-donde-cuando-ver-unico-eclipse-superluna-decada

Las cuatro leyes de la espiritualidad


Dicen que existe un breve momento en la vida en el que te sientes más perdido que nunca y que ese es el momento de un encuentro. Un encuentro contigo mismo, con tus abismos, con tus miedos, con tu alma.

La espiritualidad va más allá de lo material y lo terrenal. No es una religión ni una doctrina, la espiritualidad es cuidar y mimar nuestro interior, dejar que nuestro corazón salte los abismos que crea nuestra mente y cultivar nuestros valores humildemente.

Dicen que si este texto llega a tus manos, no es por casualidad, sino porque hay algo que necesitas comprender. Estas son las cuatro leyes de la espiritualidad de la filosofía hindú…

1. La persona que llega a tu vida siempre es la persona correcta

Cada persona que pasa por nuestra vida es única. Siempre deja un poco de sí y se lleva un poco de nosotros. Habrá los que se llevan mucho pero, no habrá quien no deje nada. Esta es la prueba evidente de que dos almas no se encuentran por casualidad.

Jorge Luis Borges

Nadie llega a nuestra vida por casualidad. Todas las personas que nos rodean están ahí por algo, incluso las personas tóxicas. En cada intercambio y en cada momento, todos nos aportamos algo.

Vivimos en un mundo con tonalidades grises. No todos somos siempre alumnos o siempre maestros. Cada uno de nosotros aporta algo positivo, aunque sea a través de un rasgo negativo, como por ejemplo algo que no aguantamos o que nos hace daño.

Las personas somos siempre linternas en la oscuridad. Hay personas más representativas que otras pero todas, sin excepción, tienen algo que decirnos. Por eso, con el tiempo llegamos a agradecer las piedras de nuestro camino, tales como que alguien nos complicara la existencia en un momento dado o que nos apoyara fielmente.

Todo, absolutamente todo, suma en la vida. Esta es la razón por la que debemos tener una buena predisposición hacia los demás y no desestimar ningún aprendizaje.

2. Lo que sucede es la única cosa que podría haber sucedido

Somos una casualidad llena de intención

Nada de lo que acontece en nuestras vidas podría haber sido de otra forma. Desde que pasó lo que pasó ya es lo único que podía haber pasado. Lo que nos sucede es lo que nos tiene que suceder, lo adecuado en cada momento y a través de lo cual tenemos que extraer un significado concreto.

Estamos acostumbrados a pensar en lo que podría haber sido, en crear situaciones hipotéticas en las que actuábamos de otra manera y, como consecuencia, obteníamos otro resultado.

Cada cambio genera situaciones impredecibles, por esto, debemos aceptar que lo que sucede ya lo ha hecho y no hay otras posibilidades. Lo hecho, hecho está. Cada uno de nuestros comportamientos generará en nuestro entorno una cadena secuencial de acontecimientos que marcan nuestro camino.

No nos amarguemos con lo que podíamos haber hecho y no hicimos, cada cosa tiene su momento y lleva su tiempo asumir los aprendizajes necesarios. Como dicen, no puedes hacer una maratón si antes no caminaste y no puedes caminar si antes no gateaste. En definitiva, no podemos evitar dar los pasos necesarios en la vida.

3. Cualquier momento en el que algo comience es el momento correcto.

“Las emociones afectan a nuestra genética”.

Dan Winter

Dan Winter, físico, psicofisiólogo, músico, investigador poligráfico, analista de sistemas IBM

56 años. Nací en Nueva York y vivo en el campo, en el sur de Francia. Tengo pareja. El éxtasis, la felicidad, las experiencias pico… son absolutamente necesarios para la salud y son pura física. Mis conocimientos como ingeniero eléctrico conforman mi idea religiosa


Sabe esa aureola  que les ponen a los santos…? Es pura ciencia.

¿Se puede ver y medir?

Uno de mis colegas, el profesor Konstantin Korotkov, catedrático de la Universidad de San Petersburgo, ha creado un aparato, el GDV (visualización por descarga de gas), que conectado a la punta de los dedos ya un ordenador muestra el aura de todo el cuerpo; es decir, el campo energético.

¿…?

Están utilizándolo ya más de 10.000 médicos, incluida la asociación médica estadounidense. Con el GDV obtenemos información sobre el estado físico y psicológico del paciente. Nos permite abordar un nuevo nivel del ser humano, el energético.

Póngame un ejemplo concreto de lo que puede medir el GDV.

La empatía entre las personas: vemos cómo el aura de las parejas bien avenidas se mue- ve entre los dos cuerpos; y también cómo la gente que toma drogas, legales o ilegales, tiene agujeros en su aura.


Columna Dan Winter¿Y usted investiga con eso?

Sí. Entre otras cosas, con lo que ocurre con el aura tras la muerte.

Creo que tendremos que ir despacio.

Cuando morimos, el campo eléctrico, o lo que llamamos vida, sale del cuerpo. Las constantes de Kluver (un científico que se dedicó a investigar las experiencias cercanas a la muerte) es lo que la gente suele ver cuando muere. Se trata de un patrón de simetrías.

¿Todos ven lo mismo?

Sí, primero ven una rejilla, luego una especie de telaraña, un túnel y finalmente una espiral. Lo que hemos descubierto es que esos cuatro pasos  se corresponden con la geometría de pliegues de nuestro ADN.

¿Y?

Nosotros somos un colectivo de 3 billones de células, y probablemente cuando morimos nuestro campo electromagnético se va hacia el centro de cada una de esas células, nuestro ADN, para luego salir de nuestro cuerpo. Adónde llegue después depende del grado de fractalidad del entorno en que morimos y de nuestra preparación; puede llegar a cualquier punto del universo.

Defíname fractalidad.

Una rosa, un helecho, una piña, las muñecas rusas…, es decir: el interior tiene exactamente la misma forma que el exterior, y eso es lo que produce la fuerza centrante, la implosión, lo que provoca que todo se mantenga alrededor de un centro, incluido  nuestro campo electromagnético. En realidad, la fractalidad es lo que genera la gravedad.

¿Todo se pliega sobre sí mismo?

martes, 22 de septiembre de 2015

Los combustibles fósiles acaban de perder la carrera contra la energía renovable



De acuerdo al fundador de la BNEF, Michael Liebreich, el sistema eléctrico está cambiando y se hará cada vez más limpio y esto podría ser el principio del fin para los combustibles fósiles. Cada vez más, la energía eólica y solar se están haciendo más baratas, incluso en muchos sitios hoy se encuentran a la par que el precio de la red eléctrica tradicional. Si bien la energía solar ocupa solamente un 1% del mercado eléctrico,para el año 2050 podría ser el principal recurso del mundo.

Marian Kow - Es AMOR


Es AMOR, lo que falta es AMOR...

Todo se trata del AMOR.....

No se puede resumir mejor el mal que aqueja este mundo.
Os dejo con esta hermosa canción en un ritmo roquero inmejorable.




Ismael

Eckhart Tolle: ¿Quién ve el ego? Nuestro ego. - La abundancia


Nuestro sentido de lo que somos determina cuáles han de ser nuestras necesidades y las cosas a las cuales les atribuiremos importancia en la vida; y todo aquello que nos parezca importante tendrá el poder de perturbarnos e irritarnos. Esto se puede utilizar como criterio para descubrir hasta qué punto nos conocemos a nosotros mismos. Lo que nos importa no es necesariamente lo que expresamos ni aquello en lo cual creemos, sino aquello que se manifiesta como serio e importante a través de nuestros actos y de nuestras reacciones.

Entonces conviene preguntarnos: “¿Cuáles son las cosas que me irritan y me alteran?” Si las nimiedades tienen el poder para molestarnos, entonces eso es exactamente lo que creemos ser: un ser insignificante. Esa será nuestra noción inconsciente. ¿Cuáles son las cosas insignificantes? En últimas, todas las cosas son insignificantes, porque todas las cosas son transitorias.

Podemos decir, “sé que soy un espíritu inmortal”, o “estoy cansado de este mundo de locos y lo único que deseo es paz”, hasta cuando suena el teléfono. Malas noticias: hubo un colapso de la bolsa de valores; se dañó el negocio; se robaron el automóvil; llegó la suegra; se canceló el viaje; se canceló el contrato; el compañero se ha ido; piden más dinero; dicen que es culpa nuestra. Entonces se levanta en nuestro interior una oleada de ira o ansiedad. La voz se torna dura: “no soporto más esto”. Acusamos, culpamos, atacamos, nos defendemos o nos justificamos, y todo eso sucede en piloto automático.
Obviamente hay algo más importante para nosotros que la paz interior que pedíamos hace un momento, y tampoco somos ya un espíritu inmortal. El negocio, el dinero, el contrato, la pérdida o la amenaza de pérdida son más importantes. ¿Para quién? ¿Para el espíritu inmortal que dijimos ser? No, para mí. Para ese pequeño yo que busca la seguridad o la realización en cosas transitorias y que se enoja o se pone nervioso cuando no las encuentra. Bueno, por lo menos ahora sabemos quiénes creemos ser realmente.

Si la paz es realmente lo que deseamos, debemos elegir la paz. Si la paz fuera más importante para nosotros que todo lo demás y si supiéramos de verdad que somos espíritu en lugar de un pequeño yo, no reaccionaríamos sino que nos mantendríamos totalmente alertas frente a situaciones o personas difíciles.
Aceptaríamos inmediatamente la situación y nos haríamos uno con ella en lugar de separarnos de ella. Entonces, a partir del estado de alerta, vendría la reacción. Sería una reacción proveniente de lo que somos (conciencia) y no de lo que creemos ser (el pequeño yo). Sería entonces una respuesta poderosa y eficaz que no convertiría a la persona o a la situación en enemiga.

El mundo siempre se encarga de que no nos engañemos durante mucho tiempo acerca de lo que pensamos ser, mostrándonos las cosas que realmente nos importan. La forma como reaccionamos ante las personas y las situaciones, especialmente en los momentos difíciles, es el mejor indicador del conocimiento real que tenemos de nosotros mismos.

Mientras más limitada y más egotista sea nuestra idea de nosotros mismos, más atención prestaremos y más reaccionaremos ante las limitaciones del ego, ante la inconsciencia de los demás. Los “defectos” que vemos en los otros se convierten, para nosotros, en su identidad. Eso significa que veremos solamente el ego en los demás, reforzando así el nuestro. En lugar de mirar “más allá” del ego de los demás, fijamos nuestra atención en él. ¿Quién ve el ego? Nuestro ego.

Las personas que viven en estado profundo de inconsciencia experimentan el ego viendo su reflejo en los demás. Cuando reconocemos que aquellas cosas de los demás que nos producen una reacción son también nuestras (y a veces sólo nuestras), comenzamos a tomar conciencia de nuestro propio ego. En esa etapa es probable que también nos demos cuenta que les hacíamos a los demás lo que pensábamos que ellos nos hacían a nosotros. Dejamos de considerarnos víctimas.
Puesto que no somos el ego, el hecho de tomar conciencia de él no significa que sepamos lo que somos: sólo reconocemos lo que no somos. Pero es gracias a ese conocimiento de lo que no somos que logramos eliminar el mayor obstáculo para llegar a conocernos realmente.

Nadie puede decirnos lo que somos. Sería apenas otro concepto más, incapaz de cambiarnos. No hace falta una creencia para saber lo que somos. En efecto, todas las creencias son obstáculos. Ni siquiera necesitamos alcanzar la realización, porque ya somos lo que somos. Pero sin la realización nuestro ser no puede proyectar su luminosidad sobre el mundo. Permanece en el ámbito de lo inmanifiesto, es decir, en nuestro verdadero hogar. Entonces somos como la persona que finge ser pobre mientras tiene cien millones de dólares en su cuenta, con lo cual el potencial de su fortuna jamás se manifiesta.



LA ABUNDANCIA

La noción de lo que creemos ser también está íntimamente relacionada con la forma como percibimos el tratamiento que recibimos de los demás. Muchas personas se quejan de que los demás no los tratan como se merecen. “No me prestan atención, no me respetan, no reconocen lo que hago”, dicen. “Es como si no existiera”. Cuando las tratan con amabilidad, sospechan algún motivo oculto. “Los otros tratan de manipularme y aprovecharse de mí. Nadie me quiere”.