viernes, 9 de octubre de 2015

Sólo el Ser es real


Conversaciones con Annamalai Swami

Annamalai Swami

Pregunta: ¿Cuál es la manera más fácil de liberarse del 'pequeño yo'?


Annamalai Swami: Deja de identificarte con él. Si puedes convencerte de que "Este 'pequeño yo' no soy yo", simplemente desaparecerá.

Pero, ¿cómo hacer esto?

El 'pequeño yo' es algo que sólo parece ser real. Si comprendes que no tiene una existencia real desaparecerá, dejando tras de sí la experiencia del único Ser real. Comprende que no tiene existencia real y dejará de molestarte.

La consciencia es universal. No hay en ella ninguna limitación ni 'pequeño yo'. Es sólo cuando nos identificamos con el cuerpo y la mente y nos auto-limitamos que este falso yo nace. Si, a través de la indagación, vas a la fuente de este 'pequeño yo', descubrirás que se disuelve en la nada.

Pero estoy muy acostumbrado a sentir "yo soy este 'pequeño yo'." No puedo romper este hábito sólo por pensar "yo no soy este 'pequeño yo'."

Este 'pequeño yo' sólo dará paso al Ser real si meditas constantemente. No puedes hacerlo desaparecer con unos pocos pensamientos perdidos. Trata de recordar la analogía de la cuerda que se parece a una serpiente en la penumbra. Si ves la cuerda como una serpiente, la verdadera naturaleza de la cuerda se esconde de ti. Si sólo ves la cuerda, la serpiente no está allí. Cuando se tiene esta percepción clara y correcta de que la serpiente en ningún momento existió, la cuestión de cómo matar a la serpiente desaparece. Aplica esta analogía al 'pequeño yo' por el que estás preocupando. Si puedes comprender que este 'pequeño yo' en ningún momento tuvo existencia fuera de tu imaginación, no estarías preocupando por la manera de deshacerte de él.

Todo está muy bien, pero creo que necesito un poco de ayuda. No estoy seguro de poder llegar a esta comprensión por mí mismo.

El deseo de ayuda es parte de tu problema. No cometas el error de pensar que hay alguna meta que alcanzar o lograr. Si piensas de esta manera iniciarás la búsqueda de métodos para practicar y de personas que te ayuden. Esto sólo perpetúa el problema que estás tratando de zanjar. En su lugar, cultiva la firme conciencia de: "Yo soy el Ser. Yo soy Eso. Yo soy Brahman [la realidad absoluta impersonal]. Yo soy todo". No necesitas ningún método para deshacerte de las ideas equivocadas que tengas sobre ti mismo. Todo lo que tienes que hacer es dejar de creer en ellas. La mejor manera de hacer esto es reemplazarlas con ideas que reflejen con más precisión el estado real de las cosas. Si piensas y meditas "Yo soy el Ser", te hará mucho más bien que si piensas: "Yo soy el 'pequeño yo'. ¿Cómo puedo deshacerme de este 'pequeño yo'?"

El Ser está siempre alcanzado, está siempre realizado; no es algo que tienes que buscar, alcanzar o descubrir. Tus vasanas [hábitos y tendencias mentales] y todas las ideas equivocadas que tengas sobre ti mismo están bloqueando y ocultando la experiencia del Ser real. Si no te identificas con las ideas equivocadas, tu naturaleza del Ser no estará oculta para ti.

Has dicho que necesitabas ayuda. Si tu deseo de obtener un correcto conocimiento de tu verdadera naturaleza es lo suficientemente intenso, la ayuda vendrá automáticamente. Si quieres generar una conciencia de tu verdadera naturaleza serás ayudado enormemente si tienes contacto con un jñani [ser realizado]. El poder y la gracia que irradia un jñani aquietan la mente y automáticamente eliminan las ideas equivocadas que tienes de ti mismo. Puedes progresar teniendo satsang [asociación] con un Gurú realizado y por la práctica espiritual constante. El Gurú no puede hacerlo en tu lugar. Si deseas renunciar a los hábitos limitadores de muchas vidas, debes practicar constantemente.

La mayoría de la gente toma la apariencia de la serpiente en la cuerda como la realidad. Actuando a través de sus percepciones erróneas piensan en las diferentes maneras de matar a la serpiente. Nunca pueden tener éxito en librarse de la serpiente hasta que abandonen la idea de que ahí hay una serpiente. Las personas que quieren eliminar o controlar la mente tienen el mismo problema: se imaginan que hay una mente que tiene que ser controlada y toman medidas drásticas para dominarla. Si, en cambio, generaran el entendimiento de que no existe una cosa tal como la mente, se acabaría todo el problema. Debes generar la convicción, "Yo soy la consciencia omnipresente en la que todos los cuerpos y mentes de todo el mundo están apareciendo y desapareciendo. Soy esa consciencia que permanece inalterada y no afectada por estas apariciones y desapariciones". Estabilízate a ti mismo en esa convicción. Eso es todo lo que tienes que hacer.

Bhagavan [Ramana Maharshi] una vez contó una historia sobre un hombre que quería enterrar su propia sombra en una fosa profunda. Cavó la fosa y se puso en una posición tal que su sombra estaba en la parte inferior de la misma. Entonces el hombre trató de enterrarla cubriéndola con tierra. Cada vez que arrojaba un poco de tierra en el agujero la sombra aparecía en la parte superior de la tierra. Por supuesto, nunca logró enterrar la sombra. Muchas personas se comportan así cuando meditan. Toman la mente como algo real, tratan de luchar contra ella y aniquilarla, y siempre fracasan. Estas luchas contra la mente son todas actividades mentales que fortalecen la mente en lugar de debilitarla. Si quieres deshacerte de la mente, todo lo que tienes que hacer es entender que "no soy yo". Cultiva la conciencia "Yo soy la consciencia inmanente". Cuando esa comprensión sea firme, la mente inexistente no te molestará.

No creo que repetir "yo no soy la mente, yo soy la consciencia" llegue alguna vez a convencerme de que no soy la mente. Sólo será otro pensamiento que ocurre dentro de la mente. Si yo pudiera experimentar, aunque sea por un momento, lo que se siente al estar fuera de la mente, la convicción vendría automáticamente. Creo que un segundo de experimentar la consciencia como lo que realmente es sería más convincente que varios años de repeticiones mentales.

Reseteo o Boot Device – Cellulas de Crecimiento por Antonio Tirado


Desde el 2014 estamos en un proceso de reseteo (boot) reiniciando nuestro sistema. Tenemos que estar atentos interna y externamente. Y para ello tenemos que estar en calma.

Este reseteo o boot permite que se verifiquen qué programas hemos estado utilizando y cuáles no y de los primeros cuáles han funcionado y cuáles no lo han hecho.

El código genético es un programa que tiene que ser controlado por una CPU y esa CPU lo componen nuestra pituitaria, nuestro corazón y nuestro cerebro primario dentro del recto: los 3 taquiones.

Es hora de estar en unidad.

Este proceso de reinicio que está empezando a vivenciar la humanidad es cada vez más intenso y en este momento se está comprometiendo enormemente el plano físico puesto que la mutación está llegando a un punto donde se hace necesario tomar acción desde la honestidad con uno mismo. Ya no podemos continuar con la ira, el miedo y el odio.

El proceso del “boot” es demasiado intenso; en cada reinicio de programa literalmente morimos sin perder el cuerpo físico y, cuando renacemos, nos encontramos perdidos sin saber qué rumbo tomar. Es por esto que los ángeles y maestros pusieron en cada centro lumínico físico un símbolo para ir adaptando las frecuencias recibidas.

Boot Device – Cellulas de Crecimiento por Antonio Tirado




jueves, 8 de octubre de 2015

El hombre que cayó en coma y despertó en el año 3906


Vicente Fuentes narra el impresionante incidente de transposición corpórea de Paul Amadeus Dienach, un profesor suizo que en 1923 protagonizó el que sería considerado el mayor incidente de deslizamiento del tiempo del mundo.

La historia que contó tras su experiencia abarca lo que ocurre en la humanidad hasta el siglo 40. 




Eliminando "yo’s positivos" de la esfera de consciencia


El trabajo de unificación de nuestros “yos” o sub-personalidades, facetas de nuestra consciencia artificial, egoica y virtual, la que nos “define” cuando estamos interactuando unos con otros desde el personaje que interpretamos y no desde el ser que somos, tiene, a veces, connotaciones difíciles de asumir cuando uno tiene que ponerse a eliminar lo que, por no saber como definirlo mejor, llamo “yo’s positivos”.

¿Qué significa esto de tener yo’s positivos? Lo contrario a tener facetas del carácter negativas. Simple. A nadie le gusta tener un yo envidioso, un yo irascible, un yo vengativo, un yo obstinado o un yo preocupado, así que todos vamos con ganas de quitárnoslos de encima, y, sin embargo, a todo el mundo le gusta o, al menos, encuentra lógico tener un yo desprendido, un yo generoso, un yo atento, un yo cooperativo, etc., etc.

La cuestión es que, cuando tu Yo Superior te va ayudando a identificar los cientos de personalidades que tienes y te va pidiendo que las vayas eliminando, sean las que sean, para dar paso al “yo único”, al “yo observador” o, como parece que se me viene definiendo últimamente, al “yo del ser”, hay que ir actuando aunque parezca que quitamos “yo’s positivos”. Este nombre de “yo del ser”, viene a ser la sub-personalidad en mi esfera de consciencia, que responde únicamente a la guía de mi Yo Superior, aún siendo parte de mi personalidad controlada por el programa ego. Simplemente son diferentes denominaciones que me doy a mi mismo, según observo los cambios en mi psique, así que el nombre que pongamos a ese “yo”, que es el que debe permanecer como “única” personalidad bajo la batuta de aquello que realmente somos, es indiferente, mientras sepamos diferenciarlo del resto de voces de nuestra cabeza y, sobretodo, cuando uno de ellos, guiado y dirigido por el mismo programa ego, intenta hacerse pasar por la voz de ese  Yo Superior, no siendo nada más que uno de los tantos “yos” peleándose por tomar el mando del conjunto. Las explicaciones detalladas de todo esto, como he mencionado otras veces, la tenéis en el vídeo de esta conferencia sobre la estructura de la psique del ser humano.

Borrando cualidades positivas fragmentadas

Entonces, volviendo al tema. ¿Qué hacemos cuando tu Yo Superior te sugiere, cuando estás haciendo el trabajo de identificación y eliminación de “yos”, que elimines algo que, a priori, es totalmente o parece, una faceta positiva de ti? Que lo eliminas igual. He borrado, eliminado, unificado decenas de “yo’s” cuya fachada principal de cara al mundo era una cualidad inherentemente positiva, a pesar de la sorpresa inicial, pero la enseñanza y explicación recibida tiene una lógica y resultado aplastante: son comportamientos artificiales, creados para para poder encajar en el mundo social en una situación determinada. Tras su eliminación, el siguiente paso es comprobar si ese comportamiento es necesario para ese “yo único” y, si lo es, como todo lo positivo del carácter humano lo será siempre, grabarlo en las runas del patrón conductual, de forma que sea una cualidad inherente al “yo único” y no de un yo que se active sólo cuando es necesario ser cooperativo, generoso o atento, sino que sea una cualidad “por defecto” en nosotros.

El cómo hacer la eliminación de “yos”, al menos tal y como he terminado haciéndolo, pasa primero por la identificación de los mismos, por auto-observación de tus propios comportamientos y/o por trabajo con tu Yo Superior y, una vez identificado, la eliminación se produce por la redirección de la energía de tu esencia o mónada hacia ese yo, en tu esfera de consciencia.



Quitando las “raíces energéticas”

Al ir trabajando con la eliminación y unificación de estos yos, otra cosa interesante a notar, es que no sólo eliminamos de la superficie de nuestra esfera de consciencia esa sub-personalidad, sino que hemos de “extraer” sus “raíces energéticas”, por no saber explicarlo de otra forma, pero así es como las veo, que conecta los diferentes yos primero con la mente (esferas mentales) y luego con partes del sistema energético, algunos chakras y centros de control como el instintivo, motor o emocional, en muchos casos.

¿Qué es el ego?


¿Qué es el ego? ― es a menudo una de las preguntas-clave en torno a la cual giran los senderos y las prácticas espirituales. En mi opinión, ha habido muchas enseñanzas engañosas sobre el ego. Aunque la mayoría de ellas son bienintencionadas, crean dificultades innecesarias para aquellos que están escuchando con diligencia y dedicación lo que tal enseñanza tiene que decir.

Incluso muchos de los maestros que podrían considerarse verdaderamente libres en su reconocimiento de la conciencia, han expresado el ego en términos que hacen que el oyente se pierda algo obvio. Al hacer esto, ellos (¿sin saberlo?) niegan al practicante un ambiente mucho más abierto, amoroso y libre con el que empezar a “practicar”.

El ego es a menudo descrito como una sub-entidad dentro de uno mismo que es la raíz de toda miseria. Aunque estoy de acuerdo con el hecho de que a lo que se refieren con “ego” es la fuente de toda miseria, debo decir que no estoy muy de acuerdo con la parte que afirma que el ego es una entidad, o incluso una sub-entidad dentro de uno mismo.

Para mí, el ego no es tal cosa. De hecho, el ego ―como una cosa, sustancia o entidad― simplemente no existe. Porque ¿qué implicaría si el ego fuera una entidad, sustancia, o cosa? Implicaría varias cosas:

Que está siempre ahí como algo sólido.
Que está ahí, incluso cuando no está activo y cuando la consciencia no es consciente de él.
Que existe realmente como algo que tiene características y cualidades propias.
Que existe como que tiene una naturaleza o sustancia independiente.
Deje que lo que sigue a continuación le lleve a un descubrimiento contemplativo que le permita ver directamente por sí mismo aquí y ahora ―a través de y con claridad― “qué es el ego realmente”. Y quede libre de ideas mal concebidas.

El ego es simplemente una posición ― La posición de interpretar

El ego, en mi experiencia, no es una cosa o entidad real que tenemos que expulsar o conquistar, sino más bien es como una posición que podemos asumir (y dejar de nuevo) desde la que percibimos erróneamente las cosas.

miércoles, 7 de octubre de 2015

Desvincúlate de las heridas del pasado, por Dr. Wayne Dyer


La inclinación a vincularnos con nuestras heridas, en lugar de dejarlas atrás, hace que experimentemos constantemente la sensación de no ser dignos. Una persona que haya experimentado acontecimientos traumáticos en la vida, como una violación sexual, la muerte de seres queridos, enfermedades traumáticas, accidentes, rupturas familiares, drogadicciones y otras cosas similares, puede llegar a vincularse con los dolorosos acontecimientos del pasado y rememorarlos para llamar la atención o despertar lástima en los demás. Esas heridas de nuestras vidas parecen darnos una gran cantidad de poder sobre los demás.

Cuanto más les hablamos a otros sobre nuestras heridas y sufrimientos, tanto más creamos un entorno de compasión por nosotros mismos. Nuestro espíritu creativo permanece tan conectado con los recuerdos de nuestras heridas que no puede dedicarse a transformar y manifestar. El resultado de ello es la sensación de desmerecimiento, de no ser digno de recibir todo aquello que se deseas.

La tendencia a vincularnos con las heridas de nuestras vidas nos recuerda lo poco merecedores que somos de recibir nada de lo que realmente nos gustaría tener, debido a que permanecemos sumidos en un estado de sufrimiento. Cuanto más se recuerdan y se repiten estas historias dolorosas, tanto más tiene garantizado esa persona que no atraerá la materialización de sus deseos.

Quizá la frase más poderosa que puedas llegar a memorizar en este sentido sea: «Tu biografía se convierte en tu biología». A la que yo añadiría: «Tu biología se convierte en tu ausencia de realización espiritual». Al aferrarte a los traumas anteriores de tu vida, impactas literalmente sobre las células de tu cuerpo. Al examinar la biología de un individuo, es fácil descubrir en ella su biografía. Los pensamientos angustiosos, de autocompasión, temor, odio y otros similares, cobran un peaje sobre el cuerpo y el espíritu. Al cabo de un tiempo, el cuerpo es incapaz de curarse, debido en buena medida a la presencia de esos pensamientos.

Un trato con el alma


La meta hoy es sanar la división entre Amor y Espíritu.
La primera práctica de Amor se aplica a las dudas que puedas tener en cuanto a que el amor “superior” tenga algún tipo de realidad accesible. Si alguien no se ha enamorado nunca, es imposible demostrarle que la experiencia existe. No hay en las palabras  poder capaz de evocar el apasionado amor romántico, así como la fragancia de una rosa no tiene sentido por muy bella que sea tu descripción.

¿Cuánto más ajeno será pues, el amor prometido por la unión con el Espíritu?

Fíjate en la siguiente lista de objetivos que el Amor debe cumplir, supuestamente:

El Amor debe Curar.
El amor debe renovar.
El amor debe protegernos.
El amor debe inspirarnos con su poder.
El amor debe darnos certezas, quitarnos las dudas.
El amor debe eliminar todos los miedos.
El amor debe develarnos la inmortalidad.
El amor debe brindarnos Paz.
El amor debe armonizar las diferencias.
El amor debe acercarnos a Dios.

Aunque ésta lista parezca poco realista o locamente exagerada, quiero que hagas un trato con el amor, un trato del alma: que todas o cualquiera de éstas cosas se harán realidad para ti.

Toma una hoja de papel y anota lo que deseas del Amor. Si es una fuerza real, si está sintonizado con lo que tú eres, el amor responderá. Haz la lista más completa y específica que te sea posible. Te sugiero anotar cada punto de la lista precedente y, a continuación, lo que tú deseas.

Por ejemplo:

El amor debe curar-

Quiero curar la ira que siento hacia mi padre. Quiero curar el amor que no pude darles a mis hijos cuando lo necesitaban. Quiero curar mi dolor por haber perdido a mi amigo X.

El amor debe renovar-

HUMAN


HUMAN

Hacia el final de Human, aparece un niño congoleño de 12 años. Vive en la calle, en Kinshasa, ya que en su casa decretaron que estaba embrujado y le echaron. Ya no tiene familia ni un techo, no le queda nada. Y mirando fijo a la cámara, el chico suelta: "Todos tenemos una misión en este mundo. He de encontrar la mía". "Si él se lo plantea, ¿cómo no vamos a hacerlo nosotros?", ataca Yann Arthus-Bertrand (París, 1946), el director francés del proyecto. Su esperanza es la que encierra Human, una gigantesca oda al ser humano en forma de documental que se presentará a la vez el sábado 12 en el festival de cine de Venecia y ante la Asamblea General de la ONU.

Durante tres años, Arthus-Bertrand (que ya rodó otro megaproyecto parecido, Home) recorrió el planeta en busca de respuestas. Hizo las mismas preguntas a 2.020 hombres y mujeres de 60 países y 63 idiomas, ya fueran desconocidos o el expresidente de Uruguay José Mujica. Y filmó con un plano fijo y un fondo negro sus temores, deseos, pesadillas, alegrías y recuerdos.

De ahí que en Human haya un niño africano que todavía no entiende por qué su madre le vendió y un estadounidense en el corredor de la muerte que revive en sus palabras el asesinato por el que le condenaron. Hay un hombre que rememora cómo cortaron a sus familiares a pedazos ante sus ojos y un abuelo que todavía se conmueve al hablar del amor de su vida. Hay lágrimas, risas, desesperación y entusiasmo. Básicamente, la humanidad encerrada en tres horas. Tanto que resulta imposible no sentirse identificado con los entrevistados, aunque vivan existencias totalmente distintas y a miles de kilómetros.

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Al propio Arthus-Bertrand le sucedió, hasta el punto de que cada entrevista que eliminaba del montaje final era como cortarse "un brazo". De las más de 2.000 horas de filmación, logró un primer corte de 12 horas. Luego ocho. Finalmente tres. Suficientes para él, pero no para Thierry Frémaux, director del festival de Cannes, que le dijo que le hubiese encantado enseñar la película en el certamen pero que era demasiado larga.

Sin embargo, para el director era la duración mínima para sintetizar todo lo que quería transmitir. "¿Por qué hay tráfico de armas para matarnos? ¿Por qué la homofobia es defendida por la ley en tantos países? ¿Por qué miles de personas no tienen derechos en la India?", es solo una pequeña parte de los dilemas que Arthus-Bertrand quiere suscitar en el espectador. El cineasta está convencido de que es "demasiado tarde" para el pesimismo y el momento para la humanidad es ahora o nunca. No por nada es un activista aguerrido de la lucha por el medio ambiente. "Ya no podemos negar la realidad o fingir que estamos ciegos. Lo hemos hecho hasta ahora y mire la crisis actual de los inmigrantes: sabíamos que tarde o temprano pasaría", defiende el director, que también filmó testimonios en Melilla y Lampedusa.

Una historia tan universal necesitaba un modelo de distribución a la altura: Human está pensado para llegar a todo el mundo, literalmente. El anterior filme de Arthus-Bertrand, Home, ha sido visto por 600 millones de personas, y este aspira a superarlo. ¿Cómo? Ante todo, la película está financiada por dos fundaciones, la de la rica familia Bettencourt y Good Planet Foundation. De ahí que toda la carrera del filme sea regida por una regla básica: ningún ánimo de lucro.

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