jueves, 22 de octubre de 2015

ENERGÍA LIBRE sin fin es posible por GTEL


Nuestro objetivo principal es doble. Por un lado la máxima difusión de la existencia de esta energía libre, casi gratuita en algunos casos y prácticamente inocua para el medio ambiente, en otros casos consigue su descontaminación. 

Y por otro lado mostrarla como una fórmula para solucionar la actual crisis en la que “nos han metido”, acabando con el sistema actual en el que unas pocas familias que poseen los bancos que monopolizan la fabricación del dinero, son dueñas de todo: multinacionales, materia prima, alimentación, energía, y en definitiva de más de 7.000 millones de personas.





miércoles, 21 de octubre de 2015

LAS DIOSAS EN TI


Las Diosas son poderosos arquetipos, y muy fáciles de entender. Las Diosas y Dioses de la antigüedad representaban fuerzas de la Naturaleza al principio, pero más tarde en la Historia, decidimos darles forma para poder representarlos en pinturas, grabados o estatuas para los Templos.

La forma que les dimos fue la humana, pues es con la que mejor nos podíamos identificar. Y así, los Dioses/Diosas también llegaron a tener su propia personalidad.

Por ejemplo, una “mujer Afrodita” sería una mujer conectada con su sensualidad y feminidad. Una “mujer Atenea” es una mujer enfocada en la mente, y algo guerrera, centrada en sus objetivos.

En esta entrevista con Yolanda Benages, especialista en desarrollo personal femenino y profesora del curso “Las Diosas en ti”, profundizamos en los arquetipos que representan las Diosas y cómo podemos trabajar esos arquetipos para superar todo tipo de problemas y alcanzar cualquier objetivo en la vida.





¿Quieres Ayuda?, Ayúdate primero.


Solo los amados aman.
Solo los libres libertan.
Solo son fuentes de paz quienes
están en paz, consigo mismos.
Los que sufren, hacen sufrir.
Los fracasados necesitan ver fracasar o otros.
Los resentidos siembran violencia.
Los que tienen conflictos provocan
conflictos a su alrededor.
Los que no se aceptan no pueden
aceptar a los demás.
Es tiempo perdido y utopía pura
pretender dar lo que tú no tienes.
Debes empezar por ti mismo.
Motivarás a realizarte a tus allegados
en la medida que tú estés realizado.
Amarás realmente al prójimo en la medida
en que aceptes y ames serenamente
tu persona y tu pasado.
Amarás al prójimo como a ti mismo,
sin perder de vista,
que la medida eres tú mismo.
Para ser útil a otros, él importante eres tú.
Sé feliz tú y tus allegados se llenarán de tu alegría.

Nuestras relaciones son reflejos del nivel de conciencia personal en que vivimos. Si queremos mejorar nuestras relaciones, tenemos que empezar por nosotras mismas.

-Sanando el Yo psicológico de cualquier desamor sufrido durante la época de mayor vulnerabilidad en la niñez.

-Rompiendo las asociaciones mentales aprendidas de amor con sufrimiento y reprogramando nuestra mente, con nuevas creencias más positivas.

La Felicidad es una decisión personal‏


“Las cosas le salen mejor a la gente que hace que las cosas salgan mejor”, afirmaba John Wooden en una especie de trabalenguas. A lo que se refería este entrenador de baloncesto era al hecho de que la mayoría de las cosas buenas no llegan simplemente a nuestra vida, como por arte de magia, debemos esforzarnos por hacer que esas cosas pasen o tener la inteligencia y la sensibilidad necesarias como para aprovechar la oportunidad cuando pase por nuestro lado.

Sin embargo, si miramos atentamente a nuestro alrededor, veremos que el mundo está lleno de personas que tienen deudas, que se sienten atrapadas en un trabajo que no aman y que cada vez están más ocupadas con tareas intrascendentes que no les aportan ninguna satisfacción.

Lo curioso es que muchas de estas personas piensan que la felicidad se encuentra al doblar de la esquina. Es decir, creen que si tan solo cambiara algo, serían más felices. Piensan que la felicidad llegará si ganan la lotería, o cuando terminen de pagar la hipoteca, o si pudieran mudarse a otro país…

El problema radica en que detrás de estas creencias se esconde la idea de que la felicidad se puede alcanzar cuando eliminamos el sufrimiento o las molestias. Es como si la felicidad estuviese escondida debajo de una piedra. Pero no es así, eliminar el dolor o el sufrimiento no equivale, necesariamente, a ser más felices.

La felicidad es una decisión personal

Supeditar la felicidad a una condición significa pensar que este estado depende de las circunstancias, no de nosotros mismos. Nos convertimos automáticamente en marionetas del destino, esperando a que lleguen las circunstancias perfectas. Por tanto, también significa que si las circunstancias no se dan, nunca seremos felices.

No obstante, quienes hayan viajado por el mundo y hayan profundizado en otras culturas se habrán dado cuenta de que la felicidad no depende necesariamente de unas “circunstancias perfectas” sino que es una decisión personal.

Las personas felices no viven en un paraíso, no están a salvo de los problemas, sino que han decidido focalizarse en los aspectos que les proporcionan alegría y satisfacción. Las personas felices han decidido cambiar los cristales a través de los cuales miran el mundo y, en vez de centrarse en los aspectos negativos, prefieren darle importancia a las cosas positivas.

Hay personas que han sido educadas en una cultura que les ha transmitido esta actitud, o quizás sus padres supieron inculcarle esa manera de ver la vida. Otros lo han aprendido por sí solos. Sin embargo, de lo que no cabe dudas es de que no se trata de una actitud innata, todos podemos aprender a ser felices.

Obviamente, si has pasado muchos años arrastrando una actitud derrotista y negativa, no podrás cambiar de la noche a la mañana. Quizás te resultará más difícil. En todo caso, existen algunas preguntas que te pueden guiar a lo largo del cambio.

Las preguntas que conducen a la felicidad

1. ¿Por qué debo sentirme agradecido? La gratitud es uno de los pilares de la felicidad. Obviamente, cuando todo va bien es fácil encontrar razones por las cuales sentirse agradecidos pero lo importante es encontrar esos motivos en medio de la adversidad. Incluso cuando todo a tu alrededor parece teñirse de negro, hay razones para sentirse agradecidos. Cuando das las gracias desde lo más profundo de ti, el mundo cambia inmediatamente de color.

2. ¿Qué me hace feliz? Asombrosamente, se trata de una de las preguntas más difíciles de responder porque la mayoría de las personas se centran en evitar lo que les causa dolor pero no son conscientes de lo que les hace felices. Sin embargo, piensa en esas actividades que realmente te llenan de alegría, que te reportan verdadera satisfacción y te hacen sentir vivo. Es en ellas en las que te debes focalizar.

martes, 20 de octubre de 2015

EMOCIONES, CREENCIAS Y VALORES - Hablando Claro por Virginia Blanes


Nuestras creencias van forjando nuestra personalidad y determinando los acasos de nuestra existencia. A menudo manifestamos de forma inconsciente esas creencias que nos empujan a una reiteración, no siempre sana, de experiencias emocionales.

Comprender el puzle que une a nuestros valores, nuestras creencias y nuestras emociones, puede aliviarnos, puede sanarnos y puede direccionarnos hacia la serenidad.


Nueva serie de vídeos Online de Virginia Blanes para este año, HABLANDO CLARO de ..




LOS SIETE PRINCIPIOS HERMÉTICOS

“Los principios de la verdad son siete:

el que comprende esto perfectamente, posee la clave mágica ante la

cual todas las puertas del Templo se abrirán de par en par”.

EL KYBALION.



Principios sobre los que se basa toda la Filosofía Hermética son los siguientes:

I. – El principio del Mentalismo

II. – El principio de Correspondencia

III.- El Principio de Vibración

IV. – El Principio de Polaridad

V. – El Principio del Ritmo

VI. – El Principio de Causa y Efecto

VII. – El Principio de Generación.



I. EL PRINCIPIO DEL MENTALISMO

“El TODO es Mente; el universo es mental”.

Este principio encierra la verdad de que “todo es mente”. Explica que el TODO, que es la realidad sustancial que se oculta detrás de todas las manifestaciones y apariencias que conocemos bajo los nombres de “universo material”, “fenómenos de la vida”, “materia”, “energía”, etc., y en una palabra, todo cuanto es sensible a nuestros sentidos materiales, es espíritu, quien en sí mismo es incognoscible e indefinible, pero que puede ser considerado como una mente infinita, universal y viviente. Explica también que todo el mundo fenomenal o universo es una creación mental del TODO en cuya mente vivimos, nos movemos y tenemos nuestro ser.

Este principio, al establecer la naturaleza mental del universo, explica fácilmente los varios fenómenos mentales y psíquicos que tanto han preocupado la atención del público, y que sin tal explicación no son comprensibles y desafían toda hipótesis científica. La comprensión de este principio hermético de mentalismo habilita al individuo a realizar y conocer la ley que rige el universo mental, aplicándola a su bienestar y desarrollo.

El estudiante de la Filosofía Hermética puede emplear conscientemente las grandes leyes mentales, en vez de usarlas por casualidad o ser usado por ellas. Con la clave maestra en su poder, el discípulo puede abrir las puertas del templo del conocimiento mental y psíquico y entrar en el mismo, libre e inteligentemente. Este principio explica la verdadera naturaleza de la energía, de la fuerza y de la materia, y el cómo y el porqué todas estas están subordinadas al dominio de la mente. Uno de los antiguos Maestros escribió largo tiempo ha: “El que comprenda la verdad de que el universo es mental, está muy avanzado en el sendero del adepto”. Y estas palabras son tan verdad hoy en día como lo eran cuando fueron escritas. Sin esta clave maestra el adeptado es imposible, y el estudiante que no lo posea, en vano llamará a la puerta del Templo.

II. – EL PRINCIPIO DE CORRESPONDENCIA

“Como arriba es abajo, como abajo es arriba”.

Este principio encierra la verdad de que hay siempre una cierta correspondencia entre las leyes y los fenómenos de los varios estados del ser y de la vida, y el antiquísimo axioma hermético se refiere precisamente a esto, y afirma: “Como arriba es abajo, como abajo es arriba”, y la comprensión de este principio da una clave para resolver muchos de los más obscuros problemas y paradojas de los misteriosos secretos de la Naturaleza.

Hay muchos planos que no conocemos, pero cuando aplicamos esa ley de correspondencia a ellos, mucho de lo que de otra manera nos sería incomprensible se hace claro a nuestra conciencia. Este principio es de aplicación universal en los diversos planos, mental, material o espiritual del Kosmos: es una ley universal. Los antiguos hermetistas consideraban este principio como uno de los más importantes auxiliares de la mente, por cuyo intermedio se puede descorrer el velo que oculta lo desconocido a nuestra vida.

Su aplicación puede desgarrar un tanto el Velo de Isis, de tal manera que nos permita ver, aunque más no sea, algunos de los rasgos de la diosa. De igual manera que el comprender los principios de la geometría habilita al hombre para medir el diámetro, órbita y movimiento de las más lejanas estrellas, mientras permanece sentado en su observatorio, así también el conocimiento del principio de correspondencia habilita al hombre a razonar inteligentemente de lo conocido o lo desconocido; estudiando la mónada se llega a comprender al arcángel.

III. – EL PRINCIPIO DE VIBRACION

“Nada está inmóvil; todo se mueve; todo vibra”.

Este principio encierra la verdad de que todo está en movimiento, de que nada permanece inmóvil, cosas ambas que confirma por su parte la ciencia moderna, y cada nuevo descubrimiento lo verifica y comprueba. Y, a pesar de todo, este principio hermético fue enunciado cientos de años ha por los Maestros del antiguo Egipto. Este principio explica las diferencias entre las diversas manifestaciones de la materia, de la fuerza, de la mente y aun del mismo espíritu, las que no son sino el resultado de los varios estados vibratorios.

Desde el TODO, que es puro espíritu, hasta la más grosera forma de materia, todo está en vibración: cuanto más alta es esta, tanto más elevada es su posición en la escala. La vibración del espíritu es de una intensidad infinita; tanto, que prácticamente puede considerarse como si estuviera en reposo, de igual manera que una rueda que gira rapidísimamente parece que está sin movimiento. Y en el otro extremo de la escala hay formas de materia densísima, cuya vibración es tan débil que parece también estar en reposo. Entre ambos polos hay millones de millones de grados de intensidad vibratoria.

Desde el corpúsculo y el electrón, desde el átomo y la molécula hasta el astro y los Universos, todo está en vibración. Y esto es igualmente cierto en lo que respecta a los estados o planos de la energía o fuerza (la que no es más que un determinado estado vibratorio), y a los planos mentales y espirituales. Una perfecta comprensión de este principio habilita al estudiante hermético a controlar sus propias vibraciones mentales, así como las de los demás. Los Maestros también emplean este principio para conquistar los fenómenos naturales. “El que comprenda el principio vibratorio ha alcanzado el cetro del poder”, ha dicho uno de los más antiguos escritores.

IV. – EL PRINCIPIO DE LA POLARIDAD

“Todo es doble, todo tiene dos polos; todo, su par de opuestos: los semejantes y

los antagónicos son lo mismo; los opuestos son idénticos en naturaleza, pero

diferentes en grado; los extremos se tocan; todas las verdades son semi verdades

todas las paradojas pueden reconciliarse”.

Autoayuda emocional


Todos, en algún momento de nuestra vida, enfrentamos situaciones que nos provocan heridas emocionales. No podemos evitarlo, a veces incluso nos toma por sorpresa, como la pérdida de una persona amada o el rechazo de alguien significativo. Sin embargo, podemos evitar que la ansiedad, la frustración, la ira y el rencor continúen escociendo en la herida. En esos casos la autoayuda emocional es una excelente herramienta.

¿Qué son realmente las heridas emocionales?

Cuando atravesamos una situación difícil, cuyas exigencias sobrepasan nuestros recursos psicológicos, se puede producir una “herida emocional” o un trauma en toda regla. En práctica, lo que sucede es que no contamos con las herramientas necesarias para hacerle frente a esa situación. No sabemos cómo lidiar con el rechazo del grupo, la muerte de un ser querido o la humillación de la pareja.

Lo más usual es que con el tiempo desarrollemos esas habilidades que nos permiten enfrentar las decepciones, fracasos y contratiempos de forma más eficaz, con un menor costo emocional para nosotros. Sin embargo, en algunas ocasiones no somos capaces de encontrar esas herramientas y no llegamos a procesar lo que nos ocurrió. Entonces se hace referencia a un trauma o herida emocional.
Esa experiencia traumática no tiene lugar solo en nuestra mente, también deja una huella en el cerebro. De hecho, el trauma viene acompañado de una desregulación bioquímica. La amígdala, que es uno de los centros de control emocional del cerebro, se mantiene constantemente activada pues considera que aún existe un peligro, aunque en realidad éste ya sea cosa del pasado.

Esa activación genera un exceso de cortisol, una hormona que inhibe a su vez el funcionamiento del hipocampo, que es la estructura encargada de que podamos darle un significado a las experiencias que vivimos y logremos pasar página. Por tanto, se produce una especie de círculo vicioso: el hecho de que no podamos procesar una situación hace que ésta se mantenga activa en nuestra mente, y al mantenerse activa, impide que la podamos asimilar.

En este sentido, una investigación llevada a cabo en la Universidad de Harvard descubrió que las heridas emocionales se quedan grabadas en el cerebro. Estos psicólogos escanearon el cerebro de personas que habían sufrido un trauma, mientras escuchaban una descripción de lo que les había sucedido. Se apreció que esas experiencias activan tanto la amígdala como el córtex visual, lo cual indica que las personas estaban reviviendo el trauma. Al contrario, el área de Broca, la zona responsable del lenguaje, no se activó, lo que sugiere que esas personas no habían procesado la experiencia dolorosa.

Por eso, una de las misiones de la autoayuda emocional consiste en lograr que la persona asimile y acepte lo sucedido, para que no continúe arrastrando ese dolor consigo porque cuando las vivencias permanecen activas, siguen influyendo en el comportamiento, determinan las decisiones y afectan el estado de ánimo.

Autoayuda emocional para sanar desde dentro

En un experimento realizado en las universidades de Massachusetts y Stanford se comprobó que la forma en que analizamos y evaluamos los hechos que vivimos determina nuestras reacciones emocionales. Estos psicólogos les pidieron a un grupo de personas que vieran una serie de fotos catalogadas como “emocionalmente negativas”.

A algunos se les pidió que reevaluaran la imagen para no seguir experimentando emociones negativas. A otros solo les dijeron que debían concentrarse en las emociones que estaban experimentando. Así se descubrió que las personas que encontraban una explicación alternativa que les permitiera cambiar la valencia negativa de las fotos, experimentaban menos emociones dolorosas.
Esto significa que, a pesar de los acontecimientos, nuestra forma de interpretar la realidad y el significado que le conferimos a la misma es fundamental. En este punto entra en juego la autoayuda emocional ya que, en el fondo, no hay nadie que te conozca mejor que tú.

1. No huyas de tus sentimientos. Algunas personas no reconocen que se sienten mal, esconden su sufrimiento tras una máscara de fingida alegría. De hecho, es perfectamente comprensible que no deseemos sentirnos mal pero esconder las emociones no hará que desaparezcan. No se trata de que te regodees en el sufrimiento, porque no es saludable, pero si no reconoces el problema, no podrás solucionarlo. No hay nada malo en reconocer que tenemos una herida emocional y que somos vulnerables. Al contrario, el error es seguir cargando con esa máscara de seguridad, porque al cabo del tiempo terminará resquebrajándose por completo.

2. No juzgues tus emociones. Somos dueños de nuestros actos, pero no de nuestras emociones. Esto significa que podemos controlar la ira y manejar la tristeza, pero no podemos evitar sentirlas. Por eso, un gran error consiste en juzgar esas emociones como “negativas”. En realidad son simples reacciones ante una situación que no nos agrada, experimentar esas emociones no te convierte en alguien débil o en una mala persona. Recuerda siempre que la sanación debe provenir de la aceptación, no de la negación.