martes, 27 de octubre de 2015

10 signos de que estás creciendo emocionalmente, aunque no lo sepas


Los proyectos más ambiciosos a menudo son cuesta arriba, demandan una gran dosis de sacrificio y perseverancia. Por eso, es comprensible que perdamos la fuerza y el empuje a mitad del camino. Sin embargo, cuando la desmotivación sienta casa, estamos tentados a abandonar. En ese momento, solo miramos hacia adelante, solo percibimos el camino que nos falta por recorrer y por eso no nos percatamos del trayecto andado. No obstante, a veces es necesario mirar atrás para comprender la verdadera magnitud de lo que hemos alcanzado.

De hecho, a menudo abandonamos nuestros sueños solo porque no somos plenamente conscientes de las cosas que hemos logrado, de los pequeños pasos que hemos ido dando. Cuando nos centramos únicamente en los fracasos, perdemos la motivación y corremos el riesgo de abandonar justo antes de llegar a la meta.

Esto se debe, en parte, a que nuestra sociedad nos ha enseñado a castigarnos por los errores, pero no a recompensarnos por cada logro. En el ámbito del Crecimiento Personal esta realidad resulta aún más evidente. Nos planteamos cambios trascendentales pero cuando se produce una involución, nos desmotivamos y abandonamos, sin darnos cuenta de todo lo que habíamos logrado. De hecho, muchas personas abandonan la psicoterapia porque no tienen la paciencia necesaria y no valoran los pequeños cambios.

Por eso, de vez en cuando es necesario hacer inventario de lo que hemos logrado. Puede que estés creciendo emocionalmente sin que te hayas dado cuenta.

¿Cuáles son las señales que indican que estás creciendo emocionalmente?

1. Dejas ir las cosas que te dañan
Aprender a dejar ir, centrarse en las cosas que realmente valen la pena y obviar aquellas que nos dañan o molestan, es una habilidad clave para tener éxito y, sobre todo, para alcanzar el equilibrio emocional. Sin embargo, también es una habilidad muy difícil de desarrollar. Por eso, el simple hecho de aprender a reconocer a las personas tóxicas y saber cómo lidiar con sus comportamientos, sin que generen culpa o ira, ya es un gran paso.

2. Aprendes de los errores
Nadie es perfecto, nadie puede afirmar que nunca se ha equivocado. Por eso, despojarse delperfeccionismo y aceptar que los errores forman parte del camino y que incluso son valiosos, es un signo inequívoco de que has madurado. Cuando comprendemos las equivocaciones como oportunidades para crecer, cambia por completo nuestra perspectiva y podemos emprender proyectos más ambiciosos sin temor a quedarnos a mitad del camino.

3. Dejas de quejarte
Las quejas suelen ser un agujero negro por el cual se escapa la energía porque no conducen a soluciones sino que tan solo generan un malestar aún mayor que nos hace ver el mundo bajo un prisma gris. Sin embargo, las personas más equilibradas y exitosas no tienen la costumbre de llorar sobre la leche derramada, se ponen inmediatamente manos a la obra e intentan darle la vuelta al problema. Si estás actuando más y quejándote menos, es porque estás creciendo emocionalmente.

4. Celebras el éxito de los demás
Aplaudir el éxito de las personas es una señal de madurez, indica que no les envidias y que comprendes que su éxito no significa que hayas fracasado. Ser capaces de reconocer el trabajo y el esfuerzo de los otros, en vez de lanzar críticas denigrantes, no solo contribuye a crear un buen clima sino que implica un cambio de actitud que te beneficiará.

5. Tus relaciones personales son menos conflictivas
El mundo no es conflictivo, solo hay egos demasiado grandes que chocan entre sí y dan lugar a conflictos que se podían haber evitado. Parte de la madurez significa dejar de ver las relaciones interpersonales como un campo de batalla en el que hay ganadores y vencidos. Cuando tus relaciones son más fluidas, logras trabajar mejor y te sientes más a gusto, es porque has madurado y has aprendido que es mejor tener paz que tener razón.

El observador silencioso del presente


Cuando tu conciencia se dirige hacia fuera surgen la mente y el mundo. Cuando se dirige hacia dentro alcanza su propia Fuente y regresa a casa, a lo No-Manifestado. Más allá de las formas de vida existe la Vida Una, eterna y omnipresente. Yo suelo llamarla Ser: es tu esencia misma, puedes acceder a ella inmediatamente como el sentimiento de tu propia presencia. Por eso solo hay un pequeño paso entre la palabra Ser y la experiencia del Ser.

No trates de entenderlo. Solo puedes conocerlo dejando la mente en silencio, cuando estás presente, cuando tu atención está plena e intensamente en el ahora.
La libertad comienza cuando te das cuenta de que no eres el “pensador”. En el momento en que empiezas a observar al pensador, se activa un nivel de conciencia superior. Entonces te das cuenta de que hay un vasto reino de inteligencia más allá del pensamiento, y de que el pensamiento solo es una pequeña parte de esa inteligencia. También te das cuenta de que todas las cosas verdaderamente importantes –la belleza, el amor, la creatividad, la alegría, la paz interna– surgen de más allá de la mente. Empiezas a despertar.

La única verdadera liberación es que puedes liberarte de tu mente. Empieza por escuchar la voz que habla dentro de tu cabeza. No juzgues ni condenes lo que oigas. Pronto te darás cuenta de que la voz está allí y yo estoy aquí, observándola. Esta sensación de tu propia presencia, no es un pensamiento, surge  de más allá de la mente. A medida de que profundizas en este reino de la No-Mente vas alcanzando el estado de conciencia pura, te lleva más allá de lo que pensabas era “tu identidad”.
Aprende a no identificarte con tu mente, que no es únicamente el pensamiento, incluye también las emociones y las pautas de reacción inconscientes. En cuanto eres capaz de observarlos, ya no estás atrapado por ellos. Contempla el pensamiento, siente la emoción, observa la reacción. No las conviertas en un problema personal. Entonces sentirás la presencia misma, serena y observante, que está detrás de tus contenidos mentales: el observador silencioso.

La presencia es la llave de la libertad, de modo que solo puedes ser libre ahora. Emplea tus sentidos plenamente y centra tu atención en el ahora; no te preocupes por el fruto de tus acciones, mantente atento a la acción misma, el fruto ya vendrá cuando corresponda. En cuanto tu atención se centra en el ahora, sientes presencia, quietud y paz.

La intranquilidad, el descontento y la tensión surgen como consecuencia de juicios innecesarios, resistencias a lo que es y la negación del ahora. Lo inconsciente se disuelve cuando lo iluminas con la luz de la conciencia; dondequiera que estés mantente plenamente presente. Haz morir el pasado cada momento, no lo necesitas.

lunes, 26 de octubre de 2015

EL TAO EN LA PUNTA DE TUS DEDOS


¿Te atrae un perfume más que otro? ¿Prefieres este aroma o aquel sentimiento? ¿Es sagrada tu práctica y profano tu trabajo? Entonces tu mente está separada: de sí misma, de la unidad, del Tao.
Mantén tu mente libre de divisiones y distinciones.

Cuando tu mente es simple y está desapegada y silenciosa, todas las cosas pueden existir en armonía y puedes empezar a percibir la verdad sutil.

Las minúsculas partículas que forman el vasto universo no son en absoluto minúsculas.
Tampoco el vasto universo es vasto.

Son éstos conceptos de la mente, que es como un cuchillo, que siempre reducen poco a poco el alcance del Tao, intentando hacerlo aprensible y manejable.

Pero lo que está más allá de la forma es inaprensible y lo que está más allá del conocimiento es inmanejable.

Sin embargo, existe este consuelo:
Quien suelte el cuchillo encontrará el Tao en la punta de sus dedos.

Lao Tse
Hua Hu Ching


''Ésta es tú última ilusión, la de que tú eres un jnani, (El jnani, por otro lado, es el individuo que muestra esta comprensión, y que como tal, no se considera una entidad aislada… ni unida. El jnani es quien ya no tiene preguntas… ni respuestas. Porque no se sostiene en la mente. 

El jnani sabe, quizás y según el caso, de haber tenido un recorrido, y sabe que esto fue una ilusión, ya que ha descubierto su esencia inmutable, y como lo absoluto, comprende que las proyecciones son reflejos de su mente. Proyecciones tales como ser un buscador o un encontrador.

La filosofía ecológica fue anticipada por Francisco de Asís



Generalmente se ha considerado que el “Cántico de las criaturas” representa uno de los logros más importantes de la espiritualidad de Francisco de Asís, en el que puso de manifiesto una profunda reconciliación entre el cielo y la tierra, entre la vida y la muerte, entre el universo y Dios. A pesar de estar escrito en el siglo XIII, todavía se tiene como una de las joyas de la poesía occidental y de la mística de la naturaleza. Ya en 1967 el historiador norteamericano L. White Jr. propuso considerar la piedad cósmica de Francisco como un ejemplo para la mentalidad ecológica actual. Por Eduardo García Peregrín.

Mural cerámica San Francisco de Asís en la iglesia de Benidorm. Autora: Najet Sánchez.


El Cántico de las criaturas mantiene hoy planamente viva su actualidad y debe ser entendido en el marco de la inquietud moderna de la filosofía ecológica. Se trata del canto de un hombre que durante toda su vida luchó para lograr un poco más de fraternidad entre sus conciudadanos y para que se hiciera visible la humanidad de Dios. Francisco de Asís aprendió a contemplar los seres vivos y las cosas de una forma ingenua, sencilla, fraterna. Dejó de verlos desde el ángulo de su valor comercial, como se hacía en su tiempo y se sigue haciendo en gran parte hoy, para considerarlos criaturas de Dios y, por lo tanto, dignos de interés por sí mismos. Francisco cantó para mostrarles a los hombres la tierra fraternal, liberada del dominio del dinero y de toda servidumbre.
La fraternidad con las personas…

Todas las biografías más antiguas de Francisco coinciden en destacar la estrecha unión que establecía con todas las personas y todas las cosas. Pero este torbellino de fraternidad no nació de un modo intemporal, sino que coincide con la revolución social que se estaba produciendo en su tiempo y con la revolución personal que supuso su encuentro con los pobres y los leprosos. En este sentido, se cuenta que pasó tres años dedicado a atenderlos a la vez que restauraba la capilla de San Damián, hasta que un 24 de febrero, festividad de San Matías, escuchó el evangelio de la misión de los Doce (Mt. 10,5-10) y comprendió que Dios no le pedía que restaurara iglesias ruinosas, sino la Iglesia viva y sus ruinas humanas… Y el Señor le dio hermanos, con los que fundó su primera fraternidad. Era la primavera de 1208.

… Y con las criaturas

Francisco amplió su fraternidad fuera de los límites de lo humano para llegar al mundo de los animales y al mundo de los vegetales. Todas las biografías escritas en los años siguientes a su muerte destacan unánimemente la amigable unión que Francisco establecía con todas las criaturas. La fraternidad en Francisco no solo se humaniza sino que se hace universal. Son múltiples los detalles que se nos han transmitido sobre cómo Francisco vivía esta fraternidad: en su trato con las plantas, con los animales, etc. Así, sus biógrafos señalan que andaba sobre las piedras en atención a Aquél que se había llamado piedra a sí mismo; recogía las babosas de los caminos para que no fueran pisadas por la gente; daba miel y vino a las abejas en el invierno para que no muriesen de frío y de hambre. Con su enorme optimismo, prestó al mundo un servicio inapreciable que los poetas y demás hombres tendremos siempre que agradecer. Y esto, en una época en la que especialmente los cátaros habían despertado las sombras del maniqueísmo, considerando intrínsecamente mala a la materia.

La fraternidad cósmica

Francisco dio un paso más en el concepto de fraternidad. Ya no se trataría sólo de las criaturas vivientes, sino que amplió el círculo a todo el cosmos, a toda la creación. Y no solamente a la creación material sino también a la inmaterial pero existente y, por lo tanto, también hermana. Como veíamos al principio, la demostración más elevada de ese sentido de fraternidad cósmica lo podemos observar en el “Cántico de la criaturas”.

En este cántico, Leonardo Boff ha querido ver, sobre todo, una síntesis afortunada entre ecología interior y ecología exterior. Su estructura revela el encuentro de la unidad global, entrecruzándose dos líneas: una vertical en la que se dirige a Dios y otra horizontal en la que estima que, si por nuestra minoridad no podemos hablar directamente con Dios, sí podemos hacerlo con las criaturas en las que Francisco ve la presencia de Dios, considerándolas sacramentos de Dios.

Así, la primera estrofa va dirigida directamente a Dios y las siguientes también a Dios pero por medio de las criaturas, organizadas en parejas masculinas-femeninas: el sol y la luna, el viento y el agua, el fuego y la tierra. El Dios al que Francisco se dirige es un Dios pequeño a pesar de su magnitud; no es un Dios lejano, sino que es un Dios cercano. Sin embargo, en su minoridad, Francisco percibe que no puede cantar directamente a Dios; por eso lo hace a través de las criaturas.

Así canta al hermano sol al que lo considera señor, pero como también ha sido creado por Dios, no deja de ser hermano. Y lo mismo a la luna, al viento, al agua, al fuego y a la Tierra, considerada por Francisco como madre, pero que por haber sido creada por Dios es también hermana. Finalmente, la hermana muerte corporal, a la que no teme sino que la considera una hermana que viene a abrirle las puertas de la eternidad. Por eso, Francisco se abraza a la muerte porque es una hermana, portadora de una vida más amplia e inmortal. No hay por qué temer; podía abrazarla. Francisco acaba su vida reconciliándose así con la muerte.

Fundamentos de la fraternidad en Francisco

Simplificando mucho las cosas, podríamos decir que lo que fundamenta el concepto y la vivencia de la fraternidad en Francisco es su imagen de Dios y su imagen del hombre y, especialmente, la relación entre ambas. Francisco no fue un teólogo ni mucho menos. Él se consideraba un iletrado; por eso nunca pretendió ejercer de teólogo. Sin embardo es interesante destacar que el Dios de Francisco es un Dios Padre, un Dios cercano, el “abba” de Jesús. Es un Dios débil y pequeño, pero que asumió nuestra condición para mostrar la grandeza de la condición humana. Es un Dios Padre creador de todas las cosas, a las que ama porque las ha creado buenas, como podemos leer en Sab. 11.

Por otra parte, se ha dicho que la antropología de Francisco está cargada de dimensiones teológicas, por la cercanía que encuentra entre el hombre y Dios o entre Dios y el hombre. Para Francisco, el hombre es fundamentalmente un hermano, sobre todo un hermano menor, siervo y al vez cortés, libre porque es pobre, alegre con la alegría de sentirse en comunión con la creación, compasivo y misericordioso, etc.

Actualidad de la experiencia de fraternidad cósmica en Francisco

¿Hacia dónde va la humanidad? "Preguntas a Emilio Carrillo"


Publicado el 14 oct. 2015

Los cortos con consciencia de la Fundación Espató recogen los mejores momentos de todas nuestras series.

Hoy "¿Hacia dónde va la humanidad?", de la serie "Preguntas a Emilio Carrillo". 


domingo, 25 de octubre de 2015

¿Hallan la cura de la calvicie? Un descubrimiento accidental ofrece una posible solución



En un experimento con ratones y folículos capilares humanos, Angela Christiano, del Centro Médico de la Universidad de Colombia, ha descubierto que los medicamentos que inhiben la familia de las janus quinasas (JAK), causan un crecimiento de pelo rápido y robusto al aplicarse a la piel, informa 'Daily Mail'.

Los investigadores descubrieron este efecto de los inhibidores de las JAK accidentalmente cuando estaban estudiando la alopecia areata, una forma de pérdida de pelo causada por un ataque autoinmune contra los folículos capilares. Christiano notó que el pelo de los ratones crecía más rápido cuando el medicamento se aplicaba a la piel que cuando se tomaba de manera sistemática. Fue entonces cuando los investigadores descubrieron que los inhibidores de las JAK despertaban rápidamente los folículos en estado inactivo.

Los ratones fueron tratados durante cinco días por uno de los inhibidores de las JAK, y a los 10 días tenían pelo nuevo. "No hay muchos compuestos que puedan devolver los folículos capilares a su ciclo de crecimiento tan rápidamente", ha comentado Christiano.



“Alcanzar el destino natural” Osho.



Tanto la sociedad, como la cultura, la religión y la educación, han estado conspirando contra los niños inocentes. Tienen todo el poder; el niño se siente indefenso y dependiente. Así que todo lo que intentan hacer con él, lo consiguen. No permiten que el niño crezca para alcanzar su destino natural. Todos sus esfuerzos están enfocados a lograr que los seres humanos estén al servicio de la sociedad.

Si se deja que el niño crezca por su cuenta, ¿quién sabe si será útil a los intereses creados? La sociedad no está preparada para aceptar este riesgo. Toma al niño y lo moldea hasta convertirlo en algo que le hace falta a la sociedad. En cierto sentido, aniquila el alma del niño y le da una falsa identidad, para que nunca eche de menos su alma, su ser.

La falsa identidad es un sustitutivo. Pero ese sustitutivo sólo es útil en el seno de la misma multitud que te lo ha dado. En cuanto estás solo, lo falso empieza a derrumbarse y empieza a manifestarse lo auténtico que estaba reprimido. Durante años creías que eras alguien y después, de repente, en un momento en el que estabas solo, empezaste a sentir que no lo eras. Eso te produce miedo; entonces, ¿quién eres?

Después de años de represión hará falta un poco de tiempo para que lo real pueda expresarse. Los místicos han denominado el espacio entre esos dos estados “la noche oscura del alma”; una expresión muy adecuada. Ya no eres el falso, pero tampoco eres todavía el auténtico. Estás a la espera, no sabes quién eres.

A través de la meditación estás solo, en silencio, esperando a que lo real se afirme. Lo auténtico necesitará un tiempo para surgir. Todo lo que has hecho durante años ha surgido de tu personalidad falsa; es una vieja costumbre. Las costumbres tardan en cambiar. Así que cada vez que estás en meditación, solo, sientes miedo porque comienza a desaparecer lo falso. Sientes miedo al pensar: “Me estoy perdiendo a mí mismo, mis sentidos, mi cordura, mi mente, todo”. Ello se debe a que todo eso forma parte del yo que te han dado.

Te da la sensación de que vas a volverte loco. Inmediatamente empiezas a hacer algo solo para estar ocupado. Por eso a la gente le resulta más difícil durante las vacaciones. Las personas salen a toda prisa hacia la playa, soportando unos atascos de kilómetros. Y si les preguntas hacia dónde se dirigen, contestan: “Huimos de la multitud”. ¡Pero toda la multitud va con ellos! Van en busca de un lugar solitario, silencioso; todos ellos. Si se hubieran quedado en casa habrían disfrutado de más soledad y más silencio, porque todos los idiotas se han ido en busca de un lugar silencioso.

Los apegos… entiende lo que significa esta expresión


En realidad no es una expresión sino todo un concepto que nos rodea. Desde mi pobre entender, los apegos son esa energía tan fuerte que uno no quiere soltar, que uno no quiere dejar ir, que te impulsa a seguir atado firmemente a un patrón que existe únicamente  en las fantasías de tu mente y que además las más de las veces te hace sufrir.

Dicen los Budistas en sus nobles cuatro verdades que el origen del sufrimiento es el apego y la principal razón para mantenernos apegados a lo que sea, radica en el miedo.
“Tienes  apego cuando tienes miedo de ser libre y volar. Tienes apego cuando pierdes tu poder interior. Tienes apego cuando te vuelves dependiente de una persona, de un evento o de una circunstancia; inclusive cuando fanatizas en una religión como una muleta exterior, no como un punto de apoyo en tu proceso interior.”

Tienes miedo a la libertad… Punto.

Ser libres, autónomos y completos es la condición natural del alma,  es el contacto de la personalidad con tu ser interior. Solamente cuando eres autónomo y completo, te aceptas, te reconoces y te atreves a ser tu mismo.

Sabes bien que el apego es un obstáculo que tendrás que superar algún día, en mayor o menor medida y en circunstancias diferentes, pero siempre habrá algo a lo que tengas que dejar marcharse.
El hecho de que te cueste tanto trabajo soltar y fluir, surge cuando no comprendes el lado interno de la vida, cuando no estás en contacto con la esencia de las cosas. Al carecer de ese contacto, te habitúas a la forma externa y te apegas a ella, que es tu área conocida o área de confort, sea agradable o no lo sea, ya que es lo que conoces y es lo que sabes aparentemente como atravesar.

En tu convivencia con los demás, es como si consideraras sólo el cuerpo, el rostro, la posición económica o simplemente la personalidad que la gente refleja, olvidándote que en su verdadera esencia son almas, y que como almas, están presentes en otras conexiones.

Sé que te gustaría ser más desapegado…. a todos nos gustaría. Pero, ¿cómo hacerlo? ¿Cómo encontrar la esencia de las cosas y cómo impedir ser atrapado por las apariencias?

Sucede que tienes muchos vicios de pensamiento y muchos hábitos de lenguaje, y llegas a decir cosas que si las pensaras mejor, verías que no corresponden a la realidad, tal como dice mi artículo de “Cerciórate de echar a andar tu cerebro antes de echar a andar tu lengua”.

Usas el lenguaje de maneras muy superficiales y la palabra muerte te aterroriza, cuando en realidad las cosas no se acaban ni se mueren, en realidad, es la esencia de las cosas que se “transforma”, dejando una forma y tomando otra.

Por lo tanto, nada se acaba cuando “ésta” deja de ser vista en el plano físico, y tampoco nada acabó cuando se dice impropiamente que una persona, una situación o una mascota murió.

Nada se pierde, todo evoluciona… “Aun cuando pierdes la batalla, no pierdes la lección”… Estar consciente de esto es el primer paso para desapegarnos de las formas externas y concretas.
En la vida siempre se necesitan cambios, lo has leído en otras ocasiones, lo has escuchado siempre, de seguro alguien ya te lo dijo…
La impermanencia de las cosas es algo absoluto y real con lo que debes de aprender a vivir tu  día a día.

Ahora bien, si consideras los cambios como hechos incómodos, las transformaciones pueden parecerte drásticas o muy dolorosas. Sin embargo, hay una gran diferencia entre las distintas actividades o hechos que te suceden cuando las enfrentas con el mismo espíritu… tu espíritu.
Lo importante es la actitud con la que “Tú” enfrentas las cosas, y no tanto aquello que tienes delante.
Debes de entender que el universo tiene un balance y que de manera natural conviven armoniosamente energías que construyen y energías que destruyen. Las primeras crean y alimentan formas. Las últimas posibilitan que la esencia abandone las formas que ya no corresponden a este momento presente para abrir espacios nuevos.*

Ambas energías son necesarias para que la vida prosiga su curso, como tantas veces lo he dicho: asunto binario, Ying Yang.