sábado, 23 de enero de 2016

El Poder de la Intención - Dr. Wayne Dyer


El Dr. Wayne W. Dyer, autor de varios libros catalogados por el "New York Times" como "Best Sellers" ("10 Secretos para el éxito" y "Espacio Interior", entre otros). 

Nos entrega esta vez un DVD que nos habla acerca de como transformar nuestros pensamientos y deseos en algo tangible, en algo físico que provenga de nuestros deseos más poderosos.

"Cada persona tiene un potencial único, infinito para conseguir lo que quiera... Eso se llama Intención, la intención de lograr todo lo que uno se pone en mente".

Para esto, el Dr. Dyer nos lleva a través de un viaje el cual Experimentamos las 7 Fases de la intención: Creatividad, Bondad, Amor, Belleza, Expansión, Receptividad y Abundancia.

"Cuando cambias la forma en como ves las cosas, las cosas que ves cambian"



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Diferentes científicos hablan sobre la inmortalidad de la conciencia



En el libro The Secret PhysicsThe Secret Physics of Coincidence. Quantum phenomena and fate – Can quantum physics explain paranormal phenomena?, el doctor Rolf Froboese compila una serie de investigaciones entre científicos con una mentalidad más abierta para sondear los misterios de la conciencia, quienes sugieren que ésta podría ser una propiedad más fundamental de la naturaleza que la materia y quizás también explicar fenómenos paranormales y hasta soteriológicos. Compartimos aquí algunos ejemplos, traducidos de aquí.

El doctor Hans-Peter Dürr, del Instituto Max Planck de Física, sugiere que la dualidad onda-partícula que existe en el mundo subatómico en realidad se halla en todas las magnitudes, en todo el universo. Por lo tanto, se puede hablar de un componente espiritual a la par de un componente material:

Lo que consideramos como aquí y ahora, este mundo, es en realidad sólo el nivel material de lo que comprendemos. Lo que yace más allá de esto es infinitamente más grande. Que es en lo que este mundo está enraizado en. Así, nuestras vidas en este plano están ceñidas, rodeadas por lo que se conoce como el mundo de más allá. Podemos imaginar esto de la siguiente forma: escribimos nuestra existencia en una especie de hard drive de lo tangible (en el cerebro), pero también transferimos esta data a un campo cuántico espiritual, de tal forma que cuando morimos, no perdemos esta información, esta conciencia. El cuerpo muere pero el campo cuántico espiritual continúa. De esta forma soy inmortal.

El doctor Christian Hellweg, también investigador del Max Planck pero de biofísica, explica:
Nuestros pensamientos, nuestra voluntad, nuestra conciencia, y nuestros sentimientos muestran propiedades que podrían llamarse espirituales. Ninguna interacción conocida con las fuerzas fundamentales de la ciencia natural, como la gravedad, las fuerzas electromagnéticas, etc., puede detectarse en lo espiritual. Sin embargo, las propiedades espirituales corresponden exactamente con las características distinguidas en el extremadamente enigmático mundo cuántico. El mundo cuántico, en este caso, es ese reino en nuestro mundo que no es todavía factual; en otras palabras, el reino de la posibilidad, de la incertidumbre, donde sabemos “qué”, pero no exactamente “dónde o cuándo”.

Según el físico David Bohm, existe una totalidad implicada de la cual emerge el mundo que percibimos cotidianamente, esta totalidad implicada es un mundo de infinito potencial energético en el que de hecho todas las cosas yacen en un estado de completa unidad. “El resultado de las ciencias naturales tiene sentido sólo si asumimos una realidad interna, uniforme y trascendente que es la base de toda la data y las experiencias externas”. Bohm sugiere que la conciencia es esta misma realidad unitara trascendente.

Jeremy Hayward, de la Universidad de Cambridge, señala una cierta tendencia entre físicos que colocan a la conciencia dentro de la ecuación fundamental del universo:

viernes, 22 de enero de 2016

La Consciencia lo es todo


Este Advaita, del que hablo, no es en realidad una filosofía porque no se aferra a ningún principio. Es simplemente una recopilación de directrices y conceptos, y declara que ninguno de ellos es verdadero en un sentido absoluto. Se trata de indagar dentro de las limitaciones y los conceptos erróneos sobre cómo son las cosas. Por ello más que una verdad absoluta es un proceso. Sus enseñanzas contienen una serie de herramientas.

La herramienta primordial es que todo es Consciencia; todo es Uno. O, para ser más precisos, Advaita, si se traduce literalmente, significa "no dos". Ésa es la directriz más esencial. No es una verdad. Y una directriz se debe utilizar como medio para averiguar qué es verdaderamente válido; para indagar dentro de uno mismo y descubrir la propia naturaleza. Es un proceso que, cuando ocurre, se entiende como una parte natural del fluir de la vida.

Así que la Enseñanza como ocurre ahora, ya está surtiendo efecto en este momento. Si hay un "yo" autor presente, dirá: "Mira lo que he hecho. He pensado, me he dado cuenta, hoy he visto y he prestado atención, y por ello he obtenido tantos beneficios y resultados". El entendimiento es que es la Enseñanza misma la que te ha hecho reaccionar de la forma que ha querido. Es la Enseñanza misma la que, por su propia fuerza, tiene un impacto sobre ti.

A lo que esta enseñanza apunta es a que la Consciencia es la autora de todas las acciones y la que da vida a todo. Actúa a través de estos instrumentos humanos de la misma manera que actúa a través de los árboles, los pájaros o las cataratas. Los humanos están estructurados de tal forma que cuando la fuerza de la vida fluye a través de ellos reaccionan de acuerdo a su programación. Por lo tanto, hay organismos asesinos, organismos trabajadores, organismos perezosos; todos están creados para efectuar diferentes acciones. Hay organismos de perros, organismos de ardillas, organismos de peces, cada uno de los cuales actúa de acuerdo a su naturaleza biológica y a su programación. La Consciencia actúa a través de todo.

Cada organismo humano está programado genéticamente para producir una amplia variedad de acciones y reacciones. Tiene instintos y necesidades físicas. El organismo reacciona a esta programación de forma orgánica. Necesita aire y luchará para conseguirlo. Necesita agua; necesita comida; necesita calor y cobijo; tiene necesidad de sexo; tiene necesidad de todo tipo de cosas. Las necesidades del organismo le llevan a la acción, de forma completamente independiente a cualquier "yo" egóico. Tus propias investigaciones te mostrarán que no se necesita la presencia de un "yo" egóico para que la acción ocurra.

Es el ego o la mente pensante la que falsamente reivindica la autoría de la Consciencia como "mi" acción. Vocifera y amenaza, sugiriendo que si "yo" me voy no se hace nada. Lo que, por supuesto, ¡es ridículo! Está claro que ése no es el caso. En la ausencia de este "yo" egóico, se crea todo el universo.


La Consciencia lo es todo

Todo forma parte del mecanismo de la Consciencia, porque Consciencia es todo lo que hay. Ésa es la directriz fundamental de la Enseñanza. Todo es Consciencia, por lo tanto, todo lo que ocurre es Consciencia.

Pero la Consciencia no es una cosa que pueda ser absorbida por la mente humana. Cuando utilizamos la palabra "Consciencia" no estamos hablando de una cosa. Si fuese una cosa, entonces podría ser comprendida por la mente humana; si fuese un objeto, podría ser conocido. En esta enseñanza, la palabra "Consciencia" es usada para señalarlo todo —la fuente y la sustancia de todo— y, sin embargo, no es una cosa, no es un objeto. No puede ser conocida en su totalidad porque no hay un "ello" que conocer. La Consciencia sólo puede ser conocida por sus aspectos, y éstos son la manifestación del mundo entero.


La Aceptación

¿CÓMO NUESTRAS EMOCIONES AFECTAN NUESTRA SALUD ?


En cada momento de cada día, una conversación está teniendo lugar dentro de nosotros que es uno de los más vitales que alguna vez nos encontramos comprometidos. Es la conversación en silencio, a menudo subconsciente, y que nunca termina de señales basado en emoción entre el corazón y la cerebro.

La razón de esta conversación es tan importante es que la calidad de la señal emocional el corazón envía al cerebro determina qué tipo de productos químicos se liberan en nuestros cuerpos. Cuando nos sentimos lo que normalmente llamaríamos negativas emociones (por ejemplo, la ira, el odio, los celos y la rabia), el corazón envía una señal al cerebro que refleja nuestros sentimientos. Estas emociones son irregulares y caótico, y esto es precisamente lo que las señales que envían al cerebro parecen.

Si usted puede imaginar un gráfico de las subidas y bajadas de la bolsa de valores en un día salvaje y volátil, usted tendrá una idea del tipo de señales que creamos en nuestros corazones en tiempos de tales emociones. El cuerpo humano interpreta este tipo de señal como el estrés, y pone en marcha mecanismos para ayudar a responder adecuadamente.



Figura 4.1. Una comparación de las señales entre el corazón y el cerebro en dos extremos de la emoción: la emoción "negativa" de la frustración y la emoción "positivo" de agradecimiento. Fuente: El Instituto de HeartMath.

El estrés de las emociones negativas aumenta los niveles de cortisol y adrenalina en nuestra sangre, hormonas, que a menudo se llaman las hormonas del estrés, que nos preparan para una reacción rápida y eficaz de lo que nos está causando el estrés. Esa reacción incluye redirigir el suministro de sangre a todos los órganos en lo profundo de nuestros cuerpos a los lugares donde más se necesita en estos tiempos: los músculos, extremidades, y las extremidades que utilizamos para bien enfrentar la fuente de nuestro estrés o correr tan rápido como nos sea posible para alejarse de ella, nuestra instintiva respuesta de lucha o huida.

Para nuestros antepasados ​​lejanos, esta respuesta los salvaría de un oso enojado que habían acampado en su cueva, por ejemplo. Cuando sentían que la amenaza había desaparecido, sus emociones cambiaron y los niveles elevados de las hormonas del estrés regresaron a los niveles normales de la vida cotidiana.

La clave aquí es que la respuesta al estrés está diseñado para ser temporal y breve. Cuando se entra en acción, infundimos nuestros cuerpos con la química necesaria para responder rápidamente y poderosamente a la amenaza. Todo es cuestión de supervivencia. La buena noticia es que cuando estos altos niveles de sustancias químicas del estrés están presentes, podemos llegar a ser superhumanos. Todos hemos escuchado historias de una mujer de 98 libras de inclinación con éxito un automóvil de tamaño completo de la tierra el tiempo suficiente para salvar a su hijo atrapado bajo y hacerlo sin antes considerar si tal hazaña era posible todos escuchamos.

The Fight or Flight Respuesta

La Unicidad del No­Ser


Miedo y vanidad; vanidad y miedo. Y una huida constante, ansiando desesperadamente
tu cuidado y tu contento, del sufrimiento originado precisamente por la vanidad y el
miedo.

No te digo esto para que cambies, no pretendo que tú ni nada cambie, sino para que te
observes. Como quien se mira en un espejo.

Y al observarte, te aceptes a ti mismo y, a partir de ahí, a los demás y cuanto te rodea. Y
al aceptar, ames. Y al amar, te sientas Amado por la Vida y la Creación. Y al sentirte
Amado, te rindas.

¡Ríndete!. Total y definitivamente. Comprobarás entonces y sólo entonces que la
Rendición no es fruto de la impotencia, sino del empoderamiento; que no es efecto de
tu pequeñez, sino del endiosamiento que florece al constatar que Dios es yo y yo soy
Dios cuando todo cesa y dejo de identificarme con cualquier tipo de identidad, sea física
o espiritual, sea individual o colectiva.

Con la Rendición explosionará en ti, de manera natural y sencilla, una Nueva Vida que
no puede ser pensada, ni conceptualizada ni predefinida. En ella luce exclusivamente la
Bandera Blanca de la Rendición plena.

Para que ondee y se despliegue en su colosal dimensión y hermosura, insuflará la
Bandera Blanca una Libertad radical y completa que emanará de tu interior como
espléndida y sutil brisa de Amor.
Es una brisa suave, sí, pero implacable. Te despojará de cuanto has sido, tenido,
anhelado y temido; te impulsará al abandono y al desalojo hasta vaciarte de toda
vanidad, en cualquiera de sus manifestaciones; y, finalmente, te llevará a donde le dé la
gana.

Y tú no tendrás miedo. Vacío, sin nada ni necesidad de nada, tampoco de las personas,
te dejarás llevar, fluirás y no tendrás miedo. Nunca jamás.
La Confianza habrá anclado para siempre en tu Corazón y tú ya no serás tú: sabrás bien
lo que supone “Nacer de Nuevo” y te habrás transformado en el Viento que todo mece,
todo acuna y todo Ama, pues es el Amor mismo Puro y Perfecto.

¿Qué es tu vida?.

La respuesta, como intuyó Dylan, está flotando en el Viento. Y el Viento es Tú, que eres
Yo como Yo Soy Tú. Es decir, Amor
¿Dónde puede llevarnos ese Viento?.
Pues ¡al lugar desde donde aquí nos trajo!. La Brisa del Amor nos lleva a nuestro
Origen, al toroide de la Creación que está en ti y en todo y en todo es y subyace, allí
donde la Quietud es Movimiento y todo fluye, refluye y confluye en la Perfección de
cuanto Es.

¿No lo entiendes?. ¡Activa tu “recuerdo”!.

Tú, lo que eres más allá de tu actual percepción de corporeidad, ya experimentaste
antes de tu presente forma humana la Rendición plena, desprendiéndote de toda
vanidad; ya lograste la Libertad absoluta, que conlleva también no renunciar a nada; y
ya permitiste, sin sentir ningún miedo, que la Brisa del Amor te llevara donde le diera la
gana. Por eso la Rendición, la Libertad y la ausencia de vanidad y miedos, aún
desconcertando a tu mente física, resuenan tanto en tu Corazón. Y por eso estás aquí
encarnado como ser humano: porque la Brisa del Amor te trajo a esta Dimensión y a
este mundo.

¿Lo recuerdas ahora?.

jueves, 21 de enero de 2016

EL HOMBRE MÁS FELIZ DEL MUNDO, CUENTA SU SECRETO..

Matthieu Ricard

Matthieu Ricard, el monje budista francés y nepalés, que cambió la ciencia por la espiritualidad, habló sobre el entrenamiento mental que se necesita para ser feliz.
El biólogo, investigador en genética, fotógrafo y monje budista Matthieu Ricard habla desde la sencillez, calma y alegría de quien es feliz en todos los aspectos de su vida, debido a que ha logrado traspasar las carencias, sufrimiento y negatividades que llevan a la mayoría de las personas a ser infelices.

Sin bienes materiales, amor de pareja ni actividad sexual desde los 30 años, fue analizado y declarado por científicos de la Universidad de Winsonsin como el “hombre más feliz del mundo”, ya que su cerebro presenta una gran actividad asociada al bienestar y las emociones positivas.
Lleva más de 40 años dedicado a la práctica contemplativa budista, viviendo en la India, Bután, Nepal, Tíbet, pero también recorriendo el mundo para promover proyectos humanitarios, el bienestar y la felicidad. Además, desde 1989 es asesor del Dalai Lama y traductor de las enseñanzas budistas.

En América

Hace algunos días Matthieu Ricard visitó por primera vez el continente y pudo contemplar la majestuosidad de la Cordillera de Los Andes, que tanto le habían hablado.
Lo particular que tiene este hombre es que, al ser un científico y monje, es capaz de encantar y convencer hasta el más racional e incrédulo sobre los beneficios que tienen las prácticas espirituales.
¿Por qué? Pues es la prueba viva de que la meditación funciona para alcanzar estados de bienestar y felicidad constante, sonante y real. Su secreto está en tener un entrenamiento mental a través de la meditación, la que con paciencia, logrará de a poco, reducir y hasta suprimir los pensamientos y emociones negativas o más bien, verlos desde una perspectiva diferente en la que dejan de ser dañinos.

En ese sentido, menciona lo importante que es el nivel de conciencia que se tiene para lograr su manejo mental.

“Las emociones duran segundos, pero tenemos la tendencia a rumiarlas y su repetición crean estados de ánimo que después por acumulación llegan a convertirse en rasgos personales”, explicó.
Por eso propone cambiar la emoción o pensamiento negativo por uno positivo, para neutralizarlos, ya que ambos a la vez son incompatibles y agrega, que la neurociencia y la neuroplasticidad han comprobado el impacto que tiene este entrenamiento mental en las personas, donde la vida de los monjes, en especial la del Dalai Lama, es un claro ejemplo de los beneficios. Y no se trata de no enojarse ni ser pasivo frente a las injusticias sino de estar en un estado de bienestar y felicidad consciente sin ser dañino, malévolo.

La idea es no identificarse con la emoción y entender que uno no es la angustia ni la ansiedad.
“Mira siempre lo que te sucede con el ojo de la conciencia y te darás cuenta de la emoción que está ahí y luego, ésta empezará a perder fuerza y de manera natural se va a desvanecer. Si lo haces una vez, dos, tres y cuatro veces la tendencia de esa emoción destructiva irá bajando su intensidad hasta desaparecer”, acotó.

EL TREN DE LA VIDA


Un día leí un libro que comparaba la vida con un viaje en tren. Una comparación extremadamente interesante, cuando es bien interpretada. Interesante porque nuestra vida es como un viaje en tren, llena de embarques, de desembarques, de pequeños accidentes en el camino, de sorpresas agradables y de algunas subidas o bajadas tristes.

Cuando nacemos y subimos al tren, encontramos dos personas queridas que nos hacen conocer el viaje hasta el fin: nuestros padres. Lamentablemente, ellos en alguna estación bajan del tren y ya no vuelven a subir. Entonces quedamos huérfanos de su cariño, protección y afecto, pero a pesar de esto, nosotros continuamos viajando.

Durante la larga travesía conocemos otras interesantes personas que suben al tren: nuestros hermanos, nuestros amigos y nuestros amores. Muchos de ellos sólo realizan un corto paseo, otros permanecen siempre a nuestro lado, compartiendo las alegrías y las tristezas.

En el tren también viajan personas que andan de vagón en vagón, ayudando a quien lo necesita. Otros viajan cerca de nosotros y los queremos tanto que cuando bajan nos dejan recuerdos imborrables. Muchos viajan en asientos cercanos a los nuestros pero nos sabemos quiénes son ni nos interesa averiguarlo.

Otros pasajeros, a quienes queremos, prefieren sentarse alejados de nosotros, incluso en otros vagones; a veces nada nos impide que tratemos de acercarnos y sentarnos junto a ellos, pero en otras ocasiones esto es imposible porque los asientos contiguos ya están ocupados por otras personas.

El viaje es así, lleno de atropellos, sueños, fantasías, esperas, llegadas y partidas. Sabemos que este tren sólo realiza un viaje, el de ida. Tratemos, entonces de viajar de la mejor manera posible, intentando tener una buena relación con todos los pasajeros, procurando atender lo mejor posible a las necesidades de cada uno de ellos, recordando siempre que, en algún momento del viaje nosotros mismos podemos perder las fuerzas y necesitar que alguien nos entienda y nos ayude. El gran misterio de este viaje es que no sabemos en cuál estación nos toca descender a nosotros.

Yo pienso y me pregunto a mí mismo, cuando tenga que bajarme del tren ¿sentiré añoranzas? Por supuesto, mi respuesta es sí; porque tener que dejar a mis hijos viajando solos será muy triste, tener que separarme de los amores de mi vida será doloroso. Pero tengo la esperanza de que en algún momento nos volveremos a encontrar en la estación principal y tendré la emoción de verlos llegar con mucha mas experiencia de la que tenían al iniciar el viaje. Entonces seré feliz al pensar que en algo pude colaborar para que ellos hayan crecido como buenas personas.

El billete de 20 euros


Una profesora en clase saca de su cartera un billete de 20 euros y lo enseña a sus alumnos a la vez que pregunta: 
“¿A quién le gustaría tener este billete?”. 
Todos los alumnos levantan la mano.

Entonces la profesora coge el billete y lo arruga, haciéndolo una bola. Incluso lo rasga un poquito en una esquina. 

“¿Quién sigue queriéndolo?”.
 Todos los alumnos volvieron a levantar la mano.

Finalmente, la profesora tira el billete al suelo y lo pisa repetidamente, diciendo:

 “¿Aún queréis este billete?”. 
Todos los alumnos respondieron que sí.
Entonces la profesora les dijo:

“Espero que de aquí aprendáis una lección importante hoy. Aunque he arrugado el billete, lo he pisado y tirado al suelo… todos habéis querido tener el billete porque su valor no había cambiado, seguían siendo 20 euros.