jueves, 10 de marzo de 2016

POR QUÉ LA CIENCIA NECESITA METAFÍSICA PARA COMPRENDER EL UNIVERSO


AL FINAL DE CUENTAS LA CIENCIA NECESITA INTEGRAR (Y APOYARSE EN) LA METAFÍSICA PARA PRODUCIR UNA EXPLICACIÓN NO SÓLO PLAUSIBLE DEL MUNDO SINO TAMBIÉN QUE BRINDE SENTIDO A NUESTRAS VIDAS

 No me interesa este fenómeno o ese otro fenómeno. Quiero conocer los pensamientos de  Dios. Lo demás son solo detalles.

Albert Enstein

El profesor de filosofía de la Universidad de Warwick, Roger Trigg, alza la cuestión de por qué la ciencia necesita metafísica en un artículo publicado en la revista Nautilus. Muchos científicos verán esto como una contradicción y seguramente reaccionaran con despecho. ¿Qué puede necesitar la ciencia --encaramada en lo más alto del árbol del conocimiento-- de la metafísica, una vilipendiada rama de la filosofía, que hoy en día parece rebasada o simplemente impráctica? Y es que la metafísica no produce tecnología, ni permite convertir la naturaleza en capital, ni formula predicciones consistentes. Y, sin embargo, la metafísica trata de los grandes temas que la ciencia acapara actualmente --el ser, el conocimiento, el tiempo, el espacio, el origen del universo y la inteligencia-- y resuelve con teorías físicas que pretenden abarcar la totalidad de la existencia, pero poco aportan para dar sentido y significado.  Tal vez el problema yace en que estas grandes preguntas --¿quiénes somos, de dónde venimos, a dónde vamos?-- son esencialmente metafísicas: la ciencia debe de hacerse a un costado o ir más allá de sí misma para poder lidiar con estas cuestiones y no sólo producir datos y conocimiento factual sino modelos que tengan una relevancia y una aplicación filosófica en la vida humana.

Roger Trigg nota que las teorías científicas constantemente hacen afirmaciones metafísicas, pero rápidamente niegan cualquier rastro de metafísica en la ciencia o en su discurso. "Aquellos que dicen que la ciencia puede responder a todas las preguntas están ellos mismos colocándose fuera de la ciencia para hacer esa afirmación... Negar la metafísica y sostener el materialismo necesariamente es una movida dentro de la metafísica... La afirmación de que la ciencia puede explicar todas las cosas no puede jamás provenir de la ciencia. Es siempre un enunciado sobre la ciencia". Sobre la ciencia, más allá de la ciencia (que ha llegado a convertirse en un sinónimo de física) está la metafísica.

Una de las grandes controversias en la historia de la filosofía tiene que ver con la posibilidad de conocer la realidad, de que exista una realidad y que podamos conocer las cosas. Un famoso argumento en contra de esto viene de Kant y de su tesis de que lo que creemos que conocemos podría ser solamente un reflejo de las categorías de nuestra mente; la cosa en sí por siempre inalcanzable, del otro lado del filtro de nuestra percepción.  Sin embargo, es la ciencia la que parece indicarnos que el conocimiento es posible, aunque esto sea otro misterio. Einstein se maravilló: "lo eternamente incomprensible del mundo es su comprensibilidad". El mundo parece estar hecho para que nosotros lo descubramos.  Como dice el físico Max Tegmark, citado por Trigg, la utilidad de las matemáticas para describir el mundo "es una consecuencia natural del hecho de que el mundo es una estructura matemática, y simplemente lo estamos descubriendo poco a poco". Es curioso, pero la ciencia misma, al notar la realidad aparentemente independiente de las matemáticas, nos lleva a la metafísica. "La forma en la que las matemáticas parecen mapear la estructura racional intrínseca del mundo físico, es presupuesta por la ciencia y no puede explicarse científicamente. Parece ser un hecho metafísico, y la explicación, si es que existe alguna, debe de surgir de más allá de la ciencia".



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La ciencia ha hecho de la materia la única materia de estudio, lo único que merece estudiarse, puesto que lo inmaterial, lo metafísico, necesariamente trasciende su dominio (lo metafísico se vuelve peligrosamente ilegítimo y "pseudocientífico"). Y, sin embargo, la ciencia produce conclusiones que pretenden abarcar toda la realidad, todo el conocimiento: se postula como un conocimiento del todo, una teoría del todo --aquí yace la inconsistencia, puesto que la realidad, nuestra experiencia del mundo no es solamente material, existe un componente elusivo a este reduccionismo, el sujeto que conoce, la conciencia que reflexiona y observa (e incluso afecta lo que observa ejerciendo un efecto inmaterial o al menos que no puede explicarse según el modelo materialista), así como un substrato matemático o arquetípico por no hablar de un substrato espiritual.

La versión más radical del materialismo científico considera que el sujeto que percibe y el psiquismo incrustado en la materia --el procesamiento de información, la asimilación de la experiencia-- son solamente efectos colaterales (e ilusorios) de la evolución de la materia hacia estados de mayor complejidad  --una ilusión del usuario, como la que podría ocurrir cuando un aparato es suficientemente complejo para simular ser él mismo inteligente. Sin embargo, negar la realidad de la conciencia o negar toda realidad más allá de la materia es altamente insatisfactorio, poco poético y altamente desolador para los fantasmas con los que nos hemos identificado. Pero esta psique que creemos ser  -- o esta alucinación cognitiva, según nos definiría la ciencia-- no se contenta con esta versión prosaica y mecanicista del mundo. La belleza y el orden que vemos en el universo nos hace creer en algo más grande que nosotros, algo en lo cual participamos (puesto que ese mismo orden y belleza parecen existir en nosotros también),  y en tanto a que somos parte de ese orden podemos concebir una unidad que trasciende nuestra existencia material.

Actualmente asumimos que la metafísica debe de, para existir, adherirse a los principios y las convenciones de la ciencia, debe de, por así decirlo, hablar el idioma de la ciencia y someterse a su método de inquisición (de otra forma debemos de concluir que no dice nada o que es una especie balbuceo  o sinsentido). ¿Pero acaso la metafísica no es, por definición, lo que va más allá de la ciencia, de lo meramente físico y material, y por lo tanto requiere que vayamos más allá de la ciencia, y de los paradigmas con los que estudiamos la materia?

miércoles, 9 de marzo de 2016

Yo, la Conciencia


[...] La desidentificación consiste, precisamente, en caer en la cuenta de que yo no soy aquello que creía ser. Lo que se descubre primero es, en realidad, quién no soy yo. Como decía Nisargadatta Maharaj, "No puedo decirte lo que soy, porque las palabras sólo pueden describir lo que no soy".

Llegados a cierto punto del proceso de desidentificación, es probable que la conciencia de un ser humano se descubra a sí misma, es decir, que intuya que ella es algo diferente a sus contenidos (que es lo que hasta ese momento había asumido). Este hallazgo implica una suerte de Big Bang anímico, una explosión universal que cambia radicalmente la vida de ese ser humano. Se nos evidencia que no podemos ser aquello que contemplamos y se nos va revelando que sólo puedo ser el que contempla, esa conciencia que hace posible la aparición de cualquier forma. En lugar de considerar que somos el contenido de la conciencia, nos reconocemos en la Conciencia misma, en ese espacio en el que los contenidos surgen, un espacio necesario para que puedan escenificar sus piruetas los objetos del mundo de las formas.

Dado que el estado de reconocimiento en la Conciencia es prácticamente indescriptible con palabras, se han empleado diversas metáforas o símiles para comunicar al menos una parte de su sabor. Puede hablarse del mundo sin forma, frente al mundo cotidiano de las formas, en el que habitualmente creemos que se agota todo lo que existe. En el capítulo 11 hablaba del Ser, que es otra manera de designar a ese mundo informal, al Ser del que emanan todas las formas, por lo que también podemos conocerlo como la Fuente o el Origen. En la Conciencia, en el Ser, en la Fuente, el tiempo no existe. Es una dimensión atemporal. Es, precisamente, el origen del tiempo y del espacio, necesarios para que puedan manifestarse las formas.

Desde el punto de vista de la experiencia humana de todos los días, la manera más asequible de acceder a ese mundo de lo Absoluto es a través de la Presencia, a través de ser conscientes de que somos conscientes, de que en nosotros existe esa conciencia que en algún momento puede desligarse de sus contenidos (de nuestra individualidad) y reconocerse como la Conciencia. (Decía Ramana Maharshi: "Uno no puede ver a Dios y seguir conservando la individualidad") (2)

Cultivar la Presencia, la conciencia de la Conciencia, puede estar, hasta cierto punto, en nuestras manos. Pero llegar al descubrimiento fundamental, a ese atisbo de lo que implica ser la Conciencia, se encuentra probablemente más allá de cualquier voluntad humana. Que ese hecho se produzca o no, depende del Absoluto, del Ser, de los designios insondables de la Totalidad. Como escribió Ramesh Balsekar:

Lo único que necesitamos es dejar de pretender ser algo (quizás un ser iluminado) o conseguir algo (quizás la iluminación). Y entonces estamos en nuestra verdadera naturaleza, en la pura Conciencia, que es todo lo que es, todo lo que ha sido y todo lo que tiene que ser, por siempre jamás: Yo Soy. (3)

Hemos de comprender que no se trata de llegar a ser algo que no somos (porque ya lo somos, nunca pudimos dejar de serlo), sino de dejar de creer que tan sólo somos la forma efímera bajo la que la Totalidad se manifiesta. Somos también esa forma pero, sobre todo, somos el Ser, la Fuente que da origen a esa forma impermanente.

El sabernos espacio nos hace sentirnos invulnerables a las heridas que pueden sufrir los contenidos de ese espacio. El espacio, al contrario que sus contenidos, no tiene límites, ni duración, ni escasez, ni penuria. En el espacio todo cabe, pudiendo albergar cualquier objeto, cualquier fenómeno o

Cómo puedes recuperar el amor propio?


¿Eres tu mejor amigo, o estás enemistado contigo mismo? ¿Crees que si tu mayor enemigo eres tú mismo vas a alcanzar tus metas fácilmente? Intenta responder a estas preguntas y, si quieres hacer algo por ti mismo, sigue estas pautas.

1. Todo lo que necesitas está en tí

No necesitas nada fuera de ti mismo, ya tienes todo lo que necesitas. Tienes el amor, la compasión, la fuerza, el perdón, etc. Si estás buscando esto fuera de ti, quizás olvidaste que ya lo tienes. Eres parte del universo y este es parte de ti. Di cada día que estás completo, y poco a poco comenzarás a entender esto.

2. Acéptate a ti mismo tal y como eres

No hay otro como tú, eres único. Cuando te despiertes cada mañana, agradece por lo que eres y todo lo que puedes dar. Da gracias a tus ojos que te permiten ver, a tus piernas que te permiten caminar, a tu cuerpo por darte capacidad para moverte; agradece todo lo que sientas que tienes que agradecer. Disfruta cada parte de ti, aceptándote tal y como eres.

3. Perdónate

Todos cometemos errores. Todas las faltas y errores que cometas, son parte de la vida y no tienes por qué sentirte avergonzado de algo que hiciste en el pasado. Debes aceptar tu falta de perfección, eso te hará perfecto. Es necesario que experimentes errores, es parte de la vida, y te ayudará a crecer como persona.

4. Recupera tu niño interior

“Guerreros: Un Paso Hacia La Impecabilidad”


Sobre la impecabilidad y el <no hacer>” Martín (Guerrero mexhica)

Conversamos con Martín en Malinalco sobre la impecabilidad y el “no hacer”, sobre el camino interior del guerrero. Forma parte del proyecto “Guerreros.. un paso hacia la impecabilidad”
Alimentando el Alma” Ana Moratinos

Hablamos con Ana Moratinos de los alimentos del alma como un paso más hacia la impecabilidad. ” Ser impecable es el pan de cada día”.
Maya Universal” Abuelo Antonio Oxté

Hablamos con el Abuelo Antonio, maya universal, de la impecabilidad, del concepto de hacer las cosas siempre lo mejor que podemos. “Que mi pensamiento, mi palabra y mi acción sean una sola”.
El Camino del Movimiento” Shakti

Raquel Losantos “Shakti” … la impecabilidad es dar lo mejor de ti mismo en cada momento. El movimiento como camino hacia el encuentro con el “Ser”.
Mística Urbana” Luis Jimenez

martes, 8 de marzo de 2016

La Enfermedad viene de ti mismo y no te das cuenta


Somos las únicas criaturas en la superficie de la Tierra capaces de transformar nuestra biología mediante lo que pensamos y sentimos. Nuestras células están constantemente observando nuestros pensamientos y siendo modificadas por ellos. 

Un ataque de depresión puede arrasar nuestro sistema inmunológico; serenarse, al contrario, puede fortificarlo tremendamente. La alegría y la actividad armoniosa nos mantienen saludables y prolongan la vida. 

El recuerdo de una situación negativa o triste, libera las mismas hormonas y sustancias biológicas destructivas que el estrés. Sus células están constantemente procesando todas sus experiencias y metabolizandolas de acuerdo con sus puntos de vista personales.

No se puede simplemente captar datos aislados y confirmarlos con un juzgamiento. Usted se transforma en la interpretación cuando la internaliza. 

Quien está deprimido proyecta tristeza por todas partes del cuerpo. 

La producción de neurotransmisores a partir del cerebro se altera, el nivel de hormonas varía, el ciclo del sueño es interrumpido, los receptores neuropeptídicos en la superficie externa de las células de la piel se modifican, las plaquetas sanguíneas se tornan más viscosas y más propensas a formar grumos y hasta sus lágrimas contienen trazos químicos diferentes al de las lágrimas de alegría.



Anulando o potenciando la voluntad de una persona


Una de las cosas que uno aprende por observación, y por el estudio de experiencias, que, a priori, no suelen ser demasiado agradables, es cómo se puede manipular la voluntad de una persona, para bien o para mal, de varias formas, para anularla o para potenciarla. En el primer caso, las experiencias sufridas con diferentes tipos de entes y “aquellos de las razas que nos gestionan” a través de diferentes implantes y manipulación del sistema de chacras, nos hacen ver los puntos débiles del ser humano, en tanto al poder de voluntad se refiere. En el segundo caso, en cómo potenciarla, es el estudio y conocimiento de puntos concretos en los meridianos del cuerpo lo que nos ayuda a saber dónde activar para que esta cualidad sea reforzada.

Formas de anular la voluntad

Empezaremos por la parte negativa del tema. Hay dos formas principales, que yo haya vivido de primera mano, que haya observado en diferentes sanaciones energéticas, o que haya aprendido a través de la experiencia directa de otros terapeutas, sobre como anular el aspecto volitivo de una persona. La primera forma es a través del bloqueo de la glándula pineal, una glándula con una importancia de la que la ciencia “oficial” no es consciente ni de lejos, y que, entre otras cosas, es una reguladora imprescindible de la voluntad humana.

El uso de implantes etéricos para bloquear la glándula pineal es conocido por muchos terapeutas que son capaces de percibirlos y lidian con este tipo de historias, aunque poca literatura posiblemente encontrareis en la red, ya que, en palabras de compañeros , “da cosa hablar de esto en público”.

El tipo de implante usado para ello es una especie de bola de golf en medio de la cabeza (números 1 y 2 de la imagen). Diferentes filamentos aparecen conectados al sistema nervioso y a diferentes partes del cuerpo etérico. Al bloquear la glándula pineal (la contrapartida etérica) bloquean parcialmente la voluntad de la persona, y por ello son usados como medios de control y manipulación cuando se quiere dominar a alguien. Al estar  situados a la altura de la glándula pineal, posiblemente influencia también la producción de ciertas hormonas, pero de esta última parte tengo menos conocimiento práctico.



Este implante se elimina bien mediante cirugía etérica
o bien mediante la aplicación de la energía de la esencia o mónada, desvaneciéndose en cuestión de segundos.











Bloqueando el tercer chacra trasero

La segunda forma en la que se puede anular la voluntad de una persona, y la que usan en muchos casos diferentes especies sobre los seres humanos, es el bloqueo total del tercer chacra posterior. En este caso, solo especies reptoides usan esta técnica de manipulación, al menos hasta donde yo he visto, ya que, por ejemplo, otras especies de tipo insectoide suelen manipular principalmente el cuarto chacra por detrás mientras bloquean el séptimo, impidiendo toda conexión con niveles superiores, y potenciando los aspectos negativos emocionales de la persona a través de ese chacra corazón.
voluntad.


Como veis en la figura, la posición de las manos de la entidad, reptoides en este caso, está siempre, una de ellas, en el tercer chacra trasero, el chacra volitivo por excelencia, el chacra que energéticamente regula nuestra voluntad. Este chacra, está asociado además a un punto importante del meridiano de la vejiga que comentaré luego, por lo qué, al taponar el flujo energético en ese lugar, el ser humano pierde “potencial volitivo” que le pudiera hacer reaccionar, si se da cuenta, o siente al ente que lleva anclado, para echarlo.



La mayoría de reptoides usan así la posición de las manos para bloquear uno o dos chacras simultáneamente, haciendo que la persona vea reforzada ciertos patrones y emociones relacionadas con los chacras en su aspecto negativo. Por ejemplo, si el anclaje se produce en el tercer y primer chacra se refuerza el deseo por el dinero, codicia, avaricia, ambición, etc.

Si el anclaje se produce en el tercer y segundo chacra se refuerza el deseo sexual, el poder sexual sobre otros (recordad que la energía sexual es una de las más potentes que posee el ser humano, y de ahí su uso y absorción como elemento “nutritivo”). Si el anclaje de la entidad tiene lugar en el tercer y cuarto chacra, se potencia el deseo de violencia, dominación, etc., de la persona sobre otros, si el anclaje es en el tercer y quinto chacra, se refuerza el poder de manipulación de otras personas, etc., etc.



Potenciando la voluntad

AQUELLO EN LO QUE CREO

Miguel Ángel

Creo en el ser humano, en lo que es capaz de hacer, en su bondad por naturaleza y en su fragilidad ante los fuertes vientos que varían su curso. Un ángel vestido de humano, un humano olvidado de Sí.

Creo en el poder de la palabra, de cada palabra y de cada pensamiento. En la consonancia y resonancia de cada emoción vestida de intelecto y de cada pensamiento cubierto de emoción. En la energía que se mueve como el aire y como el aire llega, se respira y se siente, y se concreta en realidades. Palabras y pensamientos, emociones y conmociones conforman la realidad.

Creo en el ritmo, en la cadencia que se expresa en los ciclos naturales y que gobiernan desde nuestra fisiología hasta el pulso de nuestras emociones. Pulso y vibración. Latido esencial y cósmico, desde el átomo a la galaxia de galaxias.

Creo que la Energía es Conciencia y la Conciencia Energía, en un ciclo constante de alternancia y mutabilidad. Y que la Conciencia está en todo como todo es Energía. Y por ello Yo estoy en todo. Y en la organización neuro-cosmo-esencial de la mente universal, modelo que podemos intuir al contemplar nuestra red neuronal.

Creo en la luz como elemento propagador de información y activador del recuerdo celular más íntimo, más allá de fotones que viajan del principio al fin de lo que conocemos como Cosmos. Y que la luz, como fenómeno cuántico, afecta a la conciencia.

Creo en la Vida, como identidad y entidad que gobierna todo aquello que acontece bajo las estrellas y por encima de ellas. Y en el Gran Espíritu que se expresa desde ella y hacia nosotros, y al que hemos llamado de un sinfín de formas a lo largo de la historia intentando comprenderlo, definirlo, hacerlo propio.

Creo en la Unidad que vive en toda diversidad. Y en la riqueza que supone expresar lo diferente, la singularidad de cada esencia y de cada forma, en la unicidad que supone existir y compartir tiempos y espacios. En la conciencia individual y en la unitaria. En la particularidad esencial y en la conciencia planetaria.

Creo en la virtud que da alas al pensamiento, bajo la forma más cristalina de la originalidad. En la creatividad al servicio de los libres de mente y de los que no gustan vestir uniformes en sus pensamientos. Creo en la libertad individual y en la responsabilidad colectiva.

Creo en el tiempo como expresión del pensamiento que no conoce fronteras, pero que no es consciente de ello. Y en la Luz que supone reconocer que el tiempo es una cadena que solo se rompe cuando el pensamiento es verdaderamente libre. Somos Luz contenida en un envolvente de carne y huesos, creado por el pensamiento de una singularidad ascendente que nos trasciende y nos habla en la voz del silencio. Él es cada uno de nosotros y nosotros somos Él. Trascender el pensamiento es rozar su naturaleza y descubrirnos en un nivel diferente.

Creo en el crecimiento personal como una ilusión de la mente. Solo puede crecer lo que tiene limite. Y lo que Somos es inconmensurable, omnipresente y omnisciente por naturaleza. Pero se expresa en la singularidad de lo humano a través de lo que llamamos conciencia. Y cuando la conciencia adquiere la cualidad de saber de Sí se convierte en Conciencia de Ser. Así cuando Somos reconocemos que somos todo cuanto acontece, iluminados por el Gran Espíritu de la Vida en nosotros. Y nosotros somos Ello.
Solo puede crecer la mente dentro de su propio limite. Hay que ir más allá de ese limite.

Creo en el Amor, la fuerza más pura y original que justifica toda existencia, todo acontecer, todo vuelo del alma y todo camino andado. La energía más sagrada que fluye en todo desde que fuera creado hasta el momento presente, y que se expresa como energía vital y sanadora. Solo el Amor resplandece y disipa las sombras. Y en la analogía del Amor como fuente de la Luz, y de la Luz como expresión del Amor.

Creo en la tolerancia, en la solidaridad y en los cielos y caminos despejados, en el futuro .Y en el valor de la utopía, abridora de caminos, inspiradora y libertaria por naturaleza. No admite ni reconoce fronteras o limites: Si se puede imaginar es posible. Si es posible puede hacerse.

Creo en mi propia salvación, entendida como la recuperación de la Memoria Primigenia, la que esconde el secreto de lo que en verdad Soy, de mi origen, del plan que desarrollo en esta vida, y de la finalidad de mi viaje cósmico.

Creo en el Despertar,

lunes, 7 de marzo de 2016

Nuevo estudio sugiere que la continuidad del tiempo es una ilusión


ESTUDIO DE TIEMPO A ESCALA CUÁNTICA LLEGA A UNA CONCLUSIÓN ASOMBROSAMENTE PARECIDA A LA IDEA PLATÓNICA DE QUE EL TIEMPO ES SÓLO LA PROYECCIÓN DE LA ETERNIDAD, COMO SI FUERA UNA PELÍCULA

La física se acerca a la noción de que sólo existen realmente los momentos y no la continuidad del flujo temporal que viaja del pasado hacia el futuro. Un nuevo estudio sugiere que el tiempo se comporta como un cristal, es decir el tiempo puede verse como una emisión discreta que surge en el espacio y no como una onda continua.

Según publicó un equipo multinacional en el European Physical Journal, la escala mínima del tiempo, también conocida como tiempo Planck debe de ser más grande de lo que se piensa, lo cual permite que se hagan pruebas: esto es una unidad de intervalo de tiempo de 10 a la 17 segundos, lo cual definiría la duración real de los cristales de tiempo. El equipo observó esto midiendo el ritmo de emisión espontánea de átomos de hidrógeno.

Esto significaría que el tiempo es discreto y consta de segmentos regulares que se repiten. Mir Faizal, uno de los autores del estudio, dice:

El universo físico es realmente como una película o una imagen en movimiento, en la que la serie de cuadros fijos que se muestran en una pantalla crean la ilusión de imágenes en movimiento. Esto significa que, entonces, nuestra precipitación consciente de la realidad física basada en la moción continua se vuelve una ilusión producida por una discreta estructura matemática subyacente.

Lo anterior recuerda la famosa frase de Einstein: “La distinción entre el pasado, el presente y el futuro es sólo una persistente ilusión”. Pero lo realmente asombroso es su similitud a la filosofía pitagórica que expone Platón en el Timeo: