Es fundamental que lleves más conciencia a tu vida en las situaciones ordinarias, cuando todo va relativamente bien. Así irá creciendo el poder de tu presencia, que genera en ti y a tu alrededor un campo de alta frecuencia vibratoria. Ninguna inconsciencia ni negatividad, ninguna discordia o violencia podrán entrar en ese campo y sobrevivir, del mismo modo que la oscuridad no puede sobrevivir en presencia de la luz.
Cuando aprendes a ser testigo de tus pensamientos y emociones, que es parte esencial del estar presente, te sorprende el ruido de fondo de la inconsciencia ordinaria y te das cuenta de que muy pocas veces te sientes verdaderamente cómodo contigo mismo, si es que te ocurre alguna vez.
A nivel mental, encontrarás abundantes resistencias en forma de juicios, descontento y proyecciones mentales que te alejan del ahora. A nivel emocional, notarás una corriente subterránea de incomodidad, tensión, aburrimiento o nervios. Todos estos contenidos son aspectos de la mente en su habitual modalidad de resistencia.
OBSERVA LOS DIVERSOS MODOS EN QUE LA INTRANQUILIDAD, el descontento y la tensión surgen en ti como consecuencia de juicios innecesarios, resistencias a lo que es y la negación del ahora. Lo inconsciente se disuelve cuando lo iluminas con la luz de la conciencia.
Cuando aprendas a disolver la inconsciencia ordinaria, la luz de tu propia presencia brillará con fulgor, y será más fácil afrontar la inconsciencia profunda cuando sientas su atracción magnética. Sin embargo, puede que la inconsciencia ordinaria no resulte fácil de detectar, porque es muy común.
ACOSTÚMBRATE A HACER UN SEGUIMIENTO DE TU ESTADO EMOCIONAL Y MENTAL mediante la autoobservación.
Una buena pregunta que podrías plantearte frecuentemente es: «¿Estoy relajado en este momento?»
O también puedes indagar: «¿Qué está ocurriendo dentro de mí en este instante?»
Interésate al menos tanto por lo que ocurre dentro de ti como por lo que pasa fuera. Si consigues que lo de dentro esté bien, lo de fuera encajará en su lugar. La realidad primaria está dentro; la secundaria, fuera.
Y NO TE RESPONDAS A ESTAS PREGUNTAS INMEDIATAMENTE.
Dirige tu atención hacia dentro. Mira dentro de ti.
¿Qué tipo de pensamientos está produciendo tu mente? ¿Qué sientes?
Dirige tu atención al cuerpo. ¿Notas alguna tensión?
Cuando detectes cierto nivel de incomodidad, el ruido de fondo, observa cómo estás evitando, resistiéndote o negando la vida por negar el ahora.
Hay muchas maneras de resistirse inconscientemente al momento presente. Con la práctica aumentará tu poder de autoobservación, tu capacidad de hacer un seguimiento de tu estado interno.
DONDEQUIERA QUE ESTÉS, MANTENTE PLENAMENTE PRESENTE
¿Estás estresado? ¿Estás tan agitado tratando de llegar al futuro que el presente queda reducido a un medio para alcanzarlo? Lo que causa tensión es estar «aquí» queriendo estar «allí», o estar en el presente queriendo estar en el futuro. Es una disyuntiva que te desgarra por dentro.
¿Te absorbe mucha atención el pasado? ¿Sueles hablar de él y pensar en él positiva o negativamente? ¿Piensas en los grandes logros que has alcanzado, en tus aventuras y experiencias, o en tu historial de víctima y en las cosas horribles que te sucedieron? ¿O quizá piensas en lo que tú hiciste a otra persona?
¿Qué crean tus pensamientos: culpa, orgullo, resentimiento, ira, lamentos, autocompasión…? Entonces, además de reforzar un falso sentido de identidad, estás ayudando a acelerar el proceso de envejecimiento de tu cuerpo produciendo una acumulación de pasado en tu psique. Verifícalo por ti mismo observando a las personas cercanas que tengan una fuerte tendencia a aferrarse al pasado.
HAZ MORIR EL PASADO CADA MOMENTO.