jueves, 2 de febrero de 2017

TU YO SAGRADO capitulo 8



De la agitación a la paz 
Todo lo que Dios quiere del hombre es un corazón en paz
Johann Eckhart

Sé que puedo conectar mi mente con la mente divina y garantizarme la paz en
cualquier momento

La pregunta que más a menudo se me formula con respecto al papel del yo
espiritual y el ego es: “¿Cómo sé si mi ego o mi yo espiritual el que me llama
en un determinado momento?”. La tercera parte, que comienza con este
capítulo, ha sido escrita para guiarle hasta la respuesta a esta pregunta.
En cualquier momento de su existencia usted escoge entre dos imágenes de sí
mismo. Las opciones son la que le ofrece su alma o yo espiritual, la voz de
Dios y la que le ofrece el ego o la falsa idea de usted mismo. Decida cómo se
ve a sí mismo y cómo ve también a los demás. En esencia, acepta la imagen
que su ego tiene de usted y de los demás, o bien la de su yo espiritual.

La primera respuesta a la pregunta antes planteada es: “Si le aporta una
sensación de paz, entonces el que está en acción es su yo espiritual2. Su yo
superior le impulsa siempre a resolver los conflictos con los que se encuentra,
con el fin de que haya sitio en su vida para la serenidad y la armonía. Le insto
a que preste muchísima atención a esos sentimientos.

La única paz de su mundo, de su vida personal, es la paz de Dios. Si está
viviendo sumido en la agitación, peleándose de forma constante consigo
mismo y sintiendo ansiedad, está permitiendo que el ego domine su vida. Si se
siente sereno, el ego ha sido desbancado por su yo espiritual.

Pregúntese siempre: “¿Esto me traerá paz o agitación?” Si la respuesta es
agitación, ya sea en sus pensamientos como en su mundo físico, debe
examinar cómo y por qué está permitiendo que el ego domine su vida. Si la
respuesta es paz, sabrá qué hacer y cómo pensar. Y sabe que su yo espiritual
está trabajando en su beneficio.



REEMPLAZAR LA AGITACIÓN POR LA PAZ

En todos los momentos de su vida, usted tiene la opción de escoger la paz. Su
falso yo se crece en la ansiedad porque cree que eso es lo que necesita para
continuar con vida. El ego fomenta pensamientos como éstos: no puedo ser
feliz ni sentirme contento; tengo que ser un malvado pecador; si me sintiera en
paz me limitaría a vegetar; tengo que fijarme de modo constante en cómo viven
y actúan los demás con el fin de valorarme. Este continuo estado de
comparación mantiene la agitación con vida.

El ego quiere que esté en un constante estado de agitación para impedirle ser
uno con su yo espiritual. Le convence de que si no está siempre con los
nervios de punta usted no puede desarrollarse. Pero debe tener presente que
la experiencia de esta agitación es una elección que usted ha hecho, al permitir
que su falso yo domine su existencia. Cuando escoge la paz, está dejando
entrar a Dios en su vida. En lugar de vegetar, descubrirá que puede estar
ocupado, tener un propósito y sentirse contento, tener paz.

Todos ansiamos la placidez de vivir sin agitación ni angustia. Tenemos una
sensación de iluminación interna cuando sabemos que estamos dentro de
nuestro curso natural, en al senda espiritual. Así pues,. ¿por qué a menudo
elegimos emociones, pensamientos y creencias que nos apartan de este
camino, que agitan nuestra mente, enturbian nuestra percepción y dificultan
nuestras relaciones?

Es necesario que examine con cuidado aquellas elecciones que le alejan de la
paz, de Dios. Saber que la paz es siempre una opción a nuestro alcance ya es
un paso significativo. Esto le ayudará a domar el ego cuando insista en que
usted es un ser aislado y especial.

Reemplazar la agitación que tan a menudo escoge es, pues, una simple
cuestión de permitir que su yo espiritual se haga cargo en cualquier
circunstancia en la que esté a punto de sumirse en la agitación. El ego le
empujará a la lucha... alejándole de la paz. Usted tiene que estar dispuesto a
verlo cuando está a punto de suceder, e invitar a su yo espiritual a que no le
permita actuar a su ego.

Me gusta mucho la siguiente cita de A Course in Miracles, que yo veo a
propósito del reemplazo del ego: “No hallarás paz excepto la paz de Dios.
Acepta este hecho, y ahórrate la agonía de más amargas decepciones, pura
desesperación, y sensación de completa impotencia y duda. No busques más.
No hay nada más que encontrar que no sea la paz de Dios.

Considere estas profundas palabras mientras lee el resto del presente capítulo.
Sólo retenga que, en su interior, siempre tiene esta opción y qe cuando opta
por la ansiedad y la agitación está permitiendo que su ego sea quien gobierne.
No lo acepte, puede ser la morada de la paz.



ALGUNOS COMPORTAMIENTOS QUE NOS ALEJAN DE LA PAZ

La importancia de adelgazar el ego para alimentar el alma


En el territorio del ego solo crece la soberbia, la mirada que entiende el mundo partiendo de su propio ombligo y que siembra de infelicidad cualquier entorno en el que habita. Todos conocemos a alguien moldeado con este patrón, son mentes que restan en armonía, que ahogan la calma y que deberían empezar a poner a dieta su egos para que a sus egos también les quedase algo de comida.

Si damos un pequeño vistazo al panorama actual y al escenario sociopolítico que nos envuelve, nos daremos cuenta de que, efectivamente, el reino del ego está en auge. Son muchos los países y líderes que están empezando a practicar ese autoproteccionismo y esa autodefensa del yo, donde delimitar lo tuyo y lo mío, donde dejar a un lado al extranjero para proteger la propia identidad.



“El ego es una máscara artificial creado por la familia, la sociedad y la cultura. Es una máscara sobre otra máscara”
-Alejandro Jodorowsky-


A muchos se les olvida, quizá, que los egos obesos y la voz de la soberbia se obsesionan con marcar distancias, trayendo así la desigualdad, los odios, la discriminación y la propia infelicidad. No obstante, no solo somos testigos de este tipo de dinámica a nivel político. Según un artículo publicado en la revista “Psychology Today“, en los entornos laborales apuntan cada vez más esos directivos o jefes que, lejos de aplicar la Inteligencia Emocional en sus organizaciones, se dejan llevar por el ego en una necesidad última por ejercer el poder y el control.

Los trabajadores que tienen como directivos a una persona con este tipo de perfi, los definen como “niños pequeños con demasiado poder”. Lo más relevante de todo ello es que las acciones egoístas desplegadas en todo territorio, ya sea a nivel familiar, empresarial o social, no obtienen beneficio alguno. Se desperdicia el potencial humano porque queda supeditado al reino del miedo, al imperio del desprecio y a esa falta de ética, empatía y cercanía donde poco o nada bueno crece.

Te proponemos reflexionar sobre ello.



Egos fuertes y egos grandes

Empezaremos aclarando algo esencial. La palabra “ego” viene del latín y significa simplemente, “yo”. Para la filosofía oriental ego se refiere a la autoconciencia, al autorreconocimiento y a esa entidad que debe diferenciarse de las conductas insalubres como la egolatría o el egoísmo.

Por otro lado, Freud también identificó a ese nivel de nuestro aparato psíquico como esa parte intermedia donde la persona se debate entre el impulso instintivo y la presión de las normas sociales. El objetivo final sería desarrollar un ego saludable que nos permita armonizar en el día a día de nuestras relaciones y la propia sociedad.

Con todo ello podemos deducir sin duda que hay dos tipos de ego. Por una parte, estaría nuestra necesidad de desarrollar un “yo” (ego) fuerte donde quede consolidada nuestra autoestima, donde exista una conciencia plena de uno mismo con sus valores, su nobleza y esa identidad que nos define pero que a su vez, es sensible y cercana al resto de identidades que nos rodean. Por otro lado, y en el polo opuesto, estarían los egos grandes.


Veamos sus características con detalle.




Los egos grandes y sus universos personales

martes, 31 de enero de 2017

Revisión de las siete edades del alma


Como una chispita de luz el alma abandona el Tao con el objeto de obtener nuevas experiencias. Es así como con su nacimiento y separación inicia el camino de regreso a casa. (El mismo Tao)

Cada fragmento progresa a través de 5 edades del alma en el plano físico. Cada edad involucra más y más altos niveles de percepción.

En resumen, un ciclo entero, desde abandonar el Tao hasta el regreso a Él, comprende siete edades (cinco sobre la tierra) y dos en planos superiores, siete niveles en cada edad.



MANIFESTANDO NUESTRA VERDADERA EDAD DEL ALMA

La sociedad, la familia y otros factores funcionan de manera hipnótica o como una droga retardadora en la manifestación de la verdadera identidad.

Sólo en una vida de cada tres logramos actuar desde la perspectiva real de nuestro nivel y edad del alma.

Cuando una persona está actuando como alguien de una edad más joven decimos que está “manifestando” esa edad y nivel.

Recuerda que hasta los 35-42 años de edad podemos realmente operar desde nuestro verdadero nivel y edad del alma. Debemos notar que una Esencia puede reaccionar hacia distintos asuntos desde diferentes perspectivas.

Entre más vieja el alma, más variedad de perspectivas tendrá para reaccionar a su elección. Por ejemplo, un alma vieja puede reaccionar a los asuntos de dinero de manera controladora (alma bebé); de manera orientadora a los logros en asuntos de negocios (alma joven); y tener un sentido del esquema más amplio en su matrimonio, aceptando los altibajos con gran sabiduría (alma vieja).

El descubrir desde dónde actuamos y reaccionamos puede ser muy iluminador.

Tarea: Por tres noches, pedir a tus maestros y guías que te ayuden a descubrir en qué edad del alma y en qué nivel estás.



ALMA RECIÉN NACIDA.

(Ejemplo: tribus)

El fragmento recién nacido del Tao es grosero, sin experiencia y lucha por sobrevivir en el plano físico. Sus necesidades son por vivir experiencias crudas e intensas. (hambruna, plagas, batallas, ser oprimidos, inundaciones, etc.)

Su experiencia de la sexualidad es animalesca, debe enseñársele lo que es correcto y lo que no lo es. ( carece de esa conciencia)

Generalmente son supersticiosos, tienden a agruparse alrededor del ecuador ya que la sobre vivencia es más fácil ahí. Este nivel de almas no se vuelve famoso ni reconocido, pues carece de la experiencia y la sofisticación necesarias.

Equivalente: Recién nacido a 18 meses.

Descripción: Estar aquí en la tierra y acoplarse.

Enfoque: ¿Dónde estoy y dónde estás tú? Estoy viviendo las reglas a base de ensayo y error, en experiencias primitivas. ¡Que comience el juego donde puedo embrollarme con experiencias. No puedo llevar los requerimientos sociales. La sociedad es muy compleja.

Aprendizaje: A través del sufrimiento.

Aspectos positivos:

Simple, mundana, inocente, infantil, intuitiva, vive para el momento, no se cuestiona, está en el jardín del edén, mística, trabaja con símbolos.

Aspectos negativos:

Animalesca, desvalida, asustada, ignorante, puede ser fuertemente enganchada por los polos negativos de la personalidad falsa (ego), experimentando los extremos. Agresiva en sus acciones, cree que no daña a nadie.

El nivel evolutivo del planeta ya no aceptará almas recién nacidas, ni habrá experiencias para ellas. Como hambruna a nivel masivo.



ALMA BEBÉ.

TU YO SAGRADO capitulo 7


Libera al yo superior del ego

Yo no vengo a entreteneros con placeres mundanos sino a despertar vuestras
dormidas memorias inmortales
Paramahansa YOGANANDA

Sé que mi yo superior está siempre dispuesto a elevarme más allá del mundo
que percibo con mis sentidos

La pequeña palabra de tres letras “ego” ha tenido varios significados. En el
sistema freudiano, el ego, o el yo, es el aspecto consciente de la psique que
decide entre los instintos básicos del ello y la moralidad del superyo. Una
persona con un “problema de ego” se considera que está centrada en el yo. Se
considera que es jactanciosa, egoísta, desdeñosa, vanidosa y en general
desagradable. El estereotipo suele ser varón.

Existen muchas otras interpretaciones de la palabra “ego2. Algunos lo
consideran la parte inconsciente de nosotros mismos, principalmente dedicada
al odio, la malicia y la destrucción. El ego se ha descrito también como algo
que siempre está dentro de nosotros, controlando nuestra vida cotidiana, y que
poco podemos hacer para cambiarlo. Otros definen al ego como el aspecto
exclusivamente físico de nuestra realidad, como opuesto a la parte espiritual o
superior que definimos como alma.

Cuando yo hablo de ego, no me refiero a ninguno de estos conceptos. Yo
considero al ego como la idea que cada uno de nosotros tiene de sí mismo. Es
decir, que el ego no constituye más que una ilusión, pero una ilusión que
ejerce una gran influencia.



ANÁLISIS DEL EGO

Nadie ha visto nunca el rostro del ego. Es como un fantasma que aceptamos
que controle nuestra vida. La razón por la que nadie ha visto al ego es porque
se trata de una idea.

El ego es una idea invisible, incorpórea, ilimitada... NO es otra cosa que la idea
que usted tiene de sí mismo: su cuerpo/mente/alma/yo. El ego como realidad
tangible no existe. Es una ilusión. Mantener esa ilusión puede impedirle
conocer su verdadero yo.

En mi opinión, el ego es una disposición del pensamiento errónea que intenta
presentarle como a usted le gustaría ser en lugar de cómo es. En esencia, el
ego, la idea de uno mismo, supone una forma distorsionada de afirmar y vivir la
existencia.

Es probable que haya visto la palabra AMBULANCIA escrita al revés en la parte
frontal de tal vehículo, de forma que la persona que la vea por su espejo
retrovisor pueda leerla. Piense en ello. Cuando usted se mira al espejo se ve al
revés. Su mano derecha es su izquierda. Usted sabe que lo que tiene delante
es una visión inversa, y realiza los ajustes pertinentes. No confunde la realidad
con la imagen del espejo.

El ego, esa idea de uno mismo, se parece muchísimo al ejemplo del espejo,
pero sin los ajustes. Su ego quiere que busque su interior en el exterior. La
ilusión externa es la principal preocupación del ego. La misión de su yo
superior es reflejar su realidad interna y no la ilusión exterior.

La descripción presentada por Sogyal rinpoche en la obra The Tibetan Book of
Living adn Dying (el libro tibetano del vivir y del morir) explica a las mil
maravillas este descubrimiento: “Dos personas han estado viviendo en ti
durante toda tu existencia. Una es el ego, charlatana, exigente, histérica,
calculadora; la otra es el ser espiritual oculto, cuya queda y sabia voz has oído
o atendido sólo en raras ocasiones”. Luego Rinpoche continúa hablando de lo
que él llama el sabio guía.

Dentro de usted hay un guía sabio, una parte de su verdadero yo que camina a
su lado mientras avanza por la senda de su búsqueda espiritual. Rinpoche
concluye: “La memoria de tu verdadera naturaleza, con todo su esplendor y
confianza, comienza a regresar a ti... Te encontrarás con que has descubierto
dentro de ti mismo a tu propio guía sabio. Porque él o ella te conoce hasta los
tuétanos, dado que eres tú”.

Este guía sabio es usted, no la idea que tiene e sí mismo. Piense en este guía
interior como en su verdadero yo y escúchele. En lugar de prestar atención al
discurso del ego, oirá inspirados mensajes de sabiduría. Y se liberará de las
exigencias del ego.

No estoy sugiriéndole que conquiste, derrote ni desprecie al ego. Es
importante honrar y amar todos los aspectos de nosotros mismos. Esto
incluye al mundo visible de la percepción sensorial y al mundo invisible del
espíritu divino.

Esta cuarta clave de acceso a la conciencia superior tiene que ver con su
liberación de la ilusión creada por el ego de que el significado y la gratificación
definitivos de su vida los hallará fuera de usted mismo. La doma del ego es
una forma de invitar a los aspectos superiores de uno mismo a obrar según su
designio natural, amoroso e integrado.

A Course in Miracles deja claro este punto: “Tu misión es muy sencilla. Se te
pide que vivas de modo que demuestre que no eres un ego”.

Si no tiene una profunda y rica percepción de usted mismo y de su propósito
en el aquí y ahora, es probable que se dab a que cree que usted es su ego.



SIETE CARACTERÍSTICAS DEFINITORIAS DEL EGO

La Joya que satisface todos los deseos


El título de éste artículo es verdaderamente tentador ¿no lo creen?, basta con preguntarnos ¿Qué significa eso de la Joya que satisface todos los deseos?, en realidad es una manera de visualizar algo muy valioso, y que puede ser  una joya costosa, preciosa, que por si fuera poco satisface todos los deseos.

La compasión personificada en el Dalai Lama

Inicialmente la mencionan cuando describen la práctica de Chenrezi o Avalokiteshvara, que es el Budha de la Compasión, se afirma en el Budhismo Tibetano que la reencarnación de éste budha se manifiesta en el Dalai Lama, y en realidad hace sentido, si han tenido la oportunidad de conocerlo, en las ocasiones que ha visitado sus países es la clara y cálida representación de la compasión, la no dualidad, la trascendencia de los conceptos y el amor a todos los seres deseando que se liberen de todos sus sufrimientos, si,  ese es el Dalai Lama.




Pero ¿Qué tiene que ver con la joya que satisface todos los deseos?, bueno pues es que en su representación iconográfica, el Budha de la compasión tiene sus manos en la forma de plegaria y dentro de ellas resguarda o sostiene la joya que satisface todos los deseos.

¿Cómo es ésta joya?

lunes, 30 de enero de 2017

Conecta con Dios y cambia tu frecuencia vibratoria


Y si te dijera que Dios está siempre contigo y en ti…


Y si te dijera que sin darte cuenta te susurra al oído con la brisa de la mañana…


Y si te dijera que sin pensarlo es Él quien hace latir tu corazón…


Y si te dijera que cada rostro que te sonríe es su Amor por ti… Y si te dijera que tus ganas son su energía liberándose para ser expresada…


Y si te dijera que no estás solo ni un sólo segundo de tu vida…


Y si te dijera que tu cuerpo es el universo en pequeñito y que eres la más perfecta de las creaciones…


Y si te dijera que sus dedos te acarician con los rayos del sol…


Y si te dijera que lo más sagrado de ti, tu esencia…es El…


Y si te dijera que no lo sabes…y que tienes que descubrirlo y que cuando desnudes tu alma llegarás a reconocerlo en ti…y entonces…no podrás describirlo.


Y si te dijera que la más maravillosa de las emociones es sentir su presencia en tu Ser, que El y Tu sois UNO…


Y si te dijera que el CIELO está dentro de ti y cuando lo sientas tu vida será mágica y extraordinaria…


Y si te dijera que solo basta con abrir el corazón y los ojos de la mente…y todo lo que veas se transformará en luz y belleza…


Y si te dijera que en el dolor habita Él para sanar tu herida y transformarlo en amor…


Y si te dijera que el niñ@ que eres es Él… sin tapujos, sin dobleces, sin egos…es la chispa divina, única y genuina…es su huella, su energía, su SER…



Y si te dijera que no tienes que temer…que pase lo que pase ocurrirá el encuentro…


Y si te dijera que no tienes que preocuparte…que solo tienes que sonreír, que ser tú, fiel a ti mismo… y volarás…

Tu lugar en el mundo


Imagino que a más de uno le ha sucedido, en alguna época de su vida, no saber cómo encajar en el mundo. La sensación de estar desubicados, de no encontrar un propósito, de no tener claro el rumbo a seguir. Hay muchos aspectos involucrados en este tipo de sensación: psicológicos, energéticos, espirituales, e incluso físicos y hormonales, pues diferentes etapas de la vida a partir de los diferentes ciclos que nos rigen,  nos hacen pasar por esas llamadas “crisis existenciales” de vez en cuando.

Cómo superar la sensación de desubicación requiere, como todo en la vida, de trabajo interior para recomponer nuestra conexión con nuestra hoja de ruta pre-planificada antes de nuestra primera entrada a cada nueva existencia, y hay dos componentes importantes que hoy vamos a explicar, un poco, para desgranar más a fondo como funciona eso del “encaje” en el “plan mayor” que rige nuestras existencias, y nuestro acople a la realidad en la que esta se desarrolla.


Una estructura energética compleja

Creo que somos conscientes, la mayoría, que no somos nuestro cuerpo físico, ni nuestras emociones, ni nuestra mente. Eso no es más que un traje temporal para nuestra alma, y más allá, para nuestro ser o Yo Superior, un envoltorio que se hace y se deshace, se forma y se destruye, se crea y se descrea.

Así que el ser que somos requiere múltiples capas, llamadas cuerpos sutiles, entrelazados entre sí, involucrados y coordinados unos con otros, y donde el menos denso y más energético, interpenetra al más denso y material. De esos cuerpos tenemos varios, pero solo cinco están medianamente desarrollados en el ser humano. No hemos llegado aún al nivel evolutivo en el cual se haya de activar la materia que forman los cuerpos superiores en la mayoría de las personas. Para el humano medio, excepciones aparte, la composición que presentamos es la siguiente:

Cuerpo físico, químico y orgánico
Cuerpo vital o etérico
Cuerpo emocional o astral
Cuerpo mental
Cuerpo causal

Así, para cada encarnación, y referente al trabajo que nos proponemos hacer en la misma, como misión o propósito, hay dos estructuras energéticas que son importantes, pues son las que nos permiten encajar en la totalidad del rompecabezas que representa la realidad humana a la que entramos a formar parte, como la pieza de un puzle que si está correctamente insertada en su lugar, permite que sintamos que formamos parte de un propósito más amplio.

Así, en este caso, los dos componentes del sistema energético que revisaremos como parte de esa pieza del rompecabezas que nos permite encajar en el gran esquema de las cosas, son, primero, una de las capas del aura (la quinta), y, segundo, el llamado cordón dorado o línea del Hara.


La capa transetérica del aura

El campo electromagnético que rodea al ser humano es llamado por la mayoría de culturas orientales el “aura”, y forma parte de la estructura del primero de nuestros cuerpos sutiles, el cuerpo etérico. En el interior de este campo, se suelen distinguir 7 niveles.

Explica Bárbara Ann Brennan y otros escritores del tema, que el quinto nivel del campo electromagnético que poseemos, como parte de nuestro cuerpo etérico, corresponde al nivel de la voluntad divina y de nuestra ubicación en el mundo. Esta capa contiene no sólo la forma y molde de nuestro cuerpo físico (algo de lo que se ocupa la información o plantilla que forma la primera capa de este aura), sino también la información que forma las plantillas del resto de la vida consciente en la realidad con la que interactuamos, y, por ello, contiene el modelo evolutivo, diagramas, y formas, de la vida que se manifiesta en nuestro planeta y de la que somos parte. Es, por intentar explicarlo más claramente, la parte de nuestro campo energético que contiene, “impresionado” en él, la voluntad de los niveles superiores del ser humano para cada encarnación, pero registrada en forma de esquemas, modelos y formas, como los planos de algo que luego se va a crear y se ha de construir en el mundo tangible a los sentidos.

De esta manera, los planos y diagrama que forman nuestra plantilla de existencia y nuestra hoja de ruta para cada encarnación existe dentro de todos nosotros, y tenemos el libre albedrío de alinearnos o no con esa planificación que no es más que una guía para el plan evolutivo de cada uno, y así mismo de nuestra relación con la humanidad y nuestra ubicación en la Creación. La energía que existe en esta plantilla en el aura está viva, vibra y se despliega constantemente, a medida que interactúa en su mismo nivel de frecuencia y vibración con el “molde” global de la realidad humana de la que formamos parte, ya que cada nivel de los campos y capas que nos componen resuena y vibra con un nivel afín de la estructura dimensional de la realidad, de ahí que, si pudiéramos sentir la energía de esta quinta capa aural, nos daría la sensación intensa, casi inexorable, de voluntad e intención, de orden perfecto. Es un nivel energético de precisión donde todas las cosas tienen que encajar con todas para que la vida discurra correctamente.

Por este motivo, parte de la sensación de desubicación y de no saber como encajar en el mundo viene de la falta de alineación de la personalidad, y la realidad que hemos manifestado, con el contenido de esta quinta capa. Si uno está alineado con su propia plantilla de existencia, diseñada por una consciencia superior a la personalidad, incluso al alma, es cuando uno siente una intensa conexión con todo cuanto le rodea, y tiene la sensación que está en su lugar, con su propósito, y sincronizado con todos los lugares y todas las intenciones. Se conoce el orden como un principio universal, y se está conectado con el propósito de esta encarnación.

Por contra, cuando no estamos alineados con esa plantilla, y nos sentimos desubicados de nuestro propósito y misión, el campo aural en su quinta capa suele aparecer distorsionado. No encajamos en el modelo global de la humanidad, y no nos sentimos parte de todo lo que nos rodea. No conocemos nuestro lugar en el gran esquema de las cosas ni nuestro objetivo para con el mismo. De hecho, la idea de que exista tal cosa quizá no tiene sentido para nosotros, y nos da la sensación de que no encajamos o no sabemos cómo integrarnos en el mundo en el que vivimos.


La línea del Hara y la conexión con nuestro propósito

TU YO SAGRADO capitulo 6


Acallar el diálogo interior
Vacíate de todo.
Deja que la mente descanse en paz.
Diez mil cosas suben y caen mientras
El Yo las observa regresar.
Crecen y florecen y luego regresan a su origen.
Regresar al origen es inmovilidad, que es el camino de la naturaleza.
El camino de la naturaleza es inmutable.
Conocer la constancia es sabiduría.
No conocer la constancia conduce al desastre.
Conociendo la constancia, la mente está abierta.
Con una mente abierta, tendrás abierto el corazón.
Al tener abierto el corazón actuarás admirablemente.
Al actuar admirablemente alcanzarás lo divino.
Al ser divino serás uno con Tao.
Ser uno con Tao es eterno.
Y aunque el cuerpo muerte, el Tao nunca desaparecerá.
Lao-Tzu

Cuando más escucho, más profundo se hace el silencio
Los especialistas estiman que nuestra mente tiene sesenta mil pensamientos
cada día durante las horas de vigilia. Sesenta mil veces cada día, algo hace
que un nuevo pensamiento penetre en nuestra conciencia y luego salga para
dejar paso a otro.

El problema de esto no radica en la enormidad del número, sino en que hoy
tendremos esencialmente los mismos sesenta mil pensamientos que tuvimos
ayer y antes de ayer. Nuestro mundo interior es una frenética colmena de
actividad con los mismos pensamientos que se repiten interminablemente.
A este frenesí interno yo lo llamo diálogo interior. Es un zumbar omnipresente.
La mayor parte de dicho diálogo interior es una suma de creencias que otras
personas nos han transmitido. Esos pensamientos incluyen todas sus
creencias sobre todo lo imaginable. No hay límites: la familia, las relaciones, el
sexo, la política, la historia, el entorno, los delincuentes, Dios, todo. Los
pensamientos llegan y se marchan un día sí y otro también, en una repetitiva
interacción de creencias.

Puede que recuerde lo que antes escribí acerca de las creencias. Expliqué que
llevan en sí la duda porque las obtuvo de otras personas. Pro lo tanto, su
diálogo interior refuerza la duda. Duda respecto de uno mismo, de su
capacidad para crear milagros, de su capacidad para las relaciones divinas,
para curarse, para alcanzar prosperidad, y finalmente, duda sobre la capacidad
para conocer el júbilo de la paz interior.
La forma de llegar a este lugar de paz interior, y en consecuencia lograr la
conciencia superior, es acallar el frenesí interno.



LA PAZ Y EL DIÁLOGO INTERIOR

El sabio chino Seng T’san nos legó la siguiente muestra de sabiduría: “Deja e
hablar, deja de pensar y no habrá nada que no puedas entender. Mira al
interior, y en un destello conquistarás lo aparente y la nada”.
Sólo nos aconseja que dejemos de hablar y dejemos de pensar. Ésta es la
tercera clave para obtener la sensación de paz que forma parte de la búsqueda
espiritual.

Quiero dejar claro que la paz no es la ausencia de conflictos. Siempre habrá
conflictos porque siempre habrá otras personas que querrán que se comporte
según sus dictados. Si tiene una arraigada percepción de usted mismo como
un individuo único, siempre se le presentarán oportunidades para reforzar esa
creencia. Los conflictos también se presentarán cuando consiga acallar su
diálogo interno y aquietar su mente.

La paz no es la ausencia de conflicto. Paz es vivir la presencia de Dios. A
medida que aprenda a acallar su diálogo interior y sentirse más en paz,
comenzará a percibir la presencia de Dios en su vida. Esa paz la sentirá tanto
en su cuerpo como en su mundo interior. Las creencias desaparecerán. Y su
lugar lo ocupará el conocimiento.

Mientras me preparaba para escribir este libro, leí el Nuevo Testamento y me
encontré con algo escrito por san Pablo, y que para mí resultó de una suprema
importancia. En la epístola a los Filipenses 2, 5:6, escribió:

Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo en Cristo Jesús, quien siendo en
forma de Dios o tuvo por usurpación ser igual a Dios.
La razón por la que esto tuvo tanto valor para mí es que el primer discípulo de
Jesús, San Pablo, acaba con la noción de Dios como ente separado del
hombre. Me parece que rechaza la acusación de aquellos que creen que es
blasfemia el hablar de Dios como parte de nosotros. Cuando usted acalla el
diálogo interno, se encuentra en contacto directo con la amante presencia de
Dios. “Dejad que esta mente esté dentro de vosotros.... Dios reside dentro de
vosotros”.

Para sabe dar este primer paso, la frase de Melville citada anteriormente resulta
tan apropiada que la repetiré: “El silencio es la única voz de nuestro Dios”.
Pero este silencio sólo vale lo que traigamos al regresar de él. La capacidad
para penetrar en el interior, conocer a Dios y traer de vuelta algo de valor en
forma de conciencia superior es alcanzable sólo cuando uno acalla el diálogo
interno. Lo que se trae de vuelta es la paz.

En diferentes momentos de mi vida, tanto el alcohol como otras sustancias
fueron parte de mi sendero vital.

Mediante la meditación conseguí dejar el alcohol, y desde entonces no he
vuelto a tocarlo. Pero con otras sustancias, creía que podía usarlas cuando
quisiera para conseguir un efecto de recarga energética superior. Que tenía la
capacidad de utilizarlas, disfrutar del incremento energético, y luego dejarlas
durante largos períodos. Pero llegó un momento en el que me encontré
recurriendo con mayor frecuencia a estas fuentes externas de energía. Llegó el
día en el que supe que estaba tomando decisiones estúpidas y vacías de todo
contenido espiritual, y que ello se relacionaba con el hecho de que buscara la
ayuda de esas sustancias adictivas.

Mi reto se convirtió en librarme de esa adicción. Intenté librarme de ellas
mediante la lectura, pero volví. Probé la acupuntura, los tratamientos con
especialistas y la curas con hierbas. Pero volvía a caer. Estaba decidido a no
continuar jugando con esas sustancias. Pero caía una y otra vez. Entonces
tuve mi momento de iluminación.

A las 4,50 de una madrugada de un enero estaba meditando. En la quietud, en
el silencio de esa meditación, el pensamiento de que nunca más recurriría a
esa sustancia se hizo real. Fue mi primera vivencia de Dios. Se me “abrió el
corazón”, como dice Lao-tzu en la cita que da comienzo a este capítulo.
Toda la pantalla interna de mi conciencia se transformó en una brillante
luminiscencia mi entras oía una voz que decía: “Has intentado todo lo demás
¿por qué no intentarlo conmigo?”.