Del engaño a la verdad
La verdad os hará libres
SAN JUAN, 8:32
Sé que me hago más fuerte al intentar convertir en verdad mi propia realidad
Las palabras de San Juan son enormemente significativas para mí. Cada día
me esfuerzo por que mi yo espiritual se haga con el timón de la nave que mi
ego ha piloteado durante años. Cuando lo consigo, no sólo soy capaz de decir
la verdad, sino de pensar al verdad y ser la verdad. Entonces siento júbilo y la
plenitud de hallarme en mi camino espiritual.
La intención de este capítulo es ayudarle a llevar la verdad a su vida mediante
la identificación de comportamientos y razonamientos que le mantienen
apartado de la divina verdad. Un compromiso con la verdad es un paso
gigantesco para dominar el ego, el cual se crece en el engaño y la falsedad.
En esencia, abrazar la verdad es darle la bienvenida a su yo espiritual y llegar a
conocer a Dios. Todo lo que no sea auténtico le alejará.
Su ego trabaja con ahínco para convencerle de que está solo y de que es mejor
que los demás, y ya sabe que no le agrada que usted amenace su existencia.
Pero recuerde que se trata de su falso yo, carente de autenticidad. El engaño
va a representar un importante papel en su vida cuando acepte a su ego como
guía.
Por lo tanto, con el fin de abandonar su confianza en ese falso yo, tendrá que
establecer una nueva relación con la verdad. Le insto a que defina ese nuevo
marco en el que incluya la verdad como compañera de sus pensamientos, de
sus conversaciones y de su vida.
Esto supone un gran reto y tal vez le resulte difícil. Pero está garantizado que
le conducirá a su yo espiritual. Comience por mirar con honradez y sin miedo
su verdadero ser, ese que esconde bajo la superficie de oropeles con los que
se ha revestido.
LA EDAD BAJO LA SUPERFICIE
Su vida tiene un argumento, como lo tienen todos los que han vivido en este
planeta.
El argumento empieza con su concepción, continúa a lo largo de su infancia y
sigue con todos sus éxitos y tribulaciones, hasta este preciso momento.
Su ego le dice que éste es su reino, su verdadera identidad y que por lo tanto
debe hacer todo lo necesario para conseguir que sea un buen argumento. Pero
usted ya sabe, por haber leído hasta este punto, que eso no es así.
Existe una voz divina en su interior que le susurra que ésta no es su morada
definitiva y que las cosas que aquí se ofrecen son insatisfactorias para una
parte de usted. Siente que su yo verdadero no valora la apariencia, ni las
posesiones, ni los éxitos, ni la fuerza, ni el talento, porque llega un momento en
que todas estas cosas se atrofian y desaparecen. Sabe que bajo esta
superficie hay una faceta eterna y que para ella sólo la verdad bastará.
Es algo similar a lo que sabía Miguel Ángel cuando esculpió el David. Dijo que
la estatua ya estaba dentro del bloque de mármol. Una parte de su vida
artística la pasó apartando lo superfluo para revelar la creación de Dios.
Intente imaginar su vida interior de esta manera.
Lo que existe en su interior no es una monstruosidad sobre la que hace falta
mentir. No hay nada imperfecto en usted que requiera que cree todo un mundo
de engaño con el fin de hacerse valioso a ojos de los demás. Hay una
presencia amante que reside dentro de usted. Es tan perfecta como el David de
Miguel Ángel, y sólo quiere que usted le permita emerger.
SU EGO DESPRECIA LA VERDAD
He trabajado con mucho ahínco en esta cuestión de la verdad a lo largo de mi
vida. Durante una gran parte de ella, he mantenido sólo una relación muy
casual con la verdad. Nunca tuve la intención de ser malicioso ni herir a nadie,
pero adopté el amplio repertorio de engaños de mi ego. Esta relación casual
con la verdad me impidió conocer mi yo superior.
 

 
 











