Crear un espíritu colectivo de yos espirituales
Pero si por el contrario el Hombre ve una puerta que se abre en lo alto, es un
nuevo escenario para su desarrollo; si cada uno de nosotros puede creer que
está trabajando con el fin de que el Universo pueda alzarse, en él y a través de
él, hasta un nivel más alto, entonces una nueva fuente de energía manará
desde el corazón de os trabajadores de la Tierra. La totalidad del gran
organismo humano, superando la vacilación de un momento, inspirará
profundamente y continuará con renovada fuerza
PIERRE TEILHARD DE CHARDIN
Transmitiré mi yo espiritual al exterior, para bien de todos
Este capítulo final será una odisea al interior de todos los males de nuestra
sociedad. No tengo intención de acabar este libro catalogando todos los
problemas que hemos creado como resultado de permitir que nuestros egos
sean la fuerza dominante del mundo.
Eso no quiere decir que no reconozca que tenemos muchos problemas que
han surgido de nuestra preocupación por satisfacer a nuestro ego. Tampoco
soy ciego ante el hecho de que nuestros egos individuales han interactuado de
formas que han producido guerra, delincuencia, adicción, pobreza, injusticias
sociales y tiranías.
Hemos creado un ego mundial que refleja, a nivel global, la misma carencia de
profundidad y riqueza que existe en nuestras vidas. A lo largo de todo este
libro he expuesto razones para dominar el ego personal y sugerencias de cómo
hacerlo. Exactamente lo mismo puede hacerse con respecto al mundo. Abrigo
la esperanza de que a usted le resulte tan obvio como a mí que el ego
colectivos e beneficiará cuando dejemos atrás nuestros egos individuales.
Usted, como ser individual, tiene una búsqueda espiritual que emprender. Esa
búsqueda implica llegar a conocer su naturaleza superior e invitarla a que le
muestre el camino de su yo espiritual en al vida cotidiana. Esto significa negar
las exigencias de su ego si esas exigencias entran en contradicción con su yo
superior.
Nuestro mundo es un colectivo de seres individuales a los que su amorosa
esencia divina insta a seguir la búsqueda espiritual individual y colectivamente.
El mundo se convertirá en un entorno pacífico, satisfecho, cooperador,
amoroso, sincero, tolerante y puro, cuando los seres individuales que
componen la conciencia colectiva dominen su ego. Lo mismo que ocurre en el
microcosmos, ocurre en el macrocosmos. El todo se comporta de la misma
forma que las partes individuales.
Muchas personas con las que hablo me dicen que se sienten importantes para
modificar el mundo. Creen que, dada la envergadura de los problemas
globales, sus esfuerzos serán insignificantes.
Lo que no ven es que ese mundo se transformará precisamente mediante un
cambio en la conciencia individual. Todos los problemas con que nos
enfrentamos dentro de un grupo reflejan los que tenemos a escala individual.
El mundo se encuentra con un déficit espiritual que refleja nuestra necesidad
de emprender de modo consciente la senda de la búsqueda espiritual. La
solución de los problemas individuales y mundiales es la superación del déficit
espiritual. Cuando usted realiza el cambio de conciencia y se permite ser un
agente de la conciencia superior, está contribuyendo a la transformación del
mundo.
Usted no está separado de las otras almas que habitan el planeta. Comparte la
misma energía que fluye por las almas de Ruanda y Pakistán, por ejemplo.
Usted es la bombilla y Dios la electricidad. Fluye a través de usted con tanta
seguridad como lo hace a través de todos lo seres vivos. Cuando usted toma
la decisión de escoger la guía de su yo superior antes que la que le ofrece su
falso yo, se ha conectado con su energía divina interior. Cuando rige su vida
según los principios del yo superior, está contribuyendo a la transformación
del mundo entero.
Los cambios físicos que tendrán lugar en el mundo sucederán de forma
automática, del mismo modo que tendrán lugar en su cuerpo cuando se vuelva
hacia su yo espiritual. Esto resulta inevitable. El ego se desvanece ante la
brillante luz divina. Usted se encuentra con que está comportándose más
pacífica y amorosamente. Lo mismo sucederá a escala mundial.
Usted tiene que fortalecer su voluntad de seguir su senda espiritual cuando el
ego le llame estúpido por creer que podría llegar a existir un mundo sin guerra.
Si el ego puede convencerle, se convertirá en parte del conjunto de falsedades
del ego. Las personas que elijan hacer caso a la propaganda del ego
construirán más bombas y fabricarán más armas.
En la actualidad hay unos seis mil millones de personas en el planeta.
Alrededor de unos tres millones están en guerra o conflictos que los hacen
matarse y torturarse los unos a los otros. ¡Pero eso significa que existen cinco
mil novecientos noventa y siete millones que no están en guerra! Esto es una
estadística esperanzadora que nuestros egos no quieren que consideremos.
Por el contrario, el ego colectivo lucha para mantener a la población con los
nervios de punta mediante recordatorios destinados a hacer que consideren al
mundo en términos de “nosotros contra ellos”.
Este punto de vista del ego no sólo refuerza la demente escalada de las formas
de matarnos los unos a los otros, sino que además es responsable de la
mayoría de nuestros problemas sociales.
No estoy sugiriendo que hagamos caso omiso de los problemas de las
personas sin techo, hambrientas, enfermas y demás. Lo que sí sugiero es que
nuestro ego colectivo nos ha convencido de que estos problemas no tienen
solución. La verdad es que hemos avanzado de manera notable a pesar del
ego, merced a la consideración y el amor de los que están motivados por su yo
espiritual.
De todas las persona del planeta, el 99,9 por 100 tiene un lugar al que acudir
cada noche. Puede que no todos tengan una casa lujosa, pero en general
hemos ingeniado una manera de alojar a todas las personas del planetas,
menos un pequeño porcentaje. Muchos de nosotros trabajamos cada día para
conseguir que el ciento por ciento tenga techo. No obstante, el cuadro que nos
presenta el ego es de unas condiciones rampantes de desesperación, y una
conciencia colectiva basada en el miedo. También esto es verdad por lo que
respecta al hambre.
Estamos dando pasos de gigante en la ayuda de aquellos que viven al borde de
la inanición. Eso sucede debido al esfuerzo de personas inspiradas por su yo
espiritual, no por el pesimismo del ego. Es obvio que una sola persona que
muera de malnutrición es una cantidad excesiva, y nosotros podemos hacer
algo que garantice que vivamos en un mundo donde ese tipo de realidades no
se den, y lo haremos. Pero esto no se logrará mediante la visión pesimista del
ego, que nos sugiere que somos mejores que esas personas que viven en la
pobreza. Si la totalidad del mundo se apartara de pronto de la idea de que
somos sers aislados y escuchara la vedad de nuestro yo espiritual, no cabría
posibilidad ninguna de que alguien muriera de hambre.
Decir que un mundo semejante es imposible es escuchar al ego, que trabaja
colectiva así como individualmente, para convencernos de que estamos
separados los unos de los otros.
COMPRENSIÓN DEL EGO MUNDIAL