¿Cómo vivir una vida inspirada y pacífica? Hace muchos siglos, Lao Tzu, habló de las cuatro virtudes cardinales, enseñando que cuando las practicamos como una forma de vida, llegamos a conocer la verdad del universo.
El antiguo maestro chino dijo que vivir y practicar estas enseñanzas puede abrirte a la sabiduría superior y a una mayor felicidad, ya que te realineas con la fuente y eso te permite acceder a todos los poderes que la fuente de energía te puede ofrecer.
“Cuando logres conectar tu energía con el reino divino a través de la alta conciencia y la práctica de la virtud indiscriminada, la transmisión de las últimas verdades sutiles seguirá”.
Lao Tzu
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Las Cuatro Virtudes Cardinales se encuentran en el Tao Te Ching, una colección de dichos que exponen las principales enseñanzas taoístas. Tiene 81 versos poéticos cortos llenos de sabiduría universal para la política, la sociedad y la vida personal, y tiene como objetivo apoyar la armonía personal a través de la correcta visión y comprensión de la existencia.
El Tao (también conocido como el Camino o el Dao) ha desconcertado a sus lectores durante siglos con sus crípticas y deliberadas contradicciones, pero ofrece una profunda contemplación a los buscadores, prestándose a variadas interpretaciones y cuestionamientos internos.
El Tao Te Ching es el texto básico del taoísmo, pero también ha influido en el confucianismo y el budismo chino, y está entre algunas de las obras más traducidas de la literatura mundial. Este poderoso texto del Tao refleja la fuerza del universo e incluso del universo mismo. Mientras muchos han tratado de dar sentido a su misterio, un hombre se sumergió en este texto, literalmente viviendo su sabiduría, y luego destiló la esencia de estas antiguas enseñanzas de misterio para una audiencia moderna.
En 2006, el difunto Wayne Dyer se sintió inspirado a pasar todo su 65º año leyendo, investigando y meditando sobre los mensajes de Lao Tzu, yendo a retirarse para practicarlos y, en última instancia, anotando las ideas que sentía que Lao Tzu quería que supiéramos. El Dr. Dyer investigó diez traducciones muy respetadas del texto y el resultado de ese año que le cambió la vida fue su libro más vendido Change Your Thoughts-Change Your Life: Living the Wisdom of the Tao.
Cariñosamente conocido como el Padre de la Motivación, el Dr. Dyer dice Las cuatro virtudes cardinales de Lao Tzu representan la manera más segura de dejar hábitos y excusas detrás y reconectarse a su naturaleza original. “Cuanto más armonices tu vida con las cuatro virtudes, menos controlado serás por el ego intransigente”.
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“Darse cuenta de la constancia y estabilidad en su vida es darse cuenta de la naturaleza profunda del universo. Esta realización no depende de ninguna condición transitoria interna o externa, sino que es una expresión de la propia naturaleza espiritual inmutable. La única manera de alcanzar el Camino Universal es mantener las virtudes integrales de la constancia, estabilidad y sencillez en la vida cotidiana.”
Lao Tzu
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El Tao nos anima a estar en contacto con nosotros mismos, particularmente con nuestro ser más profundo, porque cuando sabes quién eres realmente, es cuando descubres la paz eterna. A Lao Tzu le gustaba comparar diferentes partes de la naturaleza con diferentes virtudes. Él dijo: “Las mejores personas son como el agua, que beneficia a todas las cosas y no compite con ellas. Se queda en lugares humildes que otros rechazan. Por eso es tan similar al Camino (Dao).”
Cada parte de la naturaleza puede recordarnos una cualidad que admiramos y debemos cultivar nosotros mismos: la fuerza de las montañas, la resistencia de los árboles, la alegría de las flores.
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Las cuatro virtudes cardinales, o reglas para vivir la vida, pueden proporcionar un marco para una vida llena de paz interior y propósito.
1. Reverencia por y para toda la vida
Esta virtud se manifiesta como amor incondicional. Recuerda en tu corazón una verdad olvidada: incondicional significa sin condiciones. Amor y respeto, sin condiciones; sin esperar que por ello te amen o te respeten, sin esperar gratitud o reconocimiento.. nada. Eso es incondicional.
Una consideración positiva por todas las criaturas del universo, comenzando por nosotros mismos, entonces esto fluirá naturalmente hacia todos los demás. Esta reverencia es para toda la vida, no sólo algunas formas de ella. Es honrar todas las formas de vida; en tu núcleo adquieres una comprensión espiritual innata de cómo funciona el universo realmente, todos somos chispas de un solo fuego.
Cuando vivimos con reverencia por toda vida, renunciamos a nuestra necesidad de controlar y dominar. Naturalmente vemos en el aprecio sincero y en la gratitud por toda la vida, la clave para disminuir el ego.
Afirma esto tan a menudo como puedas, porque cuando te ves de una manera amorosa, no tienes nada más que amor, es lo que extendiendes hacia afuera. Y cuanto más amas a los demás, menos necesitas viejos patrones de excusa, particularmente los relacionados con la culpa.
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2. Sinceridad natural
Esta virtud abarca la bondad y la autenticidad. Es un sentimiento de compasión y un amor que todo lo abarca, para todos los seres. Cuando somos sinceros y actuamos con integridad, nos movemos hacia la paz y la tranquilidad interior. Nuestra conciencia es clara, no tenemos malas sensaciones sobre nuestras acciones, ya no son deshonestas, no pueden erosionar una mente pacífica.
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“Mi religión es muy simple, mi religión es bondad.”
Dalai Lama.
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Gran parte de estos cuatro pilares se relacionan con el karma, la ley de causa y efecto, y el mantenimiento del equilibrio y la impecabilidad. Esta virtud es la honestidad, la sencillez y la fidelidad, dice Wayne Dyer. Se trata de ser fiel a uno mismo y caminar tu camino.
Si te resulta desafiante, trata de afirmar, “Ya no necesito ser insincero o deshonesto. Esto es lo que soy, y así es como me siento.”
3. Gentileza