martes, 17 de octubre de 2017

Mandalas: guías de color a la espiritualidad y la sanación


Los mandalas son representaciones simbólicas espirituales y rituales del macrocosmos y el microcosmos, utilizadas en el budismo y el hinduismo. El término sánscrito significa círculo sagrado.


Algunos de los libros para colorear más populares de los llamados “adultos” de hoy en día son de mandalas. El acto de colorear un mandala ayuda a conseguir calma, como la meditación. Centra en la paz, la armonía y la unidad que representa.

Los mandalas han existido desde hace siglos. Utilizados por los antiguos hindúes, los monjes budistas e incluso los indios americanos, los mandalas tienen significados muy espirituales. Para todas las culturas que los utilizan, tanto en la meditación, como en la curación, los mandalas representan el universo, el círculo sagrado de la vida, y otros símbolos espirituales, tales como la armonía, plenitud y unidad. Son el símbolo de nuestra unidad con el universo y con los demás.
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Los copos de nieve son muy difíciles de estudiar. Se funden tan pronto como entran en contacto con la mano humana. Los científicos las han estudiado, sin embargo, y es por eso que tenemos conocimiento acerca de las complejidades de sus diseños. Son a su vez, una manifestación de mandalas en la naturaleza. Las flores son también mandalas. Teniendo esto en mente, es importante entender el significado más amplio de los mandalas, ya que son mucho más que un diseño geométrico atractivo.

 El Universo tiene muchas facetas, pero todas esas facetas existen en perfecta armonía.


Se utilizan mandalas durante la meditación. Al centrarse en el círculo, sin principio ni fin, una meditación puede tener a un individuo centrado y aumentar su energía espiritual. Las complejidades y la simetría del diseño nos recuerdan que el Universo tiene muchas facetas, pero todas esas facetas existen en perfecta armonía. Es cuando salimos de la armonía con el Universo que el mundo entra en la discordia. Contemplando el mandala durante la meditación nos recuerda que el mundo real no es el mundo en alineamiento.


A día de hoy, la popularidad de los mandalas ha aumentado, tanto su creación y posterior coloración, como la simple coloración de los que ya han sido creados por otros. Son utilizados por los individuos de cada grupo demográfico en la sociedad por sus propiedades beneficiosas: aliviar el estrés y la tensión, lo que reduce la hiperactividad y otros trastornos de la conducta en los niños, y ayudan a la gente a sobrellevar las dificultades y los traumas.
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El acto de colorear un mandala nos centra en la paz, la armonía y la unidad que representan. No es de extrañar que cada vez más gente empiece a utilizar los mandalas como un conductor de motivación.

¿Cómo puede ayudar un Mandala?


Lo principal es elegir aquel que para tí represente algo especial, que te llame la atención; si vas a crear uno debes tener en cuenta no solo la simetría, sino su significado. Ten esto en cuenta mientras te concentras en él, sobre los elementos de diseño y los colores. Ten presente que simboliza la maravillosa simetría, la gran simetría del universo físico y de la Mente Universal. Estos pensamientos son los que te ayudarán a materializar el mandala y a entrar en ese estado de abstracción. El mandala te conecta con el ahora.
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Se trata de disfrutar de toda la belleza del diseño, de todo el proceso. Dejar que tu mente “flote” lejos del mundo, y que la creatividad y el flujo de la mente pasen a través de ti. Muchos de los que los hacen consiguen que las cuestiones y los problemas con los que han estado luchando se resuelvan; vaciando la mente llega la solución.


Creación de un Mandala original

Precognición: Cómo nuestro cuerpo reacciona hasta 10 segundos antes de que algo ocurra


En las últimas décadas ha surgido una cantidad significativa y notable de investigación científica que contribuye a la noción de que la precognición humana podría muy bien ser real y que todos podríamos poseer este potencial.


Gracias a la investigación de varios científicos presentada en este artículo, las capacidades humanas ampliadas están comenzando a salir del reino del pensamiento supersticioso, la ilusión y la irracionalidad y encontrar su camino en el mundo de los fenómenos confirmados. Los reclamos de precognición o “narración futura” han ocurrido a lo largo de la historia humana en prácticamente todas las culturas y períodos.

No es difícil ver por qué estamos tan fascinados con estos conceptos. Al igual que el fenómeno extraterrestre, la validez de estos conceptos parece reducirse a simple fantasía, ciencia ficción, debido al hecho de que son “sólo películas”. Aunque las historias que acompañan a este tipo de fenómenos en las películas son probablemente facciosas, los conceptos tienen alguna validez. Examinemos la verdad detrás de la precognición y las afirmaciones acerca de “ver el futuro”.


¿Qué es la premonición o precognición?


El término psi denota procesos anómalos de información o transferencia de energía que son actualmente inexplicables en términos de mecanismos físicos o biológicos conocidos. Dos de las variantes de la psi son la precognición (conciencia cognitiva consciente) y la premonición (aprehensión afectiva); ambas variantes se definen como la capacidad de conocer hechos con anterioridad a su acontecimiento e independencia de su situación especial que no pueden ser deducidos a partir de información adquirida en el presente mediante los sentidos o del pensamiento racional.

La precognición es la capacidad de tener una premonición de un evento futuro que no podría ser anticipado a través de cualquier proceso conocido. Es la influencia de un evento futuro que aún no ha tenido lugar en las respuestas de un individuo. No solo se trata de la clásica figura cinematográfica de “conocer” lo que sucederá. Se define como dos tipos de respuestas: conscientes o inconscientes (sin conocer el motivo, actuamos o respondemos de un modo u otro en función de un conocimiento futuro inconsciente).


La ciencia detrás de la precognición


Existe una profunda preocupación en el ámbito científico por el estudio de un fenómeno que está contaminado por su asociación con la superstición, el espiritismo y la magia. Las investigaciones llevadas a cabo en este campo parecen estar más preocupadas por proteger la libertad académica que por fomentar la exploración científica. Pero esto parece estar cambiando.

Un estudio recientemente publicado (metanálisis) en la revista Frontiers in Human Neuroscience titulado “Predecir lo impredecible: análisis crítico e implicaciones prácticas de la actividad anticipatoria predictiva” examinó una serie de experimentos sobre este fenómeno que fueron conducidos por varios laboratorios diferentes.

Estos experimentos indican que el cuerpo humano puede detectar realmente los estímulos entregados aleatoriamente que ocurren 1-10 segundos por adelantado. En otras palabras, el cuerpo humano parece saber de un evento, y reacciona a un evento que aún no ha ocurrido. En el cuerpo humano lo que ocurre antes de estos eventos son cambios fisiológicos, que se miden con variaciones en valores cardio-pulmonares, cambios en la piel y en el sistema nervioso.

Es importante señalar que estos tipos de respuestas a eventos futuros que se miden en el cuerpo son respuestas inconscientes, lo que significa que el sujeto (humano) no es consciente de que realmente están teniendo lugar. Por lo tanto, es una forma de precognición incosciente, pero no las premoniciones conscientes.

El hecho de que existan estos cambios en nuestra actividad fisiológica, que el sistema nervioso autónomo cambie y se prepare para eventos futuros es notable; y el hecho de que esto sea “precognición inconsciente” no debe quitarle importancia a la posibilidad de que este hecho nos ayude a comprender mejor el fenómeno de precognición consciente. Todavía estamos esperando que la ciencia se ponga al día y proporcione una explicación para la precognición consciente, sin importar si el fenómeno se ha observado o no.

En los últimos 36 años se han publicado más de 40 experimentos que investigan este fenómeno en seres humanos (Hartwell, 1978, Radin et al., 1995, 2011, Bierman y Radin, 1997, Radin, 1997, Don, 1998, Bierman y Scholte, 2002, McDonough et al., 2002, Spottiswoode y May, 2003, McCraty et al., 2004a, B, Sartori et al., 2004, May et al., 2005, Tressoldi et al Al., 2005, 2009, 2011, Radin y Borges, 2009, Bradley et al., 2011). Esto es lo que promovió el metanálisis la revista  Frontiers in Human Neuroscience.


Conclusiones del análisis


“La anticipación fisiológica predictiva de un evento futuro verdaderamente aleatorio y, por tanto, impredecible, ha estado bajo investigación durante más de tres décadas, y un reciente metanálisis conservador sugiere que el fenómeno es real”. Afirma dicha revista

Otro documento publicado recientemente a través de la Revista de Personalidad y Psicología Social por el profesor universitario de Cornell, Dr. Daryl J. Bern, sugiere que la precognición puede ser real. Así que su trabajo sugiriendo que la precognición puede ser real es un gran salto para este tipo de fenómeno.

El estudio del Dr. Bern describe nueve experimentos que involucraron a más de 1000 participantes que “prueban la influencia retroactiva por el tiempo, revirtiendo los efectos psicológicos bien establecidos, de modo que las respuestas del individuo se obtengan antes de que se produzcan los estímulos causales”. Después de examinar y examinar estos experimentos, el Dr. Bern concluyó que todos menos uno de ellos dieron resultados estadísticamente significativos.

De nuevo, la precognición ha sido bien documentada y observada en laboratorios de todo el mundo. Sólo porque haya una falta de capacidad para la investigación de estos estados por la comunidad científica más conservadora, no se debe desacreditar el fenómeno en sí. Es importante proporcionar una explicación de los fenómenos observados.


“Históricamente, el descubrimiento y la exploración científica de la mayoría de los fenómenos han precedido a las teorías explicativas, a menudo por décadas o incluso siglos”. Berna 


Otro estudio del Dr. Dean Radin, uno de los varios autores señalados en el primer estudio utilizado en este artículo, realizó cuatro experimentos de doble ciego que también muestran que algunas intuiciones, medidas por fluctuaciones en el sistema nervioso autónomo, implican la percepción inconsciente de eventos futuros que todavía no se han producido. Sus experimentos apoyaron esta idea. Podeis leer sus estudios sobre el “Campo Psiquico y el entrelazamiento mental”
  haciendo click aquí.

Otro estudio significativo fue publicado en el Journal of Parapsychology por Charles Honorton y Diane C. Ferrari en 1989; examina una serie de estudios que fueron publicados entre 1935 y 1987.

Concluyen en su análisis de experimentos de precognición que se puede “confirmar la existencia de un efecto de precognición pequeño pero altamente significativo. El efecto parece ser repetible; resultados significativos son reportados por 40 investigadores usando una variedad de paradigmas metodológicos y poblaciones de sujetos. El efecto de la precognición no es simplemente una salida inexplicada de una base de referencia teórica, sino que es un efecto que covaria con factores que se sabe influyen en aspectos más familiares del desempeño humano “.


¿Por qué es inconsciente este tipo de precognición? ¿Tiene el potencial de ser consciente?

lunes, 16 de octubre de 2017

Siempre habrá alguien que no reconozca tu valor, procura que ese alguien no seas tú


Estamos sometidos a la exposición ante muchas personas, acostumbrados desde pequeños a buscar la aprobación de los demás, muchas veces adaptándonos a lo que se espera de nosotros, vinculando aprobación con amor.

En medio de nuestra necesidad de aprobación y quizás conscientes de que no le agradaremos a todos y que siempre habrá más de una persona que no esté de acuerdo con nuestras acciones, bien sea porque nos quiere y dentro de ese cariño, está la protección que invita a querer para nosotros algo diferente a lo que hacemos o bien porque poco lo importamos y solo tiene la costumbre de juzgar y criticar la vida de los demás, demostrando la mayoría de las veces que no ocupan demasiado tiempo en sus vidas.

Estar conscientes de que siempre puede existir esa persona que no nos reconozca nuestro valor, resulta de utilidad para filtrar lo que decidimos que nos importe. Pero que esa persona que no reconoce nuestro valor y que además está constantemente desalentándonos puede resultar la manera más cruel de sabotear nuestras vidas.

Muchas veces asociamos ese tipo de conductas con quienes tienen una pobre autoestima, pero resulta que en menor o mayor medida, todos tenemos una vocecita que pretende atemorizarnos constantemente, que nos habla de que no somos lo suficientemente buenos, atractivos, inteligentes, responsables o capaces… y esto puede convertirse en un reto para demostrarnos a nosotros mismos de que podemos alcanzar lo que nos proponemos o por el contrario puede ser la piedra de tranca que nos acompañe siempre.

Limitarnos por falta de reconocimiento y confianza en nosotros mismos, nos obligará a estar en un banda inferior a la que podríamos y si llegamos a estar donde queremos, nos sentiremos con las sensación de que no lo merecemos, que no hemos hecho o somos suficiente, que ese lugar le corresponde a otro, o que sencillamente no ha sido por mérito propio, sino por algún factor externo fuera de nuestro alcance, donde hasta la suerte tiene cabida.

Soltar no es decir adiós, sino gracias


Muchas veces cuando hablamos de soltar, nos viene a la mente un adiós, un desprendimiento o separación de algo o alguien que nos haya mantenido atados a una situación. Pero debemos considerar que el verdadero acto de soltar, cuando lo asumimos desde lo más profundo de nuestro ser, es aquel que viene cargado de agradecimiento.

El agradecer por una situación que no nos ha agradado, que aún nos duele o que sentimos nos ha generado de alguna manera alguna consecuencia negativa, requiere de mucha sabiduría, requiere aceptación, entendimiento e inclusive fe.

Lo primero que debemos hacer es tratarnos de concienciar que cada situación que se nos presenta en la vida, de una forma u otra la hemos atraído, la necesitamos para poder avanzar o sanar nuestras heridas pasadas. Cuando entendemos esto, se nos hace más sencillo encontrar la relación entre diferentes acontecimientos de nuestras vidas, los nexos con determinadas personas y los pasos dados.


Ciertamente los puntos se unen hacia atrás, a medida que avanzamos en la vida es que se nos hace posible hacer una relación  precisa entre las diferentes estaciones de nuestro trayecto. Inclusive esto solo sería posible si nos lo planteásemos justo en el fin de este recorrido.

No es necesario ir haciendo conjeturas, ni trabajando cómo detectives tratando de descifrar cómo ha influido en nuestras vidas alguien en particular, o quizás tratar de darle sentido a un viaje realizado o ese trabajo que no tomamos… Solo basta con entender que todo está ocurriendo por un motivo y que cada paso que damos es el que necesitamos en ese determinado momento.

Cuando algo acaba, acaba, no debemos darle más vueltas, no debemos perder más tiempo. Todos sabemos en el fondo cuándo hemos hecho suficiente, cuándo hemos dado todo lo que podíamos, cuándo hemos llegado a límites de tolerancia, de respeto, de tiempo o cualquier otro que acote nuestra permanencia en una situación.

miércoles, 11 de octubre de 2017

3 enseñanzas Zen sobre el miedo que no tienen precio


Si el ego tuviera un motor, su combustible sería el miedo. El miedo puede hacernos temblar, hacernos sentir inútiles, o motivarnos hacia el cambio. En el estudio del Zen, aprendemos no sólo a superar nuestros temores, sino a ser valientes. Esto se conoce como el rugido del león de Zazen.


El león es la encarnación viviente del poder propio. Este animal tiene dominio sobre todo lo que ve, así como el coraje, la velocidad y el poder para alcanzar todo lo que desea. Su conducta es real y tranquila. La metáfora del león se utiliza para describir cómo se supera el miedo en la Majjhima Nikaya, una colección de discursos sobre las enseñanzas de Buda (link a los Sutras del León Zazen). Describen los temores que la mayoría de nosotros enfrentamos.



Miedo a la pérdida de la vida


El Maestro Zen, D.T. Suzuki dice que el miedo a la pérdida del cuerpo es lo que debemos superar primero. Al tratar de superar este miedo, nuestro ser interno toma conciencia de que estamos amenazando la bien aceptada noción de que somos simplemente seres corpóreos, y ese “pensamiento” nos asusta.

Necesitamos observar las sensaciones corporales que surgen cuando simplemente reflexionamos sobre el temor. Se produce una sensación de vacío en el bajo vientre, hay una inmovilidad en la base de la lengua, y nuestra respiración se restringe. Si tratamos de eliminar estas sensaciones corporales, sin embargo, el miedo se convierte en una cosa sin sentido. Es a través del cuerpo, que podemos hacer desaparecer el miedo de la mente.

Sukuki atestigua que, de acuerdo con el Zazen, nuestro objetivo es mantener el abdomen bajo lleno de energía, la respiración siempre uniforme, el latido del corazón tranquilo y los músculos de todo el cuerpo resilientes para que si las emociones como el miedo surgen, puedan ser fácilmente encontradas y despedidas.



Miedo a la pérdida del “yo”


Aunque podamos anhelar niveles de conciencia más ricos, no siempre estamos tan dispuestos a dejar ir los hábitos y las muletas que han sostenido nuestro actual nivel de conciencia. Como el poeta sufí Rumi dijo una vez, “Nadie encontrará su camino a la Corte de la Magnificencia hasta que sea aniquilado”.

El miedo nos hace equivocarnos, o nos vuelve dóciles; subyugados a la inmovilidad del mundo, por miedo al cambio. Nuestra conciencia fluctúa fácilmente, y nos cuesta alcanzar un estado de Zen, y con mayor dificultad en nuestras actividades diarias. Es sólo cultivando los 4 estados mentales Zen que podemos “llenar nuestros abdómenes” de poder y rugir como un león con valentía.



Miedo al sufrimiento

Neuronas espejo: ¿Porqué absorvemos las emociones de los demás?


Las sinapsis que se disparan entre las neuronas de nuestro cerebro, lo que podríamos llamar el acoplamiento neuronal,  nos lleva a recoger las frecuencias de otras personas.


En un artículo anterior explorábamos cómo nuestro cerebro cambia físicamente en función de nuestros pensamientos. El hecho de ser optimista o pesimista altera la estructura de nuestra red neuronal. Para mayor información hacer click aquí para acceder al artículo.


Así es, puedes alterar la realidad con tus pensamientos, modificas la estructura de tu cerebro en función de si piensas de un modo o de otro; es moldeable. Si eso por si solo ya es sorprendente, lo increíble acaba de empezar. No sólo tus pensamientos pueden alterar tu cerebro, tu estructura física, y cambiar esas sinapsis. ¡Los pensamientos de los que te rodean pueden hacerlo también!

Las neuronas espejo


Si hay alguna habilidad que realmente nos separa de nuestros antepasados ​​primates, es la de la imaginación. Es la raíz de todo: arte y arquitectura, de las historias (ficticias) que formaron las fábulas que ahora reinan la vida de miles de millones.

Se denominan neuronas espejo, a una cierta clase de neuronas que se activan cuando un animal ejecuta una acción y cuando observa esa misma acción al ser ejecutada por otro individuo, especialmente un congénere.

Las neuronas del individuo imitan como si de un reflejo en el espejo se tratase, la acción de otro: así, el observador está él mismo realizando la acción del observado, de allí su nombre de “espejo”. Tales neuronas habían sido observadas en primer lugar en primates, y luego se encontraron en humanos y algunas aves. En el ser humano se las encuentra en el área de broca (el área del cerebro que corresponde a la producción del lenguaje) y en la corteza parietal.

En las neurociencias se supone que estas neuronas desempeñan una función importante dentro de las capacidades cognitivas ligadas a la vida social, tales como la empatía (capacidad de ponerse en el lugar de otro), la imitación y el aprendizaje. De ahí que algunos científicos consideran que las neuronas espejo son uno de los descubrimientos más importantes de las neurociencias en la última década.

El aprendizaje y la experiencia en la memoria e imaginación


La imaginación no solo nos permite contemplar mundos inexistentes, también nos permite recordar,  vivir en el pasado y en el futuro, y al escapar del momento presente, podemos usar nuestros recuerdos del pasado para predecir lo que sucederá en el futuro. Es decir: Yo sé por experiencia pasada que el fuego quema la piel, así que sé dentro de mi mente que si me meto la mano en un fuego voy a perder mi carne.

Esto es tan instintivo que ni siquiera reconocemos que está sucediendo constantemente con cada símbolo que estamos percibiendo en nuestros momentos del día a día. Pero es esta habilidad la que nos permite navegar la complejidad de nuestra sociedad. Aún más emocionante es el hecho de que esta habilidad también funciona con las emociones, no sólo las situaciones.

El espejo emocional: la empatía


La premisa, de nuevo, es bastante simple: cuando vemos a alguien experimentando una emoción (ya sea ira, tristeza, felicidad, etc.), nuestro cerebro “prueba” esa misma emoción para imaginar por lo que la otra persona está pasando. Y lo hace intentando disparar las mismas sinapsis en su propio cerebro para que pueda intentar relacionarse con la emoción que está observando. Esto es básicamente empatía (para ver las cualidades de una persona empática hacer click aquí).


Aunque también tiene un lado malo: cuando ese espejo no refleja la condición de una persona, sinó de un tumulto. Es cómo conseguimos la mentalidad de la masa. Una persona tranquila puede encontrar repentinamente que adopta una actitud contra un enemigo común por la influencia de docenas de mentes enojadas. Aunque no siempre es negativa, pues esa emoción en colmena es nuestra felicidad compartida en los festivales de música, o nuestra solidaridad en la tristeza durante las tragedias.

Pero, ¿Y si aquellos que me rodean no paran de quejarse?¿Mis neuronas espejo refejan ese comportamiento y sus emociones negativas?

martes, 10 de octubre de 2017

Los programas profundos de tu mente condicionan tu vida


El primer regalo de un estado de vida consciente es cuando descubres que, en lugar de ti, son en gran medida los programas profundos de tu mente condicionada los que están viviendo tu vida.


La sociedad y la cultura en la que hemos crecido han programado esos patrones fijos de la mente en nosotros, y nuestra identidad; quiénes somos y cuál es nuestro trabajo en este mundo, se basan en esos patrones condicionados.

La mente dominada por el Ego juega sus juegos en la vida cotidiana, y crea los personajes y escenarios necesarios para dichos juegos. El contenido de tal escenario está determinado por el entorno y la educación del individuo, es decir, la cultura en la que crecemos. Como resultado, se crean escenarios totalmente diferentes en las diversas culturas de nuestra Tierra.

Al inicio de nuestro viaje, nos identificamos con estos escenarios, que nos proporcionan el sentido de una identidad sólida, y los patrones de pensamientos fijados en los escenarios se manifiestan en varios juegos mentales durante nuestra vida cotidiana. Sin embargo, en el curso de nuestro viaje hacia la Conciencia, nuestro objetivo no es crear un carácter positivo, y por lo tanto un escenario agradable, sino encontrar la Existencia detrás de cada escenario.

Nos damos cuenta de que no necesitamos convertirnos en nada, porque ya estamos en posesión de las características que hemos estado buscando hasta ahora, buscando una imagen proyectada en el futuro. Todo lo que necesitamos hacer es cambiar nuestro enfoque de atención desde el borde externo (Ego), y dirigir ese enfoque conscientemente hacia nuestro centro (Presencia).


¿Qué necesitamos saber acerca de estos patrones mentales fijos y condicionados?

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1. Los patrones fijos de la mente son individuales, ya que reflejan las expectativas del entorno particular en el que hemos sido educados. Las expectativas suelen influirnos inconscientemente, casi como programas profundos automáticos de la mente.

2. Estos patrones sistemáticos de pensamientos, programados en cada uno de nosotros por nuestros padres y profesores están profundamente incrustados en la mente y subconsciente por los mecanismos psicológicos de la identificación, y surgen automáticamente de vez en cuando.

3. Estos patrones se esfuerzan por ser autosuficientes, y generan el trabajo de la mente. El resultado es la telaraña de los pensamientos con los que te identificas y así es como vives tu vida. ¿Te has planteado alguna vez cuántos de los pensamientos que hay en tu cabeza son verdaderamente tuyos?

4. Estos condicionamientos se han convertido en una parte de nuestra mente en el transcurso de la educación; son tan profundos que una situación particular o persona puede activarlos inmediatamente sin que nos demos cuenta. Nuestro pensamiento se coloca automáticamente la máscara (o patrón) adecuada para la situación particular, adaptada a las expectativas de la situación o persona.

5. Los métodos operativos fijos de la mente no pueden ser derrotados por las obras de la mente misma, es decir, por el esfuerzo, la práctica o la fuerza de voluntad.

6. Cuando aparece un patrón mental fijo, todo lo que necesitas hacer es observar cómo funciona, qué expectativa lo activa. Pero no es necesario combatirlo, no es necesario hacer ningún esfuerzo para neutralizarlo.

7. Cuando ves y reconoces cómo funcionan tus patrones mentales fijos, el suministro de energía que reciben se seca gradualmente, ya que la energía que antes proveía estos patrones ahora provee la aparición de un estado de alerta (o de ser consciente) más profundo, estas en el presente, y eres consciente de lo que dices y haces, vigilas tus pensamientos, así, difícilmente aparecen automatismos. De esta manera, los patrones mentales condicionados pierden gradualmente su poder y desaparecen.

8. De esta manera, la Conciencia y la Presencia dominarán cada vez más la mente, y se manifestarán en períodos de silencio cada vez más largos. Así es como la mente recupera su misión original, y se convertirá en un medio por el cual la Conciencia es capaz de expresarse en el mundo de las formas.


La Observación de la Conciencia

¿Cuándo se nos enseña a juzgar a nuestro cuerpo?


Hasta cierta edad, no nos planteamos ningún juicio acerca de nuestro cuerpo. No lo menospreciamos. Pero al ir haciéndonos mayores, empezamos a juzgarlo.


No nos gustan nuestras orejas, pies, barriga, frente, ojos, labios, manos, piernas…. Incluso personas a las que la mayoría les pudiéramos atribuir físicos envidiables, se suelen sentir acomplejadas por algún aspecto de su anatomía. ¿Cómo es posible?

No me había planteado este echo hasta que vi un video de una campaña de Jubilee Project. El video se titula “Confortable: 50 personas 1 pregunta”. En él reúnen a 50 personas, adultos y niños de entre 5 y 10 años, y les plantean una pregunta muy simple:

Si pudieras cambiar algo de tu cuerpo, ¿Qué cambiarías?

Los adultos tienen respuestas predecibles: Me gustaría ser más alto, tener menos frente, mis mejillas, mis orejas son demasiado grandes, las marcas de la cesárea tras el parto, mi piel (acné, eccemas..), me gustaría tener los ojos más grandes, mis piernas…

En cambio, lo sorprendente, aunque debería ser lo normal, son las respuestas de los niños. Al hacerles la misma pregunta es bonito oír qué cambiarían ellos:

Tener una cola como la de una sirena, los dientes de un tiburón, tener alas, poder teletransportarse, tener las piernas de un guepardo para correr más rápido…

Y se añade la reafirmación de una de las niñas que dice. “Me gusta mi cuerpo, solo cambiaría para tener la cola de una sirena”.

¿En qué momento se nos enseña a juzgarlo?

Los cánones de belleza cambian con el tiempo, solo haciendo una mirada a nuestra historia se hace evidente. Hay épocas en que las mujeres más deseadas estaban rellenitas (pues implicaba que tenían una buena posición social y podían comer bien), o la piel más hermosa era blanca (pues si estaban morenas quería decir que trabajaban en el campo). Actualmente, dependiendo del país en el que nos encontremos, los cánones de belleza cambian.

Se nos introduce un juicio que NO nos es innato. Sin buscar culpables, pues eso no nos beneficia ni arregla el problema. Solo ser más conscientes de las ofensas que practicamos cada día con nosotros mismos.

Todos sabemos que no es correcto, o bueno, criticar o juzgar a los demás, pero, ¿y lo que nos decimos a nosotros a diario?