martes, 24 de octubre de 2017

Quien ama a los animales, está en armonía con el universo


Quienes entienden a los animales como parte de este todo, de esta formación perfecta en donde la energía fluye de una vida a otra, sienten la necesidad no solo de protegerles, de respetar sus vidas, sino ofrecerles el más puro amor.

El amor sincero hacia los animales habla muy bien de quien lo siente, habla de su calidad como ser humano, de la conexión que siente con todas las especies que habitan en esta tierra y su capacidad para no sentirse superior a otra especie, sino por el contrario sentir que este mundo es el espacio que se debe compartir con las condiciones más justas.

El hombre en general no ha mostrado demasiado respeto por la tierra, por el resto de las especies y sus espacios de hábitat natural, lo que ha traído como consecuencia la extinción de muchas especies, la amenaza de la desaparición de otras y el sufrimiento innecesario de muchos animales, adicional a un daño irreparable al planeta como tal.

No abordaremos el consumo de animales en la dieta del hombre, pero sí nos gustaría hacer un llamado de atención a todo acto consciente que perjudique a un animal, el maltrato, la humillación, la explotación a seres que tienen los mismos derechos a habitar este planeta que nosotros y están siendo frecuentemente atacados, a veces por neto placer. Quien disfruta del dolor de un animal, generándolo o de espectador, mínimo podemos decir que tiene creencias equivocadas en relación a la vida misma.


Los animales merecen nuestra protección, nuestro amor, quien se ha visto reflejado en los ojos de un animal, puede sentir la nobleza de su alma, la inocencia similar a la de un niño. Es contradictorio que los animales necesiten de nuestra protección, si es de nosotros mismos que deben protegerse.

No seamos una carga para el planeta, aprendamos a honrar cada ser vivo que habita en la tierra, hagamos uso de la inteligencia y la razón con las que estamos dotados, para tratar de armonizar nuestras relaciones con los animales.

No importa qué tanta oscuridad haya, procura ser luz para quienes te rodean


Puede ser que para muchos resulte más fácil andar apagados por la vida, más cuando el entorno es oscuro, se acostumbran a no mirar mucho, a no reconocer la luz en los otros y a olvidar la capacidad de brillar que ellos mismos tienen.

Pero para quien pasa la vida sin mostrar su luz, termina transitando sin poder distinguir mucho a su alrededor, sin entender que si ellos son fuente de luz, todo a su alrededor irremediablemente se iluminará.

Todos tenemos la capacidad de brillar con luz propia, aunque algunos solo se acerquen a la luz de otro, o peor piensen que para brillar ellos, deben opacar el brillo de los demás. La luz nunca sobra, podemos brillar todos al mismo tiempo y nadie se encandilará, solo quienes no se sienten capaces de brillar podrán sentir envidia o bien podría resultar estimulante para hallar en ellos lo que pueden ver en los demás.


No importa qué tanta oscuridad percibas a tu alrededor, tú tienes la opción de dar lo mejor de ti, de proyectar bondad, de ser empático, de colaborar, de aportar soluciones, de pensar un poco en cómo pueden tus acciones favorecer una situación, aun cuando ni siquiera te pertenezca. Siempre tienes oportunidad de decidir qué de ti quieres darle a quienes te rodean.

Para estimularte un poco, solo voy a recordarte que aquello que das, es lo que recibes de vuelta, así que sin enfocarte mucho en el negocio, puedes ver el dar lo mejor de ti como una inversión. No podemos ofrecer algo diferente a lo que somos, no podemos dar nada que no tengamos, así que debemos comenzar por cultivar nuestro interior, alimentar lo que nos gustaría que creciera y ofrecerle a quienes pertenecen a nuestras vidas algo positivo para sus vidas.

Las personas son como las ventanas con vidrieras: a la luz del sol brillan y relucen, pero en la oscuridad sólo son bellas si algo en su interior las ilumina  ― Elisabeth Kübler-Ross

lunes, 23 de octubre de 2017

¿QUÉ ANIMAL VES EN ESTA IMAGEN?


 TU PRIMERA RESPUESTA DA UN INDICIO DE TU PERSONALIDAD

LO QUE SOMOS DEFINE LA REALIDAD QUE OBSERVAMOS…

La idea de que todo lo que hacemos es una proyección de lo que somos puede ser conocida, pero no siempre es entendida a cabalidad. Sin duda podemos comprobarla en elementos (y omisiones) más o menos evidentes, como la manera en que vestimos o los lugares públicos que frecuentamos, los libros que leemos, la comida que nos gusta y la que preferimos evitar, nuestros hábitos, etcétera.

Sin embargo, este grado de conciencia puede ser sólo superficial, y en muchos casos vivimos pensando que “el mundo es así” o que las cosas se han hecho siempre de cierto modo, cuando lo cierto es que mucho de lo ocurre en la realidad en que vivimos es exclusivo de nuestra propia realidad, es decir, es resultado de la postura que tomamos respecto de las condiciones en que vivimos.

Eso explica, por ejemplo, que ante una misma situación –digamos, una entrevista de trabajo, o el primer día de escuela– los resultados cambien tanto de persona a persona. Hay quienes aun con un historial laboral o de formación impecable son rechazados en un empleo, o quienes comienzan a socializar con gente desconocida a la más mínima oportunidad. La situación es la misma, pero los rasgos de personalidad con que cada cual la acomete deciden, en buena medida, sus derivaciones.

Dicho esto, compartimos ahora un sencillo examen que invita a indagar sobre la personalidad propia a través de un ejercicio muy sencillo: mirar un collage en el que se han sobrepuesto varias imágenes de animales.
Si partimos de la premisa de que lo que somos nos hace destacar ciertos elementos de la realidad y descartar otros, entonces es posible proponer que una persona verá primero cierta imagen y otro espectador descubrirá una diferente. Cabe acotar, asimismo, que la primera asociación de lo que vemos con uno de sus posibles sentidos también está dada por el medio social y cultural y los referentes de cada quién.

En cualquier caso, se trata de una oportunidad para preguntarnos qué de lo que somos está configurando la realidad en la que vivimos. Y qué podría ser distinto…

¿Qué viste primero?


Un ave - Las aves suelen asociarse con personalidades abiertas, volcadas hacia el exterior, expresivas.

BIJA MANTRAS: ESTOS SON LOS SONIDOS QUE ACTIVAN Y ARMONIZAN CADA CHAKRA


UTILIZA ESTOS SONIDOS PARA OBTENER EL PODER DE CADA UNO DE LOS 5 ELEMENTOS, SANAR CIERTAS ZONAS DEL CUERPO, SUS PADECIMIENTOS ASOCIADOS Y ACTIVAR CADA CHAKRA. AQUÍ UNA MEDITACIÓN QUE HA SIDO PRACTICADA POR MÁS DE MIL AÑOS EN LAS TRADICIONES TÁNTRICAS

Las grandes religiones de la India comparten la noción de que el universo tiene su origen en el sonido. La creatividad misma del universo es sonido o vibración y este sonido primordial es lo que da a luz literalmente a los mundos y a los cuerpos materiales que experimentamos. En otras tradiciones también tenemos esta noción del sonido y las letras como principios creativos -la palabra o Logos que se menciona en la Biblia y las letras en las cuales la luz de Ein Sof se cristaliza, formando el universo en la cábala, por sólo citar dos conocidos ejemplos entre muchos más.

El sonido primordial para las tradiciones que se desprenden de los Vedas es OM. Son numerosos los Upanishads que igualan a la sílaba OM con el Brahman, lo Absoluto, aquello de lo cual el universo surge (no confundirse con la deidad Brahma). OM es superior a los dioses -se dice que es el sol de los dioses- y es la forma sonora o vibratoria de lo absoluto. En sánscrito se utiliza la palabra "pranava" para referirse a OM. Esta palabra puede interpretarse de formas diversas; por una parte hace referencia a un sonido o alabanza (vía la raíz nu) previa (pra) a algo, tal vez al sonido previo a la manifestación del cosmos, y por otra parte una interpretación hierática se encuentra en el Athatvashikha Upanishad: "Aquello que causa que los pranas se postren, se fusionen con el Paramatman (el Ser Universal) y se identifiquen con Él, eso es pranava". Los pranas son las energías o vientos que construyen el cosmos material, tanto en términos macrocósmicos como microcósmicos, ya que construyen también el cuerpo humano a partir de la energía que codifica karma.

La sílba OM es considerada la madre de todas las sílabas semilla o bija mantras, estos son mantras que captan la forma o energía de un dios o un poder en una sílaba. Son la base de la economía mágica de diversas tradiciones, especialmente importantes en las tradiciones tántricas, entre las cuales se incluye también el budismo tibetano (que toma sus mantras del sánscrito). Se dice que un mantra es el avatar sonoro de una divinidad, esto es, su manifestación o potencia en el mundo. El académico Guy Beck escribe en su libro Sonic Theology:

la forma en la que el adepto utiliza las fuerzas creativas del lenguaje es a través de la ciencia del mantra, la cual goza de un estatus único en el tantrismo... un mantra tántrico es una forma compacta del dios o del poder que 'es' en esencia... Se cree que los mantras crean su propio tipo de resonancia en el espacio, en la dimensión del sonido sutil o vibración, llamada Nada. Ya que se considera que todo en la creación es una compleja red de resonancia, el usuario del mantra está consciente del inmenso poder a su disposición.

La sílabas semilla no significan algo, no son signos de algo más, son en sí mismas lo que nombran. La sílaba para fuego, por ejemplo, Ram, es el fuego mismo, tanto en su aspecto concreto como en su aspecto arquetípico -merece repetirse: no es el sonido del fuego, es el fuego. Así, algunos adeptos mantienen que repetir esta sílaba puede no sólo producir el calor o la energía purificadora del fuego, puede generar la aparición material del elemento fuego (un pequeño incendio de la palabra) -esto, sin embargo, requiere la concentración del yogui, el tapas, el samadhi. Es en este sentido también que estas sílabas son llamadas semillas: tienen el poder de hacer germinar la fuerza que llaman. Como escribió el etnobotánico y psiconauta Terence McKenna: "El verdadero secreto de la magia es que el mundo está hecho de palabras. Y si conoces las palabras de las cuales está hecho el mundo, puedes hacer con él lo que quieras".

Existen diversos bija mantras. Unos son los llamados shakti mantras (Hrim, Aim, Klim, Hum, Shrim, etc.), los cuales mueven o controlan diferentes energías (de sanación, sexual, creatividad y demás), ligados también a diferentes dioses. En este caso lo que nos interesa son los bija mantras de los elementos; éstos son sílabas formadas con las semivocales del sánscrito, el lenguaje que es considerado perfecto, en el cual los sonidos corresponden a la esencia de las cosas y no son designaciones arbitrarias. Sonidos o letras que fueron escuchadas por los sabios védicos, los rishis. Hay que mencionar que la tradición tántrica que adora a la diosa Kubijika (una secta altamente esotérica) utiliza otras sílabas (las cinco pranavas) ligadas a los elementos.

Las sílabas o mantras de los elementos son:

Lam -tierra (prithivi) zona genital, primer chakra, color amarillo

Vam -agua (apas) ombligo, segundo chakra, color blanco

Ram -fuego (agni) plexo solar, tercer chakra, color rojo

Yam -aire (vayu) corazón, cuarto chakra, color verde o negro

Ham -espacio (akasha) garganta, quinto chakra, color azul

sábado, 21 de octubre de 2017

Yo Soy, el Yo Soy (DOMINIO SOBRE EL CUERPO)


ULTIMO VÍDEO QUE HEMOS CREADO, ESPERO QUE OS GUSTE Y OS AYUDE.

DOMINIO SOBRE EL CUERPO.

La gente, si tan sólo se diera cuenta de ello, podría hablarle a los órganos o partes del cuerpo físico de la misma manera que le hablaría a un niño cuya obediencia desea. Se puede decir,
 «¡Mira, asume inmediatamente una actividad perfecta y normal, y haz que se mantenga!».



SI QUIERES SUSCRIBIRTE, PINCHA EL SIGUIENTE ENLACE:
https://www.youtube.com/user/TheIsmavision

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viernes, 20 de octubre de 2017

Los 4 estados Zen de la mente


El miedo nos hace equivocarnos, o nos vuelve dóciles; subyugados a la inmovilidad del mundo, por miedo al cambio. Nuestra conciencia fluctúa fácilmente, y nos cuesta alcanzar un estado de Zen, y con mayor dificultad en nuestras actividades diarias.


Es sólo cultivando los 4 estados mentales Zen que podemos “llenar nuestros abdómenes” de poder y rugir como un león con valentía. Estos cuatro estados de la mente, nos llevan a la esencia del Zen.


Los 4 estados Zen de la mente

Shoshin 
o la “mente del principiante” (初 心) es la primera etapa en cultivar la ausencia de miedo. Piensa en un momento en el que estubieras emocionado, y ansioso por iniciar un nuevo esfuerzo. Podría haber habido incógnitas, pero estabas lleno de júbilo por probar algo nuevo. Este es el tipo de mente, que queremos cultivar en todos los aspectos de la vida.

En lugar de comenzar nerviosos o temerosos, podemos llenarnos de júbilo  y abrirnos, aceptando todo lo que viene en nuestro camino. Para abordar la vida desde la mente del principiante necesitamos dejar atrás las ideas preconcebidas, y ser optimistas. Si has podido tener este sentimiento en algún aspecto en la vida, puedes traducir ese sentimiento a otras áreas también.


Fudoushin 
significa que tienes una “mente inmóvil”. No significa que seas terco, pero fudoushin se traduce en ser determinado de cara de los obstáculos. ¿Un león huye del peligro presente? Jamás. El animal no se enoja ni juzga los obstáculos tampoco. Es pacífico como el ojo de la tormenta hasta que está sobre su presa. Si puedes desarrollar fudoushin cuando estás bajo tensión, serás imparable en vida.


Mushin 
o “Sin Mente”. Esta es una filosofía similar a la idea taoísta china de wei wuwei. Cuando estamos “en la zona” trabajando en una gran obra maestra o haciendo algo que amamos, probablemente ya hemos experimentado el estado de mushin. Cuando estamos vacíos de pensamientos, pero moviéndonos y actuando puramente en el momento presente, sin miedo, enojo, ego u otra emoción, somos una fuerza con la que debemos tener en cuenta. Al desarrollar la ecuanimidad y aprender a enfocar hasta el punto de no pensar, podemos cultivar mushin.


Zanshin 

Espejo humeante: somos un reflejo de nosotros mismos según la cultura Tolteca


Una historia transmitida por tradición oral Tolteca que nos sorprende por su sencillez y sus profundas verdades. Vivimos en una prisión creada para nuetra mente; un sueño que creemos real . Somos el reflejo de lo que verdaderamente existe; el reflejo en un espejo en el que se mira nuestro verdadero yo.


Espejo humeante


Un aprendiz de chamán día, mientras dormía en una cueva, soñó que veía su propio cuerpo durmiendo; consciente de estar soñando, salió de la cueva para admirar el cielo estrellado. Entonces, algo sucedió en su interior que transformó su vida para siempre. Se miro las manos, sintió su cuerpo y oyó su propia voz que decía: «Estoy hecho de luz; estoy hecho de estrellas».
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Miró al cielo de nuevo y se dio cuenta de que no son las estrellas las que crean la luz, sino que es la luz la que crea las estrellas. «Todo está hecho de luz ‐ dijo ‐, y el espacio de en medio no está vacío.» Y supo que todo lo que existe es un ser viviente, y que la luz es la mensajera de la vida, porque está viva y contiene toda la información.

Entonces se dio cuenta de que, aunque estaba hecho de estrellas, él no era esas estrellas. «Estoy en medio de las estrellas», pensó. Así que llamó a las estrellas el tonal y a la luz que había entre las estrellas el nagual, y supo que lo que creaba la armonía y el espacio entre ambos es la Vida o Intento. Sin Vida, el tonal y el nagual no existirían. La Vida es la fuerza de lo absoluto, lo supremo, la Creadora de todas las cosas.

El NAGUAL y el TONAL son las dos contrapartes en cada ser, las dos facetas. El TONAL , cómo razón e intelecto, y aquello que captamos con los sentidos. El NAGUAL, la creatividad, la fantasía y la intuición; la parte “mágica”con la que rara vez entramos en contacto.


Esto es lo que descubrió: Todo lo que existe es una manifestación del ser viviente al que llamamos Dios. Todas las cosas son Dios. Y llegó a la conclusión de que la percepción humana es sólo luz que percibe luz. También se dio cuenta de que la materia es un espejo ‐ todo es un espejo que refleja luz y crea imágenes de esa luz ‐ y el mundo de la ilusión, el Sueño, es tan sólo como un humo que nos impide ver lo que realmente somos. «Lo que realmente somos es puro amor, pura luz», dijo.

Este descubrimiento cambió su vida. Una vez supo lo que en verdad era, miró a su alrededor y vio a otros seres humanos y al resto de la naturaleza, y le asombró lo que vio. Se vio a sí mismo en todas las cosas: en cada ser humano, en cada animal, en cada árbol, en el agua, en la lluvia, en las nubes, en la tierra … Y vio que la Vida mezclaba el tonal y el nagual de distintas maneras para crear millones de manifestaciones de Vida.
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En esos instantes lo comprendió todo. Se sentía entusiasmado y su corazón rebosaba paz. Estaba impaciente por revelar a su gente lo que había descubierto. Pero no había palabras para explicarlo. Intentó describirlo a los demás, pero no lo entendían. Vieron que había cambiado, que algo muy bello irradiaba de sus ojos y de su voz. Comprobaron que ya no emitía juicios sobre nada ni nadie. Ya no se parecía a nadie.


La materia es un espejo y que el humo que hay en medio es lo 
que nos impide saber qué somos.

jueves, 19 de octubre de 2017

Absolutamente todo


Mira a tu alrededor; sólo hay una realidad. La razón por la que estás aquí, dondequiera que aquí estés, es porque es el único lugar que puedes estar en este momento. Pero aunque la realidad está aquí, y aunque no hay literalmente nada más que la realidad, es muy posible que la pases por alto por completo. Por pasar por alto me refiero a imaginar que la realidad es algo o algún lugar que no sea aquí. Por extraño que pueda parecer, es muy posible, incluso probable, que a pesar de que tienes ojos para ver, no veas. Y a pesar de que tiene oídos para oír, no oigas. Lo que ves y oyes no es exactamente lo que hay realmente aquí, sino lo que te imaginas que hay aquí.

Nuestra imaginación es una fuerza muy poderosa en determinar lo que percibimos. Si imaginamos que el mundo está lleno de las fuerzas del mal, seguramente vamos a percibir el mundo como malo. Pero si imaginamos que el mundo es esencialmente bueno, vamos a percibirlo como bueno. De cualquier manera el mundo es el mismo que estamos viendo. Pero el mundo no es ni bueno ni malo en sí mismo, sino que es simplemente lo que es. Y si vemos el mundo ya sea como bueno o malo, no podremos verlo como lo que realmente es. Sólo podremos verlo como nos imaginamos que es.

Ahora toma esta idea y aplícala a todo y a todos en tu vida. Pruébala por un momento, o una hora, o un día. Y si lo haces, comenzarás a darte cuenta de que el mundo que imaginas que existe no existe en absoluto. Esto puede causarte algún temor, o posiblemente un estremecimiento al descubrirlo, pero de cualquier manera lo importante es conseguir una cierta distancia de la forma habitual que la mente contorsiona y crea la percepción.

Pero a pesar de que nuestra mente imagina el mundo y todo lo que hay en él de forma distinta a lo que realmente es, la realidad de la existencia permanece eternamente no afectada por nuestra percepción errónea de ella. Esto es a la vez relativamente bueno y malo. Es bueno en que la existencia es eternamente lo que es. No tenemos que preocuparnos acerca de que la realidad se convierta en algo que no sea la realidad. Pero es malo en el sentido de que el mundo que imaginamos que existe está siempre en colisión con el mundo tal como es en realidad. Esta colisión es la causa del inmenso sufrimiento y conflictos humanos.

Así que estamos atrapados dentro de nuestras ilusiones y percepciones erróneas. Y la ilusión más grande de todas es la de creer que no estamos atrapados. Pero incluso cuando nos damos cuenta de que estamos confinados dentro una prisión de nuestra propia creación, estamos atrapados porque todas las formas con las que luchamos para salir de nuestras propias ilusiones son también ilusiones. Así que, sí, estamos atrapados, e impotentes además.

Pero hay una cosa muy extraña que puede ocurrir exactamente en el momento en que te das cuenta de que no se puede escapar del mundo imaginario de tus ilusiones. Abres tu corazón a la ilusión, te rindes a tu eterna lucha contra ella, y admites que estás limitado por su astuta imaginación. No me refiero a que te desanimes o te resignes a tu destino. Quiero decir que realmente te rindas ante tu derrota total y dejes de luchar.