Pero, ¿cómo los cultivamos? La clave es saber cómo convertir experiencias pasajeras en recursos internos duraderos integrados en nuestros cerebros, una habilidad llamada neuroplasticidad positiva.
Entrena tu cerebro Puedes cambiar tu cerebro trabajando de la misma manera que trabajarías un músculo.
Aunque no es una solución rápida, puedes cambiar tu cerebro para mejor trabajando de la misma manera que trabajarías un músculo. A medida que se vuelve más resistente frente a los desafíos de la vida, se mueve hacia un mayor bienestar y lejos del estrés , la preocupación, la frustración y el dolor.
12 Recursos para la resiliencia
Cada ser humano tiene tres necesidades básicas: seguridad , satisfacción y conexión , que se basan en nuestra historia evolutiva antigua. Si bien nuestras circunstancias han cambiado enormemente en los últimos 200,000 años, nuestros cerebros se han mantenido prácticamente iguales. La maquinaria neural que permitió a nuestros antepasados satisfacer sus necesidades de seguridad al encontrar refugio, para obtener satisfacción al obtener comida y para conectarse mediante el vínculo con otras personas está viva en nuestros cerebros hoy en día.
Una necesidad particular se satisface mejor con fortalezas internas que se corresponden con ella, y estos recursos mentales son los que nos hacen resistentes.
Para satisfacer nuestra necesidad de seguridad, podemos aprovechar:
Compasión: ser sensible a las cargas y el sufrimiento de los demás y de nosotros mismos, junto con el deseo de ayudar con estos si podemos.
Tenaz: ser tenazmente duro e ingenioso.
Calma: equilibrio emocional y una sensación de capacidad frente a las amenazas.
Coraje: proteger y defendernos a nosotros mismos, incluso con otros.
Tres necesidades humanas básicas. Cada ser humano tiene tres necesidades básicas: seguridad, satisfacción y conexión.
Para satisfacer nuestra necesidad de satisfacción, podemos aprovechar:
Atención plena: mantenerse presente en el momento, tal como es, en lugar de soñar despierto, rumiar o distraerse.
Gratitud: Apreciar y sentirse bien acerca de lo que ya existe.
Motivación: buscar oportunidades frente a los desafíos.
Aspiración: buscando y logrando resultados que son importantes para nosotros.
Para satisfacer nuestra necesidad de conexión, podemos aprovechar:
Aprendizaje: Crecer y desarrollarse, un proceso que nos permite cultivar todas las otras fortalezas.
Confianza: Sentir una sensación de ser cuidado, digno y seguro de sí mismo.
Intimidad: estar abierto a conocer y ser conocido por los demás.
Generosidad: dar a otros a través del altruismo, la compasión y el perdón.
Para comenzar a cultivar más resiliencia, elija un desafío en su vida y luego considere las necesidades en juego en términos de seguridad, satisfacción y conexión. Puede enfrentar un desafío externo, como un conflicto de relación, un trabajo estresante o un problema de salud. O podría enfrentar un desafío interno, como autocrítica dura o sentirse no deseado. A veces hay un golpe uno-dos. Por ejemplo, la tensión con alguien puede despertar la autocrítica dentro de ti.
(tener una experiencia beneficiosa, enriquecerlo, absorberlo, vincularlo).Al considerar un gran desafío y la (s) necesidad (es) en el corazón del mismo, vea si alguno de los doce recursos se destaca. Pregúntese:
¿Si estuviera más presente en mi mente en estos días, realmente ayudaría?
¿Qué fortalezas internas podrían ayudarme a mantenerme en paz, contento y amoroso cuando estoy enfrentando este desafío?
Si este desafío comenzó en el pasado, ¿qué habría sido realmente útil haber experimentado en aquel entonces?
En el fondo, ¿qué experiencia sigo anhelando?
Las respuestas a estas preguntas apuntan a los recursos que podría necesitar para superar su desafío.
A continuación, siga mis 4 consejos: