lunes, 21 de mayo de 2018

Las cuatro reglas de la vida


Hace muchos siglos, Lao Tse, habló de las cuatro virtudes cardinales, enseñando que cuando las practicamos como una forma de vida, llegamos a conocer la verdad del universo. El antiguo maestro chino dijo que vivir y practicar estas enseñanzas puede abrirlo a una sabiduría superior y a una mayor felicidad, ya que lo realinean a la fuente y le permiten acceder a todos los poderes que la energía de la fuente tiene para ofrecer.

"Cuando logras conectar tu energía con el reino divino a través de la alta conciencia y la práctica de la virtud indiscriminada, la transmisión de las últimas verdades sutiles seguirá". Lao Tzu

Lao Tzu significa 'Viejo Maestro', y algunos lo creían un ser realizado por Dios. Las Cuatro Virtudes Cardinales se encuentran en el Tao Te Ching, una colección de refranes que exponen las principales enseñanzas taoístas. Tiene 81 breves versos poéticos llenos de sabiduría universal para la política, la sociedad y la vida personal, y tiene como objetivo apoyar la armonía personal a través de la visión correcta y la comprensión de la existencia. El Tao (también conocido como el Camino o el Dao) ha desconcertado a sus lectores durante siglos con sus contradicciones crípticas y deliberadas, pero ofrece una profunda contemplación a los buscadores, prestándose a variadas interpretaciones y cuestionamientos internos.


Las cuatro virtudes cardinales, o reglas para vivir la vida, pueden proporcionar un marco para una vida llena de paz y propósito interno.


1. Reverencia por toda la vida

Esta virtud se manifiesta como tener amor incondicional y consideración positiva por todas las criaturas en el universo, comenzando por nosotros mismos, entonces esto fluirá naturalmente a todos los demás. Esta reverencia es para toda la vida, no solo para algunas formas. Está honrando todas las formas de vida, y en su núcleo tiene una comprensión espiritual innata de cómo el universo realmente funciona: que todos somos chispas del único fuego. Cuando vivimos con reverencia por la vida, entregamos nuestra necesidad de controlar y dominar. Naturalmente, sentimos aprecio y gratitud sinceras por toda la vida. Esta primera virtud es la clave para disminuir el ego.

"Afirma esto tan a menudo como puedas, porque cuando te ves de una manera amorosa, no tienes nada más que amor para extender hacia afuera. Y cuanto más amas a los demás, menos necesitas viejos patrones de excusas, particularmente los relacionados con la culpa ". Wayne Dyer


2. Sinceridad natural

Esta virtud abarca bondad y autenticidad. Para mí, tiene un sentimiento de compasión y un amor que abarca todo para todos los seres. Cuando somos sinceros y actuamos con integridad, avanzamos hacia la paz y la tranquilidad interior. Nuestra conciencia está clara, no tenemos las cosquillas internas sobre nuestras acciones deshonestas que pueden erosionar una mente pacífica. Gran parte de estos cuatro pilares se relacionan con el  karma , la ley de causa y efecto, y el mantenimiento del equilibrio y la impecabilidad. Esta virtud es la honestidad, la simplicidad y la fidelidad, dice Wayne Dyer. Se trata de ser sincero contigo mismo y caminar tu charla.

De acuerdo con Dyer, si encuentras esto desafiante, intenta afirmar: "Ya no necesito ser sincero o deshonesto. Esto es lo que soy, y así es como me siento ".

Tener amor incondicional y consideración positiva por todas las criaturas en el universo.Tener amor incondicional y consideración positiva por todas las criaturas en el universo.


3. Gentileza

viernes, 18 de mayo de 2018

La vida te da TODO lo que quieras, con una sola condición…


La vida es tan bella o ten terrible como nosotros mismos la creemos, esto suena muy duro cuando no estamos pasando por los mejores momentos de nuestra existencia, e inclusive se vuelve muy complicado de creer, pero la realidad es que cada una de las situaciones que atraemos a nuestras vidas, no son otras diferentes a las que necesitamos.

Y cada una de esas situaciones que necesitamos corresponde con nuestros niveles de vibración y vibramos solo con aquello que estamos convencidos de que nos merecemos. Luego,

¿cuál es la condición para que la vida nos dé lo que queremos?

¡Que no dudemos de que lo merezcamos!

Entonces suena sencillo, pero la verdad es que lleva un trabajo de fondo de aceptación, de reconocimiento, de confianza, de agradecimiento y de mucho amor propio. Si mejoramos cada uno de estos aspectos, comenzaremos a manifestar lo que realmente nos gustaría en nuestras vidas y no lo que realmente sentimos merecer (ojo, que esto puede ser por razones que no son evidentes, pero que están sembradas en nuestras creencias fundamentales).

Aceptación: el entender que hay cosas de nosotros que no nos agradan tanto y trabajar por lo que sí podemos mejorar, nos permite reconciliarnos con nosotros mismos, nos permite ver todo lo bueno antes de criticarnos y juzgarnos, nos permite ser nobles con nuestros procesos, con nuestros tiempos y saber que estamos haciendo lo mejor que podemos con lo que contamos.

Reconocimiento: 
el reconocer que ya de manera esencial somos perfectos como somos, que tenemos cualidades únicas, que hemos superado muchas cosas, que hemos aprendido y que hemos sembrado, nos recuerda más un nuestro valor, de lo que estaos hechos y de lo que somos capaces de alcanzar.

Confianza: 
el creer que estamos aquí por algo, con un propósito y con capacidades de creación prácticamente ilimitadas es una puerta que al cruzarla nos muestra un universo de infinitas posibilidades, que podemos escoger nosotros a cada segundo.

Agradecimiento:

jueves, 17 de mayo de 2018

La teoría de las ondas sobre el agua y la piedra


Tal vez eres de esas personas que no soporta las injusticias y piensa que no puede hacer nada. Si es así, queremos que conozcas la teoría de las ondas sobre el agua y la piedra. Después de leer estas palabras, observarás el enorme poder que tienes para hacer que todo cambie.

Ahora bien, es importante añadir que la única forma de que todo vaya mejor es tener presente que todo empieza por uno mismo. No puedes entregar tu alegría de vivir a otra persona a la que amas si tú no eres alegre. No tendrás la oportunidad de querer a otros si no te quieres a ti mismo.

“Todo el mundo piensa en cambiar el mundo, pero nadie piensa en cambiarse a si mismo”.
-León Tolstoi-


Empieza por ti

Como hemos dicho, el primer paso es empezar a generar el cambio en uno mismo.¿Cómo vas a pedir a otra persona que no hable mal de ti si tú lo hacer de todo el mundo? ¿Cómo quieres que los demás te muestren afecto y te valoren si no eres capaz de hacerlo contigo?

Hombre con valor para iniciar el cambio

Detente a reflexionar y habla íntimamente contigo. Escúchate. Busca en lo más profundo de ti tus verdaderos sentimientos. Pregúntate cómo eres y cómo te gustaría ser en realidad. Mira a los problemas a la cara, afróntalos y arregla todo cuanto esté roto en tu vida.

Comienza por ser tú mismo en lugar de ser quien la sociedad espera. Deja de traicionarte y saca a relucir toda tu autenticidad.


Una vez que hayas logrado entablar un diálogo contigo mismo, reflexiona sobre quién eres, qué quieres hacer y cuáles son tus metas. Quítate todas esas máscaras que has construido para contentar, líbrate de los disfraces de la falsa modestia y muéstrate tal y cómo eres. Pero no te quedes ahí, destierra todo eso que no te gusta, que no es bueno y que te hace daño. Y empieza a convertirte en el ser humano que siempre has soñado.



Tirar la primera piedra

Tras haber entrado en contacto contigo y haber dado los primeros pasos para transformar tu vida, estás preparado para tirar la primera piedra. Esa que producirá un efecto de ondas en cadena. ¿Qué quiere decir esto? Pues que todo cuanto tu hagas tendrá un efecto en los demás y en todo lo que te rodea.

Si comienzas un compromiso de no quejarte porque consideras que la queja no te sirve para nada o bien, estás decidido a demostrar más afecto o simplemente a ser tú mismo, descubrirás poco a poco todo lo que tu comportamiento conlleva y que antes ni siquiera percibías.

Ahora bien, es importante que en estos primeros momentos te tomes todo con calma y filosofía. Porque al igual que cuando lanzas una piedra, las primeras ondas tienen un tamaño mínimo, los efectos de tu nueva actitud también serán mínimos durante los primeros días. Pero, según pase el tiempo y pruebes con otras, verás cómo crecen en tamaño y presencia.


Deja que las ondas fluyan

miércoles, 16 de mayo de 2018

¿EL SER HUMANO ES LA FORMA EN LA QUE UNA DIVINIDAD INCONSCIENTE ALCANZA CONCIENCIA DE SÍ MISMA?


UNA PODEROSA IDEA QUE ATRAVIESA LA METAFÍSICA OCCIDENTAL Y QUE ES EXPRESADA SOBRE TODO POR HEGEL, WHITEHEAD Y JUNG

La idea de que el universo es la forma dinámica en la que Dios o el espíritu universal se realiza a sí mismo, toma conciencia absoluta o integra y sintetiza en sí todas las partes es una de las ideas filosóficas más poderosas en la historia de la filosofía occidental, particularmente en la modernidad. Si bien podemos encontrar ciertas similitudes en el pensamiento oriental, en muchos casos se asume que Dios tiene previamente conciencia absoluta y si bien el universo puede pensarse como un medio empleado por Dios para experimentarse a sí mismo en toda su diversidad y gloria -como su pasatiempo, su lila-, se cree que durante todo este proceso Dios ya tiene completa realización, omnisciencia, libertad, independencia, etc.

En otras palabras, precisamente porque es un juego no se está jugando nada (nada cambia realmente), y el destino no es distinto al origen. La idea de que el universo es algo así como la evolución de la divinidad o su proceso de autoconciencia es especialmente atractiva para la mente moderna occidental, ya que mezcla de alguna manera lo religioso con lo científico y mantiene la centralidad del hombre y de la realidad. En el hinduismo, el universo puede considerarse real en tanto que es el pasatiempo de una deidad que está completamente libre de los estragos de la existencia; pero a fin de cuentas, la existencia humana y la realidad del mundo creado son relativas y no afectan en ninguna medida a la deidad. Se nos presenta la idea de que el universo es algo así como un sueño lúcido divino, donde la deidad sabe que está soñando y controla sus sueños.

O, por otra parte, en el vedanta, simplemente se dice que la existencia humana, que se percibe a sí misma como separada y real en sí misma, es una ilusión. El mundo esta bajo el hechizo de Maya; lo único que existe es una conciencia absoluta eterna e inmutable (Brahman). Sin embargo, en las religiones hindúes, cuando el ser humano se conoce a sí mismo, ello es igual a Dios conociéndose a sí mismo. Algo en lo que coinciden pensadores occidentales como Hegel, Whitehead y Jung.




A diferencia de la noción cristiana de que el mundo es creado por Dios por la sobreabundancia de su benevolencia -por su amor efervescente-, Hegel considera que el mundo es creado por Dios para tomar conciencia de sí a través de él. La mente de Dios sólo se actualiza a través de sus criaturas, sólo encuentra su perfección y su sentido en su obra. Dios necesita de un opuesto, el mundo (la naturaleza), para realizar su síntesis: el Espíritu Absoluto. Esta idea, sin embargo, no es completamente original, si bien encuentra su planteamiento más definido y claro en Hegel. Aunque no se usa el término inconsciente como tal, éste fue anticipado por Schelling y los poetas románticos alemanes y antes por la teología mística de Böhme y de Eckhart e incluso antes por Pseudo Dionisio, pensadores místicos que hablaron de Dios como algo que probablemente hoy llamaríamos inconsciente.

La experiencia mística fue descrita como un des-conocimiento, como una oscuridad brillante, como algo más allá de la dualidad sujeto-objeto. El estado de la divinidad no podía ser como nuestra conciencia, la cual es equiparada desde siempre con la luz, y por lo tanto debía de ser una oscuridad, una tiniebla, algo insondable, algo paradójico, algo inconsciente. Dios no podía ser consciente de algo (de un objeto), pues esto implica un otro -algo que no es Dios-, no podía conocer de la misma manera que el hombre y, por lo tanto, debía de ser inconsciente.




Whitehead y la teología procesal desarrollarían ya en el siglo XX la idea de la interdependencia entre Dios y el mundo utilizando un lenguaje más cercano a la ciencia -esta idea del universo como proceso interdependiente la encontramos en el budismo en la noción de la originación dependiente y en el concepto de vacuidad (shunyata), aunque Dios es reemplazado por el Buda (una diferencia que no podemos explicar en este ensayo, sólo diremos que en el budismo el universo no tiene creador, es un infinito despliegue de la mente)-. El maestro zen Hakuin escribió en un famoso poema: "De la misma manera que sin agua no hay hielo, sin los seres no hay Buda". Aunque en el budismo mahayana la budeidad es el estado original de los seres, ésta necesita de los seres para actualizarse. La budeidad existe desde siempre y para siempre, pero esta esencia necesita de la existencia para poder hacer(se) buda(s).

Por su parte, Whitehead concibe a Dios como el fondo (ground) del universo y como inconsciente: el universo es el proceso de su toma de conciencia, de su aprehensión de todos  los objetos (de su sentirse en todo). En la filosofía de Whitehead, Dios tiene un apetito de sentir y esto lo hace manifestar el mundo y volcarse en él para experimentarse a sí mismo. No tienen una relación pasiva e inmutable: Dios es modificado por el mundo y las criaturas temporales alcanzan su deseo en Dios, que se hace consciente en ellos: "Dios es completado por el individuo, en fluidas satisfacciones de hechos finitos, y las ocasiones temporales son completadas por la unión eterna con sus seres transformados, purgados hacia la conformidad con el orden eterno que es la 'sabiduría' absoluta final".


Desde su propia perspectiva psicológica basada en el estudio de casos y, en última instancia, desde su propia experiencia personal, Jung expresa ideas similares. En su autobiografía, en la que confiesa haber vivido una vida llena de experiencia místicas a través de las cuales se le reveló estar cumpliendo la voluntad divina, escribe:

martes, 15 de mayo de 2018

La Ley del Espejo: un método “mágico” para solucionar los problemas con los demás


La Ley del Espejo nos plantea que el origen de nuestros sentimientos negativo hacia una persona, está en nuestro “corazón” y no en la otra persona. 

O sea que, lo que nos enseña esta ley, es que los sentimientos tienen su origen en nuestro interior y es por eso que somos nosotros los responsable de manejar creencias, ideas y malos pensamientos hacia los demás.

Porque el enfado, habitualmente, es con uno mismo y no con el otro. Es decir, todo comienza y todo termina en el sí mismo, pues es la proyección la que juega con nuestra mente, como si nuestra realidad fuese un espejo que nos devolviese la imagen que estamos generando.

Yoshinori Noguchi recrea en su libro homónimo  a esta ley, una bella historia, emocionante hasta las lágrimas, que nos brinda la posibilidad de asumir e integrar esta idea en la vida cotidiana.

Este autor nos sitúa delante de un espejo para enfrentarnos con nuestro interior que es, en definitiva, el que determina todo lo que nos sucede en la vida.  Así es que, como diría Jung, “Lo que niegas, te somete y lo que aceptas, te transforma”.

Lo que nos molesta de los demás, es lo que nos negamos a nosotros

Debemos someter a examen lo que nos molesta de los demás. ¿Por qué nos incomodan los comentarios de nuestro hermano en las comidas familiares? ¿Por qué no somos capaces de razonar cuando tenemos a nuestra cuñada delante? ¿Por qué no podemos aguantar que no nos apoyen cuando lo deseamos?

Para analizar esto es bueno que hagamos una lista con todas las cosas que nos molestan de las personas que nos rodean. Probablemente nos demos cuenta de que hay valores que nosotros también estemos menospreciando; es decir, probablemente nos demos cuenta de que hay cosas que nosotros también hacemos mal.



De alguna manera debemos plantearnos algo así como: ¿por qué no reaccionamos ante una situación de la misma forma con todo el mundo? ¿Por qué un simple y seco  “hola” nos irrita de unas personas y no nos provoca reacción alguna si lo pronuncian otras? La respuesta es simple: no guardamos lo mismo hacia unas personas que hacia otras.

Por eso, el siguiente paso es que hagamos una lista sobre aquello que tenemos que agradecer a esas personas que siempre nos incomodan (probablemente algo habrá hecho por nosotros o por alguien a quien apreciamos).

Sabremos que nos hemos liberado cuando lo que tanto nos incomodaba del otro deje de molestarnos y la experiencia que nos generaba sufrimiento deja de repetirse.

domingo, 13 de mayo de 2018

Yo Soy, UCDM (LA REVELACIÓN)


2º Vídeo que hemos creado para el nuevo canal Ismael-ISMAVISION, espero que os guste.

La Revelación

La revelación produce una suspensión completa, aunque temporal, de la duda y el miedo. Refleja la forma original de comunicación entre Dios y Sus creaciones, la cual entraña la sensación extremadamente personal de creación que a veces se busca en las relaciones físicas. La proximidad física no puede proporcionarla.



SI QUIERES SUSCRIBIRTE, PINCHA EL SIGUIENTE ENLACE:

https://www.youtube.com/c/Ismael-ISMAVISION

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sábado, 12 de mayo de 2018

Yo Soy, el Yo Soy (JUVENTUD ETERNA)



ULTIMO VÍDEO QUE HEMOS CREADO, ESPERO QUE OS GUSTE Y OS AYUDE.

JUVENTUD ETERNA. 

La juventud Eterna, "Es la Llama de Dios que Mora en el Cuerpo del Hombre - la Dádiva de Sí Mismo del Padre en Su Creación.
" La Juventud y belleza de la mente y del cuerpo sólo pueden ser conservadas permanentemente por aquellos individuos que son lo suficientemente fuertes para cerrar la puerta a la discordia, y todo el que haga eso puede expresar y expresará la perfección y la mantendrá.



SI QUIERES SUSCRIBIRTE, PINCHA EL SIGUIENTE ENLACE:
https://www.youtube.com/user/TheIsmavision

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viernes, 11 de mayo de 2018

La ilusión del yo separado


Todos nosotros utilizamos la palabra "yo" muchas veces cada día. Pero, ¿a qué o quién nos estamos refiriendo? Como lo explicó el Sr. Ouspensky en sus Comentarios Psicológicos, esta cosa que llamamos "yo" no es una entidad única y constante, sino que cambia de un momento a otro:

Cada deseo, cada anhelo, cada "gusto" y "aversión", cada opinión y cada tendencia, cada creencia y cada incredulidad es un "yo". Y cada uno de ellos tiene su propia voluntad y su propia resistencia a la voluntad de otros "yoes". ...

En primer lugar, quiero repetir lo que se dijo antes acerca de la ausencia en el hombre de un "yo" controlador permanente diferente de otros "yoes". Todos los "yoes" son iguales; es mejor decir que todos ellos son igual de débiles. Cada uno de ellos puede de vez en cuando conquistar a otros "yoes", cada uno de ellos puede convertirse en el Califa durante una hora y luego ser sustituido por otro "yo". Ninguno de ellos puede hacer mucho bien, pero casi todos ellos, en una hora o incluso menos, puede hacer tanto daño que todos los demás "yoes" tendrán que pagar por ello toda su vida.

Sólo un poco de auto-observación confirmará este punto de vista. Cuando miramos con atención e imparcialidad vemos capas y capas de diferentes "yoes". Se inicia en un nivel superficial con el trabajo o profesión que "hacemos": "yo" el experto, el músico, el ingeniero, el diseñador, el cuidador ... Justo debajo de eso están nuestras opiniones y creencias: "yo" el ecologista, el anti-globalizacionista, el ateo, el cristiano, el budista, el advaitín ... Cerca del fondo, las etiquetas se vuelven más generales ― "yo" el pensador, el perceptor, el sentidor, el elegidor, el hacedor ... El factor común que pasa a través de todos estos "yoes" es la creencia y sensación de que "yo" soy una entidad separada ― separada del mundo y separada de todo y de todos los demás que hay en él.

El sistema enseñado por Gurdjieff al Sr. Ouspensky afirmaba que no hay un verdadero "yo" permanente ― que tenemos que desarrollar un "Yo Real" dentro de nosotros mismos. Sin embargo, como el Sr. Ouspensky reconoció, el sistema es incompleto. Estaba convencido de que si se puede encontrar el origen del sistema, este incluiría un método para recordar el Sí-mismo (Self) que realmente somos y siempre hemos sido.

Cuando el Dr Roles conoció al Shankaracharya Shantananda Saraswati en 1961 se dio cuenta de que la filosofía hindú del Advaita enseñada por la tradición Shankaracharya era la fuente del sistema enseñado por Gurdjieff. Una de las enseñanzas fundamentales del Advaita es "tat tvam asi", que se traduce por "Eso eres tú" y se interpreta con el significado de que la Realidad Última, Brahman, es idéntica al Sí-mismo individual, el Atman. Queda claro que la idea de la necesidad de "desarrollar un Yo Real" tenía que ser abandonada. En su lugar, el Advaita enseña que la luz del Sí-mismo Real brilla todo el tiempo, pero simplemente parece ser velada. Son esos aparentes velos lo que crean la ilusión de un yo separado.

El camino tradicional hacia la comprensión de nuestra verdadera naturaleza, como se enseña en la tradición Shankaracharya, implica un largo proceso de purificación en el que se han de cumplir los requisitos previos para la comprensión de nuestra verdadera naturaleza. Muchas, pero en modo alguno todas las enseñanzas de SS Shantananda Saraswati siguen estas líneas, extrayendo ideas de las principales ramas de la filosofía de la India en respuesta a las preguntas. Sin embargo, él, junto con el Dr Roles y otros hicieron mucho para acortar este proceso tradicional para aquellos que viven vidas comunes en el mundo occidental que desean seguir una vía del Cuarto Camino.

En los últimos tiempos el proceso se ha vuelto del revés en la Vía Directa que se deriva de las enseñanzas de Atmananda Krishnamenon y Ramana Maharshi. En la Vía Directa empezamos por descubrir nuestra verdadera naturaleza, y luego sigue un proceso mucho más largo para permitir que nuestra comprensión colonice la mente y el cuerpo ― el equivalente a la purificación prescrita en el camino tradicional. Así es como Rupert Spira describe la primera etapa:

Normalmente nos consideramos que somos una entidad separada, localizada en y como el cuerpo. Para descubrir lo que verdaderamente somos, a diferencia de lo que parecemos ser, será necesaria, en la mayoría de los casos, una investigación sobre la creencia y, lo que es más importante, sobre la sensación de ser esa entidad (separada).


Es inevitable, en primer lugar, que esta investigación parezca ser una actividad de la mente que lleva a cabo la entidad que suponemos que somos.