Al yuxtaponer la engañosa perspectiva científica moderna del corazón como mera bomba de sangre, con la versión histórica del corazón como símbolo del amor y centro de sabiduría innata y carácter humano, es fácil darse cuenta que clichés como “te amo con todo mi corazón” o “mi corazón reboza de alegría” son sabias referencias poéticas de verdades ancestrales que el paradigma cuántico de la energía está desvelando y ya ha comprobado biológica y científicamente. A grado tal que la relevancia del corazón como el órgano más importante del cuerpo está siendo reivindicado incluso por sobre el cerebro humano.
El corazón: órgano de la verdad humana
Mucha gente piensa que el corazón es sólo una bomba de sangre, pero nada está más alejado de la realidad. Para los antiguos egipcios el corazón era un órgano de la verdad. El corazón es capaz de decir la verdad sobre cómo nos sentimos o si lo que pensamos es cierto o equívoco. Cuando mentimos, por ejemplo, nuestro corazón se acelera. De hecho, el corazón humano tiene neuronas, similares a las del cerebro, y el corazón y el cerebro están interconectados, creando un todo emocional simbiótico. El cerebro humano no es la única fuente de emociones. El corazón y el cerebro trabajan juntos en la producción de emociones.
El corazón humano está adquiriendo cada vez mayor relevancia en el ámbito del conocimiento. El revolucionario Instituto HeartMath, que trabaja desde los años 1980’s, realizó experimentos sumamente relevantes hace dos o tres años. Fue así como el corazón empezó a tomar relevancia como el órgano más importante del cuerpo humano, incluso superando al cerebro.
De acuerdo a las investigaciones del Instituto HeartMath, el campo electromagnético que proyecta el corazón humano hacia fuera puede llegar hasta una distancia de cinco metros. El cerebro también tiene un campo electromagnético, pero es mucho más pequeño. Esto es muy importante porque la información y la energía se transmiten a través de esos campos electromagnéticos toroidales. Esas es la forma que tiene el corazón de enviar información primero al ADN humano y después a todos los sistemas del cuerpo (endocrino, linfático, circulatorio, digestivo, etc.). El corazón también transmite información al lóbulo frontal del cerebro, y lo más curioso es que el envía información con una anticipación de 4.5 segundos. El corazón puede anticiparse a lo que va a pasar, antes que el cerebro. Y del corazón depende toda la salud física y psicológica del ser humano.
La coherencia cardiaca