Alemania todavía se frota los ojos para dar crédito a la historia de Paul Eicke, un niño de tres años que, hace escasos días, cayó al estanque de la casa de sus abuelos en la localidad de Lychen. Allí fue encontrado minutos más tarde, ya inconsciente, y trasladado en helicóptero a un hospital, donde permaneció unas tres horas en parada cardiaca.
Para sacarlo de ese estado no sirvió ni el masaje cardiaco que inicialmente le proporcionó su padre ni los esfuerzos realizados posteriormente por los facultativos que lo atendieron. Sin embargo, cuando éstos ya se daban por vencidos, el pequeño corazón de Paul volvió a dar señales de movimiento y el niño despertó, dejando boquiabiertos a los presentes con su historia.
Así, de acuerdo con el relato del niño, tras perder la consciencia llegó al cielo, donde se encontró con su bisabuela Emmi, ya fallecida, mientras flotaba alrededor de 'un montón de luz'. Según Paul, fue ella la que abrió una puerta y lo instó a que volviera con sus padres. Pese a que explicó que 'el cielo estaba bien', el pequeño dijo estar 'contento de estar de vuelta con mamá y papá'.
Por su parte, el profesor Lothar Schweigerer, responsable del equipo médico que lo atendió, también se mostraba asombrado con el caso de Paul Eicke, señalando que la inmensa mayoría de los niños que permanecen cierto tiempo bajo el agua fallecen o quedan con importantes lesiones cerebrales. Como hipótesis probable para el extraordinario caso, Scheweigerer apuntaba a que la baja temperatura del agua estancada hizo que se ralentizara el metabolismo del niño, por lo que pudo aguantar vivo más tiempo de lo normal sin oxígeno.
OTRA HISTORIA PARECIDA
Esta es la historia de Colton, un niño que con tres años, sufrió un ataque de apendicitis y estuvo muerto. Durante ese tiempo, vio cosas fascinantes...
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