miércoles, 24 de junio de 2015

El perdón


El Dios de algunas escrituras es una deidad vengativa, siempre dispuesta a castigarnos. Pero Jesús nos mostró la verdadera naturaleza de Dios. […] Él no destruyó a sus enemigos con «doce legiones de ángeles», sino que, por el contrario, superó el mal con el poder del amor divino. Sus acciones demostraron el amor supremo de Dios y la conducta de los que son uno con Él.


«Se debe perdonar todo agravio —afirma el Mahabharata—. Se ha dicho que la continuación de la especie se debe a la capacidad de perdonar del ser humano. El perdón es sagrado; gracias al perdón, el universo se mantiene cohesionado. El perdón es la fuerza del poderoso; el perdón es sacrificio; el perdón es sosiego para la mente. El perdón y la dulzura son las cualidades de quien es dueño de sí mismo y representan la virtud eterna».

«Pedro se acercó entonces y le dijo: “Señor, ¿cuántas veces tengo que perdonar las ofensas que me haga mi hermano? ¿Hasta siete veces?”. Dícele Jesús: “No te digo hasta siete veces, sino hasta setenta veces siete”». En cierta ocasión, oré profundamente para comprender este exigente consejo. «Señor —protesté—, ¿es eso posible?». Cuando finalmente escuché la Voz Divina, su respuesta me llegó como un torrente de luz, dándome una lección de humildad: «¿Cuántas veces, ¡oh hombre!, perdono diariamente a cada ser humano?».


Al igual que Dios nos perdona constantemente, a pesar de conocer todos nuestros pensamientos [errados], así también quienes se hallan en total sintonía con Él tienen de forma natural ese mismo amor.


De tu corazón debe brotar una compasión que mitigue todos los sufrimientos de los corazones de los demás, la misma compasión que permitió a Jesús decir: «Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen». Su gran amor los incluía a todos. Podría haber destruido a sus enemigos con una sola mirada, pero al igual que Dios nos perdona constantemente, aun cuando conoce todos nuestros malos pensamientos, así también las grandes almas que están en armonía con Él nos brindan ese mismo amor.


Si deseas desarrollar la conciencia crística, aprende a ser compasivo. Si en tu corazón brota un genuino sentimiento de amor por los demás, estás comenzando a manifestar ese gran estado de conciencia. […] Krishna dijo: «Es un yogui supremo aquel que contempla en forma ecuánime a todos los hombres [...]».


Nada se logra con la ira y el odio. En cambio, el amor recompensa. Puedes intimidar a alguien, pero una vez que esa persona recobre su fuerza, tratará de destruirte. Así pues, ¿la has vencido realmente? No. La única forma de vencer es mediante el amor. Y cuando no puedas vencer, simplemente permanece en silencio o aléjate, y ora por aquella persona. Ésa es la manera en que debes amar. Si practicas este principio en tu vida, tendrás una paz inconcebible.


Afirmación

Entrenar la mente subconsciente


Nuestra mente posee un mecanismo natural de logros que determina y controla todo lo que hacemos. Este mecanismo es generado por nuestras fuerzas subconscientes que son las responsables por nuestros éxitos y fracasos.

La mente consciente puede procesar alrededor de 40 bits de información por segundo, mientras que la mente subconsciente puede procesar 40 millones de bits de información por segundo. Imagínese si usted pudiera entrenar la mente subconsciente, depositando millones de instrucciones por segundo y organizarla de manera consciente y precisa.

Por supuesto, nosotros constantemente programamos nuestra mente subconsciente, sin darnos cuenta siquiera de lo que estamos haciendo. Las conversaciones que tenemos con nosotros mismos y con otras personas, la información que recibimos, nuestras experiencias y nuestros hábitos de pensamiento. El resultado se puede ver en los patrones en nuestras vidas, ya que la mente subconsciente controla funciones vitales del cuerpo; a este resultado se le llama comúnmente como “El Poder de la Mente”.

Un pequeño ejemplo de la potencia entrenar la mente subconsciente es el siguiente: una de las funciones del cuerpo controladas por el subconsciente es la producción y la absorción de la HGH (hormona de crecimiento humano).

Una de las razones de los efectos físicos del envejecimiento es la disminución de la tendencia del cuerpo para producir y absorber menos HGH. Si se pudiera programar el subconsciente, se podría indicar la mente para que pueda aumentar la producción y la absorción de la propia HGH natural de su cuerpo, ayudando así a disminuir los efectos de los efectos del envejecimiento.

Alineando nuestra conciencia con las leyes cósmicas


Parece muy filosófico y místico el tema, además de obvio. Una persona que decimos tiene un nivel evolutivo y de conciencia elevado, se encuentra “más cerca” de comprender, expresar y vivir bajo preceptos, leyes y conceptos elevados, y ser capaz de llevarlos a la práctica en nuestra realidad y mundo “físico”. ¿Cómo lo expresamos para entender porqué debemos expandir sin cesar nuestra conciencia, desmontando todo aquello que nos la limita, si queremos captar y entender aquello que rigen las leyes bajo las que vivimos? En otros términos, ¿cómo se adapta el universo y sus leyes a la percepción de cada uno de nosotros para que vivamos en realidades “distintas” aun estando en una macro y común para todos?

Imaginemos por un momento tres personas distintas con tres niveles evolutivos, con tres “vibraciones” y “tamaños” diferentes de su esfera de conciencia, en su cuerpo mental. Luego, imaginemos un concepto, una ley, un patrón o arquetipo de cualquier cosa que pertenezca a la realidad “general”, la realidad “real”, que existe más allá de los limites de nuestra percepción.

Recordad, que, para cada uno de nosotros, hay, al menos, dos filtros perceptivos (lo explicaba con detalle en esta conferencia). Desde la realidad “real y cuántica”, que es “todo lo que es”, a la realidad relativa que depende de lo que cada uno es capaz de captar con sus sentidos, a, finalmente, la realidad subjetiva y personal de cada uno, que marca, por la programación y sistemas de creencias que llevamos a cuestas en las esferas mentales, como decodificamos y vemos el mundo, y porqué cada uno lo vemos diferente.


Una “onda” que marca la percepción de cada uno

Así que, si graficamos como captamos cada uno ese supuesto concepto o ley universal que tratamos de comprender, lo podemos simbolizar como la línea blanca del esquema de aquí abajo, y, el nivel evolutivo de cada una de nuestras tres personas, como las líneas sinodales que están tratando de “captar” y entender el concepto superpuestas al mismo.


Vamos a suponer, que, para nuestra realidad actual, el concepto o ley se mantiene constante, que aplica para todos nosotros de igual forma, por ejemplo, la ley de la causalidad o karma, la ley de las octavas o fractales, la ley del equilibrio de la energía, etc. Entonces, ¿que es lo que hace que cada persona “comprenda” estos conceptos de una forma o de otra, más acorde a la ley “real” o menos? Si seguimos con la analogía de las ondas del dibujo y diagrama, básicamente vemos que la persona con el nivel de conciencia que representa la línea roja, “toca” o cruza a la línea blanca en una serie de puntos, que para nuestro ejemplo, son cinco. Esa persona, es capaz de “captar”, por su vibración, expansión conciencial, nivel evolutivo, etc., la “verdad” del concepto a entender en “cinco puntos”.

Ahora pasamos a la segunda persona, representada por la línea verde, con un nivel de “vibración” mayor, una esfera de conciencia más amplia, un desarrollo evolutivo más grande (ni mejor ni peor, simplemente, su esfera está más expandida). Vemos que, para el mismo concepto a estudiar o comprender, esa persona “toca” con su conciencia (la línea verde) en 9 puntos a la línea blanca, casi casi dobla el nivel de “entendimiento” que, sobre el mismo tema, tiene la persona de la línea roja.

Y ahora vamos a la persona que está representada por la línea azul. Tiene un nivel evolutivo que prácticamente duplica a la persona de la línea verde, su conciencia, vibración, expansión, “toca” la línea blanca en más del doble de puntos que esta última, por lo tanto, es capaz de “sintonizar” este mismo concepto, realidad, ley cósmica, de forma mucho más “alineada” con ella. Así, básicamente, a mayor “nivel evolutivo”, más “alineado” estás con todo tipo de información, conceptos, conocimiento, etc., ya que, si, por un momento, pudiéramos subir tanto la frecuencia de la línea azul para hacerla infinita, la conciencia de la persona que representa esta línea iría completamente paralela y superpuesta a la energía del concepto que quiere “captar” o entender.

Mayor expansión de la conciencia, mayor comprensión del concepto

martes, 23 de junio de 2015

La intuición: discernimiento del alma


Pasajes de los escritos de Paramahansa Yogananda

La intuición es la guía del alma, que surge espontáneamente en el hombre durante esos momentos en que su mente se encuentra calmada. […] La meta de la ciencia del yoga es aquietar la mente, para que pueda escuchar sin distorsión alguna el infalible consejo de la Voz Interior.

«Resuelvan todos sus problemas a través de la meditación [decía Lahiri Mahasaya]. Pónganse en armonía con la activa Guía Interior; la divina voz posee la respuesta para cada uno de los dilemas de la vida. Aun cuando el ingenio del hombre para buscarse dificultades parece ser inagotable, el Auxiliador Infinito no es menos ingenioso».

Al desear que dependamos exclusivamente de Él, Dios no quiere decir que tú no debas pensar por ti mismo, pues Él espera que hagas uso de tu iniciativa. La idea es la siguiente: si no buscas primero la sintonía consciente con Dios, te desconectas de la Fuente y, por lo tanto, no puedes recibir su ayuda. Pero si acudes a Él en primer lugar, para todas las cosas, Él te guiará; el Señor te revelará cuáles son tus errores, de modo que puedas reformarte y cambiar el curso de tu vida.

Recuerda: mucho mejor que un millón de razonamientos mentales es sentarse y meditar en Dios hasta que sientas la calma en tu interior. Luego, dile al Señor: «No puedo resolver mi problema yo solo, ni aun disponiendo de miríadas de pensamientos diferentes; pero puedo resolverlo si lo coloco en tus manos y pido, en primer lugar, tu guía y, luego, analizo sus diversos ángulos para encontrar una posible solución». Dios ayuda a los que se ayudan a sí mismos.

Cuando tienes la mente en calma y rebosante de fe, después de orar a Dios en meditación, te resulta posible ver diversas respuestas a tus problemas; y gracias a que tu mente está en calma, eres capaz de elegir la mejor de las soluciones. Pon en práctica esa solución y encontrarás el éxito. En esto consiste aplicar la ciencia de la religión a tu vida diaria.


El cultivo de la calma intuitiva requiere el desenvolvimiento de la vida interior. Cuando la intuición se halla suficientemente desarrollada, aporta una comprensión inmediata de la verdad. Esta prodigiosa experiencia está a tu alcance, y la meditación es el camino para obtenerla.


«La vida humana está sobrecargada de tristeza, hasta que aprendemos cómo armonizarnos con la Voluntad Divina, cuya “vía correcta” es con frecuencia desconcertante para la inteligencia del ego [dijo Sri Yukteswar]. Únicamente Dios puede dar un consejo certero. ¿Quién sino Él lleva la carga del cosmos?».



Cada mañana y cada noche, sumérgete en el silencio, es decir, en la meditación profunda, pues la meditación es la única vía para discernir entre la verdad y el error.



Aprende a seguir los dictados de tu conciencia: la divina facultad del discernimiento que existe en tu interior.


VIVE Y DEJA VIVIR


Las personas se la pasan la mayor parte de su vida sintiéndose ofendidas por lo que alguien les hizo. La sorprendente revelación que te voy a hacer, va a cambiar tu vida… ¡Nadie te ha ofendido! Son tus expectativas de lo que esperabas de esas personas, las que te hieren. Y las expectativas las creas tú con tus pensamientos. No son reales. Son imaginarias. Si tu esperabas que tus padres te dieran más amor y no te lo dieron, no tienes por qué sentirte ofendido. Son tus expectativas de lo que un padre ideal debió hacer contigo, las que fueron violadas. Y tus ideas son las que te lastiman.

Si esperabas que tu pareja reaccionara de tal y cual forma y no lo hizo…Tu pareja no te ha hecho nada. Es la diferencia entre las atenciones que esperabas tuviera contigo y las que realmente tuvo, las que te hieren. Nuevamente, eso está en tu imaginación.

¿Enojado con Dios? Son tus creencias de lo que debería hacer Dios, las que te lastiman. Dios jamás ofende ni daña a nadie.

Un hábito requiere de todas sus partes para funcionar. Si se pierde una, el hábito se desarma. El hábito de sentirte ofendido por lo que te hacen otros (en realidad nadie te hace nada) desaparecerá cuando conozcas mejor la fuente de las ‘ofensas’.
Cuando nacemos, somos auténticos. Pero nuestra verdadera naturaleza, es suprimida y sustituida artificialmente por conceptos que nuestros padres, la sociedad y televisión nos enseñan. Y crean una novela falsa de cómo deberían ser las cosas en todos los aspectos de tu vida y como deben de actuar los demás.

Una novela que no tiene nada que ver con la realidad. También, las personas son criaturas de inventario. A lo largo de su vida, coleccionan experiencias: padres, amigos, parejas, etc. y las almacenan en su inventario interior. Las experiencias negativas dejan una huella más profunda en nosotros que las positivas. Y cuando una persona es maltratada por alguien, deja esa experiencia en su `inventario’. Cuando conoce a alguien, tiene miedo. Y trata de ver si la nueva persona repetirá las mismas actitudes que la que la hirió. Saca una experiencia de su inventario negativo. Se pone los lentes de esa experiencia y ve a las nuevas personas y experiencias de su vida, con esos lentes. ¿Resultado? Se duplican los mismos problemas y las mismas experiencias negativas.

Y el inventario negativo sigue creciendo. En realidad lo que hace es que te estorba. No te deja ser feliz. Y a medida que se avanza en años, se es menos feliz. Es porque el inventario negativo aumenta año con año.

¿Has visto a las personas de edad avanzada y a los matrimonios con muchos años?
Su inventario es tan grande, que parece que la negatividad es su vida. Una y otra vez sacan experiencias de su inventario negativo ante cualquier circunstancia. Una de las mayores fuentes de ofensas, es la de tratar de imponer el punto de vista de una persona a otra y guiar su vida. Cuando le dices lo que debe hacer y te dice ‘no’, creas resentimientos por partida doble. Primero, te sientes ofendido porque no hizo lo que querías. Segundo, la otra persona se ofende porque no la aceptaste como es. Y es un círculo vicioso. Todas las personas tienen el derecho divino de guiar su vida como les plazca. Aprenderán de sus errores por sí mismos.

Déjalos ser! nadie te pertenece.

Cuando los colonos americanos querían comprarles sus tierras a los Pieles Rojas, estos les contestaron ‘¿Comprar nuestras tierras? ¡Si no nos pertenecen! Ni el fulgor de las aguas, ni el aire, ni nuestros hermanos los búfalos a los cuales sólo cazamos para sobrevivir. Es una idea completamente desconocida para nosotros’.
Ni la naturaleza, ni tus padres, ni tus hijos, tus amigos o parejas te pertenecen. Es como el fulgor de las aguas o el aire. No los puedes comprar. No los puedes separar. No son tuyos. Sólo los puedes disfrutar como parte de la naturaleza. El cauce de un río no lo puedes atrapar. Sólo puedes meter las manos, sentir el correr de las aguas entre ellas, y dejarlo seguir.

Las personas son un río caudaloso. Cualquier intento de atraparlas te va a lastimar. Ámalas, disfrútalas y déjalas ir. Entonces ¿Cómo puedo perdonar?

1) Entiende que nadie te ha ofendido. Son tus ideas acerca de cómo deberían actuar las personas, las que te hieren. Estas ideas son producto de una máscara social, que has aprendido desde tu infancia de forma inconsciente. Reconoce que la mayoría de las personas NUNCA va a cuadrar con esas ideas que tienes. Porque ellos tienen las suyas.

2) Deja a las personas ser. Deja que guíen su vida como mejor les plazca. Es su responsabilidad. Dales consejos si te los piden, pero permite que tomen sus decisiones. Es su derecho divino por nacimiento: el libre albedrío y la libertad.

3) Nadie te pertenece. Ni tus padres, ni amigos ni parejas. Todos formamos parte del engranaje de la naturaleza. Deja fluir las cosas sin resistirte a ellas. Vive y deja vivir.

4) Deja de pensar demasiado. Ábrete a la posibilidad de nuevas experiencias. No utilices tu inventario. Abre los ojos y observa el fluir de la vida como es. Cuando limpias tu visión de lentes obscuros y te los quitas, el resultado es la limpieza de visión.

5) La perfección no existe. Ni el padre, amigo, pareja perfectos. Es un concepto creado por la mente humana que a un nivel intelectual puedes comprender, pero en la realidad NO EXISTE. Porque es un concepto imaginario. Un bosque perfecto serían puros árboles, Sol, no bichos… ¿existe? No. Para un pez, el mar perfecto sería aquel donde no hay depredadores ¿existe? No. Sólo a un nivel intelectual. En la realidad JAMAS VA A EXISTIR. Naturalmente, al pez sólo le queda disfrutar de la realidad. Cualquier frustración de que el mar no es como quiere que sea no tiene sentido. Deja de resistirte a que las personas no son como quieres o no piensan como tú. Acepta a las personas como el pez acepta al mar y ámalas como son.

10 signos de que estás creciendo emocionalmente, aunque no lo sepas


Los proyectos más ambiciosos a menudo son cuesta arriba, demandan una gran dosis de sacrificio y perseverancia. Por eso, es comprensible que perdamos la fuerza y el empuje a mitad del camino. Sin embargo, cuando la desmotivación sienta casa, estamos tentados a abandonar. En ese momento, solo miramos hacia adelante, solo percibimos el camino que nos falta por recorrer y por eso no nos percatamos del trayecto andado. No obstante, a veces es necesario mirar atrás para comprender la verdadera magnitud de lo que hemos alcanzado.

De hecho, a menudo abandonamos nuestros sueños solo porque no somos plenamente conscientes de las cosas que hemos logrado, de los pequeños pasos que hemos ido dando. Cuando nos centramos únicamente en los fracasos, perdemos la motivación y corremos el riesgo de abandonar justo antes de llegar a la meta.

Esto se debe, en parte, a que nuestra sociedad nos ha enseñado a castigarnos por los errores, pero no a recompensarnos por cada logro. En el ámbito del Crecimiento Personal esta realidad resulta aún más evidente. Nos planteamos cambios trascendentales pero cuando se produce una involución, nos desmotivamos y abandonamos, sin darnos cuenta de todo lo que habíamos logrado. De hecho, muchas personas abandonan la psicoterapia porque no tienen la paciencia necesaria y no valoran los pequeños cambios.

Por eso, de vez en cuando es necesario hacer inventario de lo que hemos logrado. Puede que estés creciendo emocionalmente sin que te hayas dado cuenta.

¿Cuáles son las señales que indican que estás creciendo emocionalmente?

1. Dejas ir las cosas que te dañan

Aprender a dejar ir, centrarse en las cosas que realmente valen la pena y obviar aquellas que nos dañan o molestan, es una habilidad clave para tener éxito y, sobre todo, para alcanzar el equilibrio emocional. Sin embargo, también es una habilidad muy difícil de desarrollar. Por eso, el simple hecho de aprender a reconocer a las personas tóxicas y saber cómo lidiar con sus comportamientos, sin que generen culpa o ira, ya es un gran paso.

2. Aprendes de los errores

lunes, 22 de junio de 2015

Creencias Equivocadas del Camino Espiritual


Los verdaderos maestros espirituales son aquellos que nos ponen a prueba y vienen “disfrazados” de hijos, padres, jefes, amigos, enemigos, animales, plantas y demás. Son aquellos que nos traen problemas.

Cuando comenzamos a transitar el camino espiritual, buscamos la perfección en nuestras vidas. Tratamos de mejorar nuestro carácter, costumbres, ideas, alimentación, y hasta la vida social. A veces, hacemos“SACRIFICIOS” con el fin de alcanzar una vida más plena y feliz; sin embargo, muchas veces no llegamos al estado de éxtasis o plenitud que anhelamos. La decepción puede llevarnos a rechazar la disciplina que habíamos emprendido, o en el peor de los casos, puede desmoralizarnos a tal punto de pensar que“Dios se ha olvidado de nosotros”. En realidad los errores como tales no existen, pues todo nos conduce a un necesario aprendizaje. Todo es un asunto de consciencia que solo puede expandirse a partir de las vivencias que nosotros mismos hemos invocado, sin juicio alguno si tales experiencias son “buenas” o “malas”.

El Universo funciona como una gran computadora: hay que saber presionar las teclas adecuadas para obtener lo que se desea. Cuando no lo estamos haciendo, la computadora se detiene, espera fría y silenciosamente la señal eléctrica correcta. El Universo tiene sus “teclas” y la metafísica nos las enseña. ¿Cuáles son? Algunas escuelas esotéricas han tergiversado estas enseñanzas, quizá sin ninguna mala intención, con lo que han llevado a muchas personas a cometer “errores” y a frustrarse en sus expectativas.

Algunos de los “errores” más comunes son los siguientes:
1. ENVOLVERSE EN UNA BURBUJA DE PROTECCIÓN, O EN UNA LUZ, O EN COLOR, O PEDIR A ÁNGELES, O CUALQUIER OTRA FORMA QUE PROTEJA DE LOS PELIGROS QUE EXISTEN AFUERA
Lo único que logra este tipo de ejercicio es fomentar la idea de que algo externo puede tener más poder que nosotros. Nuestra mente percibe que hay algo allí afuera que puede, por ejemplo, lastimarnos o hacernos daño. Pero, según las enseñanzas espirituales, TODO ES DIOS; por lo tanto, nada puede hacernos daño.
En realidad, debería practicarse algún tipo de ejercicio de reconocimiento de la seguridad personal. Este ejercicio podría decir: “Vaya donde vaya, estoy siempre a salvo, estoy rodeado de hermanos, vivo en el mundo que Dios ha creado y sólo veo amor en todas partes”. En síntesis, al elegir qué ejercicio mental o meditación hacer, se deberá buscar aquel que nos recuerde la naturaleza divina de la vida y no el peligro que percibe nuestro ego.
Muchas personas creen que repitiendo ciertas afirmaciones pueden transformar su situación personal, lo que encierra un “error”. No son los pensamientos lo que determinan nuestra realidad sino nuestras “creencias”. Solamente los pensamientos que hemos interiorizado y tomado como nuestra verdad son los que se manifiestan. Dicho de otra manera, aquello que sentimos internamente que es así, es lo que toma forma en el mundo externo.
La mente humana produce un promedio de 60,000 pensamientos diarios, la mayoría de los cuales son negativos para quienes se encuentran inmersos en los medios masivos de comunicación. Las afirmaciones son necesarias para lograr implantar una creencia nueva en nuestra mente subconsciente y la repetición de estas afirmaciones es un procedimiento adecuado, pero hasta que no le agregamos la emoción o sensación que acompaña a esa idea, no la interiorizamos como una verdad dentro de nosotros.
La repetición de palabras carentes de emoción no es efectiva. Por lo tanto, si yo repito “Vaya donde vaya, estoy siempre a salvo” pero no me siento realmente seguro, de nada me servirá. Es necesario seleccionar ejercicios mentales, meditaciones o visualizaciones que fomenten las creencias de: paz, armonía y prosperidad.
2. ENVIAR LUZ A OTROS PARA QUE MEJOREN

El Nuevo Paradigma: Educar para Sanar


La alegría es el estado natural de la infancia. – George Leonard.
Dr. Jose Soto Luque
La educación que enferma
El sistema educacional imperante a lo largo de su historia sin duda que ha tenido éxitos, pero ha ido quedando progresivamente en deuda con la infancia, al no planificar una educación de acuerdo a lo que es el niño y lo que realmente se necesita en esta etapa de la vida. Cada día vemos con mucha preocupación cómo se pone el acento casi exclusivamente en la entrega de contenidos, conceptos y en el logro de habilidades. Se entregan de manera unilateral conceptos, generando una sobrecarga académica, una intelectualización precoz y estrés emocional crónico, a través de instaurar un aprendizaje en edades muy tempranas del desarrollo (lecto escritura y procesos de abstracción, antes de los 6-7 años), como de fomentar la competencia y el “éxito”, pretendiendo formar seres humanos aptos laboralmente. En el camino no se ve la esencia de quién es y que necesita realmente el niño, como tampoco los problemas que todo esto provoca en su salud.
“Una educación armónica generará salud, en cambio una educación que no respete los ritmos físicos y emocionales, generará tarde o temprano enfermedad, como lo estamos viendo en la educación actual.”
Desde la neurobiología de las emociones sabemos que el ser humano está delicadamente diseñado para recibir los efectos del amor, la belleza y todo lo que alimenta el alma. Es el amor el que modela y modula, el cerebro infantil, y muchas funciones psicoinmunoendocrinas. Estamos hechos para la armonía y la felicidad, como dice Claudio Naranjo, llama la atención, que la educación sea tan solemne y aburrida, a veces hasta agresiva, con respecto a la alegría espontanea de la infancia. Es curioso que no existan postulados en educación para educar para la alegría o la felicidad, estados fundamentales para tener buena salud. Este debiera ser el punto de partida de cualquier tipo de educación.

Por otra parte, el niño está unido a los sentidos, por ello hay que poner atención a lo que lo rodea, ya que es la naturaleza y las bellas artes, finalmente las verdaderas fuentes nutricias de la vida anímica, del sentirnos vivos y en definitiva, del desarrollo neurológico, lo que hacen a través de estimular sanamente nuestros sentidos. 

Una estimulación excesiva y no natural de estos, como exponer tempranamente a las pantallas (computador o videojuego), y/o una educación que priorice solo la entrega de contenidos intelectuales, generará precozmente un pensar abstracto-lineal, separando al infante, de su propia naturaleza, dañando esta conexión delicada y necesaria con sus sentidos y con este pensar vivo, un pensar que le permite, sin prejuicios, estar de lleno en cada experiencia sensorial que nos regala la vida. La sobre estimulación sensorial o intelectual, en etapas tempranas de la vida, dificulta la posibilidad de experimentar emociones positivasfrente a experiencia simples y cotidianas. 

La estimulación sensorial inadecuada o artificial,provoca una intensa ansiedad, y desencadena una búsqueda a veces compulsiva, de fuentes artificiales de goce que logren reactivar el sistema neuronal de gratificación (base de las adicciones). Una exposición prematura al pensamiento abstracto generará intelectualización precoz, lo que abre las puertas al estrés crónico, la ansiedad, y una serie de enfermedades tanto físicas como emocionales, siendo la más conocida el Déficit atencional, que no es otra cosa, sino producto de una educación que no se centra realmente en la infancia, y desconoce las verdaderas necesidades tanto del neurodesarrollo como del alma infantil.

Educación y salud

Esta realidad nos obliga a entender, que todo nuestro quehacer con respecto a la infancia es de profunda trascendencia y es determinante para el desarrollo de la persona que hoy es cada niño con el cual tenemos alguna relación y por supuesto que con nuestro mundo presente y futuro. 

La visión Antroposófica (ciencia espiritual desarrollada por Rudolf Steiner a principios del siglo XX), entiende que la infancia es responsabilidad de todos y que es fundamental, que educación y salud vayan de la mano, en el acompañamiento de esta etapa tan crucial, en el destino de un ser humano.

 La Antroposofía nos dice que el niño que viene a este mundo, va desarrollando su vida, de acuerdo a etapas de siete años cada una, llamadas septenios, llegando a la madurez física del adulto, al cumplir tres de estas etapas, o sea a los 21 años aproximadamente. Los septenios son etapas secuenciales con hitos claramente definidos, en que el ser humano va desplegando y madurando en lo que llamamos crecimiento, la estrecha relación entre alma y cuerpo. 

Existe una forma específica en que todo individuo va creciendo, conquistando su cuerpo, desarrollándose y adquiriendo las competencias y habilidades necesarias, para ir tras la epopeya que significa convertirse en un adulto, de ser llamado ser humano y de poder moverse en la “frecuencia” de la humanidad.

La medicina y la educación antroposófica (educación Waldorf), en conjunto, se preocupan de acompañar la infancia de la manera más armoniosa y amorosa posible, respetando aeste legítimo otro que es el niño, que dista mucho de ser un adulto pequeño o una potencial mano de obra calificada. Ellas intentan rescatar lo sagrado y mágico de la infancia, y, a través de una cuidadosa observación, han construido un cuerpo de conocimientos que permiten garantizar una educación a escala infantil.

 Así, al pensar en la educación, ambas disciplinas nos dicen que debemos respetar los ritmos físicos, emocionales y biológicos, para que a través de la entrega de experiencias sensoriales y amorosas, y de contenidos adecuados, también vayamos generando salud. Es necesario entender en que etapa y que necesidades fisiológicas y anímicas tiene el niño, a la hora de diseñar un plan de estudios, y para ello, se observa lo que ocurre en cada septenio. Sabemos que desde el neurodesarrollo, gran parte de la madurez neurológica y de los sentidos, se alcanzan después del primer septenio, y el pleno desarrollo de los ritmos biológicos se logra alrededor de los 15 años. 

También los hitos fundamentales del alma infantil como son el desarrollo del pensar, del sentir y la voluntad (capacidad de ser y hacer), maduran en los tres primero septenios. Todo ello ocurre de manera secuencial, en que una etapa trae la otra, y es por eso, que no se debe pretender adelantar una etapa, ya que si el niño no está preparado, traerá un desequilibrio y eventualmente problemas que complicaran su desarrollo. 

De ahí que sean tan importantes todas estas consideraciones, ya que una educación armónica generará salud, en cambio una educación que no respete los ritmos físicos y emocionales, y entienda lo que ocurre en cada septenio, generará tarde o temprano enfermedad, como lo estamos viendo en la educación actual.

¿Qué necesita un niño, en estos tres primeros septenios?