lunes, 30 de noviembre de 2015

“Crear Buena Suerte: Diez reglas”


Estas reglas las presenta Álex Rovira, junto con Fernando Trías, en su libro La Buena Suerte: claves de la prosperidad. 
Primera Regla de la Buena Suerte
La suerte no dura demasiado tiempo, porque no depende de ti. La Buena Suerte la crea uno mismo, por eso dura siempre.
Segunda Regla de la Buena Suerte
Muchos son los que quieren tener Buena Suerte, pero pocos los que deciden ir a por ella.
Tercera Regla de la Buena Suerte
Si ahora no tienes Buena Suerte tal vez es porque estás bajo las circunstancias de siempre. Para que la Buena Suerte llegue, es conveniente crear nuevas circunstancias.
Cuarta Regla de la Buena Suerte
Preparar circunstancias a la Buena Suerte no significa buscar sólo el propio beneficio. Crear circunstancias, en las que otros también ganan, atrae a la Buena Suerte.
Quinta Regla de la Buena Suerte
Si “dejas para mañana” la preparación de las circunstancias, la Buena Suerte quizás nunca llegue. Provocar circunstancias requiere dar un primer paso… ¡dalo hoy!
Sexta Regla de la Buena Suerte

Aprende a escuchar


Escuchar es amar. Película, Héctor y el secreto de la felicidad

Estás tan ocupado reaccionando a lo que sucede o no sucede en tu vida que no tienes tiempo para saborear tu experiencia. No sientes tu alegría o tu dolor, tu ira o tu pena. Es una lástima.

Desperdicias buena parte de tu tiempo buscando respuestas a tus problemas fuera de ti. Si tan solo te tomaras el tiempo para estar contigo mismo, esas respuestas surgirían espontáneamente.

Aprende a estar presente en tu experiencia. No estoy diciendo “intenta descifrarla”. “Estar con” no es una actividad analítica y, de hecho, reconoce que no puedes descifrar tu experiencia. Puedes estar con ella o puedes intelectualizarla; esto último, por supuesto, es un escape.

A cada momento estás recibiendo sugerencias que pueden ayudarte a situar la nave de tu vida en el curso correcto. Pero no puedes escuchar esas sugerencias si no te tomas el tiempo “para ser” y “para escuchar”. Paradójicamente, precisamente en esos periodos, cuando estás más frenético intentando descifrar y “arreglar” tus problemas, es cuando más necesitas estar sereno y escuchar. Al principio quizá no te des cuenta de ello, pero no podrás evitar notar que cuanto más intentes descifrar las cosas, más confusas se hacen.

Tarde o temprano dejarás de intentar que “tu vida funcione” como crees que debería funcionar. Y entonces quizá te preguntes: ¿Por qué estoy pasando por este periodo de transición? ¿Hay algo en mi enfoque que tiene que cambiar? Y aprenderás a escuchar la respuesta.

Generalmente, cuando estés siguiendo un curso que te lleve a una colisión, la respuesta que recibirás será algo así: “Disminuye la velocidad, mira a tu alrededor. Tal vez no estés yendo por donde tú crees.”

Esta no parece ser la mejor de las respuestas pero es suficiente para ayudarte a dar el siguiente paso.Reducir la velocidad y mirar a tu alrededor es el inicio de la corrección.

Cuando las cosas fluyen suavemente en tu vida, no necesitas buscar corrección. Pero cuando las aguas se tornan turbulentas, harías bien en detenerte y considerar tu curso.

Esta simple introspección oportuna puede marcar una profunda diferencia en tu vida. Hay ocasiones en que la realidad externa te abruma y solo puedes ir hacia dentro.

No te estoy pidiendo que medites dos horas al día. Ni tampoco estoy diciendo que la meditación regular no sea útil. Tan solo estoy diciendo que hay momentos en tu vida en los que necesitas aquietarte y escuchar. Si aprendes a honrar esos momentos, te ahorrarás una gran cantidad de dolor.

Sincronicidad: el significado de las coincidencias en un universo espejo


Sincronicidad

En su libro “La interpretación de la naturaleza y la psique”, Carl Jung analiza el fenómeno de la sincronicidad, con la que pretende dilucidar ciertos casos extraordinarios, “coincidencias significativas”, imposibles de explicar causalmente.
La sincronicidad puede definirse entonces como una coincidencia significativa de dos o más sucesos en la que está implicado algo más que el puro azar. Dicho de otra manera, sería una coincidencia en el tiempo de dos o más acontecimientos no relacionados causalmente que tienen el mismo o similar significado.

Para el filósofo Michel Cazenave, en un evento sincronístico desaparece la dualidad que habitualmente sentimos como sucesos “interiores” y “exteriores”, pasando a experimentar que toda cosa está contenida en la misma totalidad.

¿Realmente la Astrología tiene algo que ver con la sincronicidad?. Muchos astrólogos están de acuerdo con ello, dejando atrás las habituales interpretaciones “newtonianas” que intentan explicarla de una manera totalmente causal. Los planetas ya no causarían ni indicarían, sino que “significarían”.
En “El Secreto de la Flor de Oro”, Jung dice: “Si dispusiera de resultados generalmente confirmados, la astrología sería un ejemplo de sincronicidad de máxima importancia. Pero hay al menos algunos hechos suficientemente verificados y confirmados mediante extensas estadísticas, que hacen aparecer el planteo astrológico como digno de la consideración filosófica.”

La gran diferencia entre el experimento científico y la sincronicidad es que la verificación del primero radica en su reproducibilidad, mientras que la de la sincronicidad tiene que ver con su unicidad espaciotemporal. Un experimento será cierto y verificable cuanto más se repita. Si controlamos la velocidad de caída de una manzana ésta debería ser igual tanto en Buenos Aires como en Tokio. La sincronicidad y la repetitividad se autoexcluyen.

La sincronicidad sólo tiene significado para la persona que lo experimenta. El método científico no tiene por qué tener en cuenta la necesidad de un significado, pero sin significado no hay sincronicidad. Estas actúan como espejo de los procesos internos de la psique y toman la forma de manifestaciones exteriores de transformaciones interiores. Es como si la formación de patrones dentro del inconsciente fuese acompañada por patrones físicos en el mundo exterior, esta reestructuración interna produce resonancias externas. Otra vez se verificaría la máxima hermética: como es arriba es abajo; como es adentro, es afuera.

Hace poco tiempo tuve una experiencia de sincronicidad con otras dos personas. Estaba caminando por la calle con unos amigos, hablando de la vida y la muerte. Ellos tienen una mirada materialista de la existencia y niegan completamente una vida ultramundana. Yo intentaba introducir otro punto de vista. Cuando la conversación ya se estaba poniendo candente observo en el suelo, a pocos pasos de distancia delante mio, un pequeño crucifijo. Lo tomo y casi sin pensarlo digo algo así como “esta señal dice que hay vida después de la muerte”. Ellos comienzan a reír diciendo que ese símbolo es para manejar a los hombres, y otras cosas de ese tipo, todo en un tono amigable por supuesto. Me sorprendo al notar que ellos no le habían otorgado ningún significado a la “sincronicidad”, es más, una cuadra más adelante ya habían olvidado el hecho.

Más tarde me puse a pensar en esto y concluí que sin dudas se había tratado de una sincronicidad. Hablabamos de la vida después de la muerte y aparece un crucifijo, un símbolo de muchas cosas, pero en ese momento para mi su significado fue instantáneo y clarísimo: el símbolo de la resurrección de la vida. Luego reparo en que mis dos amigos no eran cristianos, y que en su religión (que no practican) no está tan fuertemente instalado el tema de la resurrección, o al menos no es un dogma de fe como en el cristianismo.

Esta anécdota me hizo notar que después de todo el significado lo pone uno y que el contexto familiar, las creencias y las identificaciones concientes e inconcientes recortan la vivencia de lo que es o no es una sincronicidad. A fin de cuentas todo depende de dónde está fijada la conciencia del individuo.

Entonces, una sincronicidad es un puente entre un hecho físico externo y un hecho psicológico interno.
Esta idea ha tenido una excelente recepción por parte de muchos astrólogos como explicación del funcionamiento de la Astrología.

De esta manera se explica por qué un hecho externo físico como el movimiento de los planetas corresponde con el contenido psicológico de las personas y con los hechos de su destino.
Sin embargo, el astrólogo costarricense Juan Antonio Revilla hace unas objeciones muy válidas con respecto a esto, haciendo notar que las técnicas de interpretación que usan los astrólogos no se basan en la sincronicidad, pues no existe sincronía temporal entre un diagrama del cielo actual (tránsitos) y el diagrama del cielo radical (la carta natal) ocurrida tiempo atrás. Él no dice que no haya correspondencia entre ambas cosas, sino que esta correspondencia no tiene que ver con la sincronicidad.

domingo, 29 de noviembre de 2015

Yo Soy, el Yo Soy ( Yo Soy divinidad ) 2ª parte


Ahora vamos a referimos al dicho más poderoso de todos, tal vez uno de los más grandes que haya sido lanzado a la experiencia exterior por medio de la palabra:

«YO SOY LA PUERTA ABIERTA QUE NINGÚN HOMBRE PUEDE CERRAR».

¿Tú no ves cuán vital es esto? Cuando llegues a comprender plenamente esas afirmaciones magnas, te darás cuenta de la grandeza de su alcance.

CUANDO TÚ RECONOCES Y ACEPTAS PLENAMENTE EL «YO SOY» COMO LA MAGNA PRESENCIA DE DIOS EN TI, EN ACCIÓN, HABRÁS TOMADO UNO DE LOS MAYORES PASOS HACIA LA LIBERACIÓN.




Ultimo vídeo que hemos creado espero que os guste

“Frases que impiden tu éxito ecónomico”


He aquí las cuatro frases (o creencias) más arraigadas en la cultura popular que dificultan u obstaculizan a nivel mental la posibilidad de actuar en favor del éxito económico.
Con el fin de generar conciencia sobre lo que aprendemos culturalmente, hice este ejercicio de análisis para ofrecerte las cuatro frases (creencias) más arraigadas en la cultura popular, mismas que dificultan u obstaculizan a nivel mental la posibilidad de actuar en favor del éxito económico.
Recuerda que, aún sin saberlo, nuestras acciones son resultado de lo que pensamos y creemos.

Pobres pero honrados

Esta frase, resultado de todo un esquema cultural, plantea la idea que hay que permanecer sin dinero para conservar algún tipo de valía, rectitud e integridad. ¡Ja! Cómo si no existiera ningún millonario con rectitud e integridad. Creencias, falsas creencias.
Detrás de esta idea apuntamos también búsquedas de valor que señalan al rico como una persona “mala” o el “ladrón de cuello blanco”, juicios que establecen algunas personas.
Recuerdo en la Universidad la frase: “Su papá ha de ser narco” de un compañero, al ver bajarse a otro compañero de un coche lujoso. Con este tipo de ideas, las personas coartan la posibilidad de abrirse a un mundo distinto.
Pues sí algo es cierto, es que las generalizaciones no son certeras en la realidad. Pareciera que más bien somos la suma de un montón de excepciones, cada uno distinto y único. Las generalizaciones sólo existen en la injusta boca del obtuso mental.

El dinero no hace la felicidad

Si bien esta frase puede resultar cierta para muchos, también imposibilita a otros, frenándolos inconscientemente en la búsqueda del éxito financiero, pues contraponen dos cosas que quieren en un mismo nivel, generando así un conflicto.
Para mí, la felicidad depende del índice de disfrute personal. Pero hay una realidad que quiero plantearles:
Sencillamente pregúntate: ¿Prefieres ser feliz rico o ser feliz pobre? ¿Quizá estas ideas no están peleadas? ¿Quizá el único lugar donde pelean es en tu mente?… No sea que estés tomando la frase: “El dinero no hace la felicidad” como excusa para no hacer dinero…

El dinero no crece en los árboles

Si Esto Fuera un Medicamento, Seria Gratis y Libre de Efectos Secundarios Negativos

Historia en Breve+

Por el Dr. Mercola
La ciencia nos dice que las personas que están agradecidas por lo que tienen son más felices y alcanzan sus metas con mayor facilidad, y siempre es un buen momento para apreciar todas las cosas por las que estamos agradecidos.
Como se afirmó en un artículo previo sobre este tema, publicado en Harvard Mental Health Letter:1
“La gratitud es una apreciación de lo que una persona recibe, ya sea tangible o intangible. Con gratitud, las personas reconocen la bondad en sus vidas.
En el proceso, las personas generalmente reconocen que la fuente de esa bondad yace, al menos parcialmente, fuera de ellas mismas. Como resultado, la gratitud también ayuda a las personas a conectarse a algo más grande que ellas mismas como individuos – ya sea a otras personas, a la naturaleza o a un poder superior”.
La gratitud también está relacionada con una mejor salud, tanto física como emocional. El Dr. P Murali Doraiswamy, director de Psicología biológica en el Centro Médico de la Universidad de Duke, alguna vez afirmó que:2
“Si [la gratitud] fuera un medicamento, sería el producto de mayor venta mundial, con una indicación para el mantenimiento de la salud de cada sistema mayor de órganos”.

Estar Agradecido Por Su Salud – Cada Día

Mientras que hay tantas razones para estar agradecido al igual que personas en el mundo, un aspecto de la vida por el que muchas personas olvidan a menudo agradecer (hasta que es demasiado tarde) es su salud. Tendemos a tomar nuestra salud por sentado, hasta que de pronto nos encontramos en medio de dolores o con una enfermedad debilitante.
Como afirmó Mark Sisson:3
“¿Qué significa estar agradecido por su salud?… Al nivel más básico, podría ser la gracia de Dios, que sentimos cuando una persona que conocemos fallece de un ataque cardiaco o recibe un diagnóstico de cáncer. La noticia nos hace estar conscientes de nuestra mortalidad, y que es la salud la que nos mantiene de este lado.
Sin embargo, estar agradecido por su salud, significa más que estar agradecido por estar vivo.
En otro nivel, significa apreciar las posibilidades que su salud le permite – la capacidad cognitiva para practicar su profesión y recordar los nombres de sus hijos, la capacidad física para subir seis pisos por las escaleras cuando el elevador está en mantenimiento…
Se trata de la confianza de tener la fuerza para mover la mayoría de nuestras propias cosas cuando es necesario y de cuidar a nuestros hijos, atender nuestra propiedad y aún tener la energía para disfrutar algo de la vida diaria…”
Se remonta al viejo adagio que dice que en realidad son las cosas pequeñas las que son más importantes y si cultiva su gratitud por las cosas pequeñas – como ser capaz de sacar del horno un pavo demasiado relleno y de recordar los nombres de sus amigos y familiares que están sentados a la mesa – fomentará una sensación de felicidad más profunda.
Después de todo, mucha de la miseria tiene su origen en una sensación de escasez. Pero si tiene buena salud y todas sus facultades mentales intactas, también tendrá los prerrequisitos básicos para hacer algo acerca de su situación.

La Teoría y la Práctica de la Gratitud

Hace cuatro años, el Greater Good Science Center de la Universidad de California,4 en colaboración con la Universidad de California, lanzó un proyecto llamado “Cultivar la Gratitud en una Sociedad Consumista”. El objetivo de este proyecto de $5.6 millones es:
  • Expandir la base de datos científica sobre la gratitud, particularmente en las áreas clave de la salud humana, del bienestar personal y relacional, y de la ciencia del desarrollo
  • Promover las prácticas de la gratitud, basadas en la evidencia, en los ámbitos médico, educativo y organizacional y en las escuelas, trabajos, hogares y comunidades, y al hacerlo…
  • Involucrar al público en una mayor conversación cultural acerca del papel de la gratitud en la sociedad civil.
La organización tiene una variedad de recursos que usted puede leer detenidamente a placer, como el blog y boletín The Science of Happiness5 y el Digital Gratitude Journal,6 donde puede registrar y compartir las cosas por las que se siente agradecido todo el año.

La Gratitud Tiene Muchos Beneficios para su Salud

sábado, 28 de noviembre de 2015

“¿Cómo debemos crecer?”


Obviamente esta pregunta no puede provenir sino de un nativo de Sagitario. Y tal vez, esto pueda comprenderse mejor si me dejas que te cuente un cuento.

Una vez, al borde de una laguna, un joven decidió detenerse a la sombra de un árbol para atenuar el calor de su caminata bajo el sol del verano y se sentó mientras miraba la tranquila superficie del agua; de a poco, su respiración se fue volviendo más lenta y los latidos de su corazón se tranquilizaron tras la caminata.

Entonces se le ocurrió quitarse toda la ropa, ya que estaba solo, dejándola a un costado para que no se mojara y comenzó a caminar entrando en el agua clara y tibia hasta que encontró suficiente espacio como para nadar, hacia el centro de la laguna.

Nadó lentamente, observando cómo las olitas que creaban sus movimientos se desplazaban hacia el borde, partiendo desde él hacia la orilla. Se sintió libre, completamente despojado de problemas por el momento y se relajó, manteniéndose a flote, con lentos movimientos.

De pronto, alguien que lo observaba sin ser visto, se acercó en silencio, y tomando las ropas del joven, comenzó a correr para escapar del lugar. En ese momento el joven se dio cuenta que le estaban robando todo lo que tenía, que lo habían dejado desnudo, indefenso por completo, sin siquiera poder salir del agua a tiempo como para correr tras el ladrón.

Sintió una gran impotencia, pero a su vez, el dolor por haberse confiado y por la injusticia impune que le había dejado desnudo, solo, en el medio de la laguna…

No supo cómo reaccionar; ya era lo mismo salir del agua que quedarse allí. Se fue calmando y decidió aprovechar esos momentos en el agua mientras reflexionaba. Era lo único que tenía, ese momento, esa situación, y comprendió que si no se calmaba menos probabilidades tendría de encontrar alguna manera de resolver el problema.

Lo único de que disponía era del agua de la laguna, de la suave brisa que atenuaba el calor de la tarde, del canto alegre de los pájaros de la orilla mientras jugaban entre ellos, y entonces comprendió: nadie podría quitarle eso, sólo podían arrebatarle aquello que era de él, pero que no era él, y por lo tanto, tampoco era en verdad del todo suyo.

Y se sorprendió encontrándose en la paz en la que estaba, y primero pensó que estaba solo; luego se dio cuenta de que en realidad, estaba con la vida, pero además… estaba consigo mismo.

Allí reflexionó que nunca se había sentido así, y eso era porque había perdido todo lo que tenía, porque al resignarse a quedar sin sus pertenencias, había descubierto la alegría de estar solo consigo mismo. No tenía que preocuparse por los objetos externos, porque ya no estaban, pero sí comenzó a darse cuenta que esos objetos, su ropa, su calzado, sus escasas pertenencias en su bolso de tela, si bien lo protegían, le habían impedido sentir esa plenitud que estaba sintiendo exactamente ahora, totalmente despojado y entregado a la vida.

Y entonces se dio cuenta de que lo único en verdad de valor que tenía, era su propio ser, sus sensaciones, sus pensamientos, y hasta comenzó a hablar en voz baja, pero consigo mismo. Comprendió que se había encontrado a sí mismo, en plenitud por primera vez. Y la inmensa alegría que lo invadió lo transportó a un espacio y un tiempo que no pudo medir, ni tampoco le interesó hacerlo.