martes, 19 de enero de 2016

Yo soy - la presencia



por Vicente Simón


Todos los objetos que percibimos dan fe de nuestra existencia, de la existencia de cada uno de nosotros. De mi existencia. Cada cosa de la que nos hacemos conscientes nos señala, apunta hacia nosotros, como diciendo; "tú eres". Y cada uno de nosotros haría bien en hacerse consciente de este hecho y de caer en la cuenta de que "yo soy".

"Yo soy", como han destacado Ramana Maharshi (2001) y Nisargadatta Maharaj (2006), es la experiencia fundamental. Al hablar de la presencia, decíamos que "eramos" esa conciencia. Pues bien, en ese "ser la conciencia", se halla incluido el "yo soy", la experiencia del "yo soy". Una de las formas en las que en la práctica podemos acceder a esa experiencia es la que he mencionado en el párrafo anterior; a través de la percepción de los diversos objetos de la realidad externa. Su indudable ventaja consiste en que esta posibilidad casi siempre se encuentra disponible (al menos, en la vigilia). Podemos ir andando por la calle, estar mirando escaparates o eligiendo un traje. Pero, siempre, todo aquello que vemos (o tocamos, o escuchamos, o degustamos), nos recuerda que, no sólo hay un objeto, sino también un perceptor de ese objeto, un observador, un testigo de la experiencia. Todo nos recuerda que "yo soy". Todo nos afirma y nos reafirma. Incluso si alguien nos ataca, tanto física como verbalmente, nos está recordando (aunque se halle muy lejos de pretenderlo) que nosotros somos, que "yo soy".

La experiencia del "yo soy" (o la indagación sobre uno mismo, como también se le ha llamado) es algo que requiere tiempo, que hay que tomarse con calma. Hay que dejar que las consecuencias de la contemplación del "yo soy" vayan calando en nosotros. Es algo que, poco a poco, nos va cambiando. Hay que practicarlo y darle tiempo al tiempo.

Una de las consecuencias (al principio desconcertantes) de hacernos conscientes de que somos y de que somos esa conciencia, es que acabamos por darnos cuenta de que no somos nosotros los que estamos en el mundo, sino el mundo el que está en nosotros. Si deja de haber conciencia, el mundo desaparece. Todo aparece y existe en nuestra conciencia, en el seno del "yo soy".

Pero de momento, lo mejor que podemos hacer es meditar sobre el "yo soy", ponderarlo, reflexionar sobre esa experiencia, contemplarla y dejar que surta sus efectos. Ya llegará el cambio. Éste se produce por sí solo.


Ya somos lo que tenemos que ser

¿Qué nos impide identificarnos con nuestro verdadero Ser? Sólo la errónea creencia de que no somos ya nuestro Ser verdadero.

Pensamos muchas veces que tendríamos que liberarnos, pero de lo único que hay que librarse es del pensamiento de tener que liberarse.

Lo que se interpone entre lo que uno mismo es y lo que cree ser, no es más que la ilusión de no ser todavía lo que uno ya es. Una ilusión que es, por supuesto, un producto de la mente.

Si dejamos de creer no ser lo que somos, descansaremos en el Ser. Por tanto, no se trata de alcanzar ningún estado, sino de darse cuenta de que estamos ya en él. No nos hace falta añadir ni adquirir nada. Tan sólo desprendernos de una falsa creencia.

Ramana Maharshi contaba la historia de una mujer que poseía un valioso collar. Un día lo echó en falta. Lo buscó por todas partes, pero no lo encontraba en sitio alguno. Entonces comenzó a interrogar a sus vecinos y amigos, por si acaso lo habían visto. Todos le respondían negativamente. Por fin, alguien que fue a verla a su casa, le preguntó si el collar que buscaba no era precisamente el que llevaba puesto en ese momento. Ella se miró y vio que, efectivamente, así era. El collar que tanto había buscado no había dejado de estar, ni un solo segundo, rodeándole el cuello. La mujer se llevó una gran alegría. La realidad no había cambiado, pero su mente sí. Ahora estaba contenta, antes apesadumbrada.

Igual sucede con nuestro querer ser. Ya somos lo que tenemos que ser. Simplemente, no lo sabemos todavía.


La presencia

Nuestra forma más común de vivir la conciencia es a través de sus contenidos. Somos conscientes de los objetos que percibimos, de los sentimientos y emociones que experimentamos, de los pensamientos y cavilaciones que nos ocupan. Los contenidos se suceden unos a otros en un flujo que no se interrumpe mas que cuando dormimos. Es el flujo o corriente de la conciencia, del que hablaba William James. Y ese flujo incesante se manifiesta en lo que se ha llamado la "mente de mono", que no para de saltar de un contenido a otro y de una rama a otra del árbol de la imaginación.

lunes, 18 de enero de 2016

Cuatro formas probadas de superar la adversidad



¿Tienes la sensación de que cualquier desafío que experimentas en tu vida se convierte en un gran dolor de cabeza? No importan los eventos adversos que estés experimentando actualmente, hay un propósito detrás de cada uno. Para la mayoría de nosotros, es difícil imaginarlo.

Tiffany Mason, Coach dedicada actualmente al trabajo con mujeres, fue abusada y explotada sexualmente a la edad de 18 años. Según ella misma relata “Me tomó un tiempo llegar a verlo como una experiencia de aprendizaje. La forma en la que afrontamos la adversidad nos permite liberar la angustia, la confusión, la culpa y el miedo, o bien puede llegar a afectarnos negativamente en todos los aspectos de la vida”.

Después de experimentar un evento adverso o traumático, nos situamos en una encrucijada. Podemos verlo como una oportunidad de crecimiento o permitir que el pasado controle el resto de nuestra vida.

Tiffany Mason, desde su experiencia nos ofrece 
cuatro maneras probadas de superar la adversidad:

1. Rodéate de gente positiva.

Debemos ser selectivos con las personas que nos rodean. Indirectamente van a afectar a tu estado de ánimo y a tu perspectiva. Cuando estás en un estado de desequilibrio  o sufrimiento emocional, es importante rodearse de personas positivas y alentadoras.

Los humanos nos adaptamos a lo que nos rodea. Al experimentar la adversidad es crucial rodearse de personas que sepan  aceptar sus defectos, errores e imperfecciones. La superación de la adversidad puede ser un desafío, y cuando te rodeas de personas que puedan servirte de apoyo para seguir adelante, es mucho más fácil aceptarse a uno mismo.

2. Escribe tus emociones.

Hay algo muy placentero en escribir los pensamientos. Más tarde o más temprano, el proceso de escribir tus emociones te ayudará a reflexionar sobre ellas. Son muchos los beneficios de escribir tus pensamientos:

– Permite la autoexpresión.
– Te ayuda a opinar sobre tu propia vida.
– Te permite entender mejor tu situación actual.
– Te ayuda a ver la situación desde fuera.
– Te ayuda a reflexionar sobre tus experiencias.

Escribir en un diario una vez al día puede ayudar a superar la adversidad. Sean como sean las emociones, sentimientos o pensamientos que vienen a tu mente, escríbelos. Años después serás capaz de reflexionar y ver lo mucho que han evolucionado.

3. Disfruta de la naturaleza.

¿Qué es Brahman?



por Swami Sivananda
(Extraído de Jnana Yoga)


Brahman o el Ser Supremo está más allá del tiempo y el espacio, la causalidad. Él es ilimitado. Él es tranquilo. Brilla con igual refulgencia en todos los cuerpos. No puede ser cualquier cosa en particular. Él es Chaitanya o la consciencia pura. Él es Vastu, Atman o Brahman o el Supremo Sí Mismo es el tesoro escondido. Es la joya de las joyas. Es la gema de las gemas. Es lo imperecedero, la riqueza suprema inagotable, que ningún ladrón puede robar. Es el Chintamani de los Chintamanis que da al hombre lo que desea.

Aquel que lo ve todo, a Quien nadie puede contemplar, Aquel que ilumina el intelecto, etc., pero a Quién nadie puede iluminar – ese es Brahman. Ese es Atman.

El ser puro auto-brillante, Que es el soporte de este universo, Que es la consciencia misma, que es la Dicha Absoluta, Que es inmutable es Brahman.

Existe un principio supremo. Es Atman. Es Para Brahman. Es imperecedero, no nacido, no decae y no muere. Es antiguo. Es uno. Es una masa de sabiduría y dicha.

Brahman es el mayor océano de Satchidananda. Brahman está rodeado por un océano de mente, un océano de Prana y un océano de éter y Tanmatras.

Ese oyente no oído, ese veedor no visto, ese pensador no pensado, ese conocedor no conocido es Brahman.

Esa esencia no nacida, que no decae, que no muere, sin miedo (Ajam, Ajaram, Amritam, Abhayam) es Brahman.

Eso de lo que este mundo ha salido, Eso en lo que este mundo existe, Eso en lo que se disuelve es Brahman.

Atman es eterno (Nitya). Es inmutable (Nirvikara). Es una masa de conocimiento (Prajnana Ghana,Chidghana, Vijnanaghana). Es imperecedero (Akshara).

El Atman o el espíritu puro es sin tiempo, sin espacio, sin lugar y sin final. Está lleno de Jnana (Jnana Maya). Es auto-luminoso (Svayam Jyoti). Es Jyotirmaya (lleno de luz). Todos los estudiantes de Vedanta buscan este Atman para obtener Brahmanubhava. Es llamado Parama Vastu (cosa suprema). Da la inmortalidad.

Eso en lo que no hay ni Oriente ni Occidente, ni luz ni oscuridad, ni placer ni dolor, ni hambre ni sed, ni Harsha ni Soka, ni ganancia ni pérdida es Brahman.

Atman es Niravayava (sin extremidades, sin manos y pies). Así que Él es Akarta (Akriya, Nishkriya). ¿Cómo puedes atribuir acción a Niravayava Atman?

El Atman no tiene cuerpo. Es Atanu, Nirakara. ¿Cómo puede haber entonces Jara (vejez) y muerte para el Atman? Atman es Ajara, Amara, Avinasi (no decae, es inmortal e indestructible).

El Alma (Atman) no es un producto como la mente, el cuerpo o los caramelos de azúcar. La Inteligencia Eterna constituye su propia naturaleza. El alma individual es idéntica al Ser Supremo (Brahman).

El Atman (el Ser Supremo) es siempre el sujeto testigo en todo conocimiento, porque es infinito y auto-luminoso. No se manifiesta por sí mismo o por cualquier otra cosa. Es conocido o revelado a través de la percepción directa o conocimiento intuitivo inmediato, Aparokshatvat.

El intelecto puede concebir a Brahman como Sat-Chit-Ananda. Esa es la razón por la cual estos atributos se atribuyen a Él. Pero Brahman es también diferente de Satchidananda. Esto no quiere decir que Brahman es una no-entidad o cero, un concepto negativo o abstracción metafísica. Él es la única Realidad o Verdad viviente. Él es Ser. Él es esencia.

La mente siempre corre detrás del placer porque nace de Ananda (Brahman). Tú amas un mango porque te produce placer. Entre todas las cosas, lo que más amas es tu propio Ser. Este amor del Ser da la clave sobre el hecho de que Ananda o felicidad debe ser la naturaleza del Ser.

Ese Ser Supremo sin segundo que reside en las cámaras de vuestros corazones como Antaryamin o el Gobernante Interior o controlador o Sutradhara o Sakshi (testigo silencioso), Antaratma (Ser interior), que no tiene principio, medio o final, que es la fuente de este mundo, los Vedas, el cuerpo, la mente, Indriyas y pranas, que es omnipresente, que es inmutable, que es la Esencia Una homogénea (Ekarasa), que existe en el pasado, el presente y el futuro, que es Auto-existente Svayambhu, que es Svatantra (independiente) y que es auto-luminoso (Svayam Jyoti) es Dios o Atman o Brahman o Purusha o Chaitanya o Purushottama.

El Atman es diferente de lo conocido. Está más allá de lo desconocido también. Es incomprensible. Esto no quiere decir que sea una no-entidad o vacío o un concepto negativo o una abstracción metafísica. Es una masa de conocimiento o consciencia pura. La consciencia es más densa que la piedra o el platino o el oro. Es la única entidad real y viviente, el sustrato de todo.

El Atman es la sustancia o esencia inmortal en el hombre. El Atman es el origen de los pensamientos, deseos, razonamientos. El Atman es espiritual porque está más allá de la materia y la mente. Debe ser inmortal, porque está más allá del tiempo, el espacio y la causalidad, es sin principio, sin fin y sin causa e infinito.

El Alma o Ser Supremo o Atman o Brahman es esa entidad permanente, constantemente existente e imperecedera que es la base de este mundo, que es indivisible, auto-luminosa, inmutable y omnipresente, que es el testigo silencioso o Sakshi de los tres estados a saber, vigilia, sueño y sueño profundo. El conocedor de esta Alma o Atman alcanza la inmortalidad y entra en la morada de la felicidad y el néctar.

Brahman es conocido también por los nombres de Atman o Purusha. Se le llama Purusha debido a su permanencia en el cuerpo, o porque Él está lleno de Sí mismo, o porque todo lo que vemos está impregnado por Él.

¿La física ya nos ha demostrado que en realidad somos inmortales?


Según el médico y director del prestigioso Advanced Cell Technology, Robert Lanza, la muerte tal como la conocemos y concebimos no es más que una ilusión. No existe en realidad. A esta conclusión tan atrevida ha llegado este científico en su defensa de la teoría del biocentrismo.

Teoría del biocentrismo

Según la teoría del biocentrismo, de la que Lanza es un activo defensor, el espacio y el tiempo no son lineales, tal y como nosotros los concebimos. Estos conceptos, que todavía tienen muchos detractores, comienzan a calar en buena parte de la comunidad científica.
Según Lanza, la teoría del biocentrismo tiene un gran valedor gracias a las demostraciones del experimento de Young, conocido como de doble rendija odouble-split, en el cual se demostró que la luz tiene una naturaleza ondulatoria. En este sentido, Lanza pretende hacer lo mismo con el tiempo y el espacio.

La vida crea al universo

Robert Lanza publicó un libro llamado Biocentrism: How Life and Consciousness are the Keys, en el cual parte de una atrevida premisa que dice que es la vida la que crea al universo, y no al contrario, como creemos ahora.
Esta es la base de la teoría del biocentrismo, que a partir de este concepto muestra la mortalidad como una idea que ha salido de nuestra conciencia de forma artificial y falsa.

La conciencia determina formas y tamaños

Según la teoría del biocentrismo, es la conciencia humana la encargada de determinar el tamaño de los objetos del universo y su forma. Este hecho se explica de la misma forma en que un ser humano percibe el mundo, añadiendo que las células cerebrales son capaces de variar este hecho. Como ejemplo, dice que aunque veamos el cielo azul, nuestra mente puede hacer que lo observemos rojo o verde.

La teoría de cuerdas y el multiverso

domingo, 17 de enero de 2016

¿El budismo y la física cuántica dicen lo mismo?


Por más que las intersecciones entre el budismo y la física cuántica hayan sido el tema de numerosos libros y documentales new age que han sido criticados por divulgar una imagen de la física moderna poco fiel a la realidad –cargada de una dosis de magia y pensamiento positivo– es indudable que algunos de los postulados de la mecánica cuántica tienen importantes coincidencias con algunos de los principios del budismo que tienen entre 2 mil y 2 mil 500 años. La simple curiosidad humana y la búsqueda de la verdad nos hacen maravillarnos de esto y pensar que tal vez el budismo, quizás la disciplina más penetrante en su averiguación de la naturaleza de la mente que el hombre conoce, tocó profundas verdades, que por otro método hoy estamos confirmando.

Hace apenas unos meses, el Dalái Lama fue anfitrión de una conferencia sobre budismo y física cuántica en la que discutieron las asombrosas similitudes, particularmente entre la filosofía de Madhyamaka del gran santo Nagarjuna y algunas de las teorías más extrañas de la mecánica cuántica, como la dualidad onda-partícula, el entrelazamiento cuántico y el colapso de la función de onda. Uno de los principios básicos del budismo de Nagarjuna es que todos los fenómenos y todas las cosas están vacías, ya que no tienen una esencia independiente: para existir dependen de otra cosa y esa otra cosa depende de otra y así ad infinitum –a esto se le llama originación dependiente. Lo anterior puede equipararse con la noción de la física cuántica de que el estado definido de una partícula en el tiempo y en el espacio no existe hasta que no es observada, es decir depende de otra cosa siempre, de tal forma que no podemos decir que exista por sí misma.

Recientes investigaciones en torno al fenómeno conocido como entrelazamiento cuántico han llegado a la conclusión de que este entrelazamiento que aglutina sistemas cuánticos al instante superando cualquier distancia permea todo el universo y es de hecho la sustancia misma del tiempo-espacio. Esto significa que ninguna región del espacio puede separarse y analizarse independientemente: el universo es no-local, lo cual es equivalente a no separable y ciertamente interdependiente en su totalidad. El físico Juan Maldacena piensa que el entrelazamiento cuántico es responsable de la “bella continuidad del espacio-tiempo. En otras palabras, la estructura sólida y confiable del tiempo-espacio se debe a las propiedades fantasmagóricas del entrelazamiento”.

Podemos ver el entrelazamiento cuántico como una expresión cuantificable de la noción de originación dependiente: un estado cuántico individual no puede separarse del sistema total de la misma forma que un fenómeno no existe independientemente de las condiciones de las que emerge. Algunos físicos incluso han dicho que las diferentes partículas de un sistema cuántico deben tomarse como si fueran una misma partícula. En el budismo lo único que permanece en este universo es el vacío que contiene en sí mismo todos los fenómenos eternamente manifestándose como sueños sin sustancia en una mente luminosa, como olas que se rompen en el viento y regresan al océano de la totalidad.

Jay Garfield, traductor del Mulamadhyamakakarika, el texto esencial de Nagarjuna, pone el ejemplo de una mesa (y por qué está vacía):

“Canales y centros acumuladores de energía en el cuerpo humano” (II)


Habíamos explicado en el post anterior porqué es necesario el desarrollo del sistema de soporte energético para que se pueda llevar a cabo con mayor efectividad y seguridad todo intento de desarrollo de las funciones psíquicas y extrasensoriales superiores del ser humano. Estas estructuras de apoyo, son como las tuberías y llaves de paso de cualquier sistema de distribución de agua, en este caso de energía vital, en el cuerpo etérico. Sin su desarrollo correcto, no se puede aspirar a mucho más en términos de desarrollo energético, pues son el sustento y los cimientos del mismo.

Los chakras secundarios

Si los potenciales latentes del ser humano se manifiestan cuando los chakras primarios y sus glándulas correspondientes se desarrollan y activan completamente, los chakras menores que poseemos  son el piso justo inferior en el que se apoya esta activación, ya que comparten muchas similitudes con los centros primarios (chakras mayores), pero son más pequeños, más simples y poseen sólo algunas funciones más especializadas. El propósito principal de estos vórtices secundarios es el de refinar, transformar y acondicionar las energías recibidas a través del sistema terciario (puertos de intercambio de energía en el sistema de canales, nadis, meridianos) en un tipo de energía con cualidades específicas, según sean los requerimientos de cada chakra primario, órganos dependientes y funciones determinadas a donde vaya destinada esa energía.

La estructura de un chakra, del tamaño que sea, en general, puede representarse como teniendo varios polos alrededor del núcleo central. Cada polo es un pequeño vórtice estructural de energía que se abre dentro y sobre la superficie de la piel y directamente sobre la contrapartida etérica de una articulación, un órgano o una glándula del cuerpo físico, que es donde luego nosotros asociamos la posición del chakra (p.ej. “el chakra del timo”) en nuestros diagramas de anatomía energética del cuerpo humano.

Los puntos de intercambio energético

Otro componente importante son los puertos de intercambio de energía (que solemos definirlos como un sistema terciario, en funciones e importancia), que son descritos como minúsculos centros de energía en forma de pequeños poros, con funciones muy simples, muy similares a los millones de pequeños poros y pelos que cubren la piel física del cuerpo. Su función básica es la de absorber y descargar energía y, en un nivel más alto, detectarlas, como pequeños receptores y antenas. El nivel de sensibilidad energética que tenemos todos nosotros depende en gran medida de estos pequeños receptores, pues toda la superficie de la piel está cubierta con ellos, aunque existen algunas áreas en que se encuentran marcadamente concentrados y que son:

1.- Las plantas de los pies. 2.- Las palmas de las manos. 3.- Los pasajes nasales y pulmones. 4.- Los labios, boca y lengua. 5.- Los genitales.

Las manos y los pies, son de los conductos de energía más extensos del cuerpo y, por lo tanto, contienen mayores concentraciones de puertos de intercambio de energía. Éstas son, en consecuencia, las áreas más importantes a estimular, desarrollar y lograr sensibilidad consciente durante los primeros ejercicios de desarrollo energético, no en vano muchas terapias se hacen usando los palmochakras o muchos ejercicios de recarga energética se hacen a través de los chakras de las plantas de los pies.

Los centros de almacenaje energéticos

Finalmente, el ser humano tiene tres centros principales de almacenaje energético, en estos, diferentes cualidades de energías son acumuladas y almacenadas. Son centros totalmente diferentes a los vórtices primarios o chakras mayores, pero evidentemente, como todo en el cuerpo, están interrelacionados con ellos. Estos tres acumuladores son conocidos generalmente como tantiens:

1.- El tantien, caldero u “horno”  inferior, a medio camino entre el ombligo y la línea púbica y unos 5 cm hacia el interior del cuerpo. Almacena la energía vital física en bruto. Sede de la energía “Jing” de la medicina tradicional china y de las enseñanzas taoistas.

2.- Tantien medio, en el centro del pecho, en la base del esternón y 5 cm hacia adentro.  Almacena la energía emocional (en bruto). Sede de la energía “qi”.

Conferencia "Mil gracias derramando" · Emilio Carrillo


Publicado el 3 ene. 2016
Conferencia "Mil gracias derramando" · Emilio Carrillo Benito
Celebrada en el Teatro 'Vicente Espinel'
Ronda, Málaga.
Organizado por Centro Baba 
www.centrobaba.es